Nada de Katekyo Hitman Reborn o Harry Potter me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Future's Games

Capítulo 3

Si había alguna señal de que Tsu-chan se había levantado del lado equivocado de la cama, de que toda la información que estaba oyendo no era agradable a sus oídos, no se pensaría en el extraño silencio que estaba ofreciendo. De hecho, era tan extraño que llegó un punto en donde solo quedó un silencio incómodo.

- ¿Alguna pregunta…? - Reborn, sabiamente, solo se enfoco en su café. Si ellos querían morir haciendo preguntas estúpidas, bueno… su estudiante necesitaba comer, tarde o temprano.

Una cola se movió, golpeando el piso, como única señal de que había algo que nadie quería oír o ver de parte del pequeño vampiro. Eso, y los ojos que no dejaban de mirar a los informantes cual gato miraba un canario, en completo silencio.

- Pudo haber sido mucho peor. - Susurro alguien tan pronto el vampiro salió de la habitación.

El vampiro no dijo nada, solo dio media vuelta y salió tranquilamente fuera de la habitación. Tan pronto Takeshi lo despertó en la mañana, sabía que nada iría bien. Por mas que le gustara los dulces y por mas que le aceptara un "desayuno", Tsu-chan mil veces preferiría ir a cazar su propia comida en lugar de "recibirla". Ya solo con eso había iniciado mal el día, pero no había mucho que se pudiera hacer, desgraciadamente. El colmo de los colmos para Tsu-chan debía ser que lo trajeran aquí para decirle lo que ya se temía junto con todos los detalles que no quería oír.

En realidad, era sorprendente para Takeshi que lo hubiera tomado todo tan tranquilo. No estaba feliz, por supuesto que no estaba feliz, pero lo había tomado como un campeón y en lugar de…

Oh Dios.

- ¿Puedo suponer que hay conejillos de india en alguna parte…? - No, pero buen intento Hayato.

Tsu-chan solo intentó la sangre animal un par de veces a insistencia de ellos. Por emergencias, realmente. No le gustaba, no le agradaba, y de paso no era la mejor para su salud. Pero en emergencias estaba seguro que Tsu-chan lo haría. ¿Este Tsu-chan en particular?, probablemente no en este momento, y probablemente tuvieran que pedirle entre varios.

- Todos estamos aquí. - Si, por supuesto que todos estaban aquí.

Menos mal que no había alcohol. Tomaría un trago solo para tomar esto con una sonrisa y decir que nada pasaba. Si iba a ver a Tsu-chan, estaría como si nada, solo sucio, y regañarlo por algo que ambos sabían que había hecho más no había pruebas… Si, lastima que no había alcohol.

- Amigos mios. - Ante tal anuncio, ante su tono de voz dulce, todos se callaron. Bien. - Queridos amigos, no se si no se dieron cuenta, pero me temo que mi jefe está sumamente furioso. - Y viendo solo el inicio de su obra de arte

Alguien había querido y seguramente quería sacarles los ojos y tal vez el corazón por la garganta. Y no necesariamente en ese orden, para variar.

La expresión creativa era más algo abstracto y al azar que algo previamente planeado y cuidadosamente ejecutado como debería. No quería examinar muy de cerca la sangre, no quería acercarse demasiado a los charcos que se estaban formando, no quería mirar arriba y ver de donde estaba "lloviendo", y lo último que quería hacer…

Si hacía alguna de esas cosas, iba a ver hundidos, fragmentos de garras, dientes, y concreto de alta calidad que no debería de poder ser destruido por garras o dientes. Si veía eso, iba a molestarse. Iba a molestarse porque Tsu-chan había estallado de forma autodestructiva. Si se molestaba, no sabía a quién iba a querer degollar. Desgraciadamente, todo esto era por el bien de su jefe, y solo podía agradecer que su amigo al menos aceptaba esa parte, así estuviera molesto hasta más no poder por verse bajo arresto domiciliario. Esperaba que solo fuera por el arresto domiciliario.

- Voy a salir. - Ante tal anunció dos o tres personas entraron en pánico. Las demás… bueno, sobrevivirían. - Solo asegúrense de no molestarlo. - Debía de ser más que obvio, pero por si las dudas era mejor decirlo, ¿no?

- ¡Pero Yamamoto…! - Si, podía ver perfectamente la sangre por las paredes y ver hasta las gotas caer de dicha sustancia, no estaba ciego, no hacía falta que se lo señalarán.

- Ma ma, estarán bien. - Si no hacían molestar más a Tsu-chan, claro está.

En estos momentos su amigo no quería verlos, no quería saber nada de ellos, y no podía culparlo por eso. Mientras no saliera del lugar, podía meterse en donde quisiera a desahogarse, no había nada más que pudieran hacer. Mucho era pedir que no lo aceptará de buenas a primeras. De verdad, era mucho pedir.

Y se los concedió.

¿El enojo no escondido?, tomando en cuenta que no chillo en ningún momento… estaba asombrado. Aun así no podía fiarse, su amigo se volvería loco aquí encerrado, por su bien o no. Para alguien que podía moverse tan rápido y estaba acostumbrado a ir a donde quisiera, esto era una jaula muy, muy pequeña. Las comodidades y la atención no servirán de mucho, desgraciadamente.

¿Cómo fue que terminaron estos dos aquí?, ¿que le había pasado a la bazuca de los 10 años?, no era para que estuvieran aún aquí. Por más que le alegrará ver a su amigo, vivo, esta época era muy peligrosa para él. Era peligroso para todos ellos tal cual estaban las cosas.

Trataría de hacerle la estadía lo más grata posible, y la más segura. Llegaban a tocarle un pelo a su mejor amigo y no prometía nada. Nada. Seria-

- Mas te vale no estar diciendo que lo dejemos solo, y no nos preocupemos por esto y en donde se metió. - Atacó cierto chico con mucho más valor de lo que hubiera esperado.

La primera vez que presenciaron uno de estos estallidos nadie lo tomó bien, nadie fue muy valiente, y nadie se atrevió a acercarse mucho a la fuente en cuestión hasta que dicha fuente se calmó lo suficiente como para acortar distancia el mismo.

Claro que… claro que había que agregarle muchos cuerpos de por medio, y las malas contestas de alguien se disculpó muchas horas después, a pesar de que la mitad de todo eso era cierto.

En esta ocasión no hubo cuerpos.

- Creeme, lo último que quiere es vernos en este momento. - Mucho aguanto. Mucho. - Si quieres buscarlo, asegúrate de no acercarte mucho si él no lo desea. - Habría otro estallido. O quizás un cuerpo que Tsu-chan no tomaría bien haber provocado. - Ya ne. - Tenía ciertas cosas que conseguir para cierto vampiro a ver si lograba que las cosas fueran más agradables para él, así fuera solo un poco.

Si esto iba para largo, cualquier fuente de confort sería sumamente apreciado. No evitará que hubieran peleas, molestias y las ganas de querer salir, pero…

- Tsk… - No le iba a hacer caso ese tonto, ¿eh?

Oh bueno, él se lo advirtió. No podía hacer nada más sin empeorar las cosas, por desgracia.

Un chico de pelo plateado tiro las advertencias al viento. Como si Juudaime fuera a hacerle algo, a ellos nunca, por eso es que se fue. Era frustrante, debía de serlo aún más para quien estaba acostumbrado a ir a donde quisiera y en general no obedecer reglas. Y dado que Juudaime era poderoso, bien podría no haber estado en verdadero peligro como tal. No sabía cómo procesarlo, como tomarlo…

Y sea lo que sea, sea quien sea, que hubiera asesinado a Juudaime de esta época…

- Tsk, uma o no… - Lo iba a hacer estallar.

- Deberías hacerle caso a Yamamoto. - Intercedió una voz que hubiera preferido no oír. - Conoce más a Tsuna que nosotros. - ¿Ah sí?

- Sin ánimo de ofender, Reborn-san… - Podía ver perfectamente los surcos, los trozos de uñas incluso, a pesar de toda la sangre que luchaba por ocultarlo. Era sangre fresca, y estos surcos eran profundos. - Quienes conocemos mejor que nadie a nuestro Juudaime somos nosotros. - No se iba a dejar llevar por quien creía saber si su consejo era dejar a Juudaime solo. - Él conoce a su jefe, yo conozco al mio. - Y, para bien o para mal: - Mi jefe podra ser un vampiro, pero mentalmente tiene la edad mia, no tiene 24 como el de ese idiota. - No debería decirlo, pero: - Un adulto tomaría mucho mejor todo esto que un adolescente que está acostumbrado a estar arriba de la cadena alimenticia. - No lo iba a aceptar, no de buenas a primeras.

- Quizás. - Concedió el Arcobaleno del Sol, dando a entender que no estaba del todo de acuerdo. - Pero ellos han tenido 10 años con él, nosotros no tenemos uno. - ¿Hmmm?

- Juudaime es peligroso. - Cedió, porque eso era verdad. - Nunca nos tocaría. - Señaló las paredes, la sangre, las marcas. - Si quiere que me largue, bien, no discutiré. - Pero si no…

Era mejor tener una compañía silenciosa que estar solo, en su humilde opinión.

- Si se me permite opinar, Tsu-chan prefiere la soledad cuando no está de buen humor… - ¿Y a ti quien te pregunto papanatas?

- Seré juez de eso. - Que imagen pintaba de su jefe, que horrible imagen.

- Tsuna no se lo perdonaría si te hace un cadáver. - Se detuvo ante esto. Asintió y continuó. En eso Reborn tenía razón, quisiera aceptarlo o no.

Eso no quería decir que fuera una buena idea dejar a Juudaime solo cuando su estallido no fue solo un estallido, sino que era uno autodestructivo. Por todo lo que sabían podría haberse ido del lugar, podría haber hecho caso omiso a las advertencias, podría estar haciendo algo que no sabía que no debía, podría estar hasta perdido…

- ¿Es una buena idea…? - Pues, sí era honesto…

- No. - No estaba de acuerdo con ninguno de los ángulos, pero si tenía que elegir uno… - Pero no puedes detenerlo. - No le iba a pasar nada grave, al menos. Gokudera era listo, y dado que aseguró que dejaría a su estudiante en paz si así lo quería…

Yamamoto conocía mucho más a Tsuna. Si el decía que lo mejor era dejar al vampiro solo por un rato, entonces hacerle caso seria lo mas sensato. Dejar solo a un chico, vampiro o no, cuando obviamente andaba en un mal lugar mentalmente no le sentaba bien. Desgraciadamente, podía ver el porque Yamamoto había sugerido dejarlo en paz y el porque, deliberadamente, no miro las paredes ni ningún lugar a profundidad.

El hombre había salido con prisa, y sin querer mirar la obra que había dejado su estudiante en un abrir y cerrar de ojos. Yamamoto sabía cosas que ellos no, sabía. Esta no era la primera vez. No le sentaba bien saber que, en algún momento, su estudiante se encontraría tan mal mentalmente como para recurrir a esto.

- Entonces, con respeto a la comida… - Porque jamás le dieron una respuesta concreta. - ¿Cuál es el verdadero veredicto para mi estudiante?

En otro lugar, estaba cierto chico de pelo plateado queriendo solo agarrar sus dinamitas y encenderlas y volar algo o alguien en el sitio inmediatamente. Desgraciadamente no tenía nada para poder hacerlo, pero ganas no le faltaban. Definitivamente ganas no le faltaban.

La repentina sensación de verse en la mira de un depredador le helo la sangre y lo detuvo justo en donde estaba. Sentir una gota de sangre caerle en la nariz, sentir la comezón allí, no estaba ayudando, pero no se atrevía a moverse.

- Ah… - Solo podía ser una persona, solo una. - Puedo dar media vuelta e irme si así lo desea, Juudaime. - No estaba feliz. No estaba nada feliz.

No hubo ruido alguno, ni movimiento, por lo que se sintió como un largo tiempo. Sentir algo tomarlo de la mano y jalar fue completamente inesperado.

Alguien había perdido la cabeza, pensó tragando seco, viendo marcas más pronunciadas en las paredes, manchas más marcadas, rabia y violencia siendo las emociones prominentes ante tal vista. Y se suponía que era un material muy fuerte, no debió de ser…

- ¿Estás bien? - Pregunta estupida, pero no sabia que decir o que hacer aparte de seguirle el ritmo. Y ahora solo quedarse allí parado sin saber a dónde mirar, porque a donde sea que mirara era saludado por el arte de ira de alguien.

- ¡Estoy encerrado aquí por culpa de un infeliz que quería vacaciones! - ¿Ah?, ¿vacaciones?

Ah, esa historia otra vez…

- Juudaime, no dudo de sus palabras… - Estaba hecho un desastre. No sabía cómo consolar a alguien, menos a alguien llorando y molesto. - Pero mentiría si dijera que no estoy preocupado por su seguridad. - Todo el mundo estaba convencido que el Juudaime de esta era estaba muerto. Y dado que su jefe tenía… ciertas definiciones torcidas o no muy certeras, temía que lo de vacaciones fuera que estuviera en el más allá en realidad. - Solo será hasta que volvamos a casa, solo eso. - Que, desgraciadamente, no sabían cuánto tiempo sería eso.

Esta noticia no fue buena, no engañó a nadie, y se vio siendo golpeado inútilmente con un puño que… debía de dolerle más al vampiro que a él, honestamente.

- No pueden pedirme esto, no pueden… - Si, era sumamente cruel, pero…

- Solo será mientras estemos en esta época, Juudaime. - Pedirle, porque realmente nadie podría retenerlo, no realmente. Al menos por todo lo que sabía. - A cambio… - Esto detuvo los golpes, y un poco las lágrimas.

¿Los vampiros sanaban rápido?, como sea iba a revisarlo, hasta la cola se veía maltratada. ¿Y el idiota aquel creia que era una buena idea dejarlo solo en estas condiciones?, ¿en serio?

- No vas a estar solo, y te buscaré cualquier cosa que quieras. - Eso no podían negárselo, más vale que no. - Muchos dulces, muchos cojines, mucha carne asada…. ¿no suena bien? - Eso y: - Si puedo también le metere una de estas por donde el sol no brilla al desgraciado que toco a tu yo de esta época. - "Una de estas" era una dinamita que logró sacar para enfatizar su punto.

Un vampiro se le quedó mirando con grandes ojos por un momento antes de comenzar a reír. No era del todo alegre, pero lo tomaría como un éxito.

En otra época y lugar…

- Aja. - Dijo lentamente, viendo al ser gigante que lo estaba amenazando para que entregara una de las pelotas que se consiguió por accidente y había espantado a los dos aliens que lo habían estado atendiendo con cócteles. - Dejame contactar a Derzath, estoy seguro de que estará encantada de verte y saber lo que está pensando, ¿no crees Gantu?

Si hacía filete de pescado, nadie estaría feliz con él. Era una verdadera lastima.

- ¿Acabas de decir Derzath? - ¿Oh?, ¿la conocía?

- ¿Si? - Esto se iba a poner bueno.

Extra

- Por última vez, no soy un espía, ni un… ninja, lo que sea que sea eso. - La gente con máscaras de animales ni se movieron. El viejo con la pipa y la bola de cristal solo tomó otro sorbo de su té. - Voy de paso, y me equivoque de dirección. Otra vez. - Luffy y el resto de la banda iban a estar contentos de verlo otra vez. Se iba a tener que regresar.

Debían de estar aún abasteciendo. Eso era bueno, porque si no sería muy problemático el transporte.

- Noqueaste a un Anbu. - En su defensa:

- Me asusto, me salió por detrás y solo fue instinto. - Le dio en la quijada, y lo noqueo por accidente porque de verdad solo lo asustó. - La bienvenida que dan no es muy común, ¿saben?

- Hmmm… - Genial, más respuestas crípticas.

- Viejo, solo quiero ir a casa. Voy a dar media vuelta, ¿puedo irme en paz? - Porque de que podía ir podia-

- ¡OYAJI! - ¿Ah?

Vio un niño de naranja, pelo amarillo tumbar la puerta, ignorar a los "Anbus" y llegarle de tu a tu al viejo. A él también lo ignoro. Conocía al chico.

- Hey Naruto. - ¿Qué demonios hacía el chico aquí?

- ¡Sebastian!, ¿por qué no me dijiste que venías de visita? - Ah, tal vez no debió saludar.

- ¿Sebastian? - Preguntó el viejo. No les había querido dar el nombre.

- Yup, Sebastian, ¿el tipo que te conté que nos ayudó a hablar con la gente en la tierra de las olas?, y que también asustó a Haku y curó a Sasuke… - Ah. Espera un minuto:

- ¿Ese es el abuelo que mencionaste? - No podía ser. No podía ser.

- Sip. ¿Te perdiste otra vez o de verdad viniste de visita? - Decirle la verdad le romperia el corazon al chico, pero:

- Vivo perdido. - Ya no sabia que hacer o dónde ir. - ¿Podrías decirles a tus amigos que no voy a hacer nada y solo me quiero ir?

- ¿Ah? - Quedado, como siempre. - Oh. Sebastian no es un ninja, y la verdad no se de donde viene, pero no está ni cerca de nuestra nación. No es un peligro, Oyaji. ¡Tienes que probar el ramen antes de irte!, ¿y tienes alguna cosa nueva por ahí…?

Rodando los ojos, porque le recordaba a cierto niño que de verdad quería volver a ver lo más pronto posible, sacó una caja del bolsillo y se lo lanzó al chico.

- No lo vayas a romper. - Lo dudaba. Era de buen material. - Para los pergaminos. O para noquear a alguien si se los lanzas a la cara. - Era de muy buen material.

Ahora si tan solo pudiera irse tranquilamente…