Harry Potter es propiedad de J.K. Rowling

Katekyo Hitman Reborn! Es propiedad de Akira Amano.

Probablemente esté actualizando este fic los días 15 del mes, intentaré que sea más de un capítulo mensual.

Advertencias: Yaoi, Slash, traición, Dumbledore malo, algunos Weasley malos, aún no sé de Hermione, discriminación, muerte, mucha muerte.

Parejas: R27, Drarry, 8059.


XXX. Nikolayevka, Rusia.

05 de agosto de 1995.

02:45 AM

Xanxus acomodó de nueva cuenta su equipo protector sobre su nariz y su boca, el frío del bosque nevado comenzaba a quemarle las vías respiratorias, había estado caminando al menos una hora buscando su destino, no podía arriesgarse a preguntarle a los pobladores porqué nadie le aseguraba que su lealtad no estuviera con esa persona.

-Basura. - Rugió entre dientes tan bajo que nadie sin entrenamiento podría escucharlo.

-Mukuro ya me ha dado los detalles. Por favor sé cuidadoso, Xanxus. - La voz de Tsuna se escuchaba quebrada a través del intercomunicador. - Recuerda que necesito pruebas contundentes antes de actuar, pero sí es muy arriesgado no fotografíes nada y regresa de inmediato, sabes que es muy peligroso.

-Tch. -Xanxus estaba seguro de que Tsuna podría interpretar su respuesta, tantos años juntos trabajando codo a codo tenían que servirle para algo.

-Por favor, reportate en cuanto acabes. Tienes 1 horas antes de que envíe un equipo de rescate.

-Tch

Cerró los canales de comunicación en cuanto visualizó un dispositivo Vongola antiguo que estaba diseñado para detectar y reportar al dueño los intercomunicadores. Se detuvo para mirar a su alrededor, había comenzado a nevar no hace mucho pero ya le complicaba enfocar la vista, afortunadamente dicho dispositivo significaba que estaba cerca de su destino.

Con cuidado y moviéndose mínimamente, fotografió el dispositivo siendo enviado de forma inmediata al lector de Tsunayoshi.

A lo lejos pudo visualizar una pequeña cabaña que se veía descuidada por fuera y se acercó con pasos cortos mientras agachaba su cuerpo para disminuir las posibilidades de que alguien lo viera, el camuflaje de su traje de protección se activó de inmediato. Al asomarse por las ventanas de la cabaña pudo detectar que estas mismas estaban cubiertas con una especie de papel especial que permitía que quien estuviera dentro de la cabaña pudiera ver al exterior pero impedía que las personas fuera de estas vieran al interior.

No le dio importancia, no parecía que hubiera nadie dentro de la cabaña. Se acercó con cuidado y calma a la puerta de entrada y tomó firmemente una de sus tonfas mejoradas antes de abrir lentamente la puerta.

La cabaña por dentro estaba oscura y fría, la leña en la chimenea ya no crujía y no podía sentir absolutamente nada de calor de un fuego que había sido apagado con al menos tres horas de anticipación. No perdió tiempo y configuró su visor con visión nocturna.

Comenzó a buscar por la entrada aún sabiendo que era casi imposible que esa persona pusiera algo en un lugar tan vulnerable, el problema es que estaban lidiando con un excelente asesino con muchísima experiencia a quien no podrían encontrarle pruebas de sus pecados contra la Vongola tan fácilmente. Xanxus suspiró, cosa que rara vez hacía, sería una larga noche.


XXX. XXX, Italia.

05 de agosto de 1995.

04:23 PM

El vuelo había sido tedioso y mucho más largo de lo que Harry esperaba, seguramente era porqué nunca había volado en avión, podía entender que el expreso a Hogwarts se tomara todo el día para poder llegar al castillo pero esperaba que los aviones fueran un método de viaje más eficiente y rápido como los polvos flú o un traslador. Pero había sido un largo viaje de cinco horas donde la única persona que le había dirigido la palabra fue la aeromoza y no sin tener a otro de los chicos del escuadrón de seguridad de su tío probando toda la comida que esta le daba.

Yamamoto, Gokudera y Chrome se habían sentado al otro lado del avión y se encontraban discutiendo en un idioma que él no podía reconocer, probablemente japonés, pero Harry no podía utilizar un hechizo de traducción porqué si el ministerio no le había quebrado la varita cuando la uso en presencia de Dudley, seguramente ahora sí lo harían. Yamamoto no había dicho que eran magos y Harry lo dudaba muchísimo por las cosas tan convencionales que habían hecho, como conducir, viajar en avión y hablar por teléfono. No podía arriesgar a que llegara otro vociferador por parte del ministerio.

Esa era otra cuestión, de los llamados guardianes se había molestado en tocar el tema de su futuro trunco tampoco, lo cual molestaba irracionalmente a Harry, sabía que seguramente ni siquiera se habían enterado de su expulsión.

Squalo, como se habían presentado al hombre de largo cabello plateado, se había encargado de mantener callado al chico de cabellos verdes que habían sentado en frente de Harry con la excusa de que era el más cercano a su edad. Tonterías, Yamamoto, Gokudera y Chrome se veían apenas y un poco más grandes que Harry, dudaba que fueran más de 2 años mayores que él pero parecían sentirse demasiado maduros para convivir más con Harry.

Harry frunció el ceño, no serían los únicos. Aún no había obtenido respuesta de ninguno de sus amigos. Miró fijamente al chico sentado frente a él para intentar distraerse de la furia que parecía acumularse en su pecho, un rubio que estaba sentado al otro lado del pasillo junto a Squalo y que por cierto tenía una risa muy extraña e incómoda se había dedicado a arrojarle cuchillos falsos a la cabeza al muchacho que solo se limitaba a decir sin ninguna especie de emoción sobre lo mucho que le dolía.

-Nee, Potter-san. - Dijo arrastrando sus palabras y con la mirada tan vacía como la de los demás. - Yo también soy mago, ¿Sabías?

Harry tronó la boca. - Sacar pañuelos de un sombrero no es magia.

El chico parpadeó dos veces como si Harry hubiera dicho la cosa más estúpida que jamás hubiera escuchado. - Si es magia. - Replicó, como si Harry no entendiera. - Pero yo no hago eso, hago magia espectacular. ¿Quieres ver?

Antes de que Harry pudiera responder que si quería ver los trucos fraudulentos del muchacho, el rubio los interrumpió.- Ushishishi no estás autorizado para hablar con Potter, estúpida rana. - Dijo lanzándole otro cuchillo.

-VOIIIII. - Les reprendió Squalo. - Pronto llegaremos, no me obliguen a callarlos.

Fran siguió mirándolo fijamente y sin pestañear y Harry se removió incómodo en su asiento, esperaba no tener que volverlo a ver, pero con la suerte que tenía capaz y hasta los mandaban a dormir juntos.

Decidió mirar por la ventana del jet, Harry nunca había estado en otro país, era la clase de experiencia que los Dursley reservaban únicamente para Dudley. No estaba seguro de a que parte de Italia llegarían, pero al ver los extensos campos cubiertos por pasto se sintió aliviado, no estaba seguro de poder soportar la presión de la atolondrada vida citadina por encima de todo lo que había descubierto hoy.

Fran por fin se había callado cuando pudo divisar una enorme mansión al tiempo que el avión comenzaba a descender, parecía más grande que Hogwarts y estaba seguro de que, de estar más cerca, seguramente podría ver que estaba marcada con el mismo símbolo que el avión y los empleados. De alguna forma no le sorprendía que dicha mansión tuviera una pista de aterrizaje para el enorme jet en el que había viajado y por supuesto que tampoco le sorprendió cuando Fran le comentó que su tío era dueño de al menos 200 kilómetros a la redonda, razón por la cual no habían vecinos en el área. Tampoco le sorprendió cuando los encargados de preparar el jet para que los pasajeros pudieran bajar parecieran vestidos para una gala y aunque estaba incómodo también comenzaba a acostumbrarse a la seguridad excesiva.

Cuando por fin le fue permitido bajar, se encontró con la sorpresa de que Gokudera, quien se había mostrado tan calmado y maduro, estaba peleando a gritos con un chico moreno de cabello blanco que le gritaba que era un cabeza de pulpo mientras que Yamamoto intentaba calmarlos.

-A partir de aquí los guardianes serán quienes escolten a Harry-san. - Le informó Chrome a Squalo quien gritó algo sobre una pérdida de tiempo y se había retirado a zancadas enormes siendo seguidos por el rubio de nombre extraño que no podía recordar y por Fran.

-Kufufufu, mi querida Chrome, ya regresaste. - Harry se sobresaltó al ver como alguien aparecía desde la espalda de Chrome como si de un parásito se tratara. - Potter, espero que no te moleste si intento poseerte.

Harry dió un paso por detrás, no estaba seguro de si estaba alucinando, pero lo que había salido detrás de Chrome se veía exactamente igual a ella pero ese era un hombre. Sabía alejarse de un pervertido cuando veía a uno.

-,¡Maldita piña! ¡Cierra el pico! - Gokudera parecía haberse rendido con el otro chico y había decidido reprender mejor al recién llegado. - ¡Llegan tarde!

-Kufufu. - Bueno, parecía que los italianos reían diferente al resto del mundo.

-Vamos, Harry, es hora de que conozcas a Tsuna. - Le llamó alegre Yamamoto, fue entonces que Harry notó que había más carros esperando por ellos y entonces se preguntó qué tan lejos estaría la entrada a la mansión como para tener que subir a los carros de nuevo. - Irás conmigo, con Chrome y con Ryohei.

Harry asintió demasiado cansado por todo lo que había pasado en un solo día, sumado a lo que había pasado con los dementores y se resignó a hacer lo que los "guardianes" le indicaran, con un poco de suerte lo dejarían dormir pronto.

El viaje en carro fue algo largo considerando que estaban viajando dentro de una misma propiedad pero le sirvió a Harry para despejar un poco su mente, observó los extensos y cuidadosamente podados arbustos, jardínes y árboles, pudo notar que aunque ya eran casi las cinco de la tarde todavía habían jardineros que seguían trabajando, distribuidos cuidadosamente y a lo largo de los jardínes también había personal de seguridad que parecía que hablaban solos.

Pronto estaría conociendo a su supuesto tío, Harry, por supuesto, estaba listo para huir en cuanto sintiera el más mínimo peligro.

La mansión era mucho más imponente de cerca, estaba seguro que ni siquiera en Hogwarts se había sentido tan insignificante antes las enormes y poderosas paredes del castillo, varios empleados ya los estaban esperando para recibirlos a los largo de las escaleras de la entrada y dos sirvientes les habían abierto las puertas principales al tiempo que los demás gritaban "¡Bienvenidos guardianes-sama!".

Todo esto comenzaba a provocar que su cabeza diera vueltas. Se sentía sumamente mareado.

-¡Yo, Hibari! - Yamamoto le dio un par de palmadas en la espalda a un muchacho que se encontraba parado al pie de las escaleras y que vestía un atuendo que Harry estaba seguro era oriental. - ¿En dónde está Tsuina?

-Hmn. - El tal Hibari se veía que se había levantado del lado equivocado de la cama, pues no había respondido la pregunta de Yamamoto y parecía como si quisiera cortarle la mano con la que le había tocado el hombro.

-¡Gracias! ¡Tsuna está en el comedor 5, chicos! Dice Hibari que cenará a solas con Harry.

¿Qué? ¿Cuándo dijo todo eso?

-Te llevaremos allá Harry-san, después de eso probablemente nos veamos hasta mañana. - Chrome le sonrió levemente antes de hacer un gesto para que la siguiera, en cuanto comenzó a caminar todos los guardianes comenzaron a caminar detrás de él platicando entre sí o insultándose los unos a los otros. - Esta es la mansión principal de Vongola, Harry-san. Por tradición el jefe de la familia tiene que vivir aquí y probablemente tú también tengas que hacerlo, sin embargo nosotros no vivimos aquí, solo Yamamoto-sama, Lambo-kun y Gokudera-sama lo hacen.

-¿Dónde vives tú, Chrome?

Chrome sonrió. - Mukuro-sama y yo vivimos en un plano separado al humano, Ryohei-sama vive cerca de la cosecha en un domo con Hibari-sama.

Harry asintió con la cabeza sin comprender por qué esa información era importante para él cuando los guardianes se detuvieron en seco frente a una gran puerta de madera, Yamamoto se adelantó a los demás y llamó a la puerta.

-Adelante.

Harry no había notado en qué momento empezó a contener la respiración, pero cuando escuchó la voz de su supuesto tío dejó salir todo el aire que tenía contenido.

Sin darse cuenta en el transcurso del camino había imaginado a una persona enorme, que midiera mínimo 2 metros de alto, que fuera tan fuerte que los músculos de sus hombros ahogaran su cuello y su barbilla y pudiera romper una mesa con dedo si lo hacían enojar, con un montón de tatuajes y una voz más gruesa que la de Satán. No sé, el tipo de persona que asustaría al tío Vernon.

Yamamoto abrió la puerta de par en par y lo empujó hacia el interior. - ¡Yo, Tsuna! Él es Harry. - Lo presentó dándole fuertes palmadas en los hombros.

-Gracias, Yamamoto-kun. Confío en que todo resultó bien.

Su supuesto tío al que los guardianes le habían tirado flores toda la tarde no era ninguna de todas las cosas que se había imaginado. Su voz era algo chillona y aunque estaba sentado, Harry podía jurar que era más pequeño de estatura que él. No tenía ningún tatuaje y hasta se veía tímido, con unos enormes y redondos ojos caramelos que le veían fijamente desde donde estaba sentado y un cabello tan despeinado como el suyo cubierto de harina. A diferencia de los muchos trabajadores que tenía, Tsunayoshi estaba vestido con unos jeans desgastados y una camisa manchada con lo que parecía ser chocolate.

-Hai, bossu.

-¿Cuándo dejarás de llamarme así Chrome?

-Sería irrespetuoso de mi parte, bossu. - Algunos guardianes como Yamamoto rieron quedamente ante la respuesta de la chica y ella le guiñó un ojo a Harry, podía jurar que durante el transcurso se había referido a su tío como "Tsuna" al igual que los demás.

Tsunayoshi suspiró rendido y procedió a sonreír en dirección a sus guardianes. - Son libres por hoy, min'na. Nos veremos mañana a las 9 en punto en la sala de reuniones. Descansen.

La mayoría de los guardianes se despidieron efusivamente de su jefe antes de desaparecer por el corredor, algunos otros solo lo habían mirado hasta que esté se había despedido nuevamente de ellos como era el caso del chico de traje oriental. Pronto Yamamoto se fue también junto con Gokudera cerrando la puerta detrás de ellos.

Ya era hora.

Por fin Harry estaba a solas con el que supuestamente era el medio hermano mayor de su madre.

Harry le miró fijamente a los ojos, por alguna razón comenzaba a molestarle que Tsunayoshi no le dijera nada y solo lo mirara con calma. Sus ojos, como ya se había mencionado anteriormente, eran de color caramelo con una pizca de una naranja como el del atardecer en el centro de sus pupilas,, un color completamente distinto a los ojos de su madre. Pero eran cálidos y tenían una mirada gentil, si su madre hubiera vivido, ¿Sus ojos se verían igual que los de él?

-Toma asiento por favor, Harry.

A pesar de que no había sido el primer extraño que lo había llamado por su nombre de pila el día de hoy, la forma en que la decía hacía que su estómago se contrajera con anhelo. Probablemente su cuerpo esperaba de forma inconsciente cosas que Harry no se había atrevido a imaginar, como cariño. Frente a él estaba el hermano de su madre quien le miraba con cariño, que le hablaba con gentileza y calma, alguien que podía asegurar incluso con solo un par de palabras que le había dicho era completamente a su tía Petunia.

Harry obedeció, tal vez por el anhelo o tal vez por la curiosidad, e inmediatamente clavó su mirada en plato frente a él.

Tsunayoshi comenzó a tararear una canción mientras les servía comida a ambos, aunque evidentemente no se podía comparar con el banquete de Hogwarts, la comida olía delicioso.

-Espero que te guste el cerdo, Harry. - Le dijo Tsuna cuando terminó de servir la comida, recargándose por completo en el respaldo de su silla. - Tenemos mucho de que hablar, pensaba esperar a que termináramos de comer, pero puedo sentir que estás molesto, sin embargo, es importante para alguien de tu edad no saltarse comidas, ¿Prefieres que hablemos mientras comemos?

Harry se quedó callado un par de segundos evaluando sus acciones, seguramente sería grosero que interrogara a Tsunayoshi, quien se había preocupado porqué toda su travesía y recepción fueran cómodas, mientras comían. Pero por otro lado se sentía enfermo de que las personas nunca estuvieran dispuestos a darle respuestas. Una parte de él, esa pequeña vocecilla a la que nunca le hacía caso, quería romper todo a su alrededor, quería hacer retumbar su magia en todas las paredes de la pretenciosa mansión y romperlo todo, ver si después de ver eso el falso buen samaritano de Tsunayoshi seguía queriendo mantenerlo con él. Por otro lado, en verdad se estaba muriendo de hambre puesto que lo último que había comido había sido un pan tostado con huevo y tocino quemado tres días atrás. - Mientras comemos me sirve. - Resopló tomando sus cubiertos y sin importarle más comenzó a comer.

Se imaginó que si hubiera estado comiendo con los Malfoy, el señor y la señora Malfoy hubieran arrugado sus horribles rostros alargados y lo hubieran fulminado con desaprobación, probablemente su comedor siempre estaba vacío y lo único que se escuchaba de fondo eran los llantos de los elfos domésticos siendo torturados. Pero Tsunayoshi no tuvo ninguna de estas reacciones, al contrario, le sonrió cálidamente y también tomó sus cubiertos.

-Estoy seguro de que tienes muchísimas preguntas. - Le dijo el castaño mientras tomaba sus palillos, Harry se sintió algo irritado de que el castaño asumiera que no sabría usarlos aunque fuera verdad. - Esto es katsudon, es uno de los platillos favoritos de mi hermano menor y en Japón es muy popular entre los jóvenes, por eso pensé que te gustaría también.

Harry tomó un pedazo de carne y lo probó sin titubear. - Es delicioso. - Volvió a tomar otro y volteó a ver a Tsunayoshi. - ¿Hermano menor? ¿Mi mamá tenía aún más hermanos?

Tsuna rió suavemente, aunque Harry hubiera considerado en cualquier otra circunstancia de que se estaba burlando de su pregunta, algo en su mente le hacía reconocer que probablemente, en el caso del castaño, no era una burla. - No, Harry. Lambo, a quien aún no has conocido, fue adoptado por mi okaa-san.

-¿Okaa-san? - Le preguntó Harry, recordando que todos los guardianes y ahora Tsunayoshi habían estado utilizando términos que él no reconocía.

-Seguramente alguno de mis guardianes ya te ha comentado que mi padre, tu abuelo, tuvo un amorío con una mujer japonesa. - Le dijo, Harry asintió, había olvidado ese pequeño detalle. - Bueno, a diferencia de tu madre quien se crió en Inglaterra junto a Petunia y su madre, mi madre y yo permanecimos en Japón, casi no veía a mi padre hasta que asumí el liderazgo de la famiglia. Para entonces tus abuelos ya estaban separados y mis padres decidieron viajar por el mundo. Todos mis guardianes excepto Mukuro, Lambo y Hayato son de Japón también.

Harry asintió sin dejar de comer. - Mi madre murió a los 21, ¿No? No pareces ser mayor qué yo, ¿Cómo es que puedes ser mi tutor legal? ¿Por qué aceptaste? Debías tener menos de un año, seguramente ni siquiera la recuerdas.

Tsunayoshi rió levemente. - No tengo tu edad, Harry. Empezaré por explicar que es la Vongola, ¿De acuerdo? - Se detuvo a esperar la aprobación de Harry quien asintió de inmediato. - La Vongola es una de las primeras familias mafiosas de las que se tiene registro en la historia de Italia, ¿Sabes? Mi ancestro, Giotto di Vongola, fue quien creó a la famiglia junto con los ancestros mis guardianes, no Harry, por favor siéntate. - Tsunayoshi le colocó una mano en el regazo cuando Harry se disponía a escapar, furioso.

-¡No pienso quedarme ni un segundo más! - Ladró. - ¿La mafia? ¡No me sorprende que te estés ahogando en dinero! Pero, ¿Qué crees, tío? La mafia no es mejor que Voldemort y sus mortífagos, la mafia mata, el hecho de que la mafia no cuente con magia no los hace santos. - Gruñó tratando de levantarse siendo detenido una vez más por Tsunayoshi.

-Lo sé, Harry, yo pensaba igual que tú. Pero, por favor, cálmate y escúchame. - Repentinamente todos los pensamientos furiosos de Harry parecieron calmarse, ¿No se suponía que su tío era un muggle?. - Giotto nunca tuvo la intención de crear una familia mafiosa, el propósito de la Vongola originalmente fue crear un grupo de vigilantes que protegiera a los civiles de la mafia.

-Si, claro. - Bufó. - ¿Y entonces quién la volvió parte de la mafia? ¿Tú?

Tsuna torció la boca, un gesto que se veía terriblemente mal en él. - No, todo empezó con Elena. - Su tío retiró su mano de su regazo cuando Harry se acomodó de nueva cuenta en su lugar con una ceja arqueada y los brazos cruzados. - Elena era la hija de un conde quien estaba comprometida con Demon Spade, uno de los guardianes de Giotto. Ambos creían en la equidad de las clases sociales y buscaban proteger al proletariado, de hecho Elena fue quien los presentó a ambos. - Tsunayoshi entrelazó sus dedos y se recargó también en el respaldo de su silla, la comida completamente olvidada. - Conforme la familia fue obteniendo poder Giotto comenzó a preocuparse de que las personas que la conformaban comenzaran a utilizar su poder para obtener beneficios personales y por esto mismo decidió desmantelar la fuerza militar de la familia. Lamentablemente una de las familias mafiosas enemigas de Vongola aprovechó esta situación para atacar la base de Vongola e hirieron de gravedad a Elena.

-¿Demon culpó a Giotto por la muerte de Elena?- Le cuestionó Harry, analizando la postura corporal del castaño.

-Si y no. - Le respondió Tsuna con el ceño fruncido. - Antes de que Elena muriera, le hizo prometer a Demon que protegería a Vongola y su gente, sin embargo Demon no estaba en sus mejores cualidades mentales y consideró que para conseguir esto debía deshacerse de la gente débil de Vongola, por lo cual comenzó un plan para "purificar" a la familia y terminó traicionando a Giotto.

-¿Y en qué parte se volvió una familia mafiosa? - Bufó.

-Cuando Demon se hizo el guardián del Vongola Secondo. - Respondió Tsunayoshi sin titubear. - Algunos de los registros que lograron rescatarse describen al secondo cómo un hombre mercenario y sin compasión, es a partir de ahí que el propósito de la famiglia comenzó a distorsionarse. - Le sonrió de nuevo. - Puedes tener por seguro Harry de que mis guardianes y yo hemos estado trabajando arduamente para regresar a Vongola a su gloria original, en respeto a la gente y al recuerdo de mi ancestro, Vongola Primo.

Harry lo miró por un par de minutos más, Tsunayoshi en ningún momento había titubeado al momento de explicarle la situación ni había evitado su mirada, por lo cual no creía que estuviera mintiendo. - ¿Mi madre sabía de esto?

-Por supuesto. - Le respondió de inmediato.- Así como se necesita tener magia para poder entrar a Hogwarts e integrarte en la sociedad mágica, necesitas ser portador de alguna de las llamas de la última voluntad para poder ser parte de la Vongola, por seguridad. Las llamas de tu madre eran muy débiles y por lo mismo nunca fue un miembro activo de la famiglia, pero sí nos ayudó en reiteradas ocasiones.

Harry asintió, retomando sus cubiertos, su comida comenzaba a enfriarse. - ¿Cómo a qué?

-Ahora mismo tu madre tendría 35 años Harry, yo tengo 32. - reveló Tsunayoshi. - Dentro de la mafia existe el Tri-ni-sette. Cada una de ellas tiene un set de elementos que ayudan a controlar el balance del mundo. - Harry asintió, un poco más interesado en algo que definitivamente nunca había escuchado en el mundo mágico. - Cada uno de los miembros del Tri-ni-sette fueron bendecidos por un milagro. Primero tenemos a los anillos mare, originalmente sus guardianes eran los miembros de la familia Giglio Nero, en el pasado terminaron en manos de la familia Millefiore cuyo jefe le dio un uso inapropiado a los anillos, estos anillos te permiten viajar entre dimensiones, ¿Interesante, no? - Tsuna sonrió levemente antes de continuar. - Afortunadamente su líder se redimió y ha cambiado, por lo cual la Vongola, los Giglio Nero y los arcobaleno hemos coincidido en otorgarle el honor y la responsabilidad de su cuidado nuevamente.

Harry arqueó una ceja. - ¿Así de fácil? ¿Y si vuelve a hacer mal uso de ellos? Supongo que no hizo nada tan malo si decidieron dárselos de nuevo. - Harry pausó ante la seriedad de Tsunayoshi. - ¿O si lo hizo? ¿Qué es lo que hizo? ¿Por qué lo perdonaron entonces?

Tsunayoshi suspiró.- Por ahora no es información que necesites, todo lo sabrás en su tiempo pero por ahora no es relevante. Solo recuerda Harry, es mejor tener aliados poderosos en quienes confíes que enemigos a quienes tengas que estar vigilando. Byakuran y los Millefiore pagaron por sus pecados y no fue un castigo leve.

Harry asintió, confundido. Ahora sí sonaba como que habían cometido un crimen terrible y de ser el caso no podía entender entonces cómo habían podido perdonar al culpable, confiar en él de nueva cuenta y sobre todo volver a confiarle un artefacto tan importante. Si a Harry le dijeran que los Malfoy se arrepentían de todo el mal que le habían causado a los mestizos y los nacidos de muggle, Harry se reiría en su cara y probablemente le lanzaría un maleficio inofensivo a quien se atrevería a plantear tan mala broma. - ¿Qué tiene que ver Vongola con todo eso?

Tsunayoshi sonrió de nuevo. - Pensarás que estoy loco. La Vongola representa una almeja en el mundo y a nosotros se nos han concedido los anillos Vongola, se nos ha concedido el milagro del viaje en el tiempo, no podemos afectar el pasado pero sí podemos cambiar nuestras actitudes presentes y modificar directamente el futuro. Incluso puedo hablar y consultar a mis antepasados puesto que sus voluntades se encuentran almacenadas dentro del anillo, a diferencia de los retratos mágicos, mis antepasados tienen la capacidad de adquirir el conocimiento del presente.

-Eso tiene que ser mentira. - Interrumpió Harry. - Nosotros… el mundo mágico no cree posible viajar al futuro, he viajado al pasado y he cambiado el presente, pero viajar al futuro es imposible. - La sonrisa de Tsunayoshi solo se amplió.

-Por supuesto que la magia también tiene un rol importante dentro del equilibro del mundo, Harry. Todos lo tenemos, desde los hechiceros hasta el ganado. ¿Si los magos pueden viajar al pasado y cambiar el presente, no crees que serían extremadamente poderosos si también pudieran viajar al futuro? - Harry lo pensó un poco, la magia lo podía todo, era ilógico pensar que no podían viajar al pasado y otras razas si, pero asintió de todas formas. - En un futuro pasado los anillos Vongola fueron eliminados porqué mi yo de ese futuro temía el mal uso de su poder, fue en la misma dimensión en que el jefe los Millefiore hizo mal uso de los anillos mare. Así como Byakuran redimió sus errores del pasado, los anillos Vongola también están hoy con nosotros.

-¿Y los arqueros?

Tsunayoshi arqueó la ceja. - Arcobalenos, Harry. Son el arcoiris del Tri-ni-sette, y al igual que un arcoiris tiene un punto delimitado de inicio y uno del final, los arcobalenos indican y limitan el tiempo y espacio en la corriente temporal presente. Yo… - Titubeó Tsunayoshi. - Yo no diría que es un milagro, más bien lo llamaría una maldición. - Finalizó firmamente. - Los arcobalenos no tienen la capacidad de envejecer ni de morir. Solo pueden hacerlo cuando se han vuelto demasiado débiles y no siempre tienen tan buena suerte, a veces simplemente quedan inválidos.

-¿Por qué alguien elegiría vivir así? - Preguntó Harry arqueando una ceja. - ¿Quién correría ese riesgo?

-Nadie, Harry. - Tsuna negó con la cabeza. - Anteriormente los portadores de los pacificadores eran engañados por su creador y los forzaban a aceptarlos, esto hasta que se llevo a cabo una batalla para determinar al arcobaleno más fuerte y el cual sería liberado de la maldición. Afortunadamente Talbot, un herrero que trabaja para la Vongola, consiguió crear un artefacto para contener el poder de los pacificadores sin necesidad de sacrificar y engañar a más personas.

-No has mencionado a mi madre. - Replicó Harry. - ¿Ella ayudó a Tarot a hacer el contenedor?

-Talbot, Harry. - Tsuna negó con la cabeza. - Lily se involucró un par de años después, antes de su muerte. Ya estaba embarazada de ti. - Le dijo y le sonrió con dulzura antes de ponerse serio. - Cómo sabes, Harry. Uno de los objetivos de Tom Riddle era alcanzar la inmortalidad, hace 17 años un enemigo del Tri-ni-sette le reveló la ubicación del contenedor y las maldiciones que implicaba ser el portador de uno. Tom Riddle, quien para entonces ya era conocido como Lord Voldemort, intentó robar los pacificadores.

-¡¿Y lo consiguió?! - Eso era malo, si Voldemort había conseguido el poder de los pacificadores eso significaba que el mundo mágico estaba en peligro, tal vez esa era la razón por la que había podido renacer.

-No. - Harry soltó un suspiro de alivio, aunque ahora tenía más dudas sobre el regreso de Voldemort. - El contenedor, aunque era capaz de contener a los pacificadores, solo era un prototipo. La magia de Voldemort los volvió inestables y volvieron a reclamar un portador. Los portadores anteriores ya no estaban en condiciones físicas para volver a contener su poder, ni la familia Giglio Nero ni los Millefiore tenían la cantidad de miembros para contener su poder. - Harry le miró expectante. - Lamentablemente, yo y mis guardianes éramos los únicos que teníamos tanto la capacidad física como mental y el poder suficiente para contenerlos, así fue como nos volvimos arcobalenos.

Harry arqueó ambas cejas. ¿Era por ello que Tsuna se veía tan joven?

-Cuando eres el portador de un pacificador, el mismo te devuelve a una forma física de un lactante aunque te permite conservar tu raciocinio actual. Estuvimos dos años en ese forma hasta que tu madre finalmente consiguió crear un hechizo que permitía estabilizar a los pacificadores sin necesidad de un portador. - Harry le miró nuevamente antes de retirarle su ahora plato vacío y colocarle unas bolitas de colores en frente. - Son mochis, son de mis postres favoritos. - Le dijo. - Lamentablemente una vez que te deshaces de un pacificador, debes esperar a crecer de nuevo, año por año, es por eso que mis guardianes y yo parecemos menores.

Harry miró fijamente el postre antes de murmurar. - Mi madre debió ser brillante, ¿Verdad?

-Lo fue. - Podía escuchar la felicidad y el cariño en la voz de Tsuna. - La bruja más brillante de su generación, pero me atrevo a decir que mi onee-sama era la bruja más brillante de toda la historia. Lily te amaba mucho, Harry.

-Eso he oído. - Le respondió Harry antes de preguntar. - ¿Qué significa onee-sama?

-Hermana mayor en japonés, Harry. - Le dijo Tsuna mientras comenzaba a comer su propio postre. - Estoy seguro de que hay un hechizo que te permitirá entender cualquier idioma que escuches, debe de estar en alguno de los viejos libros de Lily.

Harry levantó la mirada ante lo dicho. - ¿Los libros de mi madre? ¿Los tienes?

-Así es Harry, en la mansión están resguardadas las posesiones más preciadas de mi hermana. - Tsuna sonrió nuevamente. - Mañana ya tenemos un día algo atareado, pero después de la cena puedo enseñarte el que fue su cuarto cuando venía de visita. Lo he conservado tal y como ella lo dejó.

Un sentimiento de esperanza inundó el cuerpo de Harry, todos siempre había resaltado el parecido físico que tenía con sus padres o incluso su personalidad parecida a la de su padre, pero nunca había conocido a alguien que le pudiera ofrecer más que un cumplido a los ojos de su madre.

-Eso… - La voz se le cortó. - Eso me gustaría, pero señor, me han expulsado de Hogwarts, ya nunca podré hacer magia.

Los grandes ojos de Tsuna parpadearon un par de veces como si fuera un búho. - Ah, cierto, el incidente con los dementores. No te preocupes, Harry. Afortunadamente la Vongola está en cada rincón del mundo y eso incluye al mundo mágico, pasado mañana viajaremos a la mansión a las afueras de San Leone, es una de las instalaciones de Vongola que están registrada como domicilio de magos. Además, algunos contactos ya están trabajando para tu audiencia en el ministerio de magia.

-¿Ministerio de magia?

-Si. - Tsuna robó uno de sus mochis y le miró como si se hubiera librado de una reprimenda enorme. - Lily me mataría si permitiera que te expulsaran de Hogwarts, tendrás una audiencia disciplinaria el 12 de agosto donde discutiremos tu futuro.

Harry asintió. - Disculpe, señor…

-Llámame tío, o Tsuna, todos me llaman Tsuna. - Le sonrió amablemente el castaño.

-Eh… Tsuna. - Harry tragó saliva. - No he sabido nada de mis amigos en todo el verano, me preocupa que no estén bien.

-No te preocupes por eso, Harry. - La seriedad había vuelto al rostro de Tsuna. - Puedo asegurarte que tus amigos están bien y algunos conocidos tuyos pronto irán a buscarte a casa de tus tíos, nadie sabe que estás aquí. Sé que no tienes motivos para confiar en mí pero te explicaré lo que pasa a la brevedad. - Tsuna parecía estarle suplicando. - Hay personas en quienes no debes confiar, solo necesito un par de días para reunir evidencia. Por favor Harry, esperame.

Harry torció la boca, insatisfecho. Pero una mirada a los ojos de Tsuna y se relajó, si, no le estaba diciendo todo lo que quería saber, pero tampoco se había negado a responderle como todos los adultos a su alrededor. - Está bien. Pero si no me convence, huiré.

Tsuna asintió. - Por supuesto Harry, si después de explicarte el resto decides que no puedes confiar en mí te dejaré ir a donde quieras. - Harry asintió. - Por ahora ya es tarde, sígueme, te guiaré a tu nueva habitación.

Tsuna se puso de pie y caminó rápidamente a la salida, cuando abrió la puerta las mucamas entraron de inmediato a recoger los platos y residuos de comida.

Harry suspiró y se puso de pie. Iba a ser una noche muy larga.


¡Caracoles!

¿Alguna vez se imaginaron que yo subiría tres capítulos seguidos? Yo no jajaja.

Ayer fue mi cumpleaños, ando un poco distraída. No me había dado cuenta de cuanto tiempo ha pasado desde que leí un fic de KHR o los libros de HP, si ven un dato erróneo les agradecería millones que me lo señalen para poder tomarlo en cuenta en futuras actualizaciones.

Muchas gracias por leer y bienvenidas a las personas que recientemente añadieron esta historia a sus favs y follows.

Les tqm. Besitos.