Harry Potter es propiedad de J.K. Rowling

Katekyo Hitman Reborn! Es propiedad de Akira Amano.

Probablemente esté actualizando este fic los días 15 del mes, intentaré que sea más de un capítulo mensual.

Advertencias: Yaoi, Slash, traición, Dumbledore malo, algunos Weasley malos, aún no sé de Hermione, discriminación, muerte, mucha muerte.

Parejas: R27, Drarry, 8059.


Número 4 de Privet Drive. Little Whinging, Surrey.

05 de agosto de 1995.

09:30 AM

Harry había cambiado su peso de una pierna a otra por lo menos cuatro veces, los pies comenzaban a dolerle y estaba seguro de que sus tobillos estaban hinchados, en la sala, Petunia seguía riendo falsamente ante las cosas que Vernon le decía a los extraños que se habían presentado esa mañana ofreciéndole un gran trato comercial. Dudley, quien aún no superaba el trauma al que había sido sometido 3 días antes, no había hecho acto de presencia.

Como era de esperar, Harry había sido forzado a preparar el desayuno para todos aún teniendo el estómago vacío, los extraños le habían mirado en repetidas ocasiones mientras uno de ellos fingía prestarle atención a su tío. Todos habían terminado de comer hace aproximadamente 30 minutos. La única razón por la que Harry se había mantenido ahí, era porqué los Dursley eran estúpidos, tan estúpidos que no se habían dado cuenta de que las visitas eran demasiado jóvenes para tener un negocio multimillonario y que habían ido a buscarlo a él.

Seguramente eran magos, ¿Pero eran mortífagos?

Harry los analizó también sin molestarse en esconder sus intenciones, si los mortífagos habían tenido el valor de irlo a buscar a su hogar entonces quería que entendieran que no les tenía miedo y que estaba listo para defenderse. El hecho de que ya no pudiera regresar a Hogwarts no mermaba su valentía.

-Bueno, creo que es momento de ir al punto de esta visita, señores Dursley. - Mencionó un chico moreno de cabellos cortos y cálidos ojos dorados mientras se recargaba en el respaldo del sillón donde se encontraba.

-Claro que sí señor Yamamoto, adelante por favor. - Vernon abrazó su inmensa barriga mientras Petunia intentaba disimular la satisfacción que sentía.

-Me presento de nuevo, señor Dursley, señora Dursley. - Dijo el chico de cabellos plateados. - Mi nombre es Gokudera Hayato y estoy aquí en representación legal de Sawada Tsunayoshi, el décimo Vongola.

El horror se dibujó en el rostro de Petunia como si se tratara de una obra de arte muggle mientras que el rostro de Vernon se pintaba de morado rápidamente. - ¡¿Qué hacen aquí?! ¡Le dije claramente a ese inútil que no lo quería cerca de mi familia! - Chilló Petunia mientras que Vernon tiraba sus tacitas de cerámica china al suelo provocando que algunas se rompieran y otras solamente se quebraran.

-Sabe a lo que hemos venido, señora Dursley. - Dijo la pequeña chica sentada entre ambos varones. - Soy Dokuro Chrome y hemos venido en nombre del Décimo a retirarles la custodia de Harry Potter.

Harry frunció el ceño confundido, ¿Alguien que no era familiar de su madre podía sacarlo de la casa de los Dursley? ¿Quiénes eran estas personas? ¿Por qué Sirius nunca los había mencionado? Seguramente recordaría si alguien había nombrado a alguien cuyo nombre parecía ser 'Atún'.

-Harry, por favor ven, siéntate. - Le llamó Yamamoto con una inmensa sonrisa despreocupada en su rostro. Harry se dio unos momentos para analizar las miradas llenas de furia que le dirigían sus tíos para saber si se atreverían a decir algo antes de decidir ir por pura curiosidad. Dio pasos cortos y despacios esperando que su tío explotara en cualquier momento antes de sentarse en el sillón individual frente a la mesita de café que dividía a los extraños de sus tíos. - Es importante que estés consciente de lo que pasará de ahora en adelante.

Harry asintió ausente mientras miles de ideas recorrían su mente, esta persona seguramente estaba podrida en dinero y poder si conseguía que los Dursley se controlaran y actuaran de forma civilizada con tan solo decir su nombre, los trajes de los extraños estaban arreglados pulcramente y aunque no sabía mucho de diseñadores y del mundo muggle estaba seguro que era la clase de ropa que compraría Draco Malfoy. Arrugó la nariz en disgusto, esperaba que esta persona que de buenas a primeras había decidido adoptarlo no fuera como los Malfoy.

Tal vez era un pensamiento ingenuo, pero al no poder regresar a Hogwarts Harry le hubiera vendido su alma a Voldemort con tal de no tener que permanecer todo el año con los Dursley.

-Estos son los documentos de adopción, señores Dursley. - Dijo el de cabello plateado - Gokudera Hayato, recordó- Mientras colocaba un grueso lote de hojas frente a sus tíos. - En dichos documentos aceptan traspasar la custodia de Harry James Potter a Sawada Tsunayoshi, además de que, no podrán establecer contacto con él ni solicitarle ninguna especie de apoyo o donación de la fortuna heredada ni de sus padres ni de Sawada Tsunayoshi.

-¿Fortuna? - Bufó Vernon. - Unos fenómenos como los Potter seguramente no tienen ni donde caerse muertos.

Yamamoto se aclaró la garganta, ahora se veía extremadamente serio. - También se establece que recibirán una cantidad de $100,000.00 libras adicionales a la pensión otorgada por Albus Percival Wulfric Dumbledore por el concepto de la crianza de Harry hasta los 18 años.

-Otra cláusula detalla que a partir del día de hoy ustedes no podrán inmiscuirse en ningún asunto que tenga como tema de interés a Harry James Potter. - Mencionó la chica. - Recibirán la pensión restante por su crianza a la mayoría de edad como se acordó, pero no volverán a saber nada de él.

-Eso es todo lo que les corresponde saber. - Mencionó Gokudera evitando que su tío dijera algo más. - Lo demás es únicamente información que le concierne al señor Potter, información confidencial. En caso de negarse a firmar entonces la famiglia Vongola procederá a pelear legalmente los derechos sobre la custodia del señor Potter.

-¡No es necesario! - Gritó Vernon aún con el rostro morado. - No hay nada que deseemos más que deshacernos de este chico. - Finalizó mientras le arrebata la pluma a Gokudera.

Harry no sintió nada, probablemente un par de años atrás se habría sentido triste o decepcionado de que fuera tan desechable para los Dursley, sin embargo, Hogwarts, el mundo mágico y sus amigos le habían demostrado que había mucho más que le faltaba por conocer y explorar. Además, si Petunia estaba consciente de quién era esa persona llamada atún - No Harry, no se llama atún, pensó- Eso significaba que seguramente sus padres también le habían conocido y era seguro para Harry.

-Vamos, Harry. - Le dijo Yamamoto sacándolo de sus pensamientos. - Te ayudaré a empacar tus cosas.

Vernon ladró entre dientes algo que Harry no logró entender, sin embargo los rostros de los otros dos chicos tenían una expresión dura de enojo por lo cual asumió que seguramente era otro insulto dirigido a su persona.

Se encogió de hombros antes de ponerse de pie y dirigirse a su habitación. - Es por aquí.

Realmente no pudieron ser más de 30 minutos los que pasaron en lo que Harry guardó sus pertenencias más importantes y unas cuantas mudas de ropa en su baúl de Hogwarts. (No podía dejarlo, era la parte más importante de su vida) Hedwig no había regresado aún de cazar, pero confiaba en ella, era de las pocas presencias fijas en su vida y sabía que lo encontraría aún así fuera a 3 metros bajo tierra.

Yamamoto tomó su baúl con una sonrisa amplia y brillante. - Eres un niño, Harry. Deja que te ayude. - Le había dicho como si él mismo no fuera joven.

Harry abrió la puerta y salió de su habitación, preparado mentalmente para no regresar al cual había sido su hogar, no, no un hogar, al lugar donde había sobrevivido por tantos años. Al pie de las escaleras ya se encontraban esperándolos los otros dos jóvenes, no había ninguna señal de sus tíos.

-¿Están listos? - Preguntó la muchacha a quien solo la había visto sonreír muy discretamente a sus compañeros.

-¡Claro! ¡Soy el guardián más rápido! - Exclamó Yamamoto, Gokudera rodó los ojos fastidiado.

¿Guardián? ¿Guardián de qué?

Gokudera se dió la vuelta y abrió la puerta permitiendo que Chrome, Yamamoto y él salieran primero antes de salir y cerrar la puerta detrás de él. En el Porsche de los Dursley había una enorme Suburban negra estacionada cuyas luces parpadearon cuando Gokudera oprimió uno de los botones en el control remoto que tenía en la mano.

-Sube el baúl, idiota del béisbol, Potter, viajarás atrás con él.

Harry asintió esperando a que alguno de ellos subieran antes que él para poder asegurarse de que estaba bien hacerlo, la chica - Chrome - le sonrió y subió al asiento del copiloto cuando el chico del cabello plateado le abrió la puerta.

Gokudera parecía ser el líder del grupo, se había mostrado como una persona seria y con carácter nivelado (Omitiendo, claro, el insulto que le había dicho a su compañero recientemente) y el peso de su mirada le hacía sentir algo inquieto. Notó que lo miró por un par de segundos antes de asegurarse de que la chica ya se había acomodado en su lugar y cerrar la puerta antes de abrir la puerta trasera. - Sube, Potter. Aún tenemos que tomar un jet.

-¿Un jet? - Harry sólo había visto aviones en la televisión cuando conseguía ver de reojo los programas de Dursley. - ¿Para qué?

Gokudera no le contestó, cerró la puerta al tiempo que Yamamoto cerraba la cajuela y ambos se dirigían al otro lado de la suburban para subir.

-Es la forma más fácil de llegar a Italia. - Le respondió amablemente Chrome mientras lo veía por el espejo retrovisor.

Gokudera encendió la camioneta y arrancó en reversa para salir del porsche.

-Pon mucha atención, Harry. - Le dijo Yamamoto otra vez con esa enorme sonrisa. - Mientras llegamos al jet te explicaré lo que pasa, debes estar confundido.

Harry volvió a encogerse de hombros, raro era normal, estaba acostumbrado a que muchas situaciones extrañas ocurrieran en su vida y que un montón de personas a las que nunca les había visto el rostro tomaran decisiones sobre su futuro. - Estoy acostumbrado.

Yamamoto rió alegremente mientras Gokudera negaba con la cabeza. - Al décimo no le gustará. - Murmuró preocupado.

-Bueno Harry, como ya sabes, él es Gokudera Hayato. - Apuntó con su dedo índice al joven de cabellos plateados. - Ella es Dokuro Chrome. - La susodicha le sonrió y le saludó con una pequeña sacudida de su mano. - Y yo soy Yamoto Takeshi, trabajamos con tío.

-¿Tío? - Tenía malas experiencias con los tíos, ¿Era otra persona que odiaba la magia como su tía Petunia?

-Si, tío.- Dijo Yamamoto dándole unas cuantas palmaditas en su espalda. - No me meteré demasiado en detalles porqué creó que es algo que tienes que conversar con él, pero Tsuna es tu tío. Se supone que él debía acogerte en caso de que Sirius no pudiera hacerlo, pero pasaron algunas cosas… - Negó con la cabeza antes de proseguir. - Nos tomó un poco de tiempo encontrarte, pero en cuanto supo con quién estabas se apresuró a preparar los papeles de adopción.

-¿Conocen a Sirius? - Preguntó Perplejo. - Él nunca los ha mencionado.

-Supongo que está molesto con nosotros, yo también lo estaría. - Le respondió Chrome. - Pasaron muchas cosas y estoy segura de que hay muchísimos malentendidos entre nosotros. Pero ya verás que Tsuna lo arreglará todo.

Otra vez ese Tsuna, Tsuna, Tsuna. Si, era su tío pero. - ¿Quién es Tsuna?

-Supongo que Petunia nunca lo mencionó. - Ladró Gokudera. - ¿Qué es lo que sabes de tus abuelos, Potter?

-Sé que murieron. - Respondió con el ceño fruncido, algo en la actitud del peli plateado comenzaba a irritarle. - Pero no sé cómo.

-Bueno, si que murieron. - Gokudera no parecía ser la clase de persona con la que se pudiera bromear. - Tu abuelo tenía distintas identidades que utilizaba a su conveniencia. - Había comenzado a fruncir el ceño. - Una de ellas era Iemitsu Sawada, un obrero japonés que cuando tu madre tenía 3 años tuvo un amorío con una mujer japonesa, con quien se casó bajo ese nombre y tuvieron un hijo. Ese hijo es el décimo, es el medio hermano menor de tu madre.

Harry frunció el ceño. - Supongo que por eso Petunia no habla de él.

-Seguramente chico. - Dijo Yamamoto riéndose levemente. - Ya sabes que es… demasiado correcta y normal.- Yamamoto le guiñó el ojo. - Como sea, Tsuna sabía sobre la magia y aceptó a Lily como Petunia nunca lo hizo, todos nosotros lo hicimos. ¿Te han dicho que tienes los ojos de tu madre?

Harry bufó molesto. - ¿Y el rostro de mi padre, no?

Yamamoto sonrió un poco triste. - Así es, pero tal vez nadie te había dicho la importancia de los ojos de Lily. Bueno, como sea, no es mi lugar decírtelo, lo sabrás cuando veas los ojos de Tsuna. - Parecía haberse animado de nuevo.

-Ya te he dicho que no llames al décimo por su nombre.

-No creo que al Boss le moleste, Gokudera-san. - Interrumpió Chrome.

Harry arqueó una ceja. - ¿Por qué le llaman décimo?

-Tsuna es el décimo heredero de la famiglia Vongola, Harry. - Le respondió Yamamoto. - Ninguno de los hijos del anterior jefe pudieron heredar la famiglia y, al igual que tu madre, Tsuna tiene algo especial. - Yamamoto abrió el maletín que había estado rolando entre los tres. - Pero eso ya te lo explicará alguien más. Por el momento es importante que mantengas esto contigo. - Le extendió un pasaporte con su fotografía y datos que por supuesto Harry jamás había visto antes en su vida. - Es poco probable que te lo pidan, viajaremos en un jet privado. Pero tenlo a la mano por si las dudas, todo lo demás lo hablarás directamente con Tsuna, ¿De acuerdo?

Guardó el documento. - Si quieres duérmete Harry, es un viaje algo largo al aeropuerto y de todas formas debemos esperar a tus demás escoltas. - Harry asintió y se acomodó para recargar su cabeza en la puerta, pensó que si estas personas quisieran matarlo lo habrían hecho ya.


Andén privado. Aeropuerto de Londres-Gatwick.

05 de agosto de 1995.

11:00 AM

Harry había sido estúpido al no pedir más información sobre este supuesto tío y a lo que se dedicaba. ¿Qué clase de persona tenía que ser para poder tener un jet privado negro y blindado cuyo emblema parecía estar hecho de oro?

No había policías, todos los trabajadores del área de control y de seguridad tenían el mismo logo impreso en la parte trasera de sus chalecos y hasta sus uniformes parecían estar hechos de la más alta calidad. Había cuatro suburban más estacionadas alrededor del jet y el personal de seguridad se había acumulado alrededor de la que viajaba él a modo de resguardarla.

¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Estaban bajo ataque?

Yamamoto, Gokudera y Chrome habían bajado del vehículo y le habían dado la estricta orden de permanecer dentro de la suburban hasta que regresaran, sin embargo Harry comenzaba a sentirse asfixiado y mareado. ¿Cuánto tiempo más tardarían? Ni siquiera podía sacar uno de sus libros porqué Yamamoto había bajado su baúl y le había dicho que no podía permitir que personal de menor rango se acercara ni a él ni a su equipaje.

Nadie en el mundo mágico había cuidado tanto a su salvador, pensó con burla y resentimiento resonando en su mente.

Finalmente Chrome regresó acompañada de un señor con cabello largo y plateado que portaba un uniforme negro con un logo diferente y tenía una espada reposando en un cinturón sobre su cadera. Mismo que abrió la puerta de la suburban para permitirle acceso a Chrome.

-Ponte esto, Harry. - Dijo Chrome pasándole un gran abrigo grueso, una gorra, una bufanda, lentes de sol y un cubreboca. - Lo siento, sé que no entiendes mucho en estos momentos pero no podemos permitir que nadie te identifique.

-Me siento como una celebridad. - Le dijo bromeando, recordando los programas de paparazzis que su tía disfrutaba de ver. - ¿De qué me están cuidando?

-Prometo que el jefe responderá todas tus preguntas. - Le respondió suavemente. - Por el momento lo único que te puedo decir es que tu seguridad es más estricta que la de un presidente muggle. Él es Squalo, es parte de un escuadrón de- Dijo Chrome antes de mirar de reojo al hombre quien arqueó una ceja. - Un escuadrón de seguridad de la famiglia. Él y otros miembros de élite nos estarán acompañando en el viaje para garantizar tu seguridad.

Harry frunció el ceño, su tío definitivamente era peor que los Malfoy.


Hice une breve investigación en Google y decía que actualmente se necesitan aproximadamente $200,000.00 libras para criar a un niño hasta los 18 años, así que tome eso de referencia considerando que en 1995 ese dinero alcanzaba para más, jiji.

Yo creo que borraré el anuncio cuando llegue a los 5 capítulos, mientras seguiré escribiendo lo más que pueda de aquí al sábado.

¡Gracias por leer!