– ¡Vamos, vamos!, disfrutemos de nuestro primer evento del Windblume festival de Mondstadt. Paimon ha extrañado mucho la ciudad y en todos estos días no hemos descansado –.
– Yo también extrañé Mondstadt tanto como tú, ¿pero seguro que es solo eso por lo que extrañaste la ciudad?. La última vez me dejaste sin moras porque te encanta la comida de Mondstadt, no pienso permitirlo –.
– Si no me permites comer lo que quiera, te abandonaré y nadie vendrá a consolarte, obligándote a encontrar otra guía que sea capaz de dirigirte a las siguientes naciones –. La compañera flotante se detuvo en seco, como si fuera capaz de irse volando en cualquier momento.
– ¡¿Eh?!, ¡¿cómo puedes chantajearme de esa forma si yo te salvé de morir ahogada?!; no entiendo porque todos dicen que somos carne y uña, si fueras tan inocente y adorable todo el tiempo... –. Aether caminaba como si tuviera un costal sobre la espalda, ciertamente ya estaba sintiéndose ligero cuando tenga que sacar la billetera.
"¿Cuando me pasará algo bueno en este mundo?, algo bueno de verdad...como una fase de popularidad, dónde todos están pensando en mi, ayudándome, acompañándome en las misiones, consolándome; incluso no estaría mal que una chica se fije en mi, tal vez a mi hermana no le importe si tengo un romance a escondidas, total aún me queda mucho para descubrir todo el misterio de Teyvat y el Orden Celestial, no parece apurada en que haga algo mientras tanto en este mundo". Aether sintió el golpe de las partículas de constelaciones viniendo de Paimon adelantándose a toda marcha.
"Si tan solo pudiera deshacerme de ella...pero soy tan débil que no puedo y yo la necesito, y ella tampoco es capaz de separarse de mi. Somos como niños realmente, a quien engaño...por mucho que pueda pelear con esta hada seguiremos siendo los mejores compañeros y amigos inseparables, incluso si soy yo quien hace todo el trabajo en el equipo. Me pregunto si estaré siendo elegido como protagonista de una clase de historia y la mayoría me usa como el personaje principal".
El viajero comenzó a sentirse sorprendido por algo hasta ahora diferente de la habitual Mondstadt, dientes de león sobrevolaban el cielo, como por arte de la magia del viento, todos caían como copos de nieve dándoles un toque característico y vivo.
Paimon comenzó a jugar con ellos y intentando atraparlos con sus manos, pero sin querer acabo tragándose uno con la sonora carcajada de Aether sonando justo detrás.
Después de pasar las puertas y tomar un enorme suspiro, el viajero miró hacia las altitudes de los edificios de piedra medianos que están instalados sobre la pequeña ciudad rodeada de muros.
"He vuelto, por un poco de paz...ojalá alguien me hubiera dado la bienvenida cuando volví".
La razón por la que vino a Mondstadt, fue que después de su último encuentro con Dainsleif en Sumeru y el Rito de la Linterna en Liyue, Venti le invitó formalmente a asistir por primera vez al festival después de su aventura por cuatro naciones.
Aether acababa de cumplir su primer año en Teyvat, después de observar su primer Rito, decidió aceptar la oferta del bardo Barbatos y así tomarlo como escusa de regresar a Mondstadt.
– ¡Lo primero que haremos el día de hoy será... –.
- Si dices que vamos al Buen Cazador, voy a decirle a Sara que me preste la cocina para meterte dentro del horno. ¿Entiendes? -. Paimon se puso totalmente blanca de lo que ya era, cuando Aether interrumpió haciéndose más grande en una sombra amenazadora.
– ¡Paimon tiene hambre!, ¡no es mi culpa que nos hayas hecho caminar hasta aquí! –. Ella trató de berrinchear para provocarle lastima, fallando en el intento mientras tomaba su manga sintiendo indiferencia en la cara del rubio.
– Paimon, ¿sabes que tú solo levitas y cortamos medio camino porque usé el teletransporte del mapa? –.
– Si tenías el teletransporte, ¿por qué no fuiste capaz de teletransportarnos dentro de la ciudad de una vez, genio? –.
Aether soltó un silbido al rechinar los dientes, sus ganas de jalarle las mejillas a Paimon se desvanecieron cuando la ignoró y observó su entorno sintiendo el aire de la ciudad.
"Esperaba algo más llamativo para el Windblume, pero supongo que Mondstadt se parece más a un pueblo que una ciudad en sí y así tratan las festividades. No me molesta, mientras pueda encontrarme con mis amigos".
Durante unos minutos, estuvo saludando por la taberna cola de Gato, la taberna Gran Ángel, El Buen Cazador, la tienda de regalos de Margaret, a Glory, a los pequeños animales que adora darles de comer o pasar el tiempo en sus ratos libres.
El Caballero Honorario descubrió que tenía una debilidad en los perritos, después de la última vez que anduvo por Inazuma.
Su compañera se acercó con las cejas fruncidas, él ignoró su reacción.
- Que obediente eres ahora...buena Paimon -. Cuando estaba perdiendo la paciencia y alejó la mano de ellos, comenzó a pasar su mano por su cabeza, el cabello de Paimon era tan esponjoso como una nube y Aether pensó que podría deshacerse.
– Paimon no es una mascota, Aether... –. La compañera voladora se sonrojó inmediatamente mientras trataba de detenerlo, pero solo consiguió que el viajero siguiera.
– Oh lo siento, es que como dejaste de patalear pasaste de comida de emergencia, a mascota. Por eso te estoy felicitando –.
– Paimon no es comida de emergencia ni mascota, ¡Paimon es Paimon! –. La compañera flotante se quitó la mano del viajero muy avergonzada, dándole la espalda mientras trataba de esconderse.
Aether se reía de su vergüenza, acariciar a Paimon es una de las mejores cosas y estaba seguro que en el fondo no le desagradaba, solo que se avergüenza cuando es en público o de forma repentina.
"Me hubiera gustado ver a Thoma en Mondstadt, el próximo año debo invitarlo yo mismo y traerlo hasta aquí si es necesario. Estoy seguro que venir en una fecha especial lo haría más especial para él y podríamos encargamos de los animales que hay en la ciudad". Estar alimentando y mimando a los perros, trajo recuerdos de aquella vez cuando descubrió el origen del asistente de los hermanos Kamisato.
"Y ahora que me doy cuenta también...Paimon es la única con la he tenido cierto contacto físico, como abrazos o acariciarla, por supuesto solo hay una amistad entre nosotros y no tengo idea de que es. ¿Por qué no puedo tomarle la mano o acariciar la cabeza de una chica de verdad?, ¡¿soy un héroe para todos pero realmente estoy solo?!, ahora que Lumine no está se supone que es una oportunidad para conseguir la tan ansiada fase". Aether apretó las manos con mucha frustración, aprovechando que nadie miraba para descargar la molestia consigo mismo.
– Echaré de menos estar un poco más en Mondstadt, creo que resolví todos mis pendientes endeudados con la ciudad y les agradecí a todos la bienvenida que me dieron hace tiempo...tal vez sería perfecto si tuviera un momento a solas con–. Una voz recorría la ciudad con cierta nostalgia y sin arrepentimientos, disfrutando de sus vacaciones pagadas por sus acompañantes cercanos y hablaba consigo misma, en la recepción del Gremio.
- ¡! -. Soltó un pequeño gemido impactado, provocando que el famoso viajero se confundiera y levantara los ojos.
- ¿? -. Cuando intentó encontrar el origen de la misteriosa voz, solo pudo ver una silueta verde escabulléndose justo hacia la izquierda del Gremio.
"¿Eh?...¿es Collei o todavía estoy bajo los efectos de la somnolencia?, Paimon no se ha percatado de nada así que debo estar imaginando cosas". Aether se restregó los ojos, dándose un pequeño golpe en la cabeza para estar despierto.
Pero eso no podía distraerle de la parte más importante...¿qué querían hacer ahora?, mientras tuviera dinero y impidiera que Paimon se excediera, no había motivos para tomar encargos.
– ¡Necesito ver mi reputación! –.
– ¿Eh?, ¿para qué o qué? –.
Paimon siguió al viajero que llegó hasta el puesto afuera de la salida lateral en Mondstadt, encontrándose con el tablero de reputación de los caballeros de Favonius.
– Necesito hacer unos encargos a la gente, estoy tan cerca de conseguir nuevas alas... –.
– ¿En serio te emociona la idea de conseguir alas nuevas?, Paimon creía que habías dicho nada de aventuras o acción mientras estábamos aquí por el festival. Si quieres distraerte, podemos ir al puesto de música y los minijuegos, ¡vamos allá! -. Ella señaló justo hacia afuera dónde había gente practicando con la lira o el tambor sobre varias melodías.
– Lo que pasa es que las alas que me dió Amber ya están oxidadas y tuve que coserlas varias veces luego de haberse roto en momentos inoportunos de vuelo. No lo digo en alto o puede que aparezca frente a nosotros, simplemente quiero cambiarlas. ¡Además son alas azules!, con temática de Mondstadt y me llaman la atención; después jugaremos a los minijuegos, tal vez consigamos premios relacionados a comida y no tenga que gastar ni un solo mora –.
– Ok, ¡cumplamos las peticiones y encargos de la gente! –. Paimon cambió por completo de opinión al escuchar la oferta de Aether, quién sonreía complacido de como es capaz de controlar a su compañera en estas decisiones y motivarla.
– Primero vayamos con Jack el valiente, necesita tres filetes de barbacoa. Por suerte a ti te sobra en el inventario –.
– No le digas a nadie que estoy dándole a la gente los filetes de Amber o me acusarán de envenenamiento –.
Mientras Aether y Paimon compartían risas entre secretos, no se dieron cuenta que mientras subían las escaleras, se toparon de frente con alguien más.
El viajero cayó de trasero, luego de haberse distraído un segundo y chocar con esta persona.
– ¡Uff! –.
- ... -.
Aether miró al frente, antes de levantarse al suelo y por fin pudo descubrir quién se trataba la voz femenina tan tímida que sonó antes.
– Ah...parece que no estaba somnoliento después de todo –. Estaba sorprendido, pero no evitó que se escapara una pequeña sonrisa de alegría al verla.
– ¡¿A-Aether?!, ¡¿en serio eres tú?! –. Collei estaba algo sonrojada y sorprendida, sin poder conseguir moverse del suelo.
– Nah, soy el hermano gemelo de Aether. Si lo estás buscando, deja un mensaje después del tono...bip –.
– ¿Qué? –.
– ¡Hola Collei!, ¡ignora a este estúpido viajero!, solo está muy nostálgico porque regresó a Mondstadt y es su primer festival Windblume...no pudimos hablar mucho ya que él ha estado conmovido y tú conocías a nuestros amigos de la ciudad –.
– Siento mucho eso...pero ahora que estamos aquí y todo el asunto de la profecía se completó, quisiera pasar el día con ustedes –. Collei decidió aprovechar este momento, sonriendo algo enrojecida mientras convencía su idea a Paimon y Aether.
– ¡De hecho–.
– Lo siento, estaré ocupado...pero no me tomará nada de tiempo y puedes aprovechar para hacer algo que aún no hayas hecho en Mondstadt; saldré de la ciudad pero soy tan rápido que volveré cuando más lo necesites –. Aether se veía ciertamente apenado, pero tapó la respuesta de su compañera mientras le daba una explicación a Collei algo ambigua.
"Aether, ya hice todo lo que tenía que hacer aquí...solo me queda tomar un día contigo, es lo que más necesito ahora". Es lo que decía el rostro de la chica de ojos violeta, conteniendo toda la tristeza.
– No hay problema, siempre podemos vernos en cualquier momento si te necesito –.
Solo la pequeña Paimon notó la tristeza de Collei, pero no tenía la motivación de controlar el tiempo del viajero si se trataba de algo importante.
Una hora y media después sin perder tiempo, regresó al tablón a la recepcionista y después de completar el nivel 8 de reputación en Mondstadt, le regalaron unas alas azules.
– Ay dios mío, que bendición... –. Aether apreciaba con emoción en los ojos su nuevo equipamiento.
– Paimon nunca entenderá porque los aventureros se alegran por cosas tan mundanas –.
– Es el sentimiento de un hombre que conoce como la palma de su mano la ciudad, no lo entenderías Paimon –. El viajero se encontraba pasado de emociones y cursilerías con sus nuevas alas, sintiendo cosquillas en la nariz al sentirla y darle suaves besos como si de un hijo se tratara.
– Oye, ya que te divertiste mucho con eso...Paimon piensa que podrías invitar a Collei a los minijuegos y divertirnos los tres juntos –. Aether consideró la idea mientras se encargaba de guardar las alas en el inventario de la Relajatera y se dirigía al centro de la ciudad.
– Ahora que no tengo nada por hacer, es una buena opción –.
– ¡Aether, por aquí! –.
– ¡Viajero!, ¡tengo un encargo para tí! –.
Luego de pensarlo, dos gritos se escucharon en cada franco de sus oídos...pero el que lo obligó a girar la cabeza, fue la voz del chico del Gremio de Aventureros.
El otro grito venía de varias chicas, Noelle, Collei, Sacarosa, Eula y Amber se dirigían a él.
– Vamos, hay que ir rápido –. Collei no quería desperdiciar la oportunidad, a pesar de que estaba más atraído por la palabra "encargo" se apresuró para llegar a Aether y recordarle lo de antes.
Cuando alcanzó a tomar su brazo sacudiéndolo, el rubio mostraba una risa al cielo con la mano detrás de su cabello.
– ¿Solo son fotos para el álbum?, ¡no hay problema!, lo tengo. Haré con gusto el encargo mientras reciba la jugosa recompensa, es un poco narcisista que deba tomar una foto de varias partes de Mondstadt conmigo en ellas...si eso atrae la atención, de acuerdo –. Aether procedió a tomarle la mano, recibiendo un Daguerrotipo azul interesante para él.
Paimon quien se mantuvo en silencio, solo se sentía mal por Aether y también por las chicas que querían pasar un rato con él, mirándolo derrotadas. Ya que después de todo, solo lo habían visto cuando aceptó ayudar en la profecía del cuento y aún con su regreso, parecía estar pendiente de los encargos, premios o caserías que hubiera en Mondstadt.
Es como si le encantara estar todo el tiempo ocupado.
– Oh, Collei, chicas; no es un buen momento, intentaré ver si me sobra tiempo cuando regrese...estaré dando vueltas para las fotos del álbum y me dieron el honor de hacerlo yo –. El ánimo del Caballero Honorario era radicalmente opuesto al de las demás, que parecían tener una nube en la cabeza mientras bajaban el rostro calladas.
Collei quería decirle varias cosas, ¿de verdad está feliz todo el tiempo haciendo esto?, constantemente es la misma rutina cada segundo, minuto, hora, día, semana, mes...solo Aether parecía no darse cuenta o lo había aceptado, simplemente.
•
– ¡Viajero!, ¿cuántas fotos quedan? –. Una exhausta Paimon volaba sin energías a su lado.
– Solo queda tomar una foto de la entrada de la ciudad...pero quiero agregarle una más, una en el reino de los lobos –.
– ¡Ok!, ¡entonces te esperaré en la ciudad!, estoy demasiado cansada cómo para seguir flotando por todos lados y parece que no te importan en absoluto los demás –.
– ¿De qué hablas?, solo he tenido un día ocupado. Tengo muchísimo tiempo para hacer lo que se me plazca, no quiero seguir pensando en este momento en mi hermana –. Aether respondió cortésmente con algo de pereza y confusión.
– Aether...¡el festival termina en menos de una semana y apenas has tenido tiempo para hablar con todos nuestros amigos, solo porque buscas cualquier escusa para salir fuera de la ciudad y distraerte!, ¿dónde quedó tú amor por Mondstadt?, incluso Paimon cree que hacer lo mismo todo el tiempo te gastará la mente y me preocupa –. Aether se quedó perplejo con el sentimiento de Paimon en aquella respuesta, dejándole varias preguntas que le volaron la cabeza.
Sus ojos rodaron al suelo, dándole la espalda y tomando el Daguerrotipo entre las manos.
– Nos vemos en la ciudad, Paimon...si tardo en llegar tal vez me habré entretenido con otra cosa en el camino. Cuando yo estoy libre y buscando con quién pasar el rato, nadie está para mí...pero cuando yo hago mis cosas, parece que de repente todos se ponen de acuerdo para estar libres de tiempo –.
Ella desapareció en partículas con una última mirada de desesperación en sus ojos hacia él, Aether demostró que estaba cansado de estar incluído en la vida de los demás si nunca lo necesitaban para cosas realmente importantes y no simples encargos.
"¿Quiénes se creen?, ¿qué si hago esto para distraerme y no pensar en Lumine?, aunque eso último no es verdad...si encontrara algo de ella en cualquier lugar, no sería una pérdida de tiempo. Maldita sea, estoy seguro que a nadie le importa lo que haga, como si tuviera un accidente y resultara herido...estaría solo para aguantarme, siempre hemos sido nosotros dos nada más en ayudar a los Arcontes o descubriendo los planes de la Orden del Abismo".
Se puso de mal humor, culpando a Paimon y agradeciendo un momento a solas.
Colocó el aparato de pie en el costado, buscando el ángulo perfecto para que sea una foto representativa de toda la zona, al menos lo más importante.
"Esto será muy complicado, especialmente cuando tienes a alguna molestia haciéndose el invisible a tu espalda". Aether mentalmente se alertó, la presencia de alguien más trajo su espada a la mano para lanzar una poderosa ráfaga Anemo y haciendo volar los arbustos.
– Lo suponía... –. Frente a él, un pequeño acechador lo estaba cazando en silencio y cuando fue detectado, se lanzó a atacar.
No duró ni cinco segundos.
El cachorro aulló por última vez de dolor luego de que el viajero se desquitará con él.
Aparecieron más después del aullido y abrió los ojos cuando estos comenzaron a agruparse peligrosamente cerca.
Un grupo de acechadores acorralaron al viajero, sintiendo algo de miedo de que destruyeran el Daguerrotipo.
– Me distraje un segundo y ya estos bichos quieren despedazarme en manada eh...se nota que les he causado muchos problemas –.
Inmediatamente recordó la última vez cuando tuvo una pelea contra ellos, en Inazuma junto a Ei por los desperfectos del cerezo sagrado.
La idea de que hubiera un nuevo problema con las líneas ley fue el centro de sus pensamientos.
"Sea cuál sea este problema, no puedo dejar que causen algún incidente".
Y así fue, aprovechando que podía a utilizar varias habilidades a la vez, los acechadores no se convertían en un rival para él. Sin decir una sola palabra ni gastar saliva, el viajero se protegía con Geo mientras con Anemo, Electro y Dendro atacaba a los sabuesos resistentes.
Uno de ellos consiguió arañar su escudo Geo, envenenándolo ligeramente sin bajar la fuerza.
– Debí haberles dicho...¡qué son los monstruos más duros que he tenido que enfrentar y eso me molesta!, ¡ustedes son un fastidio! –. La espada de Aether atravesó al último cachorro acechador muy cansado de encontrarse con más de ellos.
Recogió las garras que soltaron al morir y pasó la mano por su frente sudada, jadeando ligeramente.
– Demonios...esas cosas siguen siendo una piedra en los zapatos cada vez que los encuentro. Tengo algo de suerte que no están en Liyue y Sumeru, porque sería imposible para mí seguir peleando todo el tiempo sabiendo que los encontraré en todos lados –. Aether tomó de nuevo el Daguerrotipo azul, el veneno del acechador lo debilitó ligeramente y chasqueó los dientes suplicando por mantenerse en alerta.
– Al menos estaré solo...por ahora, tengo que tomar rápidamente la foto en esta zona y después me iré, creo que esta es la única zona de Mondstadt que no me gusta...incluso prefiero Espinadragón –.
Su instinto le obligó a darse la vuelta cuando las hojas resonaban un minuto después, encontrando a un sabueso acechador volando para alcanzarlo y rompiendo su relativa paz.
"Bueno, tengo un problema".
Seguidamente vinieron unos gruñidos viniendo de ambos lados de los árboles, revelando más cachorros acompañados de sabuesos en grupo como si fuera una manada que fue interrumpida por su llegada.
"Perdón, tengo dos problemas". Aether no se veía lo suficientemente fuerte para hacer frente a tantos enemigos y el hecho de ver tantos de ellos lo hizo entrar en dudas, no quedó otra opción que correr hacia la salida de la zona mientras el veneno le comenzaba a surtir efecto en su resistencia.
Cuando creyó que la libertad se encontraba al salir del reino de los lobos, se llevó un golpe de realidad al ser interceptado por una oleada de sabuesos acechadores, ni siquiera eran los cachorros...
– Ok, ok, ok, lo admito...¡tengo muchos problemas! –.
Corría como si estuviera en peligro, pocas veces sentía tanta sed de sangre por parte de sus enemigos y esto se trataba de pura venganza.
– ¡Oigan si tenemos un trato, podemos empezar a entendernos a partir de ahora y ser amigos!; no volveré a matar o molestar a un acechador y ustedes no vuelven a pelear contra mí...¡¿no es justo para todos?! –. Los ladridos y gruñidos de los acechadores se volvían más cerca de sus oídos, el de ojos ámbar jamás dió la vuelta o estaría muerto en medio de la nada.
– ¡Al diablo, son insoportables y ojalá se pudran con toda la gente de Khaenria'nh! –.
Sorprendentemente, uno de los cachorros alcanzó a rasguñar su pierna en el momento que iba a llegar a una bajada que lo llevaría al Viñedo del Amanecer y alzó la voz.
– ¡NOOOO! –.
Aether soltó un gemido y rodó cuesta abajo con gritos de dolor, mirando al cielo completamente aterrado luego de la aparatosa caída.
Trató de levantarse rápidamente, pero cayó cuando se dió cuenta que su tobillo se dobló y perdió toda la energía con el veneno.
Trató de usar sus elementos, pero no tenía fuerzas y sus suspiros se volvieron más aterrados.
Lo único que le quedaba en ese momento es suplicar ridículamente de no ser despedazado, mientras estaba lejos de su arma y no tenía energía para usar sus elementos.
- ¡AHHHHHH!, ¡LO LAMENTO!, ¡NO QUISE DECIR QUE SON INSOPORTABLES!, ¡SON LOS PERRITOS MÁS LINDOS QUE HE VISTO EN MI VIDA!, ¡PERDÓNENME POR FAVOR! -. Se arrastró entre gritos de súplicas ante la que se le venía encima, sus lágrimas se descontrolaron al ver que el dolor que podría sentir sería incluso peor que un rayo de la Shogun y porque iban a matarlo.
Los cachorros se abalanzaron mordiéndole las extremidades mientras los sabuesos lo remataban con arañazos en toda la cara, no dejaron ni un solo espacio sin dañar hasta dejar en pocos segundos su cuerpo completamente irreconocible y un dolor peor que el infierno.
- ¡AAAAARRRRRGGHHHHH!, ¡AYUDA POR FAVOR, NO PUEDO MÁS!, ¡LUMINE...PAIMON...ALGUIEN! -. Se estaba ahogando entre su saliva y sangre mientras soltaba sus últimos gritos de auxilio, nunca consideró pedir ayuda después de todo este tiempo y cuando lo hizo...ya su vida estaba en manos de la muerte.
Los ojos se cerraron de golpe al no soportar como todo su cuerpo se ahogaba en dolor sin soportar las náuseas de su propia sangre, no sentía absolutamente nada, solo llamas devorándolo hasta el alma mientras se preguntaba porque tenía que pasar por esto cuando solo pasaba a tomar fotos para el álbum del festival de las flores del viento.
"Al menos...esto por fin acabó, ya nadie me va a molestar y este estúpido viaje terminó". Fue su único pensamiento antes de perder la conciencia y poner su alma en lo más profundo del suelo.
•
– ...¿?... –.
Cuando despertó, sintió un dolor inmenso no solo para abrir los ojos, si no para moverse o respirar...es como cualquier herida que haya sufrido antes pero aumentando la gravedad por mil.
Estar vivo le estaba causando un inmenso dolor que dejó escapar en gemidos adoloridos entrecortados. Sus últimos gritos le habían roto hasta las cuerdas vocales y esos monstruos tuvieron que haberlo descuartizado hasta los huesos.
Frente a él, se encontraba rodeado por varias personas en una habitación de la Catedral de Mondstadt. Fue entonces que poco a poco las cosas empezaron a ordenarse en su adolorida cabeza.
– Es un milagro de Barbatos...ha despertado –. La voz de la diaconisa temblaba pero un ligero alivio asomaba entre sus ojos brillando de lágrimas.
– Solo esperemos que la recuperación sea efectiva, si no vuelve a hacerlo otra vez. Eso sí quiere seguir viajando por Teyvat lastimándose constantemente –.
Aether no estaba para preguntar qué estaba tratando de decir el guardabosques de la Aldea Ghandarva.
Bárbara y Tighnari fueron los encargados en hacer los respectivos movimientos para traerlo de bajo tierra y tener que evitar un descuento por parte de la funeraria el Camino.
Ellos fueron los primeros que Aether pudo observar cuando sus ojos se enfocaron en las personas de la habitación.
– Uhh...¿chicos?, ¿qué pasó?, ¿cómo...sigo vivo? -. Aether sintió un dolor que le daban ganas de llorar, ya que apenas podían salir palabras de su garganta.
– Qué fue lo que no pasó...querrás decir –. Tighnari lo miraba con tristeza y también confundido, sin poder creer lo que miraba frente a sus ojos.
El resto que estaba rodeando su lugar de recuperación, se trataban de Albedo, una asustada Klee llorando en sus brazos, Razor, Tighnari, Bárbara, Cyno, Collei, Lisa, Jean, Diluc, Eula, Amber y Paimon.
Nadie fue capaz de responderle a su pregunta, rápidamente recurrió a recordar lo último que estaba haciendo antes de acabar con tanto dolor.
"Es verdad, estaba en el reino de los lobos tratando de tomar una foto para el álbum del festival...¿por qué estaba todo tan silencioso y de repente aparecieron tantos acechadores en grupo?, normalmente se encuentran en Inazuma y vienen de Khaenria'nh, ¿pero por qué habían tantos y tan hostiles contra mi?; eso explica porque me duele hasta el alma ahora". Aether fue poco a poco recordando ese instante donde pasó del silencio a estar rodeado de esas bestias, más grandes y viniendo en oleadas.
Recordaba su propio dolor y gritos cuando lograron acorralarlo hasta casi despedazarlo en pedazos.
– ¿Cómo llegué aquí? –. Instintivamente se dirigió al chico de cabello gris y cicatrices en el rostro.
– Yo te encontré...había mucho ruido fuerte en bosque y solo...sangre –.
Debió haber sido una imagen realmente horrible para el pobre Razor, que ya a duras penas puede comunicarse, la escena lo dejó traumatizado sin poder expresarse. Él no pudo seguir ya que se había puesto tembloroso, además Lisa lo relajaba con un masaje en el hombro y acariciaba su cabeza a la vez, para que estuviera tranquilo.
– Encontramos a Razor cargándote hacia la ciudad totalmente agitado y escapando de sabuesos acechadores, cuando se acercó estaba totalmente manchado de sangre pero nos dimos cuenta que eras tú quien te estabas desangrando, perdiste muchísima sangre. Si él hubiera tardado un poco más... –. Amber se detuvo, apretando los dientes mientras el flequillo de su cabello ocultaba su expresión, Eula la miró pero solo tragó saliva con un suspiro irregular.
Aether volvió a mirar al chico, tenía la ropa algo sucia, la sangre ya se había secado pero cuando se dió cuenta, estaba casi bañado por completo hasta los brazos.
Un nudo empezó a acumularse por dentro, fue algo tan impactante que le aceleró los latidos y podía escucharlos ante el silencio que tenía la habitación, ¿a cuánto estuvo de haber muerto realmente?
– Cuando llegaste aquí, estabas en las últimas y tú cuerpo era irreconocible. Si no fuera porque justamente volvía con Mika y la Diaconisa dejó toda su energía para mantenerte con vida, no habrías abierto los ojos...Aether –. Tighnari respondió a la pregunta que se formó en sus ojos.
– ... –. Aether solo miraba con ojos saltones a las personas que lo rodeaban, la mayoría no había dicho nada y se palpaba una mezcla de angustia, ansiedad y tensión.
– Realmente no sé que decir, chicos...yo, estoy en shock –. El viajero no estaba mintiendo, los miraba a todos atónitos y solo sentía vergüenza de que se tomarán el tiempo de tener que curarlo, no quería ser un problema para nadie y la atención se habrá disparado cuando apareció de tal forma por la ciudad.
– Nosotros también lo estamos, la ciudad entera igualmente, eh –. Eula contestó casi instantáneamente, de forma hostil mientras intentó tranquilizar a Amber. Esto solo dejó mudo a Aether, no había pizca de preocupación en ella.
– Caballero honorario, las cosas tendrán que cambiar mucho a partir de ahora. Esto que pasó, ha conmocionado a toda Mondstadt, la noticia llegará a las naciones dónde usted ha estado y no creo que vayan a mirar a otro lado cuando se enteren; no solo eso, si tardas en dar señales de vida, rumores de tu muerte aparecerán por todas partes...si es que ya no están circulando –. Jean insinuaba indirectamente a los Fatui, mientras parecía decepcionada y a la vez culpable de verlo en este estado.
– Maestra Jean, le prometo que cuando pueda, aclararé el asunto...perdón –.
– Un perdón no será suficiente conmigo, ni con todos los que te conocemos –. Diluc lo miraba con una expresión más rígida, Aether se ganó la mirada desconcertante de todos con su "disculpa", especialmente las chicas.
Aether estaba sintiendo que las cosas ya están exageradas a este punto.
Si, casi muere, pero no piensa dejar que vuelva a ocurrir para no causarle molestias a nadie. La próxima vez estará más atento y comedido, tratando de curarse el mismo.
– No solo fuiste gravemente herido por los lobos, si no que cuando tuvimos que quitarte la ropa para comprobar las partes afectadas de tu cuerpo, descubrimos vendas...muchas vendas que estaban cubriendo otras heridas o cicatrices bastante peores que tenías anteriormente, estabas lleno de heridas por todas partes, viajero –. Tighnari cambió a un tono realmente enojado, estupefacto y preocupado como el resto luego de haberlo revisado por si mismo.
Todos estaban esperando una explicación, Aether sudaba de los nervios y el silencio solo estaba empeorando el estado de los demás.
– ¿Qué esperaban?, pelear con Stormterror, dos monstruos marinos en Liyue, tres heraldos Fatui y especialmente uno de ellos jugando a ser Dios, enfrentar dos veces a la mismísima Arconte Electro, sin contar todos los monstruos que hay en Teyvat y que he enfrentado ya sea por encargos, misiones, defensa propia...¿por qué están sorprendidos de repente que yo esté así? –. Él respondió estresado y a la defensiva de cómo no dejaban de mirarle incriminatoriamente.
– ¡PORQUE NUNCA FUISTE CAPAZ DE DECIRNOS ESTO!, ¡SIEMPRE PARECE QUE PREFIERES ESTAR CON HERIDAS Y CUBIERTO DE VENDAS SIN PENSAR EN TÍ!, en lo mucho que te queremos... preferiste ocultarnos todo como si no fuéramos nada para tí... –. Collei interrumpió con mucha ira sobre Aether, el brillo en sus ojos se aguó cuando las lágrimas la invadieron después del estallido de rabia, salió de la habitación llorando.
Aether sintió el estómago ácido por las palabras de Collei, pasando a mirar detenidamente el rostro de cada uno. Estaban muy molestos, pero la molestia es precisamente porque esto resultó nuevo, un secreto que al viajero pensó que no sería importante para el resto.
Que equivocado estaba ahora.
– Ni siquiera estoy de humor para hacer un chiste. ¿Acaso nuestra amistad no es nada para tí?, ¿es solo un mal chiste, viajero? –. Cyno parecía querer sacar su lanza en cualquier momento, actuando como generalmente lo hace con cualquier criminal en la Academia.
– ¡Por supuesto que sí tiene valor!, pero...nunca quise molestarlos, todos tienen cosas que hacer y no pensé que realmente estaban preocupados por mí. Es decir, no estoy totalmente integrado a Teyvat después de todo...¿no? –.
– ¡Me vengaré de tí por no considerar a Mondstadt como tú familia cuando ellos lo hacen!, no sabes lo mucho que sufren por ti. Eres como...un dios mortal entre la gente, ¡todos te valoran tanto pero eres tú el único que no colabora para que sea mucho mejor! –. Eula volvió a alzar la voz, sonrojándose ante el enfado progresivo que estuvo aguantando para no pasarse con él.
– Dime, cariño...¿acaso piensas que nos olvidaríamos de ti y que solo nos acordamos cuando queremos pedirte ayuda en algo?, ¿piensas que la gente solo se acuerda de ti solo para pedirles encargos?; si tan solo te conectaras más con tu entorno, sabrías que todos quieren ser parte de tu viaje de alguna manera, incluso si no podemos acompañarte directamente -. Las palabras de Lisa abrieron algo que Aether nunca dejaba ver en la oscura niebla de sus pensamientos, al estar tan metido en la búsqueda de su hermana por cada nación.
– ... –.
- Caballero honorario, has hecho tanto por cuatro naciones y todavía sigues tratando de actuar por ti solo. Por favor, deja que nosotros también te ayudemos y estemos contigo, lo siento por no haber prestado atención a esto antes y dejarte con tanto trabajo sobre tus hombros, pero tampoco mostraste voluntad de pedir apoyo. Estoy seguro que Barbatos también lo querría así, incluso si en algún momento necesitas parar la búsqueda, nos tendrás a nosotros para que puedas tener un gran y merecido descanso –.
Es gracioso que sea Jean quién le pida descanso, pero tiene razón, él ha hecho lo mismo que varias personas que conoce en Teyvat.
– ¡Paimon se lo dijo!, hice todo lo que pude hasta Sumeru, pero él sigue tratando de ver qué todo está bien. ¡¿acaso no consideraste la opción de Paimon de estar con más personas?!, ¿no confías en Paimon y prefieres estropearte con cualquier encargo? –. Su compañera estuvo flotando frente a él con un rostro callado pero desencanjado.
– ¡¿Paimon de que demonios hablas?!, ¡confío ciegamente en ti!, no me culpes de esto tú también; fuí el que te dijo que me dejaras y al final pasó esto, es mi responsabilidad... –.
Paimon estuvo todo el rato mirándolo como si se tratara de una madre furiosa regañando al hijo, cruzada de brazos queriendo golpearlo.
– Tienes razón, pero esto no es toda tu culpa. Esto ya ha ido demasiado lejos y la bomba explotó, por suerte no te mató, pero pudo hacerlo en el caso de que Razor no hubiera seguido el aroma de tu sangre y los gritos de dolor desgarrador para traerte a tiempo. Si quieres nuestro perdón, acuérdate de nosotros y no te presiones para viajar solo, ni para pensar que eres la única persona amable del mundo, ni para arriesgar tu salud –. Albedo como siempre, hablaba reservado y alentado a Aether a concienciar sobre su alrededor.
– Trata de considerarnos a todos nosotros, Aether no estás solo por favor. ¿Has estado en cuatro naciones pero ni siquiera consideraste un poco de compañía y ayuda más a menudo?, ¡se supone que los aventureros normalmente tienen un equipo! –.
– Lo sé, lo sé, lo sé, tienes razón Tighnari. Trataré de no ocultarle nada de esto a ustedes, gracias por salvar mi vida y no abandonarme a pesar de todo lo que he hecho –.
– Repito que no has hecho nada malo, pero si has sido muy imprudente incluso con la pelea contra el falso Dios, no puedo creer que la Reina Menor Kusanali nos ocultara tu estado... –.
Bárbara fue la única que se quedó en la habitación, todos se despidieron de Aether y le avisaron que vendrían a visitarlo hasta su recuperación.
Ya sabía que tenía mucho que cambiar a partir de este instante, el tiempo corrió sin darse cuenta cuando reflexionaba sobre toda su vida en Teyvat hasta el momento mirando el techo de la habitación.
– Oye, Bárbara...¿cuánto tiempo tomará hasta que pueda volver a ponerme de pie? –.
– Caballero Honorario, tu proceso de recuperación va a ser complicado y lento. En unos días podrás volver a estar de pie; pero nada de luchas ni actividades de alto riesgo, tu cuerpo necesita tiempo para perder las cicatrices que te dejaron los acechadores y las que tenías anteriormente. Pudimos recomponerte pero pasará tiempo hasta que desaparezca toda herida en tu cuerpo, considera lo que te dijeron los demás porque puede ser el mejor remedio, me tendrás a mí y a Paimon para hacerte compañía en estos días, no estés triste -. Barbara acarició con ternura el hombro del chico perdido en la mirada.
– No, no estoy triste...estoy sorprendido de no haberme dado cuenta de esto, "Tevyat realmente puede llegar a sorprenderme incluso a día de hoy. ¿Qué habrá visto mi hermana o la Orden Celestial para querer cambiar este mundo?" -. Aether susurró en silencio sus últimas dudas, acomodándose sobre la almohada mientras se preparaba para cumplir la promesa con todos sus amigos cuando pueda.
"Me preocupa que las demás naciones también estén igual de angustiados con mi estado. Cuando pueda, tengo que salir a decirles a todos que estoy bien...gracias Jean, por dejarme aclarar todo con la gente; tal vez si les cuento lo que siento, me daré cuenta que ellos realmente me ven como uno más y no un chico de los mandados".
Sip, esto simplemente quiero que sea un Aether harem de varias chicas, con humor y también algo de drama. No es nada del otro mundo, quiero divertirme dándole algo al viajero y hacerle justicia.
