Adheridos

NOTA:Todos saben, que por ser escritora SenHaku, evidentemente esta historia es SenHaku, pero los primeros capítulos tendrían un poco de lío entre Gen y Elise, lo cual ya creo que está terminadito.

NOTA 2:No importa si no leíste los primeros dos capítulos, esos sólo explican el trasfondo del problema en Adheridos. A partir de aquí es que empieza la trama principal.

NOTA 3: Cualquier duda que tengan de cosas médicas, pueden preguntar con confianza. Me gusta mucho instruir, y espero que no se torne aburrida la historia con tanta terminología médica y eso jeje.

Capítulo 3: Elise Coutta

Después de volver con Taiju y Yuzuriha a la posada en la que se estaban quedando y de que más de uno llorara de felicidad al saber que el hijo de sus amigos estaba perfectamente bien, Senku se reunió con sus amigos y les dijo que pospondrían la salida a Nevada para el día siguiente. El motivo de posponerlo era que necesitaban primero planificar el viaje y hacer un mapa, pues el pueblo de Álamo realmente era un pueblo pequeño de unos 1500 habitantes cuando ocurrió la petrificación. Sin embargo, unas personas de Las Vegas habían ido a ese pueblo a despetrifcar a algunos familiares que tenían en el pueblo y por casualidad habían despetrificado a Adhara porque fue la primera persona que encontraron.

De acuerdo con lo que Ukyo había conseguido hablar con Adhara sobre el momento de su despetrificación, parecía ser que la chica había estado en una casa a las afueras de la ciudad de Álamo, pero que quedaba en la salida que conectaba con Las Vegas, de forma que estaban un poco en medio de la nada Elise y ella. Adhara al parecer había ayudado a las personas a encontrar a sus familiares y luego había buscado la estatua de Elise y la había ocultado en la pequeña selva en la que se había convertido una parte de Álamo, en parte afectado residualmente por el cambio en la Cordillera de Gallatin.

Senku terminó de preparar el mapa con Chelsea y dar las instrucciones del viaje a sus amigos para las 21:35 horas, por lo que se fueron a dormir cada uno en sus respectivas habitaciones en la posada. Senku tomó un baño y pensó en irse a dormir, aunque primero quiso repasar el mapa hecho por Chelsea según las especificaciones de Adhara. Pensó en que le hacía mucha falta hablar con Whyman, pero desde que había llegado, se lo habían llevado unos miembros del equipo de Xeno para verificar que no se hubiera afectado por el mar y la brisa marina, y habían quedado en devolverlo en una cápsula de vacío para el momento del viaje.

Estaba un poco preocupado por las cosas, pero tenía que seguir firmemente sus teorías en el proceso de llegar a una respuesta definitiva al problema de los fetos petrificados, ya que, aunque no fuese médico, realmente le preocupaba todo ese asunto. En ese momento una voz suave llamó desde la puerta y lo sacó de sus cavilaciones: era la voz de Kohaku.

Fue rápidamente a abrirle, tropezando y casi cayendo en el camino por una alfombra que había en la entrada, y finalmente abrió la puerta a su ahora ¿novia? No estaba seguro de en qué condiciones estaba su relación con Kohaku para ese momento, porque básicamente habían quedado como "algo más que amigos" después de dormir juntos en la palmera, pero sin llegar a definir exactamente lo que eran.

—Hola, leona. Pasa —la saludó y le abrió paso para que entrara en la habitación, cerrando la puerta tras permitirle el paso.

—No soy una leona —se quejó después de entrar. Luego lo miró fijamente con una sonrisa felina y empezó a acercarse a él peligrosamente—. Sé que quizás no debería entrar así a visitarte, pero pensé en que al vez podríamos divertirnos un poco antes del viaje, ya que… bueno… probablemente allá tengamos que dormir a la intemperie.

Después de decir eso, Kohaku llevó ambas manos al cuello de Senku y lo rodeó con coquetería, llevando sus dedos hacia el cabello de él y erizándole la piel.

—No veo por qué deba resistirme a tan excitante propuesta, leona —se burló él con una sonrisa ladina.

Kohaku se terminó de acercar a él y juntó sus labios en un beso, luego una cosa llevó a la otra y a otra, hasta que terminaron disfrutándose mutuamente en la cama individual en la que estaba durmiendo el científico. Sería una noche de no dormir, seguramente.

Al día siguiente, Senku tenía unas ojeras terribles cuando se reunió con sus amigos, pero disimuló un poco diciendo que estaba terminando de finiquitar unas cosas para el viaje. A las 08:30 horas, de forma puntual, Stanley llegó junto con Xeno, Luna, Adhara y el Whyman para buscar al grupo de chicos del Reino Científico, quienes estaban listos para partir hacia Álamo.

Esta vez, quien pilotearía el avión sería Stanley, y Ryusui sería el copiloto. Senku y Xeno se sentaron cerca de la cabina del avión con Chelsea, para poder ubicar un buen lugar para el aterrizaje, de forma que no necesitaran caminar demasiado hacia Álamo. En el viaje iba el mismo grupo que había estado en el vuelo de Noruega a Florida, exceptuando Yuzuriha, pero incluyendo a Stanley, Xeno, Luna y Adhara.

—¡Ja-Ja! Stanley… ¡te deseo! ¡Quiero que trabajes para mi empresa! —exclamó Ryusui con emoción. Esa frase hizo que Xeno mirara perspicazmente a Ryusui.

—No me puedes desear, porque yo sólo sirvo a Xeno —expresó Stanley con un tono indiferente, haciendo sonrojar a Xeno ligeramente. Senku los miró a ambos algo divertido.

—¡Que vivan los novios! —exclamó Chelsea interviniendo, en referencia a la relación de Stanley y Xeno, haciendo que esta vez Xeno se sonrojara más y Senku sonriera.

—Realmente a nadie le importa el tipo de relación que ustedes tengan, no necesitan esconderlo —afirmó Senku, rascándose el oído con el meñique y mirando por la ventana fingiendo observar el paisaje mientras despegaban.

Stanley y Xeno no hicieron ningún comentario del tema, pero Xeno parecía más tranquilo después de lo que Senku había dicho. Ryusui, por otro lado, empezó a hablar con Stanley de otras cosas y aprovechar los conocimientos del piloto para expandir sus propios conocimientos, ya dejando de insistir con que se uniera al Conglomerado Nanami.

Senku decidió dormir un rato para compensar las horas de sueño, pero despertó después de unas cuantas horas de viaje, cuando Chelsea divisó el área en que se encontraba Álamo y llamó a Kohaku para que buscara un claro en las inmediaciones. Con su visión superior a los demás, la rubia después de unos minutos fue capaz de indicar el lugar idóneo para el aterrizaje, lo que facilitó las maniobras de Stanley y Ryusui y, momentos después, se encontraban en el lugar elegido.

Bajaron del avión y empezaron a preparar las cosas para una caminata un poco complicada. Chelsea explicó el punto del mapa en el que se encontraban y Adhara especificó la zona exacta donde había escondido a la neurocientífica. Lo que llevó a todos a asentir y empezar a caminar por el bosque. Estimaron la caminata de entre cuatro y seis horas hasta llegar al punto del que les había hablado Adhara, teniendo en cuenta que no todos caminaban a la misma velocidad. Dejaron en el avión a Tsukasa, Stanley, Sai, Luna, Chrome y Suika para que vigilaran que ningún animal se acercara y dañara el avión, además de asegurarse que todo estuviera en óptimo funcionamiento cuando los demás volvieran.

Llegar al lugar donde había escondido Adhara a la estatua de Elise había sido una odisea para el grupo, alcanzando este sitio en un poco más de seis horas por el cansancio que habían experimentado varios del grupo en el camino, ya que dicho camino tenía diversos obstáculos, y hasta un área un poco empinada que dificultó la movilización. El lugar en que se encontraba la científica estaba cubierto con un montón de ramas y parecía haberle construido una especie de "tumba" para protegerla y, a la vez, para señalizar el lugar en que se encontraba.

Senku se fijó en que era la estatua de una joven mujer, con apariencia de niña en su rostro y un pequeño tamaño que bien podría haber pasado por una infante o adolescente, y que se encontraba enrollada sobre sí misma, pero con la mirada hacia el frente reflejando terror. Gen se acercó a la estatua y la cubrió con su abrigo púrpura.

—Francois-chan… ¿pudiste conseguir el tipo de ropa que te pedí para ella? ~ —preguntó el mentalista a la mayordomo, que asintió eficientemente y se colocó cerca de él, preparada para entregarle la ropa cuando la piedra se rompiera. Luego se volteó hacia Senku, quien sin decirle nada, le entregó el líquido para despetrificar—. Les dijera que se fuesen y me dejaran un momento a solas con ella —habló nuevamente—, pero la verdad es que tengo algo de miedo respecto a su reacción, así que prefiero que permanezcan aquí. —Sus palabras fueron muy serias en ese momento, haciendo ver a Senku que realmente parecía estar preocupado por cómo ella actuaría.

Adhara se mantuvo en una ubicación cercana también, y empezó a comerse las uñas con nerviosismo. Todos miraban expectantes y nadie se atrevía a decir ni una sola palabra. Gen destapó el líquido despetrificador y lo echó sobre la estatua y la piedra empezó a rasgarse lentamente.

Después de unos segundos y de que varios fragmentos de piedra se rompieran en la cara de Elise Coutta, Senku pudo ver en ella unos ojos negros casi inexpresivos, y esos ojos se posaron en Gen, con un ligero brillo asomándose en ellos al mirarlo. El mentalista parecía estar esperando a que ella dijera algo, pero eso no pasó, sino que la piedra en ese momento terminó de romperse y ella simplemente se lanzó a abrazarlo, pero simplemente quedó cubierta por el cuerpo de él y el abrigo de Gen quedó en el piso. Él recogió el abrigo y la envolvió sin todavía decirle nada. Senku notó en ella sólo que tenía un cabello negro y que era extraordinariamente delgada y con una piel tan blanca y pálida que prácticamente parecía un papel, pero su cara la tenía enterrada en el pecho de Gen y realmente no se podía notar casi nada de su apariencia.

—Elise… ¿estás bien? —preguntó Adhara acercándose y siendo la primera en hablar. Gen asintió, probablemente teniendo en cuenta que la científica también había asentido.

Pretty boy… —Fue lo único que mencionó Elise en ese momento, con una voz que parecía sacada de un anime de lolis.

—¡Qué bueno que estás bien, mi pequeña mapache anémica!

A Senku ya le estaba empezando a incomodar la escena, así que decidió intervenir.

—Sí, sí… todo bien… ya después hablarán de sus cosas. Por ahora necesitamos encontrar dónde dormir, porque está anocheciendo, y también tenemos que preparar todo para mañana —expresó.

—Yo oí un río en las cercanías —intervino Ukyo—. En esa dirección —dijo señalando una parte.

—Iré a ver —se ofreció Kohaku, corriendo antes de que alguien más pudiera decir algo.

Francois le entregó a Gen la ropa para que ayudara a vestir a Elise, y los demás se fueron organizando para ir hacia el río. El río parecía no estar muy lejos, ya que Kohaku volvió en unos minutos para explicar el camino. Senku nunca dejaría de sorprenderse con lo increíble que era la leona.

Ya después de haberse movido del sitio en el que estaban, se fueron caminando hacia el río. Chelsea fue la más motivada y no perdió el tiempo para ponerse a dibujar, pues parecía sorprendida por la ubicación de ese nuevo río y se mantuvo haciendo una serie de trazos para ir apuntando en sus nuevos mapas. Kohaku fue rápidamente a pescar con Taiju, Kinro y Ginro, mientras todos se sentaban en la fogata.

Por primera vez Senku detalló mejor a la neurocientífica: era una chica de cabello negro, piel blanca pálida, con ojos negros casi inexpresivos y una mirada perdida, tenía unas marcas de petrificación que parecían unas ojeras acentuadas muy negras, pero que en su cara inexpresiva e infantil le daban la apariencia de un mapache. La ropa que Gen le mandó a conseguir consistía en una camisa negra más grande que ella misma y que la cubría hasta la mitad del muslo y una especie de pantalón negro ajustado, pero que Senku supuso que tendría un material elástico y suave para que no le apretara en el vientre, se podían apreciar sus brazos casi huesudos y apenas y se notaba su abdomen abultado, aunque por las características, Senku supuso que tendría probablemente un poco más de 20 semanas de gestación.

—Mi nombre es Ishigami Senku, puedes decirme Senku —se presentó el científico sin rodeos—. Supongo que conoces a Xeno. —Señaló a su mentor, quien asintió. Ella también asintió ante el comentario—. Necesitamos tu conocimiento de neurociencias para que nos ayudes a solucionar un problema que está pasando con los fetos de mujeres despetrificadas. —Ella simplemente asintió.

Senku esperó por un momento a ver si ella preguntaba algo o decía algo más, pero en su lugar sólo lo miró expectante.

—Senku-chan, no conoces a Elise-chan, pero ella sólo habla mucho cuando está explicando algo de neurociencias o cuando está hablando de ciertos temas que le he dicho que no debe hablar tan… libremente~ —explicó Gen con una sonrisa y su voz cantarina y melosa de siempre.

—El asunto es que aparentemente los fetos pierden la conexión de alguna forma con la madre, lo que hace que se mantengan petrificados en el vientre, a pesar de aplicarles el líquido despetrificador —continuó Senku y ella nuevamente asintió—. Mi sospecha es que los fetos que mantienen actividad cerebral después de los más de 3700 años que han transcurrido son los que logran despetrificarse como efecto colateral del líquido despetrificador que recibe la madre, pero los otros no. Así que estamos limitando el número de mujeres despetrificadas. Muchos casos son relativamente fáciles, porque si tienen más de 34 semanas de gestación, con la tecnología actual es posible que sobrevivan los recién nacidos que son despetrificados, pero todavía no tenemos tanto avance como para atender prematuros y mucho menos prematuros extremos.

Elise asintió y Senku la miró expectante, empezando a incomodarse porque ella no dijera ni una sola palabra, y tampoco estuviera preguntándole absolutamente nada.

—¿Realmente me estás entendiendo? —preguntó Senku y ella sólo asintió—. A ver, explícame lo que piensas.

—El cerebro humano empieza a formarse en la cuarta semana de desarrollo intrauterino, que en términos obstétricos sería la sexta semana, ya que por consenso se determinó que se hiciera el conteo de la edad gestacional a partir de la fecha de última menstruación. Con la formación del tubo neural, que es un proceso denominado neuralización, se empiezan a sentar las bases para que las estructuras del sistema nervioso se formen, la actividad cerebral tendrá desarrollo más adelante, siendo aproximadamente en la onceava semana de gestación cuando empiezan los primeros movimientos, que es un hecho clave para el neurodesarrollo. Esto quiere decir que, como mínimo, debería tener entre doce y dieciséis semanas de gestación para mantener esa actividad cerebral. —Todos miraban asombrados a la neurocientífica que hasta hace un momento no había dicho casi nada.

—Interesante información, la almacenaré —expresó medusa de repente. En este punto, Senku ya estaba bastante sorprendido ante tal explicación, y se alegró al saber que ese era el motivo por el cual el bebé de sus amigos, Taiju y Yuzuriha, estaba bien.

—Los fetos no piensan realmente —continuó Elise—, esto sería una función compleja que requiere de aprendizajes, por lo que después de una cierta cantidad de días, meses o años, de acuerdo con el nivel de neurodesarrollo, lo más seguro es que la mayoría dejaría de tener actividad cerebral. Y, al no continuar dicha actividad cerebral, lo más probable sería que el cerebro se apague hasta que los liberen de la piedra, pero si el líquido no es pasado por vía sanguínea, la madre se despetrificaría y el feto no, lo que quiere decir que todo feto que no haya mantenido actividad cerebral por más de 3700 años podría permanecer petrificado.

—Ella es la mejor neurocientífica que había en nuestros tiempos y es mi mejor amiga. En cuanto al cerebro humano, ella es insuperable —mencionó con orgullo Adhara—, y una parte de lo que Gen sabe, se lo debe a ella.

—Senku… creo que puedo aprender mucho de los humanos oyendo lo que ella tiene para explicar.

—¡Kukuku! ¡Diez billones de puntos para ti por tus conocimientos, neurocientífica! —Senku sonrió ladinamente. Definitivamente con esa mujer conseguirían una respuesta rápida a lo que estaba pasando.

—Elise-chan~, sé que no debería decir esto en este momento, pero… ¿no estás preocupada por el bebé después de saber lo que pasa con los bebés petrificados? ~ —preguntó Gen con una exagerada tranquilidad. La mayoría de los presentes aun no sabían lo del embarazo de Elise antes de la petrificación. Senku miró expectante la escena hasta saber qué ocurría.

—¿Cuál bebé? —preguntó Elise confundida.

—El que tienes dentro de ti, Elise-chan~ —aclaró Gen.

—¿Cómo sabes eso? —cuestionó con cara de terror y miró fijamente a Adhara.

—Perdón —respondió la morena justando sus manos al frente, suplicante.

Elise suspiró y tomó una de las manos de Gen entre las suyas, haciendo que todos se sorprendieran y algunos hasta enrojecieran, como fue el caso de Kinro, quien prefirió voltearse. Ella acercó la mano del mentalista hacia su abdomen y se levantó la camisa para que él colocara su mano. Momentos después el mentalista puso una cara de alegría y Senku sonrió al confirmar su teoría.

—¿Ves que está bien? No te preocupes por Elioth, será un bebé muy inteligente —afirmo con tranquilidad Elise, y Gen no despegó su mano de ella incluso a pesar de que ya estaba más tranquilo.

—Elioth…

—Ya-ya, después hablan y se entienden entre ustedes sobre ese tema —los interrumpió Senku, rascándose el oído con el meñique con fastidio—, en fin… veo que entendiste bastante bien todo lo que está pasando.

—La dra. Gabrielle solicita que seas parte de su equipo, Dra. Elise Coutta, y de verdad que sería muy elegante verlas trabajar juntas —añadió Xeno.

—Está bien, Xeno. Trabajaré con ella, pero yo también necesito a mi mejor alumna: Aisha Donaldson —explicó Elise con un rostro completamente inexpresivo.

—Ya está en la lista, pero no hemos encontrado dónde está ella.

—¿La buscaron en Corea del Sur? Si no la encontraron en California, debe estar en Corea del Sur, específicamente en Pohang —describió claramente la neurocientífica.

—¿Qué hay en Pohang? —preguntó Xeno.

—Pues imagina que Aisha es Stanley. En Pohang está el Xeno de Aisha: la mujer por la que Aisha iría hasta el fin del mundo, Eun-ji Jun —se burló con una sonrisa pervertida, haciendo enrojecer a Xeno—. Ya no se te ve tanta tensión sexual, así que supongo que ya por fin Stanley y tú se decidieron dejar de fingir ser sólo amigos —añadió divertida y Xeno no pudo evitar enrojecer mucho más.

—No tienes que ser así, Elise-chan~ —la regañó Gen, quien aún tenía la mano en el abdomen te ella y ella sólo se encogió de hombros.

A nadie realmente le interesaba mucho la orientación sexual de Stanley y Xeno, pero eso había resultado entre incómodo y divertido. Senku no sabía si le terminaría de agradar esa extraña e ilógica científica, que más que científica parecía una skater drogadicta, pero decidió confiar en Gen, que no imaginaba que él pudiera enamorarse de una persona que no cumpliera, como mínimo, ciertos parámetros acordes a su superficialidad. Además, ya habían encontrado a la neurocientífica que estaría en el equipo de investigación y él podría dedicarse a empezar a preparar las cosas para la base lunar desde California, lo cual esperaba que no le tomara demasiado tiempo.

¡Todo estaba siendo demasiado emocionante!

Y así termina el Capítulo 3 de esta historia loca. Espero que les esté gustando, porque a mí me encanta escribirla y contarles un poco de mi pasión: la medicina.

Como bien saben, esta historia es del pasado de Circunstancias Problemáticas, así que con esto pueden ir entendiendo cosas de la construcción de esa historia, y pues sé que eso también les gustará mucho.

En fin… los personajes de Dr. Stone no me pertenecen, pertenecen a Inagaki y Boichi. Yo sólo los utilizo para mis historias.

Los quiero mucho y espero que puedan dejarme comentarios que me motivan a seguir escribiendo.