Capítulo 20

(parte 2)

Me siento en el suelo, frente a la chimenea mientras observo la pequeña caja de madera con narcisos tallados en la superficie, paso mis dedos sobre cada uno de los delicados detalles, mientras pienso en la dueña de mi mente y mi corazón. Puedo sentir mis acelerados latidos, así como las ansias por saber los secretos que hay ocultos pero, al mismo tiempo, miedo por descubrirlos. He sido principal testigo del sufrimiento de lo que mi pecosa vivió; estas cartas, deben contener la realidad de esos días y el dolor impreso en ellas que guardó para sí misma durante mucho tiempo.

Para mi no son unas simples cartas, significan que pensaba en mí, que, de alguna manera, confiaba en mí para contarme lo que veía, lo que sentía de estar en el frente. Estuvimos separados durante cuatro años y en esta caja se encuentran los momentos en los que no estuve a su lado pero que, sin saberlo, estuve con ella. Suspiro mientras la abro y con mis temblorosas manos tomó los sobres, con un rápido vistazo me doy cuenta de que están en orden, así que toma la primera de ellas y comienzo a leer:

5 de agosto 1916

Querido Terry:

Escribo esta carta desde un tren, voy camino a Nueva York, la ciudad en la que te encuentras, me siento cansada ya que he escrito otras tres misivas.

Te extraño, pensé poder olvidarte pero aún te amo, me duele tanto no poder estar contigo, con frecuencia deseo poder regresar el tiempo y evitar nuestra separación, pero sé que es imposible hacer algo como eso. Disculpa si traigo malos recuerdos, no es mi intención herirte más.

Esta es la primera vez en mucho tiempo que te escribo, la razón es que me voy. Así es, me voy de este país, de América para ir al frente a cuidar de los heridos por la guerra. Por favor no te molestes conmigo por molestarte si ya no me amas, pero si tus sentimientos son iguales que los míos por favor no te culpes, la decisión ha sido solamente mía aunque, si te soy sincera, no sé muy bien por qué hago esto, tal vez espero que estar lejos me ayude a superar este dolor o quizás sea para que estando cerca de la muerte pueda darle a mi vida un nuevo motivo para seguir adelante.

Candice White

15 de agosto 1916

Querido terry:

No tuve el valor de enviarte la carta anterior, tenía miedo de lo que pudieras hacer o de saber que no te importo más, creo que esto último es lo que me da más miedo saber. Ahora estoy en un barco, cruzando el atlántico. El mar está muy tranquilo y estoy viendo el atardecer más hermoso en años, me recuerda al día en el que acepté arrodillarme ante ti para que no suspendieran mis vacaciones. Cuando la hermana Grace me dijo que iría a Escocia te busqué para agradecerte y estabas en el árbol tocando la armónica. Desde ese momento supe del corazón amable y bondadoso que posees.

Hecho de menos los momentos que compartimos en el colegio, esa etapa de mi vida ha sido la mejor, porque en medio de la soledad que sentía encontré a un amigo en quien confiar y al amor de mi vida, aunque me tomó mucho tiempo darme cuenta de ello.

Hoy me siento tranquila donde estoy pues me siento cerca de ti, ¿sabes por qué? tus ojos son azules y profundos como el mar al igual que tú, a veces en calma y otras embravecido. Eres el hombre más impulsivo y apasionado que he conocido, no te imaginas la admiración y el amor que siento por ti, el rebelde del colegio San Pablo.

Con amor Candice

Siento como una lágrima rueda por mi mejilla, me conmueve la manera en la que me describe, parece que ante sus ojos no soy el horrible hombre que pienso que soy, me pregunto si realmente me ve de esta manera…

5 de septiembre 1916

Querido Terry:

Ha pasado una semana desde que llegué a parís, me alegro de haber venido porque la cantidad de soldados es increíblemente alta, desafortunadamente, somos muy pocas enfermeras y médicos por lo que el trabajo es duro pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo. Es una pena que una ciudad tan hermosa como esta sea opacada por la crueldad de algunos hombres, me gustaría que esta guerra terminará pronto para que con ella termine el sufrimiento de los hombres que pelean por su nación. Estando en medio de esta masacre me consuela saber que todos a los que amo están a salvo en América, lejos de todo el dolor.

He recibido cartas de Albert y del hogar, todos están muy preocupados por culpa mía, quisiera regresar para que estén tranquilos, sin embargo no puedo hacerlo. Si vieran lo que hasta ahora yo he visto, entenderían los motivos, hay tanto sufrimiento aquí, incluso algunas personas desean terminar con su vida para calmar el dolor que sienten por perder alguna parte de su cuerpo, no puedo dejarlos e ignorar que estas personas han pasado por cosas terribles que ni siquiera puedo imaginar.

¿Tú me entiendes verdad? siempre lo hiciste y me gusta pensar que esta no sería la excepción.

Espero que te encuentres bien

Candice

23 de septiembre 1916

Querido Terry:

Quería escribirte antes pero he estado demasiado ocupada entre la recuperación de los heridos y cirugías en las que participo que el sueño me vence rápidamente. Hace unos días llegaron más soldados del frente, al colocar la lista de los fallecidos, muchas mujeres estaban alrededor, angustiadas pero cuando la leyeron todo se llenó de lamentos, llanto y gritos de dolor como si les arrancaran una parte de su alma, he tenido malos sueños con esa escena.

Por eso le pedí a Albert que, en caso de que pienses cometer la misma locura que yo, te impida hacerlo de cualquier forma posible, Como lo he mencionado antes, me consuela saber que estás bien y a salvo en América, no imagino lo que sucedería si te arriesgaras tanto, sin duda alguna no soportaría saber que estás en peligro o que te ha pasado algo malo. Así que por favor, cuídate mucho y sigue realizando tu sueño de actuar.

C. W

8 de octubre 1916

No sé porque continuó escribiendo si no soy capaz de enviar ninguna carta para ti, tal vez es porque me hace sentir más acompañada y porque necesito que alguien me escuche sin querer hacerme volver. O simplemente es porque te extraño más de lo que imagine y te necesito más de lo que nunca creí que necesitaría a alguien ya que siempre he estado yo sola, cuidando de mi misma y protegiéndome de los que me hacían daño.

Hoy estoy demasiado triste, los camiones con heridos no han dejado de llegar, en una ocasión salí con otras enfermeras a recibirlos y enviarlos a las diferentes áreas del hospital que tenemos. Había un hombre, con cabello castaño, alto y de ojos color miel, instantes antes de morir en mis brazos me pidió que le entregara a su prometida una carta y que le pidiera disculpas por no poder regresar a su lado.

Ayer tuve el día libre y fui a buscar a la chica, toque a la puerta de su casa y me miró confundida, cuando le dije lo que sucedió empezó a llorar de una manera muy desgarradora. Creí que nuestra separación era lo más difícil y doloroso que me podía pasar, pero ahora sé que no es así. "No volveré a verlo nunca" "jamás podré volver a decirle que lo amo" Fue lo que ella dijo entre sollozos. Eso me hizo darme cuenta que pude soportarlo todo porque sabía que estabas vivo, sabía que a pesar de no poder estar juntos seguimos adelante. No me imagino despertar un día y saber que te has ido a un lugar en el que no te podré encontrar.

Por eso continuaré escribiendo y te diré las veces que sea necesario lo mucho que te amo, siempre lo hice, desde aquella noche en el Mauritania hasta hoy.

Con amor Candice White

24 de noviembre 1916

Amor mio:

Cada vez es más difícil estar aquí, tan lejos de casa y tan cerca del infierno. Las tragedias no han dejado de ocurrir, cada día las personas pierden a sus seres amados a causa de una guerra que no debería importarles, pelean por sus países y sus familias pero no saben de la angustia y el dolor que les causan a sus madres, esposas e hijos. Los niños también sufren, cuando las ciudades son atacadas terminan siendo alcanzados por las balas, a algunos se les arrebata su corta vida, y otros se quedan sin padres.

Cuando me enlisté sabía que no sería fácil, pero jamás me imaginé que llegaría a tanto. Muchas veces me siento desanimada por no poder salvarlos a todos y pienso que mi trabajo no sirve de nada, pero entonces los soldados me agradecen por limpiar sus heridas o darles un poco de aliento para que no se dejen caer, una ocasión, una mujer de edad avanzada me agradeció por haber estado con su hijo al morir, era la madre del hombre del que te hable.

Esta mañana llegó un general inglés y pidió voluntarias para ir al frente, yo decidí ir. Sé que es aún más riesgoso y que puedo morir en mi trabajo, tengo miedo, mucho miedo de no volver a ver a los que tanto me importan, miedo de no poder ver tu rostro una vez más pero pensar en todas esas personas sufriendo en el campo de batalla me da el valor suficiente para ayudarlos.

Pero hay algo más que me da el valor y la fuerza que necesito para no dejarme vencer y eres tú, tengo que volver a América para verte triunfar en el escenario, aunque no pueda acercarme a ti quiero verte ser feliz.

Te amo

24 de diciembre 1916

Hoy es noche buena, feliz navidad terry.

Perdóname por no escribir antes pero es más difícil, paso todo el día entre cirugías, corriendo de un lado al otro apenas durmiendo porque debemos estar atentos a cualquier cosa que suceda. Pero en este día decidí darme un tiempo para desearte una feliz navidad, muy pronto será año nuevo y aprovecho para desearte un feliz año, que sea el año en el que se cumplan todos tus sueños.

Aquí se siente como si fuera un día cualquiera pero me he estado esforzando para que los pacientes se sientan bien por lo menos en esta fecha…

Otra vez atacaron el campamento, fue una semana increíblemente dura, los gritos y la artillería fue lo que se escuchó en navidad. Mi ánimo está decayendo cada vez más, cada día me cuesta más trabajo sonreír y mantener los pensamientos positivos en mi cabeza. Perdoname por terminar esta carta con noticias tristes.

28 de enero 1917

Querido Terry:

He recibido cartas del hogar, una de ellas es de una persona que creí lo suficientemente buena y merecedora de un amor que yo siempre anhele tener. Jamás pensé que unas cuantas líneas tuvieran tantos secretos ocultos, al principio me sentí indignada de lo que leí pues pensé que era innecesario e incluso una ofensa hacia la palabra que siempre mantuve. Traté de botarla pero mi corazón me decía que no, volví a leerla más tranquila y descubrí solo dos motivos que tendría para escribirme. El primero, tú te has enamorado de ella borrándome de tu corazón y el segundo: aún me amas tanto como yo a ti y ella lo sabe.

Entonces se quedo en mi mente "si Terry hubiera podido olvidarte", eso significa que todavía me amas ¿verdad? si me hubieras olvidado esa carta no existiría ¿cierto? Esa frase tan simple significa tanto para mi, representa el dolor que debes estar soportando, la tristeza que compartes conmigo y la esperanza de que entre nosotros haya un amor más fuerte que el tiempo, la distancia y el deber.

Le agradezco por haberme hecho ver mi gran error: dejarte ir. Nunca debí hacerlo porque su egoísmo es tan grande que no le deja ver lo que tu corazón siente, amor mío, si para cuando termine esta guerra no es tarde te prometo que volveré solo por ti y te daré todo el amor que te negado hasta el dia de hoy, te compensaré cada lágrima que has derramado y hare que tus sueños se vuelvan realidad. Esta promesa es mi regalo de cumpleaños para ti...

Siempre tuya Candice

17 febrero 1917

Amor mio:

Pasan los días y todo aquí es igual, pero diferente al mismo tiempo porque ahora tengo la esperanza de recuperar la vida que una vez soñé contigo y en mi corazón crece más el deseo de volver a verte. Me pregunto si te sentirías igual si supieras que estoy dispuesta a todo para estar contigo.

He conocido a alguien, el general Joseph, hoy tuvimos una conversación acerca del amor. Él perdió a su prometida, ella era enfermera y la enviaron al frente en su regimiento, espero que un día vuelva a encontrar alguien a quien amar. Yo le hablé de ti, me alegra que no estuvieras ahí pues me sentiría avergonzada, pero fue la primera vez que he hablado de mis sentimientos, de lo mucho que te extraño y cuanto te amo.

Con amor Candice

9 de marzo 1917

Mi amor:

¿Sabías que demoro días en escribirte una carta? Es difícil lograr terminar una en el mismo día por todo el trabajo que hay. Los alimentos son escasos, al igual que las horas de sueño. Empiezan los rumores acerca del fin de la guerra, a pesar de eso tengo miedo, tengo un mal presentimiento, como si algo terrible estuviera apunto de pasar, realmente espero estar equivocada.

Las lágrimas no han cesado de recorrer mis mejillas desde la primera línea, y los sentimientos en mi interior son diferentes. No puedo creer que nuestro rompimiento fuera tan difícil para ella que le hiciera pensar que no tenía nada más, la culpabilidad llena mi pecho aunque no deja de mencionar que no es así. Siento la culpa de haberla orillado a tomar una decisión tan radical, la tristeza por no haber estado a su lado para impedir que arriesgara su vida de esta forma, pero también me alegra saber que siempre he estado en sus pensamientos y que sin saberlo estuve a su lado, ella me hacía parte de su vida sin estar conmigo. No puedo dejar de admirar a la mujer valiente que es, lo dejó todo, aunque fuera por dolor, para ayudar a otros, se alegró de curar a los más afectados por esta guerra cruel, aprendió a vivir en medio del infierno y entre tanta desesperación logró mantenerse firme. Descubrió lo que yo no pude hasta este momento, no dejar ir lo más preciado, valorar los momentos invaluables y a luchar por la felicidad. Candy, amor mío desearía poder borrar los malos recuerdos de tu memoria pero te juro por mi vida que te dare los momentos más felices de tu vida.


Disfruté mucho escribir este capítulo ¿Qué les pareció? espero que les guste. Saludos