Capítulo #8
Oportunidades
Los ojos cafés de la chica se llenaron de lágrimas, golpeó con furia el suelo, no podía creer que a pesar de su esfuerzo en el pequeño combate habían perdido, no estaba lista para dejar ir a Nassir y tampoco quería dejar de ser Aquila.
«Quizás si hubiera sido más fuerte habría podido ganar, o tal vez habríamos ganado si Jack me hubiera ayudado desde el ¿por qué tenía que tardar?» pensó la chica.
Jack apretó los puños y mordió su labio inferior, conocía a la perfección las habilidades del guardián y aunque, en el poco más de un año que había entrenado con él nunca había podido derrotarlo, tenía la esperanza de que con la ayuda de Elisa el resultado hubiera sido distinto; pero se equivocó.
Un sentimiento de culpa invadió el pecho del chico cuando vió a la chica golpear el piso con frustración; no pudo evitar pensar que era su culpa y que, de haber intervenido antes, el resultado hubiera sido distinto.
—Lo siento —murmuró, mientras se arrodillaba al lado de la chica y la abrazaba. Ella lo apartó sin decir ninguna palabra y se levantó sacudiendo sus rodillas; una parte de ella quería el apoyo que le ofrecía el chico a través de su abrazo, pero seguía molesta con él por darle la espalda cuando más lo necesitaba.
—La pelea ha concluido —dijo el guardián caminando hacia ellos— pelearon con valentía, pero aún tienen mucho que aprender para poder derrotarme, ahora, síganme —ordenó en tono frío dándoles la espalda y caminando hacia la salida.
Los chicos se miraron entre ellos y a pesar de que su miedo y preocupación eran evidentes, siguieron en silencio al viejo guardián, hasta lo que parecía su oficina.
—Tomen asiento —volvió a ordenar el guardián señalando el sillón y esperó hasta que los chicos se sentaran para continuar—. No puedo creer que me pongan en esta complicada situación.
—¡No fue nuestra culpa! —exclamó Jack tratando de defenderse, pero Xiao le indicó con un gesto que guardara silencio.
—Desde que era joven ví como muchos de mis maestros le quitaban los miraculous a varios portadores por situaciones parecidas —comentó Xiao y se recargó sobre su mesa de trabajo— tienen suerte de que no sea como ellos.
Los chicos intercambiaron miradas, no comprendía completamente lo que estaba diciendo el guardián.
—A lo que me refiero es que pueden conservar los miraculous —explicó Xiao al ver la confusión en el rostro de los chicos—. Esto sólo era una pequeña prueba.
—¿Una prueba? ¿Entonces fue mentira todo lo que nos dijiste de las reglas? —preguntó Elisa reflejando en su voz toda la molestia que sentía.
—No lo era, las reglas existen, pero siempre he creído que son demasiado rígidas —hizo una pequeña pausa— y una guardiana me enseñó que yo tengo el control de mi caja, así que puedo crear mis reglas —explicó con voz cálida y sonrió—. Aún así tenía que poner a prueba a mis portadores antes de alterar un poco las reglas.
—¿Eso quiere decir que si nos hubiéramos rendido ya no seríamos héroes? —preguntó la chica, con curiosidad.
—Exacto Elisa —miró a la chica—, me demostraste que tu voluntad es fuerte y siempre das todo de ti para lograr tus metas, sin importar la fuerza o apariencia del oponente —hizo una pequeña pausa—. Aunque hay que trabajar un poco en ese exceso de orgullo.
—No soy orgullosa —murmuró desviando la vista—. Pero, muchas gracias, le prometo que tendré más cuidado y no lo decepcionaré.
—En cuanto a ti, pequeño aprendiz —volteó su mirada hacia Jack y se cruzó de brazos—, te conozco desde hace más tiempo, sin embargo el chico que vi hoy no se parecía en nada a lo que recordaba, por un momento temí que tu viaje te hubiera cambiado, de no haber intervenido tus días de héroe habrían terminado.
—¿Eh?, pero no he cambiado en nada, incluso cuando estaba lejos regresaba para ayudar a Aquila a combatir los villanos, es solo que… —dejó la frase al aire y desvió su mirada. Xiao no hizo más preguntas, el guardián sabía muy bien de la promesa que Jack le había hecho a Erick.
—Lo sé, sé que estabas teniendo un momento difícil, por eso tuve que darte un pequeño empujoncito para ayudarte a tomar una decisión, me alegro que haya sido la correcta.
Elisa alternaba su mirada entre Jack y Xiao, era más que evidente que estaban ocultando algo, apretó los puños tratando de contener su deseo de insistir hasta que encontrar la respuesta a todas esas preguntas que se amontonaban en su mente; sin embargo sabía que ese no era el mejor momento para hacerlo, no quería que el guardián cambiara de opinión sobre dejarlos conservar los miraculous.
—Entonces, ¿los demás guardianes son muy estrictos? —habló Elisa volviendo al tema principal—, ¿cómo los identifico? no quiero tener problemas por toparme con alguno de ellos.
—Son así porque los líderes de la orden de los guardianes siempre se aseguraron que todas las reglas se cumplieran al pie de la letra y si no lo hacían, los aprendices recibirán severos castigos —suspiró ante el duro recuerdo—. Pero no tienes que preocuparte por ellos, dudo que aún existan algunos de los viejos guardianes.
—¿De qué hablas? —preguntó con curiosidad la chica, acomodándose en su asiento— ¿No estás en contacto con tus maestros?
—No tengo necesidad, además ni siquiera se si aun existe la orden de los guardianes —expresó en tono despreocupado— la verdad es que hace tiempo hubo un pequeño incidente y junto con mi maestro, tuvimos que alejarnos para mantener a salvo los conocimientos que tenía el gran templo, así como la caja de los miraculous que estaba bajo protección de mi maestro, pero —hizo una pausa, sin quererlo había hablado de más acerca de su pasado— es una larga historia y no es importante.
—Me gustaría oírla —contestó Elisa con decisión—. Quisiera saber más sobre la historia de los miraculous, he estado investigando, pero solo me he topado con algunas leyendas, historias y noticias sobre algunos portadores, nada especial que me ayude.
—En serio es largo, me llevará un rato ¿estás segura? —preguntó Xiao mirando a los chicos.
Elisa asintió con la cabeza y se sentó en una de las sillas frente al guardián, estaba muy entusiasmada por finalmente obtener más información sobre la historia de su miraculous, desde un punto de vista más "humano".
Jack asintió con la cabeza, sin despegar la vista del anillo, con el que jugaba desde que comenzó a hablar de los guardianes. Cualquiera habría pensado que el chico no se encontraba interesado y lo estaba ignorando, pero con el tiempo Xiao había aprendido que así era Jack y pedirle que estuviera sentado y quieto, sólo harían que el chico dejara de poner atención.
—En ese caso, Jack —Xiao hizo una pequeña pausa—. ¿Podrías ayudarme a preparar un poco de té?, está en el mismo lugar.
—Claro —respondió el chico colocándose el anillo y rápidamente se levantó para acercarse a un pequeño baúl— ¿lo de siempre?. — preguntó y Xiao asintió; el chico sacó una pequeña cajita junto a todos los materiales y comenzó a preparar el té.
Preparar el té era una actividad sencilla que Xiao le había enseñado, además de que ayudaban a que Jack no estuviera tan distraído mientras hablaban.
—La orden de los guardianes —comenzó Xiao con su historia—, solía ser un grupo secreto que se había encargado por años de proteger las cajas de los miraculous y elegir a los portadores cuando se necesitaran —hizo una pequeña pausa y se aclaró la garganta— sin embargo las pruebas para pasar de aprendiz a guardian eran demasiado duras para los más jóvenes y en una de ellas, uno de los aprendices utilizó un miraculous que causó la creación de un monstruo que destruyó por completo el templo y se comió a todos los que se encontraban en el interior.
—¿Y usted vio todo eso? ¿por eso es que tuvieron que buscar otro lugar? ¿Cómo lograron su maestro y usted escapar de ese monstruo? —interrogó Elisa.
—En realidad —sopló la taza de té que le acaba de entregar Jack—, no lo hicimos, solo el aprendiz que había creado al monstruo logró escapar y poner a salvo una de las cajas de miraculous —dió un pequeño sorbo a su té. Jack y Elisa intercambiaron miradas, confundidos—. Fue casi más de 100 años después que los portadores del miraculous de la creación y la destrucción derrotaron a ese monstruo, lo que nos trajo de regreso a todos —tomó su té y se recargó en su silla.
—Claro, hace como 50 años apareció misteriosamente un templo, si mal no recuerdo en algún lugar de china—exclamó Jack rápidamente, había terminado de preparar el té y se encontraba sentado al lado de Elisa, escuchando la historia—. Escuché esa historia mientras grabábamos algunas escenas en Shanghai, actualmente es un templo abandonado, pero sigue siendo un gran atractivo turístico.
—Si, es exactamente por eso nos enviaron a buscar otro lugar para refugiar información y otra caja de miraculous, toda la atención que recibía no era buena para una organización secreta, además querían mantener a salvo al menos otra caja, por si algo llegara a suceder.
—Y Xiao… —los ojos azules del chico brillaron de la curiosidad— ¿Qué se siente pasar 50 años atrapado en el estómago de un monstruo?
—Nada, —respondió el guardián con rapidez— el tiempo se detuvo y esos 40 años para nosotros fueron unos minutos, cuando volví seguía teniendo la misma apariencia de 18 años con la que desaparecí. —sonrió y procedió a rellenar todas las tazas de té.
—¿No te sientes triste o molesto con ese aprendiz? —preguntó Jack mirando fijamente la mesa—, Me refiero a que quizá tu vida hubiera sido mucho más diferente si el asunto del templo no hubiera pasado.
—En realidad creo que me alegro de haber desaparecido —respondió el guardián sinceramente, con una gran sonrisa—. Como lo dije, la vida en el templo era demasiado dura y un poco más para alguien que no le tenía mucho aprecio a las reglas —soltó una pequeña risa—, así que agradezco la oportunidad de alejarme y vivir una nueva vida mucho más relajada. Además, esto me trajo nuevas experiencias, pude ser maestro de artes marciales y ayudar a muchas personas, además de que conocí a alguien con quien compartí mis ideales y conocimientos.
—Pero, ¿no te da curiosidad saber lo que habría sido tu vida? —preguntó Elisa—, quizá te hubieras vuelto un guardián parte de la orden y no habías tenido que estar escondiéndote.
—Eso no es importante —negó con la cabeza—, no cambiaría todas las experiencias que he vivido por nada, pero —se aclaró la garganta—, creo que nos hemos desviado mucho del tema principal —se cruzó de brazos miró con seriedad a los chicos—, y es ¿que hacer haremos para que conocer de sus identidades no los ponga en peligro?
—¿Ponernos en peligro? —exclamó Jack levantándose rápidamente de su asiento—, creí que había dicho que estaba bien que conservaramos los miraculous.
—Vuelve a tomar asiento joven aprendiz, tienes que saber que el permitir que los conserven no aleja el peligro —se levantó de la silla y caminó hasta el librero— y menos si no conozco hasta dónde pueden llegar los poderes de Vlinder.
—¿De qué habla? usted es el guardián —exclamó Elisa, sorprendida— ¿No es su deber conocer todo sobre los miraculous?.
—El deber del guardián es proteger los miraculous, además de tomar registró y orientar a los portadores sobre su uso —suspiró y giró para mirar a la chica— ¿Sabes quiénes fueron Ladybug y Chat Noir?
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Hola a todos.
Finalmente estoy de regreso después de unas semanas con un gran bloqueo creativo y con muchos exámenes. Y como disculpa traigo esta vez un capítulo más largo.
No tengo mucho que agregar, espero que les guste.
Debo agradecer a Jenny, que me estuvo ayudando con las escenas y en la creación de los personajes.
Eso es todo, no olviden suscribirse a la historia y comentar, un abrazo.
