Capítulo #5

Elisa

—Lo siento —se disculpó una de las personas que corría para alejarse del lugar al chocar con Jack; el golpe hizo que volviera a la realidad.

—No hay problema —respondió el chico con una sonrisa. Se alejó del lugar y buscó un lugar tranquilo para esconderse. A pocos metros de distancia encontró una pequeña tienda de recuerdos que, debido a la evaluación de las personas, ahora se encontraba completamente vacía.

—¿Wolfry? —llamó a su kwami— Puedes salir, no hay nadie.

—Ya era hora de que llamaras —contestó saliendo de su escondite—, tengo toda mi energía y estoy listo para transformarte

—¿Lo sabías? —interrogó Jack ignorando el comentario de Wolfry— ¿Sabías quien era ella? —su voz tembló— ¿Sabías que Elisa era Aquila? —se dejó caer en el piso, pesadamente.

—No, no lo sabía, ¿Por qué creíste que lo haría? —suspiró— entiendo, sé lo que piensas, pero no hay forma en la que pueda sentir a los demás kwamis.

—Pero… —Dejó la frase en el aire y miró hacia el suelo mientras mordía su labio inferior con nerviosismo, eso lo afectaba mucho.

Ella era la última persona que hubiera querido que fuera Aquila; la chica con la que creció gracias a la amistad de sus madres, su única mejor amiga y su primer amor. No podía creer que también había roto la promesa que le había hecho a Erick.

—Su atención por favor —se escuchó una voz metálica a través de los altavoces—. Mi nombre es Metálico y he tomado el completo control del parque, Aquila y Black Wolf entreguenme sus miraculous o tomaré la ciudad iniciando por la estación de trenes.

—Jack —gritó su kwami volando frente a él y agitando sus manos para llamar su atención—. Necesitas recomponerte, Aquila está allá afuera luchando sola.

—No puedo —escondió la cabeza entre sus rodillas—. Ya era bastante difícil enfrentar a Aquila después de cómo la traté ayer, ¿Cómo voy a enfrentarla ahora que sé que es Elisa?

—No tienes otra opción, chico —voló hasta su oído—. Es hora de la acción.

En respuesta el chico se levantó, dejando salir un pequeño gruñido de frustración y ocultó todas sus emociones detrás de una máscara imaginaria; algo que siempre hacía antes de actuar.

—Odio que uses este método, no me das ninguna opción —espetó molesto el chico.

"Es hora de acción" era una frase que Jack siempre se decía a si mismo antes de entrar en personaje; y eso era lo que Wolfry quería que hiciera, dejar todo atrás y entrar en el personaje de héroe.

—Es una de las ventajas de conocer tu frase de preparación —el kwami sonrió—, ahora apurate, hay un villano que derrotar.

El chico se transformó y llegó justo a tiempo para evitar que un cable golpeara por la espalda a Aquila.

—Llegas tarde Blacky, creí que ya se te había quitado esa mala costumbre tuya —bromeó, tratando de olvidar su nerviosismo.

—Estaba ocupado —espetó en un tono más severo de lo que hubiera querido—. ¿Has visto a la persona akumatizada?

—No —negó con la cabeza, haciendo que su capucha se tambaleara un poco—. Estaba ocupada bajando a las personas de los juegos.

—Entiendo —asintió con la cabeza— sigue con eso, me encargaré de rastrearlo —respondió y se alejó un poco.

Se detuvo a pocos metos y giró para ver a Aquila, por más que quisiera actuar de la misma forma con su compañera no podía evitar preocuparse por su amiga.

La mirada que le dirigió a la chica duró apenas algunos segundos, sin embargo esa pequeña distracción fue más que suficiente para que uno de los cables subiera rápidamente por su pierna y enredara sus brazos inmovilizándolo.

—Creo que necesitas practicar esas habilidades de rastreo, Lobito —contestó el akumatizado y con un movimiento de su mano lo levantó del suelo dejándolo colgado, como si de una piñata se tratara.

Black observó con detenimiento al nuevo akumatizado; un chico no mayor de 25 años que tenía el poder de controlar los objetos de metal.

Trató de liberarse pero el cable se encontraba demasiado apretado que no le permitían moverse ni alcanzar su látigo. La idea de morder el cable para liberarse cruzó por su mente, pero la descartó inmediatamente; si bien sus dientes y colmillos eran lo suficientemente fuertes para hacerlo, eso habría dañado su imagen de héroe y era algo que no podía permitirlo. El mejor plan era hacer tiempo para esperar a Aquila.

—No lo creo —respondió con calma, sin inmutarse por estar colgado—. Aunque no es lo que esperaba funcionaron muy bien, después de todo estás frente a mi. —El olor de Aquila se hacía cada vez más fuerte, estaba cerca.

—No deberías estar tan confiado, creo que no entiendes tu posición —con un movimiento de su mano el cable del que colgaba lo sacudió de un lado a otro—. Yo tengo el control, te usaré como carnada para atraer a tu compañera y después de que le quite su miraculous tomaré el tuyo.

—Creo que estás siendo demasiado optimista —ladeó un poco su cabeza—, lamento destruir tus sueños, pero lo mejor sería que te rindieras y no me hagas perder el tiempo.

—Si eso piensas entonces —hizo una pequeña pausa— tomaré tu miraculous primero —usó una placa de metal para elevarse a la altura de Black y se acercó para tratar de quitarle su brazalete.

—Mala idea —contestó Black con una sonrisa justo al momento en el que el escudo de Aquila golpeaba el cable, rompiéndolo. Cuando el agarre se aflojó un poco se movió con rapidez y activó su látigo, haciendo que el akumatizado retrocediera y usara placas de metal como escudo.

—El chico tiene razón —respondió la heroína recuperando su escudo y apareciendo al lado de Black— estabas siendo demasiado optimista, no debes subestimarnos.

Metálico, como se hacía llamar el chico akumatizado, hizo una mueca y comenzó a lanzar las mesas y sillas que se encontraban cerca.

—Vaya, la pequeña ave decidió aparecer finalmente —rio el villano—es hora de que recupere esas joyas que hacen llamar miraculous

Mientras los héroes estaban ocupados defendiendose del ataque de las cosas voladoras, uno de los cables que estaban en el piso enredó la bota negra de Black Wolf y lo levantó rápidamente del suelo, haciendo que su látigo se cayera de sus manos.

Aquila trató de correr hacia él, pero una viga de metal habian atrapado sus a sus botas y cayó al suelo.

—Pero que tenemos aqui, creo que este es el fin de ambos —Metálico rio y con un movimiento de sus manos hizo que uno los trenes se pusiera en marcha hacia la dirección en la que Aquila estaba. La chica tomó su escudo y comenzó a golpear el metal, pero solo saltaban chispas y no se rompía; miró hacía Black, el joven héroe se encontraba colgado de cabeza sin la posibilidad de ayudarla.

—Piensa rápido —gritó la chica de ojos cafés y lanzó el escudo.

En un rápido movimiento el chico del traje negro lo atrapó y se liberó del agarre. En un rápido movimiento recuperó su látigo.

—Sombras —gritó el chico y lanzó, la ahora espada de sombras, hacia su compañera; quien la atrapó en el aire utilizandola para romper la viga de metal y saltar de su lugar, justo antes de que el tren la aplastara.

—Es hora de terminar con todo esto —le comentó Aquila a su compañero.

—Entiendo, será cuando estes lista —asintó con la cabeza y atacó con su látigo al akumatizado.

Mientras él trabajaba en la distracción Aquila susurró "quedo" y lanzó la pluma hacia Metálico, haciendo que éste se quedara completamente paralizado; Black aprovechó y liberó al akuma, haciendo que todo regresara a la normalidad.

—Tenemos que hablar —confesó el chico del traje negro, tomando de la muñeca de su compañera para evitar que se fuera. La mandíbula de la chica se tensó.

—No lo creo, no hay nada de lo que debemos hablar —la chica trató de soltarse pero el agarre era demasiado fuerte.

—No era una pregunta —los ojos amarillos del chico la miraron con firmeza—. Tenemos que hablar —suspiró—. Necesito que regreses tu miraculous, ya no puedes ser Aquila.

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Antes que nada... quiero disculparme por el capitulo tan corto, no tuve suficiente tiempo pero queria traerles el capitulo como lo prometí.
Espero que les guste.

Tengo que disculparme porque el siguiente capitilo puede que tarde un poco más, lo programaré para el 4 de Septiembre debido a que iniciaré con parciales.

Nos vemos pronto.

Bueno es hora de los agradecimientos, gracias a Jenny por ayudarme en la creación de esta historia.