Harry estaba acabando de hacer su maleta para irse al campeonato de Quidditch, era de noche pero saldrían a primera hora de la madrugada. Había visto con curiosidad toda su ropa y pensaba en todo lo que había cambiado ese mes en la madriguera. Había llegado siendo un joven inexperto y caliente, y ahora podía decir que había hecho mucho mas de la gente de su edad. Se desvistió por completo, dejando su cuerpo adolescente desnudo, y se observó su cuerpo.
Harry tenía que admitirlo, estaba bueno. Miro sus bíceps y su pecho, torneado por el deporte, acarició sus sensibles pezones, que con el solo roce de sus manos se pusieron erectos. Deslizó su mano por sus abdominales, y cintura, para finalmente pararse en su pene. Su miembro, aun no se había desarrollado del todo, pero ya había entrado en acción. Sin embargo, lo que mas le interesaba era su culo. Tenía un culo grande y prieto, que había engordado a posta con una crema mágica que compro vía lechuza, los resultados habían sido increibles,. Sus dulces nalgas eras perfectas , gigantes y suaves. Con delicadeza las abrió para mostrar su rosada entrada, limpia y sin ningún pelo. Su agüjero había sido abierto y jamas volvería a cerrarse del todo. Prácticamente todos los hermanos weasley habían tenido momentos eróticos con él.
Mientras estaba desnudo recreándose en su escultural cuerpo, el cual había comenzado a apreciar ya que se daba cuenta de que podía hacer que le deseasen, vio como Hedwig entraba con un paquete que dejaba encima de su cara. Sin molestarse en cubrir su cuerpo, camino desnudo por la habitación, hasta quedar enfrente de la ventana, con todo él expuesto a la luz de la luna, un frio aire entro por la habitación e hizo cosquillas en sus pezones.
En el paquete no ponía nada, así que lo abrió, pero lo que encontró fue sorprendente…
Dentro del paquete había un vibrador y una carta, y el nombre del remitente de esta, desconcertó a un caliente Harry.
James Potter-Para Harry Potter.
Harry abrió la carta impaciente por saber que había en su interior, y si era verdad que esa carta era de su difunto padre.
Querido Harry
Si has recibido esta carta, es porque por desgracia no puedo estar contigo.
Sin embargo, si ha llegado a tus manos, es también porque has dado un paso enorme hijo estás convirtiendo en un hombre. Como hombre en el que te conviertes habrás notado cambios en tu cuerpo, y notaras como cada vez, estás mas interesado en el sexo, al recibir está carta, es que habrás perdido tu virginidad, y a partir de ahora, tienes las puertas del sexo abiertas.
Si Harry, el sexo, porque hay una verdad, la cual nadie sabe, y que ha pasado de generación en generación entre los potter.
Harry, los Potter, somos adictos al sexo. Yo mismo, perdí mi virginidad anal en mi segundo curso de Hogwarts de la mano de un chico de 7º de Slytherin. Desde tiempo inmemorables, hemos tenido una necesidad de tener sexo sin parar. Por supuesto, tu madre no sabe nada. Yo a ella la quiero, pero necesito sentír como otros hombres me toman en sus brazos. Ese es nuestro legado, la infidelidad, el legado sexual.
Harry, hijo, si lees esto, que sepas que quiero que disfrutes. De ti, de tu cuerpo, y del sexo. Me habría encantado haberte iniciado como hizo mi padre conmigo, pero creo que no será posible. Por eso, como padre, te pido que continúes nuestro legado, y que recibas en tu cama todos los cuerpos posibles, porque si niegas a aceptar tu caliente destino, acabarás perdiendo la cordura.
Harry, para acabar, te mando este vibrador. Fue el primer vibrador que mi padre me dio, y que ha estado dentro mio tantas veces. Quiero que lo tengas tu, quiero que practiques con él, y que todas las noches en las que un falo esté dentro de tí, puedas tener el placer que como heredero potter, te corresponde, porque nosotros, somos atractivos por naturaleza, por poder mágico, nuestros cuerpos y nuestros culos se desarrollan para el sexo, por lo que que nunca olvides, que un verdadero potter, siempre está dilatado.
James Potter
Harry estaba confundido, por un lado estaba emocionado de haber recibido una carta de su padre, pero por otro lado, la verdad que esté le había revelado era muy turbia.
Claro, por eso no había tenido problema con los Weasley y el sexo, por eso estaba tan caliente, por eso, lo único que le interesaba era poner calientes a todos los hombres de su alrededor.
Meditó por unos momentos, pensando en que hacer, sin embargo, pronto lo tuvo claro.
Su padre no había dejado a las dudas, era un ser que necesitaba el sexo, y Harry no estaba dispuesto a acabar con la locura. Sin duda ninguna, cogió el vibrador, y se lo introdujo de un golpe en su culo, que ahora que sabía, siempre estaba dilatado. Harry sintió como una corriente eléctrica recorría su recto, y se puso más cachondo pensando en que el culo de su padre y el suyo estaban de alguna manera conectados, al haber abrazado ese juguete sexual. Se tumbó en la cama y comenzó a cabalgarse mirándose en el espejo, pero al que no se veía era a el, era a su padre, con su misma edad y su mismo cuerpo, guiñándole el ojo desnudo mientras cabalgaba también con el vibrador, y rozando su polla contra la almohada, gimiendo sin consolación, sus manos recorrían su mismo pecho, sus mismos abdominales, hasta su mismo pene, un momento donde las fronteras de la vida se disiparon gracias al poder del sexo, y que conectó a padre e hijo recorriendo y amando sus cuerpos hasta estallar en un profundo orgasmo que acabó con ellos.
Harry se quedó tumbado en la cama, sintiendo como el vibrador seguía en su culo, y con una nueva percepción de su vida. A partir de la próxima semana, con el curso en Hogwarts ya empezado, comenzaría a buscar sexo, y haría, a todos los Potter que tuvieron sexo en Hogwarts, orgullosos al ver todos los orgasmos que el heredero del linaje, provocaría en todos sus habitantes.
