Capítulo #4
Alerta Akuma
—Lo siento, Ely —se disculpó Jack mirando su celular—. Es del trabajo, necesito contestar esta llamada.
En otra situación a Elisa le hubiera parecido extraño el repentino cambio de actitud de Jack, pero ahora sabía muy bien a cual trabajo se refería, al igual que él también había recibido la alerta.
—Claro, no hay problema —sonrió—, yo iré a buscar algo de agua así que toma tu tiempo.
Elisa rió mientras veía como su mejor amigo se alejaba con el celular en alto cómo si estuviera buscando un lugar con buena señal, aunque ella sabía que solo era actuación, en realidad el chico buscaba un lugar en el cual esconderse. Cuando perdió de vista esa chaqueta de cuero que el chico vestía, se dirigió a los baños.
—No puedo creerlo, ¿ahora?, ¿Vlinder no conoce el significado de día libre? —se quejó, no sin antes haberse asegurado de estar completamente sola—. Veamos de qué se trata —abrió en su celular la aplicación de Alerta akuma y revisó en donde se había visto por primera vez al villano y dónde se encontraba actualmente.
Ella había diseñado cuidadosamente esa aplicación, aunque aún era una versión de prueba la funcionaba muy bien y recopilaba todas las noticias sobre los ataques de akuma más recientes y su ubicación.
—Nassir, no creo que pueda hacer esto —confesó guardando su celular—. Anoche todo fue muy incómodo con Black.
—¿De qué hablas? —contestó su kwami, confundido, saliendo de su mochila.
—Tu sabes, se molestó porque le propuse revelar nuestras identidades —hizo una pequeña pausa— ¿Te imaginas cómo se pondrá si descubre que le pregunté eso porque ya conocía su identidad?.
—No puedes dejarlo pelear solo, ¿qué tal si algo sale mal? —el pequeño kwami trató de razonar con ella
—Lo dudo, Black siempre ha sido muy cuidadoso, estoy segura de que podrá solo.
—Elisa… —Nassir suspiró y la miró con seriedad—. Debes de pensar en lo que haría Aquila, ¿Crees que ella dejaría solo a su compañero?
La chica guardó silencio unos momentos mirando fijamente el piso, mientras en su mente imaginaba posibles resultados. Finalmente soltó un largo suspiro, su kwami tenía razón, ella era una heroína y tenía que actuar como tal.
—Supongo que no tengo otra opción, los odio akumas —dijo con frustración y se transformó.
El lugar del ataque quedaba a pocas cuadras por lo que llegó rápidamente, aunque no fue la primera; el chico del traje negro ya se encontraba en medio de una pelea con el nuevo akumatizado, una chica que tenía el poder de controlar las plantas.
Dio un vistazo a su alrededor antes de unirse a la batalla, los edificios se encontraban cubiertos por enredaderas y algunas flores, los árboles habían aumentado dos veces su tamaño. Margaritas, tulipanes y dientes de león cubrían la banqueta, mientras que los girasoles habían reemplazado toda luminaria.
En ese momento agradeció menalmente no ser alergica al polen, al igual que su hermano, debido a que el polen de las plantas había cubierto casi todo el lugar, pintándolo de diversos colores, entre ellos el rojo, rosado, púrpura, azul y amarillo.
—¿Alguna novedad? —preguntó apareciendo al lado de su compañero, sin mirarlo.
—Si, ten cuidado de los ataques directos —contestó sin la mínima emoción— fuera de eso nada, aún no estoy seguro dónde está el akuma.
—Entiendo, tendré cuidado—respondió Aquila y se alejó lo más que pudo de su compañero.
Aunque la villana no era muy fuerte, a los héroes les costó más trabajo de lo normal desakumatizarla.
Ninguno de los héroes estaba completamente en la batalla, Black estaba más serio e inexpresivo de lo normal y a Aquila le preocupaba más estar alejada de su compañero para no revelar su reciente descubrimiento que mantener su concentración en la lucha, sin embargo debido esta pérdida de concentración Black había tenido que rescatarla de varias enredaderas florales en más de tres ocasiones, así como cubrirla de varios ataques.
—Aquila, tenemos que hablar —exclamó el joven héroe, una vez que derrotaron a la villana, tomando el brazo de su compañera.
El cuerpo de la joven se tensó, preparándose para lo peor.
—¿Qué pasa, Black? —contestó liberando su brazo y apartando un poco a su compañero.
—No se que te pasó hoy, pero necesito que estés concentrada —espetó el chico con voz severa—. No puedo luchar y cuidarte al mismo tiempo— añadió mientras sacudía el polen de colores que ahora decoraba su traje.
Elisa quería decir algo para defenderse, pero en el fondo sabía que su compañero tenía razón..
—Lo siento —se disculpó—, tengo la cabeza en las nubes, pero no volverá a pasar —sin esperar la respuesta del chico dió media vuelta y de un salto se alejó del lugar.
Cuando estuvo segura de que nadie la seguía, regresó hacía los baños de los que había salido y, después de destransformarse, caminó de regreso hacia la tumba de Kate.
Ella sabía que Jack no la estaba buscando aún, pero prefería enfrentar al joven actor que al frío superhéroe.
—Lo siento, —se disculpó el pelinegro mientras llegaba al lugar donde se encontraba la chica— la llamada fue más larga de lo que esperaba.
—No te preocupes —sonrió, mientras estaba sentada frente a la lápida de piedra—. Me estaba poniendo al día con Kate.
—Entiendo, ¿quieres que te de más tiempo?. —En respuesta la chica negó con la cabeza y el chico extendió su mano para ayudarla a levantarse—. Ya es tarde.
Elisa se levantó con ayuda de Jack, ambos caminaron hacia el estacionamiento y posteriormente condujeron en silencio hacia la casa de la chica.
—Enserio, muchas gracias por acompañarme hoy, no creo que hubiera soportado estar solo el día de hoy —confesó el chico después de haber atravesado el gran portón que rodeaba la casa y deteniendo la moto cerca de la entrada.
—No es nada, fue bueno pasar un rato contigo, cómo en los viejos tiempos —respondió con una sonrisa.
—Bueno, ¿Qué opinas de hacer algo mañana? —preguntó el chico escoltándola hasta la puerta de su casa.
—Claro —aceptó con una sonrisa— ¿Qué tal si vamos a ese parque de atracciones que habíamos prometido?
—¿Aún recuerdas eso? —rió mientras se detenía frente a la gran puerta de madera—, no creí que lo dijeras en serio.
—Siempre cumplo mis promesas, ya deberías saberlo —contestó mientras la puerta se abría a sus espaldas—. Hasta mañana —se despidió y entró a su casa, preparándose mentalmente para el gran sermón que le esperaba.
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Al día siguiente ambos chicos se encontraron en el parque, cuando llegaron todo se encontraba tranquilo, por unas horas ambos chicos se olvidaron de todas sus preocupaciones enfocándose en una única misión, disfrutar el día al máximo.
Se enfocaron tanto en pasarla bien que no notaron el paso de las horas, hasta que el atardecer pintó el cielo y concluyeron que debían ir a un último juego, la rueda de la fortuna.
—Realmente extrañaba todo esto —exclamó el chico, mientras la rueda comenzaba a subir—, hace tiempo que no me divertía así.
—Te entiendo, enserio necesitaba esta pequeña salida —respondió admirando el paisaje.
—Sabes —inhaló y exhaló profundamente—, desde ayer buscaba un buen momento para darte esto —sacó de su mochila la pequeña caja de regalo, la misma que Aquila había recuperado hace 2 noches.
—¿Y eso? —preguntó abriendo con cuidado la pequeña caja.
Los ojos marrones de la chica se pusieron vidriosos, era evidente que estaba conteniendo las lágrimas, el collar que había en la caja era idéntico al que siempre usaba su hermano.
—Muchas gracias, Jack —lo abrazó— ¿Cómo pudiste conseguirlo? Llevo años buscándolo pero no pude encontrarlo —preguntó separándose del chico.
—Tengo mis contactos —sonrió guiñando un ojo.
—En serio, no era necesario que te tomaras la molestía —sacó de la caja el collar—. ¿Me ayudas? —preguntó con una sonrisa.
—Por supuesto —tomó con cuidado el collar y lo colocó con delicadeza en el cuello de la chica—. Te queda perfecto.
—Muchas gracias —se sonrojó.
—Hay algo que quiero confesarte —el chico bajó la mirada e inspiró con fuerza antes de enfocar su vista en los ojos café de la chica.
—¿Pasa algo malo? —preguntó nerviosa mientras jugaba con sus manos.
Ya lo sabe, sabe que descubrí su identidad pensó la chica y su corazón comenzó a golpear con fuerza su pecho, tanto que temió que el chico pudiera escucharlo, pero él parecía muy ocupado en sus pensamientos para notarlo.
—La verdad es que… —comenzó a decir, algo nervioso—, desde hace un tiempo, yo….
La frase del chico fue interrumpida por una sacudida brusca de la cabina, de un momento a otro el juego se había detenido sin previo aviso, antes de llegar al punto más alto.
—Elisa, ¿Estás bien? —preguntó preocupado acercándose a la chica.
—Estoy bien, no te preocupes —respondió mirando por la ventana—. Pero, tengo la sensación de que algo anda mal.
Los chicos se levantaron y pudieron ver a través de la ventana cómo la gente corría y gritaba desesperada por alejarse de los juegos, que se habían salido de control abandonando sus vías y recorrían el parque con libertad arrasando con todo a su paso.
Jack acarició con cuidado su brazalete, dudoso de si debía transformarse o no, y miró de reojo a Elisa; sabía que tenía que transformarse, pero eso significaba delatar su identidad y quizá poner en peligro a su persona más importante.
Un golpe interrumpió sus pensamientos, uno de los carritos acababa de golpear la estructura de la rueda de la fortuna y comenzaba a tambalearse, tenía que tomar una decisión rápido o pronto caerían.
—Hay algo que tienes que saber…—comenzó a decir el chico, sin embargo, frente a él ya no se encontraba su mejor amiga.
Mientras Jack estaba absorto en sus pensamientos Elisa se había transformado en Aquila. El chico permaneció inmovil, sus ojos azules se abrieron como platos y su mirada reflejó una mezcla de sorpresa y terror; sus piernas perdieron toda su fuerza y cayó en el banco, su piel ahora estaba completamente pálida. Estaba en shock, no podía creer que su compañera de equipo era su mejor amiga y la chica de la que estaba enamorado desde su infancia.
Aquila sonrió, entendía perfectamente la reacción de Jack, ella había pasado por lo mismo hace algunas noches, pero en ese momento debía ser una heroína así que sin la más mínima duda o temor en su rostro, tomó a Jack de la cintura y lo sacó del juego, dejándolo en una banca.
—Nos vemos pronto —susurró en su oído y corrió para estabilizar el juego y ayudar a bajar a las personas, dejando al chico con la compañía de sus pensamientos.
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Hola, aqui Branny.
Quizá sea idea mía pero este capítulo se me hizo algo cortito, aunque el final esta muy intenso.
Espero que les guste, el siguiente capitulo aún esta en escritura asi que a mas tardar el domingo 21 lo subo, con suerte termino antes.
Cómo siempre me gustaría agradecer a Jenny por ayudarme a crear esta gran historia y a Ame, mi lectora beta y correctora de textos.
Hasta pronto.
