Capítulo 20
(parte 1)
Realmente espero que Susana no vuelva a meterse en mi camino, jamás creí que ella fuera capaz de hacer cosas tan terribles como las que dijo, me engañó totalmente, ni siquiera sospeche que fuera una persona de la misma talla que Eliza, no, ella demuestra sus intenciones desde el comienzo, Susana es incluso peor.
Sale un suspiro con pesadez, tanto tiempo desperdiciado en alguien que ni siquiera vale la pena… en fin, no tiene caso que piense más en eso, ahora estoy con Candy, la mujer que me ama tanto como yo la amo y esta vez no habrá nada que nos separe, nos casaremos, formaremos nuestra propia familia y tendremos el resto de la vida para amarnos y ser felices, aprender juntos, tener lo que siempre anhelamos.
-¿Cómo te fue?- Me recibe mi pecosa en cuanto cruzó la entrada
-¿Estabas preocupada por mi?- Quiero bromear con ella para deshacerme del amargo sabor que me dejó ver a mi antigua compañera pero mis palabras fueron más sutiles.
-Claro que me preocupo por ti, ¿no debería?- Responde con dulzura llenando mi alma de tierno cariño; niego silenciosamente en señal de que todo está bien.
-¿No tendrías que estar en la cama? ya es tarde, necesitas descansar- Le coloco un mechón de cabello detrás de la oreja, continuando con el camino, acarició suavemente su mejilla, debo controlarme o terminare apricionandola en mis brazos.
-Es que, queria saber que es lo que te dijo Susana-
-Mañana hablaremos de eso pecas-
-Terry, por favor- No puedo negarle nada cuando lo pide de esta manera tan adorable.
-Sé que te escribió y que hablaste con ella- Eso es todo lo que diré, no es necesario dar detalles tan dolorosos para ambos
-Debí decírtelo- Baja su cabeza avergonzada
-Tienes razón, debiste decirme lo que sucedió pero, ahora quisiera saber ¿por qué lo hiciste?-
-Llegaron mis pertenencias de Europa, ahí estaba la carta que me envió, cuando la leí, todo llegó a mi cabeza. Después el mayordomo me dio una nota en la que pedía reunirnos, solo quería decirle que no te volvería a dejar solo a menos que tú mismo me lo pidieras-
Mi corazón se henchía de amor, orgullo y paz al tener la certeza de que no volveremos a separarnos, instintivamente la abrazo de forma protectora y beso su frente. La calidez que me envuelve es tan acogedora, como volver a casa después de un largo tiempo, ahora entiendo porque no pude continuar con mi vida sin ella, y es por que ella es mi hogar, es el agua en medio del desierto, el fuego en medio de las frías noches, ella es mi vida. No quiero soltarla pero ya es tarde y necesita descansar, fueron muchas emociones por hoy.
-Pecas, ya deberías ir a dormir- Ella se separa y camina hacia la chimenea, toma una caja entre sus manos y se vuelve hacia mí.
-Mientras estaba en el frente, te escribí, aunque, nunca tuve el valor para enviarlas- Confieza sonrojada mientras me extiende sus manos.
-¿Estás segura de que me las quieres dar?-
-Terry, son tuyas, las escribí para ti- Tomo el objeto y Candy besa mi mejilla antes de irse.
Ya han pasado los primeros días del año, aun así les quiero desear un feliz año nuevo y que se cumplan todas sus metas. Esperen la parte dos en el transcurso del fin de semana. Abrazos.
