New Opportunitty
El cielo nocturno estaba salpicado de estrellas brillantes mientras el Equipo 15 se dirigía hacia su última misión. La brisa fresca de la noche los envolvía mientras se acercaban a la posada en la que pasarían la noche. La misión era de rango fácil, pero seguía siendo una oportunidad para fortalecer su vínculo como equipo.
Hanabi lideraba el camino, su presencia imponente pero reconfortante para sus compañeras. Al llegar a la posada, se encontraron con un interior acogedor y rústico. La posadera los saludó con una sonrisa y les asignó una habitación con tres camas.
—¡Miren, solo hay tres camas!—exclamó Wasabi, frunciendo el ceño y cruzando los brazos.
Namida suspiró mientras miraba a su alrededor.
—¿Qué vamos a hacer? No puedo dormir en el suelo—se quejó Namida, pareciendo un poco preocupada.
Sumire sonrió con un toque travieso en sus ojos.
—Tengo una idea. Boruto-kun, ¿te importaría ser el caballero y dormir en el suelo esta noche?—preguntó Sumire, guiñándole un ojo.
Boruto alzó una ceja, sorprendido por la sugerencia.
—¿El caballero? ¿Qué quieres decir?—preguntó Boruto, un poco confundido.
Sumire se rió suavemente.
—Oh, no te preocupes. Solo estamos bromeando. Pero si quieres, podrías dormir en el suelo y dejarnos las camas—añadió Sumire, jugueteando con un mechón de su cabello.
Boruto rodó los ojos con una sonrisa.
—Bien, bien. Supongo que puedo ser el "caballero" esta noche. No quiero que ninguna dama tenga que dormir en el suelo—dijo Boruto, haciendo una reverencia exagerada.
Wasabi y Namida se miraron, pareciendo complacidas por la idea. Boruto aceptó su destino con una sonrisa, y los cuatro se prepararon para dormir.
A la mañana siguiente, los primeros rayos del sol comenzaron a filtrarse por las cortinas de la habitación. Boruto despertó, estirándose y frotándose los ojos. Sin embargo, algo parecía estar fuera de lugar. Miró a su alrededor y notó que no estaba en el suelo, sino en una cama.
Confundido, se sentó en la cama y miró a su alrededor. Wasabi y Namida estaban de pie junto a la cama, sus expresiones eran una mezcla de enojo y confusión.
—¡Boruto, estás en la cama de Sumire!—exclamó Wasabi, alzando una ceja acusadoramente.
Namida asintió con seriedad.
—¡Esto no es justo! ¿Cómo terminaste aquí?—preguntó Namida, cruzando los brazos.
Antes de que Boruto pudiera responder, Sumire entró en la habitación, pareciendo un poco apenada.
—¡Sumire, explícanos qué está pasando aquí!—exclamó Wasabi, señalando hacia Boruto en la cama.
Sumire se acercó lentamente, evitando la mirada de sus compañeras.
—Bueno, verán... Anoche, cuando Boruto-kun estaba a punto de dormir en el suelo, me sentí mal por él y lo ayudé a subirse a mi cama—explicó Sumire, su voz ligeramente avergonzada.
Namida frunció el ceño, cruzando los brazos aún más apretados.
—¿Y por qué harías eso?—preguntó Namida, pareciendo un poco molesta.
Sumire sonrió con un tinte rosa en sus mejillas.
—Oh, solo pensé que sería más cómodo para él. No quería que durmiera en el suelo—dijo Sumire, su voz se volvió más suave.
Wasabi y Namida intercambiaron una mirada de incredulidad antes de dirigir su atención nuevamente a Boruto.
—¡Espera un minuto! ¿Acaso dormiste aquí anoche?—preguntó Wasabi, levantando una ceja acusadora.
Boruto se rascó la nuca, sintiéndose un poco incómodo.
—Bueno, sí, pero no fue mi idea. Sumire insistió—se defendió Boruto, sus mejillas se pusieron un poco rojas.
Sumire miró hacia abajo, como si tratara de ocultar su sonrojo.
—Yo solo pensé que sería más agradable para él, eso es todo —murmuró Sumire, su voz apenas audible.
En ese momento, Namida levantó una ceja y sonrió traviesamente.
—¿Y si pensaste que dormirían como marido y mujer?—sugirió Namida, su tono estaba lleno de picardía.
Sumire se puso completamente roja y sacudió la cabeza rápidamente.
—¡No, no es eso en absoluto! Fue solo un gesto amable—dijo Sumire, su voz estaba llena de vergüenza.
Boruto rió entre dientes, sintiéndose un poco más relajado.
—Relájate, Sumire. Entendemos que solo estabas siendo amable— dijo Boruto, su tono era amigable.
Wasabi y Namida intercambiaron miradas y luego soltaron un suspiro en conjunto.
-Oh, vamos. Si no lo hiciste con intención, entonces no hay problema -dijo Wasabi, su actitud había cambiado a una mezcla de alivio y diversión.
Namida asintió con entusiasmo.
—Estamos bromeando. No podemos estar enojadas por algo tan tonto—añadió Namida, riendo suavemente.
Sumire se relajó un poco, pero su rostro seguía enrojecido.
—Lo siento si causé algún malentendido—dijo Sumire, su voz estaba llena de sinceras disculpas.
Boruto le dio una palmada reconfortante en el hombro.
—No te preocupes, Sumire. En todo caso, esta es una anécdota graciosa que podremos recordar—dijo Boruto, su sonrisa era genuina.
Las chicas rieron y asintieron, dejando atrás cualquier tensión que pudiera haber surgido. Mientras compartían una risa, Boruto se dio cuenta de que, a pesar de los malentendidos y las bromas, su equipo era como una familia que se cuidaba mutuamente.
El Equipo 15 avanzaba por el terreno accidentado, siguiendo las indicaciones del pergamino de la misión. La tensión en el aire era palpable, sabían que enfrentarían un desafío considerable. Sin embargo, lo que encontraron cuando llegaron al lugar superó sus peores expectativas.
Frente a ellos se encontraba un grupo numeroso de enemigos, todos con una expresión feroz y determinada. El corazón de Boruto latió con fuerza, mientras miraba a su alrededor, evaluando la situación.
Hanabi se mantuvo firme, su mirada seria mientras evaluaba la amenaza. Giró hacia su equipo, sus palabras eran decididas pero también llenas de preocupación.
—Chicos, escúchenme. Esta situación es mucho más peligrosa de lo que anticipamos. Hay demasiados enemigos y nuestras posibilidades de éxito son limitadas. Necesito que se retiren y vuelvan a la aldea—dijo Hanabi, su voz era autoritaria pero también llena de preocupación por su equipo.
Las chicas se miraron entre sí, sus rostros mostraban su lucha interna. Boruto apretó los puños, sintiendo la urgencia de enfrentar el desafío.
—Hanabi-sensei, no podemos simplemente abandonarte y huir. Somos un equipo y debemos enfrentar esto juntos—dijo Boruto, su voz firme y determinada.
Hanabi le miró con seriedad.
—Boruto, te entiendo, pero esta es una situación en la que la seguridad de ustedes está en juego. Mi prioridad es protegerlos. Puedo manejar esto sola—explicó Hanabi, su tono calmado pero firme.
Wasabi y Namida intercambiaron miradas, compartiendo su preocupación pero también su deseo de mantenerse a salvo.
–Boruto, Hanabi-senseii tiene razón. No podemos permitir que nuestras emociones nublen nuestro juicio. Si ella dice que debemos retirarnos, entonces es lo mejor—dijo Wasabi, su voz mostraba su preocupación por su amigo.
Namida asintió, su voz estaba llena de convicción.
—Tenemos que confiar en Hanabi-sensei. Ella sabe lo que hace. No podemos arriesgar nuestras vidas imprudentemente—agregó Namida, su mirada reflejaba su deseo de mantenerse a salvo.
Boruto miró a sus compañeras, suspirando en silencio mientras procesaba sus palabras. Finalmente, asintió con renuencia.
—Está bien, entiendo lo que dicen. Pero asegúrense de estar a salvo y regresar a la aldea, ¿de acuerdo?—dijo Boruto, su voz mostraba su preocupación por ellas.
Hanabi sonrió con gratitud y asintió.
—Lo prometo. Estaré en comunicación constante y nos reuniremos lo antes posible—aseguró Hanabi, su tono era suave pero reconfortante.
Sin más demora, las chicas comenzaron a alejar a Boruto de la situación. A pesar de su resistencia inicial, Boruto finalmente se dejó llevar, confiando en que sus compañeras y Hanabi sabían lo que estaban haciendo. Mientras se alejaba del campo de batalla, Boruto no podía evitar sentir una mezcla de preocupación por su equipo y confianza en que tomarían las decisiones correctas para mantenerse a salvo.
El enfrentamiento con el enemigo había comenzado ferozmente. Hanabi demostraba su destreza y habilidades con cada movimiento, pero se dio cuenta rápidamente de que estaban enfrentando a oponentes mucho más fuertes de lo que habían anticipado. Los miembros del equipo 15 luchaban valientemente, pero pronto se dieron cuenta de que estaban en desventaja.
Hanabi desató una serie de ataques precisos y rápidos, derrotando a varios enemigos en el proceso. Sin embargo, el líder enemigo resultó ser mucho más hábil y astuto de lo que habían previsto. A medida que la batalla continuaba, la tensión y el cansancio comenzaron a pesar en Hanabi, y pudo sentir cómo su chakra disminuía rápidamente.
Finalmente, Hanabi logró incapacitar a los últimos enemigos, pero estaba visiblemente agotada. Sin embargo, su victoria fue efímera cuando el líder enemigo apareció de la nada, su presencia amenazadora llenando el aire. El corazón de Hanabi latió con fuerza mientras lo miraba, reconociendo la peligrosidad en su mirada.
El líder enemigo se acercó lentamente, su sonrisa siniestra revelando sus intenciones oscuras.
—Oh, pero qué tenemos aquí. Una mujer muy hermosa que ha causado estragos en nuestros planes— dijo el líder enemigo, su voz llena de una lujuria perturbadora.
Hanabi apretó los puños, su expresión se endureció mientras se preparaba para enfrentar al líder. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, sintió un agudo dolor en su pierna. Miró hacia abajo y se dio cuenta de que estaba herida, su pierna sangrando por la herida causada por el líder enemigo.
El líder enemigo se burló mientras observaba la herida en la pierna de Hanabi.
-Parece que tu pequeño enfrentamiento te ha dejado vulnerable. No podrás pelear ni escapar en tu estado actual -dijo el líder enemigo, su tono estaba lleno de triunfo.
Hanabi luchó por mantenerse en pie, sus ojos llenos de determinación a pesar del dolor y la debilidad que sentía. Sin embargo, su mirada se volvió vulnerable cuando el líder enemigo se acercó más, sus palabras llenas de amenaza.
—Antes de matarte, creo que debería divertirme un poco contigo. Eres realmente hermosa, y sería una pena desperdiciar tal belleza —dijo el líder enemigo con una sonrisa retorcida.
Las lágrimas comenzaron a formarse en los ojos de Hanabi mientras sentía una oleada de miedo y vulnerabilidad. Por primera vez, se sintió completamente superada y sin opciones. Sus manos temblaban mientras intentaba mantener su compostura, pero estaba claro que estaba en peligro.
Justo cuando la situación parecía más sombría, un grito resonó en el aire. Boruto apareció de repente, su rostro estaba lleno de determinación mientras se colocaba entre Hanabi y el líder enemigo.
—¡No te atrevas a tocarla!—gritó Boruto, su voz llena de rabia y determinación.
El líder enemigo frunció el ceño, sorprendido por la intervención de Boruto.
—¿Y quién eres tú? —preguntó el líder enemigo, su mirada se oscureció.
Boruto se mantuvo firme, su mano se apretó en un puño mientras su mirada se encontraba con la del líder enemigo.
—Soy Boruto Uzumaki, miembro del Equipo 15. Y no permitiré que lastimes a mi maestra—dijo Boruto, su voz era fuerte y segura.
Hanabi miró a Boruto con gratitud y sorpresa, sus lágrimas deteniéndose mientras sentía una mezcla de emociones. El líder enemigo miró a Boruto con una mezcla de sorpresa y desprecio.
—¿Crees que puedes detenerme?—dijo el líder enemigo, su voz llena de desafío.
Boruto apretó los puños, su mirada decidida mientras respondía.
—Lo intentaré con todo lo que tengo. No permitiré que lastimes a Hanabi-sensei—afirmó Boruto, su voz llena de valentía.
La tensión en el aire era palpable mientras Boruto y el líder enemigo se enfrentaban, sus miradas chocando en un duelo de voluntades. La batalla estaba lejos de haber terminado, pero Boruto estaba decidido a proteger a su compañera y enfrentar el desafío que se avecinaba.
El enfrentamiento entre Boruto y el líder enemigo se intensificó a medida que ambos luchaban con todas sus fuerzas. Boruto desató sus habilidades shinobi con un determinación ardiente, lanzando ataques rápidos y precisos. Sin embargo, el líder enemigo demostró ser un adversario formidable, esquivando y bloqueando los ataques de Boruto con astucia.Boruto sabía que debía mantenerse fuerte, no solo por su propia seguridad, sino también por la de Hanabi. Cada golpe que lanzaba estaba imbuido con su deseo de proteger a su compañera y superar a su enemigo. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo incansable, el líder enemigo logró una ventaja y asestó un golpe directo a Boruto.El líder enemigo trazó un movimiento preciso, dejando una herida profunda en forma de "X" en el pecho de Boruto. Boruto sintió una oleada de dolor y sorpresa mientras retrocedía, sosteniéndose la herida con una mano. A pesar del dolor agudo, Boruto se obligó a mantenerse de pie, su mirada fija en el líder enemigo
—¡No te atrevas a acercarte a Hanabi-sensei!—gritó Boruto, su voz era fuerte a pesar del dolor.El líder enemigo sonrió de manera siniestra, su mirada reflejaba su placer por la situación.
—Oh, qué noble de tu parte. Pero luchar por la honorabilidad no te salvará de tu destino -dijo el líder enemigo, su voz era burlona.Boruto apretó los dientes, su mano aún sostenía la herida en su pecho mientras sus ojos ardían con una mezcla de determinación y dolor.
—No me importa mi destino. Lo único que importa es que no le pongas yn dedo encima a Hanabi-sensei -dijo Boruto, su voz estaba llena de valentía.
Hanabi miró a Boruto con gratitud y preocupación, su mirada reflejaba su aprecio por su valiente esfuerzo. Sin embargo, el líder enemigo no estaba dispuesto a dejar que Boruto interfiriera más.El líder enemigo avanzó con rapidez, lanzando un golpe que noqueó a Boruto antes de que pudiera reaccionar. Boruto cayó al suelo, inconsciente por el impacto. Hanabi observó la escena con impotencia, su corazón lleno de preocupación y angustia.La mirada del líder enemigo se volvió hacia Hanabi, su sonrisa era cruel mientras se acercaba a ella lentamente
.-Ahora que tu protector está fuera de juego, me parece que tienes pocas opciones. Será divertido ver cómo reaccionas -dijo el líder enemigo, su tono lleno de satisfacción retorcida.Hanabi apretó los puños, su mirada ardía con una mezcla de rabia y determinación.
Esto se volvió cada vez más desesperado mientras el líder enemigo amenazaba con hacerle daño a Boruto si Hanabi no lo obedecía. Hanabi estaba atrapada en una encrucijada, sintiendo el peso de la responsabilidad por la seguridad de su equipo. Sin embargo, antes de que pudiera tomar una decisión, un grito resonó en el aire.
—¡Hanabi-sensei!—
Las miradas de Hanabi y el líder enemigo se volvieron hacia la entrada del campo de batalla. Sumire, Wasabi y Namida se precipitaron hacia la escena, sus expresiones llenas de valentía y determinación. A pesar del peligro, estaban dispuestas a enfrentar cualquier cosa para proteger a su compañera y a Boruto.
Hanabi sintió un alivio momentáneo al ver a sus compañeras llegar en su ayuda. Sin embargo, ese alivio se desvaneció rápidamente cuando el líder enemigo se volvió hacia las nuevas amenazas.
—Así que llegan más refuerzos. Qué inconveniente —dijo el líder enemigo, su voz era fría y calculadora.
Las chicas se mantuvieron firmes, sus miradas fijas en el líder enemigo mientras se preparaban para el enfrentamiento.
—¡No dejaremos que te salgas con la tuya!—gritó Sumire, su voz llena de determinación.
Wasabi asintió, sus manos se cerraron en puños mientras se preparaba para luchar.
—Estamos aquí para proteger a Hanabi-sensei y a Boruto. No te dejaremos lastimarlos—dijo Wasabi, su voz era fuerte y valiente.
Namida miró al líder enemigo con ojos ardientes, su expresión reflejaba su resolución.
-Somos un equipo, y estamos dispuestas a enfrentarte para proteger a nuestros amigos -dijo Namida, su voz estaba llena de convicción.
El líder enemigo soltó una risa siniestra, su mirada recorriendo a las chicas con desprecio.
—Qué adorable. Piensan que pueden detenerme con sus insignificantes esfuerzos -dijo el líder enemigo, su tono lleno de burla.
Sin perder más tiempo, el líder enemigo se abalanzó sobre las chicas con una velocidad asombrosa. A pesar de sus valientes esfuerzos, las chicas se encontraron superadas por su habilidad y astucia. A medida que la batalla continuaba, se volvía evidente que estaban en desventaja.
Sumire, Wasabi y Namida lucharon con todo su potencial, lanzando ataques y esquivando con agilidad. Sin embargo, el líder enemigo se movía con una destreza inigualable, bloqueando sus ataques y contraatacando con fuerza. A medida que el combate avanzaba, las chicas comenzaron a mostrar signos de fatiga, sus movimientos volviéndose más lentos y torpes.
Finalmente, el líder enemigo aprovechó un momento de distracción y lanzó un ataque preciso. Sumire, Wasabi y Namida fueron derrotadas una a una, sus fuerzas agotadas y sus cuerpos heridos. El líder enemigo se acercó a ellas con una sonrisa triunfante, su presencia amenazadora llenando el aire.
-Han demostrado ser un entretenimiento breve pero interesante. Es hora de poner fin a esto -dijo el líder enemigo, su voz llena de satisfacción retorcida.
Hanabi observó con angustia mientras sus compañeras eran derrotadas una tras otra. Sabía que debía hacer algo, pero su estado debilitado y la herida en su pierna la dejaban en desventaja. La situación parecía más sombría que nunca, y Hanabi se sintió impotente ante la amenaza del líder enemigo.
El líder enemigo concentraba su chakra en sus manos, preparándose para lanzar un jutsu de fuego devastador. Las llamas danzaban en sus palmas, prometiendo un caos ardiente capaz de reducir a cenizas todo lo que tocaran. Las chicas miraron con horror la escena que se desarrollaba frente a ellas, sintiendo el frío de la derrota inminente.Namida, Wasabi y Sumire se aferraron a Hanabi, sus cuerpos temblaban mientras compartían un momento de solidaridad. Sentían la abrumadora presión del peligro que se cernía sobre ellas y su compañera. Hanabi cerró los ojos con fuerza, sintiendo la desesperación inundándola.Sin embargo, en el momento en que el líder enemigo estaba a punto de lanzar el jutsu de fuego, un grito resonó en el aire.
—¡No permitiré que nadie más salga herido!—
Los ojos de las chicas se abrieron de par en par cuando vieron a Boruto, quien había recobrado la conciencia, avanzar con determinación hacia el peligro. Su cuerpo temblaba, pero su mirada ardía con una intensidad inquebrantable. Boruto se interpuso entre el líder enemigo y las chicas, su cuerpo actuando como escudo humano.El líder enemigo lanzó el jutsu de fuego con fuerza destructiva. Las llamas estallaron en una espiral ardiente, envolviendo a Boruto y a las chicas en su alcance. Las chicas abrazaron a Hanabi con fuerza, cerrando los ojos mientras el calor abrasador se cernía sobre ellos.Sin embargo, el impacto del jutsu de fuego nunca llegó. Cuando las chicas abrieron los ojos con cautela, vieron a Boruto de pie, su cuerpo envuelto en un manto de chakra protector. Las llamas lamían su escudo improvisado, pero él se mantenía firme, protegiendo a las chicas de la destrucción.
El líder enemigo sonrió con satisfacción mientras observaba a Boruto, su voz cargada de amenaza.
—Así que esto es lo que pasa cuando los insectos se resisten. Pero no te preocupes, no quedará ni un solo rastro de ti cuando termine —dijo el líder enemigo, su tono frío y despiadado.
Las chicas, abrazadas a Hanabi, sintieron un escalofrío recorriendo sus espinas. Parecía que la situación había llegado a un punto crítico, y estaban atrapadas en una encrucijada sin aparente salida.
El líder enemigo concentró su chakra y liberó el devastador jutsu de fuego. Las llamas rugieron en una espiral ardiente, envolviendo a Boruto y a las chicas en su alcance. El calor era aplastante, y las chicas cerraron los ojos con fuerza, preparándose para el impacto de las llamas.
Sin embargo, lo que sucedió a continuación las dejó asombradas. A medida que las llamas ardían, la marca de diamante en la mano de Boruto se expandió y emitió un resplandor brillante. Las llamas parecían ser absorbidas por la marca, como si estuviera protegiendo a Boruto de su daño devastador.
Las llamas finalmente se extinguieron, revelando a Boruto de pie con su cuerpo envuelto en un aura protectora. A pesar de la protección de la marca de diamante, Boruto no había salido completamente ileso. Su cuerpo mostraba quemaduras leves, especialmente en sus brazos.
Las chicas abrieron los ojos con asombro y asombro mientras observaban a Boruto. El chakra protector de su marca de diamante había actuado como un escudo contra las llamas, salvándolos a todos de una muerte segura. La admiración llenó sus ojos mientras veían a Boruto de pie, su determinación inquebrantable resonando en cada fibra de su ser.
Boruto se tambaleó ligeramente, su cuerpo tembloroso por el esfuerzo y el dolor. Sin embargo, se mantuvo firme, su mirada dirigida al líder enemigo con una expresión desafiante.
—Te lo dije antes y te lo diré de nuevo. No permitiré que lastimes a Hanabi-sensei ni a mis compañeras -dijo Boruto, su voz era fuerte a pesar del cansancio.
Hanabi observó a Boruto con gratitud y asombro. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras veía la valentía de Boruto en acción una vez más. Su corazón latía con un profundo agradecimiento y aprecio por el joven shinobi que estaba dispuesto a arriesgarlo todo por los demás.
El líder enemigo retrocedió, su expresión cambiando de confianza a irritación. No esperaba la fuerza de resistencia que el equipo 15 había demostrado, y su plan se estaba desmoronando frente a sus ojos.
Aunque la situación era tensa y peligrosa, el coraje y la determinación de Boruto habían abierto un camino de esperanza en medio de la oscuridad. Las chicas miraban con admiración a Boruto, su fe en su compañero renovada y su voluntad de luchar más fuerte que nunca. A pesar de las adversidades, se habían unido en un frente unido, listas para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.
Boruto se enfrentó al líder enemigo con una ferocidad implacable, sus ataques eran rápidos y poderosos mientras buscaba debilitar y derrotar a su adversario. Cada golpe, cada movimiento, estaba imbuido con su determinación de proteger a su equipo y vencer al líder enemigo.
Los intercambios eran brutales y intensos, los sonidos de los impactos y los choques resonaban en el aire. Boruto luchó con una furia ardiente, su mirada fija en su objetivo mientras se aferraba a cada oportunidad para superar al líder enemigo.
Finalmente, el líder enemigo se encontró en una posición vulnerable, su defensa debilitada por los ataques persistentes de Boruto. Sin embargo, antes de que Boruto pudiera asestar el golpe final, una voz resonó en el aire.
—¡Boruto, ya ganaste! ¡Todo terminó!—
La voz de Sumire resonó en el campo de batalla, llena de urgencia y convicción. Boruto se detuvo en seco, su mirada se volvió hacia Sumire mientras procesaba sus palabras. Sus puños estaban apretados, su pecho subía y bajaba por la respiración agitada.
Hanabi se acercó a Boruto, su expresión reflejando una mezcla de alivio y gratitud.
—Nos salvaste a todas nosotras—, dijo Hanabi con voz suave pero llena de gratitud.
Las palabras de Hanabi resonaron en el corazón de Boruto, su mente se llenó de la importancia de su lucha y su victoria. La realidad de su logro y el hecho de que había protegido a su equipo lo golpeó con fuerza.
Boruto sintió un agotamiento profundo y abrumador inundando su cuerpo. El esfuerzo de la batalla, la tensión emocional y el aguante de sus heridas lo alcanzaron en ese momento. Su cuerpo tembló, su mirada se volvió borrosa mientras luchaba por mantenerse en pie.
—Boruto...
La voz de Sumire resonó en su oído, su tono preocupado y ansioso. Boruto intentó mantenerse firme, pero sus fuerzas lo abandonaron. Su visión se oscureció y su cuerpo cayó hacia adelante.
El mundo se desvaneció a su alrededor mientras Boruto perdía la conciencia, su mente cayendo en un abismo de oscuridad y silencio. Había luchado con valentía y determinación, y finalmente, el peso de su agotamiento y heridas lo había vencido.
Después de la intensa batalla, el campo de batalla quedó en silencio, solo interrumpido por la respiración agitada de las chicas y el viento susurrante. Sin embargo, la calma no duró mucho, ya que rápidamente se escucharon los sonidos de pies corriendo. Un grupo de shinobis de la Aldea de la Hoja llegó al lugar, sus expresiones serias mientras evaluaban la situación.
Los shinobis de la hoja se apresuraron a rodear a las chicas y al líder enemigo derrotado. Pronto se dieron cuenta de la gravedad de la batalla y la valentía que habían demostrado los miembros del Equipo 15. Inmediatamente, tomaron medidas para asegurarse de que la zona estuviera segura y que todos fueran atendidos adecuadamente.
Al ver la situación de Boruto, uno de los shinobis rápidamente se adelantó y evaluó su estado. Su mirada se volvió seria mientras examinaba las heridas de Boruto. Fue entonces cuando decidieron que era crucial llevarlo al hospital de inmediato.
Con cuidado y urgencia, los shinobis levantaron el cuerpo de Boruto y lo llevaron entre ellos, preparándose para llevarlo al hospital. Sumire, Wasabi y Namida observaron con preocupación mientras Boruto era llevado lejos. Habían luchado juntos, habían pasado por tantos desafíos, y ahora Boruto estaba en un estado crítico.
Sumire se mordió el labio, sintiendo un peso en su corazón. Aunque habían hecho todo lo posible y habían luchado con valentía, no había podido evitar que Boruto resultara gravemente herido. Se culpó a sí misma, sintiendo que no había sido lo suficientemente fuerte ni lo suficientemente rápida para protegerlo.
Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de Sumire mientras observaba cómo llevaban a Boruto al hospital. Su voz tembló mientras hablaba, su tono lleno de pesar.
—Lo siento, Boruto... No pude... ayudarte lo suficiente...
Wasabi y Namida se acercaron a Sumire, apoyándola en su momento de angustia. Fueron testigos de la lucha de Sumire por aceptar sus propios sentimientos de culpa y tristeza. Fue entonces cuando Hanabi se acercó a ellas, su expresión suave mientras les daba un apoyo silencioso.
—Lo importante es que todos estamos a salvo ahora, gracias a ustedes -dijo Hanabi con voz calmada pero reconfortante.
Sumire miró a Hanabi con gratitud y tristeza en sus ojos, apreciando las palabras de consuelo. Aunque todavía se sentía culpable, sabía que habían hecho todo lo posible y que no estaban solas en esta lucha. Con el apoyo de su equipo y de los shinobis de la hoja, se aferraban a la esperanza de que Boruto se recuperaría y que su lucha no habría sido en vano.
