Durante la tercera guerra ninja, una mujer de cabello rojo se encontraba en una especie de sala ritual donde estaba a punto de dar a luz.

La aldea estaba bajo ataque de unas extrañas personas encapuchadas quienes iban en dirección a la futura madre.

El Cuarto Hokage y esposo de la pelirroja se dio cuenta de que todo el alboroto era una distracción para llegar hacia su amada.

Haciendo gala de su bien merecido apodo de "el rayo amarillo de Konoha", llegó al lugar antes que esos sujetos.

-Cariño necesito sacarte de aquí-mira con preocupación al amor de su vida quien estaba teniendo dificultades para traer a su hijo

-N...no puedo salir de aquí sin antes dar a luz a nuestro bebé-le mira completamente sudada y agotada-además, s...si nos vamos, él saldrá sin control alguno ahhhhhhh

-Respira amor, te ayudaré a traer a nuestro hijo y juntos sellaremos al demonio

Lavó sus manos y realizó varios sellos para realizar un escudo que mantendría ocupados por un rato a esos hombres para luego ocuparse de su esposa.

-Puja Kushina, veo su cabeza

-AHHHHH-sentía que iba a desvanecerse en cualquier momento pero debía ser fuerte

Comenzó a pujar con fuerza mientras sus gritos inundaron el lugar. Sintiendo que estaba siendo torturada una eternidad, al fin pudo escuchar el llanto de su hijo.

-Es...hermoso cielo-sonríe con lágrimas en los ojos mientras corta con un kunai el cordón umbilical

Lo entregó a manos de su esposa quien abrazó con cariño a su pequeño retoño.

-Bienvenido al mundo, Naruto-sonrío cansada la pelirroja quien intentaba mantenerse despierta para que su esposo pudiera hacer el sellado sin problema

Volvió a hacer una serie de sellos pero antes de terminarlos, una enorme explosión hizo volar gran parte del lugar.

-Es...imposible-comentó con sorpresa pero no esperó a que apareciera quien fuera responsable de ello y cargó a su esposa y usó nuevamente su técnica

Apareció en otro recinto para hacer el ritual pero vio con horror que su esposa estaba inconsciente mientras su hijo lloraba sin cesar.

Lo peor de todo, es que estaba frente a él nada más ni nada menos que la gran bestia de nueve colas.

-El Kyuubi...

Se iba a preparar para su ataque, pero uno de los encapuchados apareció frente al rubio.

-Me ha costado seguirte el paso, Hokage-dijo el sujeto que traía una extraña máscara en forma de espiral-pero valió la pena ya que me ahorraste el trabajo de venir por el nueve colas

Miró a la mujer quien permanecía inconsciente pero aún así manteniendo a un bebé en sus brazos.

-Debo encargarme de la mujer para obtener el poder del Kyuubi-fue directo hacia ambos, pero el Hokage lo detuvo a tiempo

Se enfrascaron en una cruenta batalla mientras los ninjas de la aldea se acercaron al lugar de la pelea y con horror vieron al enorme zorro quien estaba en posición de ataque.

Sabían que se perderían vidas al enfrentarlo, sin embargo, contra todo pronóstico, la bestia simplemente se mantenía estático viendo lo que estaba ocurriendo bajo sus pies.

El enmascarado parecía que estaba a punto de ganar e ir tras del demonio, cuando de pronto sintió un horrible golpe como si le quemara por dentro y por fuera, además de prácticamente mandarlo a volar bastantes kilómetros de ahí.

Todos miraron sorprendidos que la gran bestia en vez de causar muerte y destrucción a su paso, estaba defendiendo a la aldea.

-Hagan el sello, AHORA- ordenó el zorro viendo al rubio y a otro hombre quienes rápidamente obedecieron pero necesitaban a Kushina despierta- en el niño. Es el único consciente y capaz de retenerme en su interior

El rubio miró con shock a la bestia, no podía dejar que estuviera dentro de su bebé.

-Háganlo rápido porque seguramente ese sujeto no tardará en aparecer- observó a la distancia que el sujeto estaba despertando

Con pesar, el Hokage realizó el sellado correspondiente y selló a la gran bestia en el interior de su hijo.

Al terminar, la mujer despertó y algo alterada buscó a su hijo, pero al sentirlo en sus brazos, sonrió aliviada. Sin embargo, su felicidad duró poco al ver un sello muy conocido para ella en el estómago del menor.

-Mi bebé...

-Lo lamento Kushina, pero debía hacerlo-el hombre le miró con culpa y sintiéndose aún peor al verla llorar y abrazar a su hijo

Llevaron a ambos a un lugar seguro mientras continuaban con la guerra para terminarla definitivamente.


Al final, fueron pocas las bajas ya que esperaban que todo pareciera un cementerio por la presencia del zorro quien, sin su ayuda, no habrían podido vencer a quien era el responsable de iniciar esta guerra sin sentido entre naciones.

-Hay algo que no me cuadra-el rubio revisaba todas y cada una de las personas fichas abatidas y arrestadas por sus crímenes

-¿A qué te refieres con eso?-comentó el Kazekage quien sabía que, cuando el Hokage se ponía serio, es porque algo no andaba bien

-Capturamos a los principales alborotadores y aunque señalan a alguien como el principal, siento que no es el verdadero cerebro de esto-les muestra la foto de quien inició todo

-¿A qué quiere llegar?-comentó el Mizukage con el ceño fruncido

-Que no es el verdadero líder de la guerra-los demás kages abrieron los ojos con sorpresa-fue demasiado fácil atraparlo y...

-Hokage-sama-entró de improvisto un ninja de la aldea

-¿Qué ocurre?

-Los capturados...están muertos

-¡¿Cómo que están muertos?!

-Estábamos a punto de descubrir quién era su líder real, pero todos comenzaron a convulsionar y a echar espuma por la boca para luego caer muertos uno por uno

-Imposible-el rubio no daba crédito a lo que estaba escuchando

-Las pruebas indican que fueron envenenados-les da los resultados

-Quien sea el responsable, se aseguró de que, ganaran o perdieran, todos estuvieran muertos si o si-el Tsuchikage observó todo con detalle

-Aquí dice que fueron envenenados por una planta-el raikage revisó en su mente de alguna planta que tuviera dicho efecto de maners grupal y al mismo tiempo-no conozco una planta que tenga un poder tan efectivo para matar en masa con su veneno y al mismo tiempo

-Señores, creo que estaremos un buen rato revisando esto-sobó sus sienes con pesadez

-Con todo respeto, creo que lo mejor sería que usted descanse. Además, su esposa acaba de dar a luz por lo que debería pasar tiempo con ellos-el Mizukage palmeó su espalda en señal de confort

-No sería bueno ni profesional de mi parte dejarles todo el trabajo-sonríe con cansancio

-Para nada, estaremos unos días en la aldea y revisaremos todo a detalle

Agradeció a los kages y con una reverencia, se retiró de la reunión. El resto continuó su labor revisando las nuevas pruebas.


Llegó al lugar donde estaban su esposa e hijo y los abrazó con cuidado y cariño.

-Pensé que estarías trabajando

-Los kages fueron muy amables en continuar el trabajo para que viniera a verlos-observó a su pequeño retoño quien dormía plácidamente en brazos de su madre-¿tienes un nombre en mente?

-Naruto

-Me encanta-besa la frente del menor-gracias por ser tan fuerte mi niño

En un abrazo reconfortante, se quedaron dormidos.