ERO

Sentir

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Luces, música, una botella de sake vacía sobre la mesa. Recorres con besos mi cuello, mientras las garras en mis manos amenazan el tapizado del sofá. Quisiera decir que tengo el control, pero es una falacia; te lo he cedido todo a ti.

—¿Qué quieres? —preguntas, antes de humedecer la piel con tu boca.

Respiro profundamente. Sé que mis emociones, mis sentimientos, buscan refugio en ese hondo respirar, quieren ocultarse para no terminar consumidas en el fuego de tus ojos castaños. Cuando me siento algo más seguro te miro y compruebo que no hay salvación para mí.

—Oh, Kagome, si te dijese lo que quiero huirías —sonrío con cierta malicia que disfraza perfectamente lo que no te quiero contar.

Tu sonrisa me invita a besar la boca suculenta que la muestra. Me inclino y humedezco con la lengua tus labios, llevando la humedad y el toque hasta el interior de tu boca. Me deleito con la suavidad de ésta y del encuentro de nuestras lenguas. La caricia parece capaz de disparar cada zona erógena de mi cuerpo y por el modo en que sollozas, creo que notas lo mismo. Tus manos se aferran a mi camisa que está a medio desabotonar y tiras de ella intentando quitarla.

—Por favor —suplicas tu deseo y una de tus piernas, que permanece entre las mías, acaricia mi sexo erecto y aún oculto bajo el pantalón.

—¿Qué quieres? —digo sobre tu boca, repitiendo así la misma pregunta que me hiciese un instante atrás.

Sonríes, aceptando el reto.

—Oh, InuYasha, si te dijese lo que quiero, quizás huirías —tus palabras suenan como aterciopelados pétalos que caen y se derriten igual que hielo sobre mi piel.

—Dilo —te instó, metiendo mi mano bajo tu cuerpo y alzándote del sofá para pegarte a mí.

Te escucho suspirar y te beso nuevamente, interrumpiendo lo que intentas decir. Tus manos se han metido bajo la camisa y siento la tela tirar por la parte del cuello. Sé que debería quitarme la ropa y deshacerme de la tuya también, de ese modo todo sería más fácil. No obstante, ahora mismo la blando como una armadura que me protege de aquello que no me atrevo a confesar y que sé, por el modo en que deseo tenerte, leerás en mis caricia, mis movimientos y la forma en que te quiero tomar.

—InuYasha —murmuras mi nombre, húmedo de besos.

Tus manos han encontrado la salida hacia mi pantalón y presionas mi cuerpo hacia ti.

—Dime ¿Qué quieres? —llevo la caricia de mis besos hasta tu oído, detrás de éste, y desde ese sitio oculto espero.

Tus manos vuelven a ejercer fuerza y tu cadera se alza en mi busca. Mi sexo te presiona justo entre las piernas y a pesar de la posición te estimula, te quejas y me oprimes más. Finalmente tu voz se asienta lo suficiente como para expresar.

—Quiero montarte hasta desfallecer.

Tus palabras son fuego puro y encienden incluso más mi pasión. Sin embargo, confirmo que tu deseo y el mío aún se encaminan por sentires diferentes.

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N/A

Uno suelto de ERO que quiere contar un momento en que dos aún no sintonizan del todo.

Espero que lo disfrutasen y me cuenten con sus comentarios.

Besos

Anyara