Capítulo 7
Un rayo de luz que ha logrado entrar en la habitación me obliga a abrir mis ojos, con pereza voy reconociendo el lugar en el que me encuentro, al bajar la mirada tengo la vista más hermosa hasta hoy. Aun dormida, mantiene su cabeza y una de sus manos en mi pecho; puedo inhalar su perfume de rosas que me pareció tan embriagante desde que la vi por vez primera, siento su respiración acompasada en mi piel transmitiendo la paz que solo ella me puede dar, sus rebeldes rizos cosquilleando mi rostro me obligan a sonreír y disfrutar de este momento.
He pasado tanto tiempo deseando tenerla entre mis brazos al despertar, que no puedo evitar suspirar y pensar que he tenido la mejor noche de mi vida. Pero los recuerdos de la noche anterior me golpean abruptamente y me invade la tristeza, quisiera estar en su lugar, tener yo los tormentosos delirios para que Candy pasara sus noches disfrutando de las más bellas fantasías. Sé que eso es imposible, aún así, puedo darle mi amor sin medida para curar las heridas de su corazón.
-Despierta pecosa- susurro y la beso en su cabeza pero no tengo ninguna respuesta; quisiera seguir deleitándome con esta perfecta imagen pero mi alma anhela oír su voz.
-Vamos pecosa dormilona-
-¡Eh!- la abrazo con más fuerza de manera muy protectora, justo como deseaba hacerlo en el colegio.
-Buenos días dormilona- le respondo el cariño que me inspira...
Ha pasado un mes desde que regresé a Londres, y durante este tiempo Candy y yo nos hemos vuelto muy cercanos de nuevo. Mi padre dice que sus pesadillas han disminuido desde que llegué y ha mejorado constantemente; yo no sé si diría lo mismo, a mi parecer las malas noches son constantes, sobre todo en los días lluviosos, pues el estruendo de los truenos la asustan demasiado. Sin embargo, hace dos días pudo recordar a la tortuga Julie, es un avance y alienta las esperanzas de que recupere su memoria, también mencionó a un tal Joseph, debo admitir que los celos que sentí aun no me abandonado, pienso en la posibilidad de que se haya enamorado de alguien más y el miedo me hace desear abandonarla y volver a américa.
Pero no puedo darme por vencido tan pronto porque me ha vuelto a cautivar de la misma manera que en el colegio, sigue siendo la misma dulce chica de siempre, juguetona y risueña. Lo único que ha cambiado es que sus movimientos son más elegantes, supongo que es por influencia del duque, obviamente no dejaría pasar la oportunidad de convertirla en "alguien digna de la nobleza" hay cosas que no cambian pero hay otras que lo hicieron y no dejan de sorprenderme, pues no lo había visto sonreír en toda mi vida como ahora y trata a la pecosa como si fuera su propia hija. Me alegra que así sea y que se lleve bien con Candy, aunque siento un poco de envidia. Sin duda las cosas serían diferentes si nosotros congeniáramos tan bien, aun tengo roces con mi padre pero, por lo menos ahora podemos mantener una plática civilizada.
Comienzan a sonar las campanas y parece que afuera hay una gran celebración. Después de tanto tiempo la guerra ha terminado. Ahora todas las valientes personas volverán a sus hogares, sin embargo, muchas familias tuvieron pérdidas. Últimamente hemos tenido la costumbre de pasar tiempo frente a la chimenea, como en Escocia, sin decir nada, solo disfrutando de la mutua compañía. Así es como estamos ahora, es indescriptible lo que siento al estar de esta manera, nunca creí que con algo tan sencillo se pudiera respirar tanta paz.
-Ha llegado una carta para la señorita White- Anunció el mayordomo y se retira inmediatamente.
-Terry, ¿te importaría leerla por mi?- Me pregunta con timidez y no puedo negarme. Tomó el papel y me sorprende que no sea de América, creí que Albert o Annie le escribirían. La abro y el contenido me deja un muy amargo sabor de boca.
Querida Candy:
Ha llegado a mi la noticia que temía no recibir nunca, me alegra en sobremanera que te encuentres bien, aunque lamento que no sea tu mejor momento espero de todo corazón mejores muy pronto. Ahora tengo la oportunidad de agradecerte por no dejarme atrás, si no fuera por ese gran acto de valentía, muchas otras personas hubieran muerto durante el ataque enemigo.
Debes saber que he informado a mis superiores y al rey que una enfermera americana ha colaborado enormemente para que soldados británicos se recuperaran y continuarán peleando por el país. Se que dirás que no eres la única, pero eres la que más ha dado de su energía y conocimientos al punto de compararte con un médico militar.
Así que esta bella nación y sus generosos gobernantes no se negaran a darte cualquier cosa en recompensa. Eso te ayudará a cumplir tu deseo y recuperar la vida de la que me hablaste.
Espero que podamos reencontrarnos.
Coronel Joseph K.
En mi estómago se ha formado un nudo, quisiera romper esta carta e irme pero debo controlarme, no puedo estallar en uno de mis típicos arranques de ira. Así que opto por quedarme en silencio, ¿Qué relación tenía ese hombre con Candy? ¿realmente era tan importante para que ella recuerde su nombre?
-Parece que trabajábamos juntos- Como si me hubiera escuchado responde a la primera de mis preguntas, su voz se escuchó tensa y eso me pone aun más nervioso. ¿Será por que no debía saber de la existencia de ese hombre?
No digo ni una palabra, temo que mis celos podrían traicionarme y terminar asustándola como en el pasado, le miró por un instante y puedo percibir su incomodidad. De pronto, una de sus manos se acerca a mi y mi primer pensamiento es que quiere su carta de vuelta pero me sorprendo cuando en lugar de tomarla, sujeta mi mano entre la suya y hace suaves movimientos. Cierro mis ojos y me dejo llevar por la suave y tímida muestra de cariño.
Unas semanas después…
Ha pasado tanto tiempo desde que desperté en el hospital, me asuste al no ver nada, no sabia donde estaba, lo que había sucedido y menos recordaba quien era. A pesar del miedo, sentía que decía ser fuerte, que en algún lugar alguien me estaba buscando. Justo estaba consumiéndome la desesperación cuando escuche "iremos a casa hija". Esas palabras fueron lo que deseaba escuchar con toda mi alma.
Mi estadía en el hospital fue un delirio, personas gritando, ruido insoportable, pesadillas constantes y nadie que se preocupara por mi. Pero una simple oracion cambio mi vida por completo, yo no conocía a Richard pero algo en mi interior me decía que confiara en él. Me dio un hogar, cuidados, atención médica, su compañía, cariño y se convirtió en mi única familia. Después llegó Terry, ese muchacho que desde el primer momento en que lo escuche acelero mi corazon, cuando estoy a su lado siento una paz indescriptible. Hemos convivido mucho desde su llegada y puedo decir que tengo sentimientos por él, es tan amable y atento conmigo. Me contó un poco sobre mí, ahora sé que tengo dos madres, un padre, un primo elegante, una amiga de anteojos y muchos hermanos. no tengo idea de por qué los llama de esa manera pero gracias a esos apodos puedo imaginarlos.
Ahora estamos viajando a América y me parece increíble, podré conocer a todas esas personas de las que me ha hablado. Me he sentido tan feliz en Londres que lo considero mi hogar, si nunca hubiera sabido que tengo familia no estaría triste porque Richard se convirtió en un padre y tengo motivos para creer que Terry siente lo mismo que yo. Como todos los días desde que dejamos el puerto salgo a caminar por la cubierta en su compañía, quiero decirle algo pero no se si deba hacerlo. -Terry, recordé algo-
-¿Qué es pecas?- Me gusta cuando me llama de ese modo
-Yo recordé algo, bueno es que hay mucha nieve alrededor y edificios enormes, llego a una estación que se dirige a Chicago, es extraño pero siento mucha tristeza cuando lo pienso- Ahora considero que no debí decirlo, nos detuvimos y siento un ambiente muy tenso. -No debe ser importante, hay otra cosa que quiero decir y es… bueno… yo… te quiero- Esperaba quitar la tensión pero creo que solo aumento, no dice nada, solo esta en silencio y me siento avergonzada por lo que dije.
-Yo también te quiero Candy- me abraza fuerte. -Quiero estar contigo pero antes debes saber algo- Eso no suena alentador pero asiento para saber de qué habla. -El recuerdo que acabas de decir… bueno… Nosotros éramos novios, pero durante un ensayo ocurrió un accidente en el que una compañera salvó mi vida. Era el protagonista de la obra por eso había planeado invitarle a Broadway, la noche del estreno te enteraste del accidente y decidimos terminar nuestro noviazgo para que yo pudiera… cuidar de la chica, esa misma noche te vi caminar en la nieve mientras te alejabas de mí- su voz muestra lo difícil que es decirlo, yo no se que pensar, es tan confuso pero siento que no quiero dejarlo. -Lo que más deseo es estar contigo siempre pecosa, si tu también lo deseas- pienso en esa mujer, debió ser valiente para sacrificarse de tal manera, pero si el me quiere a mi ¿Por qué le negaría una oportunidad para estar juntos?.
-Quiero estar contigo Terry- Tomó su rostro y puedo sentir la humedad de sus ojos. -Crees que ella estará bien si…-
-Haré que tenga las mejores oportunidades para rehacer su vida- esta vez él tomó mi rostro, también estoy llorando, y me acerca a su pecho encerrándome en un cálido abrazo.
Hola a todas. Una disculpa por la tardanza, no han sido días fáciles para mi, espero me entiendan. Pasando a cosas más interesantes, ya nos vamos acercando a los capítulos que más me dio emoción escribir, estoy ansiosa por editarlos y compartirlos. También quiero decir que me da mucho gusto leer sus comentarios, sé que ya quieren que Terry deje definitivamente a Susana pero antes deben saber que cosas ha hecho, tranquilas que la historia no se complica.
No digo más para no fastidiarlas, espero actualizar dentro de unas horas el capítulo que corresponde a esta semana. Las leo
