Nota: Esta historia es la secuela directa de Night's Games. Es recomendable leer Night's Games antes de esta historia.
Nada de Katekyo Hitman Reborn o Harry Potter me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.
Future's Games
Capítulo 1
- Bien, ¡soy libre! - Esa fue su reacción cuando la bazuca rosa le cayó encima a Reborn-nii-chan. ¿Qué?, lo había despertado 10 minutos después de que se acostó a dormir para que le diera 256 vueltas a la ciudad en menos de una hora. - Oh, okey. - Tomó la bazuka y la lanzó al patio de la casa. Ya alguien la recogería.
Y ya Reborn-nii-chan volvería. Solo esperaba que al menos fuera en una hora o dos, quería dormir. ¿Acaso era mucho pedir?, era un vampiro, no un zombie que no necesitaba dormir, ¿por qué no se podían aprender eso?
- Buenos días, ¿no deberías estar en clases Tsu-chan? - No, no iba a ir, muchas gracias. - ¿Desayuno? - ¿Había? - Eso es un sí, dame un minuto. - Su objetivo de robarle la cama a Takeshi se pospuso por una muy buena razón.
Y esa razón era waffles con miel y fresas. Quizás no llenaría la gran cosa, pero el sabor, el sabor hacía que valiera completamente la pena. Ser humano no debía ser tan malo si podían comer estás cosas cada vez que quisieran y estar satisfechos con sólo eso. Pero bueno, detalles, él alguna vez fue humano y eso no le funcionó muy bien que digamos.
- ¡Gracias! - Y ahora a robarse esa cama. Tenía su nombre escrito y todo a estás alturas.
Inadvertidamente para él, un padre suspiró y negó con la cabeza, más divertido que otra cosa a este punto de su vida ante lo sobrenatural qué visitaba su casa al menos una vez al día. Al menos solo era él y no otra cosa, con un vampiro tenía.
En otro lugar…
- Ma ma, de seguro está durmiendo en algún lado, o salió a comer… - No era necesario interrogar a todo el que pasara cerca y amenazarlo con hacerle tragar fuegos artificiales, Gokudera.
- ¡¿Quién diantres te pregunto?! - Okey, ya entendí, ya entendí…
- Si Tsu-chan ve este desastre no va a estar feliz contigo. - Hey, él pidió las armas pesadas. Y no es como si estuviera mintiendo, Tsu-chan de verdad no estaría feliz y querría ahorcarlo.
Si bien todo esto había iniciado porque Tsu-chan no estaba por todo esto, agradecía que no estuviera presente para ver esto. De por sí, en cualquier momento aparecería… uh, mejor se iba retirando, rápidamente.
- Tsk, ¡podría haber sido secuestrado por los aliens!, ¡o perdido! - Eh, Tsu-chan no necesita tu protección para ninguno de esos casos.
- Okey, tienes razón, iré a ver al otro lado de la escuela, ¡adios! - Porque no se iba a quedar para el desmembramiento que le iban a dar a Gokudera por andar volando cosas y, en general, irrumpiendo la paz escolar que había. El ejecutor ya venía en camino, con un ánimo de los mil demonios, y a máxima velocidad como era.
Podía oír la cancioncita por parte de los pajaritos. Si oía eso, la Lloro-digo, el demonio de la escuela estaba más cerca de lo que se pudiera pensar. Y no, no gracias, no iba a recibir una golpiza por algo que intentó evitar.
- Tsu-chan es amigo de un grupo de aliens como es… - Murmuró para sí, preguntándose cómo estaría esa gente y cómo iban sus investigaciones. Si Gokudera supiera la verdad, de seguro entraría en shock y luego pasaría un par de semanas ahí solo existiendo, sin procesar las cosas.
Y luego entraría en modo fangirl.
- Me preguntó qué habrá hecho papá de almuerzo… - No iba a regresar, podía pedir los apuntes de física mañana.
Cuando llegó a su casa se encontró con que le habían robado la cama otra vez y había fideos de almuerzo. Nada nuevo con lo primero, Tsu-chan a veces hacía eso para que no lo molestarán. Así estaría de cansado esta vez que llegó directamente a eso, según Pa. No iba a estar feliz cuando le dijera que tenían exámen la semana que viene de Inglés. Pobre, ya le iba medio fatal en japonés como era, meterle otro lenguaje era echar más leña al fuego, ¿pero cómo se hace?, Tsu-chan quiso meterse en su misma clase y no era como si pudieran ir y explicar que había hipnotizado gente para que lo pusieran en dónde estaba y que por favor lo pusieran a un nivel más acorde.
Y no estaba mencionado al bebé que se creía instructor y vivía haciendo maldades. Debieron llamarlo Daniel el travieso. Y hablando de él, que raro que no hubiera aparecido a estas alturas.
- ¿Dormiste bien? - ¿Uh?, ¿ya despertó?
- Buenos días. - Con un bostezo y todo, y hambre. Miro el reloj, eran casi las tres de la tarde.
- Aquí tienes pequeño glotón. - Si, Tsu-chan no necesitaba decir nada, esa carita hacía muy bien su trabajo por sí sola. - ¿Tiene tarea? - ¿Ah?, pues…
- No, no realmente. - Pero desgraciadamente: - Tenemos examen la semana que viene de inglés. Y posiblemente Hibari este de unos ánimos… - No culminó porque no quería decir que cierto chico de pelo plateado había entrado en crisis porque su Juudaime no estaba.
Qué no apareciera, porque se haría un día muy largo y Tsu-chan no lo iba a soportar cuando apenas se levantaba.
- ¿Sigue vivo? - ¿Sigue vivo quien?, ¿Gokudera?
- Supongo, Hibari lo debió de haber dejado respirando, pero probablemente no en una pieza. - Y ojalá alguien se apiadara y lo llevará al hospital.
- Me refiero al que creó los exámenes. - Rectificó Tsu-chan, sin una pizca de curiosidad por la pobre víctima del prefecto demonio. Auch, pobre Gokudera.
- Creo que no, ¿por qué? - Qué no le dijera que quería matarlo, porque se unía.
- ¿Por qué crees?, son uno de los peores inventos de la historia. - Ah, si, para matarlo.
- Ssshhh ustedes dos, solo estudien y les irá bien. - Tsu-chan aprobaría con magia, no valía la pena discutir mucho con él en ese aspecto. Iba allí más o menos no sabía cómo. Bueno, no, si sabía.
Con la ayuda de todos.
- ¿Vuelves en la noche? - El vampiro asintió y procedió a salir de la casa luego de haber dejado el plato impecable. - Allí va. ¿Crees que quiera sushi otra vez?, ¿o cereal?
- ¿Crees que vuelva con más videojuegos o con-¡Puff!
Padre e hijo se miraron antes de salir apresuradamente por la puerta a ver que diantres había pasado. Lo único que consiguieron fue humo rosa y una bazuka en frente de la puerta, y nadie por todo el lugar.
- Ésto no es bueno, ¿verdad? - No sabía porque le preguntaba a su padre, tomando la bazuka de Lambo que no sabía cómo llegó allí.
- No, obviamente no. - Se volvieron a mirar entre ellos, sin saber qué decir.
No había mucho que pudieran hacer, excepto esperar. Eso, de por si, era desquiciante porque no sabían nada. No habría ningún problema si al menos el Tsu-chan del futuro se hubiera tomado unos segundos en saludar.
En otro lugar, era y espacio:
- Qué diablos. - Se quejó, se quejó, ¿por qué ratos todo estaba tan oscuro?, tenía vista nocturna así que no debería ser un problema a menos que-
Hizo una doble toma, y centró su vista en el papel blanco que tenía justo en frente, no sabía como no lo vio inmediatamente. Entrecerró los ojos, solo para asegurarse que estaba leyendo bien:
"Hola, espero que no te moleste, pero quiero vacaciones.
Atentamente… ."
La figura de un gato riéndose no muy disimuladamente estaba justo debajo, en lugar de un nombre. Tuvo que leer como tres veces la nota para entender y cuando lo hizo:
- ¡Desgraciado infeliz el que necesita vacaciones soy YO! - Había sido muy listo en no dejarle nombre porque si no… bueno, no pasaba nada, solo tardaría un poco más en dar con el graciosito…
Hizo una doble toma al ver la luz. Se vió rodeado de muchas flores blancas, lo cuál explicaba porque era tan cómodo el sitio y el buen olor que había, pero todo lo lindo se iba al ver que estaba en un desgraciado ataúd.
Odiaba dormir en ataúdes, eran muy pequeños e incómodos, por no hablar de que no veía ni sus dedos y tenía visión nocturna. Y a este infeliz se le ocurrió la maravillosa e increíble idea de-crack.
- Tsu-chan… - Respiró quién sea el infeliz que estaba entre los arboles, vestido de negro y con un ramo de flores.
- Dime que no son para mi. - No quería ninguna confesión ni nada, por favor y gracias.
- Lo son. - Volvió a respirar el hombre, acercándose inciertamente, y maldigo en su mente ante tal respuesta y audacia. - Es tradicional para los muertos, Tsu-chan. - ¿Ah?
¿Muertos?, pero no había ningún… ah, cierto, despertó en un desgraciado ataúd.
- Si sabes que los vampiros no dejan cuerpos al morir, ¿verdad? - Se le hacía familiar este tipo, muy familiar…
- ¿No? - Qué no le dijera que no sabía…
- ¿Nos hacemos polvo? - Por si las dudas: - ¿Cenizas?, ¿nos desintegramos…? - Señaló el ataúd, donde estaba en sí, con dudas. - ¿A menos que esto sea simbólico…? - Porque para dormir no, simplemente no.
El tipo se le quedó mirando, miro el ataúd, miró el ramo de flores, miro el ataúd, lo volvió a mirar a él…
- Eres cruel, jefe. - ¿Quién rayos te invitó a acercarte? - No me reconoces, ¿verdad?
- ¿Debería? - Lo que iba a pasar es que iba a perder un brazo si de verdad pretendía tocarlo.
- Gokudera Hayato, estás en el futuro, Tsu-chan. - ¿Otra vez?, pero la última vez no…
- ¿Hayato? - Pero… pero… - No pareces…
- Las cosas cambias, Tsu-chan. ¿Puedo preguntarte qué te trajo aquí?, ah, cierto, ten, son caramelos. - Oh, okey, suponía que los caramelos no estaban demás…
En lugar de responder verbalmente, solo le tendió el papel que lo saludó dentro del ataúd, mordiendo uno de los caramelos. Oh, eran una delicia, sabían a fresas.
- ¿Qué es esto…? - La confusión pasó a shock y finalmente quedó en "debí de haberlo visto venir" porque se golpeó la frente con una mano. - Por supuesto, por supuesto…
En otra lugar, era y espacio:
- Esto si es vida. - Comentó alguien bebiendo un cóctel, bajo una palmera y usando lentes de sol. - No, no, así estoy bien, gracias 231. - El alien se encogió de hombros y siguió su camino a los demás clientes.
Debió de haber venido a Hawai mucho antes. Y con todas estás pelotitas que estaba consiguiendo que cambiaban al tocar el agua, más aún.
Aburrido no iba a estar, eso era seguro.
Extra
- ¡Yooossshhh!, ¡más rápido Nami! - Tal y como espero a eso le siguió tremendo golpe seguido de:
- ¡NO CONTROLO EL CLIMA CABEZA HUECA! - No había brisa alguna.
- ¡NO MOLESTES A NAMI-SWAM! - Y allí iba el otro chichón de a gratis.
Suspiró profundamente y se preguntó cuánto tiempo llevaba en esto.
Cuando decidió explorar el triángulo de las Bermudas porque uno de sus conocidos desapareció por la zona, jamás pensó terminar en la gran línea. Y no, por más que Sanji jurara que el All Blue era donde estaban todos los peces y era algún lugar de la travesía…
Estaba bastante seguro que el All Blue no se refería a peces.
- ¿Un berry por tus pensamientos? - Preguntó su oponente de ajedrez.
- Nada que entenderías. - No sin romper muchas reglas y tirar la lógica por la borda. Completamente.
- Hay tiempo y soy todo oídos, Sebastián.
