Capítulo 5
Por primera vez en años siento paz en mi corazón, tras un largo tiempo puedo estar a su lado y dejar de anhelar su compañía. Antes creí que podía vivir sabiendo que ella estaba bien pero ahora me doy cuenta de que nunca será suficiente; verla después de tantos días de angustia me hizo ver que quiero estar con ella, verla, cuidarla, compartir nuestros sueños y amarla con toda la libertad. Pero no será sencillo, a pesar de que decidí dejar a Susana, ella no me dejará el paso libre, tampoco sé cómo reaccionará Candy cuando recupere sus recuerdos pero si no lo hace, estaré abusando de ella al no decirle la verdad. Debo pensar en lo que haré pero, solo por un momento, deseo vivir en la simplicidad que me brinda estar alejado de todos mis problemas y deberes.
Yo no fui el único que sufrió estas semanas, todos los que la aprecian sufrieron mucho, no debería ser egoísta y guardarme este momento para mi, no es justo. Con este último pensamiento tomó el teléfono y marcó a la mansión Andley. "Albert, ella está viva" anunció con emoción, sin duda compartir la felicidad la multiplica. Sin embargo, no todo son buenas noticias. Le explico a mi amigo cada detalle de la situación, la condición de la salud de Candy y las mejoras que ha tenido hasta el momento. "Entiendo, arreglare las cosas para ir y…" lo interrumpo rápidamente negándome a sus planes, aun no quiero que el peso de la realidad me agobie de nuevo, ha sido mucho sin ella que solo por un tiempo más quiero ser yo el único a su lado.
Le informo de los planes del duque de llevarla a América en cuanto sea favorable viajar de regreso y, con total nerviosismo le hago saber mis planes con respecto a la pecosa y a Susana. Como era de esperar, creyó que mi motivación era la culpa, aunque si la siento, esa no es la razón, así que me sincero sobre mis sentimientos y finalmente obtengo su aprobación junto a una advertencia "De acuerdo pero esta vez cuídala bien"
Luego de terminar la llamada a la mansión, marco al Hogar donde se crió mi amor, no me imagino la angustia de esas mujeres al saber que su hija estaba en peligro. Me responde la señorita pony, que llora y en un grito anuncia a los demás la noticia que le acabo de dar. "Me abandonaron en el orfanato más lindo del mundo y se los agradezco" llega aquel momento a mi mente, ahora entiendo, las suaves voces al otro lado del teléfono demuestran el amor que le tienen. "Gracias, muchas gracias" repite una y otra vez la dama y termina pidiéndole que cuide "a su niña", petición que aceptó gustoso.
Por último hablo con mi madre, no me agrada hacer la tarea de mensajero pero me matara si no la pongo al tanto, en este momento aprecio mi vida como para arriesgarla -Terry, hijo ¿ya la viste? ¿Cómo está?-
-Si madre está bien…- me detengo abruptamente en el discurso que daría por tercera vez al recordar ciertos detalles -Eleonor, ¿ya sabías que Candy estaba con mi padre?- Le cuestionó sorprendido, no puedo creer que esos dos se las hayan arreglado para ocultarme bien la verdad.
-Bueno, tu padre me escribió contándome un poco y también me pidió que no te dijera nada, tu sabes por Su…- La detengo porque no quiero nada que me amargue la noche.
Una vez que he terminado de asearme, camino por mi habitación, observo cada detalle dándome cuenta que todo está como lo dejé al abandonar el colegio hace cinco años, cada objeto se encuentra en el mismo lugar como si el tiempo se hubiera detenido. Pensé que después de irme, el duque se desearía de todo recuerdo mío y estaría satisfecho con su vida aristócrata sin el hijo bastardo y rebelde que solo le daba dolores de cabeza. ¡Que equivocado estaba!, no toco mis cosas y se divorcio de la duquesa, imagino que ha llevado una vida solitaria desde entonces.
Al menos la estadía en el castillo va a ser tranquila, trato de ignorar la relación con mi padre, sus fallas y sus aciertos, no es momento para eso. Me recuesto en la cama, estoy agotado por las emociones de hoy así que cierro mis ojos intentando dormir. Pasa una hora pero solo doy vueltas, saber que está a un lado de mi habitación tan cerca y no poder buscarla, pues no hay ningún motivo.
-Ahh, ¡Ayuda! ¡Ayuda!- Escucho a Candy gritar, me levanto rápido y voy a su cuarto. Al entrar la veo sentada y a la señora Masters abrazándola, pasan unos minutos hasta que cesaron los sollozos y la señora me hace acercarme a ellas.
-Joven, ¿le importaría acompañarla en lo que preparo un té para que se relaje?- Asiento y la tomo entre mis brazos .
-Tranquila, todo está bien- digo en varias ocasiones mientras acaricio su cabello.
-Es horrible Terry, todo ese ruido, la sangre, los cuerpos- responde mientras llora y se aferra a mí con fuerza, creí que ya había visto lo peor pero esto no tiene comparación.
-Tranquila pecas, estas a salvo aquí-
-Me llamaste pecas?- pregunta deteniendo sus lágrimas, espero poder distraerla del mal sueño que tuvo.
-Lamento tener que decírtelo jovencita pero realmente eres muy pecosa- pensé que se enojaría pero aflojo su agarre para abrazarme. Cuando llegó la mucama con el té, Candy ya estaba dormida de nuevo, intenté regresar a mi habitación pero me fue imposible, así que dormí con ella entre mis brazos. Ahora se porque mi padre la puso aun lado de mi y porque me amenazó con castrarme si no me comportaba como un caballero.
Nueva York
-George, manda a llamar a todos aquí- Estoy tan feliz de saber que mi pequeña está a salvo. -Creo que intuyen porque los mandé a llamar, Candy está viva-les hago saber tan pronto nos reunimos. De repente Annie dio un paso atrás y comenzó a llorar
-¿Es verdad? ¿Mi hermana está viva?- todos me miran y solo puedo asentir, estamos aliviados después de semanas de desesperación. -¿Dónde está?-
-En Londres- rápidamente les digo todo, los detalles no son agradables pero nada puede quitarnos la felicidad.
-¡Archie, mi hermana está a salvo!- Dice la castaña mientras abraza a mi sobrino
Hogar de pony
-¡Está viva! ¡Está viva!- no puedo dejar de repetir lo que acabo de escuchar, mi niña, la pequeña traviesa que cuide durante tantos años ha sobrevivido a la guerra, a nadie en el hogar nos importa lo demás, muy pronto estará de vuelta y todos podremos ayudarla a salir adelante. "Haremos un cartel gigante para cuando regrese" "Yo haré su pastel favorito" "yo le pondré sus flores favoritas en su habitación". Todos los niños han comenzado a planear cómo recibir a nuestra dulce Candy
Hola a todas, este es un capítulo un poco triste por la pecosa :(
Me alegra que les este gustando esta historia y gracias por sus hermosos comentarios. Saludos
