Hola! Aquí Saori-nee retomando esta historia mágica. Espero les guste este nuevo capítulo y sin más que decir de momento, ¡Comencemos! :D
Academia St. Michael's de Magia y Hechicería
Capítulo 2 – El Juego de Quidditch
Parte 1
Habitación de Nanami – Sala común de Gryffindor
Una nueva mañana inicia en Saint Michael's. Los pájaros cantan y los rayos del sol empiezan a entrar a la habitación que comparto con mis amigas en la sala común de Gryffindor.
Apenas estoy despertando cuando escucho unos sonidos de la ventana junto a mi cama.
Al levantarme, observo a Hanpen arañando la ventana y detrás de ella, una lechuza muy hermosa color blanca con pequeñas manchas negras y una carta en el pico.
– ¿Uh?
Agarro a Hanpen y abro la ventana para que la lechuza entre. Al hacerlo, deja la carta sobre mi cama y se va volando por donde vino.
– Me pregunto de quién será.
Suelto a Hanpen y la abro.
– Es una carta de Onee-sama.
"Querida Nanami,
Mucha suerte en tu primera semana de exámenes, estoy segura de que lo harás muy bien. No dudes en consultarme si necesitas ayuda con algún tema. Ojalá nos veamos pronto.
Con cariño, tu Onee-sama".
– Onee-sama.
Sonrío con aquella carta en mis manos. Huele como a ella.
Observo el cielo amaneciendo desde mi ventana y me digo.
– Muy bien, hora de iniciar el día.
Gran Comedor de Saint Michael's
La mañana inicia en Saint Michael's y como primera actividad del día, las chicas de las cuatro casas nos reunimos en el gran comedor para desayunar algo, antes de separarnos e ir cada una a sus distintas clases del día.
En lo personal, este es un momento muy apreciado para mí, ya que lo comparto con mis queridas amigas de Hufflepuff, Sara y Risa, quienes por ahora todavía no han llegado, aunque tampoco me importa mucho, ya que comparto mi desayuno con mis compañeras de cuarto de Gryffindor, Rikka, Aoi, Misaki y Rin.
– ¿Escucharon aquel picoteo en la mañana? – pregunta Misaki.
– Sí, me pregunto ¿Qué habrá sido? – comenta Aoi.
– Nanami–san recibió una carta – responde Rin.
– ¡Rin-chan! ¿Estabas despierta? – le pregunto sorprendida. No lo había notado en absoluto.
– Ara, así que Nanami recibió correspondencia por la mañana, me pregunto ¿De quién habrá sido? ¿Quizás de alguna admiradora secreta?
– Dudo mucho que tenga alguna admiradora en general – le respondo algo apenada.
– Eres muy modesta, Nanami. Una chica linda como tú, seguro que debe tener más de una admiradora – me dice Aoi.
– ¿T-Tú crees? – algo apenada.
– Seguro, especialmente aquella chica con la que has estado soñando últimamente ¿Cómo la llamas? ¿Onee-sama?
– ¡Kyaaa!
Reacciono algo sorprendida ante el inesperado comentario de Rin.
– Vaya ¿Así que Nanami tiene una admiradora secreta de la que no nos ha contado? Que chica tan atrevida resultaste ser, Nanami – comenta Misaki como orgullosa de mí.
– En verdad, no lo soy.
Ya quisiera ser lo suficientemente atrevida como para animarme a invitar a salir a Onee-sama.
Durante las últimas semanas, nos hemos visto ocasionalmente en los pasillos y cuando lo hacemos, nos detenemos a platicar con la otra y nos ponemos al día con nuestras vidas. Aunque no sucede mucho, ya que somos de años y casas diferentes.
Las últimas veces que la he visto, me ha nacido un deseo muy urgente por animarme a invitarla a salir. Sin embargo aún no he reunido el coraje suficiente para hacerlo. En serio soy una cobarde para Gryffindor.
– Nanami, Nanami ¿Nos estás escuchando?
– ¡¿Uh?! ¿Qué pasa? ¿Dijeron algo?
– ¿En serio? ¿Otra vez andabas en una de tus fantasías?
– Uh, lo siento.
– Cielos – frustrada – Te decíamos que deberías invitar a salir a aquella misteriosa admiradora tuya. Seguro que una novia te caería muy bien para que agarres más confianza en ti misma.
– ¡Así es! Nanami-chan es una chica muy linda. Seguro que cualquier chica sería muy afortunada de estar contigo – dice Aoi sonriente.
– Especialmente una que ya desea estar contigo – menciona Rin.
– Chicas – algo conmovida – muchas gracias, se que debería intentarlo, pero…
La idea de que me rechace es demasiada para mi pobre corazón.
¿Qué tal si todo este tiempo, he estado malinterpretando las cosas y solamente esta siendo buena conmigo como una buena senpai lo haría? ¿Qué tal que si es así con todas? o ¿Si solamente me ve como una amiga?
Pero tampoco quiero que piensen que soy una cobarde, así que les respondo.
– Por ahora, quisiera concentrarme en los exámenes y asegurarme de pasarlos todos. Y si obtengo una gran calificación, quizás me anime a hacerlo.
"Quiero convertirme en una orgullosa estudiante Gryffindor, antes de invitarla a salir".
– Como quieras, nada más no te vayas a tardar en hacerlo o aquella chica podría perder el interés en ti.
– ¡¿EH?! – reacciono preocupada.
– No le hagas caso a Misaki, solo lo comenta porque esta preocupada por ti.
– Gracias, Rin.
– Hablando de los exámenes, no había caído en cuenta que ya empiezan esta semana. Estoy muy preocupada.
– Descuida Aoi, por algo hemos estudiado mucho estas semanas, seguro que estaremos bien.
– Rikka-chan.
Me alegra ver que Rikka se ha vuelto más abierta estas semanas en comparación a cuando llegó a Saint Michael's y parecía que todo a su alrededor le daba miedo.
De cierta forma se ha ido adaptando al mundo mágico y eso me da inspiración para también mejorar yo.
– Así es, solo hay que confiar en lo que hemos estudiado y seguro que estaremos bien.
También le reafirmo a Aoi, cuando una chica llega detrás de nosotras.
– ¡Así es! Claro que estaremos bien, ya que esta semana ¡Empieza la temporada de Quidditch!
– ¡¿Sara?!
Sara aparece detrás de nosotras vistiendo varios artilugios para apoyar al equipo de Quidditch de Hufflepuff, aunque también con un par de accesorios de Gryffindor.
– ¿Qué haces vistiendo todo eso? – le pregunto algo sorprendida.
– ¿No es obvio? Compré la mercancía oficial para apoyar a nuestras selecciones en los partidos de Quidditch de esta temporada. También compré un par de artículos de Ravenclaw para apoyarlas cuando jueguen por Kaede-chan. Aunque por supuesto que tendré que apoyar a Hufflepuff cuando nos toque enfrentarnos.
– Vaya, así que de eso se trataba.
– Sí que te gusta el Quidditch ¿Verdad, Sara?
– Así es. Es el mejor juego del mundo y no puedo esperar a que ya sea el primer partido de esta temporada.
– Aunque para eso, primero hay que pasar los exámenes.
Le hago saber, ya que no parecer estar nada concentrada en eso.
– Ya suenas igual que Risa – me dice Sara algo pesimista, pero entonces Rikka comenta.
– Disculpen mi ignorancia pero ¿Qué es el Quidditch?
– ¡¿EH?! ¿Cómo? ¿No conoces el Quidditch? Nanami-chan ¿Qué trabajo como instructora has hecho con Rikka-chan? ¿Eh?
– ¡Kyaaa! – algo asustada por el regaño de Sara.
Rikka se avergüenza con una sonrisa y Sara se sienta junto a ella.
– El Quidditch es el mejor deporte mágico del mundo, es una competencia en la cual, las jugadoras vuelan en sus escobas para pasarse la Quaffle y anotar puntos en cualquiera de los tres aros, a la vez que se protegen de las bludgers que van volando y la buscadora, tiene que atrapar la snitch para acabar el partido. Es muy emocionante.
– Vaya… suena algo complicado – comenta Rikka al no haber entendido la mitad de las palabras que dijo Sara.
– Descuida, no es tan complicado una vez lo vez jugando. Velo algo así como… una especie de futbol soccer pero volando en escobas por el estadio.
– Vaya, suena a algo divertido.
– Lo será cuando veas el primer partido, me aseguraré de que vayamos a verlo para que te emociones con nosotras.
– Gracias, Sara-san.
– Pero para eso, primero hay que estudiar para los exámenes.
– ¡Kyaa! ¿Risa-chan?
Al voltear se topa con Risa quien va llegando al comedor.
– Disculpen la tardanza, estaba terminando de arreglar unas cosas. Sayuki no tardara mucho en llegar tampoco.
– Descuida. Me alegra mucho verte, Risa.
Sin que la notemos, Risa voltea a la mesa de Slytherin donde cruza su mirada con la de Miya, quien voltea a verla y le dedica una ligera sonrisa.
Risa no sabe cómo reaccionar y se voltea algo avergonzada, recordando lo que pasó la última vez que se vieron en la sala de menesteres.
Pareciera que todo va a acabar ahí por el día de hoy, hasta que Rikka se levanta bastante emocionada y toma a Risa de las manos.
– ¡Risa-chan!
– ¡Kyaaa! ¡¿Rikka?!
Al escuchar el grito de Risa, Miya voltea y observa a Rikka tomándola de las manos, estando ahora mucho más cercana a ella.
– Que bueno que ya llegaste, Risa-nee. Estuve pensando en ti toda la noche.
– ¡¿Risa-nee?! ¿En serio?
– Así es. No podía dejar de pensar en lo mucho que deseaba ya fuera mañana para poder verte y agradecerte mucho por lo de la otra noche.
– ¡¿EEEEEHH?! ¿D-D-De qué estás hablando?
Risa se nota bastante sonrojada por la cercanía de Rikka y al notar esto, Miya se pone de pie.
– ¡De presentarme con Sayuki-chan, por supuesto! Desde que nos presentaste, nos hemos visto cada día para platicar juntas y resulta que tenemos bastante en común, a pesar de nuestra gran diferencia de clases y nuestra historia con el mundo mágico.
– Rikka-san.
Al escucharla que sólo se trataba de eso, Risa se comienza a calmar y respirar. Por un segundo, creyó que se trataba de una confesión.
– Así es, te quería agradecer mucho por habernos presentado y también te quería preguntar, si no hay mucho problema… ¿Crees que podrías...? ¡KYAAA! ¿Qué pasa?
– ¡¿MIYA?!
Una especie de pellizco impacta en la nalga de Rikka, quien de inmediato se agarra y al voltear, nota a Miya detrás de ella, guardando su varita.
– Buenos días, Risa-san.
– Miya ¿Qué haces aquí?
– No mucho. Noté que te estaban molestando, así que decidí venir a apoyarte.
– Miya… eso no…
– Aquí la única que está molestando eres tú, niña Slytherin – le dice Misaki.
– Ay no.
Al levantar la voz, las chicas Gryffindor y Slytherin se ponen de pie y de inmediato toman bandos con Rikka y Miya, respectivamente.
– ¿Quién te crees que eres? Llegando de esa manera y atacando a una de las nuestras.
– ¿Atacarme? – Rikka confundida – pero si no me hizo nada malo, solo me…
– ¿Estás loca o que? – le responde Reo quien se estaba uniendo a la discusión – Esta claro que Miya-san no atacó a nadie, solo estaba defendiendo a una compañera a la que vio en peligro de ustedes, malditas Gryffindor.
– ¡JA! Como si una Slytherin se pudiera preocupar por alguien más que no sea ella. Esta claro que sólo incitaba buscar pelea.
– ¿Por qué no te tragas tus palabras, maldita Gryffindor?
– ¿A quién llamas así, Slytherin?
Esto es malo, parece que se esta a punto de armar la pelea, cuando llegan Mai y Eris de Gryffindor y Slytherin respectivamente a poner orden en el lugar.
– ¡Calma, tranquilas chicas! ¿Qué está ocurriendo aquí?
– ¡Mai-sama! ¡Aquella chica Slytherin atacó a Rikka-san por la retaguardia!
– ¡No es cierto! ¡Aquellas chicas estaban acosando a la Hufflepuff y Miya-san fue en su defensa a ayudarla, Eris-sama!
Las chicas Gryffindor y Slytherin continúan discutiendo dando sus distintos puntos de vista sobre lo sucedido mientras nosotras intentamos explicar lo que pasó, pero ninguna nos escucha.
– Muy bien – declara Mai, haciendo que todas la escuchen – esta muy claro que esta discusión no va a llevar a ningún lado ya que todas tienen distintos puntos sobre lo que pasó. Así que para poner un fin a esto ¿Qué les parece si lo solucionamos de un modo más sano y práctico? Con un partido amistoso de Quidditch.
– ¿Un partido de Quidditch? – murmuran las chicas.
– Así es. Podemos proponerlo a las profesoras como un entrenamiento en el cual, entrenaremos a nuestras nuevas buscadoras, Rikka-san y Miya-san.
– ¡¿EEEEEEEHHH?! – reacciona Rikka bastante sorprendida.
Las chicas de ambos bandos comienzan a murmurar entre ellas bastante emocionadas por la idea de un enfrentamiento antes de que empiece la temporada de Quidditch.
– ¡Un momento! – grita la pequeña chica rubia llamada Reo – ¿Por qué deberíamos de solucionar esto de una forma tan estúpida como el Quidditch? ¿No debería la Gryffindor disculparse por inculpar a una de las nuestras?
– ¡Sí! Ustedes Gryffindor siempre asumen lo peor de nosotras cuando ustedes son aún peor.
Parece que las chicas de ambas casas volverán a armar el revuelo, hasta que Mai habla.
– ¿Qué pasa, Reo? ¿Tienes miedo de que nuestro equipo les gane?
Al recurrir al orgullo de su casa, las Slytherin vuelven a querer callarlas ganando el partido. Y respecto a convencer a Reo.
– Y para que estés más calmada, haré esto más interesante contigo. Si ganamos, tendrás que estudiar conmigo todos los días de la semana durante este semestre, hasta las vacaciones de invierno.
– ¡¿Qué?! ¿Y por qué aceptaría una apuesta tan estúpida como esa?
– Porque si tu equipo gana, te pasaré todas las respuestas de los exámenes que hagamos en este semestre y ya no tendrás que estudiar más conmigo.
– ¡¿Qué harás qué?! – sorprendida de la apuesta de Mai.
– Entonces ¿Qué dices, Reo? ¿Aceptas?
– Grrr…
Se lo piensa mucho, se debate si debería acceder o no, pero antes de que pueda responder, Eris lo hace por ella.
– Es un trato.
– ¡¿Qué?! ¡Eris, no hagas apuestas por mí!
– Es un gran trato como para que lo dejes pasar, Reo. Además, confío plenamente en nuestro equipo. ¿No es así, capitana?
– Así es, aceptamos el duelo, Mai-san – le responde la capitana del equipo de Quidditch de Slytherin – y te aseguro que no perderemos.
– Lo mismo digo.
Ambas capitanas se dan la mano y con el fuego ya controlado entre ambas casas, cada una regresa a su respectiva mesa aunque aún viéndose con cierto odio.
Aunque antes de irse, Miya le dice a Rikka.
– Nos vemos en la cancha, Rikka.
Aquella frase hace que a Rikka se le congele la sangre y antes de irse Miya, voltea a ver a Risa pero al hacerlo, su sonrisa desaparece, confundiendo aún más a Risa de lo que ya esta.
– ¿Qué…? ¿Qué acaba de suceder? – pregunta preocupada Rikka.
Ya con los ánimos más calmados, el desayuno vuelve a su curso y finalmente, puedo respirar tranquila.
– Cielos... eso estuvo demasiado cerca – suspira Aoi – Me alegra ver que al menos el escándalo no pasó a mayores.
– Esas Slytherin siempre están buscando problemas – menciona Sara – pero no te preocupes, Rikka, estoy segura de que todo Hufflepuff te apoyará en el partido.
– Chicas... – preocupada.
– ¿Estás bien, Rikka-chan?
– ¿Qué si estoy bien? ¡Pero claro que no lo estoy! ¿Cómo podría estarlo si yo…? ¡Jamás he jugado Quidditch en mi vida! Ni siquiera sabía de su existencia hasta hace unos minutos y ahora ¿Debo representarlas en un partido contra sus más grandes rivales?
– Descuida Rikka-san, no tienes de que preocuparte. Después de todo, sólo será sólo un partido de exhibición, así que no habrá puntos en juego.
– Pero aún así ¿Cómo se supone que voy a…?
– ¡Rikka-san!
En ese momento, entra Sayuki corriendo al gran comedor llega a abrazar a Rikka, bastante preocupada.
– Rikka-san, supe lo que ha sucedido ¿Estás bien? ¿Te hicieron daño?
– No, no pasó nada, Sayuki, descuida, estoy bien.
– Rikka-san… me alivia mucho escuchar eso.
– Tú… ¿Estabas preocupada por mí?
– ¡Pero claro que lo estaba! Yo... No quisiera que lastimaran a nadie especial para mí.
– Sayuki.
Los ojos de Rikka parece que se iluminan cuando Sayuki le dice eso.
Recuperando su compostura, Sayuki respira y le dice.
– Bueno, me alegra mucho escuchar que estás bien. Escuché también que vas a jugar como buscadora en el próximo partido de exhibición contra Slytherin ¿Es eso verdad?
– Bueno…
– ¡Por supuesto que es verdad!
– Mai-sama.
Antes de que le pueda dar su respuesta, Mai entra en escena.
– ¿En serio? No tenía idea de que fueras jugadora de Quidditch, Rikka. ¡Eso es impresionante!
– Pero yo no…
– ¡Y espera a que la veas volando! Seguro que te vas a impresionar con el gran espectáculo que dará Rikka en su debut como jugadora.
– Mai-san – Rikka avergonzada de las cosas que esta diciendo Mai.
– ¡Genial! – volteando con Rikka – Me aseguraré ir a verte y apoyarte desde primera fila, Rikka-san.
– Sayuki… – al ver la ilusión de Sayuki en sus ojos, Rikka se arma de valor y le dice – Me alegrará mucho verte ahí, Sayuki.
– Pues entonces ahí estaré, Rikka.
Ambas se quedan viendo, hasta que Sayuki ve la hora y dice.
– Cielos, ya es algo tarde y aún no he desayunado ¡Nos vemos en clases, Rikka!
– Seguro, Sayuki.
Trayéndola de vuelta a la realidad, le tomo el hombro y le digo.
– Rikka ¿No estabas diciendo que nunca antes habías jugado Quidditch?
– ¡¿Eh?! – de vuelta en la realidad – Tienes razón ¿En qué problema me metí?
– Descuida, Rikka-san, no tienes de que preocuparte – le asegura Mai.
– Mai-sama ¿Por qué le dijo esas cosas sobre mí a Sayuki?
– Por que es verdad. Resulta que soy la capitana del equipo de Gryfffindor, así que conozco muy bien el juego. Por lo que me aseguraré de entrenarte bien estos días para ver que des la mejor actuación de tu vida, Rikka.
– ¡¿Eh?! Pero yo no…
– Seguro que eso dejaría más que impresionada a Sayuki-san ¿No lo crees?
– Mai-sama…
Rikka voltea a ver a Sayuki, quien se sienta a desayunar con sus amigas en la mesa de Hufflepuff. Y volteando con Mai le dice.
– Por favor, enséñeme mucho, Mai-senpai.
Hace una gran reverencia que hace sonrojar a Mai.
– Descuida, estoy segura que todo saldrá bien. Empezaremos a entrenar después de clases ¿Esta bien?
– Por supuesto, muchas gracias, Mai-senpai.
Ya zanjado el asunto, me quedo algo preocupada pero también con algo de esperanza para mi amiga.
– Ojalá que todo resulte bien.
Sala de Encantamientos
Más tarde ese día, las chicas del segundo año terminan su clase del día y salen de su salón antes de dirigirse a la próxima clase.
– Creo que ese encantamiento te salió muy bien, Kaede-san.
– ¿De verdad lo crees?
Sin embargo, al salir del salón, Kaede se topa con…
– ¡Hola, Kaede-chan!
– ¡Ah! ¿Sara?
Sara, quien la esta esperando en la entrada. Al verla se lanza contra ella y la abraza por la cintura para verla desde la altura de sus pechos.
– Estoy aquí, Kaede-chan ¿Estás feliz de verme?
– Bueno…
– Vaya, pero que primas tan amorosas, será mejor que me vaya para no interrumpirlas.
– ¡Yuuna-san!
– Nos vemos en clase, Kaede.
Guiñándoles un ojo, Yuuna se despide y se va caminando hacia su siguiente clase.
Y una vez se han quedado a solas.
– Cielos ¿Qué haces aquí, Sara? ¿No deberías ir a tu siguiente clase?
– Así es, pero decidí antes venir a acompañarte, Kaede-chan.
– ¡¿Eh?! Pero… – ¿De verdad había venido hasta aquí solamente para eso? – ¿Sí llegarás tiempo?
– Tranquila, deja que yo me preocupe por eso. Me alegra mucho tenerte aquí ¿No te alegra a ti también que este aquí contigo?
– Sara – sonrojada, tímida – Se-Seguro que me alegra verte, Sara.
Sonríe aunque algo tímida, le acaricia su cabeza.
– Bueno, vayamos allá antes de que empiece la clase.
– Seguro, Kaede.
Sin embargo contrario a lo que esperaba, Sara no suelta de ella en ningún momento cuando comienzan a caminar, llamando la atención de todas a su alrededor.
– Sara ¿Qué haces?
– Te acompaño a tu clase, por supuesto.
Le contesta abrazada a su brazo y con la cabeza recostada en su hombro.
– Pero… ¿Tienes que hacerlo así?
– Por supuesto, somos novias después de todo.
– No-No-No-No ¡¿Novias?!
– Claro ¿O qué? ¿Crees que hago con cualquiera lo que hicimos la otra noche junto al lago?
– ¡No lo menciones, Sara!
Le dice cubriéndole la boca de inmediato, aunque aún sin soltarse de su brazo.
– En todo caso ¿No estás feliz de que seamos novias, Kaede-chan?
– Sara… no dije eso, solo… me tomó por sorpresa escucharlo en voz alta. Eso es todo.
– Me alegra oírlo. Entonces ¿Nos vamos?
– Seguro, Sara.
Ambas primas continuan caminando en dirección a su siguiente clase con Sara aún abrazada al brazo de Kaede, ganándose el murmullo de sus compañeras alrededor.
– ¿Ya las viste?
– ¿No es esa la súper modelo Kitajima Sara?
– Se ven tan lindas juntas.
– Lo sé, quisiera tener a alguien para ser tan acaramelada como ellas.
– Cielos.
Kaede se avergüenza mucho al escuchar los murmullos de sus compañeras, aunque sin tener el valor de quitarse a Sara o decirle cómo se siente al respecto.
"Me pregunto si de ahora en adelante, todos mis días serán así" piensa algo preocupada.
