Necrópolis

CAP 12

"Amigos"

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No sabía en qué momento había ocurrido.

Realmente no estaba seguro de cómo había terminado de aquella manera o cómo había sucedido pero justo cuando creía que había dado un buen paso en la dirección correcta… se había dejado arrastrar por los fantasmas y las voces de quienes no lo dejaban olvidar.

Justamente eso.

Nada olvidaba.

Nadie lo hacía.

Y ellos no lo dejarían hacerlo, evocando sus peores recuerdos una y otra vez desde las sombras y recordándole su lugar cómo lo habían estado haciendo durante toda su juventud y después en la adultez.

Y luego en prisión.

Y finalmente en el mundo humano.

En aquellos instantes todo dolía y creía sentir entre la niebla de su mente el temblor de su propio cuerpo que se retorcía en espasmos intentando utilizar su naturaleza de camuflaje pero en lugar de ello, siento golpeado por los químicos que le detenían de aquello; algo ardía sobre la piel de sus mejillas y para su disgusto le pareció percibir que sus ojos le traicionaban dejando escapar unas cuántas lágrimas rebeldes como reflejo a la tortura que le desgarraba en todas direcciones.

Trató de encontrarle un sentido al amasijo de percepciones y sensaciones que le aplastaban y muy débilmente creyó notar que sus manos y pies se retorcían, terminando de igual forma de percatarse de que todo en su cuerpo dolía y que varias de las voces que creía olvidadas ahora se burlaban desde su posición al verle caído y sin posibilidad de defenderse; era como estar nuevamente atrapado en el interior de la fraternidad de ROR pero todavía más paralizado y con menos posibilidades de suplicar aunque…

A esas alturas, él se había convertido en un monstruo que estaba muy lejos de suplicar.

Y de todas formas, de nada le habría servido.

Solo los débiles rogaban y los fuertes simplemente tomaban la experiencia para no permitir que nadie más les pasase por encima.

Hizo un nuevo intento de librarse de sus agresores ya fueran humanos, los malditos monstruos, los demonios de su pasado… lo que fuera. Y también de parar sus lágrimas que no hacían más que hacerle sentir humillado y disminuido, expuesto a que el resto de monstruos creyese que aún podía ser dejado de lado y que no tenía ni el valor ni la fortaleza para superarlos a todos ellos; pero el tiempo seguía corriendo, casi eterno dentro de su cabeza y aunque le parecía sentir algo similar a la sangre no estaba seguro de si era propia o ajena.

Ojalá fuese ajena.

Después de un par de momentos más en los que sentía que su mente se apagaba y que las voces que le rodeaban hubieran apagado hasta no volver a resonar, Randall Boggs comenzó a abrir muy lentamente los ojos para un segundo después cerrarlos con fuerte emitiendo un quejido y comenzando a temblar terriblemente.

Su cabeza había comenzado a girar y no estaba seguro de si había vomitado o no.

Lo único que sabía era que la habitación giraba muy rápido, casi como estar en el interior de una especie de túnel donde todos los colores subían y bajaban, rodeándole y no dándole tiempo a su cuerpo para ajustarse a su ambiente; y de igual forma, podía percibir como cualquier cambio en su piel era inmediatamente seguido por una sensación terrible de ser electrocutado de pies a cabeza lo que solo le provocó el maldecir con fuerza a todos los que le rodeaban.

Por supuesto… la confianza se volvía en debilidad.

Apenas y el paño frío en la frente le dio un poco de alivio pero no por ello se retuvo de sissear con rabia para quien fuera que le estuviese tocando.

No quería… no iba a admitir que…

Un fuerte escalofrío le recorrió de pies a cabeza al volver a sentir una garra sobre esta y sobre todo al percatarse de que estaba inmovilizado de brazos y piernas lo que solo provocó que dejara escapar un nuevo chillido de furia casi ahogado por su debilidad hasta que de nueva cuenta, apenas y pudo separar los párpados; estaba listo para volver a sentir aquel terrible mareo en medio de tantos colores y luces pero en lugar de ello lo que percibió fue un tono más cálido y suave, relajante hasta cierto punto desde varios puntos que bailaban suavemente entre las paredes.

Sus ojos volvieron a cerrarse y por primera vez, el sueño le venció sin permitirle soñar nada ni crear otra cosa que no fuera oscuridad.

Una oscuridad segura y bienvenida desde cualquier punto de vista.

Un nuevo toque en la cabeza le hizo emitir un quejido pero esta vez, solo fue un reflejo de la molestia que sentía al verse obligado a despertar. Lo que fuera que tuviesen planeado para él ya fuesen los humanos o los reflejos de sus antiguos compañeros de estudios… no quería saberlo. No quería tener que despertar. Pero aquello que le había sostenido ahora le enderezaba suavemente y parecía apoyarle en algo sobre lo que se hundía, terminando por quejarse un poco más hasta que muy a desgana se forzó a abrir los ojos un poco más.

Lenta y dolorosamente, su cerebro pareció iniciar con las reconexiones entre lo que había ocurrido hacía tantos años, su cautiverio en prisión, en el mundo humano… y aquel instante.

En dónde era que se encontraba?

El verde de su iris se movió muy despacio hacia un lado y haciendo un gran esfuerzo comenzó a delinear las siluetas de las dos criaturas que se encontraban a su lado en medio de una habitación cuyas luces parecían adaptadas para que fuesen más confortables que molestas; de alguna forma sentía como si estuviese recostado sobre la superficie de un barco que se mecía lo que no ayudaba demasiado a su estado pero por lo menos el dolor de cabeza comenzaba a remitir y ya no veía los muros en tonos caleidoscópicos, hiriendo aún más su mente y sus sentidos.

Un nuevo trozo de tela húmedo y fresco fue colocado sobre su frente y finalmente consiguió enfocar lo suficiente para percibir a aquel paraguas azul que usaba los bordes de sus extensiones para colocarle aquello, trepado con su única pata sobre un taburete para acto seguido sonreírle con su único ojo.

-Ya despertamos? -susurró aquel monstruo cíclope con un muy leve dejo divertido mientras que el lagarto ahora le recorría el cuerpo con los ojos apenas entreabiertos, haciendo un muy pequeño y fugaz movimiento en un acto reflejo al notar algunas zonas desgarradas de la tela y un par de otras varillas bastante resquebrajadas; el karakasa parpadeó una sola vez para luego seguir la mirada del monstruo de escamas rosadas y percatarse de qué era aquello que en esos instantes le producía un leve destello de preocupación -oh! No, no, no te preocupes por esto, no es nada… he estado en peores condiciones, créeme

Kamisori Rykung sonrió cerrando su enorme ojo sin recibir respuesta del Boggs que apenas pareció dejar escapar una mezcla entre un gruñido y un quejido cansinos, volteando la cabeza al tiempo que se percataba de que estaba reclinado sobre una almohada bastante gruesa que era aquella superficie que había sentido que le hacía hundirse. El silencio les cubrió a ambos durante unos pocos momentos hasta que finalmente la voz del monstruo de colores claros se dejó percibir, débil y agotada pero sin voltear el rostro para ver a la sombrilla que se había terminado por sentar a su manera en el taburete, ahora abriendo su enorme ojo en un gesto de atención.

-Yo te hice eso?

-Si -respondió Rykung tranquilamente y sin dejar percibir ningún signo de molestia por aquello, si acaso dándole un timbre divertido a la inflexión de su voz lo que provocó que el lagarto frunciese el ceño, abriendo muy apenas los ojos nuevamente clavándolos en la pared que tenía por delante del rostro -por el estado en el que te encontrabas, me hubiera preocupado en realidad que no te defendieras. Por la forma en la que te encontramos en esa feria… comenzaba a extrañarme que no tuvieras ningún reflejo sobre…

-Insolente pedazo de escoria, nadie te ha dado permiso de…! -había sisseado de golpe el Boggs aunque su voz apenas y se había dejado escuchar debido a la falta de energías que reflejaba su cuerpo… más aún puesto que mientras trataba de gritarle al otro había querido girarse violentamente para golpear a aquel objeto humano y dejarle con más rasgaduras de las que mostraba, esperando que con eso entendiese a mantener la raja que utilizaba como boca completamente cerrada

Pero apenas y había conseguido virar sobre sí mismo para caer y terminar respirando de forma agitada puesto que no solamente su cuerpo no respondía completamente a su mente sino que sus brazos estaban firmemente sujetos de manera que ni siquiera podía utilizarlos adecuadamente; peor aún cuando la habitación comenzó a girar con mayor velocidad pero ahora entendía que había sido por su propia culpa al hacer aquello, sin estar completamente bien.

Apretó los párpados y los dientes, comenzando a temblar con fuerza antes de percibir como aquella sombrilla saltaba por la sorpresa para un segundo después percibir como hacia fuerza y apoyo para permitirle recostarse de nueva cuenta sobre la almohada aunque intentó hacer un esfuerzo para retirarse, volviendo a gruñirle al nipón que no se detuvo hasta dejarle acomodado

-Nadie te pidió ayuda -espetó con debilidad el Boggs observando con un gesto de odio al otro que emitió un quejido al regresar a su posición original y sacudirse los dobleces del cuerpo

-Eso ya lo sé mi querido pero salvaje amigo -se rió Rykung de buen humor provocando un breve gesto de incomodidad e incomprensión en el de escamas que continuaba respirando superficial y rápidamente, aún agitado por lo que había sucedido -pero quería hacerlo. Todavía no tienes las fuerzas suficientes para despedazarme y para que podamos conseguir eso pronto, necesitas estarte quieto y dejar los intentos de asesinato para cuando puedas llevarlos a cabo -nuevamente aquel paraguas japonés comenzó a reír y Randall rodó levemente los ojos aunque un poco más tranquilo

Kamisori volvió a sentarse permitiendo que el monstruo en la cama fuese calmando la respiración y la postura despacio hasta que el lagarto cerró los ojos y se permitió emitir un suspiro cansado, volviendo a hablar por lo bajo pero ya sin el sentimiento agresivo de unos momentos antes.

-Por qué me estás ayudando?

Rykung casi pudo ver cómo el otro con el rostro volteado de nueva cuenta hacia la pared entreabría los ojos con un gesto serio y bastante cansino; el karakasa se mantuvo pensativo por unos pocos momentos antes de responder suavemente

-No debí?

-Quiero saber qué es lo que estás buscando -Randall entornó suavemente los ojos como si algo le molestase lo que despertó aún más el interés del cíclope -del pony vela-de-cumpleaños puedo comprenderlo hasta cierto punto porque quiere fuerza de trabajo y… para bien o para mal, parece que yo le sirvo de algo lo que nos conviene a ambos -resopló muy apenas el lagarto sin ver cómo el japonés sonreía levemente divertido con aquello -pero de ti?... con el estado en el que te he dejado… qué beneficio tienes para ti mismo?

-Ya te dije que en peores condiciones me he visto y no quiero nada de tu parte -volvió a reír el monstruo de menor tamaño lo que provocó que la cola del otro que se veía casi completamente reestablecida comenzara a agitarse como si fuese un cascabel, sintiendo también como la expresión del Boggs se volvía dura y sus ojos se entornaban observándole de reojo -en verdad, no hay un beneficio intrínseco de los que sea que puedas estarte imaginando y además…

-Deja de mentirme! -escupió en voz baja sin tener las fuerzas para alzarla como le hubiera gustado, lo que interrumpió de golpe la risa del otro -si estás aquí es por algo. Y quiero saberlo. Cuando me mienten, tarde o temprano termino por enterarme porque los demás piensan que el resto les va a guardar sus secretos pero no es así. El mundo es muy pequeño y alguien al final hablará y tu pequeño teatro se irá por la cañería lo que solo te dejará lamentándote si es que te importaba de algo… pero claro, entonces es cuando decidirás que quieres darle la vuelta a todo y me culparás a mí por cualquiera que sea la excusa que te suene mejor y con la que puedas cubrirte delante de los demás y con la que puedas engañarte a ti mismo también para sentirte mejor…

El karakasa parpadeó un poco dejando de entender a qué se refería el monstruo púrpura que en aquellos momentos parecía haber perdido un poco el hilo de la conversación, dejando ver algo que muy probablemente y con la salud intacta seguiría manteniéndose en lo profundo. Pero no sería Rykung el que le detendría, manteniendo una expresión serena más suavizando la mirada de su ojo. Randall volvió a dirigir la mirada al muro delante suyo sin dejar de darle la espalda al otro monstruo y entornó la mirada con un dejo dolido y rabioso.

-Si hay algo que quieras, dilo de una maldita vez y podemos ahorrarnos toda la torre de habladurías y poesía barata sobre el altruismo y la generosidad y podremos seguir adelante -resopló a través de la nariz el Boggs sin ver al karakasa que parecía mantenerse pensativo sobre lo que el otro decía -estoy harto y cansado de todos ustedes… -entornó los ojos y mostró los afilados dientes más para sí mismo que para nadie más. Comenzaba a darse cuenta de que estaba hablando demasiado muy probablemente a causa de su malestar y los medicamentos que lo recorrían.

Maldito pedazo de serpiente resbaladiza que usaban de médico en ese sitio… si es que estaban nuevamente en el hospital de la fábrica.

Ahora que lo pensaba, no tenía ni la más remota idea de dónde se encontraba puesto que la habitación fuera de la cama en la que se encontraba acostado, las luces suaves y el taburete donde sabía que estaba sentado el otro no había percibido otros adornos o indicativos que le diesen una pista de su ubicación.

Kamisori emitió un pequeño suspiro bajo antes de bajar su párpado a la mitad y volver a hablar.

-No confías en nadie

-No. Es lo mejor que te enseña la vida y mientras más pronto lo aprendas tú también, más rápido dejarás de decepcionarte -gruñó muy apenas el lagarto antes de parpadear sorprendido e irritado al percibir que algo se pegaba a su espalda: tal parecía que aquel paraguas había terminado por sentarse en la cama donde él se encontraba y se le había recargado de espaldas también casi como si fuera el respaldo de una silla. De reojo le dio una mirada rabiosa y le gruñó pero no pareció alterar al otro monstruo que ahora observaba el muro contrario aún con expresión de meditar al respecto -qué crees que estás haciendo, insecto?

-Confío

Respondió sin titubear el monstruo nipón lo que tensó al lagarto que abrió de golpe los ojos con incredulidad y sorpresa casi con un muy ligero sentido de miedo ante aquello.

Por qué se sentía así?

Bueno… realmente sí lo sabía pero…

Randall dejó escapar la más fría y baja de sus risas, buscando ser tan hiriente como le fuese posible en el tono agudo de esta y de su propia voz.

-Te voy a traicionar y me voy a asegurar de lastimarte de manera que aprendas la lección -se burló el de escamas viendo de reojo al otro que se mantenía impávido y con el mismo gesto, como si no le hubiese escuchado -entendiste?... tu estupidez no me hará que sienta la más leve compasión de tus ridículos sentimientos, quizá de esa manera entiendas que lo mejor para ti en estos momentos es largarte, pequeño, frustrante e insignificante desecho humano

Sin conseguir la reacción que buscaba, Randall Boggs tembló suavemente y entornó aún más de forma maliciosa sus ojillos

-Me estás ignorando?

-Algo así -sonrió finalmente Kamisori dejando escapar una risa divertida lo que volvió a empujar al otro a sissearle con irritación para un segundo después, observarse a Randall negar varias veces con la cabeza -sigues sin entender cómo funciona esto, cierto?

-No necesito entenderlo

-O quizás sí -replicó el monstruo japonés sonriendo muy suavemente -porque no está funcionando de la forma en la que creías que era… o en la que te lo hayan enseñado -ambos monstruos se observaron de reojo por unos segundos antes de que el lagarto volviese a observar el muro delante suyo con una expresión más agotada y herida que molesta

-No tienes idea de lo que estás haciendo

-No, no la tengo… eso es lo maravilloso del asunto -el ojo del cíclope brilló con vida nueva volviendo a llamar a la curiosa mirada del venido de Monstruópolis que volvió a entornar la mirada -con Alex y Zenon es una cosa pero… esto es diferente y es todavía mejor. Y me gusta mucho cómo se siente

Randall resopló por un momento y cerró sus ojos

-Que vaya a comerte en algún momento y utilice tus restos para limpiarme los dientes?

-No -Kamisori comenzó a reírse con mayor gusto cerrando su ojo a lo que Randall compuso una mueca que iba entre la molestia y la diversión

-Entonces?

-Que podamos ser amigos -respondió con sencillez el paraguas encogiéndose de hombros lo que hizo que al monstruo de escamas le vinieran veloces memorias de un pasado que había estado tratando hasta lo imposible por enterrar porque el tenerlo delante le resultaba extremadamente doloroso; sonrisas, una pequeña alegría que había pensado que sería para siempre, la calidez de por primera vez no sentirse solo… una fuerte presión le hizo doler el fondo de su corazón y se tensó apretando las manos por dentro de aquello que se las mantenía atadas al tiempo que sus ojos reflejaban aquello que sentía

-No somos amigos y yo no soy tu amigo -cortó con dureza y frialdad el Boggs sin voltear mientras percibía el suave suspiro del otro en su espalda -ahora lárgate

-Bueno… si tu no eres mi amigo… yo si soy tú amigo -Rykung volvió a encogerse de hombros cerrando su enorme ojo y se escuchó el gruñido de Randall a su espalda

-Y si no quiero tu amistad?

-Te la aguantas -respondió entre risas el paraguas sin ver como finalmente, un pequeño atisbo de sonrisa aparecía en los labios del lagarto -porque no me iré a ningún lado

-Y si te obligo a apartarte?

-Bueno… pues me pararé a un lado y te daré espacio -replicó el japonés alzándose muy apenas con un dejo orgulloso y sonriendo aún más con su ojo cerrado -pero no me iré a ninguna parte. Pero no te voy a dejar. Y regresaré una y otra vez. Porque no sé que idiota te haya lastimado y te haya abandonado pero yo no voy a hacer lo mismo. Nunca -aseguró el karakasa asintiendo una vez mientras el otro entrecerraba los ojos con un dejo cansado

-Lo harás. Todos lo hacen tarde o temprano -musitó el Boggs finalmente cerrando los ojos dejándose descansar nuevamente aún percibiendo al otro en su espalda

Sin embargo en la niebla que comenzaba a embargarlo le pareció escuchar por última vez la voz del monstruo azul

-Pero yo no soy todos. Soy Rykung Kamisori y soy tu nuevo mejor amigo. Y mas vale que vayas acostumbrándote a este malévolo paraguas porque no vas a dejar de verlo por el resto de tu vida

"Nuevo mejor amigo, eh?" Randall rió para sus adentros con una mezcla de tristeza y quizá, una muy diminuta pizca de alegría de creer que de alguna manera, la más pequeña, minúscula posibilidad de que aquello fuese verdad estaba ahí.

No quería tomarla pero…

Algo desesperado, angustioso y suplicante en su alma no deseaba dejarlo ir.

Ya vería con el tiempo.

Ya vería si no sería otro Michael Wazowski.

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