Capítulo #6

Secretos

—¿Qué? —exclamó incrédula—. Espera, ¿podrías repetirlo? Creo que no te escuche bien —contestó con una sonrisa y golpeó la mano de su compañero, liberándose de su agarre.

—Es exactamente lo que oíste —no le prestó importancia al golpe y extendió la mano hacia Aquila—. Ya no puedes conservar la peineta, dámela.

—No —dio un salto hacia atrás, poniéndose en posición ofensiva—. No sé quién eres, pero Black Wolf nunca me pediría mi miraculous.

Aquila no entendía qué estaba pasando, pero estaba segura de que si le querían quitar su miraculous no era nada bueno, quizá Jack había sido akumatizado debido a la confusión, o quizá era una ilusión creada por un nuevo villano, de cualquier forma no podía confiar en ese chico que estaba frente a ella.

—No digas tonterías —recriminó el chico—, acabamos de derrotar a un villano —miró con firmeza a su compañera— ¿por qué dudas de mi identidad?

—Que me hayas ayudado a derrotar al villano no prueba nada —lanzó su escudo hacia el chico, quien se vio obligado a saltar rápidamente para poder esquivarlo—. Te voy a dar otra oportunidad de confesar —se paró frente al chico de forma amenazante— ¿Quién eres? ¿Por qué quieres mi peineta?

—Soy yo, Black Wolf, tu compañero —suspiró y habló en tono amable—. Te explicaré todo, pero necesito que me acompañes a un lugar más seguro.

—Respuesta equivocada —lanzó una vez más su escudo, pero una vez más el chico lo esquivó con rapidez antes de que pudiera golpearlo.

Aquila no se iba a rendir tan fácil, volvió a lanzar el escudo, solo que esta vez mientras el chico lo estaba esquivando, ella lo atacó con una patada lanzándolo unos pocos metros.

—No quiero luchar contigo, Aquila —se levantó y sacudió su traje—, pero estás siendo muy irrazonable.

—¿Irrazonable?, ¿yo? —rió con sarcasmo la chica de ojos cafés—. Lo dice la persona que está tratando de quedarse con mi miraculous.

—Es completamente razonable que quiera recuperar el miraculous de la persona que se transformó en un lugar público.

—No sé de qué hablas —se colgó el escudo en la espalda, era evidente que el chico frente a ella era su compañero y no mostraba ninguna amenaza real.

—No mientas, yo… —un bip, bip lo interrumpió, la última de las cuentas de su brazalete estaba parpadeando, tenía menos de 1 minuto para buscar un lugar seguro o pronto se destransformaría—. Esto no ha terminado, te veo en 10 minutos en donde siempre.

Sin mirar a la chica, dio media vuelta y se retiró del lugar, se le terminaba el tiempo.

—Bienvenida, Elisa —saludó el héroe al ver llegar a Aquila, se encontraba sentado en la orilla del edificio donde siempre se reunían con los pies colgando.

Aquila se tensó y bajo su capucha haciendo que le cubriera un poco los ojos, no esperaba que Jack reaccionara de esa forma tan fría.

—¿Por qué me llamas por ese nombre? —preguntó la chica acercándose.

—Lo sé todo —el chico suspiró y se levantó para mirarla a los ojos—, se que tu nombre de civil es Elisa Percia Ferrec —hizo una pequeña pausa—. Sé que eres la hija de grandes empresarios y la sucesora de Reccia International.

—¿Y tú cómo sabes todo eso? —preguntó cruzándose de brazos y mirándolo fijamente.

—Te vi mientras te transformabas frente a ese chico —espetó en tono frío—, ¿Sabes lo peligroso que fue eso? —la regañó.

—Fue totalmente necesario —se defendió la chica—, si no me hubiera transformado en ese momento muchas personas habrían resultado heridas.

—Siempre preocupándote más por las personas a tu alrededor que por ti misma —suspiró y se presionó el puente de su nariz—. No puedo dejar que sigas así, ya no puedes tener la peineta —extendió la mano hacia ella—. Dámela.

—Lo siento, pero eso no es algo que tú puedas decidir —apartó molesta la mano que el chico aún tenía extendida frente a ella.

—Claro que puedo hacerlo, como héroe de la ciudad mi deber es proteger a todos, incluyéndote a ti —mordió su labio inferior discretamente—. No sabemos qué problemas habrá ahora que alguien sabe tu identidad.

Aquila no podía soportar más esa actitud, nunca habría imaginado que Jack actuaría de esa forma y menos con ella, ¿quién se creía?.

—No crees que estás hablando de más —llevó sus manos a su cintura—. Sólo hay una persona que pudo haber visto mi identidad así que deja de actuar, Jack.

Black retrocedió como si le hubieran dado un puñetazo, sus ojos se abrieron con sorpresa, escuchar su nombre lo tomó con la guardia baja que no pudo pensar en una buena excusa y ahora, después de esa reacción, no podía negarlo.

—¿Cómo? —respondió con algo de dificultad, su voz temblaba, tragó saliva con fuerza y continuó— ¿Desde cuándo lo sabes?

Aquila dudó un momento antes de responder y observó con atención a su compañero, quien de un segundo a otro había pasado de ser un héroe seguro de sí mismo a convertirse en un cachorro asustado que solo quería huir del lugar.

—No hace mucho —suspiró, no había razón para que siguiera guardando el secreto—. La verdad es que vi cuando te destransformaste después de nuestra pelea con Bomberman.

Black se destransformó, ahora podía entender porque Aquila estaba tan distraída y actuaba de forma diferente, Aquila imitó a su compañero.

—Así que… —hizo una pausa y miró al piso, no podía mirar a Elisa a los ojos— ¿La verdadera razón por la que querías que conociera tu identidad era porque ya conocías la mía?

—Si, era lo más justo —hizo una mueca—, pero tu negativa sobre conocer las identidades fue tan firme que no tuve la oportunidad.

—Todo esta mal, esto no debía de pasar —murmuró sin levantar la vista— él me dijo que no podíamos compartir nuestra identidad con nadie, que hacerlo sería peligroso

—¿De qué estás hablando, Jack? —preguntó con curiosidad acercándose al chico, haciendo que sus ojos azules la miraran—. ¿Quién te dijo eso?

—El guardián —suspiró—, la persona que nos entregó los miraculous, es parte de las reglas.

—Un momento, ¿hablaste con él? —preguntó sorprendida— cuándo me entregó el miraculous no me dijo mucho y no lo he visto desde ese día.

—La verdad es que… —rascó la parte de atrás de su nuca— me reuní con él un par de veces antes de que me fuera de la ciudad —hizo una pausa— desde que regresé no lo he visitado.

—No lo has visitado, así que ¿sabes dónde vive? —levantó una ceja y se cruzó de brazos— ¿por qué solo habló contigo? yo también tengo un miraculous.

—Podría decirse que por otros asuntos, no relacionados con nuestros miraculous—le dio la espalda y se volvió a transformar—. Pero ya es tiempo de que lo conozcas, vamos a visitarlo —la miró y sonrió.

¿Qué más secretos me estas ocultando, Jack? De las personas que conozco eras la que menos hubiera imaginado que me guardaría secretos pensó Elisa, sin embargo decidió no decir nada.

—Ya era hora —se transformó—. Por un momento pensé que el guardián nos había abandonado a nuestra suerte.

—Es más o menos el caso —se encogió de hombros— pero, deberías prepararte, no creo que se ponga muy feliz después de saber que descubrimos nuestras identidades —inclinó ligeramente la cabeza y saltó del edificio.

Aquila miró con preocupación cómo a menos de un metro del suelo sacó su látigo con rapidez y se balanceo por los edificios hasta perderse entre los edificios; aquella no era una actitud propia de Black Wolf, sus retiradas solían ser elegantes, con movimientos precisos y pasos firmes, nada comparado con aquella salida que parecía un intento de suicidio.

La heroína de ojos cafés suspiró y se retiró del edificio para buscar un lugar cerca del parque en el que pudiera destransformarse; una vez que asumió su identidad de civil, Elisa caminó hacia el estacionamiento, en dónde Jack la esperaba, recargado en su moto.

—¿Estas lista? —preguntó el chico extendiendo el casco hacia ella para que pudiera tomarlo.

—Claro —tomó el casco y se lo colocó—, creo que fue suficiente acción por un día —se subió a la moto y abrazó al chico, quien solo sonrió y comenzó a conducir.

—Jack, ¿no crees que vas en la dirección equivocada? —preguntó la chica al ver que el pelinegro se desviaba de la ruta hacia su casa y se dirigía hacia la carretera.

—No —negó con la cabeza—, te dije que te llevaría a conocer al guardián así que es a dónde vamos.

Elisa no respondió y se quedó admirando el camino, horas después Jack se detuvo frente a una pequeña escuela de artes marciales.

—Llegamos —comentó el chico apagando el motor y bajándose de la moto—. ¡Vamos! es momento de que lo conozcas.

Elisa recorrió con la mirada el establecimiento, las luces de la escuela se encontraban completamente apagadas y una cortina de metal cubría la entrada principal. Era más que evidente que el lugar se encontraba cerrado, lo cual era lógico debido a que pasaban de las once de la noche.

—Demonios, Jack ¿en este momento? —exclamó molesta la chica— ¿tienes idea de la hora que es? ¿crees que es hora de visitas?

El pelinegro de ojos azules solo levantó sus hombros y se dirigió hacía el pasillo que se encontraba en el lateral del edificio; la chica lo siguió a regañadientes hasta que toparon con una pequeña reja que estaba cerrada con un candado.

—Las luces apagadas, la puerta principal cerrada y ahora esta reja —enumeró con los dedos—, ¿qué más señales quieres?

—En realidad no son suficientes —rió y buscó en sus bolsillos, hizo una mueca cuando no encontró lo que buscaba—. Siempre hay un plan B.

Jack comenzó a buscar en el interior de su chaqueta de cuero hasta que encontró una pequeña caja rectangular negra. Elisa miró con curiosidad cómo el chico sacaba de la caja unas ganzúas y comenzaba a forzar el candado.

—¿Estás loco? —exclamó la chica— Mejor deja eso antes de que alguien nos vea y llame a la policía.

—Tranquila, ya lo dejé —guardó las herramientas en el interior de su chaqueta y quitó el candado para abrir la puerta—, está abierto.

—¿Cómo? —lo miró confundida— ¿Cuándo aprendiste a hacer eso? y ¿De dónde sacaste esas herramientas?

—¿Recuerdas aquella película de espías que protagonicé? —La chica asintió—. Mi padre creyó que se vería más realista si aprendía a forzar candados y cuando acabó la película me traje las herramientas como recuerdo.

—Eso explica muchas cosas —se encogió de hombros—. Pero aun así es ilegal entrar así a las casas de los demás. —lo regañó.

—Tranquila, no le importará —abrió la puerta y entró, Elisa lo siguió dudosa y cerró la puerta detrás de ella.

Siguieron el pasillo hasta llegar al jardín trasero, Elisa se tuvo que agarrar del hombro de Jack para no tropezar al avanzar a través del oscuro jardín; la visión de Jack no era tan clara como cuando estaba transformado, pero aún así su miraculous lo ayudaba tener una mejor visión que la chica. Caminaron hasta que se detuvieron frente a una puerta que daba a la casa, una vez más Jack forzó la cerradura y lograron entrar.

Las luces se encontraban apagadas por lo que no pudieron ver a la persona que se acercaba hacia ellos hasta que estuvo muy cerca y atacó a Jack con una vara de madera, conocida como bo, el chico se movió rápidamente y lo esquivó, pero ese ataque solo era una distracción, la persona estaba contando con que el chico esquivara el golpe y al estar en una mala postura realizó una barrida, derribándolo con facilidad; mientras Jack luchaba con su atacante Elisa recorrió el lugar hasta que encontró el interruptor de la luz y la encendió. El atacante miró al chico y sonrió pero no detuvo el ataque y lo golpeó en la cabeza pero con poca fuerza.

—¡Auch!—gritó el chico mientras sobaba su cabeza—. Eso duele, pudiste detener el golpe, viste que era yo —reclamó el chico mientras se levantaba y sacudía su ropa.

—Pero no quería —el atacante, un señor algo mayor de cabello gris, sonrió— espero que eso te enseñe que no debes no irrumpir en una casa a mitad de la noche.

—¿Eso quiere decir que puedo irrumpir en una casa al medio día? —bromeó el chico y el hombre volvió a golpearlo en la cabeza, levemente.

Elisa miró con detalle al hombre, tenía el cabello gris largo atado con un listón, vestía una bata sencilla, sus movimientos eran rápidos a pesar de su evidente mayoría de edad; al mirar con detalle su rostro lo reconoció como la persona que le había entregado su miraculous.

—Creo que no me he presentado correctamente —dijo el guardián con voz suave, acercándose a Elisa—. Mi nombre es Xiao, ¿a que debo su inesperada visita?.

—Me disculpo en nombre de mi portador por importunar a esta hora, maestro —respondió rápidamente Wolfry saliendo de su escondite y volando hacia el guardián—, pero esta es una visita muy necesaria.

—¡Shh! —exclamó Jack tratando de atrapar a Wolfry—. No digas una palabra más —ordenó y el kwami guardó silencio inmediatamente, pero ya era tarde el guardián intuía perfectamente lo que estaba pasando.

—Creí que había sido claro —alzó la voz y miró con firmeza a Jack—. No podías decirle a ninguna persona sobre tu identidad como Black Wolf, sin importar cuánta confianza le tengas.

—En realidad él no me lo dijo —interrumpió Elisa—. Por accidente vi cómo se destransformaba, pero el siempre estuvo en contra de que reveláramos nuestras identidades.

—¿Nuestras? Es decir que ¿tú también? —preguntó Xiao volteando a ver a Elisa, quien solo asintió con la cabeza—. ¿Están locos? ¿Cómo pueden estar tan tranquilos en estos momentos? —suspiró frustrado y miró a ambos chicos de forma amenazante—, creí haber sido claro con las reglas, las identidades deben permanecer en secreto o tendrán que renunciar a sus miraculous.

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Hola a todos.

Debido a varias dificultades técnicas hasta hoy pude subirlo, espero que a pesar de la espera les guste.

Me gustaría agregar que en la historia utilicé la palabra "Bo".

Un bo es una vara larga y gruesa, es un arma de madera para artes marciales muy eficaz para quienes conocen sus técnicas.

Nos vemos en el siguiente capitulo.

Bueno es hora de los agradecimientos, gracias a Jenny por ayudarme en la creación de esta historia y a Ame por asesorarme en cada capitulo en cuanto a escritura.