— ¡AQUÍ YO!, ¿ALLÁ QUIÉN? —
TODOS LOS DERECHOS DE LOS PERSONAJES Y POKÉMON SON A SU RESPECTIVO DE CREADOR…
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Pensó que solo recolectaría medallas. Conocer a sus próximos compañeros de viaje de manera esperada. Comer los exquisitos alimentos de pueblo a pueblo, de ciudad a ciudad. Aprender otro sistema de combate. Realizar sus movimientos improvisados. Terminar la liga como primer lugar. Desafiar al alto mando. Derrotar al campeón de la región. Salvar el mundo una vez más. Todo monótono y lineal.
Y, no. Es como si el destino estuviera llamado a todos los desastres que hay en la región o tal vez en todo el mundo.
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La apariencia es un regalo de Dios.
El estatus social lo cambia todo.
Las posesiones y los beneficios te hacen la vida más fácil.
Para que ser leal a una persona, si al final siempre es quien abandona.
Solo confío en mi opinión.
No quieras conectar conmigo
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Pensó que viajar en rutas, capturar Pokémon y dormir mucho. Sería el pan de cada día. Sin tantos problemas que causarían.
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Si escoges bien a las personas. Podrás encontrar a un amigo fiel.
Pero, la pregunta es
¿Has sido honesta alguna vez?
Solo tu corazón tiene la respuesta.
Deja de herir a los demás.
Y a ti misma.
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_ Noche. _
— ¡Aaaaaaaaahhhhh! —
— "¡Un poco más!" —
— (¡Aaaaash!) —
En una gran torre iluminado de luz amarilla. En lo más alto de aquella torre. Hay una multitud de gente en las calles y cercanas al lobby de la torre.
El cielo nublado, sin intención de lagrimear. Las luces de las cámaras grabando este suceso. Los niños preguntando a sus madres que es lo que estaba pasando. Las madres preocupadas del después.
Dos corazones cayendo a una caída libre.
El interés de un corazón puro salvando a un corazón corrupto.
— Te tengo… —
— … —
Es un bonito gesto de empatía.
— ¡Dios! —
— ¡Van a morir! —
¿Cómo ella corresponderá?
— Rayos… —
— ¡Aaaaash! —
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Así que este es el primer desastre.
Debe de comunicarse a tiempo…. Porque ese será.
El siguiente paso.
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/1/
— Estamos preparados. —
Satoshi (Ash) Ketchum, es un entrenador Pokémon. Aspirante a ser Maestro Pokémon, proveniente de la Región Kanto, campeón del Archipiélago Naranja, ganador de la Batalla de la Frontera, campeón en el concurso Pokémon de Terracota, entre los mejores 8; Johto. Y en Hoenn… en cuartos. (1*)
Pero, el más recordado, es el Torneo de la Liga de Sinnoh. Donde luchó con un entrenador más poderoso, el cual poseía dos Pokémon legendarios; Darkrai y Latios.
Él nada más pudo derrotar al primero, pero el otro… lo llevó a su condena. Perdiendo y quedando en el cuarto de los mejores.
Por regla básica, gana quien derrote a todos los Pokémon del contrincante y ese ganador era… Tobías… campeón de la Liga de Sinnoh. Y en este tiempo disputando el título de campeón regional.
Unas palabras del campeón lo perseguirán por todo este viaje. Con una mirada carente de emociones y su pronunciaban.
— "¿Estas… satisfecho?" —
Ash quería responderle, pero no había forma. Deseaba decirle que, si lo estaba, pero no sería honesto. Trabajar tan duro para perder… fácilmente. Fue ahí el declive de Ash. Dándonos el resultado que conocemos hoy en día de Unova.
— ¡Pika-chu! —
El mejor amigo del entrenador Pokémon, este pequeñito que siempre lo acompaña en todos sus viajes recorrido, puede decirse que es uno de los más fuertes en su arsenal Pokémon.
Derrotando algunos Pokémon legendarios y otros fuertes, en caso de los contrincantes de la Batalla de la Frontera y empatar a Latíos.
Tiene demasiado potencial, digno de ser un sub-legendario, si se lo propone. Si Ash lo entrena bien, sus jugadas serán eficiente y eficaz, que ningún otro Pokémon derrotarlo fácilmente.
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/2/
— Kalos.
Donde la belleza es la iluminación del alma
Las personas cálidas, Pokémon exóticos y paisajes únicos que se hacen presentes en esta región.
El cual se divide por tres sectores: Kalos Costa, Kalos Central y Kalos Montaña. O también conocidos como: Playero, Capital o Cumbre.
¿Desea conocer una instalación publica cuyo interior se aloja especies acuáticas? Visite el Pueblo Petroglifo. También se halla el Instituto Paleontológico. Donde se enfocan en estudiar y restaurar fósiles de toca clase. Estos lugares se encuentran en el sector Playero.
¿Tiene ganas de refrescarse después tantos viajes a pleno sol? Ciudad Fractal es su lugar, más fría que el propio invierno. Visite igualmente las cafeterías y restaurantes, que mueres de frio. ¿O prefiere aventurarse en los profundos bosques con clima fresco? Sin duda alguna, debe darse una vuelta por el sector Cumbre.
En el centro de la región se halla la ciudad más grande. Una metrópolis llena de energía y llena de clientes que visitan innumerables tiendas. Desde una icónica torre ubicada en el centro de la ciudad se extiende por numerosas calles. "La ciudad de las luces." Ciudad Lumiose. Ese el lema de este bello lugar. Contamos con una torre que ilumina hasta el último rincón de la metrópoli en la noche. Sí ansía recorrer los pasillos de La Torre Prisma. No espere en dar una vuelta por el sector Capital
¿Le interesa la moda? Esta en su día de suerte. Kalos cuenta con boutiques repartidos por toda la región. ¿Le interesa descansar? También en su día de suerte. Contamos también hoteles de 4 estrellas repartidas por toda la región. ¿Le interesa comerciar? ¿Adivina qué? Ya sabrá usted la respuesta.
Con todo mi corazón le expreso que explore toda la región. Que cambiará su vida por completo.
Una vez le recuerdo a usted estimado visitante. Aquí es donde la belleza es la iluminación del alma. —
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/3/
— ¡Guau! —
— ¿Te gustó? —
— Si mucho, aunque no mencionaron nada sobre los gimnasios. —
Nuestros protagonistas se hallaban en pleno vuelo hacia Kalos. Ash miraba con atención la pantalla que tiene enfrente y Pikachu durmiendo en su regazo.
Alexa arqueaba su ceja derecha y lucia con una mueca. Su Helioptile despierta en su regazo también mirando la pantalla.
Ambas personas se localizaban juntas en el medio del avión. Él estando en el lado de la ventana y ella en el pasillo.
— Cierto, cierto. — Se colocaba su mano a la barbilla y piensa un poco. Segundos después ella dice. — Me imagino que va más para los turistas que los entrenadores. — Saca esa conclusión.
— ¡Alexa, eres muy inteligente! — Voltea a mirarla.
— … Ja, ja, ja. — Se ríe un poco y llevándose una mano a la nuca. — Mis dotes de periodista salieron a flote. — Uso su modo investigador. Es eficaz.
— Así que la Capital. Se ve muy interesante. — Ash voltea a ver nuevamente a la pantalla.
— Si que sí, es la ciudad más grande e importante de Kalos. Hasta si se me permite decir, también es el top 1 de la más grande en todo el mundo. — Con orgullo lo decía.
— Y es ahí donde vamos a aterrizar. Vaya, me divertiré mucho en este tiempo. — Gira su cabeza hacia la ventana y ve que pronto llegaran a su destino. — Espero que tu hermana esté disponible. — Él cierra sus ojos sin dejar de sonreír. La respiración de Pikachu sí que es tranquilizante.
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— "¡¿Líder de gimnasio?!" — Recuerda hace unos minutos.
— "Tranquilo Ash… Así es." — Le implora que guarde silencio.
— "Eso es Increíble, Alexa. De casualidad, ¿Dónde se encuentra?" — Se acerca más a su espacio personal, sus ojos brillaban más de lo normal y ella sin inmutarse le responde.
— "Mi hermana es la líder de gimnasio en la Ciudad Santalune. Si prestas atención al anuncio sabrás donde está ubicado." —
— "¡Eso haré!" —
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— Si… esperemos... ¿Qué tal si te explico las ciudades que están esparcidas en la región? — Le aconseja la periodista con el dedo índice derecho levantado.
— Si, ¿Por qué no? Solo mostraron un mapa de todas ellas y apenas hablaron de una. — Aun con sus ojos cerrados.
— De acuerdo. En el centro se encuentra como bien sabes, la capital... se sabe que… para dirigirse con mi hermana… ruta… Santalune. — Se perdía entre su voz. Ash no se podía concentrar tanto. — No vayas a… No me hagas caso, pero… Ciudad Shalour cuenta con… y también la ciudad Romantis… una de mis favoritas… — No podría decir que le costaba estar despierto. Es como si un documental aburrido recobrara vida. — Se dice que hay un hotel… Bastión… la reina… — Hasta Helioptile se echa su sueño para que pronto lleguen. — Tempera… Exhibiciones… Diantha. — Finalmente el entrenador se duerme.
Alexa seguía con su explicación, ella imaginaba que seguía despierto porque le contesto con los ojos cerrados. Aunque también se metió en su mundo.
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/4/
— Señores pasajeros, bienvenidos al aeropuerto de Kalos. Por favor, permanezcan sentados, con su cinturón de seguridad correctamente abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores y la señal de cinturones se apague. —
— ¿Eh? — Siente que Pikachu se mueve mucho.
— Los dispositivos electrónicos deberán permanecer totalmente desconectados hasta la apertura de las puertas. —
— Vaya, por fin en casa. — Alexa mira cómo van pasando unas azafatas en el pasillo.
— ¡¿En serio?! — Se desabrocha su cinturón para mirar en la ventana que tiene cerca. Observa cómo están llegado a la base del aeropuerto. — ¡Si! —
— Le rogamos que tenga cuidado al abrir lo compartimentos superiores ya que el equipaje puede haberse desplazado.
— Oye, ¿No escuchaste lo que dijo el capitán? — Tratándole de colocar el cinturón nuevamente.
— Lo siento, Alexa. Pero, estoy emocionado. — Ve pasar como unos asistentes ayudaban a que puerta dirigirse.
— Lo sé, lo sé. — Suspira al ver que no le interesa ponerse de nuevo el cinturón.
— Por favor, comprueben que llevan consigo todo su equipaje de mano y objetos personales.
— ¿Pikachu, descansaste? — Ash dirige su vista a su amigo
— (No. Que va a ser. Me encantó ver esa pantalla.) — Con sarcasmo le responde.
— ¿En serio? — Ingenuamente.
— (… Si, descanse.) — Para no molestarse en explicaciones. — (¿A dónde iremos?) —
— Le recordamos que no está permitido fumar hasta su llegada a las zonas autorizadas de la terminal. —
— Estaremos en la capital. Y de ahí… — Queda en blanco al no saber dónde. — "Me dormí…"—
— Iremos a la ruta 4 y llegaremos a la Ciudad Santalune. ¿Recuerdas? — Le recuerda Alexa, con la ceja arqueada. — ¿Sí escuchaste lo que explique de las ciudades? — Un poco molesta le consulta.
— Si, me acuerdo… es que los nombres son bien raros. Ya me lo aprenderé en el camino. — Le responde un nerviosismo, con sus manos agitándolas de enfrente y con sus ojos cerrados. Estaba sudando frio.
— Excelente. Con mi guía no te perderás nunca. — Con orgullo se golpea al pecho.
— Si desean cualquier información, por favor diríjase al personal de tierra en el aeropuerto, muy gustosamente les atenderán. Muchas gracias por preferirnos y que tengan un excelente día. Y recuerden… —
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Color rojo y flamas en las muñecas.
— ¡¿No puedes espérame un momentito Ash?! — Alexa se altera por que la dejaron sola, llevando su equipaje. Helioptile no puede faltar en su hombro izquierdo.
— ¿Alexa? ¡Alexa! ¡Oye viste eso! — Con entusiasmo le pregunta a la periodista.
— ¿Qué cosa? — Aun molesta le responde con otra pregunta.
— ¡¿Enserio no lo viste?! — Se desilusiona al creer que su amiga no pudiera ver a ese impactante momento.
— No vi nada, ¡porque te fuiste corriendo y me dejaste atrás! — Cargando sus cosas y reteniendo a la gente que también desean salir.
— Uhhh… perdón. —
Pikachu creyó ver a un Blaziken. Pero, no le dio importancia. Solo toma aire para luego suspirar. — (No era nada Satoshi.) —
— ¿Me vas a ayudar o no? ¿Dejarás a una dama llevar maletas? ¿Tu madre no te educó? — Aunque la maleta no es muy grande y tampoco pesada.
— Que niño malcriado. —
— Ya muévanse. —
— Así nunca tendrá novia. —
Una pequeña multitud opina la situación y la actitud del entrenador.
— ¡Perdón! ¡Permíteme! — Deja a Pikachu en el piso. Este se queja porque el suelo está muy caliente.
— (¡Parece que solamente le hablé al aire!) — Otra vez de manera épica fue ignorado.
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— Pasaporte, por favor. —
— Ash, préstame tu Pokédex. —
— Si, claro. —
Ash se maravillaba como el aeropuerto es grande. Tienda de regalos, cafeterías, tienda de alimentos, entre otras cosas. Él llevaba las maletas. Una grande y una chica. La periodista habla con el personal. Aparentemente están detenidos por la acción de obstruir.
— Aquí tiene. Le recomiendo que no se distraigan demasiado. Por favor, continúe y que tenga buen día. —
— Gracias. — Alexa toma los documentos prestados. Con la cara sonrojada. — Si no te hubieras caído, no estaríamos pasando esta vergüenza. — Le entrega la Pokédex al entrenador.
— ¿Vergüenza? Si solo me resbalé. —
— Ash, tiraste a cinco personas. Y uno que dudo siga vivo. — Ve como están siendo atendidos sin tener daños graves. — … Olvídalo, ese fue al baño. — Se ríe de la situación aun sonrojada. De cómo se cayeron es cómico. Solo bastó que la gente desesperada pasase por largo de Alexa y Ash quien no se dejaría tampoco, se mete entre ellos. Para una descoordinación de sus piernas quede en esta situación.
— Oye, ¿Para qué fue la Pokédex? — Caminando por los libres pasillos del aeropuerto.
— Oh claro, lo piden para tener seguridad y control de quienes entran y salen de Kalos. —
— En las otras regiones no pedían eso. —
— Eso se debe a que, hace tiempo, mucho tiempo. Después de la revolución de Kalos, hayan decidido tomar medidas drásticas al encontrar una especie de arma definitiva en los Pokémon. — Comenta Alexa acompañándolo a su lado, con ambas manos atrás. Helioptile camina en su lado izquierdo.
— ¿Y esa arma definitiva es? — La pasarela de las tiendas que iban pasando acabaron una vez que ya llegaron salida del aeropuerto. Pikachu también el suelo, pero acompañando a Helioptile. La puerta automática se abre para dar vista a la gran ciudad.
— La mega evolución. —
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/5/
— Ash, perdón, perdón, perdón. —
— ¿Eh qué pasa? —
Alexa se inclina hacia adelante para pedir disculpas.
— Mi hermana no se encuentra disponible, discúlpame. —
El entrenador y la periodista se encuentran en el lobby del Centro Pokémon del Capital. Todo está muy moderno, demasiado moderno.
— Rayos… — Se mira cómo se le va el alma.
— Si, lo lamento. Al parecer tiene asuntos pendientes. — Seguía pidiendo perdón. Después de salir del aeropuerto, se dirigieron al Centro Pokémon. Con tal de llamar a la hermana de Alexa. Ash estuvo sentado en una banca con fin de esperar a Alexa.
— Tranquila Alexa. No pasa nada. Fue de urgencia. — Ya pidiendo que pare con su acto porque puede llamar la atención nuevamente. O es que ya debieron.
— (Ja, ja, ja. ¿Por qué no me sorprende? Siempre pasa algo cuando llegamos un lugar por primera vez. Y esta vez, no fue una bicicleta.) — El roedor amarillo murmuraba con un tono burlesco. Helioptile solo queda confundida.
— ¿Qué dices? ¿Es mi culpa, entonces? — Encara a su amigo que está sentado en otra banca.
— ¿Ash, está bien? — Alexa pregunta con tono preocupado.
— ¿Eh? Si, todo bien. Perdón. Así que… ¿Qué hago? — Rápidamente cambia el tema de conversación.
— Te recomiendo ir al gimnasio que está en el centro. Se encuentra en la Torre Kalos. —
— Muy bien, entonces será ahí. Por fin mi primera medalla. — Ash se levanta muy entusiasmado.
— Pero ¿Solo combatirás con Pikachu? — La periodista consulta con un tono de asombro.
— (¡Lo dice como si no fuera suficiente!) — Se ofendió nuestro pequeño amiguito. Helioptile se ríe a carcajadas.
— Mmm… es cierto, podría llamar al profesor para que me envíe… — Un rayo pasa cerca de su cara. Pero, sin impactar a ninguna pared.
— (Haz eso, y te arrepentirás.) —
— Pociones. Si pociones. Ja, ja, ja. Ya sabes, necesito que Pikachu este luchando con todo en el campo de batalla. —
— Así que vas a medir tu fuerza, ¿Eh? Está muy bien, Ash, eso demuestra la confianza entre los dos. — Ella aplaude de forma tranquila y con una sonrisa en su rosto.
— Si qué cosas, ¿No? — Tratando de comentar de más.
— Como estamos en el centro del centro. Solo con caminar todo derecho. Estará la Torre, ahí te adentras y retas al líder del gimnasio. — Ella procede a teclear su teléfono y suena la Pokédex de Ash. — Por si te pierdes en el camino. Te envié la ubicación. — No confiaba tanto en Ash a la hora de dirigirse a un lugar.
— Oye, oye, oye. ¿Por qué me dices esto? ¿Me abandonarás? — Desde que dijo dónde estaban, se perdió media explicación.
— Así es. Así como me abandonaste en Kanto. — Finge llorar a todo lo que le preguntaba Ash.
— Ya dije que perdón, Alexa. Te necesito. — Nuestro protagonista se levanta de la banca y encara a la periodista.
— ¿Me necesitas? — Los ojos de Alexa brillaban hermosamente.
— Si… mucho. — Le toma la mano. Pikachu se asombra con el acto. Helioptile levemente se sonroja.
Para muchos dirán que este es un momento romántico. Donde el hombre fuerte no puede más con su vida y necesita el apoyo de una mujer igual de fuerte. Donde el hombre que nunca mostro sus defectos y cuando encuentra ese ser que lo cambio por siempre llora. Donde el hombre le pide matrimonio a una relación fallida.
— Lo siento, Ash. Tengo trabajo con la editorial. — Suena su teléfono y lo saca de su bolsillo. — ¿Recuerdas? —
Si, este no es el caso.
— "Rayos, se me olvido." Si me acuerdo. — Como si una pantalla negra apareciera atrás de Ash y con relámpagos iluminaban ese fondo. Solo él sentía en este momento, desconexión —
Alexa contesta su teléfono. — ¡Hola! Si ya me encuentro en la Capital. Si me fue muy bien. Ya veo. Oye, me permites un segundo. Gracias. — Ella tapa su teléfono para que el del otro lado no oyera nada. — Ash, me tengo que ir. No te pierdes. ¿Verdad? — Ve como el asiente. — De acuerdo, ya vemos después. Cuídate mucho. — Le da un beso en la mejilla de Ash. Helioptile se despide Pikachu, quien corresponde. El Pokémon se sube a su hombro favorito. Ambas se despiden corriendo hacia la puerta del Centro Pokémon.
—… —
— (…) —
— … —
— (… Opino que…) —
— Tu no opinas nada. — Se toca la mejilla donde fue besado. Todo su rostro tiene un tono rojizo. — Vámonos… — Se recompone, empieza a caminar y Pikachu lo sigue.
— "(Despistado.)" — El roedor solamente niega con la cabeza. Salen por donde se fue Alexa. Ya afuera de la Capital.
— Bien, no sabía que existía una función. O, mejor dicho, más funciones. — Mira la Pokédex de la ubicación por donde deben tomar. — Oh, aquí dice que puedo descargar todo el mapa de Kalos. — Le da a la opción que apareció de repente. — ¿Error?... — Vuelve a teclearlo. Y le da el mismo mensaje.
— (Hey ¿Qué sucede?) — Pikachu mira como su entrenador teclea varias veces su Pokédex.
— Muy bien, lo haremos a la vieja manera. — Ya desesperado guarda su aparato y recuerda un poco donde ir. — Nada amigo. Nada. Miremos alrededor. — Ve el monto de tiendas, cafeterías y boutiques. Hasta que nota una señal — Avenida Verano. — Piensa demasiado donde deben ir.
— (Oye… ahí dice que todo derecho, se encuentra esa torre.) — Le comenta para que no tenga después dolor de cabeza de tanto pensar.
— Es cierto… eres muy observador, Pikachu. — Le da una señal de aprobación. Así que siguen caminando donde indicaban las próximas señales.
— "(O eres tú muy despistado.)" — Se guarda su opinión.
— Perfecto. Ya quiero conocer como es la torre. No la pude ver en el avión porque me quedé dormido. —
— (¿Por qué no me sorprende?) — Murmura nuestro amiguito. Caminan todo derecho y faltando unas calles para adentrarse al centro.
— ¿Será que es grande… luminosa… interesante cómo dicen y ven? — Recuerda la poca platica de Alexa y del anuncio del avión. — ¿Cómo se llamaba? ¿Torre Primario? ¿Torre Imaginario? ¿Torre Luminosa? — Ambos doblan una esquina. — Bueno, que importa. — Como tenía la cabeza abajo al estar pensando nuevamente no nota que ahí está la torre. Hasta… — ¡¿Qué es esto?! — Eleva su cabeza de poco a poco. Dando parecer que nunca iba acabar la vista. — Ya me acorde… es la… —
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— Torre Prisma
Es el edificio más emblemático de la Capital y de toda la región.
Aquí se encuentra el gimnasio Pokémon de Ciudad Lumiose, que se especializa en Pokémon de tipo eléctrico.
Su líder de gimnasio es Clemont. Para llegar a él debe completar unos simples requisitos. Son bastante fáciles. Si es derrotado. Se obtendrá la Medalla Voltaje.
Pero, si usted no viene a eso. Entonces, las plataformas le llevaran en un recorrido por toda la torre y otras zonas circundantes. Porque no se imagina cual fabulosa es la iluminación al anochecer, sin duda le maravillara la vida. —
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Ash y Pikachu al ver la Torre Prisma, se acercaron más a la plaza central. El Pokémon tipo eléctrico le dice al entrenador sobre un botón en medio de la plaza. Se acercaron aquella cosa y vieron que era una guía. Al finalizar, dice Ash.
— Increíble, tipo eléctrico y el más importante. — Anda muy extasiado. — Pero ¿Y los requisitos? — Le molestaba una vez más que no den información completa.
— (Dijo que eran simple, ¿No? Seguro preguntarán la edad o si tienes Pokémon.) — Tratando de darle lógica.
— Puede ser, bueno no podemos estar aquí adivinando. Si tenemos aquí de enfrente el gimnasio. ¡Vamos Pikachu! — Empieza a caminar, trotar y para final correr. — Este será nuestro nuevo camino, esto será fácil, esto estará… —
Cerrado.
— ¡¿Qué?! — Su piel morena pasa a ser blanco puro.
— (Cerrado por mantenimiento. Disculpen las molestias. El líder de gimnasio no se encuentra disponible. Disculpen las molestias. Por motivos accidentales no estará abierto por días indefinidos. Disculpen las molestias…) — El mensaje se repetía en una pantalla.
— Esto es una broma del destino, ¿No es así? — Le habla al cielo. — La hermana no está, Alexa tampoco y ahora el líder del gimnasio menos. ¡¿Qué hice yo, Dios?! — Grita desde la puerta. Hasta que recibe un rayo de Pikachu. — ¡AY! — Se queja demasiado. — ¡¿Y a ti que batería te pico?! —
— (De nada sirve quedarse. Además, llamas mucho la atención. Pedías a gritos que te callara…) — Literalmente. Las madres que estaban paseando con sus hijos miraba a Ash de manera desagradable. Y los propios niños preguntaban que sucedía. Para ser respondidos como "Un loco".
— Ups… — Levanta del suelo a Pikachu y lo abraza. — Vámonos… — Empieza a correr para no verse. Mucha gente volteaban a mirarlo muy confundidos de que pasaba. Prácticamente tenía ojos por todos lados.
— (Oye, oye. Tranquilo ¡Hace parecer que me estas secuestrando!) — Y eso no ayudaba tampoco, hasta empeoraba. Como Ash solamente le entendía el diría lo siento. Pero, como es el único. Eso significa que estaba siendo secuestrado y pedía ayuda con sus gritos.
Así que empezó una persecución de almas inocentes contra las almas también inocentes. Como Ash vio que todos en la plaza central lo perseguía. Decidió esconderse en otro lado. Así perdiendo a quienes querían atraparlo.
Avenida Invierno/Boulevard Norte.
— Eso… estuvo… intenso. — Ash jadeaba con tal de obtener aire.
— (Sí me hubieras soltado, tal vez no correrías.) — Opina muy enfadado.
— Claro, y que te lleven… a la Guardería Pokémon. — Le replica encarándolo.
— (Pues… pues… ¡¿Me estas llamando animal?!) —
— Si, sí. ¿Dónde estamos? — Sin querer seguir más con la pelea.
— ("Tonto" … ¡Mira!) — Bajando su ira al ver una señal.
— Boulevard Norte. ¿En serio? ¿Así nada más? — Pregunta con un tono de decepción. Para recomponerse y dice. — Oh, que bien. Hay un Centro Pokémon cerca. Le llamaremos a Alexa para que nos ayude. — Inhala y exhala, tomando unos segundos para empezar a caminar.
— (¿No recuerdas que está ocupada?) — Estando a su lado. Muy descontento le pregunta.
— Si… tal vez. Pero, no hay otra opción. — Pensando que hacer próximamente. — O tal vez no. Podemos preguntarle donde está el laboratorio de Kalos. —
— (¿Por qué no hicimos eso primero?) — Ya pronto después de caminar estaban llegando al Centro Pokémon Norte.
— Es que existe ese impulso humano de hacer idioteces… Y querer empezar algo sin armar un plan primero. — Sus ojos por un momento perdieron brillo cuando comento eso.
— (Profundo.) — El Pokémon imita a su entrenador. Sus ojos apagados.
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/6/
_Tarde. _
Museo de Lumiose.
Gran expo, las mejores obras de arte modernas de la ciudad y la región.
— No perdemos nada con tal de ir. — Ash llamo repetidas veces a Alexa, pero no contesto. Llegaron hace unos minutos al Centro Pokémon Norte. Y ver que la Enfermera Joy está muy ocupada atendiendo a los visitantes. Apenas y los notaron a ambos llegar. Solo pidió una cabina y ya.
— (¿Qué le hiciste a Satoshi? y regrésamelo.) — Muy asombrado y a la vez espantado dice Pikachu.
El anuncio venia pegado a lado de la cabina. Se veía muy decorado y llamaba mucho el interés.
— Bueno, la gente está ocupada, aun me persiguen y así que no tengo a nadie quien me pueda ayudar a donde dirigirme. "Y eso que mi Pokédex tampoco me ayuda." — Se golpea la cabeza al escritorio y quedando cabizbajo pronunciaba con un tono de tristeza.
— (Debí prestarle atención a Alexa. Creo que ella dijo sobre ese laboratorio. Pero, no recuerdo donde tampoco.) — En realidad no sabe. Todo el vuelo se quedó dormido. Solo lo dice para que no se lleve toda la culpa su entrenador.
— Ya no importa. Distraigámonos un poco e intentemos más tarde. — Se levanta tranquilamente, se coloca bien su mochila y le da el brazo derecho a Pikachu. Este entiende y se sube a su hombro. — Aquí vamos. —
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¿Qué se siente saber?
¿Qué se siente ser critico?
¿Qué se siente ser humano?
Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos. Es un mundo intelectual.
El lugar cuenta con tres pisos minimalistas con varios podios donde se exhiben pinturas de todo tipo. Las paredes de paneles blancos y con estilo cubista y modernista.
Si se mira hacia al techo, es realmente largo y ondulado de color blanco con una fila de ventanales azules.
En la recepción del museo.
— ¡Bienvenido visitante! — Una chica delgada, de altura promedio, su cara ovalada y expresiva, piel pálida, ojos azules, su nariz pequeña y fina, su cabello de color miel-castaño. Con una sonrisa le expresaba la bienvenida. — Yosh, lo hice bien. — Si, una novata sonriente le da la bienvenida. Ella esta vestida de marinera.
— Gracias… ¿Te encuentras bien? — Dejó de mirar al alrededor para enfocarse con la niña. Aquella chica pareciera que gano la lotería y celebraba con orgullo.
— Oh, si muy bien, disculpe visitante. — Se recompone. Pero, mira donde esta. — ¡Pikachu! ¡Increíble, no había visto uno de cerca! — Vuelve a estar ansiosa. — ¿Puedo tocarlo? — Sin esperar que Ash de permiso, ella levanta su mano con el fin de acariciar su cola. — Oh cielos, perdóneme visitante. Primero, el trabajo. — Se detiene a medio camino, y la razón es que en su bolsillo está vibrando su celular.
— (Eso estuvo cerca.) — Una gota de sudor bajaba en la frente de Pikachu.
— Si es así ¿Nada más un boleto, Museo de Arte? ¿Desea entrar al Gran Visitante de Lumiose? —
— ¿Qué yo que en deseo qué? —
La muchacha nota su error, se sonroja de manera espectacular, temblaba como un perro, esa ansiedad la mataba… o solo esta nerviosa. Ella grita al aire y pide perdón repetidas veces. Pero, lo más asombroso es lo que venía.
— ¿Desea entrar al Gran Museo de Arte de Lumiose? Si es así ¿Nada más un boleto, visitante? — Dice la frase de manera correcta. Sin embargo, sin dejar de disculparse e inclinándose todo el tiempo.
— Oye, relájate. Nadie te está apurando. — El lugar no estaba vacío, pero tampoco lleno. — ¿Y puedes dejar de decirme visitante? Me incomoda un poco. —
— Perdóneme visitante. Por las políticas del museo no puedo dejar mi profesionalismo, así que tengo que decirle visitante, visitante. — Sin dejar su acto de nerviosismo.
— De acuerdo, de acuerdo. Está bien, no importa. Si voy a querer un boleto. — Ya queriendo salir esta situación cómica.
— (Y todo esto por un boleto.) —
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— Esto es tu culpa, sí te hubieras metido a tu Pokébola. Solo me daría un boleto. Pero, como estas afuera, me dio dos. —
— (Ni te quejes tanto, que ni te cobró nada.) —
Primer piso.
— Como sea, solo veamos las pinturas y esas cosas. —
— (Tampoco le preguntaste su nombre.) —
— Eso… eso… haré al final. — No sabría como replicar, así que acepto la idea. — Veamos en este lado.
Al contrario de ellos.
— ¿Por qué estamos aquí?... Ya me quiero ir. —
— … Solo espera un poco más, Miette. —
Dos chicas están enfrente de una pintura.
La primera es una chica delgada, cara redonda e inexpresiva, piel blanca, ojos rojos, su nariz chiquita y fina, ¿Y mencioné que es inexpresiva? Y lo que distingue más es su cabello azul.
La segunda es una chica también delgada, cara dulce y juvenil, piel morena, ojos verdes, nariz promedio, su boca pequeña que expresa sonrisa, nada en especial, su cabello castaño.
Ambos están visten uniformadas de una academia.
Miette y…
— Shauna, ya vimos este cuadro como mil veces. ¿No quieres ir a casa? —
— En primera, solamente la vimos tres veces para no dejar ningún detalle. Y en segunda, si quiero ya irme. —
Shauna tiene una libreta en mano, anotando lo que parece una reseña.
Miette, solo esta aburrida.
— No espero mucho con este trabajo, pero tampoco quiero ser regañada. ¿Qué tal si me expulsan y vivo en la calle? Y muero y así. — Deja de escribir y pensando sobre su vida.
— Prefiero que me expulsen, para así no hacer estas tareas inútiles. — Suspira con gran alivio.
— Ni se te ocurra, Miette. Tienes talento para seguir, yo por mi parte debo ser enterrada viva para no desperdiciar aire. — La toma de sus hombros para encararla.
La chica de cabello azul por su parte. — ¿Ya terminaste? — Ni se inmuta.
— Oh sí. Ya. Escucha esto: El reloj solar de Anistar.
Es un reloj que brilla cuando inciden sobre los rayos de sol durante el crepúsculo. Es un gran mineral decorado con dos medialunas que simbolizan el paso del sol y sus rayos. Frente al reloj hay una escultura formada por varios anillos y arbustos.
Y Cueva Brillante.
Cueva oscura y angosta, cuyo interior esta tenuemente iluminado por la lúgubre luz del musgo brillante que crece en sus paredes y que te hace perder el sentido de la orientación. —
— ¿En serio escribiste eso? — Como si toda esa información lo hubiera sacado de algún lugar en concreto.
— Me ofendes con esa pregunta. — Sintiéndose herida por la desconfianza. — "Sí le digo que lo busqué en línea, se enojará conmigo, me dirá que soy plagiadora, ya no seremos amigas y me abandonará aquí como una perra." Tal vez, haya agarrado un poco de inspiración, Miette. — No es completamente honesta pero ya es algo.
— Muy bien. Entonces ya vámonos. Tengo hambre y no voy a cocinar hoy. — Sin interesarle mucho si ella copio o no.
— "Bien, seguimos siendo amigas. Eres genial, Shauna." — Se pone contenta por unos segundos. — Vale, compraremos algo de comida rápida. No quiero quemar la cocina y vaya a incendiar todo. — Emprenden su camino a la salida.
A simple vista, parecen chicas normales que tienen sus vidas normales.
¿Entonces, porque los hombres voltean a verlas?
Quizás por sus uniformes de un colegio prestigioso.
Probablemente por sus ojos y el cabello
O tal vez sean reconocidas de algo.
Todo puede ser correcto, no es necesario adelantarse mucho a los eventos. Sí el destino desea juntar a estas bellas personas con el protagonista, sabrá que este no es el momento correcto.
Shauna y Miette, salen de los pasillos, llegan a la recepción y la chica que atienden se despide de ellas. Solamente Shauna le corresponde el saludo con una sonrisa. Miette está revisando en su celular que puestos de comidas hay cerca.
— No creo que haya sido buena idea venir… — Sale de la dirección contraria. Ash tiene un desanimo brutal.
— (Solo son pinturas.) — Restándole importancia.
— Mencionar sobre la región Unova, que me trae recuerdos malos, Johto, no hay más que decir y lo peor es que no sabía que había una Batalla de la Frontera en Sinnoh. —
— (Haces parecer que Johto es malo.) — Lo acompaña a su lado. Ash decide subir las escaleras. — (Espera, espera. ¿No iremos a este lado?) — Pregunta muy confundido el Pokémon amarillo.
— No, de seguro habrá las mismas cosas, pero de otras regiones. — No queriendo saber más del primer piso.
— (Muy bien pues.) — Sube con él.
Al mismo tiempo como ellos entraban al segundo piso, las chicas salían del museo. Sus aventuras continuaran próximamente.
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Segundo piso. Lado derecho.
— ¿Supiste que la hija del famoso modelo se casará con un magnate guapo? —
— Son solos rumores, la señorita hada, es muy hermosa para casarse solo por dinero. —
— La señorita hada, ya tiene la edad para casarse por si no lo sabias. ¿Y cómo que muy hermosa? —
— Vamos, sabes a que me refiero. Además, tú eres divina, mi amor. Y te explico, no solo por tener edad suficiente, significa que ya tiene una obligación. Todavía es joven y sí estuviera en sus zapatos, disfrutaría mi juventud. —
— Solo estás viejo. Y eso se escucha raro. No eres chica. Pero, entiendo tu punto. —
— Nosotros nos casamos porque estábamos y aun sigo enamorado, de jóvenes. —
— Desde pequeña ya sabía que te ibas a enamorar de mí, no te sientas importante. —
— Y te agradezco que me hayas enamorado. Fue en aquella ciudad, verdad. ¿Crees que ella se liberará o tendrá que ceder sus y los derechos? —
— Siendo subjetiva, tendrá libertad, pero no será feliz. Y La fábrica de Pokébolas. Lamentablemente tendrá que pasar a su futuro esposo. Vaya que ha llevado generaciones. —
— La tecnología de Kalos y el comercio en toda la región, en la palma de un joven millonario. —
La pareja mira un cuadro que tienen de enfrente, donde se titulaba el cuadro. Posiblemente tienen 30 o 40 años. No es importante ese hecho. Lo que más importa es sí la chica que vieron hace una vez, será libre o encerrada.
— Pienso que Shaymin, el Capitán Arenque y los voluntarios del pueblo. Son unas magníficas personas. ¿No lo crees, Pikachu? —
— (¿Me honrarás algún día como Shaymin algún día?) —
— Probablemente. Probablemente. — Saliendo del otro lado. Ash estaba conmovido por la gratitud, la conexión y los buenos gestos de la gente hacia los Pokémon. — Bien vamos arriba. — Subiendo para entrar al tercer piso.
— (Oh, no, no y no.) — Se queda parado en medio del segundo piso. — (Ya la hiciste una vez, no pasare por segunda vez. Ve tu sí quieres. Yo te alcanzo.) — Comenta muy molesto con la acción de Ash al saltarse otras pinturas.
— Esta bien, está bien. No tardes mucho y no destruyas nada. — Ash se acercó a Pikachu, se agacha y le da una palmadita en la cabeza.
— ("Eso debería decir yo" Si, no te preocupes.) — Alejándose de Ash. Sonriente porque tuvo palmaditas el día de hoy.
El entrenador por su parte se levanta y camina hacia el tercer y último piso.
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Tercer piso.
— … —
…
— … —
…
— … Esto se encuentra vacío. — Camina por los pasillos sin la posibilidad de ver a un alma. — No importa, veamos que tenemos aquí. —
Ash miraba los próximos cuadros. El Guardian del Bosque, el Metro Batalla, el Mar de Kalos, el Castillo de Kalos, la conmovedora historia de Golurk y el caballero, un cuadro que le recuerda a Mew, entre otras cosas. Pero, hay uno en particular que le intereso más.
— ¿Y esto? — Tratando de entender que significaba aquella pintura así que mira la descripción. — El Pokémon, el rey y la llave. — No hay que eso. Solo el título del nombre. — ¿Y ya? Nada más eso faltaba… — Dice al ver que no hay nada más.
— Se dice que el Pokémon era una flor, el rey que era el mismísimo rey de Kalos, y la llave nadie sabe. — Ash escucha una voz femenina a su lado derecho. — Pero, que tú vas a saber niño ignorante. ¿Te mandaron para una tarea y no conoces la historia de Kalos? — Con aire de superioridad le cuestiona.
— ¿Tarea? ¿Historia? ¿Qué? — Se encuentra muy confundido. Podría estar muy sonrojado al ver esta chica. Sin embargo, este no es el caso. Ella le insulto diciéndole niño. — ¡¿Acaso tengo una mochila donde diga que vengo de una escuela?! —
— Lo siento, me imaginé que eras de la academia. Mis disculpas, llamaré a seguridad para que te guíen a la guardería. Parece que un bebe se perdió en medio de la ciudad. — Lo encara sin tanto interés.
Una chica delgada, un poco más alta que Ash. Su cara es ovalada y fina, la piel blanca como la nieve. Unos ojos de color violetas, nariz redonda, una boquita pequeña, cabellera larga, su color de pelo es de un tono rubio albino, en ella se lleva un pasador morado que sujeta el flequillo de su cabello.
Esta vestida como colegiala, un chaleco y una falda de color morado con líneas fucsia y botones blancos. Y también sus botas del mismo color. Le interesa el color morado. Lleva un pañuelo blanco en su cuello para combinar los colores de sus botones.
— ¿Quién te crees? ¿Y de dónde saliste? — Ganas no le faltaba para pelear.
— Soy alguien con capacidad intelectual de deducción, niño. Cosa que tú no tienes y la observación tampoco. Ya que no viste que estaba siempre aquí. Te aconsejo que observes antes de comentar una estupidez. — Gira su cabeza para mirar todavía la pintura.
— ¡JA! ¡¿Crees que tener razón?! — Ya hecho furia, unas venas aparecían en su rostro. — No porque eres bonita significa que tengas razón. — Las cámaras del museo vigilaban los movimientos de ambos. Ash se dio cuanta al consejo de la chica.
La niña de cabellos rubios dice — ¿En serio, soy bonita? — Lo encara nuevamente y con una sonrisa.
— Si, pero… — Es interrumpido por ella.
— Lo sabía siempre… mis estatus no son poca cosa. Aunque, te perdonaré si me sigues por Instagram. — Saca su celular para enseñarle su perfil.
— ¿Qué? — Aun estando confundido, no deja su enojo.
— No te puedo creer, ¿No sabes que es Instagram? — Lleva sus manos a la boca, impresionada del chico. — ¿Vives en una piedra? Lamento que tus padres no paguen el Internet. Ya los tiempos modernos existe las recargas telefónicas así que tampoco hay que echarles tanto la culpa. —
— "¡¿Qué le sucede a esta chica?! ¿No piensa callarse un segundo?" — No sabía que hacer el entrenador.
— No te preocupes, cuando ya te adaptes en Kalos. Sabrás como utilizar una Pokédex. — Sintiéndose más ofendido Ash, a pesar de tener razón. No le sacaba su máximo potencial. No lo toleraba y ya estaba perdiendo paciencia. — No te quedes callado, tienes la suerte de hablar con una belleza como yo. Muchos matarían estar en esta posición. ¿Sabes? Soy muy reconocida y estar conmigo solo aumenta tus seguidores. — Alardeaba sus estatus principalmente.
— … —
— ¿Qué? ¿Se te ha comido la lengua un gato? ¿Te diste cuenta qué una belleza como yo, no puedes ni siquiera pronunciar una palabra? ¿Cómo sintiera una falta de respeto hacia mí? ¡Dime que soy bonita una vez más! Te lo permito. —
— … —
— Lo sabía, eres un bebe. Debería llevarte a la guardería como acto de generosidad. Además, podría tomarme muchas fotos con los niños para subirlos a mi estado. Muy buena idea. ¿Eres una casualidad? — Le toca el hombro para moverlo.
— Cállate. — Enojado le responde de manera cortante.
— ¿Eh? — Ash le quita la mano que tiene en su hombro derecho.
— Dije que te calles, solo hablas de tú y tú. Eres muy grosera y cruel. De nada sirve tener belleza si lo de adentro está vacío de ignorancia. —
— … —
— La belleza genuina está en el corazón y la mente, de nada sirve tu buen físico sin inteligencia y carácter. —
La chica no soporto más y le da una cachetada a nuestro entrenador. — Me importa una mierda, lo que pienses de mí. No te pedí tu opinión. Solo te pedí que me dijeras bonita. Y ni para eso sirves. — Su mirada transmitía furia, se da cuenta de lo que hizo y dice. — Que asco, toqué a un pobre y feo. — Con una cara de desagrado. Saca un pañuelo que tenía en su falda y se limpia. — ¿Para que perdí mi tiempo contigo? Mejor me largo, adiós niño. Y ojalá no te vuelva a ver. — Con la intención de retirase del lugar. Se acomoda su cabello y empieza a caminar para salir del tercer piso. — Sí te pones guapo… tal vez. Es un chiste. —
— … —
— Te doy un consejo… La belleza, cariño. Lo es todo. No lo olvides. Hasta nunca. — Las pisadas de las escaleras producían ese eco en la habitación. Ash la miro cuando se iba, notó que tenía un arete raro, podría preguntarse que era. Pero, por otro lado, y más importante.
— "¡¿Qué rayos?! ¡Acaba de pasar!" — Se toca la mejilla sobándolo rápidamente. — "Me duele, me duele, me duele. ¿Qué le pasa a esa chica? ¿Así serán todas las mujeres en Kalos?" — Aun enojado, pero sentía algo raro dentro de su pecho. No sabía cómo describirlo. Tenía completa razón de enojarse y gritarse. Sin embargo, no salía nada.
Se quedo allí solo, sin nada y nadie alrededor. Se siente vacío y frio el lugar.
— ¿Por qué siento que gané, pero a la vez perdí? — Pikachu se había tardado mucho, así que, igual como la chica salió, él también toma su ruta dejando aquel lugar donde una discusión termino mal.
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— (Satoshi, ¡Oye me dieron esto, mira!) —
— ¿Eh? —
Ash seguía sobándose cuando bajo las escaleras, y se encontraba en el segundo piso. Miró por toda la habitación si lo hallaba, no hacía falta hasta que hablo y le estaba mostrando una especie de dulce.
— (¡Esta delicioso!) — Sí no le entendiera diría "Cha~"
— … — Viendo que se lo come. — ¿Dónde lo sacaste? — Pregunta algo extrañado.
— (Me lo encontré por ahí.) — Terminaba de comer. Sonriendo ante el manjar del producto. — (Oye… ¿Estás bien?) — Dejo de lado sus pensamientos sobre el dulce. Mira como Ash estaba tranquilo.
— Oye, si estoy bien. — Se recompone por su Pokémon. — Es que vi un cuadro de un Pokémon, un Rey y una Llave. Me puso nostálgico. — Levanta a Pikachu del suelo. Este solo daba sus bracitos para que levante fácil.
— (¿Y de qué se trataba?) — Colocándose en su hombro derecho.
— Nadie sabe… —
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/7/
_ Noche. _
— ¡Muchas visitarnos por gracias! — La chica de la recepción se inclinaba. — ¡Digo! ¡Muchas gracias por visitarme! — Se da cuenta de su error. — ¡Por visitarnos! Eso, eso. — Pedía disculpas seguidamente.
— Si, gracias, supongo. — Se reía, ya no había modo alguno de ayudarla.
— Por cierto, le llamamos la atención a la chica que le pegó. No podemos hacer mucho, más bien mi gerente. Pero, por mi parte, digo que lo siento. ¿Cómo le puedo compensar? — La chica de cabello anaranjado le ruega una respuesta.
— … no, no te preocupes, solo estábamos jugando… — Aunque no servía de mucho, pero no quería preocupar a su amigo que escuchaba todo.
— (¿Te pegaron?) —
— ¿Sabes qué? Si, ¿Sabes dónde está el laboratorio de Kalos?, sé que está en la capital, sin embargo, no sé dónde dirigirme. — Con un gran ingenio le pregunta a la chica, para salvarse de las preguntas de Pikachu… por ahora.
— ¿Nada más eso? ¡Claro! Puede caminar por todo el Bulevar Norte y conectar al mismo tiempo el Bulevar Sur. Básicamente rodeándolo. O puede bajar de aquí, caminar por la Plaza Central y entrar por la Avenida Primavera. Prácticamente caminar hasta la Torre Prima y bajar. — Sin trabarse ningún momento de la explicación. — El laboratorio es una gran casa, esta entre la Avenida Primavera y el Bulevar Sur. —
— "¿Las chicas de aquí hablan mucho?" — Se detiene a ver a la chica. Otorgándole atención de arriba abajo.
— ¿Eh? — Se sonroja por la mirada del chico hacia a ella. — "Dios… será que…"— Entra en su mundo, mueve sus caderas como una colegiala enamorada.
— (¿Qué estás haciendo?) — Le toca la mejilla, le da risa como la chica se queda pensando de más.
— Perdón. Me distraje, ya sé dónde irme. — Haciendo regresar a la vida real de la chica.
— ¿Eh? — De repente empieza a sudar, se sonroja como tomate y tal vez empiece a llorar.
— Bueno, muchas gracias por tu ayuda. ¡Nos vemos! — Emprende su búsqueda para irse directamente a la gran casa.
— (No le preguntaste su nombre.) — Ya saliendo de la recepción. Y salir a las puertas del museo.
— Lo sé, no podía dejar que pensara que la estaba viendo. — Sus mejillas se sonrojan un poco.
— (¡Ja! ¡Lo sabía!) — Con sus patas se asemejaba de cómo se golpea de codo a codo. Solo que a la cara se lo hacía. Ya abriendo las puertas del museo y procediendo a salir.
— ¡Me llamo Connie! — Ambos escuchan como ella grito. Voltean a verla y notan que sería con una sonrisa.
— (Preguntando nombres sin pedírselo. Eres grande, amigo.) — Le comentaba con un gran sarcasmo.
— ¡Me llamo Satoshi, pero me llaman Ash! — Le corresponde a la chica. No podía dejar que el valor de la chica fuera en vano. — ¡Nos vemos! — Ya ahora si saliendo de la vista de la chica.
— (¿Y eso?) —
— Solo alguien con agallas de conocer gente. Ella tuvo esas agallas. — Ash, no malinterpretó tan mal. La chica tenía otros motivos, pero es lo que hay. — Connie… eh. —
— (Vámonos, ya es de noche y quien sabe si este abierto.) — Le golpea el hombro.
— Cierto, debemos irnos al laboratorio. Para finalmente descansar en un Centro Pokémon. — Yéndose en la ruta Bulevar para rodear todo Kalos. Por motivos de persecución o no volver por un tiempo ahí para no pasar vergüenza. Hay que pensar en las posibilidades. — O dormir en un hotel. —
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Luces por todos lados, desde una lampara hasta las letras de anuncios, la gente paseando, ya sea en pareja, con hijos, amigos, familiares o ya de plano, solos. Los negocios que estaban por ahí se lucían con su decoración, como si fuera una competencia de quien alumbra más. Por ello es la ciudad de las luces.
Los niños patinaban alrededor de Ash, por tremenda curiosidad de ver un Pikachu. Los adolescentes en bicicleta se consternaban en ver como aquellos niños se comportaba como tal… niños. La gente adulta usaba un tipo de servicio de transporte, donde se podía montar un Gogoat. La Gogoneta.
Si esto le ofrecía, que más le puede ofrecer estando en la plaza central. Aquí hay pocos puestos a comparación de lo que hay en el centro. Sin duda alguna, la capital es un buen lugar para vivir.
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— Por la ayuda de los niños y de Connie, ya llegamos… Pero, esto… no me lo imaginaba. — Miran desde afuera las altas varillas de protección. Que superan más de cinco metros. La gran casa tiene demasiadas ventanas de color azul, los muros de color crema, un gran techo azul. Arboles por todos lados. Este no es una gran casa… — Esto es una mansión. —
De un momento, se escucha la puerta abrirse.
— ¿Será que nos vieron y nos dejan pasar? — Le pregunta al roedor.
— (No me sorprendería…) — Asiente a lo dicho. Ambos ingresan en el gran pasillo. No había ningún alma, ni siquiera un Pokémon. Solo había el relieve de la mansión. —
— Me da escalofríos este lugar. — Las luces están prendidas. Aunque no quitan ese ambiente de tensión. Llegan hasta la puerta, ambos se miran y se preparan mentalmente, sin dejar de mantener la guardia. — ¿Listo? — Pikachu responde con un sí.
Ash abre la puerta, todo esta oscuro. Pero, se adentra. Camina todo derecho.
La puerta se cierra automáticamente, cada vez que da un paso. El entrenador lo escucha. Cambia su semblante a coraje puro. Para gritar al aire.
— ¡¿Hola?! —
Nadie contesta.
— ¡¿Hola, hay alguien aquí?! —
Nuevamente todo silencio. Aparte de los ecos producidos por Ash.
— Esto fue una mala idea. — Mejor hubieran intentado dormir en un hotel de cinco estrellas. Y no morir en una mansión de cero estrellas. — Vale, vale. Mejor nos vamos… ¿No es así Pikachu? —
No le responde y también había dejado de sentir a Pikachu en su hombro.
— Por favor… no me mates. Aun me falta ir a la liga y conquistar la batalla de frontera de Sinnoh. — No queriendo dormir para siempre. — Solo dame a mi amigo y nos vamos. No diremos nada. — Le habla a la nada. Hasta que ve una silueta. — ¿Por favor? —
La tensión se podría cortar con un cuchillo que esta no podría tener filo. Solo oscuridad y silencio puro.
Fue un error venir aquí.
¿Qué le dirán a su madre?
¿Qué le hubiera dicho a Connie?
¿Qué día volverán a verse… esa chica rubia y decir que…?
— ¿Qué estás haciendo aquí? —
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El siguiente paso: Preparación.
Desastre: Superficialidad.
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(1*) Sabemos que fue en octavos.
