Labyrinth no me pertenece...lamentablemente.

Los eventos de este AU, ocurren cinco años despuès del final de la pelìcula.

"Para Sary"

I

La oficina era luminosa y alegre, adornada con grandes plantas naturales que le daban esa sensaciòn de sala hogareña.

No había mucho ruido a pesar de estar todo el equipo en sus puestos de trabajo. Una que otra vez se oìa el timbre de algùn teléfono que daba paso a una conversación banal de oficina...

La muchacha agradecìa que su estaciòn de trabajo estaba en el rincòn de la oficina y junto a los ventanales que dejaban ver el exterior. Podìa escaparse de la rutina al mirar el mundo desde allì. Ver los autos y la gente pasar. Observar el balanceo de los àrboles como un baile sin fin, a veces lento...a veces con frenesì.

En ese momento estaba asi, metida en sus ensoñaciones mientras mordìa un làpiz con aire distraído, tanto, que no se fijò que tenìa compañía hasta que una voz le hablò:

· Còmo va ese proyecto?- la rubia muchacha que la habìa hecho sobresaltar se inclinò para husmear en la pantalla de su computador que estaba abierta en un documento.- Vaya...parece que aùn no hay avance. Espero que el "otro"...ese por el que recibes tu sueldo vaya mejor.

Sarah resoplò su flequillo girando hacia ella.

-Pensaba que escribir un libro era tarea fàcil. Ya sabes, sòlo tener la idea, escribirla y pasarla a una editora donde la van a corregir...ahora veo, - suspirò- que es màs fàcil convencer a las personas de comer tal o cual cereal.

Su compañera le sonriò.

· Ya te dije, quièn va a creer en una historia de fantasia que hable de un gnomo roba niños. Por muy guapo que puedas describirlo. Sòlo alcanza para un cuento, Sarah. Quizà debas contar el cuento lo màs simple posible e ilustrarlo...para menores de edad.

· Es que debo hacerlo una novela...debo describir en profundidad lo que es la historia de " EL Rey de los Gnomos" lo que hace...el peligro que corren los niños si alguien pide mal un deseo. Los adultos aùn veneran a Tolkien. Puede funcionar una historia de fantasìa para adultos.

· Tolkien habla de elfos...ellos ya de por si son hermosos.

· Jareth tambièn lo es- Afirmò Sarah con vehemencia.

· "Jareth"- repitiò - bueno, nuestro guapo rey malvado ya tiene nombre.- Le guiñò un ojo. Sarah bajò la vista por un momento. Se habìa ruborizado al descubrir que otra vez, estaba pensando en el Rey de los Gnomos como un "hombre guapo".-Es un avance- le tocò el hombro con entusiasmo- Tù sigue...pero trata de avanzar en el flyer de la leche. Oì que Jack querìa revisar en què vas.

· Sì...lo habìa olvidado. Gracias por recordàrmelo, Beth

· De nada, para eso estamos las amigas. Ya cierra ese word y ponte a trabajar. Susurrò antes de retirarse.

Sarah permaneciò pensativa un momento, cerrando con cierto pesar su archivo. Volvìa a preguntarse cuàndo olvido su amor por el teatro y se enamorò de la Publicidad y màs aùn, cuàndo se le ocurriò la brillante idea de contar su historia, como un mero invento para que se supiera que existìa el Laberinto. Suspirò otra vez y volvio a la ventana de su programa de ediciòn para embellecer un Flyer publicitario para un nuevo sabor de una marca de leche vegetal.

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Atardecìa mientras Sarah caminaba rumbo a su edificio. Seguìa pensativa. Quizà Beth tenìa razòn y sòlo deberìa escribir un cuento ilustrado para niños. Lo probarìa con Toby a sus 6 años ya podìa demostrar interès en algùn libro. Quièn realmente querrìa saber la historia de un atractivo roba niños en ajustados pants que se empeñò en ofrecerle a una adolescente tonta y soñadora todo un mundo nuevo. Un mundo que podrìa haberla alejado de su triste realidad...una pèrdida que no podìa superar mientras se sentìa obligada a crear lazos con una nueva "mamà" y un bebè lloròn.

A veces pensaba que todo lo del Laberinto habìa sido un elaborado sueño. Còmo era posible que cosas como esas le sucedieran a la gente comùn del planeta Tierra. Pero no, todo habìa sido verdad y le habìa pasado a ella.

Ella aùn no entendìa que no era alguien comùn.

Tras el cristal de una delicada bola, un par de ojos de distinto tono observaba a la muchacha como si se tratase de un dispositivo de tv. La podìa ver pequeña, pero perfecta. Como la habìa sentido desde el momento en que la conociò mientras trataba de recuperar a su berrinchudo hermanito bebè. Que ella misma habìa deseado hacer desparecer.

Los humanos eran seres infinitamente sorprendentes.

Jareth, el Rey de los Gnomos se dirigiò a su trono para sentarse. A Su alrededor, su sèquito de alimañas roncaban en la oscuridad de una nueva noche en su reino. Se acomodò sobre el trono observando pensativo su pequeña bola de cristal en la cual ya sòlo habìa una transparencia diàfana.

-Sarah...mi bella Sarah. Un lustro desde que me rechazaste y rechazaste todo un reino...para què? Para escribir nuestra historia y vanagloriarte de tu triunfo sobre mi? Si tan sòlo pudiera ver dentro de tì y saber què es lo que piensas, què es lo que sientes. No habrìa poder en este mundo ni en el tuyo que evitara que nuestros caminos se unieran para siempre.!

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