Necrópolis

CAP 11

"Las cosas claras"

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-Qué… se supone que es esto?

Los ojos verdes del lagarto se clavaban en aquel trozo de papel que el equino había colocado sobre sus manos, haciéndole parpadear con extrañeza y un leve dejo de desconfianza que le hizo ver al pesadilla de reojo, entornando los ojos como si quisiera descubrir alguna intención escondida detrás de aquel gesto, solo encontrándose con un monstruo que después de haberle dado aquello se había dirigido al sillón al lado de la chimenea en el salón de la biblioteca, para extender el diario y leerlo; una de las criadas se acercó para servirle una taza de café al equino de piel negra que apenas asintió en agradecimiento, con la vista de ojos rojos clavada en las palabras delante suyo

-Oye…- Randall apretó los dientes y se tensó suavemente, ondeando la cola ya casi completamente reconstruida con gesto amenazante- te hice una pregunta!

El pesadilla no dio muestra alguna de alterarse, moviendo suavemente las páginas de aquello en sus manos y si acaso emitiendo un corto suspiro como si lo que estuviese leyendo en aquellos momentos le resultase aburrido hasta cierto punto; sin embargo, unos momentos después separó los labios dejando ver que había escuchado perfectamente al otro monstruo pero que no encontraba realmente un motivo para enfadarse al respecto.

-Es tu paga -respondió con calma el monstruo de piel negra llevándose un dedo a los labios sin apartar la vista del periódico que sostenía -dado que vivimos juntos le pedí al departamento de contaduría que me hicieran llegar tu cheque así que…

-Paga…

La voz del lagarto de escamas rosadas interrumpió aquello, parpadeando un par de veces para que al siguiente momento su mirada bajase hacia aquel sencillo rectángulo de papel, con el logo de la empresa para la cuál ahora trabajaba y en cuyo borde ahora se apuntaba una buena cantidad de dinero

Vaya

No era que como el segundo mejor asustador de Monsters Incorporated no hubiera tenido un muy buen sueldo para estar orgulloso en el pasado, a pesar de sus evidentes roces con el resto de sus compañeros… pero dado sus antecedentes y que ahora se trataba del novato en aquel lugar, esperaría que sus ingresos por el momento fuesen mucho menores a lo que habían llegado a ser en su época de oro en la antigua fábrica de sustos; negó un par de veces bastante confundido para luego, gruñirle con fastidio al equino frunciendo el ceño en un tono lo suficientemente alto como para que incluso algunos ojos misteriosos de un tono amarillo brillante escondidos entre las sombras de los libros en las estanterías se dejasen ver.

-Qué sucede?- Alexander Flameburst finalmente dejó ver un parpadeo y giró un poco la cabeza para ver al monstruo que ahora componía un gesto que reflejaba sentirse ofendido- es muy poco?

Aquello hizo que el lagarto de ojos verdes erizase sus escamas y acto seguido en un arrebato de rabia convirtiera el cheque en una pequeña bola de papel, arrojándosela a su actual jefe que atrapó aquello en el aire ahora más confundido que antes al tiempo que con la mano contraria bajaba el diario hasta su regazo.

-Estás burlándote de mi!

-Burlarme?

El enorme monstruo de crin en llamas se enderezó en aquel mueble cada vez más intrigado ante el salto a la defensiva del otro que por algún motivo parecía que de nueva cuenta se sentía insultado por algo que el pesadilla no entendía o que quizá se había perdido en algún punto de aquel corto intercambio de palabras; para el tiempo que ya había transcurrido desde la llegada de quien le observaba en aquellos instantes con los ojos entornados, buscando algo desconocido para él en su mirada, pensaría que las cosas habían estado asentándose bien para el nativo de Monstruópolis pero al parecer y por los gestos pequeños pero evidentes que ahora notaba en las arrugas por debajo de los ojos del lagarto, aquello era solamente una imagen.

Randall Boggs aún se encontraba a punto de quiebre, tenso en todo momento y sin relajarse en absoluto lo cuál tenía sentido si admitía para sí que de todas maneras no había pasado tanto desde que le rescatasen del mundo humano hasta el punto actual.

Relativamente… era demasiado pronto para que aquella criatura herida y desconfiada pudiese sentirse plenamente tranquilo y sin aquellos demonios atormentándole con memorias que sin lugar a duda seguían destrozándole la psique en silencio.

Y el monstruo de colores vivos parecía más que decidido a guardarse aquello sin importar que tanto daño le hiciese.

La mirada de Alexander se tornó preocupada más guardó espacio y paciencia para no alterar todavía más a quien tenía de pie delante, midiendo el silencio que requeriría para volver a relajar la pose y bajar un poco el muro que había vuelto a levantar para su defensa; con lentitud desenroscó la bola arrugada de papel donde la fina caligrafía del propio dueño de la empresa se dejaba ver y luego, tomó el periódico que había dejado relegado sobre una de sus patas delanteras que utilizaba para descansar a modo de una pierna para doblarlo de manera ordenada como una forma de hacer tiempo, terminando por colocar aquel cheque ahora extendido sobre este. Un momento después entrelazó las garras y las hizo descansar por delante y se dedicó a observar calladamente al otro, que respiraba de forma agitada mientras iba contando mentalmente los segundos.

Un minuto… cinco… Randall Boggs iba suavizando la tensión de su cuerpo muy despacio y sus hombros bajaban apenas mas no por ello su expresión resentida desaparecía.

Finalmente y cuando le pareció que la agresividad del otro monstruo se encontraba a un nivel de contención aceptable para ambos, se permitió hablar con suavidad y calma.

-Podrías ser tan amable de explicarme, en qué te he ofendido?

Inquirió moviendo una de sus garras de forma cuidadosa pero elegante el sillón que se encontraba delante suyo y de igual forma al lado de las cálidas llamas de la chimenea que proporcionaban una temperatura agradable y que le parecía al equino, ayudarían a un mejor estado de ánimos al monstruo lagarto; el aludido volvió a tensarse muy apenas pero su actitud ya no era tan dura o fría aunque aún dejaba ver irritación y finalmente, se movió para llegar a donde el pesadilla le indicaba, sentándose y cruzándose los cuatro brazos firmemente contra el pecho provocando que la mirada del de piel negra se suavizase al darse cuenta de que era la forma del otro de mantener una especie de protección contra cualquier cosa que pudiese lastimarle y al mismo tiempo, para darse algo de apoyo y calma.

Recordaba haber escuchado al propio médico de la fábrica acerca de que cuando se les colocaban las camisetas de fuerza a ciertas criaturas no era precisamente por su locura y por la protección evidente hacia el personal… sino también porque se evitaba que el propio paciente se hiciese algún daño… y en cuestiones como la de la criatura que tenía delante, porque aquella firmeza de alguna manera les hacía sentir seguridad, como si algo les rodease protegiéndoles de cualquier daño desconocido.

Algo similar a lo que solían hacer los padres con sus crías y que algunos adultos repetían de manera inconsciente, evocando una época mejor.

Y eso podía verlo en el otro cuyos ojos verdes parecían aún rabiosos pero apagados, con una sombra que asomaba de vez en vez recordándole el dolor con el que aún cargaba y que le mantenía aparte de los intentos de amistad y de apertura de sus nuevos compañeros en su reciente lugar de trabajo.

Pero no era solo con ellos. Incluso con sus más recientes esfuerzos, el Flameburst aún no conseguía que su nuevo compañero de habitaciones se sintiese seguro en su propio hogar.

Su propio Hogar.

Hogar… en qué momento había comenzado a automatizar el hecho de que la mansión heredada de sus padres ya no era solamente suya sino que también pertenecía al otro de igual forma, haciendo un esfuerzo en sus interacciones del día a día para que lo sintiese así y como su propio espacio seguro para ser?

En aquellos instantes le estaba golpeando como una especie de realidad inquietante. Especialmente porque con esos pocos meses de convivencia había empezado a hacerse una idea de la pesada y profunda soledad a la que se abrazaba el Boggs y a la que parecía aferrarse, quizá como una especie de autocastigo a todo lo que hubiera sucedido en los tiempos antes de su llegada a aquel país; aún había cosas que esperaba que el lagarto de escamas coloridas le contase por su cuenta pero de todas maneras se había estado informando en todo lo posible sobre aquel monstruo que ya había comenzado a levantar interés en las empresas rivales a la suya.

Además… de otras cosas de las que quería saber y que había utilizado como una buena indicativa de que era momento de comenzar a cobrar favores.

Muchos y valiosos favores.

Sin embargo había cosas que ni siquiera con un archivero lleno con cualquier dato sobre el otro monstruo podían arreglarse. Entre ellas el hecho de que la mayor parte de los días se seguía la misma rutina: amanecía, desayunaban en silencio, se dirigían hacia la fábrica de la misma manera, hacían sus respectivos trabajos, volvían y sin importar los intentos del pesadilla para preguntar con amabilidad acerca de su día, apenas y recibía una mirada antes de que el otro subiese las escaleras rumbo a su propia habitación para encerrarse hasta el día siguiente, rechazando en silencio cualquier petición de bajar a cenar lo que había terminado por acostumbrar a las criadas del sitio a dejar la cena en la puerta del otro recibiendo como pago el alivio de que al menos, para el día siguiente ya estarían recogiendo desde temprano la vajilla vacía que indicaba que por lo menos, su "invitado" empezaba a alimentarse cada vez mejor.

Dentro de todo lo negativo… aquel era un pequeño avance.

Pequeño… pero que de todas formas sabía a triunfo.

Un pequeño movimiento en la cola del Boggs hizo que el pesadilla despertase de sus pensamientos, percibiendo la mirada esmeralda del otro clavaba en su rostro lo que le hizo removerse algo inquieto… cuánto tiempo tenía observándole pensativo al respecto?

Lo que fuese que pasara por la mente de aquella criatura no parecía reflejarse en ninguna parte de sus expresiones, si acaso percibiendo cómo los ojos de este se entornaban un poco más, analizándole.

Era casi como volver a aquella universidad de intercambio en los Estados Unidos Míticos donde no podía pasar de ninguna calle sin sentir un millón de miradas encima y por todas partes.

-Qué pretendes?

Randall había dejado escapar aquello con un tono bajo y quizá un poco más venenoso de lo que deseaba, sintiendo un ligero pinchazo de satisfacción al percibir la perplejidad que tan transparentemente dejaba ver el otro monstruo, algo que chocaba en todo con lo que para sus estándares debía de ser una criatura como las que presumían de ser; el lagarto se apoyo de lado en el descansabrazos de aquel sillón y recargó la mejilla en uno de sus puños cerrados, retrayendo sus piernas sobre el asiento de forma que se había encogido en sí mismo pero no dejaba de observar con seriedad al equino con alas que parecía auténticamente confundido por su actitud.

Suspiró por dentro reafirmando lo extraño que era aquel ser que en apariencia debía de ser frío, calculador y en dado caso mortal… pero que hasta ese momento solo se había comportado como un caballito de feria, de temperamento suave y débil desde sus propias perspectivas.

No tenía sentido y eso solo le provocaba el mostrarse más desconfiado.

Estaba seguro de que aquel sujeto quería algo pero no terminaba de descubrirlo del todo. Sino, porqué motivo no estaba reaccionando como lo haría cualquier otro ante sus propias actitudes belicosas y despectivas? No se suponía que era el dueño de la compañía más importante de aquel continente? Si su nombre era tan reconocido en la Unión Críptida y supuestamente imponía respeto… entonces… porqué no le había hecho callar a esas alturas y se había impuesto tal cuál lo haría cualquier otro en su sitio?

Todo ello solo alteraba sus nervios y mantenía sus alarmas encendidas.

No podía confiarse.

Alexander finalmente dejó escapar un suspiro y pareció decidir tomar una actitud un poco más ligera, si acaso queriendo dejar ver un timbre más animado en un pequeño intento de hacer más pasable el ambiente entre ambos.

-Hacer el pago justo de un trabajo como se encuentra establecido por la ley a cualquiera que preste un servicio cada cierta cantidad definida de tiempo?

El timbre de voz por parte del pesadilla trataba de ser agradable y quizá un poco bromista pero aquello solo pareció disparar la tensión del monstruo de ojos verdes que cambió de golpe la postura de su cuerpo, ahora comenzando a temblar como reflejo de las emociones que lo recorrían internamente.

-No te burles de mi!

Estalló Randall golpeando con un puño cerrado el descansabrazos de aquel sillón al tiempo que levantaba suavemente sus escamas y apretaba los dientes, observando con tensión y enojo al equino que parpadeó un par de veces nuevamente mostrándose confundido para un momento después suspirar en un acto de paciencia que solo pareció estresar aún más al de colores vivos.

-Cuántos monstruos de los que trabajan en tu fábrica reciben este sueldo?

Inquirió con un tono venenoso el monstruo de escamas a lo que de poco en poco Alexander finalmente pareció conectar los puntos de todas aquellas cosas que parecían dispersas pero que en conjunto habían conseguido que su nuevo compañero de piso se sintiese burlado hasta cierto nivel.

-Oh…

Alexander Flameburst relajó nuevamente el gesto y con calma volvió a tomar aquel cheque que el monstruo delante suyo le había arrojado y lo observó por algunos momentos como si meditara en lo siguiente que iba a decir, previendo que esta vez sus palabras no fueran a ser malinterpretadas por el Boggs, preguntándose hasta cierto punto qué tanta había sido la diferencia entre su propia fábrica y esa que alguna vez perteneciese a Henry J. Waternoose independientemente del giro de ambas al respecto de a quienes se encontraban enfocados para recolectar energía.

-Solamente los mejores

Dijo finalmente y con calma el monstruo de ojos rojos sin alterarse a pesar de los estallidos de quien tenía delante y que parecía buscar en sus palabras algún mínimo de duda o de titubeo que pudiese indicarle el preludio a cualquier mentira. Realmente debía de haber pasado por lo suficiente como para incluso creer que la más pequeña de las palabras podía estar cargada de engaños o algún dato que pudiese interpretarse como un intento de aprovecharse de la situación.

Astuto a su forma… pero infinitamente doloroso al mismo tiempo.

-Sería absurdo pensar que el pago entregado a cada monstruo solo podría darse por alguna clase de amiguismo o por contactos -el pesadilla se colocó una garra por debajo del lado inferior como si estuviese meditando sus palabras y se permitió apoyar la espalda más cómodamente en su propio asiento adaptado para un cuadrúpedo de su clase -dejando de lado el cariño o el afecto que podría hacerme entregar un poco más a quienes tengan mi amistad… y sinceramente, no debería de importar dado que soy el dueño absoluto y de todas maneras es mi dinero y debería de poder hacer con él lo que me venga en gana… -sonrió con un dejo de fastidio haciendo que quien tenía delante rodase los ojos y volviese a cruzarse de brazos, encogiéndose entre estos -al final de cuentas, manejo una empresa. Y no cualquiera sino que estamos en la cima de aquellas que abastecen los servicios de Gran Gritaña y zonas aledañas por lo que si quiero que eso se mantenga, debo de asegurarme de que mis trabajadores sientan que no hay un mejor sitio que este para permanecer.

El equino volvió a dejar el cheque sobre el diario en su regazo y entrelazó las garras por delante de su boca, de manera que esta vez solo podían verse sus ojos entrecerrados con algo similar a la diversión.

-Por supuesto, no solo la reputación de un monstruo o lo que crea que puede hacer es lo que pesa en los puntos que van sumando al sueldo que se le entrega -musitó aún en aquella posición siendo observado ahora de reojo por el Boggs que había vuelto a apoyarse con el rostro de lado mas sin dejar de estar atento a la criatura oscura delante suyo -si la empresa no obtiene una buena ganancia como resultado del trabajo del monstruo a nuestro cargo entonces ni el apellido ni una supuesta reputación van a importar puesto que de renombre y de estatus no se alimenta ninguna familia -el Flameburst entrecerró un poco más los ojos -no importa qué tanto nos desagrade o nos haga sentir superficiales, la realidad es que el dinero lo mueve todo e incluso aquellos que podrían ser más desprendidos y generosos no podrían salir adelante sin aquello con lo que pagar su propia subsistencia

Aquel que hablaba volvió a bajar las manos por delante lo que finalmente hizo que la voz del lagarto se escuchase… aunque no como hubiese esperado el pesadilla, percibiéndose una fuerte risa cínica por parte del monstruo con escamas.

-Es extraño no verte queriendo endulzar las cosas o adornándolas para sonar compasivo o más benévolo… -Randall amplió su sonrisa con malicia mientras sus ojos parecían dejar escapar un destello oscuro ante el otro que volvió a alzar una ceja ante el comportamiento de este -dónde está el discurso teñido de colores amigables e ínfulas de integridad y generosidad con el que se supone que deberías de comprarme?... no estás vendiendo tu mejor versión y podría tomarlo como un buen indicativo de que es mejor irme a cualquier otro lado -el Boggs apoyó la barbilla en la punta de sus nudillos siendo imitado por el Flameburst que dejó caer los párpados a la mitad con un gesto aburrido

-Así es cómo se manejan en los Estados Míticos?

El equino resopló un poco de aire caliente con cansancio lo que hizo entornar nuevamente los ojos al lagarto que compuso una pequeña mueca amenazante.

-Me dirás que ustedes no mienten y que son todo sinceridad, honestidad y esas mentiras que pretenden engatusar a los estúpidos? -sisseó el lagarto antes de percibir un quejido cansino del otro.

Parecía que finalmente había conseguido hartarlo y no sabía si finalmente se sentía satisfecho… o incómodo por haberlo llevado hasta ese punto. Era consciente de que nadie le aguantaba, sobre todo desde la universidad pero de todas maneras…

Había algo en conseguir aquello que lejos de resultarle en un sentimiento de victoria… se percibía hasta cierto punto, agridulce.

Casi culpable.

-Todos mienten. Incluso el de alma más bondadosa en algún punto lo hará mientras tapiza su desliz con la mejor excusa que encuentre para blanquear el haberlo hecho -el pesadilla suspiró con un gemido para finalmente encogerse de hombros y cerrar los ojos -yo mismo puedo mentir y seguramente lo haré en el futuro si con eso puedo proteger aquello que me importa.

Randall silbó por lo bajo en un intento de leve burla antes de dejar escapar un pequeño atisbo de risa retorcida.

-Casi me siento conmovido -soltó el Boggs con pequeños estremecimientos de su cuerpo -mira que decir eso sin sentirte culpable…

-Me sentiría más culpable de mentir directamente sabiendo que lo vas a notar y que solo terminaría viéndome estúpido de intentarlo -replicó el equino sin irritarse y sin que ello mermara la sonrisa del otro -y por mucho que te guste cuestionar mi inteligencia la mayor parte del tiempo, no soy la clase de tonto que te va a plantear las cosas en un intento de levantar algo que a la primera oportunidad, se va a derrumbar -se apoyó de lado en su propio descansabrazos y movió con una garra el periódico en su regazo, ahora con gesto pensativo -para cuestiones como las de este momento, las cosas claras son la mejor política independientemente de lo que te haya dicho Waternoose que como se puede ver… le ha terminado por estallar completamente llevándose de encuentro a sus subyugados, sus compinches y de paso… a los que auténticamente confiaban en él…

Randall se tensó de golpe y comenzó a temblar en rabia pura, seguro de que al siguiente momento se lanzaría a atacar al pesadilla delante suyo al mismo tiempo que hacía un intento de enfriar su cabeza… en verdad le había atacado de frente con aquellos errores? Y encima con aquella jeta de mantener una expresión distraída, como si no importase? Separó los labios más que dispuesto a mandar al infierno al pesadilla e irse buscando el primer autobús con el cuál largarse lejos de aquel sitio cuando la voz del otro se volvió a dejar escuchar

-Y por eso es que prefiero colocar mis cartas sobre la mesa y la decisión sobre si lo tomas o lo dejas a tu disposición -terminó por puntualizar el equino volviendo a ver al lagarto directamente, que aún se notaba sobresaltado y con una tonalidad rojiza en sus escamas cambiantes -en mi empresa queremos ver resultados. Queremos mantener nuestra posición y queremos una ganancia como cualquier otra en el ramo. Y para ello dependemos de los monstruos que forman parte de esta, así de sencillo. Si ese monstruo demuestra de principio lo que vale, trae una ganancia substanciosa para nosotros y demuestra sus aptitudes, habilidades, experiencia y su manejo en lo referente al mundo humano sin ponernos en riesgo a nosotros puesto que su imagen es la nuestra, entonces el pago se corresponde a ello.

Randall y el pesadilla intercambiaron miradas, el lagarto intentando ver por debajo del otro y este permitiéndole cuestionarle mentalmente y buscar cualquier atisbo que le hiciese pensar en una trampa.

Y entonces…

-Y qué sucede si fallo? -preguntó muy lentamente el Boggs esta vez con la vista puesta en el vacío lo que consiguió el interés en el más alto -apenas estoy comenzando y no tienes la seguridad de que vaya a fallar… -dejó escapar un resoplido fastidiado -o que en un descuido te vaya a arruinar. No puedes saber si debes de confiar en mí y si fueras más inteligente, no lo harías -su voz ahora era muy baja y seria, preguntándose a sí mismo el por qué estaba haciendo aquello dado que esa pregunta se la podría estar haciendo a sí mismo

Podría sencillamente tomar el dinero, aprovechar ese trabajo, alegrarse de una victoria sencilla por encima de sus enemigos y rivales a sabiendas de que con todo ahora podría tener esa vida que en el pasado sentía que se merecía por deuda de las circunstancias y del destino. Pero…

Se estaba saboteando a sí mismo y no lo entendía del todo.

Era casi… como si le importara.

Patéticamente, como si algo dentro suyo, ese antiguo mocoso ingenuo e inocente que alguna vez lo reflejase intentase de alguna manera resucitar una vieja esperanza que se le había enseñado, no existía y que solo los idiotas podían asegurar que era real.

Porque había sido idiota e inocente. Y la universidad le había arrancado todo ello de la forma más salvaje pero eficiente para hacerle comprender de golpe que la realidad era una muy distinta.

Y él era la mejor prueba de ello.

-Los malvados, los astutos y los inteligentes triunfan a final de cuentas y los bondadosos e ingenuos estúpidos lo pagan -musitó en un tono ahogado el Boggs sin percatarse de cómo el Flameburst movía suavemente las orejas sin hacer otro además que evidenciase que le había escuchado.

Ambos volvieron a permanecer en silencio por unos momentos antes de que el monstruo de escamas púrpuras se pusiese de pie y avanzase hacia el otro, arrebatándole del regazo aquel pedazo de papel con su paga mientras que comenzaba a caminar hacia la salida de aquel salón de biblioteca, siendo observado de reojo por el pesadilla que tan solo ladeó suavemente la cabeza como si estuviese ahora meditando sobre lo que había sucedido.

Cuando el Boggs ya se encontraba en el dintel de la puerta abierta, la voz del equino volvió a escucharse suavemente.

-Si fallas, lo vuelves a intentar -replicó el Flameburst observando las llamas en la chimenea manteniendo una expresión estoica y consciente de que el lagarto se había detenido para escucharle -si lo que ha demostrado hasta este día señor Boggs, es una mínima muestra de sus capacidades encontrándose en un estado de salud que sigue siendo de recuperación… y se emplea una y otra vez en salir airoso de cada misión mientras regresa con vida y además, sigue demostrando que incluso como un novato puede superar incluso al más antiguo de nuestros monstruos… una falla, si esta llegara a suceder no sería lo que me preocuparía -los ojos verdes del Boggs apenas se viraron para observar de reojo al otro que seguía sin voltear -me preocuparía, que por su propia auto crítica terminase por retroceder en sus avances lo que significaría una evidente pérdida monetaria para Yelling & Screamgeour y que mi mejor empleado pudiera dejarnos… no puedo permitir que eso suceda… también soy una persona de ambiciones

Alexander cerró los ojos un momento para luego percibir una fuerte risotada por parte del lagarto que le provocó voltear con un pequeño gesto de sorpresa.

Randall negó con la cabeza unas cuentas veces sin dejar de reír hasta que finalmente se calmó lo suficiente como para observar al otro con un gesto que hizo abrir mucho más los ojos al monstruo de piel negra.

-Así qué… las cosas claras, uh? -la sonrisa del monstruo de escamas púrpura esta vez estaba muy lejos de sus gestos burlones o cínicos, mostrándose en lugar de ello con un aire levemente divertido y más suave; el pesadilla estaba seguro de que se trataba de un improbable momento de apertura que estaría próximo a cerrarse… pero había sido suficiente para darle un ligero atisbo de esperanza -te esmeras demasiado cuando quieres pretender una mentira. No lo hagas. Serás una mula tonta… pero te queda mucho mejor ser así que a Waternoose fingir preocupación por los demás. Quizá necesitamos más mulas tontas y menos malvados que triunfan

El Boggs volvió a dejar salir una risa muy leve para finalmente negar con la cabeza y terminar por retirarse, dejando al dueño de aquel hogar con una sonrisa muy discreta y un brillo de animo en los ojos que podía iluminar aquella habitación sin necesidad de la chimenea.

Quizá solo era un avance pequeño.

Pero mientras más se iba sumando… más podía ver al monstruo que se escondía bajo la fachada más fría.

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NOTAS DE AUTOR: Hola nuevamente! Aquí el capítulo 11. muchas gracias en verdad a todas ustedes que siguen leyendo la historia... y con mucho cariño a Shiraygaunt! Que me ha dejado el último review. En serio, mil, mil gracias, que le pongo mucho corazoncito a esta historia porque Randall me super encanta y es uno de mis consentidos... no puedo evitarlo, adoro a este lagartijo villano TvT

Nos vemos en un siguiente capítulo!