Declamar: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la trama es completamente de mi autoría. A casi 10 años de haber sido publicado por primera vez, regresa mejorada.

Bueno, estamos de regreso mi beta y yo listas para para terminar esta historia. De verdad sin la ayuda de Andrea esto no sería posible. También a Lalis.


CAPITULO 26

Ambos solo se encogieron de hombros con una sonrisa. Charlie estaba pasmado, no esperaba esa revelación.

— ¿Lo hicieron en Chicago? — Preguntó Jasper ya que no se le ocurría en que otro momento.

— Sí. — Admitió Edward. — Nos dejamos llevar.

Bella solo asintió, recordó aquel momento hacia dos días.

Se encontraba recostada sobre el pecho de Edward, recuperando la respiración, lo miró al notar que el movimiento de su mano sobre espalda se detenía, su mirada parecía pérdida.

¿Está todo bien? — Preguntó incorporándose levemente.

¿Y si hiciéramos algo impulsivo?

Te escucho. — Respondió intrigada.

Casémonos mañana. — Le acarició la mejilla esperando sorpresa, pero en cambio solo sonrió.

Hagámoslo.

¿Te casarías conmigo mañana? — Bella sonrió asintiendo con la cabeza, esperaba que en ese momento él dijera algo más, pero su sonrisa se borró al comprender que estaba hablando enserio.

Edward, ¿es una broma, cierto?

No estoy jugando, sé que es una completa locura, pero no quiero esperar más tiempo.

En el fondo Bella se sentía igual, no quería esperar más. Una parte de ella tenía miedo de que algo sucediera y los separara nuevamente. Las cosas estaban marchando demasiado bien y eso no dejaba de inquietarla.

Hagámoslo.

A la mañana siguiente se obligó a salir de cama cuando Edward se marchaba a una conferencia. Iba a investigar lo que necesitaban para poder contraer matrimonio en el ayuntamiento. Consiguió que le dieran la información que se necesitaba, Edward dejó la conferencia para acudir con Bella a rellenar los formularios y pedir la licencia, con ayuda de un conocido dentro de las oficinas, consiguieron que se las otorgaran sin problemas con validez y obtuvieron una cita para contraer matrimonio esa misma tarde. Aprovecharon el tiempo que tenían para ir a comprar un atuendo más acorde a la ocasión. Bella se enamoró de un conjunto, era un pantalón blanco con un corsé corte corazón de pedrería y un saco que, a la vez hacía de vestido, se abotonaba solo a la altura de la cintura y se abría hasta el suelo. Lo acompañó con unas zapatillas blancas con el tacón de aguja metálico con algunas piedras. Por su parte Edward, eligió un traje oscuro y la esperó en la entrada. Al verla salir del auto se quedó sin aliento y solo pudo observarla de arriba abajo cuando se detuvo frente a él.

Luce muy bien, Dr. Cullen. — Le acomodó la corbata.

No mejor que usted, señorita Swan. ¿Entramos? — Le tendió una mano que ella tomó y juntos entraron donde los esperaban,

A la mañana siguiente, Bella despertó sola en la cama, se incorporó llevando la sábana contra su pecho y se talló los ojos. Lo vio empujar un carrito con comida, solo iba envuelto en una bata.

Buenos días. — La saludó dejando el carrito y acercándose a la cama. — ¿Dormiste bien?

Lo poco que dormí no estuvo mal, aunque no me quejo en lo absoluto que me quites horas de sueño. — Confesó con un guiño.

Me aseguraré de tomar eso en cuenta. — La besó en los labios. — ¿Café, Sra. Cullen?

¡En verdad lo hicimos! — Exclamó. — Temía que solo fuera una ilusión. Me alegro de que no. — Lo abrazó. — ¿Tienes que ir a trabajar?

Tenemos el día para nosotros. — La besó y sintió como ella envolvió sus manos en su cuello, la sábana que estaba sosteniendo se deslizó, la recostó quedando sobre ella sin aplastarla. El desayuno iba a tener que esperar.

— Al menos nos pudieron avisar, todos creímos que solo irían porque Edward tenía una conferencia y no, fueron a casarse. — Gruñó Alice.

— Fue algo del momento, y no daremos explicaciones. — Apuntó Edward mirando a su hermana con una ceja enarcada. — Creo que de eso hablaremos mañana. — Dio por zanjado el asunto.

Besó la coronilla de Bella y se levantó al ver a uno de sus colegas dirigirse hacia él para felicitarlo por el reconocimiento, otros para hacerle algunas consultas. La presentó con varios de ellos de una forma que aún no estaba familiarizada: "Ella es Isabella, mi esposa" Trataba de mostrarse amigable y hablaba solo poco ya que no tenía mucho que aportar, los términos usados no eran de su dominio.

Al empezar a servir la cena volvió a su asiento, se relajaron y simplemente disfrutaron. La elección de platillos fue bastante buena, la música que ambientaba era correcta y solo hasta que la cena terminó las parejas comenzaron a llenar la pista. Edward llevó a Bella y bailó varias piezas.

— Creo que no debí soltar la bomba en ese momento.

— No lo vi venir, pero se iban a enterar. Además, sabíamos que se sorprenderían.

Edward maldijo al sentir su móvil vibrar al interior de su saco, se detuvo y vio que se trataba del hospital. Tenía un paciente en cuidados intensivos.

— Dame un segundo, Stella. — Le pidió a su residente, le indicó a Bella que debía de atender y se dirigió a una de las terrazas,

Por su parte Bella regresó a la mesa dejándose caer en una de las sillas vacías frente a Alice.

— ¿Y tú flamante esposo?

— Salió a atender una llamada del hospital.

— Jamás me casaría con un médico, pasan mucho tiempo con sus pacientes. — Señaló Alice haciendo un mohín de desesperación

— Es por lo que te casaste con un psicólogo para que te analice todo el día, no sé qué es peor. — Sonrió sarcástica mirando a Jasper que solo sonrió de lado.

— Es un mal hábito. — Se encogió de hombros divertido.

— La boda sorpresa era algo que me hubiera imaginado más de Emmett. — Sentenció Alice, que aún se sentía sorprendida y dolida de que lo hicieran sin ellos.

— Solo no quisimos esperar. Esta boda no significa que no tendremos una ceremonia y todo lo que conlleva. Si me disculpan, creo que iré a buscarlo. — Dijo levantándose.

Atravesó la sala saludando con un movimiento de cabeza a algunos conocidos, salió por la misma puerta que Edward lo había hecho minutos antes y lo encontró dando indicaciones.

— Si ocurre algo más no dudes en llamar. Mantenme informado del Sr. Daniels, iré mañana a primera hora. — Dijo antes de colgar.

— ¿Todo bien? — Preguntó Bella que sabía el estado delicado de un paciente de Edward que lo mantenía inquieto.

— Era una consulta de otro paciente, se negaba a aceptar diagnostico hasta no escucharlo de mí, y Stella estaba dando el correcto. Ese paciente es obstinado y ha sacado de quicio a varios de mis colegas. — Dijo encogiéndose de hombros.

Bella lo envolvió en sus brazos pegando su mejilla contra el pecho de Edward.

— ¿Volvemos?

— En un momento más. — Pidió Bella que le gustaba estar lejos del bullicio.

— No sé por qué la gente te sigue considerando una mujer inteligente si terminas casándote con el tipo que te embarazó y abandonó. ¿A quién le falta dignidad? — Soltó Renee enarcando una ceja y mirando de forma despectiva a Edward.

Bella solo bufó y se separó lentamente de Edward para girarse y ver a Renee.

— Piensa lo que te venga en gana, Renee, mi vida no es de tu incumbencia. — Le recordó con voz fría. — Das pena, eres una mujer amargada e infeliz y tratas de que todos los demás lo seamos con tus comentarios malintencionados y groseros.

Renee soltó una carcajada.

— Como siempre te equivocas, tengo la vida que siempre he querido: dinero, comodidades, un marido apuesto que me trata como me merezco. — Dijo con una sonrisa de suficiencia.

— Siempre cosas superficiales, abandonaste a Charlie cuando creíste que lo perdió todo, solo dejaste ver tu falta de lealtad y que eres una vendida. — Le dijo Bella sonriendo de lado al ver a su madre como la ira la iba consumiendo. — Das lástima el que tengas que continuar pisoteando a la gente para poder sobresalir.

— Sé lo que valgo, no me conformo como es tu caso y el de tu padre, ve a la mujer que trae del brazo, es simplona y se nota que no pertenece a nuestro círculo. — Vio a su hija enarcar una ceja y negar con la cabeza. — Es una vergüenza lo bajo que ha caído.

— ¿Nuestro círculo? — Le preguntó. — Hace tiempo que tú no perteneces, el lugar que sigues presumiendo, ya le pertenece a alguien más.

— ¡Eso es ridículo! — Exclamó cada vez más alterada. — Ese fue y siempre será mi lugar, nadie y mucho menos esa mujer simplona va a quitármelo. — Enarcó una ceja. — Tú no podrás verlo, ya que tienes debilidad por esas personas, ¿cierto? — Miró a Edward que estaba conteniendo su irritación manteniendo una mano en un brazo de Bella.

— Ten mucho cuidado, Renee, que te metas conmigo puedo soportarlo porque no es algo nuevo y sé sobrellevarlo, pero no voy a permitir que lastimes a Sue y mucho menos que intentes menospreciar a mi esposo. Las cosas han cambiado, no vas a amedrentarme. Provócame y atente a las consecuencias, no olvides que en esta ciudad eres historia e incluso en Toronto no eres relevante. — Bella sonrió de lado. — No eres nadie, aquí en Nueva York estabas en la alta sociedad, pero por Charlie y en Toronto lo estás por Phil, ¿Te dice algo?

— Te gusta engañarte de esa manera, pero ambas sabemos que a la gente le agrado.

— Te tolera. — Corrigió Bella. — Y ambas sabemos que solo es porque ven un beneficio, pueden acercarse a tu esposo en turno que es quien tiene el poder. Tú eres un mero adorno, solo recuerda que los adornos pueden ser sustituidos.

— Bella — La llamó Edward que quería apartarla de su madre, sabía que nada bueno saldría de eso. Bella estaba sacando los colmillos y en cualquier momento se iba a lanzar a la yugular. Pero no valía la pena.

— Esa canción me gusta. — Sentenció mirando a Edward con un guiño, dio media vuelta y se dejó llevar al interior del salón, antes de entrar se giró hacia su madre. — Sé una mujer inteligente y mantente alejada de todos nosotros. No quieres enfrentarte a mí.

Sin dar opción a respuesta se adentraron en el salón, fueron a la pista donde se unieron a las parejas que estaban bailando.

— Lamento que Renee arruinara esta noche.

— Solo si se lo permitimos, y honestamente lo que esa mujer diga dejó de importarme hace mucho. — Confesó. — Veo que Sue se ha ganado tu afecto, la defiendes con ímpetu.

— Es una mujer muy dulce que no está acostumbrada a lidiar con las víboras. Solo le dejó saber a Renee que Sue no está sola y no lance comentarios mordaces sin esperar una respuesta. — Dijo irritada.

Charlie que bailaba con Sue vio a Edward con Bella moverse en la pista, estaban a solo una pareja de distancia y por impulso se acercó a ellos cuando la canción finalizaba y armándose de valor le tocó el hombro a Bella y le pidió bailar con él la siguiente pieza, su corazón palpitaba fuerte ante una negativa, pero ella accedió. Edward tomó la mano de Sue para que bailara con él y se movió con agilidad dándoles espacio.

Al inicio Bella no supo muy bien porque aceptó, estaba rígida, no recordaba la última vez que había bailado con su padre, pero se dejó llevar, por al menos un minuto ambos estuvieron en silencio que fue roto por Bella.

— ¿Y dime cuáles son tus intenciones con Sue? — Preguntó de golpe sorprendiendo a Charlie que en ningún momento esperó esa pregunta. — ¿Es algo serio?

— ¿En qué momento se invirtieron los papales? Usted señorita o, mejor dicho, señora Cullen es la que tiene más cosas que explicar. — Le dijo con una sonrisa dejando en claro que no era ningún reclamo.

— No trates de salirte por la tangente, Charlie, hice una pregunta seria. — Dijo enarcando una ceja. Lo vio resoplar y giró con ella.

— ¿Parece que tengo edad de andarme con juegos? Además, no soy esa clase de hombre, no lo fui en mi adolescencia, menos ahora. Sue es algo serio, ella ha estado sola por mucho tiempo y nos tomamos las cosas con calma. — Sentenció y se aclaró la garganta. — Lo que me recuerda, sus hijos estarán en la ciudad la próxima semana, me gustaría que pudieras acompañarnos a cenar.

Bella se detuvo en seco por un segundo pareciendo que tropezaba, pero volvió a seguir el ritmo. Ahora ella era la sorprendida.

— Conozco a los chicos y ellos conocen de ti, pero me gustaría presentártelos formalmente.

— Esto es algo inesperado y para lo que no sé si estoy lista. — Confesó. — No somos precisamente una familia.

— Lo entiendo, tómate el tiempo que necesites, cuando sepa que día será te avisaré, y después me darás tu decisión, si no estás lista lo entenderé. — Admitió, la música terminó y Bella volvió con Edward.

Fue hasta cerca de las tres de la mañana que abandonaron el lugar junto con Esme y Carlisle. La velada había sido bastante agradable quitando la presencia de Renee que no volvió a acercarse a ellos y se mantuvo en su lado del salón con su amiga Mónica. Por su parte Tanya pareció no conocerlos y los ignoró toda la noche. Lo que fue muy agradable.

Al llegar a casa se dirigieron a la habitación de Evan, entraron de puntillas haciendo que Max levantara la cabeza y meneara la cola al reconocerlos, le palmearon la cabeza y besaron a Evan para irse a su habitación. Los últimos días habían sido como estar en una montaña rusa, pero las emociones eran agradables sin duda. Bella se quitó las zapatillas dejándolas a un lado y descalza entró al armario en busca de su pijama, se detuvo frente al espejo viendo a Edward irse desnudando, se quitó los pendientes sin perder detalle, él se dio cuenta de que lo observaba y decidió tomarse su tiempo quitándose la ropa que le faltaba.

— ¿Disfrutando del espectáculo? — Le preguntó Edward sin mirarla y sonriendo para sí.

— ¿Hay algo bueno que ver? — Le picó Bella haciendo que la mirara con los ojos entrecerrados. — Sabes que estoy jugando.

Edward quedó solo en bóxer y se acercó a ella por detrás.

— ¿Necesitas ayuda? — Le preguntó besando su cuello y mirándola atreves del espejo como cerraba los ojos, la vio morderse el labio cuando comenzó a bajar la cremallera permitiendo que un dedo de forma deliberada le rozara la espalda haciendo su piel erizarse. Le bajó las mangas dejando al descubierto su pecho desnudo, le besó el cuello siguiendo la curvatura hasta llegar a su hombro.

El vestido se atoró en su cadera, lo jaló con suavidad hasta hacerlo caer alrededor de ella como un halo rojo brillante. Solo llevaba un tanga diminuto que no dejaba nada a su imaginación. Subió sus manos por los costados hasta cubrirle los senos sintiendo los pezones duros contra sus palmas. La escuchó gemir.

— ¿Estás cansada? — Le preguntó con voz grave mordiendo suavemente el lóbulo de su oreja haciéndola estremecer.

— Se me ha ido el sueño. — Respondió con voz sedosa mirándolo atreves del espejo con intensidad, su vista estaba encendida. Se giró pasando sus brazos por el cuello de Edward y él en un rápido movimiento, la levantó dejando que envolviera su cintura entre sus piernas sintiendo su erección lo que los hizo gemir a ambos. — Creo que no lo hemos hecho aquí.

— Ahora vamos a remediar eso. — Admitió besándola con pasión, no creía poder llegar a la cama. La espalda de Bella chocó contra el espejo de pared sin dejar de besarlo. Esa era la mejor manera de terminar su noche.

A primera hora, Bella recibió una llamada de su jefe de relaciones públicas para saber sobre la declaración de Edward la noche anterior, donde se refirió a ella como su esposa. Le contó y dejó en sus manos hacerse cargo de dar la noticia y como sería confirmada, aunque a Bella le gustaría que eso no fuera público sabía que era mejor si ellos daban la información y así mantener el control de lo que se decía o de lo contrario se encontrarían en un espiral de especulaciones.

Como habían estado varios días fuera, decidieron que ese domingo lo pasarían con Evan. Fueron juntos al parque llevando a Max con ellos, las clases de adiestramientos aun no tenían grandes resultados por momentos se comportaba, pero de pronto desaparecía y de nuevo era esa bola de pelos traviesa corriendo como si nunca lo hubieran dejado hacerlo en lo que llevaba de vida. Al regresar compraron un helado y estuvieron en la piscina por un largo rato solo salieron para comer. Bella se bañó y cambió, mientras sus chicos seguían en la piscina, se sentó en una de las sillas y abrió un libro que tenía mucho había comprado.

Evan le gritaba constantemente para asegurarse que lo estaba viendo ir progresando. Bella terminó con el libro sobre el regazo luego de varios capítulos, le encantaba ver a Evan esforzarse y conseguirlo. La infinita paciencia de Edward que en más de una ocasión le guiñó un ojo haciendo que ella los rodara. Max estaba recostado junto a Bella luego de estar también por un rato nadando en la piscina, cada día estaba más grande, pero se comportaba como un cachorrito y lo mejor era la forma en como cuidaba de Evan.

La cena la hicieron en el jardín iluminado, Esme hizo un gran trabajo cuidando todos los detalles y encargándose de cada espacio. En ese momento le contaron a Evan que se habían casado por lo civil, pero la ceremonia donde él estaría sería para el otoño e iba a tener un traje como el de su papá. Le hablaron de algunos de los lugares que les gustaba haciéndolo participe de la elección, divertidos lo escucharon quitar algunos de la lista y agregaba otros como Disneyland.

La semana comenzó tranquila, lo único fue que el lunes Megan regresó de la calle con una revista en sus manos que dejó sobre su escritorio divertida. Su matrimonio con Edward estaba en la portada, esa revista era de chismes, y le causó gracia leer que especulaban un nuevo embarazo ya que el compromiso y la boda se realizaron con solo semanas de diferencia y por eso la prisa en casarse.

Sin poder evitarlo Bella le tomó una foto con un simple texto. "¿Me embarazaste y no sabía?"

— "Así de bueno soy." — Le respondió de inmediato, esa respuesta la hizo soltar una carcajada.

— "Como si estar embarazada significara que debíamos casarnos ¿En qué época viven?" Escribió de nuevo y se la envió a Edward que tardó un buen rato en responder.

— "Cómo si solo hiciera falta que estuvieras embarazada de nuevo para casarme contigo. ¿Cuándo sale el artículo que dio Esteban?"— Le respondió en el mensaje de texto.

— "Mañana. Hablamos más tarde"—Fue la respuesta de Bella que estaba por acudir a una reunión.

Bella y Edward aprovechaban sus momentos libres para seguir eligiendo lugares con una fecha tentativa dejaban que Megan hiciera las llamadas para ver la disponibilidad, en muchas de sus elecciones se encontraban con que estaba ocupado, así que tenían que seguir buscando. Preferían cambiar el lugar y no alargar el tiempo para la ceremonia. Bella se estaba inquietando por no encontrar un sitio ya que hasta no hacerlo no podría comenzar con los demás detalles, ya tenía un organizador que estaba trabajando en algunas ideas, pero estaba igual, nada concreto hasta tener el lugar y así poder definir la temática.

El miércoles por la mañana al abrir el periódico encontró una pequeña nota donde hablaba de los problemas a los que se estaba enfrentando Phil, nada confirmado, pero se hablaba de que estaba vendiendo algunas propiedades para hacer frente a pagos debido a cancelaciones en contratos.

Bella no le dio más importancia y tomó la llamada de Charlie que estaba en la línea. Le dejó saber el día de la cena en casa de Sue con sus hijos para ese viernes, le pidió confirmar a más tardar el día siguiente. Bella lo prometió y volvió al trabajo.

Esa noche Bella lo habló con Edward, ya le había comentado de la cena y que se lo estaba pensando, aún en ese punto Edward no quería insistir demasiado todo entre ambos se movía con cautela, de pronto avanzaban rápido para luego detenerse, así que la dejó tomar la decisión por sí sola, lo que la hizo fruncir el ceño.

— Me agradan los hijos de Sue, no tengo ningún conflicto. Lo que importa de verdad es que tan lista estás y si de verdad quieres hacerlo.

— Las cosas entre Sue y Charlie parecen ir de forma seria, en algún momento deberé conocer a sus hijos y Sue ha sido amable conmigo. Creo que deberíamos ir. — Sentenció como si no tuviera demasiada importancia, cuando en realidad le causaba bastantes nervios.

El día de la cena llegó y Sue insistió en que llevaran a Evan, estarían sus dos nietos y creía podría divertirse. Por lo que le dieron la noche libre a Ángela.

Mientras se alistaban, aunque era algo informal Bella se tomó su tiempo maquillándose y eligiendo lo que usaría, estaba nerviosa y necesitaba mantenerse ocupada. Cuando Edward llegó encontró a Bella maquillándose con la televisión encendida en el canal de noticias, justo en ese momento mencionaban a Phil y los rumores que se hacían más factibles luego de conocer que estaba buscando inversión ante una negativa de uno de los bancos de hacer un préstamo.

— ¿No es el esposo de tu madre? — Le preguntó Edward desnudándose para darse una ducha.

— Corre el rumor de problemas en la empresa de Phil, el salvavidas de Renee parece estar hundiéndose, y todo apunta que no son solo rumores. — Dijo chasqueando la lengua, se giró para verlo y levantó ambas manos. — Y juro que no tuve nada que ver.

— ¿Y quién te está acusando? — Preguntó divertido.

— Antes de que lo hicieras. — Se burló. — Tengo mala fama, solo cobré unas deudas pendientes con unos cuantos e intuyo que me querrán colgar las desgracias de todos… Aunque ya Phil tiene castigo suficiente al tener a Renee.

— Tu madre huyó, abandonando a tu padre y solo postergó el problema.

— Nadie se escapa del Karma. — Se encogió de hombros. — Anda toma esa ducha y date prisa.

Edward le dio un beso en la mejilla y entró al cuarto de baño, se había retrasado por una reunión de último minuto.

Salieron con tiempo y llegaron unos minutos antes. Llevaron un par de botellas de vino y aperitivos.

La casa de Sue estaba en una zona tranquila muy cerca del hospital, los ladrillos de la fachada le recordaban a la suya, la baranda de los escalones de entrada tenía macetas bien cuidadas. Edward tocó el timbre y solo un instante después apareció Sue con una gran sonrisa.

— Me alegra tanto que estén aquí. Bienvenidos. — Los dejó entrar a un recibidor bien iluminado, junto a la cómoda con espejo había varias fotos, ahí Bella pudo conocer a los hijos de Sue. — Espero tengas energía, te presentaré a mis nietos, Evan, te están esperando para jugar.

Se dirigieron hacia donde Sue les indicó estaban los adultos mientras ella llevaba de la mano a Evan a la habitación contigua donde estaban sus nietos. Uno de los niños era solo un año mayor que Evan mientras el otro era de su misma edad, así que no tardaron en comenzar a jugar y solo las risas se escuchaban.

Bella estaba de pie en la puerta observando a su padre que charlaba con el que al parecer era el hijo mayor de Sue.

— Tú debes de ser Isabella. — La saludó una chica de cabello oscuro y ojos caramelo. — Soy Amber, la esposa de Paul. Déjame ayudarte. — Le quitó las botellas de las manos y las llevó a la mesa.

Sue llegó junto a ella y le rodeó los hombros.

— Chicos, ella es Bella la hija de Charlie. — La presentó. — Y ya conocen a Edward, su esposo; más tarde conocerán al diablillo de Evan. — Luego señaló al hombre que estaba junto a Charlie. — Él es mi hijo mayor Paul y ese que está saliendo de la cocina es Seth, quien está por terminar la carrera de medicina.

— Es bueno conocerte, Bella, Charlie y mi madre hablan de ti todo el tiempo. — Le estrechó la mano Paul.

— ¿Sabes?, estoy un poco celoso de ti, creo que mi madre te prefiere a ti que a nosotros. Eres la hija que siempre quiso tener. — Dijo Seth con burla acercándose a ella y estrecharle la mano. Ante el recibimiento tan cálido Bella se relajó. — Gracias por acogerla tan bien, mi madre es una gran mujer.

— Sue es como pocas y es sencillo quererla. — Confesó Bella con un guiño a la aludida que estaba con las mejillas encendidas.

A la cena aun le faltaba un poco por lo que comenzaron con los aperitivos que habían llevado, se sentaron a la mesa y fue muy sencillo tener una conversación agradable. Paul les habló de su trabajo para una empresa extranjera, Amber era bióloga y por eso vivían en la costa, además de ser profesora en la universidad de Florida. Tenían dos hijos, Embry el mayor y Jared de la misma edad de Evan. Cuando la cena estuvo lista llevaron a los niños a la mesa, quisieron sentarse juntos sin parar de hablar de sus juegos y caricaturas favoritas, acabaron rápido lo de sus platos y ninguno protestó por las verduras, querían ir a ver una película.

— ¿Y ya sabes que especialidad vas a tomar? — Le preguntó Edward a Seth pues estaba por terminar y su momento de elegir especialidad había llegado.

— Trauma. — Dijo sin dudar. — Me gusta eso de reparar huesos rotos, en Boston está uno de los mejores programas y aquí también. Tengo un par de amigos que desean venir aquí para estar en tu programa de cardiología.

— Tengo una invitación para una conferencia en Harvard. — Le dijo llevándose un trozo de carne a la boca. Bella lo miró enarcando una ceja, esa era nueva información. — Me llamaron hace un par de días, Esteban lo está gestionando, aún no es del todo seguro por eso no te había dicho nada.

— Y decías que un equipo de relaciones públicas era mucho. — Le picó Bella, se alegraba que cada vez fuera más reconocido, sus logros eran importantes para ella.

— El novio de una amiga que está en negocios dijo que tu nombre sonaba para ir a dar una clase. — Le dijo Seth recordando, que el nombre de Isabella salió a relucir cuando en una salida con sus amigos hablaban de las ponencias próximas, ahí la nombraron a ella a quien todos querían fuera a dar una clase.

— Y también tengo una invitación de mi antigua universidad para una charla. — Dijo encogiéndose de hombros. Fue el turno de Edward de enarcar una ceja.

— No eres el único, Dr. Cullen. — Señaló Bella con un guiño, para luego ponerse seria. — La verdad es de mis primeras veces ante estudiantes y es un poco intimidante.

Paul y Seth no pudieron reprimir una risa, Edward junto con Charlie la miraron enarcando una ceja y Sue con Amber miraban a los chicos de forma reprobatoria.

— ¿Qué? — Protestaron los chicos al unísono.

Eres la intimidante. — Confesó Paul recibiendo un codazo de su esposa. — ¿Qué? ¡Es cierto! No puedes negar que tienes una reputación de mujer dura y no es para menos en tu campo. Has manejado a empresarios que te doblan la edad, ¡claro que conseguirás manejar a unos estudiantes!

— Parece difícil, pero no lo es. Los estudiantes son básicos. — Intervino Amber. — Si lo necesitas puedo darte algunos consejos para manejar a los grupos, aunque no creo que lo necesites.

— Te tomaré la palabra. — Aceptó Bella.

Edward se dio varias vueltas a donde estaban los niños para asegurarse de que no estuvieran haciendo travesuras, pero los encontró entretenidos viendo una película de dibujos animados. Cerca de medianoche se despidieron, Evan no estaba muy feliz de marcharse, pero prometieron que al día siguiente los llevarían a todos al parque y comerían lo que ellos quisieran.

Solo a unos minutos de emprender el camino Evan se durmió. Edward tomó la mano de Bella y la dejó sobre su pierna.

— Fue una buena noche, te dije que los hijos de Sue eran agradables.

— Se parecen a ella.

— Ahora sí cuéntame sobre tus invitaciones para ponencias. — Le pidió Edward, en realidad le parecía muy extraño que no se lo hubieran pedido antes.

A primera hora de la mañana Bella estaba en la piscina nadando un poco, tenía algunos días que no hacia demasiada actividad física como solía hacerlo para despejar su mente. Iba por su décima vuelta cuando al borde la piscina notó una sombra, se detuvo, se retiró los googles y vio a Edward en cuclillas.

— Comenzaste temprano.

— No quise despertarte.

— Rose está de parto, me llamó Emmett hace un momento y me pidió decírtelo. ¿Quieres que te espere o vas a darte un par de vueltas más y me alcanzas más tarde en el hospital?

— Te acompaño, solo me daré una ducha rápida. — Le dijo y se dejó ayudar para salir. No le sorprendió que Edward ya tuviera la toalla junto a él, la envolvió, le dio un beso y la dejó correr hacia el interior de la casa.

Él preparó café y lo sirvió en un par de termos para llevarlos con ellos. Evan bajó a la cocina con Ángela a la que le encomendaron llevarlo al parque para que se reuniera con Embry y Jared como se lo prometieron y ya los alcanzarían más tarde.

Al salir rumbo al hospital Bella llamó a Sue y le contó lo que sucedía y porque no estarían en la mañana con ellos sino hasta la hora de la comida. Al llegar al hospital fueron al área de maternidad y permanecieron en la salita de espera. Emmett llegó con ellos le dio un abrazo a cada uno y se sentó junto a Bella.

— Le realizarán una cesárea. La bebé cambió de posición, es más seguro para ambas. — Le informó con voz queda. Bella le tomó la mano.

— Ambas estarán bien, su doctora es muy buena y te puedo asegurar que ha tenido más casos como este. Sabe lo que hace. — Trató de reconfortarlo Edward. — ¿Entrarás al quirófano? — Preguntó sin reprimir una sonrisa, ya que infinidad de veces había manifestado que no entraría a ese lugar por voluntad propia, porque vería mucha sangre.

— Rose quiere que esté ahí. — Se removió en la silla y miró el reloj. — La llevarán en cuanto esté libre uno. Gracias por estar aquí, se lo diré a Rose.

— Nos mantendremos aquí. Ve con ella. — Lo alentó Bella. Lo vio perderse en el pasillo y miró a Edward. — Está muerto de miedo.

— Te apuesto 50 a que se desmaya en el quirófano. — Se burló Edward.

— Un poco de fe. — Pidió Bella, pero aceptó la apuesta.

Al poco rato se les unieron Jasper con Alice, Charles y Carlisle. Cuando subieron a quirófano a Rose se unieron Esme y Giselle con el grupo. Edward pasó un brazo por la espalda de Bella y la pegó a su cuerpo.

— ¿Estás bien? — Bella asintió, aunque no le dijo que acababa de llegar su periodo, lo que indicaba que ese mes tampoco habían conseguido su cometido. Y vaya que no era por falta de intentos, se podría decir que estaban más activos que de costumbre.

— Todo bien. — Le guiñó un ojo para tranquilizarlo.

Aprovecharon el momento para hablar sobre los planes de boda, Bella les dio una fecha tentativa en la que habían pensado, pero al no tener un lugar definido no podían concertar nada. Se rieron al escuchar la propuesta de Evan de casarse en Disneyland junto a todos los personajes que le gustaban.

— Tienes que admitir que no es algo que se esperaría de ustedes. — Señaló Jasper, sería una boda peculiar.

— Y no es una alternativa. — Sentenció Bella.

Carlisle escuchó su móvil timbrar lo miró y respondió pidiendo con una seña que guardaran silencio, agradeció y colgó.

— Todo salió bien, Rose se quedará en recuperación y cuando pase la anestesia la traerán a su habitación — Les dijo. Todos se emocionaron, una nueva Cullen llegaba a la familia.

Emmett apareció al cabo de un buen rato, mantenía el gorro azul sobre su cabeza, parecía un poco pálido lo que preocupó a Esme que se le acercó.

— ¿Qué pasa? Dijeron que Rose y la bebé estaban bien.

— Y lo están, es solo que… — Le pidió sentarse y lo hizo junto a Edward. — Quita esa estúpida cara. — Le riñó a Edward.

— ¿Te desmayaste? — Preguntó enarcando una ceja.

— No… bueno, solo me mareé. — Admitió echando la cabeza hacia atrás, Ahí Edward miró a su esposa.

— No te voy a pagar, así no vale. — Le dijo teniendo la atención de Emmett que comprendió a lo que se refería y le dio un golpe en el brazo a Edward que se tuvo que frotar.

— ¡Serás idiota, apostaste que me desmayaría!

— ¿Y qué esperabas? Siempre dijiste que jamás en tu vida pisarías un quirófano.

— No sé cómo puedes soportar ver tanta sangre. Esa doctora tenía llena la bata, parecía una matanza, hasta creí que Rose se estaba desangrando. ¿Cuánta sangre puede perder una persona y no morir?

— ¿Necesitó alguna transfusión? — Preguntó Carlisle.

— No.

— Estará bien. Mejor háblanos de cómo es. — Le pidió Bella notando como su rostro se iluminaba.

— ¿No se los dijiste? — Le preguntó Emmett a su padre que negó.

— Te correspondía a ti.

— Parece que hubo un error, no tengo una hija, es un chico. — Anunció con una gran sonrisa.

— ¿Cómo fue eso posible? — Preguntó Alice. — ¿No se supone que los ultrasonidos son confiables?

— Con Rose habíamos dicho que sería una sorpresa, pero ella no pudo aguantar y en un chequeo pidió se lo dijeran, no era muy nítido, pero le dijeron que apuntaba a que era una nena, pero no fue así. — Dijo feliz, agradeció el botellín de agua que le tendió Charles. — Preguntaré si ya lo pasaron a los cuneros para poder ir a verlo.

La enfermera a la que le preguntó le dijo que sí, solo que iban a tener que pasar en turnos porque eran muchos y el área era pequeña. Primero fueron los abuelos, seguidos de Alice y Jasper y finalmente Edward y Bella. Se detuvieron frente al cristal y ahí en la segunda fila lo vieron envuelto en una mantita azul.

— ¿A que es el niño más guapo que han visto en su vida?

— Es hermoso, pero tengo que decir que yo conozco uno más guapo. — Le dijo Bella refiriéndose a Evan. — ¡Eres papá! — Lo abrazó con fuerza.

— ¿Es normal sentirse aterrado? Sabes, creí que tendría todo bajo control, pero ahora que lo veo, es tan pequeño y frágil, tengo miedo de arruinarlo.

— Se te pasará, toma un tiempo adaptarte, pero lo conseguirás.

— ¿Y qué están esperando para darle un hermanito a Evan?

— Que tú lo dijeras. — Le respondió Bella con sarcasmo. — Pero ya que veo que te importa tanto te diré que estamos trabajando, ponemos todo nuestro esfuerzo en ello. Tu hermano es muy dedicado en la tarea. — Soltó una carcajada al ver la cara de desagrado del grandulón que no había esperado para nada esa respuesta.

— ¡Ugh! eres desagradable.

— Y tú eres un entrometido, pero mi favorito. — Volvió abrazarlo. — Tenemos que reunirnos con Evan, pero volveremos por la noche o mañana temprano. Si llegan a necesitar algo solo tienes que llamarnos a la hora que sea.

Acto seguido volvieron a la salita de espera para despedirse de todos e ir a reunirse con Evan. Saber que Rose y el bebé estaban bien era todo lo que necesitaban, aún estaban un poco sorprendidos por la noticia de que era un niño, Bella le escribió a Megan para que se encargara de hacer cambio en el regalo ya que eran muchas cosas para niña.

Al llegar al parque le pidieron a Ángela enviarles la ubicación para poder encontrarlos rápidamente, al llegar vieron a Ángela junto a Amber y Paul sentados en el césped mientras Sue y Charlie jugaban con los niños corriendo y riendo. Sin duda Charlie estaba resultando ser mejor abuelo.


Primero que nada, una disculpa por la demora, pero aquí les dejó el capítulo de la semana pasada y espero a más tardar el domingo estar publicando el correspondiente a esta semana.

Muchas gracias por sus mensajes. Sigo lamentando no poder responderles a cada una como me gustaría, pero quiero que sepan que leo cada uno de ellos.

Nos leemos en unos días.

TitiC