Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestados a los personajes para fines de esta historia.

~Mirando a través de una ventana en el tiempo. ~

_._

Taiju se extrañó de sobremanera al no encontrar a Senku en su laboratorio y más aún que ni siquiera Meducín pudiera darle una señal de su paradero, a saber, Senku pocas veces se separaba de la pequeña medusa ya que por lo general Why-man y él permanecían uno al lado del otro (en su mayoría, Meducín colgado en la bata de Senku como un aditamento), aunque en esta ocasión no fue el caso.

¿Qué habría pasado para que Senku dejara a su pequeño socio científico en el laboratorio? Taiju honestamente no lo sabía e intuyó que quizá se trataba de simplemente un olvido. Aunque en el fondo lo dudaba ya que Senku no era esa clase de persona.

Aún así no se daría por vencido y lo encontraría a como diera lugar, esa era la principal encomienda de Gen y Minami después de todo, antes de dar inicio con el evento de apertura que se estaba llevando a cabo en ese momento por Dragon TV. La petición fue clara "trae a Senku a la proyección del primer capítulo de la serie live action de Dr. Stone", serie que por cierto Ryusui se había tomado la molestia (molestia no, pues Nanami prácticamente despilfarró una gran cantidad de dragos en la producción de dicha serie por puro gusto y placer) de patrocinar y en parte también producir junto a Gen y Minami.

Asagiri y Hokutozai se nagaron a dar inicio sin la presencia de Ishigami y todos los involucrados en la aventura de despetrificación, en especial sin la presencia de Senku, ya que después de todo él (a pesar de sus absurdas negativas) era el protagonista principal de dicha travesía. ¡Era impensable que el primero en romper la petrificación y salvar al mundo no estuviera en el evento!

O al menos esa fue la excusa de Gen y Minami para llevar a Senku al área de proyección al otro lado de la ciudad, si se daba prisa en encontrarlo quizá llegarían a tiempo antes de que el capítulo piloto fuese estrenado.

Qué nostalgia. Pensó Oki al recordar el recorrido en las grabaciones, aunque claro, no se refería a éstas en sí sino a toda la historia que abarcaba esa primera temporada y que tanto él como Yuzuriha (quien estuvo encargada de todo el vestuario de la producción) pudieron observar. Quizá eran personas totalmente diferentes a ellos los que ahora tenían que verse envueltos en los papeles y situaciones, pero definitivamente todo aquello fue como un certero golpe de nostalgia que removió los viejos sentimientos del pasado. En retrospectiva, Taiju pudo apreciar más ampliamente todo el camino que en esos años habían recorrido.

Un largo camino que a final de cuentas rindió sus frutos y que recorrerían una y mil veces para salvar a todos. En especial Senku, quien aún seguía con su camino incansable en el progreso. Sin lugar a dudas Oki no podría estar más orgulloso de su amigo del alma.

Sí, definitivamente Senku tenía que estar en esa proyección a como diera lugar.

Taiju decidió entonces abandonar los interminables pasillos del complejo científico y buscar a Senku en otro lugar, en su casa tal vez ¿Quién sabe? A lo mejor Ishigami había olvidado algo en su departamento y regresó por él. El grandulón no perdería nada con ir a buscarlo a ese lugar después de todo.

Salió al improvisado jardín trasero para acortar un poco el camino hacia el edificio de Senku que se encontraba a un par de cuadras del laboratorio, todavía comiéndose uno de los refrigerios que Francois estaba sirviendo en el evento, y tratando en el proceso de no manchar la camisa que su esposa le confeccionó para la ocasión.

Sin embargo, Taiju detuvo el paso cuando notó algo a la distancia, la mata de cabello familiar de Senku acaparó su atención, su amigo estaba a tan sólo un par de metros de distancia pero parcialmente escondido detrás de un enorme árbol que estaba otorgándole sombra del abrasador sol de esa mañana. ¿Qué hacía ahí de todos modos? Obviamente parecía que él no se había dado cuenta de la presencia de Taiju en las cercanías, aunque eso no fue un problema para el grandulón, quien para el caso planeaba acaparar su atención con uno de sus peculiares gritos al llamar su nombre.

—¡Sen…!

Pero cualquier intento fue detenido con un pequeño proyectil que salió prácticamente de la nada. Taiju exclamó un ligero siseo de dolor mientras se sobaba el área afectada que en ese caso fue su cabeza. Y una vez que su mirada se posó en el suelo, pudo ver la roca que fue usada como proyectil, descansando justamente a sus pies. ¿Qué estaba sucediendo?

Pero cualquier duda fue zanjada cuando alguien lo agarró del brazo y tiró de él hacia los arbustos que estaban a su alrededor. Cayendo de bruces al suelo con un ruido sordo que muy probablemente sacudió el follaje, Taiju se quejó por el repentino suceso.

—Guarda silencio Taiju, o ellos podrían oírte. —alguien susurró al lado del grandulón.

Taiju ni corto ni perezoso se incorporó rápidamente al escuchar aquella voz.

—¡Oh pero si eres tú Misato! —reconoció el grandulón elevando un poco el tono—. Y también están Maeda y Kenta —Taiju también reconoció a los otros dos sujetos que estaban escondidos junto a Iwasaki. Eran ellos y él no tenía la menor duda de eso, aún si no había visto a sus ex compañeros de colegio en varios años, aunque el hecho de que esos tres no hubiesen envejecido tanto debido a la petrificación también fue de mucha ayuda—. ¿De qué se trata todo esto? ¿Están buscando algo por aquí? —quiso saber.

En realidad es lo que parecía, como si estuvieran ahí en busca de algo o simplemente observando algo. La cuestión fue ¿Qué sería?

La presencia de esos tres en el complejo científico realmente no fue una sorpresa ya que se habían unido al equipo de investigación de Senku. Maeda, Misato y Kenta ni siquiera dudaron en seguir a su ex presidente de ciencias después de ser despetrificados dos años después de la batalla contra Why-man. Aunque claro, el reto en sí fue adaptarse a este nuevo mundo, cosa que al parecer aún seguían haciendo a pesar de todos esos años desde su despertar.

Taiju aún recordaba la expresión en sus rostros cuando él y Senku los despetrificaron, los chicos les habían lanzado una mirada entre perturbada y asustada al verlos con una diferencia de edad de casi nueve años. Fue un total shock para ellos a decir verdad.

Y aunque seguía siendo extraño, al parecer ya se habían acostumbrado a ese pequeño detalle.

—Shhhhhhh… baja el volumen Taiju —reprendió Kenta haciéndole absurdas señas al grandulón para que cerrara la boca o que al menos bajara el nivel de decibeles en su voz—. Ellos no pueden saber que estamos aquí.

Ante tal aseveración Taiju no pudo más que mirarlos con expresión confusa sin entender del todo a qué se refería Yazagawa y fue peor aún cuando Misato y Maeda asintieron en conformidad de manera casi sincronizada.

—¿Ellos? —atajó el grandulón mirando a los tres.

Sin decir palabra alguna, Misato le hizo una especie de señal con la cabeza para que Taiju mirara a través de la improvisada y discreta abertura del arbusto por el que al parecer estaban observando algo. Y Taiju así lo hizo, sin levantarse aún del suelo, gateó hasta la pequeña rendija y miró a través de ella encontrando simplemente a Senku y Kohaku.

¡Ajá! Entonces Senku había estado todo ese tiempo con Kohaku, pero por supuesto, esto resolvía el misterio de su ausencia en el laboratorio. Quizá (pensó Taiju) Senku estaba haciendo alguna nueva prueba o nuevo experimento y le pidió a Kohaku que lo acompañara como refuerzo.

—Ahhh, se refieren a Senku y Kohaku… justo estaba buscando a Senku para llevarlo al evento de la televisora —soltó el grandulón con naturalidad, sin ser afectado por lo que sea que tenía a los chicos con esas caras de sorpresa—. Esperen ¿Los han estado espiando? —nuevamente él los miró con confusión.

—No exactamente —Kenta se encogió de hombros al soltar semejante mentira ya que por supuesto que estuvieron espiando a ese par en todo ese tiempo.

—¿Entonces qué hacen aquí? —insistió Taiju.

Silencio. Kenta, Misato y Maeda se miraron con complicidad ante la pregunta.

—Tomando un merecido descanso, por supuesto. —Misato complementó dicha mentira.

Aunque por supuesto que Taiju no le creyó del todo, pero a pesar de ello decidió darles el beneficio de la duda por el momento. Encogiéndose de hombros, el grandulón al fin se levantó y decidió seguir con su plan de llevar a Senku a la proyección, se despidió de los chicos y dio un par de pasos casi fuera del escondite. Pero no lo logró ya que esta vez fue Maeda quien lo retuvo.

—No creo que sea prudente ir por Senku en este momento. —le informó Arata con un tono algo serio.

Taiju se extrañó por el repentino cambio en el tono y por la advertencia implícita en el comentario de su amigo, quien por cierto no desistió de su agarre al brazo de Oki.

—¿Qué sucede? —una leve punzada de preocupación comenzó a invadir al grandulón—. ¿Pasa algo malo?

Definitivamente algo estaba pasando.

Maeda lo soltó entonces y le hizo nuevamente la señal para que volviera a mirar a través de la abertura. Taiju se perdió entonces.

—No, nada malo está sucediendo —Misato al ver que Taiju no se acercó, decidió ser él quien echara otra mirada a la rendija—, pero creo que muy pronto va a pasar.

—Si les soy honesto siento un poco de pena por la oficial Kohaku. —Maeda exteriorizó casi con pesadez mientras se cruzaba de brazos y se acomodaba los anteojos.

—A mí me cuesta creer que esto siquiera está pasando, aunque claro, reconozco que Senku Sempai no le era tan indiferente a las chicas del instituto en aquel entonces —Kenta soltó mientras también se unía a Misato en su arrebato chismoso—. Pero vamos… tampoco puedo creer que la oficial Kohaku esté interesada en nuestro jefe, quien por cierto parece totalmente inmune a sus encantos. Esto definitivamente terminará en tragedia.

Ninguno de los tres podía creer lo que iba a suceder a continuación, bueno, en realidad quizá tampoco fue una gran sorpresa. En el pasado, tal como Kenta dijo, habían visto a su querido presidente del club de ciencias involucrado como el interés de algunas chicas del instituto y por supuesto también fueron testigos del desastre que eso por lo general siempre acarreaba para esas pobres e ingenuas jovencitas. Senku no parecía interesado en nada más que no fuera la ciencia y las chicas o las declaraciones nunca fueron una prioridad en su lista de cosas por hacer en su vida.

—¿Tragedia? ¿A qué se refieren? —Taiju estaba cada vez más confundido y no entendía del todo a qué venía todo eso.

—Echa un vistazo Taiju —Misato instó a Oki para que se acercara y cuando lo hizo, tanto Kenta como Maeda se apartaron para hacerle un espacio y pudiera observar mejor—. Esta escena, mírala bien ¿A qué te recuerda? O mejor aún ¿A qué se parece?

Taiju observó de nuevo a Senku y Kohaku bajo ese árbol en el que vislumbró únicamente a Senku la primera vez, ciertamente cuando lo vio a la distancia no parecía estar acompañado, aunque al parecer aquel árbol sirvió para dejar a la guerrera fuera del rango de visión. Fuese como fuese, ahora que sabía que ellos estaban ahí no le pareció algo extraño o fuera de lugar, ya que por lo general era de conocimiento público que Kohaku solía visitar a Senku en el laboratorio de vez en cuando por simple ocio o en otras ocasiones para reprender a su amigo por su falta de descanso en las extendidas jornadas laborales… y también hubo ocasiones en las que la guerrera visitaba a Senku para ayudarlo en algunos proyectos como en los viejos tiempos.

Taiju no pudo notar nada fuera de lugar, ellos parecían estar simplemente conversando y nada más. No estaban tan lejos a decir verdad, así que casi podía identificar los murmullos de la conversación… por lo que no fue difícil para los presentes escuchar con claridad las palabras de Kohaku en el momento de la verdad.

"Me gustas, idiota"

Bien, quizá no era la cosa más romántica, pero fue una declaración en todo el sentido de la regla.

La impresión en los ojos de Taiju fue tal que tuvo que parpadear un par de veces antes de apartar la mirada totalmente avergonzado de sus amigos.

¡Al fin estaba pasando! Yuzuriha y él habían esperado este momento desde hacía varios años y al fin estaba sucediendo, no podía esperar para contarle esto a su esposa, estaba seguro que ella lloraría de completa felicidad por esto. De hecho él casi lloró de felicidad.

Aunque la felicidad se interrumpió cuando escuchó a sus amigos murmurar a su lado.

—Cien dragos a que Senku rechaza la confesión de la oficial Kohaku. —Misato susurró sin perder a Senku y Kohaku de vista. Totalmente expectante a lo que Ishigami fuese a responder.

Aún si Senku era un adulto ahora, nada garantizaba que hubiera cambiado sus viejos ideales sobre las relaciones y los sentimientos en sí. Ishigami Senku aún después de todos esos milenios seguía siendo simplemente Senku, el sujeto que no tenía interés en esas cosas.

—Doscientos dragos a que Kohaku-san lo golpea después del rechazo. —Kenta también soltó su apuesta.

Conociendo un poco a la chica en cuestión gracias a sus visitas al laboratorio para visitar a Senku, ya tenía una pequeña idea de su temperamento. Kenta ya veía venir un suceso como éste desde hacía algún tiempo, ella parecía tener cierto interés en su jefe.

—Quinientos a que el Sempai no la cuenta. —y por supuesto que Maeda tampoco se quedó atrás.

Internamente reconoció que esta situación sin lugar a dudas se parecía a ese último día, al día de la petrificación. De hecho una conversación similar estaba llevándose a cabo cuando la luz verde de las Medusas cubrió al planeta, aunque claro, en aquella ocasión fue Senku quien estaba con ellos observando a Taiju confesarse al fin con Yuzuriha.

Fue casi irónico que los papeles de Senku y Taiju ahora se invirtieran.

Por su parte, el grandulón los escuchó atentamente.

¿Ellos de verdad estaban apostando a que Senku iba a rechazar la confesión de Kohaku? Bueno, tal vez si estuvieran en el viejo mundo o incluso en los primeros años de la despetrificación así sería, pero ahora…

—Mil dragos… no… diez mil millones a que Senku no rechaza a Kohaku. —soltó el grandulón de repente, con una sonrisa que se hizo incluso más amplia.

¡Por supuesto que podría apostar todo cuanto tenía en esa sola apuesta! Taiju no tenía la menor duda de cómo terminaría todo esto y en el fondo no pudo sentirse más feliz por ambos. Después de todo ese tiempo y de todas las adversidades a las que han tenido que enfrentarse, Senku y Kohaku merecían al menos formalizar lo que sin lugar a dudas habían construido a lo largo de todos esos años y que por el deber y quizá también su falta de vena en el romance, pospusieron cada vez más.

—Qué ambiciosa apuesta Taiju. —Misato miró al grandulón con una ceja levantada sin poder creer lo que estaba diciendo.

De hecho ninguno de los tres dió crédito a semejante afirmación.

Él no dijo nada y se limitó a hacerles un gesto rebosante de alegría a los chicos. Taiju conocía perfectamente a Senku después de todo y también en parte conocía los sentimientos de su amigo por Kohaku.


—Me gustas, idiota.

Kohaku dejó ir todo con esa simple declaración, para después emitir un suave suspiro que no sabía que estaba conteniendo. Había guardado esto por años y ese día al fin pondría las cartas sobre la mesa para terminar lo que comenzó en aquella ocasión durante el naufragio al mar de sargazos. Sus ojos ardían como dos llamaradas azules ante la vista de Senku y la expectativa de su respuesta.

Y aún cuando no fuese la respuesta que esperaba (o mejor dicho, que añoraba) al menos Kohaku tendría la tranquilidad de haber sacado la verdad de ese sentimiento de su alma. A diferencia de la primera vez cuando apenas conoció a Senku, ella ahora estaba segura sobre la dimensión de sus sentimientos por él, cosa que distaba un montón de simple agrado o camaradería.

Kohaku estaba enamorada de esa cabeza de cebolla explotadora y que a veces era un dolor en el trasero. El "¿Cuándo y el cómo?" Aún no estaba del todo claro y eludían su buen juicio.

Quizá fue desde el principio o tal vez en algún punto de todos esos años de convivencia, no lo sabía, pero si de algo estaba segura era de que no podía seguir guardando este sentimiento para sí misma. Fuese cual fuese la respuesta de Senku ella estaba dispuesta a arriesgar todo. Por eso tomó la decisión esa mañana, aprovechando la distracción de los demás por el evento del murciélago y Minami fue que le pidió a Senku reunirse con ella en aquel lugar.

Ahora no sabía qué esperar.

—Oh, entonces ¿Era esto Leona? —Senku enarcó una ceja por el atrevimiento de la guerrera, no era un experto en este campo, pero pudo notar la leve chispa de alarma en los ojos aguamarina de Kohaku en ese instante—. Ya lo sabía. Eres demasiado obvia a veces. —él se encogió de hombros.

Bien, este era uno de los escenarios que Kohaku había contemplado en su mente, aunque no el más catastrófico, a decir verdad.

—¡Ja! ¿obvia? Yo no soy… —intentó rebatir.

Pero él no la dejó y atajó sin piedad alguna.

—Tu declaración el día que nos conocimos cuando dijiste que estabas embelesada de mí después de que te ayudé con el sistema de poleas, el casi beso en la isla del tesoro, el abrazo, todas nuestras conversaciones, esa vez en el mar de sargazos —Senku interrumpió el ataque de falsa molestia de Kohaku para comenzar a enumerar todas esas ocasiones en las que sintió la evidente atracción de la guerrera hacia él—. Oh, y por supuesto no puedo omitir la admisión de tu tipo de hombre hacia Mozu en aquella ocasión. —una sonrisa socarrona y triunfal se instaló en el rostro de Senku.

Las mejillas de Kohaku se calentaron en vergüenza ante la simple insinuación.

—¿Quién te dijo?... no, ¿Dónde escuchaste eso, escoria? —Si bien era completamente cierto, eso era algo que Senku no debía saber.

Kohaku le patearía el trasero a quien quiera que le reveló aquello al científico.

—Mozu. —se limitó a decir Senku mientras rodaba los ojos con evidente fastidio al recordar esa incómoda charla con el presuntuoso guerrero un par de años atrás.

Porque sí, Senku sabía de aquello desde hacía ya bastante tiempo. Así como de los sentimientos de esa Leona por él. ¿Cómo no notarlo? Ella de verdad era tan obvia y él disfrutaba secretamente de eso.

La mirada de Kohaku se ensombreció ante la identidad del culpable, oh, por supuesto que se las cobraría por eso. Ahora que Mozu y Luna parecían ser más cercanos (sospechosamente cercanos de hecho) quizá se las cobraría hacia ese bocón con una cucharada de su propia medicina. Solo necesitaba la oportunidad perfecta.

—Deja tus instintos asesinos para otro momento, Leona. ¿Quieres escuchar mi respuesta o no? —Senku sonrió casi con burla, ignorando la mala mirada de Kohaku y el siseo cotidiano de "No soy una leona".

—¿Ja? pensé que ya me la habías dado con ese comentario descarado. —acusó.

Y no estaba exagerando, Kohaku de verdad pensó que con eso Senku había dado por terminado ese tema.

—Apenas estaba comenzando, pero para ser honesto no quiero perder el tiempo en una larga y tediosa charla sobre los efectos químicos en el cerebro, así que seré lo más conciso y breve posible Kohaku. —su mirada buscó sin vacilación la de la guerrera—. Sí, también me gustas, Leona. —tampoco supo desde cuándo esas molestas señales comenzaron a aparecer.

Y está de más decir que a diferencia de Kohaku, a Senku le fue mucho más difícil discernir sobre esa extraña claridad en su relación. La absurdez de amor a primera vista no fue ni por asomo el caso, Senku podría decir que siempre fue consciente de los sentimientos de Kohaku por él y después de los propios hacia ella. Por supuesto que esto luego de una exhaustiva introspección llevada a cabo por las señales en su sistema nervioso que le hicieron considerar esa ínfima posibilidad.

Sí, él ahora sabía que en contra de todo pronóstico estaba irremediablemente enamorado de esa leona.

Y por supuesto, Senku se propuso encontrar la oportunidad más prudente para hacerle saber esto y sacarlo de su sistema para ya no devanarse los sesos pensando en ello. Porque una vez exteriorizado todo recuperaría su estado de homeostasis.

Se supondría.

Sin embargo, esta peculiar situación y la cercanía de Kohaku tras la sucesión de confesiones comenzaron a remover extrañas sensaciones en su interior. No era incómodo, pero sí se sentía diametralmente diferente a como era antes.

Uhg, definitivamente un cerebro enamorado era… algo realmente serio.

Kohaku por su parte y contrastando con la reacción tranquila y casi despreocupada de Senku ante su confesión, no podía creer que él, Senku Ishigami, dijera tal cosa (especialmente admitir sus sentimientos) sin un ápice de duda o incluso vergüenza alguna. A diferencia suya, Senku no parecía ni remotamente sonrojado por sus palabras. Aunque Kohaku tuvo que admitir que pudo ver algo en esa mirada carmín.

No supo qué era, pero la guerrera se prometió desentrañar ese misterio.

—A veces no puedo creer tu falta de tacto en algunas cosas, Senku —ella negó con la cabeza en resignación, pero al mismo tiempo con una sonrisa extendiéndose por sus labios—. Es increíble y aún sigo sin entender cómo me enamoré de un tipo como tú. —dejando de lado la impresión anterior, Kohaku se acercó a él y le rodeó el cuello con los brazos.

Si él podía ser un completo descarado ¿Por qué ella no?

Kohaku se dio cuenta al igual que en varias ocasiones, de la falta de resistencia de Senku a su cercanía o toque, un enorme avance a su relación si podía reconocer. También la ausencia de esa expresión agria o incómoda de antaño, reemplazada por esa socarrona y pícara sonrisa que parecía más un implícito coqueteo de su parte. ¿Lo fue? Bueno, para ellos tal vez así era, al igual que esas miradas constantes cuando pensaban que nadie los estaba observando.

Al igual que él, una juguetona sonrisa se instaló en los labios de Kohaku para corresponderle dicho gesto. Si bien Senku mantuvo las manos en sus propias caderas y no correspondió de inmediato al abrazo de la guerrera, eso no desanimó a Kohaku en absoluto pues sabía de antemano cómo era Senku.

—Podría decir lo mismo, leona. Pero en contra de toda lógica, lo hago.

Kohaku no estaba segura de qué le sorprendía más, si el hecho de que Senku realmente admitiera que sentía algo por ella por segunda vez o esa firmeza en su voz pero con un toque de incertidumbre. Lo miró con detenimiento, desde esa mata de cabello tan peculiar que lo hacía destacar del resto, luego a esos ojos carmín que a veces le quitaban el aliento por la intensidad y convicción en ellos, hasta esos labios que por respeto a su entonces amistad se negó a probar en la isla del tesoro en aquella ocasión.

Senku pareció notar su escrutinio y lo perdida que Kohaku parecía en un punto especifico, entonces no pudo evitar ensanchar esa socarrona sonrisa en señal de desafío para ella.

Desafío que por supuesto ella no iba a dejar pasar.

Él no pronunció palabra alguna, pero Kohaku supo leer entre líneas y mirándolo nuevamente a los ojos le hizo saber que había aceptado aquel silencioso reto. La guerrera se relamió los labios mientras su corazón se aceleraba por lo que estaba a punto de hacer.

Los dedos de Kohaku se deslizaron por los mechones de la nuca de Senku para atraerlo hacia ella y al notar que no hubo resistencia alguna con su insinuante acción, lo atrajo para rozar suavemente sus labios contra los de él en un torpe primer beso.

Beso que por supuesto Senku correspondió un par de latidos después.

No fue quizá la mejor confesión del mundo, pero al menos después de todo ese tiempo las cosas habían llegado a ese punto en el que podrían categorizar esa peculiar relación como un "algo". Sin palabras de más o discursos cursis, las acciones para ellos tenían mucho más peso e importancia y esto sin lugar a dudas podría considerarse como un antes y un después en sus vidas.


Por otro lado, la recién formada pareja fue completamente ignorante al trío de jóvenes que miraban la escena a la distancia sin dar crédito a lo que sus incrédulos ojos estaban observando.

Las mandíbulas de Misato, Kenta y Maeda prácticamente cayeron al suelo. ¿Qué había sucedido?

No estaban seguros porque no podían escuchar a la perfección lo que Senku y Kohaku estaban murmurando, pero bastaba decir que el hecho de que Ishigami Senku hubiera aceptado y correspondido al beso de la oficial era la confirmación de que él había aceptado esa declaración.

Simplemente increíble. ¿Quién era ese sujeto y dónde estaba el verdadero Senku? El sujeto que muchos tildaron de aromántico e incluso asexual…

Taiju por su parte estaba sonriendo con tal alegría que parecía incluso el hombre más feliz sobre la faz de la tierra. Decidió entonces darles un poco de privacidad a sus amigos y llevarse casi a rastras al trío de mirones que aún parecían en estado de shock.

Por ahora regresaría al evento y les diría a Minami y Gen que no había encontrado a Senku, eso le daría algo de tiempo a la pareja para seguir conversando y dejando las cosas en claro.

Sí, definitivamente el grandulón no podría estar más feliz por su amigo y se moría de emoción por contarle las buenas nuevas a Yuzuriha.

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Fin.


N/A:

Algo random que escribí ayer, una idea que hace tiempo estaba rondando mi mente y no me dejaba tranquila XD

Fue divertido escribirlo y espero que este shot fuese de su agrado n.n ya saben que todos los comentarios son bienvenidos (siempre con respeto, claro) y pues nada, gracias por pasar a leer y darle una oportunidad a esto.

Como siempre ya saben, disculpen el Ooc (personajes fuera de carácter) así como los horrores ortográficos y de redacción que esto pueda tener uwu

¡¡Hasta la próxima!! n.n y tengan una bonita semana :3