Capítulo I Peleas de Adultos

—¡Gracias Señor!; ¡Andrew!—, en dos zancadas, John se encontraba frente al banco abriendo a la par los brazos para atrapar entre ellos al muchacho acostado en él; pero el gesto amistoso no pudo hacerse al encontrarse de frente con la vergüenza de demostrar el poco profesionalismo con el que aceptaba la cercanía de sus estudiantes.

Parando en seco sus brazos, llevó una mano a su boca para intentar disimular su sonrojo mientras su pie derecho lo ayudó a quedar de espaldas al joven, intentando camuflarse con una pose de disgusto más profesional; de poco sirvió su actuación, los ojos de Angela registraron todo con las cejas algo alzadas. No impidió que sacara una pequeña sonrisa ante la empatía de John a su estudiante más joven que se encontraba alzando su tronco superior con el apoyo de su brazo tras la cabecera del banco. Sentado en la madera, observa lentamente los rostros de los dos adultos ganándose palabras de arrullo y apoyo en que en medio preguntaban por su estado.

—¿Hemos llegado?—; preguntó Andrew ganándose otra pregunta como respuesta por parte de su profesor. —¿A dónde, Andrew?...¿Te refieres al museo?—, aquello le dejó aún más confuso haciendo que negara con la cabeza de forma algo exagerada.

—¿Museo?, ¡no!; me refiero a Chicago...¿Por qué no estamos en el bus?—; los ojos del joven se habían abierto con pánico al sentir que algo claramente no estaba bien, aunque no pudo expresar del todo su miedo al ser devorado por los brazos de Ángela.

—Has recuperado la memoria...Gracias a Dios!—; gritaba en alegría mientras hacía más fuerte el abrazo que cubría al joven por unos pocos segundos de la perturbadora realidad.

—Sufrimos un pequeño accidente a la ida de vuelta...y decidimos buscar ayuda en el pueblo; pero por ahora no estamos teniendo mucha suerte—; continuó Ángela pasando su mirada de los ojos de Andrew a John con una cara de reproche.

—Y este no es el momento de buscar culpables, jovencita—. Las últimas palabras de John sirvieron para que se creará un momento incómodo entre los adultos al denominar que su alumna adulta era menor de edad, sabiendo que se encontraba cerca de los cincuenta; la distancia se fue acortando por parte de la mujer que había dejado de sujetar la cara de Andrew con sus manos, para ahora cerrarlas en puños cerca de sus caderas. Demostraba estar dispuesta a defender su orgullo y compostura a base de dejar por debajo al hombre, que no hacía mucho más que levantar las manos para calmar las cosas.

—¿Jovencita?; jovencita lo será tu madre, a mi se me habla con respeto—; vociferó Angela de forma sarcástica dejando de lado todo el tema principal del porque estaban allí.

-¡Eh, ya está bien!; ¿Te crees ser la única en estar asustada?; lo último que necesitamos es crear un alboroto delante de él-; John señaló a Andrew extendiendo su brazo derecho para señalarlo con la mano abierta ganándose darle un pequeño vistazo para encontrarse con aquellos ojos llenos de miedo y duda. Sintió de golpe una necesidad enorme de abrazar al chico y protegerlo de todo esto.

-¡Estoy asustada, hambrienta, cansada y harta de que intentes llevar el papel de líder cuando apenas sabes aguantar un minuto sin chillar por un puñetero gato!; ¿Y ahora te las das de profesor responsable después de llevarnos a esta mierda de lugar...!-; Angela sentía tener la sangre hirviendo, sus latidos eran tan fuertes que podía escucharlos en sus tímpanos; el rojo de furia cubrió su cara mientras caminaba a paso firme contra John.

Como si hubiera recibido un chute de energía; Andrew saltó del banco para ponerse entre los dos adultos mientras sacaba con fuerza un "alto" desde lo más profundo de su garganta seca, por respirar con la boca abierta en toda su inconsciencia. Se había ganado la mirada atónita de los otros dos, sabía que ya tenía toda su atención; —¿Podemos empezar a encontrar a los demás?; me da igual lo del accidente o lo que sea, quiero irme de aquí—; Andrew no se había dado cuenta que en toda su protesta, acercó lentamente su cuerpo al de John, entrelazando la punta de sus dedos con la tela de su cazadora como buscando seguridad de forma inconsciente. Angela por su parte, no apartó su sorpresa al ver el apego instantáneo del joven en el otro hombre con una mueca de rabia; lo decidió ver como favoritismo que otra cosa...pero John no estaba tan seguro de cómo sentirse; si agradecido, orgulloso o...¿nervioso? Hizo espacio entre él y el chico de forma mal disimulada, consiguiendo casi tropezar de lado en medio de la abandonada carretera; y siendo atrapado de forma torpe por la manga de su cazadora perdiendo un brazo de su interior. —Lo siento...—; Andrew llevó sus ojos a los de John solo para apartarlos a las milésimas de segundos, recibiendo un tímido "Gracias" por parte del hombre.

Con el silencio dominando de nuevo la escena entre nuestros protagonistas; Angela decide dar el paso de despertarlos nombrando el museo de antes; debían ir allí ya como habían acordado, además de ser el lugar más cercano a su posición.