Disclaimer: Todos los personajes en esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Solo la idea y creación de los eventos de este fic me pertenecen. No al plagio.

N/A: Espero que disfruten de la lectura :)


¿Nada es pada siempre?

Se escucharon tres toques a la puerta de madera fuera del despacho del director. Hiruzen se encontraba sentado en el escritorio descartando papeles y sacando humo de su pipa.

– ¿Director? – Dijo la secretaria de la oficina desde detrás de la puerta para rápidamente sacar la cabeza para decir. – ¿Hago pasar a Haruno?

– Si. – Respondió simplemente apartando su pipa y reposar en el bol para sostenerla. Era algo preciado para él. – Házla pasar.

Apartando otros documentos encima de varios libros para no arrugarlos, observó cómo la estudiante entraba al despacho con aspecto tranquilo a su parecer.

– Buenos días. – Le escuchó decir antes de sentarse en las sillas delante de su escritorio mientras dejaba sus pertenencias en el suelo al costado de su asiento.

– Buenos días. – contestó cordialmente colocando sus antebrazos encima de su mesa de trabajo. – Sakura, ¿Sabes por qué estás aquí?.

La muchacha meditó la respuesta en silencio. Lógicamente, tras el regreso de ciertos chicos con los que ella se involucraba, estaba seguro que de alguna forma era debido a ellos. Eso o con algo relacionado con sus padres. No pudo evitar fruncir el ceño un poco ante las posibilidades.

– Ese tipo de vocabulario me sorprende viniendo de ti, conociendo tu expediente estudiantil ejemplar. – Empezó Sarutobi al no obtener respuestas, pensaba que había intuido la razón. – Tampoco es digno ni propio de una señorita.

Ah… La escena con Ami.

Sakura se enderezó bastante más tranquila y alzó la mirada para fijar sus ojos a la cara del director de su instituto. Colocando su larga melena encima de un mismo hombro, Sakura no lo dejó terminar.

– En eso estoy de acuerdo pero, ¿Por qué Watanabe no se encuentra aquí también? – Dejó caer la Haruno con parsimonia.

– Se me hizo saber que la empujaste de mala manera en el pasillo. – Sakura no se sorprendió nada del descarado y exagerado relato de los hechos. De repente, se acordó de algo.

– Había tránsito en el pasillo y en ese momento yo estaba dirigiéndome hacia el gimnasio. Choqué con alguien que resultó ser Ami…

– Eso no justifica ese mal comportamiento. – interrumpió Sarutobi firmemente intentando zanjar el asunto. – Vas a pedir disculpas.

¿Pedir disculpas?...¿Qué?

– Donde se es visto, que la juventud de hoy en día se comporte de tal forma con otras personas. – Prosiguió con más seriedad de la necesaria el único hombre en la habitación. Sakura intentó disimular el enfado. – Estoy decepcionado, porque eso da mala imagen al centro. Ya sea para los nuevos estudiantes o los que regresan.

Decepcionado dice…

– ¿Por qué no me pregunta a mi cómo ocurrió todo? – Se defendió la pelirosa con recelo tras unos instantes de silencio una vez Hiruzen terminó de hablar. Sentía que había perdido el nivel de respeto y agrado hacia él. – ¿Cómo es que soy la única escuchando todo esto?

Ante esas preguntas Sarutobi reprimió una expresión de sorpresa leve. Decidió mantenerse callado tras haber dicho lo que tenía que decir. Aunque reconociendo que su alumna podía tener parte de razón.

– No empujé a Ami para provocarla, simplemente intentaba avanzar por el pasillo. Fue ella la que me insultó y yo me defendí. ¿Por qué en vez de escuchar las quejas de su secretaria quien resulta ser la hermana de la misma, no indaga con la profesora Kurenai o el profesor Asuma sobre cómo ocurrió todo? – Argumentó un poco agitada Sakura. – No me disculparé ni aceptaré ningún castigo si ella no afronta ningunas consecuencias antes.

Añadió la estudiante. Hiruzen sabiamente escogió no añadir nada más. Observó cómo se levantaba de la silla tomando sus pertenencias, hacer una educada reverencia y finalmente salir de su despacho.

El director se quedó observando como Sakura se marchaba en silencio sin decir nada más. Con sus manos todavía entrelazadas encima de su escritorio, después de que la puerta se cerrara con un portazo no demasiado estridente, alzó su mirada para observar las diferentes fotografías de antiguos directores. Se quedó viendo la de ciertos rubios. Primero el de un joven de pelo revuelto de color rubio con ojos azules con una afable sonrisa. Luego la de una mujer de apariencia joven de cabello largo y rubio de ojos color avellana con expresión más seria.

Quedando solo en la habitación pero sintiéndose observado por no solo los retratos que se había quedado observando si no el resto. Sarutobi se encontró con la mente en blanco y sin saber cómo proceder. A pesar de saber que lo que estaba haciendo no se veía correcto.

Una vez fuera del despacho, Sakura pudo observar como la secretaria se encontraba justo detrás de la puerta sujetando una bandeja con una taza de lo que parecía ser té de matcha mirándola con una expresión que ya consideraba conocida. No pudo evitar estar para nada sorprendida.

– Dile a la corta de tu hermana que guarde las distancias conmigo o seré yo la empezará a abrir la boca. – le comentó con seguridad y sin una pizca de temor a Ume, la hermana mayor de Ami. Quien se vió un poco incómoda y abochornada por la situación tras verse atrapada escuchando la conversación detrás de la puerta. – El té se ha enfriado.

La Haruno observó con aburrimiento como la secretaria se alejaba lentamente hacia el pequeño office del personal con la bandeja sujeta por ambas manos. Dirigiendo una breve mirada de rabia a la puerta del despacho del director, la joven salió de la casi vacía sala de profesores.

Abriendo la puerta corredera se encontró de bruces con nada más ni nada menos que con el profesor Jiraiya y la profesora Orochimaru. Dispuesta a no entablar ninguna conversación, les saludó inclinándose levemente hacia delante pero no le sirvió de nada.

– Has crecido mucho y te has vuelto realmente bella, Sakura. – Comentó el tutor del Uzumaki en tono afable. Sakura se sintió incómoda ante esas dos personas. Más que nada fue ese comentario de la nada por parte de uno de sus profesores quien tenía cierta reputación a pesar de que en estas circunstancias dichas palabras no fueran con ese fin. Ignorando por completo a la persona al lado del hombre con el cabello blanco, Sakura se armó de valor para forzar una sonrisa amable.

– Buenos días. – Dijo sin añadir nada más para rápidamente dirigirse a su aula eliminando de su rostro su sonrisa.


Seguía lloviendo fuertemente, y las nubes habían acaparado todo el cielo. De no ser por las luces del edificio casi se podría decir que el día estaba por acabar y no lo contrario, a pesar de que a la ojiverde le encantaría que así fuera.

Llegando ante la puerta de la sala comunal del primer piso, que era prácticamente un par de aulas juntas, se quedó afuera escuchando el escándalo armado por los demás estudiantes de su mismo año.

Al abrir la puerta, se encontró con una gran multitud dispersa por toda la sala. El ajetreo no hizo más que agravar su sensación de disconformidad. Al hacer acto de presencia, el ruido aminoró un poco viendo como algunos estudiantes volteaban a ver de quien se trataba pero enseguida todo regresaba como antes.

Sakura revisó por toda la habitación donde se encontraba su mejor amiga, quien se encontraba con Hinata, Tenten y Temari. Al presenciar que alguien la observaba por inercia terminó volteando hacia el rincón donde las ventanas, sentados en unos pupitres antiguos llenos de lo que parecían ser garabatos se encontraban Naruto y Sasuke observándola en silencio. El resto de chicos estaban hablando entre ellos.

Sintió un malestar haciendo acto de presencia en su barriga provocando que quisiera marcharse de allí hasta su casa en ese mismo instante.

No estás siendo más que una cobarde… – Se dijo a sí misma con reproche.

Apretando su mochila más cerca de sí terminó por entrar en la habitación, intentando disimular el hecho de que sentía como su cuerpo temblaba por ansiedad. Se dirigió hasta su grupo habitual de amigas.

Tenten fue la primera en darse cuenta de su presencia y le sonrió después de saludarla. Tras ver eso, por fin expiró un poco de aire de sus pulmones intentando relajarse.

Dejando sus cosas menos su teléfono encima de una colección de pupitres y sillas apilados en un lateral de la habitación como otros estudiantes lo habían hecho, decidió unirse a la conversación de las chicas.

– ¿Dónde estabas? – preguntó Ino con preocupación disimulada por curiosidad. Algo que Sakura ya sabía que su mejor amiga hacía. – Siéntate, aquí.

Vió como Ino golpeaba sin hacer daño la rodilla de Hinata para que esta se apartara para dejara el asiento libre. Sakura vió como lentamente Hinata lentamente sin decir nada estaba por obedecer pero decidió interrumpir la acción tomando otra silla apiñonada y colocarla al otro lado de Ino, viendo por el rabillo como Temari dejaba espacio como si nada.

Sonriendo hacia la rubia con coletas con agradecimiendo, Sakura se acomodó en su nuevo asiento arreglando un poco su uniforme y largo cabello.

– ¿De qué hablaban? – dijo finalmente alzando la vista hacia las chicas.

– De Ino queriendo conquistar al raro de Sai. – Comentó Tenten sorbiendo desde un popote un zumo de piña sin poder esconder la sonrisa burlona mientras todas observaban como la Yamanaka se sonrojaba visiblemente.

– Calla. – Musitó Ino frunciendo los labios falsamente como mohín. – Él no es raro si no…

– ¿Singular? – propuso la Subaku con franqueza interrumpiendo a la otra rubia. – Hasta yo que he interactuado menos con él que todos los de aquí puedo decírtelo, Nono.

Aunque Temari hubiese usado el cariñoso apodo que le otorgaba a Ino, esta última mantuvo la misma expresión. A pesar de observar brevemente cómo incluso la Hyuga no añadía nada mostrando que estaba de acuerdo con su típica sonrisa tímida. Cómo última alternativa se viró hacia su mejor amiga de la infancia quien volteó los ojos ante su mirada inquisitiva.

– Debes admitir que es excéntrico de arriba a abajo – Comentó viendo su amiga quien estaba escuchando su opinión atentamente no se sorprendía de ese comentario – Como lo han sido muchos artistas como él y todo artista necesita una musa.

Haciendo esa indirecta, el corto aunque feliz grito de la rubia hizo que casi todo el mundo volteara a verlas. Sakura se dejó abrazar por costumbre aunque feliz mientras sujetaba a su amiga por los brazos soltando una risa.

– Por cierto, me encantó saber como ridiculizaste a Ami. – comentó Tenten jugando con el popote del zumo que aún no se había terminado. – Ojalá no me lo hubiera perdido teniendo que ir al médico.

– Fué épico. – Aseguró Yamanaka soltando una risa ante el recuerdo y seguidamente añadir. – Se lo merecía la muy bruja…

– El director ya me ha reñido por ello. – comentó Sakura sin mucha importancia revelando su ubicación tras la escena en el gimnasio.

– ¿Se ha chivado y te ha echado la culpa solo a ti? – cuestionó Ino con la boca abierta de indignación.

– No fue nada. Le dije las cosas como son y Hiruzen no me dijo nada más. – terminó diciendo la Haruno mientras se alzaba de hombros. No le sorprendió la actitud del director en absoluto. Las demás no terminaban de sentirse complacientes del todo.

De pronto, una de las puertas correderas de la sala se abrió sonoramente interrumpiendo las conversaciones de los demás, aparte de la de las muchachas.

– ¡Buenos días, alumnos! – Saludó Iruka con una sonrisa cariñosa. Viendo como la mayoría de los alumnos le respondía el saludo.


La hora y media siguiente las personas dentro del aula se dedicaron a conocerse unos a otros jugando a dinámicas además de otros juegos entre los mismos. Idea del profesor con la razón de querer hacer relacionar a todo el mundo. El tiempo pasaba rápido y la gente parecía entretenerse bastante.

Aprovechando que nadie estaba hablando con ella, Sakura se apartó de la multitud para revisar si le había llegado algún mensaje. Comprobando dentro del apartado de mensajes si era cierto, se entristeció que apenas el receptor apenas había leído sus últimos mensajes.

De repente sintió como algo tiraba de un mechón de su cabello por detrás. No le gustaba demasiado que la gente lo tocara libremente, por lo que se giró de golpe apartando del agarre de quien fuera que estuviera detrás suyo y se inquietó al encontrarse con un sonriente Naruto de frente. Tuvo que frenar unas secas palabras insistentes en querer salir de su boca, por lo que literalmente se mordió la lengua.

– ¡Ei! Sakura – Dijo el rubio colocando ambos brazos detrás de su cabeza. Sakura recordaba esa postura como una de las muy típicas que hacía él. –¡Iruka nos llama para hacer una actividad grupal!

La joven miró a sus alrededores comprobando que era cierto. Se había distraído con el móvil, pero por suerte Iruka no dijo nada y ni se dió cuenta. Escondió en el bolsillo de su chaqueta su teléfono y se giró para encaminarse hacia sus amigas. Pero otra vez se vió sorprendida al ser agarrada por el brazo y prácticamente llevada a la fuerza hacia donde el Uzumaki creyera conveniente.

– ¡SUÉLTAME! – Gritó Sakura librándose del agarre y empujando con el mismo brazo el torso de Naruto con ímpetu colocando de nuevo distancia entre ellos. – No me toques.

Naruto esperaba esa reacción por parte de ella por costumbre, peró el hecho de que esta vez había sido diferente su reacción le extrañaba. Ante ese detalle, se rascó la cabeza sin saber qué decir y sin saber dónde mirar dado que le inquietaba la fría mirada de la pelirrosa.

– ¿Qué ocurre, chicos? – preguntó su profesor con verdadera preocupación. – ¿Todo bien?

Sakura no pudo evitar encoger sus hombros un poco. Se sentía en el epicentro de todas las miradas y así era. Sentía a todo el mundo observar lo sucedido con diferentes expresiones. Ciertas chicas la miraban con desdén de nuevo, otros con curiosidad y otras miradas…

Dejad de mirarme, dejadme en paz… – Pensó la ojiverde con rabia y vergüenza.

Sin salvarse de la incomodidad que le produjo su actitud, la Haruno regresó su mirada a Naruto quien seguía un poco sorprendido todavía. Internamente, agradeció que no hubiera reaccionado como usualmente lo hace. Ruidosamente creando un escándalo, ya fue bastante el suyo.

– Sí, sólo que no me gusta que me agarren. – contestó Sakura fingiendo una vez más otra sonrisa respondiendo a las preguntas del profesor castaño. – Lamento lo ocurrido.

– De acuerdo entonces. – aprobó el profesor con una amable sonrisa, mirando más hacia el rubio que a ella para a continuación invitar que ambos chicos se unieran a los demás para empezar el ejercicio.

Miró al suelo con frustración al ver como el rubio volvía a sonreír como si ya se hubiera olvidado de todo, sin pedir disculpas ni nada. Sakura se dió la vuelta sin más para empezar a andar hacia al lado de Ino y las demás pero se encontró con la mirada azabache de Sasuke.

Sintió un escalofrío de los piés a la cabeza. Había algo en su mirada que siempre llegaba a trastornar toda su estabilidad emocional. Algo que la hacía revivir todo tipo de sensaciones y mucho más que ahora les daba la espalda. Podía percibir como la calcaba con la mirada dando a entender que le extrañaba su comportamiento.

Me da igual… – Intentó asegurarse a sí misma Sakura, tenía otras cosas más importantes en las que enfocar sus pensamientos.

Antes de que su profesor volviera a llamarle la atención, se fue a unirse al círculo, colocándose entre Ino y Hinata. Sin mirar a nadie detenidamente, escuchó como Iruka decía las instrucciones del ejercicio donde todos iban a participar. Mediante una pelota siguiendo el ritmo de diferentes canciones, la gente debía preguntar a la persona que sostenía la pelota cuando la música paraba debía responder tres preguntas de cualquier persona que formaba en el círculo.

Sakura no se predispuso a participar demasiado en ningún aspecto salvo a pasar la pelota rápidamente a cualquier persona. Veía a sus amigas pasarlo bien, Ino bromear con Shikamaru y viceversa, los compañeros reír sobre las especiales preguntas de Sai sobretodo las que él mismo le hacía a Naruto y a los demás, escuchaba como la mayoría de las chicas aprovechaban para mandar la pelota hacia el chico que les gustaba para preguntar detalles que les pudiera interesar. Sobre todo las que se encontraban interesadas en el Uchiha. No podía evitar arrugar la nariz ante algunas de ellas.

– ¿Estás saliendo con alguien? – preguntó Ami sin esconder su sonrojo. Se escucharon algunas risas femeninas en lo que Sakura rodaba los ojos pensando en que la pregunta ya tardaba en salir.

– ¿Acaso cree que algún chico se podrá interesar por ella?… – Le susurró Ino haciendo que Sakura tuviera que reprimir una sonrisa burlona.

– Ya sabes como es ella… – Le respondió en voz baja mirándola y comprobando que ella también reprimía una risa.

– Si, aparte de mentirosa… – Añadió la rubia volteando a ver a la chica de cabello morado quien seguía esperando la respuesta de Sasuke. – Golfa.

A las chicas se les escapó unas risas, mientras el resto de sus amigas se las quedaban viendo con curiosidad al no entender la gracia.

– Si, mantiene una relación doble consigo mismo y su espada de kendo. – Respondió Naruto con mofa bien sonriente quien se encontraba al lado de su mejor amigo señalándole con un dedo pulgar.

– Calla, cacho burro. – respondió de mala gana con una mirada reprobatoria de la cuál el rubio ignoró olímpicamente. – No dices más que estupideces.

¿Son amigos otra vez? – Reflexionó Sakura observando su comportamiento entre ellos. Si algo sabía sobre ellos es que podían aparentar ser los mejores amigos pero en el fondo estar en bandos contrarios o al revés. Sakura frunció sus labios. – ¿Eso a mi que más me da?

– Deja de interrumpir, Naruto. – regañó Iruka educadamente invitando a Sasuke a responder la pregunta.

El susodicho se encontraba incómodo y sin nada de ganas de responder a la pregunta de una desconocida que le observaba como un trofeo en forma de su comida preferida. Viéndose obligado cerró los ojos, convencido negó con la cabeza provocando que Ami y otras chicas volvieran a reír entre sí, como felices ante la notícia mientras algunos chicos simplemente bufaban del cansancio.

Sasuke estaba por darle el balón a Naruto pero se vió interrumpido por Iruka.

– Aguarda un minuto, porque hay personas que no han participado todavía. – Comentó el profesor observando a la pelirrosa. – Pásale la pelota a Haruno.

Sakura alzó sus ojos jade y los colocó en el Uchiha, quien ante la espera de lo que su profesor quisiera decir se encontraba jugando con la pelota pasándola de mano a mano con agilidad. Sasuke devolvió la mirada a la Haruno y sin nada más, lanzó con una mano hacia la misma quien la atrapó inmediatamente con las dos manos. Observando la pelota entre sus manos, Sakura se predispuso a esperar que alguien se atreviera a preguntar algo.

– ¿Cómo has estado? – Dijo Sasuke cruzando los brazos manteniendo su mirada en ella.

La pelirrosa se esperaba cualquier otra pregunta pero esa no para nada y mucho menos por parte de él. sería mentir negarlo. Le miró de arriba abajo sin abrir su boca. Algo que ya había premeditado era que Naruto iba actuar como siempre, pero ¿Sasuke?

"- ¡Para mí sería sentirme tan sola como tú te sientes! – Dijo Sakura con la cara llena de lágrimas con ambas manos mantenidas en su pecho mientras notaba su cuerpo temblar.

Nuestros caminos se dividen a partir de ahora… – Escuchó la ojiverde decir Sasuke.

Abrió los ojos para observar cómo le daba la espalda como si nada. En medio de la luna llena y la oscuridad de la noche. Sintió como si le atravesaran una daga en medio de pecho tras esas literales palabras y aun así como otro intento de querer frenar al Uchiha tomó aire en sus pulmones para gritar… "

Frenando esos recuerdos del pasado atascados en su cerebro, Sakura lamió sus labios ante la espera de todos. Apretó con los dedos la pelota deseando hacer que explotara allí mismo y con arte liberó una fingida sonrisa de serenidad y de para nada desencanto.

– Bien. – respondió escuetamente rodando la pelota entre sus dedos.

– ¿Estás saliendo con algún chico? – preguntó una voz masculina que la pelirrosa desconocía distrayendo a todo el mundo.

Algunos silbidos junto a risas burlonas además de comentarios empezaron a sonar por la sala. Sakura buscó con la mirada al susodicho y se encontró con un muchacho de su edad de cabello negro corto con ojos saltones y castaños mirándola expectante y nervioso rodeado por los brazos de quienes parecían ser sus amigos. Sin percatarse de que cuatro muchachos se encontraban también mirando al chico, aunque no con la curiosidad de la Haruno.

Ino golpeó con el codo su costado haciendo que ella volteara a verla alzando las cejas. Con una sonrisa le hizo una seña para que respondiera al chico, viendo como Temari y Tenten sonreían le con bastante emoción. Su entusiasmo la hizo ponerse un poco colorada y nerviosa.

– No, no tengo pareja. – Dijo en voz baja aunque suficiente para que todo el mundo la escuchara.

– ¿Eh? – musitó Naruto aunque nadie pareció darse cuenta.

El muchacho solo asintió mientras sus amigos le rodeaban con sus brazos y le despeinaban el cabello. Sakura no quería mentir pero tampoco quería darle falsas oportunidades a nadie.

– ¿Hay alguien en esta sala por la que tengas interés romántico? – cuestionó Sai acaparando la atención de todos con su típica sonrisa.

– Veo que ya surgen las primeras chispas del amor… – Comentó Iruka con una sonrisa juguetona provocando algunas risas. Sakura no pudo evitar hacer una careta hacia su profesor tras escucharle pensar eso.

– Solo pregunto para un amigo, ella no me parece atractiva en lo absoluto… – añadió el moreno de piel pálida con su típica sonrisa que hicieron entrarle ganas de lanzarle la pelota en toda la cara y que esta dejara su roja marca en la misma. Más todavía ante los pocos ruidos de molestia que se llegaron a escuchar.

La pelirrosa observó en silencio la sutil y breve mirada que el artista le dedicó a cierto muchacho de ojos azules quien se encontraba mirándola, pero no volteó a mirarle. Escuchó a Ino suspirar tranquila como si se le hubiera evaporado la preocupación de encima. Sabía que su interés por Sai era genuino.

– Pues menudo cobarde es tu amigo que ni se atreve a preguntarlo por su cuenta a diferencia de otros… – Comentó alzando un extremo de sus labios hacia arriba.

– Tal vez sea timidez… – incluyó el moreno.

– Me da igual. – sumó Sakura con seriedad. Cada vez le parecía más sensata la idea de encestar la pelota contra la faz del pesado de Sai a pesar de la probabilidad del enfado de su mejor amiga con ella como consecuencia.

– No has respondido a la pregunta. – agregó como recordatorio su compañero de clase sin cambiar de expresión.

– No me apetece. – replicó Haruno con simplicidad. – Estás claramente haciendo la pregunta de otro y así no son las reglas.

Sakura vió como Sai dejaba de sonreír y le miraba fijamente con su expresión de ser impasible. Negó con la cabeza ante su estúpida pregunta, sabía de lejos porque se la había hecho. Aunque en realidad no le apetecía que el susodicho amigo suyo, a pesar de que ya sabía de quién se trataba, ni le preguntara por asomo algo similar. No sabía porque tanto esmero en esa tarea que se había puesto a sí mismo de entrometerse en algo así. Le importaba bien poco si le molestaba no obtener lo que quería. Y muchos pensaban que el artista carecía de rasgos de personalidad. Si eso no era ser cabezota…

Seguidamente, sonó la campana de receso indicando descanso. Agradeció que ni el profesor Iruka ni nadie más intentaran alargar más la sesión. Pero al parecer ella no era la única ansiosa por salir de la habitación. Una gran mayoría se dirigió rápidamente para tomar sus cosas apiladas al fondo del aula comunal.


Las chicas se quedaron allí mismo para tomar sus almuerzos que pronto se convirtió casi en un buffet libre. Patatas y galletas saladas fueron servidas cortesía de Tenten e Ino, quien le había quitado de las manos un par de bolsas al amable de Chouji que parecía acostumbrado a ello.

– Te están mirando… – comentó Ino dando un minúsculo mordisco a una patata sentada delante de la Haruno mientras observaba algo que se encontraba detrás de esta última.

Sakura observó a Ino masticando un poco de tempura de su comida, esperaba que saltara de alguna manera al tema hablarlo. Por lo que solo se dignó a alzar sus hombros con afán de demostrar su poco interés de ser el producto de las miradas de los chicos.

– ¿Vas a ignorarlos? – sonsacó para nada sorprendida la rubia de pelo largo del grupo.

– Sip. – respondió la ojiverde agarrando más comida entre sus palillos y colocarla en su boca con ganas. La comida que se había preparado estaba deliciosa. No pudo evitar jugar un poco con los piés ante el sabroso manjar.

– ¿Por? – insistió su mejor amiga mientras picaba otro aperitivo como si nada.

– Porque sí. – Zanjó la pelirrosa haciendo que su amiga pusiera los ojos en blanco, cuando se comportaba de esa manera llegaba a ser un poco cargante.

Ino volteó los ojos hacia las demás, para que intentaran indagar más sobre el tema. La única que se atrevió a hacerlo fue Tenten.

– Entiendo que le hagas eso al Uchiha, lo que no nos cuadra es tu actitud con Naruto. – Dijo la Aama con su bocadillo en las manos. – Érais los tres muy unidos…

Las chicas disimularon y se quedaron en silencio cuando Naruto y Sasuke pasaron junto a Shikamaru, Sai y compañía cerca para dirigirse a la puerta más cercana a las escaleras para seguramente ir a la cafetería o donde las máquinas expendedoras. Sakura se quedó mirando su almuerzo incómoda ante las miradas del Uzumaki y el Uchiha. El primero la miró sin cesar y el último le dedicó parecía observarla con detalle pero al llegar a la puerta volteó la cabeza.

Dejó su bento encima del pupitre que usaban de mesa una vez el grupo de muchachos salieron de la habitación cerrando la puerta. Para dedicarse a morderse el labio con molestia.

– No todo dura para siempre. – dijo simplemente Sakura cogiendo otra vez iniciativa para terminar su almuerzo.

– ¿A qué te refieres? – cuestionó Temari, la verdad es que la hermana de Gaara andaba un poco perdida sobre el drama en cuestión, a pesar de conocer lo básico que se le pudo explicar tras conocer a la pelirrosa.

– Que ya no somos amigos.


Bienvenidos queridos lectores,

Espero que les haya gustado el capítulo y que les esté llamando la atención o pareciendo mínimamente interesante de algún modo. Me interesaría saber vuestras opiniones al respecto. Prometo leerlas con detenimiento. Acepto cualquier crítica, solo pido amabilidad porque se trata de mi primera historia, lo crean o no.

He podido colaborar con otras escritoras y tal vez haya sido atrevida a dar ideas para fics, pero escribir una… Siempre me ha parecido algo muy difícil. Admiro a todos los escritores que han llegado a terminar todos estos proyectos que requieren tiempo y dedicación. Por eso mismo también les pido paciencia.

Espero que hayan disfrutado aunque sea de la lectura y que se vean atrapadas en lo que se viene.

Saludos~