New Opportunitty

Después del intenso combate que marcó la culminación de las pruebas, Hanabi sintió la necesidad de hablar con el Hokage para discutir el resultado y su decisión. Con determinación en sus pasos, se dirigió hacia la torre del Hokage para compartir sus reflexiones y asegurarse de que estaba tomando la decisión correcta.

Al día siguiente, en el campo de entrenamiento donde habían compartido tantos momentos juntos, Hanabi se reunió con su equipo, Namida, Wasabi y Sumire. El aire estaba lleno de expectación mientras las chicas se miraban entre sí, preguntándose qué tenía que decir Hanabi.

La voz de Hanabi era serena pero cargada de emoción cuando finalmente habló.

—Chicas, tengo algo importante que compartir con ustedes. A partir de hoy, tenemos un nuevo miembro en nuestro equipo —anunció Hanabi, su mirada pasando de una a otra con una chispa de anticipación en sus ojos.

Las chicas intercambiaron miradas de sorpresa, sus rostros reflejaban un abanico de emociones. Sumire, Namida y Wasabi se miraban entre sí con una mezcla de curiosidad y asombro, tratando de adivinar quién podría ser el nuevo miembro.

Hanabi sonrió suavemente antes de continuar.

—Nuestro nuevo miembro es... Boruto Uzumaki—dijo Hanabi, su voz llena de convicción mientras anunciaba el nombre que las tomó por sorpresa.

Las chicas se miraron con sorpresa, y Boruto, parado cerca, no pudo evitar la incredulidad que reflejaba su rostro. Había esperado que Hanabi lo entrenara, pero unirse al equipo era algo que no había previsto.

Las chicas intercambiaron miradas entre sí, procesando la noticia. Namida fue la primera en hablar.

—¿Boruto-kun? ¿En serio?—preguntó, sus ojos se abrieron en sorpresa.

Wasabi asintió, aparentemente igual de sorprendida.

—Es un giro inesperado. ¿Qué significa esto?—preguntó Wasabi, buscando aclaraciones.

Sumire también parecía intrigada, pero estaba decidida a abrazar la decisión.

—Hanabi-sensei, si has tomado esta decisión, estoy segura de que tienes buenas razones para ello—dijo Sumire, su tono lleno de respeto.

Hanabi asintió, agradecida por la comprensión de su equipo.

—Estoy segura de que trabajarán bien juntos. Boruto ha demostrado su habilidad y determinación en las pruebas, y creo que este equipo puede ser aún más fuerte con él a bordo—explicó Hanabi, su mirada pasando de una chica a otra.

Boruto estaba tratando de asimilar lo que acababa de escuchar. No había previsto esta dirección en absoluto, pero al mirar a Hanabi y al Equipo 15, comenzó a preguntarse si tal vez esto podría ser una oportunidad para crecer de formas que no había anticipado.

El silencio llenó el aire mientras todos procesaban la noticia. Boruto sintió una mezcla de emociones: sorpresa, curiosidad y una chispa de anticipación por lo que el futuro podría deparar.

A medida que el equipo se preparaba para esta nueva fase, Boruto reflexionó sobre cómo su camino había tomado un giro inesperado. A pesar de sus dudas iniciales, comenzó a preguntarse si esta nueva dinámica podría ser exactamente lo que necesitaba para alcanzar su máximo potencial. Tal vez, unirse al Equipo 15 y entrenar bajo la tutela de Hanabi podría ofrecerle más de lo que jamás había imaginado.

A medida que el tiempo avanzaba, el Equipo 15 se encontraba sumergido en un torbellino de misiones y desafíos que ponían a prueba sus habilidades y su capacidad para trabajar en conjunto. La tensión inicial que rodeaba a Boruto comenzó a disiparse lentamente a medida que compartían experiencias, logros y dificultades. Las misiones les brindaron oportunidades para demostrar su valía y aprender a apreciar las fortalezas de cada miembro.

En una misión en la que debían rastrear a unos contrabandistas en un denso bosque, Boruto se encontró compartiendo estrategias y tácticas con Wasabi mientras se movían sigilosamente entre los árboles. Wasabi no pudo evitar sonreír ante la astucia de Boruto.

—Wow, eso fue ingenioso, Boruto. Nunca había pensado en usar la distracción de esa manera—dijo Wasabi, impresionada por su perspicacia.

Boruto se encogió de hombros con modestia.

—Cuando estás rodeado de árboles, a veces es mejor usarlos en tu favor. Aprendí eso de mi papá— respondió Boruto, su tono reflejaba un poco de orgullo en su herencia ninja.

Sumire y Namida, mientras tanto, comenzaron a darse cuenta de cómo las habilidades de Boruto complementaban las suyas. En una misión para rescatar a un grupo de aldeanos atrapados en una cueva colapsada, Sumire se vio atrapada en un túnel estrecho y oscuro. Boruto, utilizando su sombra de confianza, logró deslizarse a través de los estrechos espacios y liberar a Sumire.

—¡Increíble, Boruto! ¡Nunca había visto a alguien moverse así en un espacio tan reducido!—exclamó Namida, sus ojos se abrieron con asombro.

Sumire asintió, su expresión agradecida.

—Tienes razón, Namida. Boruto, tus habilidades nos han sido de gran ayuda en situaciones como esta—dijo Sumire, su tono lleno de admiración.

A medida que compartían misiones cada vez más complicadas, comenzaron a confiar en las habilidades y los instintos de cada miembro del equipo. En una misión para desactivar trampas en una antigua estructura, Boruto demostró una agudeza notable al detectar dispositivos ocultos.

—Miren, aquí hay una trampa—dijo Boruto, señalando una placa en el suelo que apenas era visible.

Wasabi asintió, impresionada por su observación.

—Tienes un buen ojo para esto, Boruto. Es genial tener a alguien que puede detectar estas cosas antes de que se conviertan en problemas— comentó Wasabi con una sonrisa.

A medida que se sumergían en misiones y compartían experiencias, la camaradería crecía. Compartían historias durante las comidas y se reían de anécdotas en momentos de descanso. La tensión inicial se había convertido en un sentido de unidad y confianza mutua.

En una misión particularmente complicada para detener un robo en un museo, la coordinación del equipo se volvió esencial. Boruto propuso un plan intrincado que requería la cooperación perfecta de cada miembro. A medida que ejecutaban el plan con precisión, Namida, Wasabi y Sumire se dieron cuenta de cuán bien podían trabajar juntos.

—¡Vamos, chicas! ¡Sigamos el plan de Boruto!— gritó Wasabi, emocionada mientras ponían en marcha su estrategia.

Namida asintió, su voz llena de determinación.

—¡Tenemos esto! ¡Confío en que el plan funcionará!—exclamó Namida, su mirada llena de confianza en sus compañeros de equipo.

La misión fue un éxito, y mientras celebraban su victoria, Boruto se encontró sonriendo mientras veía cómo el equipo había crecido. Las conversaciones eran fluidas y los intercambios eran naturales, como si hubieran estado trabajando juntos durante mucho más tiempo del que en realidad habían estado.

A medida que las misiones continuaban, Boruto comenzó a sentirse aceptado y valorado por el Equipo 15. Las chicas, que al principio habían estado incómodas con su inclusión, comenzaron a verlo no solo como un compañero sino como un amigo cercano