Capítulo #18

Primera Cita parte 2

—Está bien —suspiró Elisa negando con la cabeza, sabía bien que seguir contradiciendo a Jack no serviría de nada, además quería disfrutar de su cita—. Dejaré mis preocupaciones a un lado y disfrutaré del momento.

—Esa actitud me agrada —exclamó con una gran sonrisa en el rostro y se detuvo a un lado de su moto—. Entonces si no te molesta despeinarte ¿Quieres subir? —preguntó ofreciéndole un casco.

—Gracias —asintió tomando el casco, para después colocarlo en su cabeza, seguido de eso se subió a la moto detrás del chico, abrazándolo por la cintura—. Estoy lista

—Muy bien, sostente fuerte —sonrió y arrancó la moto. En el camino comenzó a acelerar poco a poco pasando entre algunos carros para llegar más rápido al lugar—. ¿Te gusta esta velocidad?

—Si —respondió aferrándose con más fuerza al pasar una curva pronunciada—. Así está bien, solo ten cuidado en el camino.

—Descuida, nunca he tenido un accidente —rió y bajó un poco la velocidad—. Ya falta poco, así que solo sostente un poco más.

—Confío en lo que me dices —dijo mientras se sostenía con fuerza y disfrutaba el aire.

Jack continuó disminuyendo la velocidad a medida que se acercaban al lugar y se estacionaba.

—Bueno, hemos llegado y en una sola pieza —bromeó apagando la moto y procedió a quitarse el casco—. Creeme, saque la licencia de forma honesta.

—No dudo que haya sido de forma honesta —le respondió bajando de la moto, quitándose el casco con cuidado y arreglando su cabello—. Así que por favor espero que siempre tengas cuidado y manejes de forma responsable

—No tienes que preocuparte, ¿Cuándo he sido irresponsable? —sonrió con confianza—. Responsabilidad es mi segundo nombre.

—Responsable... Claro —rodó los ojos entregando el casco—. Eres demasiado descuidado, además ya has sido irresponsable en un par de ocasiones, por eso mi preocupación

—De acuerdo, tienes razón —confesó rindiéndose—. Te prometo que trataré de tener cuidado ¿okey? —contestó caminando hacia la entrada.

—Está bien, pero si algún día te llegara a pasar algo, házmelo saber, porfavor, si me entero después me molestare contigo —lo amenazó con un tono serio.

—Muy bien, si eso te hace sentir más tranquila, lo haré —sonrió y abrió la puerta para que la chica pudiera entrar—. Adelante, después de ti

—Gracias, que amable —le ofreció una sonrisa y entró mirando el lugar con melancolía—. Tenía años sin venir a este lugar.

—Lo sé, tampoco había venido desde la última vez que nos trajo Erick —contestó entrando detrás de la chica—. Es increíble ver que no ha cambiado ni un poco.

—Es cómo si el tiempo no pasara—expresó caminando hacia la recepción para pedir una mesa—. Me gusta el saber que cada que vengamos podemos recordar visitas anteriores.

—¿Eso significa que vendremos más seguido? —preguntó tratando de ocultar un poco su emoción

—¿Quieres venir más seguido? —lo miró con emoción— Por mi no hay problema, al contrario, me encantaría.

La señorita que se encontraba en la recepción anotó sus nombres en una tableta electrónica y los guió entre todas las mesas hasta su lugar, una pequeña mesa para dos personas, alejada del centro del restaurante, un lugar tranquilo en el cual podían charlar, los jóvenes agradecieron a la señorita y esta se retiró haciendo una pequeña reverencia después de haber cumplido con su trabajo.

Jack se movió rápidamente y ayudó a Elisa a sentarse, acomodando su silla y colocando la servilleta blanca que estaba sobre la mesa en el regazo de la chica, para después tomar su lugar.

—Me gusta cuando eres amable, eres encantador —rio un poco mirando el menú.

—Gracias —agradeció con una sonrisa, tratando de mostrar confianza, pero sus mejillas sonrojadas demostraban lo contrario—, trataré de ser aún más amable.

—No digo que lo hagas, Jack —sonrió con un poco de sonrojo en sus mejillas—. Me gustas como eres.

—Me alegra saber que te gusto —murmuró para sí mismo con una gran sonrisa—. ¿Pedirás lo de siempre? —preguntó en voz alta mirando el menú.

—Si —asintió enérgicamente—. Ansío probar nuevamente esa pasta tan exquisita.

—Entiendo, pediras tu platillo favorito —miró dudoso el menú—. Yo creo que pediré una ensalada.

— ¿Sólo una ensalada? ¿Crees que vas a llenar solo con eso? —preguntó con preocupación—. Es algo muy ligero ¿No?

—Bueno, ese es el punto, guardar algo de espacio para el postre —sonrió de la misma forma en la que lo haría un niño tras contarle a un adulto su plan secreto.

—Así que plan con maña —dijo cambiando drásticamente su preocupación por una risa ligera—. Está bien, lo aceptaré en está ocasión, solo porque sé cuánto te gustan los postres.

—Supongo que muchas gracias —agradeció riendo—. Entonces está decidido.

Una vez que decidieron sus bebidas y eligieron sus platillos Jack llamó al mesero y ordenó la comida.

—Esta es la primera vez que venimos solos a este lugar ¿O me equivoco? —habló Jack una vez que el mesero se retiró de la mesa.

—Es verdad —confirmó la chica con una sonrisa—. Antes requeríamos que viniera alguien que se hiciera cargo de pagar la cuenta, pero finalmente podemos hacerlo nosotros.

—Ya hemos crecido —exclamó el pelinegro con una sonrisa triunfante—. Podemos ir a todo los lugares que queramos y nadie nos detendrá.

—Exacto, ni aunque lo intentarán podrían detenernos —contestó con confianza y rio.

Siguieron la conversación, hasta que, al poco tiempo, el mesero llegó con ambas órdenes entregando el platillo de cada quien.

—Gracias —agradeció junto con el chico al mesero antes de que se retirara—. Tiene un aroma delicioso.

—Estoy de acuerdo, también tienen buena apariencia —contestó el chico miró su plato—. No se como pueden hacer que hasta un plato tan sencillo luzca rico.

—Bueno, tienen que hacerlo, lo que es llamativo vende aunque no tenga buen sabor —explicó Elisa admirando su plato—. En este caso es llamativo, rico y saludable —sonrió tomando un poco de pasta y llevándolo a su boca, deteniéndose unos segundos a saborearlo.

—Tienes toda la razón, lo llamativo vende, sin importar lo que sea, eso lo sé mejor que nadie —sonrió y tomó un poco de agua— ¿Está bueno tu platillo?

—Más delicioso de lo que recordaba —sonrió mientras acercaba un poco su plato hacia él— ¿Quieres probar un poco?

Jack no pudo evitar reír ante la expresión de Elisa, se veía claramente que disfrutaba de su comida.

—Si te hace sonreír de esa forma, claro que me gustaría probarlo —sonrió y tomó un tenedor limpio y tomó un poco de pasta para poder probarla—. Vaya, en verdad esta muy buena

—¿Verdad que sí? —contestó con una gran sonrisa, feliz de que el chico aceptara probar un poco—. El mismo sabor o quizá más rico que siempre.

—Sé que no luce tan rica como tu pasta, pero ¿Quieres probar mi ensalada? —preguntó el chico acercando el plato hacia ella.

En respuesta la chica asintió y tomó un poco de ensalada, Jack miró con atención como su mejor amiga llevaba el tenedor hasta su boca y saboreaba el pequeño bocado que había tomado.

—A pesar de ser un platillo simple sabe muy rico —contestó dejando el tenedor en la mesa.

Los minutos pasaron mientras los chicos disfrutaban de su comida, entre charlas y risas, el ambiente que en un inicio parecía tenso y monótono comenzó a relajarse, permitiendo que los jóvenes pudieran hablar con la misma comodidad que siempre lo habían hecho.

—Sabes —comenzó a decir Jack, cambiando el tema—. Éstas últimas semanas han pasado tantas cosas que siento que desde mi viaje es la primera vez que podemos sentarnos a hablar de la misma forma que antes.

—Lo sé —suspiró la chica— han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que se siente irreal, pero finalmente estamos ambos aquí, disfrutando del momento.

—Se que fue algo difícil poder hablar así y no quiero arruinarlo pero —hizo una pequeña pausa bajando la mirada hacia la mesa, algo nervioso—. Hay algunas preguntas que me gustaría hacer.

—No te preocupes por eso —dijo Elisa tratando de animarlo—. Puedes preguntar, no arruinarás nada.

—En ese caso, lo diré —contestó con nerviosismo y, antes de volver a hablar, tomó aire con fuerza tratando de ganar algo de valor—. ¿No te decepcionó saber que yo soy …

Jack no pudo terminar la frase ya que antes de que pudiera decir "Black Wolf" sus labios se cerraron y sintió un gran dolor en su garganta, además de la sensación de asfixia, trató de volver a hablar, pero la sensación seguía; sus ojos se llenaron de pánico y se llevó una mano hacia su cuello, nunca había sentido algo así antes.

—¿Estás bien, Jack? —preguntó la chica con preocupación y empujó la silla para levantarse de su lugar, pero el chico negó con la cabeza e hizo señales de que se quedara sentada.

—Estoy bien —respondió finalmente después de inhalar y exhalar con fuerza—, no se que pasó, cuando traté de decir Black Wolf, mis labios se sellaron por completo.

—Eso es extraño, ¿te había pasado antes?

—No —dijo negando con la cabeza—. Es la primera vez, por eso me sorprendí.

—Un minuto —exclamó, su mirada decía que acaba de pensar en una teoría, se acercó un poco al chico y bajó la voz— ¿estás usando el amuleto que nos dio Xiao?

—Si, desde ayer que me lo diste, ¿Por qué? —sonrió y la chica levantó las cejas, esperando que Jack también uniera los puntos, lo cual tardó unos segundos—. ¿Estás diciendo que eso sucedió por el amuleto?

—Claro, tiene mucho sentido —respondió sin quitar la sonrisa de su rostro, sus ojos brillaban, desde el momento en que la habían entregado los amuletos tenía curiosidad sobre su funcionamiento—. Trataste de hablar sobre tu secreto en un lugar con muchas personas que podrían escucharnos.

—Tienes razón, no pensé que alguien nos estuviera escuchando —levantó los hombros—. Pero, no importa, no fue doloroso, solo extraño.

—Ahora lo sabes, debes de ser cuidadoso —le dió un pequeño golpecito con su pie—. ¿Qué era lo que querías decirme?

—Quería preguntar —se aclaró la garganta y la chica lo escuchó con atención, un poco nerviosa por las preguntas que podría hacer—. ¿No te decepcionó descubrir que yo era…, ya sabes

—¿Por qué lo haría? —preguntó y con una pequeña sonrisa tomó la mano del chico, acariciándola, en un intento de tranquilizarlo, en respuesta el chico se sonrojó—. Aunque debo admitir que realmente me sorprendió

—Siempre me preocupó lo que pudieras pensar, por eso estaba tan negado a revelar las identidades —desvió la mirada algo nervioso—. ¿Qué fue lo que pensaste al ver mi identidad por primera vez?

—Me sorprendió un poco el saber que detrás de ese chico que siempre vi bromeando y riendo, también podía haber una persona firme y seria en situaciones de riesgo, la profesionalidad con la que actúas... Es increíble

—Creo que fue bueno que fueras mi compañera, no se como hubiera reaccionado otra persona —se sonrojó un poco ante las palabras de la chica—. Bueno, no todo en la vida es juego y menos si hay vidas en riesgo.

—Bueno —dijo soltando la mano del chico—. Tampoco es que hubieras reaccionado muy bien al descubrir quién era tu compañera

—Quiero disculparme por eso —miró apenado su plato y comenzó a jugar con su tenedor, moviendo la ensalada—. Estaba demasiado sorprendido y asustado que reaccioné de una forma que no debía

—No tienes que preocuparte, entiendo el porqué —hizo una señal con su mano y le restó importancia.

—Lo sé —suspiró y levantó la mirada—. Perdón si fui muy duro contigo.

—No te preocupes, alguien debía mantenerme a raya, después de todo, ser superhéroe no es algo que se deba tomar a la ligera o actuar por mero impulso.

—Lo siento, se que te regañaba mucho, pero en realidad eres una buena compañera y hacemos buen equipo

—Te perdono porque sé cuál era tu preocupación —sonrió un poco enredados los fideos en su tenedor—. Tú también eres un excelente compañero, me alegro de que seas tú y no otra persona, ya decía que por alguna razón nos complementamos muy bien

—Gracias por entenderlo —dijo con una cálida sonrisa—. Espero que podamos seguir haciendo un buen equipo

—Seremos equipo mejor —sonrió antes de retomar su comida—. Pensaré mis acciones para no continuar dándote problemas

—No tienes que preocuparte por eso, creo que me he acostumbrado —dijo riendo, y dejó el tenedor sobre su plato tras terminar su comida—. ¿Alguna vez quisiste que tu compañero fuera diferente? Ya sabes, quizá alguien más… accesible

—No, creo que nunca se me pasó por la mente algo así —contestó terminando su espagueti y limpiando sus labios con la servilleta—. Mi compañero es perfecto tal y como es.

—Me alegro que lo pienses, en serio trato de que Black Wolf parezca el superhéroe perfecto —sonrió y sacó su celular para revisar el menú—. ¿Terminaste de comer? ¿Quieres algo más?

—No, gracias, estoy llena gracias, ¿Qué hay de ti? ¿Pedirás algún postre?

—Por supuesto, nunca desaprovecharía la oportunidad —dijo con una gran sonrisa, sus ojos brillaban de ilusión mientras llamaba al mesero y ordenaba su postre— Última oportunidad, ¿segura que estás bien así?

—Muy segura, quedé más que satisfecha con la comida —contestó con una sonrisa.

—No tiene que ser comida —insistió el chico— ¿Qué tal algún té o café?

—Si insistes, entonces pediré un té especial —dijo mirando al mesero, quien apuntó su pedido— Recuerdo que Erick siempre pedía uno de esos cuando nos acompañaba en el postre.

—Y eso sería todo —le dijo Jack al mesero, quien hizo una pequeña reverencia y se retiró.

La conversación siguió fluyendo con tanta normalidad como siempre lo había hecho y no se detuvo, más que para agradecer al mesero que trajo a la mesa un brownie de chocolate con nuez, sobre el cual se encontraba cuidadosamente colocada una bola de helado de vainilla, todo cubierto con algo de jarabe de chocolate y decorado con unos trozos de cono y cerezas, el postre de Jack, además de una taza la cual contenía té frutal que Elisa había pedido.

Después de esa pequeña interrupción los dos amigos siguieron poniéndose al corriente, Jack contaba historias de sus viajes y la chica sobre sus actividades y proyectos.

—¿Terminaste? —preguntó Elisa después de que vio que el chico dejó su tenedor en la mesa— ¿Estaba bueno?

—Si, este sabor es demasiado nostálgico —fingió que se limpiaba una lágrima de su mejilla y rió—. Recuerdo que me encantaba venir a este lugar porque ninguna dieta que estuviera siguiendo aplicaba aquí y podía comer lo que quisiera.

—Así que esa era la verdadera razón por la que te gustaba este lugar —dio unas palmaditas en el hombro del chico—. Oh, pobre niño, no se como has soportado todo este tiempo con esas dietas tan estrictas.

—Te acostumbras con el tiempo, por más increíble que parezca —sonrió algo triste y miró a la chica— ¿Qué hay de ti?

—Si —asintió con la cabeza y le mostró su taza vacía—. En realidad había terminado hace tiempo, pero no quería que te sintieras presionado, te veías tan feliz comiendo.

—El azúcar sigue siendo mi debilidad —respondió algo apenado—. No creo que eso llegue a cambiar.

—Lo sé, creo que incluso hasta tus fans se han dado cuenta de eso —Elisa no pudo evitar reír— ¿Estás listo para irnos?

—Si, no creo que pueda comer algo más —llamó al mesero para pedir la cuenta—. ¿Disfrutaste de la comida?

—Por supuesto —respondió con alegría.

—¿Te parece si dejamos que mi padre nos invite? —preguntó y dejó en la mesa una tarjeta negra con su nombre escrito en ella.

—No estoy del todo segura —dudó la chica—. ¿No crees que se enojará cuando vea que viniste a comer a este lugar?, ya sabes como es de exigente con tus dietas

—He gastado más en postres cuando estaba de viaje y nunca lo notó —sonrió de la misma forma que lo hacía siempre que se salía con la suya—. Vamos, no se dará cuenta.

—De acuerdo —aceptó finalmente la chica después de pensarlo unos momentos—. Espero que no te metas en problemas por eso.

—Dijiste que no te ibas a preocupar y disfrutarías el momento —le reclamó mientras acercaba la tarjeta a la pequeña tableta para pagar la cuenta y firmaba—. ¿Acaso no lo recuerdas?

—Si, si, lo recuerdo —contestó la chica dando un gran suspiro una vez que el mesero se había retirado—. Entonces, es momento de que nos retiremos.

—Si —afirmó con la cabeza y se levantó al igual que la chica, siguiéndola hasta la salida—. Hay un parque cercano, vamos a pasear un rato, aún es temprano y caminar nos ayudará a bajar la comida.

—Siempre bueno hacer un poco de ejercicio y disfrutar el paisaje —aceptó con una sonrisa, caminó junto al chico y se volvió a subir a la moto.

..—..—..

Jack condujo unos pocos metros hacia el estacionamiento, los jóvenes bajaron de la moto y caminaron hacia el parque.

—Rayos, hay más personas de las que esperaba —se quejó mirando a las personas a su alrededor.

—No creo que sea demasiada gente —contestó la chica tratando de animarlo —. Aún podemos caminar sin problemas.

—No me gusta que haya tanta gente —confesó haciendo una mueca—. Si nos reconocen puede ser muy molesto, no quiero que interrumpan nuestra cita —suspiró algo triste, aunque normalmente a Jack no le importaba si alguien lo reconocía la idea de que se pudieran crear rumores que pudieran dañar a Elisa le aterraba.

—Oh, Jack —lo miró con ternura y sonrió, a pesar de que el chico no le había dicho lo que le preocupaba, ella lo conocía tan bien que podía adivinarlo—. No deberías preocuparte por lo que puedan pensar las personas que nos rodean, todo estará bien ¿No fuiste tú quien dijo que no había de qué preocuparnos?

—Tengo motivos para estar preocupado —se cruzó de brazos e hizo una mueca.

—No seas un bebé, Jack—dijo Elisa acercándose al chico, pellizcó sus mejillas y se alejó rápidamente.

—Auch, eso dolió —se quejó mientras seguía a la chica—. Pagarás por eso —amenazó con una gran sonrisa.

—Claro, claro, tengo mucho miedo —respondió con sarcasmo—. Para hacer eso tendrás que atraparme primero —soltó una risa juguetona y se echó a correr, sin mirar atrás; su miraculous, aún inactivo, le brindaba una gran ventaja y agilidad a comparación de cualquier civil. Sin embargo, el chico también era portador de un miraculous y poseía las mismas habilidades; por lo cual logró alcanzarla sin dificultad.

—¿Crees que puedes molestarme sin pagar las consecuencias? —preguntó riendo y rápidamente tomó a Elisa por la cintura acercándola a él.

—De acuerdo, tú ganas —contestó entre risas la chica, mirándolo a los ojos—. Me rindo, ahora ¿Qué es lo que harás?

—Esta vez lo dejaré pasar, tienes suerte de que me gustes mucho —le susurró Jack en el oído y besó su mejilla—. No lo olvides.

Elisa se sonrojó e instintivamente se apartó de él, no estaba acostumbrada a la cercanía de las personas, por lo que su cuerpo actuó en automático, sin embargo sabía perfectamente que para Jack el contacto físico era muy importante, por lo que se armó de valor y miró al chico.

—¿Cómo podría hacerlo? —preguntó Elisa, acercándose lentamente, el nerviosismo hacía que su corazón le golpeaba pecho con tanta fuerza que temía que el chico pudiera oírlo. Estando a unos pasos de distancia utilizó todo su valor para evitar que sus manos temblaran cuando sostuvo con suavidad las mejillas de Jack y lo atrajo hacia ella, depositando un pequeño beso en sus labios—. Tú también me gustas, no lo olvides —le respondió con una gran sonrisa, tratando de ocultar su nerviosismo.

Jack no sabía que hacer, la situación lo tomó por sorpresa y tardó unos segundos en poder procesar todo lo que estaba pasando; el chico nunca había imaginado que fuera Elisa quien diera el primer paso y lo besara. Aún hipnotizado por la situación bajó la vista a los labios de la chica y se inclinó hacia ella, deteniéndose a unos centímetros de sus labios.

Elisa notó sus dudas y asintió levemente, cerrando los ojos y esperando el siguiente movimiento, el pequeño beso que se habían dado tampoco había sido suficiente para ella. Al ver su reacción, el chico se acercó, juntando sus labios y sintiendo una vez más esa unión.

Ese beso, su primer beso, reveló todos los sentimientos que ambos habían guardado en su interior por años, demostrando todo el amor y deseo que se habían negado a sentir.

En ese momento no eran los famosos herederos de grandes compañías ni tampoco los valientes héroes que debían salvar la ciudad. Ahí, en ese pequeño lapso de tiempo, solo eran Jack y Elisa: dos jóvenes que habían decidido a compartir finalmente sus sentimientos.

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Hola a todos.

Espero no se hayan olvidado de mi, una disculpa por la tardanza, pero finalmente les traigo aquí el capitulo, espero que les guste.

La historia va avanzando poco a poco, pero no se preocupen aunque haya romance no voy a dejar atrás la acción, espero sus comentarios.

Un abrazo, gracias por leer.

PD: Quiero agradecer a Jenny por ayudarme con la escritura de éste capitulo y Ame por sus correcciones.

Nos vemos en el siguiente capitulo, chao, chao.