_ Laboratorio. Kalos. _
_ Mañana. _
— Sophie mira esto… — Cosette le habla a su amiga quien está cerca de ella. La chica está sentada en su escritorio viendo la pantalla de su computadora.
— ¿Qué paso? — Se sienta a su lado. — Oye, es cierto. Se me olvidó… — Se suponía que debían checar las grabaciones cuando Ash entró a la mansión. Pero, por motivos inesperados no lo habían terminado de revisar.
— Si, ahora con más calma podemos verlo. — Lo miran de principio a fin. A medida que pasa el tiempo sus rostros se ponen más pálidos que antes.
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— Esto es raro ¿Verdad? — Quería buscarle lógica a la grabación, sentía que se movía su vista.
— Mas bien da miedo. — Se queda asustada.
Ellas miraron que Froakie abría y cerraba la puerta. Confirmando la versión de Ash. Sin embargo, lo que encontraron sospechoso. Es que el Pokémon tipo agua… volteaba a ver a la nada. Como si mantuviera una conversación con alguien.
Ambas están espantadas por la revelación. Checan todas cámaras cercanas, pero parece que ese punto donde veía Froakie, es un punto ciego.
— ¿Qué hacemos? ¿Le decimos al profesor? ¿A Ash? No queremos espantarlo ¿Verdad? — Ella repetía la grabación una y otra vez.
— Oye, no lo sé… — Se toca las sienes por lo estresada que esta. El día de ayer no fue mejor día del año. — ¿Qué más puede sorprenderme hoy? —
— ¡Chicas! ¡Froakie no está! — El Profesor Sycamore entra al laboratorio. — ¡Y la Federación ya llegó! —
— … ¿Algo más, Sophie? ¿Con que más nos sorprenderemos? —
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¡POKÉDEX V1.0625! *
— ¡AQUÍ YO!, ¿ALLÁ QUIÉN? —
TODOS LOS DERECHOS DE LOS PERSONAJES Y POKÉMON SON A SU RESPECTIVO DE CREADOR…
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/21/
_ Actualidad. Ruta 4. Kalos. _*
— ¡Achís! —
— Salud. —
Un nuevo comienzo para una cierta chica. Una nueva compañera para cierto chico. Un nuevo arco para esta gran historia.
Ash Ketchum, proveniente de Puebla Paleta, Kanto. Desde pequeño ha querido ser un Entrenador Pokémon. Y desea convertirse en un Maestro Pokémon. *
A su lado, se encuentra la bella e inteligente, Astrid Hashimoto. Proveniente de ¿?, Kalos. Desde pequeña ha querido viajar por la región. Aun no tiene un objetivo claro.
El camino de la ruta 4 es un gran sendero con arbustos y flores. Varios Pokémon tipo volador y bichos pasaban cerca.
Ellos se dirigen a la Ciudad Santalune. Donde Ash intentará llevarse la medalla del líder de gimnasio. Pero, eso no importa. ¿Cómo se lo estará llevando con su nueva amiga?
— No gracias, por tu culpa… por venir a Kalos. Te trajiste a ese grupo de idiotas. — Astrid toma su pañuelo que tiene guardado en su falda. Y se limpia la nariz.
— ¡No fue mi culpa que te subieras a la torre! — Ash ya le menciono de donde viene y quien era el Equipo Rocket.
Si… se llevan mejor que ayer.
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El siguiente paso.
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— Muy bien… déjame entender… — Astrid se lleva un dedo a la boca y mira al cielo. — Entrenas con tus Pokémon que vas capturando, se hacen fuertes y ganan medallas al retar a los lideres de gimnasio. ¿Estoy en lo correcto? — Hoy el día esta soleado.
— Si, estas bien. — El entrenado de Pikachu tiene marcado en su cachete, una mano. Él se está sobando en esa zona.
— Y quieres entrar a la liga para ser un Maestro Pokémon. — Ella no tenía una idea concreta de cómo ser entrenadora. Solo por conocimiento general conoce a su Campeona Regional y su Alto Mando. Ve que Ash asiente a lo dice ella. — ¿De seguro eres un entrenador? — Muestra una cara de decepción. Pues piensa un momento si realmente fue una buena idea viajar con él.
— No me mires así… — Suspira un poco. — Por cierto… ¿Cómo supiste que iba estar aquí? ¿Y cómo me alcanzaste? — Cambia de tema. Se preguntaba eso desde que ella apareció en la entrada. Solo tardó en salir del Centro Pokémon una hora.
— Eeeh… —
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_ Después de salir del Colegio. _
— ¿Alguna pregunta? —
— ¿Sabe dónde se fue el muchacho? —
Astrid le pregunta al profesor. Quien se muestra sorprendido. Es una completa sorpresa que ella esté en la mansión. Pues ayer en la noche se despidió cortantemente. Y hoy está pidiendo solamente una Pokédex.
— ¿Satoshi? Él ya se fue… probablemente este registrándose en un Centro Pokémon. — Le responde amablemente, pero ella no lo toma tan satisfecha. — Pero, lo puedes alcanzar en la ruta 4. ¡Por supuesto! — El profesor inmediatamente da la ubicación del chico.
— "Así que se llama Satoshi…" — Sonríe un poco. — De acuerdo. Muchas gracias, profesor. — Ella da una reverencia de respeto.
— Espera… ¿Vas a viajar sola? Quiero recomendarte algunos Pokémon Iniciales. Tenemos a Fennekin, un Chesp- — Comenta el joven profesor, él de su bolsillo sacaba unas Pokébolas. Pero, es interrumpido por la chica.
— Ya tengo a mi acompañante… Con su permiso. — Le enseña su Ultrabola. Es una Pokébola con dos colores, negro y blanco. En la parte negra tiene detalles amarillos. Tiene grabado un nombre de un Pokémon.
— "Absol". Discúlpeme, señorita. Entonces que tenga un buen viaje. — Se le había olvidado que ella poseía a un Pokémon. Él hace una reverencia leve.
Ella cierra la puerta. Un montón de personas le toma fotos a la chica. Ella solo posa y da una señal de victoria. Pasa de ellos.
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_ De regreso en la ruta 4. _
— Tenia una corazonada. — Cierra sus ojos y mantenía una sonrisa.
— ¡Vamos Gogoat! — Pasa una Gogoneta de lado de ellos. Esté se va para la Capital.
— Si fue una corazonada… — Suda un poco en su frente.
— Ya veo… — Dice Ash. Ya no queriendo darle más vueltas. — Entonces, Astrid. ¿Por qué tienes ese uniforme? — Tiene la intuición de que es un Colegio.
— ¿Quieres tener un ojo morado? — Le muestra su puño en señal de no dudará en pegarle.
— ¡La agresión física es un delito! — Él aleja de ella. Pone sus manos en modo defensa.
— No te preocupes… no hay nadie aquí. — La rubia se acerca. Pero, es detenida por un rayo que pasa delante de ella.
— (Te pase una… Otra más y no la cuentas.) —
Pikachu es el Pokémon Inicial de Ash Ketchum. Ella se halla detrás de ellos, él está atento al ambiente. Parecía que alguien los seguía desde hace rato.
— ¡Casi me electrocutas! — Astrid se queja del Pokémon. — ¡Es cierto! Ayer me electrocutaste. — Se lleva las manos a la cadera encarando al pequeño roedor. — ¿Qué tienes contra mí? ¿Soy alguien que desea electrocutarse? —
— (¡Dame razones para que lo haga!) — Pikachu no se deja intimidar por la rubia.
Pikachu también se lleva mucho mejor con la compañera de Ash.
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— Es algo protector. — Satoshi le explica a Astrid del comportamiento de su Pokémon. Se reía un poco por la situación. — ¿Te acuerdas de qué me pegaste en el museo? Él se enteró ayer… —
— Pero, eso no significa que me deba lastimar. — Ambos proseguían en su camino. Pikachu se separa un poco, siente esa presencia todavía.
— "No te vayas a morder la lengua." — Piensa nuestro protagonista. Le resultaba algo irónico que ella diga eso.
— … Perdón… — La uniformada susurra. Lo suficiente para que Ash escuche. Se siente un poquito mal del como lo trato al inicio. Aunque eso no significa que vaya a cambiar de un día para otro.
— … No te preocupes. Todo bien. — Le da un pulgar de aprobación.
Ella muestra una pequeña sonrisa. — De acuerdo… — Cierra sus ojos y lleva sus brazos hacia su espalda. — Nos estamos dirigiendo a Ciudad Santalune… — Ella mira a Ash.
— Nos tardaremos un rato. Pero, sí. — Él después de decir eso. Ambos se quedaron callados. El ambiente no era tan incomodo, sin embargo, no había tema de conversación plena. — ¿Has visto batallas Pokémon? — Solo Ash puede hablar de combates y combates.
— "En mi escuela…" Solo un poco. No entiendo muy bien. Nunca he combatido. — La rubia solo vio las presentaciones de algunos chicos. No tenía tanto interés en ese entonces.
— ¡¿Qué?! — Ash está demasiado asombrado. — ¡Las batallas son las mejores! — Lo comenta como si fuera un niño de 8 descubriendo un juguete nuevo.
— … — Astrid se aleja un poco de él. Se acerco mucho a su espacio personal. — C-C-Claro, entiendo. — Se siente un poco tímida. — ¿De qué manera combates? — Interesándole un poco. Quería saber si él tenía elegancia, estrategia o clase a la hora de batallar. De cierta manera, debe tener un plan.
— ¿Eh? Solo Pikachu, hace pum y pam. — … Ash movía sus manos. Astrid solo quería decirle que se comporte serio. Pero, se guarda el comentario, lo ve un poco tierno y divertido así.
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— ¡Tu! —
Una chica con un casco, unos guantes, rodilleras y coderas de color negro. Camisa blanca y pantalones cortos azules con unos patines negros. Por supuesto, es una patinadora. Ella de la nada le apunta a nuestro entrenador.
— ¿Yo? —
Ash se señala a sí mismo. Astrid levanta una ceja y está algo confundida.
— ¡Si pudiera seguir patinando mientras estoy combatiendo sería la extraordinaria! — Ella muestra una Pokébola común. —
— … Ah, ya. — Por supuesto que no entendió a lo que se refería la chica.
— … Te reto a una Batalla Pokémon. Mi nombre es Sofia. — Queriendo ser más directa mientras se apuntaba a sí misma.
— "Que oportuno." — Piensa la rubia, hace unos segundos estaban hablando sobre los combates. — Querida, no ves que estamos viajando. ¿Por qué no buscas a otra persona que pierda su tiempo contigo? —
— Gagh… —
— Ay. —
— (…) — Los tres no se esperaban esa respuesta de Astrid.
— No te hablé a ti rubiales. Le hablé al chico guapo. — La chica tiene una vena en su frente.
— … — Ella mira de arriba abajo al entrenador. — Querida… parece que necesitas unos anteojos. Conozco una marca que te puede graduar unos a mitad de precio. — Saca su celular y busca entre sus contactos.
— ¡Cállate! Entonces ¿Qué? ¿Sacarás a tu Pokémon o me darás dinero? — La patinadora está en una distancia decente.
— Vaya… Querida… no sabía que necesitabas dinero… comprendo tu situación… — La mirada de Astrid cambiaba de seriedad a pena.
— ¡Te dije que te callaras! Así es como funciona los combates. — Ya se estaba desesperando de la rubia.
— ¿Eso es cierto, Satoshi? — Consulta Astrid a su compañero de viaje.
Pero, el cerebro de Ash aun procesaba lo que está ocurriendo… peor, una chica le dijo "guapo" … ¿Desde cuándo una femenina se molestó en mirarlo? ¿Desde cuándo una mujer le da un cumplido? ¿Desde cuándo recibió su ultimo halago? Él se sonroja moderadamente.
Esto no pasa desapercibido por Astrid. Le da un codazo a Ash para que reaccione. — Bien Romeo. Demuéstrame como son los combates. — Ella sonríe de manera no tan simpática. Estaba siendo ignorada por una extra.
— ¿Eh? Ah sí. Acepto tu reto. — Sale de sus pensamientos. Aun manteniendo su sonrojo.
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Astrid se sienta en una piedra grande y un árbol que la protege del sol. Verá de primera mano cómo es un combate.
— ¡Pikachu! ¡Te elijo a ti! — Ash manda a su Pokémon inicial al campo de batalla. Sujeta su gorra y oculta sus ojos.
— ¿? — La chica se queda confundida. ¿Es super eficaz? — Oye… ¿A quién le hablas? — Ni siquiera saco una Pokébola. — Si tienes Pokémon ¿Verdad? —
— ¿Eh? — Nota que su Pokémon no está su posición.
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— ¿Y tú qué haces aquí? ¿No irás allá? — Astrid ve al Pikachu está a su lado. No tan lejos de ella, pero tampoco tan cerca.
— (Estoy tomando un relevo.) — Dice el roedor amarillo. Se acomoda en la fría piedra.
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— ¡Ay que lindo! ¡Un Pikachu! — Dice la patinadora al notar como la rubia habló a la nada. Y esa nada, era un Pokémon eléctrico.
— ¡Pikachu! ¡Ven aquí! — El entrenador le grita desde lejos. Lo suficiente para que escuche claramente.
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— Te está llamando. — Dice Astrid mirando a Ash que hacía gestos de que fuera con él. Ella le está dando un dulce que le había entregado antes en el museo. — No es que me importe. —
— (No me quieras comprar con eso.) — Le niega su dulce. — (¡Mira el árbol!) — Grita Pikachu. Alguien más pelearía por él. — (Lo tomaré, pero no porque quiera…)— No contuvo la tentación del dulce.
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— ¿Qué? ¿Dónde? — Miro por todos lados y no hallaba nada.
— Chico… ya me estoy cansado de esperar. ¿Y si lo dejamos para después? — Dice su oponente femenina.
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— ¡Es una buena idea! — Astrid escucho la sugerencia. Desde hace un par de minutos no hacen nada. Quería proseguir con su aventura sin tantas intervenciones. Sofia le grita que se calle. — Que carácter. — Suelta un bufido.
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— ¡Ah! ¡Ya te vi! — Ash noto en un árbol con demasiadas hojas. Esta un Pokémon que conoció en la Capital. Nuestro protagonista le saluda.
— (¡Kie!) — Salta la rama y se pone al frente de Ash. El Pokémon de tipo agua conversa con Satoshi. Intercambian algunas palabras.
— ¡¿?! — Las chicas levantan sus cejas, están sorprendidas de que un Pokémon salió de la nada. Pikachu sonríe era esa presencia.
— ¿Quieres pelear? — Ve que este asiente. — Cuando terminemos, hablaremos. — Vuelve a su posición de la gorra. — Muy bien. Ya estamos.
— Claro… — Realmente ya dudaba si quería seguir o patinar por ahí un rato.
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— Froakie, el Pokémon rana burbuja. Froakie crea burbujas en su pecho y espalda llamadas "frubujas", las cuales actúan como un cojín y suavizan el golpe del ataque de un oponente. —
— Ya veo. Así es como funciona la Pokédex. — Astrid lo usa por primera vez. Ve que tiene una lista de Pokémon regional los cuales estás sombreados. Pero, mira que el Pokémon que escaneó ya se encuentra coloreado. Con sus datos y entradas. — Este viaje será emocionante… — Sonríe muy satisfecha.
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— Ve K.F.C. — Grita la patinadora revelando a su Pokémon.
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— "No te creo… "— Astrid se da una palma en la cara. Se masajea el talo de nariz. — "Esto ya es ridículo en grandes escalas." —
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— No conozco a ese Pokémon. —
— Fletchling, el Pokémon pequeño petirrojo. Aunque el trinar de Fletchling es hermoso de escuchar, es implacablemente duro con aquellos que entran en su territorio. Se puede encontrar en la ruta 2, ruta 3 y Bosque Santalune. Su tipo es Normal como principal y Volador como secundario. Su enumeración es 014 de Kalos Central. — Con lujo de detalle le explicaba al entrenador.
— "Rayos ¡No era momento de informar todo!" — Se desesperó desde que dijo la Pokédex "Territorio".
— Bonita Pokédex. ¿Eres extranjero? — La chica quedó asombrada por el modelo. Le interesaba mucho como informaba el aparato que lo que tardaba.
— Si… pero, olvida eso. Por favor, comencemos. — Guarda inmediatamente su Pokédex. Los dos sonríen y la chica avienta su Pokébola al aire.
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Batalla de Ash (Froakie) vs Sofia (Fletchling).
— Da un pequeño canto mi bello K.F.C — El Pokémon da un Grito. Baja el nivel de ataque de la rana.
— Froakie ¡Doble equipo! — Se multiplica como máximo unos 20. — ¿Por qué le dices K.F.C?... — Tiene curiosidad por cómo le llamo. — ¡Burbujas! — Todos los Froakies se dispersan, unos se suben a los árboles y otros están en el suelo.
— Es un mote muy chulo eh. ¡Esquívalo! — El pájaro lo esquiva con dificultad. — ¡Significa Karateka de Fuego Concentrado! Dale un Picotazo, K.F.C — La chica baila con sus patines puestos.
— ¡Eso es genial! — Algunos Froakies desaparecen y el original se aleja lo suficiente.
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— "¡NO! No lo es… Dios mío." — Astrid se toca las sienes. — "Aun estoy a tiempo en abandonarlo." — Mira al muchacho, el rostro de él demuestra felicidad y energía. — … — Lo piensa unos segundos y luego se contagia de esa diversión. Ahora observa atentamente la batalla.
— (…) — Pikachu ve de reojo a la rubia. Sigue comiendo su dulce dado por la chica.
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/22/
_ Actualidad. Laboratorio. Kalos. _
— ¡Holis! —
— Revisen por allá. —
— Aquí es un desastre completo. —
— … —
— … Buenos días… No me imagine que usted vendría… —
Es una mujer de avanzada edad, viste de una blusa ancha de color marrón oscuro, falda larga de un marrón más claro, zapatos de tacón hecho piedra. Cabello largo hasta la cintura, voluminoso y color negro. Tiene accesorios en su muñecas, zapatos y cuello con forma de dragón. Ella tiene un semblante alegre y sereno… con pechos grandes.
— Señorita Drácena. —
Es una de los miembros del Alto Mando de la Liga Pokémon en la región de Kalos. Su especialidad Pokémon es de tipo dragón.
Hay personas que la acompañan, tomando muestras, fotos y evidencias del laboratorio y de la mansión. Son la Federación de Contra Terrorismo (FCT). Los tres investigadores están parados y enfrente de la señora, los cuales se inclinan por respeto.
— Jiji. Si lamento las molestias, Sycamore. — Contesta con una sonrisa.
— N-N-No, no se debe disculpar. — El profesor esta un poquito nervioso por la presencia de ella.
— Vaya, vaya. De acuerdo. Por cierto, buenos días, Señoritas. — En ningún momento ha abierto sus ojos. Pero, siente la presencia de las asistentes del profesor. Ellas le contestan con un poco más de tartamudeo.
No era extraño para los tres que se presente una Alto Mando. Es hasta obligatorio en esta situación. Ya habían conocido a otros dos, una chica de cabello rosa y uno rubio, pues pasaban a la mansión para hablar con el Profesor Sycamore. Y, además, es de conocimiento común que se conozcan a los Altos Mandos y de ley a la campeona.
Esta situación era diferente. Están en presencia de una de las más fuertes después de Diantha. Agregando que es la primera vez que están cerca de ella. Tiene mucho respeto por ella, ya sea por su fuerza o su edad. Sea lo que sea. No esperaban que pasara a mayores.
— Discúlpeme por mi atrevimiento Señorita Drácena. — El profesor llama su atención. — ¿No debería estar acompañada de nuestro Líder de Gimnasio? —
— Oh, vaya. Hablas del Joven Clemont. — Ve que él asiente. — ¿No se acuerda? Hoy es su reunión con los lideres de gimnasio y por supuesto, la campeona. — Explica brevemente la ubicación del líder. — Es una mala fortuna que haya pasado esto. — Al parecer el líder no estuvo presente desde hace dos días para asistir a la reunión.
— Oy- Digo… ¿Y usted no debería estar tampoco? —
— Vaya, vaya. ¿Acaso soy una molestia? —
Cosette golpea con el codo al estómago de Sophie. Regañándola de no tener tacto. El profesor solo se disculpa por su asistente.
— Jiji, no te preocupes. Solo bromeo. Vaya, no querida. Es únicamente para los lideres y lo del Alto mando es la próxima semana. Eso me recuerda, el guapo Narciso está en Bastión Batalla, el fuerte caballero Tileo está en su castillo y la hermosa Malva está entrevistando al Maestro Lysson. — Dando las ubicaciones de los restantes. El profesor levanta su ceja derecha al escuchar el ultimo nombre.
— Así que usted estaba más cerca. —
— ¡Si! — Junta sus manos en una posición de rezar. — Además, la campeona ordenó a la señorita Malva que viniera aquí, pero como está ocupada y estoy cubriéndola. —
— ¿No es peligroso que nos comente esto? — Dice Cosette pues Drácena da más información de lo que debería.
— Vaya, vaya. Dije de más ¿Verdad? — Se lleva una mano a la mejilla. — No me queda de otra, tendré que detenerlos. — Saca una Pokébola de la mano libre que tiene. Los tres se asustaron mucho. — Solo bromeo. Si no fueran parte del personal, entonces, amablemente y con respeto les pediría que se retiraran de aquí. — Guarda su Pokébola, pero aun así dando una advertencia a los investigadores. Ellos asienten ante el hecho.
— Entendemos… ¿Cómo le podemos ayudar? — El profesor se acomoda un poco su camisa.
— ¿Ya terminamos de hablar? Vaya, y yo pensé que me regalarían un poco de té. — Ella se ríe un poco.
— ¡Lo lamentamos! — Cosette y Sophie corren a la mansión para preparar una taza.
— Jiji. — Se lleva un mano a la boca, el profesor es contagiado por la alegría de la señora.
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_ Ruta 4. Kalos. _
— ¡K.F.C! ¡Tacleada! —
— ¡Golpe! Froakie! —
Ambos impactan. El daño es mutuo. Retroceden lo suficiente para esperar otra orden.
Astrid usa su Pokédex para ver que ataques se están refiriendo a ellos. Ve que Fletchling usa Tacleada y Froakie esquiva sin tanta dificultad. No son Pokémon tan fuertes ni exóticos para ella. Pero, ver que ambos retadores batallan como si fuera la final de un torneo. Siente esa pequeña chispa de cómo se siente Ash.
Hasta Pikachu quiere luchar, ahora se arrepiente de haberle dejado a su amigo luchar.
— Usa tus frubujas y dale con ¡Pulso de Agua! — Varios Froakies desaparecen de repente.
— ¡NO! — A ver que cayó en una trampa.
El Pokémon toma de su cuello, le apunta a Fletchling, este cae al suelo pues sus alas están pegadas por las frubujas. El Pokémon volador queda inmóvil, queriendo quitar la cosa pegajosa hasta que escucha como la voz de Froakie le llamaba al aire. Este, mira y ve como una gran bola de agua está siendo creada por la palma de él. Cierra sus ojos sabiendo que ya es su final.
Fin de la batalla.
Una cortina de humo yace en la dirección de Fletchling.
Froakie regresa con el entrenador.
La patinadora Sofia queda derrotada.
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Astrid no se lo esperaba. Solo ella pensó que solo aventarían ataques y defensas. Sin embargo, se llevó la sorpresa de que Ash tenía un ataque sorpresa. Ella se levanta junto con Pikachu a su lado y se dirigen con Ash.
— Ufff… —
— Vaya, no me lo esperé para nada. — Dice la rubia al ver como Satoshi se quitaba el sudor de su frente. — Felicidades. — Le da unos pequeños aplausos.
/ — Bien hecho, ¡Ash! — /
¿Sabes que el tiempo es un arma de doble filo por qué te hace recordar cosas buenas como las malas? ¿Cosas divertidas o vergonzosas? Te diviertes en el ahora, y sin querer una acción te hace recordar el pasado, es un sentimiento de nostalgia o lo que sea, ¿No quieres volver un tiempo atrás en el lugar y momento exacto?
— "Dawn." —
— Aun no me llama la atención de esto. Pero, ya tengo una idea. — Dice Astrid sonriendo. Ella quería probar como pelearía su Absol en un combate. Sin embargo, siente que aún no está preparada para pelear.
El humo del campo ya se desvaneció por completo y al Pokémon con los ojos en espirales. La Patinadora lo regresa a su Pokébola.
— Yo empecé con esto del patinaje persiguiendo a los Fletchling que veía revoloteando por ahí. — Dice la chica acercándose también al entrenador. Saca su Pokédex de su pantalón y teclea algunos botones. — Bien, me ganaste. Toma unos Pokédolares. — Dándole aceptar a la transferencia.
— Claro… gracias… — Ash no entiende que está sucediendo. Froakie se acerca a Pikachu y conversan.
— Más adelante, habrá más retadores. Así que prepárate. Nos enfrentaremos otro día. — Le da una sonrisa sincera. En cambio, a Astrid. — Será mejor que te separes de ella algún día. Es muy grosera. — Le da una mirada enojada.
— ¡¿Disculpa?! — Esta indignada. Pero, la patinadora se retira del lugar… pues patinando. — Cuando te vea de nuevo ¡Veremos quien vuelve a patinar! — Le grita lo suficientemente algo para que la escuche, incluso junto sus manos a la boca.
— "Misty." —
— Dile algo tú también. — Dice Astrid. Su compañero no decía nada para defenderla por lo menos. — ¿Eh? — Nota que Ash no ha hablado desde que se acercó a él. — ¿Te ocurre algo o será que este combate ya te quitó las ultimas neuronas que tenías reservado? — Le da una mirada fulminante. Pero no recibe respuesta.
— (¿Ash?) —
— (¿Fro?) —
Los dos Pokémon observan como mira fijamente a Astrid. Quien no pasa desapercibida de esto. Se cubre los pechos y se agacha unos segundos. — Cerdo, hombre tenías que ser ¿Qué cosas estarás pensando de mí? —
— "May." —
— … —
Astrid no siente que él la mire como una chuleta de carne. Ella pensaba que miraba sus pechos o su trasero como todos los demás. Puede que le guste la atención, pero no que la miren como una chica fácil y sumisa que tengan la libertad de imaginar que cosas sucias. Y él estaba como si estuviera en su propio mundo.
Ella en respuesta suspira. Froakie le pregunta a Pikachu que estaba pasando, pero ni siquiera él sabe.
— Solo eres un niño. Olvida lo que dije ¡Solo despierta ya! —
— "Iris." —
…
— ¿Eh? — Retrocede, tropieza y cae al suelo. — Auh. —
— Ya era hora. ¿Qué es lo que te ocurre? —
— Eso dolió… — Se levanta y posteriormente se soba la parte donde se lastimó. Ash ve como Astrid esta enojada. Y sin tanta demora el responde. — Perdón, solo me recordaste a unas amigas. —
— ¡Que grosero! Recuerdas a unas chicas cuando estas con una chica. — Se cruza de brazos. — Lo lamento, Romeo ¿No quieres llamarlas para saber cómo están mientras estoy aquí también? — Empieza a retomar el camino a la Ciudad Santalune. — "¿Para qué me emocioné por él?" — Recordando los gestos inocentes de Ash en la batalla.
— ¡Oye tranquila! ¿¡Qué te pasa!? — Se adelanta y le cierra el paso. — No es lo que crees. —
— Entonces, ilumíname, Romeo. — Pone su mano a la cadera.
— E-e-es que… pues… ya sabes… jeje. — No tenía palabras para describir lo que sentía ese momento.
— Me lo imaginé… — Suspira decepcionada. Golpea de hombro a Ash y este se mueve de lado. Pikachu se enojó por esta acción.
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— Solo me recordaste a unas amigas apreciadas. —
— … — Se detiene para escuchar.
— Son bonitas personas. — Mira al cielo despejado.
— "Ya veo…" ¿Soy más bonitas que ellas? — Se toca el brazo izquierdo.
— No hay duda de que eres bonita. Después de todo, eres mi nueva amiga. — Baja su cabeza para mirarla.
— … Sigamos. — No era lo que ella esperaba. Pero, tampoco ya no se encontraba enojada. — "Una amiga… eh." — Sonríe levemente.
— "¿Quién te entiende?" — Ash se rasca la cabeza. No podía comprender las acciones de las chicas en general.
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— ¿Cómo supiste que estaba aquí? —
— (Froakie, Fro. Kie Kie.) —
— (Dice que oyó cuando te ibas. Así que se escapó y nos siguió en todo el camino.) — Pikachu traduce lo que decía Froakie.
— Entiendo. Supongo que quieres embarcarte a mi aventura. ¿Verdad? — El entrenador tiene en ambos hombros a los dos Pokémon.
— (¡Kie!) — Asiente con una sonrisa.
— De acuerdo. Entonces, bienvenido a mi equipo, amigo. — Toma una Pokébola vacía de su cinturón.
— ¿Cómo así? ¿Así de fácil se atrapa a un Pokémon? — La rubia está al lado de Ash, mirando como su amigo obtenía un nuevo Pokémon. — ¿No deberías luchar primero contra él o algo así? — Ella entendía que debería capturarse limpiamente.
— No precisamente, aunque ya lo hicimos también. — El Pokémon de tipo agua grita en afirmación. — Si hay confianza entre nosotros, no se necesita un combate. — Le explica calmadamente.
— Entiendo. ¿Cómo se atrapa? — Le interesa un poco más sobre los Pokémon.
.
— ¡Ve, Pokébola! — Ash lanza su Pokébola en dirección al Pokémon inicial. Este es absorbido por ella.
— Que fácil… Aunque impresionante. — Ella mira cómo fue limpio el lanzamiento y como la Pokébola se mueve en el suelo.
.
..
…
¡Satoshi Ketchum ha atrapado a un Froakie!
— ¡Si atrapé un Pokémon! — Ash salta de alegría y recoge la Pokébola. — Tendremos muchas aventuras, amigo. — Lo guarda en su cinturón.
— … — Astrid observa su Ultrabola que tiene en la falda. Lo toma para admirarlo mejor. Nunca sintió como es atrapar a un Pokémon. ¿Cómo se habrá sentido Absol cuándo la atraparon? Fue de la misma manera o combatió.
— ¿No quieres sacarla? — Ash se acerca lo suficiente a la rubia.
— No… no creo que sea momento. — No sabe cómo va a reaccionar su Pokémon.
— Tranquila. No sé qué haya pasado, pero se arreglará. — Le pone su mano al hombro.
— … Gracias… Satoshi. — Guarda igualmente su Pokébola. No siente alguna malicia de Ash por tocarla. Ella por primera vez siente la empatía de alguien… además de su otra amiga…
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_ Ayer en la noche. Dormitorios. Kalos. _
— ¡Señorita Astrid! —
Clarissa lloraba en el hombro de Astrid. Además, que la abrazaba con mucha fuerza.
— Tranquila, querida. Déjame respirar. —
Ellas están en el dormitorio de la rubia. Clarissa estaba muy preocupada por Astrid, no había llegado al departamento en su tiempo. Por cierto, la chica momentos antes había guardado a su Pokémon.
— Me tenía preocupada, Señorita Astrid. Nunca me vuelva a hacer eso. — Ella después de salir de la escuela, se dirigió a su dormitorio. Prendió su televisión y miró las noticias, vio como una chica de su colegio caía de la Torre Prisma y era salvada de un chico y por un Garchomp. Reconocería en cualquier lado ese cabello rubio. Trato de llamarla y mandarle mensaje, pero no contestaba.
Así que, ella esperó todo el tiempo. Lloraba dramáticamente.
— … ¿Por qué estás aquí? — Sentía un poco de pena. Le había humillado en la escuela y ahora estaba aquí. Llorando en su hombro.
— Porque soy su amiga. Señorita Astrid. Me preocupo por usted. — La seguía abrazando.
— Ya veo… — Aun no corresponde el abrazo. — Yo… en la tarde… lo que paso. — Busca las palabras para disculparse.
— No es necesario, señorita. — Se separa un poco de ella para que se miren a los ojos. — Me alegro de que este bien. — Le da una sonrisa sincera.
— … Gracias… — Por fin corresponde el abrazo.
.
Astrid habla con Clarissa durante casi toda la noche. La rubia se sinceraba cada vez más. Aunque no dejaba su lado de clasista. Esto no le molesta a la castaña. Ya la conoce desde el primer día.
Seguían hablando de todo. Hasta que llegan a un momento donde la cara de Clarissa pasaba de felicidad, asombroso, tristeza, compresión y alegría. Ambas se apretaban las manos y se dan un último abrazo.
— Le deseo mucha suerte. Señorita Astrid. —
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/23/
_ Actualidad. En el centro de la Ruta 4. Kalos. _
_ Tarde. _
— "Gracias, Clarissa." —
Ella mira una fuente que presenta unos llamativos colores dorados y turquesa. Con dos figuras que expulsan agua. Es un espacio podado con forma de octágono y rodeado de escalera.
— "La aceptación como fuente de la armonía." — Ella lee una descripción de una placa frente a la fuente. La cual se llama la Fuente Nácar
Alrededor de ella hay patinadores que se divertían de lo mejor. Hay tres caminos en la fuente. La que vinieron, la que lleva a la Ciudad Santalune y la otra que va para un pueblo.
Astrid está con Pikachu a su lado.
— ¿Cuánto va a tardar Satoshi? — Le pregunta a Pikachu. A pesar de que no le entenderá mucho.
— (…) — Pikachu escucha, pero no contestó.
— ¿Qué tienes conmigo? Ya supéralo ¿Sí? — Ya la tenía cansada por su actitud. — Mira, no le haré nada malo a Satoshi. Si es lo que piensas… lo siento. — Se sincera y le da la mano a Pikachu.
— (…) — Rechaza su mano. Esta acción le dolió un poco a la rubia. Así que se mantiene al margen.
.
— No creo que lleguemos a tiempo a la ciudad. —
— Te dije que no nos detuviéramos con esa chica y los demás inútiles. —
Ambos cuando avanzaban en el camino fueron retados por varias personas, patinadores, Pokéfan hasta unos Jardineros. Ash ganó cada uno. Las victorias eran claras y por supuesto, obtenía dinero de por medio.
— No lo comprendes. — Ash se siente insultado y molesto de que no pueda batallar.
— ¿Y ahora qué hacemos? Señor entrenador. — Astrid no se iba a dejar por los comentarios.
— Podemos acam- — Es inmediatamente interrumpido por la chica.
— Absolutamente no. — Cruza sus brazos. Nunca se ha dormido al aire libre y no va a ser ese día.
— Hay un pueblo cerca. Tal vez, haya un Centro Pokémon. — Da otra idea.
— Mucho mejor, vámonos antes de que se haga más tarde. — Camina a la dirección del pueblo. Dejando atrás el ambiente divertido de la fuente. Ash la sigue con su Pikachu.
.
_ Laboratorio. Kalos. _
— Vaya, vaya. Si que fue un desastre aquí. Joven profesor. — Dice Drácena al ver la conclusión del lugar. —
— Lamento los hechos. — El profesor se disculpa con una inclinación decente.
— No te preocupes, fue inesperado. Le informaré todo a la campeona para nos ayude a la reparación del laboratorio y de la mansión. — Camina la Alto Mando a la salida, los asistentes de parte de ella salen del lugar con evidencias y muestras.
— Le agradezco muchísimo. Pero, la mansión yo costearé su reparación. — El profesor Sycamore no quería abusar de la amabilidad. Drácena suspira un poco y dice que ella no lo decidirá, pero tendrá su apoyo.
Cosette y Sophie ayudaban a los asistentes para que no sean interrogados por la prensa que aún seguía ahí.
— Pensé que los atentados se habían acabado desde la revolución. — Muestra un poco de tristeza la Alto Mando.
— ¿Usted estaba? — Pregunta curioso.
— Vaya ¿Me veo tan vieja? — Sonríe nuevamente y tiene una vena en la frente. El joven investigador se disculpa inmediatamente. — Solo bromeo. Tranquilo Joven Sycamore, todavía ni nacía. Fue hace más de 70 años. Durante este tiempo hubo paz. — Es habitual encontrar robos, secuestros o presuntos asesinatos. Eso se podía solucionar rápido. Pero, no uno donde la vida de todos corre peligro.
El atentado en la mansión y la Torre Prisma, es preocupante para todos.
— Así que el Equipo Rocket. Estaremos atentos a cualquier situación, le avisaré a los lideres. —
— Informaré cualquier actitud sospechosa. — Le da una mirada de confianza a la señora.
— Vaya, hombre de palabra. No había visto eso hace tiempo… tomaré su palabra. — Se cruza de brazos. — ¿Sabe quiénes son las personas que salvó ayer en la noche? — Frunce su ceño.
— Oh… — Sycamore esta acorralado por la pregunta. No podía decir que Ash estuvo implicado, pues sería interrogado por la Federación. Y quién sabe cuándo saldrá. — Eso… fueron unos niños que tenían problemas de pareja. Ya sabe… la juventud. — Se quita una gota de sudor de su frente. — Se adentraron y cayeron de la torre. —
Drácena deja su semblante y saca su celular de su blusa. — Sea lo que sea, estoy feliz de que los hayas salvado, Joven Sycamore. — Revisa un poco su celular. — Pero, no podemos dejar de investigar, más tarde iremos a la Torre Prisma. Los niños que salvaste causaron problemas a pesar de las advertencias del mantenimiento. —
— Entiendo, perdón por mi insensatez. —
— Disculpas aceptadas. Ahora debe arreglar sus asuntos con la prensa. Porque recuerde que usted es el protector después de Clemont en la Ciudad Lumiose. No queremos que la gente se preocupe de más. — Deja su ceño y se espanta un poco. — Vaya, ya es tarde. Tengo que regresar para ver mi novela. — Se preocupa un poco por la hora.
— "¿Cómo serán sus ojos? "— Se cuestiona el profesor. — "Pero, la verdadera pregunta es ¿Cómo pudo ver la hora? "— Nunca vio que revisará el tiempo, y durante el tiempo de su estancia, en ningún momento abrió sus ojos. Hay rumores donde dicen que ella: Tiene los mejores ojos, es ciega o cuando lo abre se pone bastante seria.
Pero, ahí la ve, con una sonrisa y alegría. Juraba qué si tuviera menos años, ella daría brincos al caminar. Drácena es seria cuando quiere y cariñosa cuando quiere. Todos se despiden la Federación y de los asistentes del profesor.
— Bien, me toca hablar… — Se dirige a la prensa que estaban emocionados por presencia de Drácena y el profesor que por fin va a hablar. Porque un tiempo después, tendrá que ir a la Torre Prisma para declarar. Abre su boca y dice…
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— ¡Corre! —
— ¡Si no me dices, no me doy cuenta! —
— (¡Ayuda!) —
— ¡Cuidado! / ¡Quítense! / ¡Aléjense! / ¡Perdón! / ¡Muévanse! / ¡Muéranse! —
Ash, Astrid y Pikachu están siendo perseguidos por unos Rhyhorn. Los cuales tiene montados a unas personas. Todos se dirigen hacia a ellos.
Ash atrae a Astrid a un lado y Pikachu esquiva saltando al otro lado.
Los Rhyhorn pasan de ellos.
— ¡Malditos locos! — La rubia se queja aun con los brazos de Ash. — ¡Hagan sus carreras en los patios de sus abuelas! —
— ¿Carreras? — Se pregunta el entrenador. La chica tiene bastante fuerza. Ash aun sujetando a la rubia saca su Pokédex y escanea algunos que van pasando.
— Rhyhorn, el Pokémon clavos. Rhyhorn embiste temerariamente de frente, arrasando con todo lo que se interponga en su camino. Se puede encontrar en la Cueva Brillante. Su tipo es Tierra como principal y Roca como secundario. Su enumeración es 050 de Kalos Costa. —
— Aun no me acostumbro a esto. — Han escaneado con las batallas anteriores, y siempre Ash tardaba en pelear, hasta guardaba su Pokédex aun hablando.
— ¡Cuando me los encuentre, vivirán un infierno! — Astrid deja su forma educada. — Y será mejor que tú me sueltes si no quieres morir antes. — Ser abrazada por él otra vez, le avergonzaba un poco.
— Ups… lo siento. — La suelta, guarda su Pokédex y se acerca su amigo Pikachu.
— ¿Qué están haciendo todos ustedes? No deberían estar aquí. —
— Oficial Jenny. —
Es una mujer de cabello azul verdoso siendo recogido en forma de coleta. Camisa de manga corta blanca, una minifalda negra y unas medias del mismo color. Su gorra de color azul calor con adornos dorados y el chaleco del mismo color también. Sus tiene algunos accesorios, lo clásico. Una corbata, guantes blancos y un cinturón negro que lleva prendida una cartuchera negra. Ella está montada de una moto blanca.
— Están parados en la pista de carrera de Rhyhorn. Y eso merece infracción chicos. — La oficial saca una libreta de su cinturón. — Al estar interfiriendo en la pista. —
— ¿Eh? —
— No, claro que no. Según la Ley de Tránsito y Seguridad Vial de Lumiose, Articulo 29, fracción III… —
.
— (Tengo hambre.) — Se queja Pikachu. Ya habían pasado algunos minutos.
— Yo también… — Ash y su compañero están debajo de un árbol. Esperando a que Astrid termine de discutir con la oficial. — Se me antojó una pasta. —
— (Bañada en salsa de tomate.) —
— Recién calientito. —
— (Que vida.) — Ash asiente contento al imaginar el platillo. Pikachu por su parte babea.
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_ Otros minutos después. _
— Por eso, joven. — La oficial ya se le acababa las razones para multarlos.
— Es que nada. Nos deja ir o le pongo una demanda por no dar un señalamiento de que hay una carrera. Los daños y perjuicios pueden elevar más de 50,000 Pokédolares. — Nunca se sintió intimidada por la peli azul. — Usted dice… — Levanta una ceja y sonríe con confianza.
— Ya basta, Astrid. — Se había hartado de esperar. — Lo lamentamos, Oficial Jenny. No sabíamos que era una pista. Salieron de la nada y corrimos sin pensar mucho. —
— Satoshi, no te metas. —
— ¿Estás seguro? — Pregunta la oficial. Ya no quería seguir con esta tontería.
— Demasiado… ¿Nos puede guiar al pueblo que está cerca de aquí? Por favor. — Le da una sonrisa a la oficial.
En compasión, la mujer guarda su libreta de multas y asiente. — De acuerdo, te creo. —
— ¡EH! ¡Si yo te dije lo mismo! — Esta más que enojada. Astrid le había dado motivos, razones y evidencias que ellos no tenían la culpa. Ella ve como la oficial le sonríe a Satoshi.
— ¿Podrías decirle a tu novia que guarde silencio? —
— … —
.
.
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/24/
— Este es el pueblo Odisea. El lugar donde comienza la carrera de Rhyhorn. La pista comienza aquí en la plaza del pueblo, atraviesa el bosque y regresa de nuevo. — Dice la oficial Jenny con sonriendo.
— Las carreras de Rhyhorn son populares en la región Kalos. — Agrega Astrid al tema. No quería quedarse en segundo plano.
— En verdad es asombroso ver esto. — Ash mira enfrente de él. Como el pueblo tiene una pista con vallas blancas que lo rodea. Un montón de gente animando a los competidores, una pantalla grande mostrando aquellos, y niños jugando entre sí.
— Regularmente se compite por seis competidores. En la ciudad Lumiose tiene una pista especial. — Comenta la uniformada. Ve como el lugar número 5 pasa al puesto número 2.
— ¿Enserio? Eso es increíble. —
— Puedes participar en unos días. Será público para todos aquellos que quieran experimentar en montar a un Rhyhorn. Ahorita hay un torneo que va a durar un poco. Puedes quedarte aquí con tu nov- — Siente una presencia de maldad. Es como si volteara a ver a la chica y solo encontraría terror. Suda un poco y pronuncia unas palabras. — Con tu amiga. Bueno, me despido. Tengo que trabajar. Cuídate mucho, guapo. —
— Muchas gracias, Oficial. — Se había sonrojado un poco. La oficial enciende su moto, los cuatro se despiden y pierden de vista su moto.
— Lo malo es que todas se llaman Jenny. Si no, estaría en la delegación haciendo una demanda. — Ella baja su mano. La vergüenza que le hizo pasar hace rato no se lo va a quitar nunca.
Casi todo el camino Astrid negó completamente una relación con Ash, hasta le dijo que era feo y sin clase. El entrenador solo se reía porque tal vez era cierto. Hasta que la oficial le dice que, si tuviera unos años menos, intentaría conquistarlo.
Por supuesto, que Ash entendió, hasta se le hizo fácil Pikachu. ¿Quién no entendería esa directa?
La oficial Jenny quería retarlo a una batalla. Uno contra uno. Era bastante obvio. Ash y Pikachu se emocionaron bastante. Ser retados por una oficial. Sería casi un logro vencer a un servidor público.
Por un lado, Astrid…
— Bien Romeo. ¿A dónde vamos ahora? — Ella está un poco celosa. ¿Quién caería en semejante declaración? ¿A caso su amigo estaba tan desesperado en tener una relación y solo se declara a todo lo que se mueva? ¿Quién más caerá en las garras de Ash?
— ¿¡Ash!? —
— ¿Alexa? —
.
_ Atardecer. _
En una cabaña cercana de la plaza donde se competía la carrera.
— Astrid, Alexa. Alexa, Astrid. —
— Un gusto… —
— Eres muy rápido, Ash. Consiguiendo amigas… —
Los tres están sentados en una mesa, tomando una limonada y Pikachu…
— (Exquisito.) — Con una botella de Cátsup.
— (¿Heliop?) — Helioptile esta confundida del por qué le fascina.
El ambiente era un poco tenso. La rubia mira fijamente a la castaña. Y Alexa le sonríe levemente a la rubia. Como si fuera un juego de poder.
— Por cierto, ¿Qué estás haciendo aquí? — Toma un poco de su vaso. Astrid está al lado de él y Alexa enfrente.
— Trabajo. Ayer y hoy tuve que venir aquí para grabar la carrera de Rhyhorn y mañana voy a regresar a la Capital. —
— ¿Y el anteayer? — Quería sacarse las dudas de que paso después de irse.
— ¿Le preguntarás a una dama su día? ¿No tienes confianza en mí? No sabía que te interesaba mi vida, Ash. — Pregunta juguetona la periodista.
— N-N-No es lo que crees… — Ash está de nuevo avergonzado. Las chicas no le daban un respiro por unos segundos.
— ¿Por qué no me conecta al internet? — Astrid intenta acceder a su Instagram, pero dice que no hay conexión. Quería hacer un vivo para demostrar las agallas de la periodista más famosa de Kalos.
— Oh… La gente de aquí es algo conservadora. Piensan que el 5g es un invento del gobierno para controlar a la gente. — Ella bebe con un popote su vaso.
— No te creo… — La rubia está muy sorprendida. Es la primera vez que escucha algo así.
— Es mentira… Se debe a que no hay total cobertura aquí. De hecho, en unos días ya habrá señal. Así que estamos incomunicados. — Se ríe un poco por las caras de los dos por creerle en su broma.
— ¿Ash realmente es tu amiga? Casi no me caen bien las periodistas. — Se truena sus dedos. Mientras mantenía una vena en su frente.
— Tranquilízate, tampoco me agradan los influencers. Solo desinforman a la gente con sus ideas bastantes locas. — No le gustó mucho la respuesta de la chica.
— Me dice una de que conspiran mucho. — Contraataca la rubia.
Ambas no se dejaban por su orgullo. Pues se conocían en el mundo del entretenimiento y vida. Aún mantienen el respeto que se brindan. Pero, eso no significa defender lo suyo.
— Podemos… relajarnos… — Los pechos de las mujeres se recargaban en los brazos de las chicas. Pues estaban siendo abrazados.
— Ash, dile a esta amiga tuya que se disculpe. — Con lágrimas se escuda con el entrenador.
— ¡Ja! Y eres la mayor. — Se burla la influencer. Aunque no mucho tiempo. Desde hace rato, varias chicas se han robado la atención de su amigo. Se suponía que con su belleza era suficiente para no hacer que él volteé.
Ella se molesta un poco. Y no sabe que es lo que siente exactamente. Pero, no le gusta para nada.
— Astrid, por favor. Puedes calmarte. — Toma un trago de su bebida.
— No puedes estar hablando enserio. ¿Quién te crees? ¿Mi padre? ¿Mi novio? ¿O qué? — Se sentía un poco traicionada por el chico.
— N-N-No… no quise decir eso… Mira, solo te lo digo como un amigo. ¿Podemos estar en paz por un rato? — Se avergonzó de nuevo por la palabra "Novio" el conocía ese término en Hoenn. No pensaba mucho en una relación con el sexo femenino.
— Bien… — Toma la sugerencia de Ash. Aunque no dejaría pasar una oportunidad de superioridad. — Lo siento, querida… — Alexa acepta su disculpa inmediatamente. — … Ya que no fuiste salvada por Satoshi en una caída alta. —
…
— ¿Qué? —
.
_ Noche. _
Ash tuvo que explicarle a la periodista con lujo de detalle. De lo que había pasado en el día de ayer para que tenga contexto del porque el Equipo Rocket haya atacado a la ciudad. En como defendió la mansión, el laboratorio y la Torre Prisma, en como salvó a la chica omitiendo algunos detalles de su discusión. Ellos comían su cena, no habían tragado algo desde la tarde.
Astrid ya entiende del por qué estaba casi destruida la mansión. Lo había escuchado a medias cuando salió de su escuela. Pero, los pensamientos que tenía ese momento se ignoraron.
Alexa escucha y graba la conversación, le interesaba mucho la noticia. Y quería tener la exclusiva del héroe de Lumiose. Sin embargo, la decisión de Ash…
— Por favor, Alexa. Confío en ti que no le dirás a nadie. — La luna y las estrellas adornan el cielo oscuro. Astrid mira al cielo al ver como esto le recuerda a su lugar de origen. Paz y tranquilidad.
— ¿Eh? ¿Por qué? — Era bastante jugoso la noticia.
— El profesor Sycamore mencionó algo sobre una Confederación Contra Antiterritorio. — No se acuerda muy bien.
— Es la Federación Contra Terrorismo… Ya veo… Bien… Pero, me debes una. — Dice Alexa apagando y guardando su cámara. Pikachu y Helioptile están dormidos en una almohada. Hace rato estuvieron jugando un poco. — ¿Qué vas a hacer ahora? —
— Tomaremos un descanso y dormiremos en un Centro Pokémon. — Dice Astrid en su lugar.
— Ja, ja, ja. — Se carcajea la periodista como si fuera un buen chiste. Pero, ve que la mira seriamente. — ¿Espera, lo dice en serio? — Su silencio es una afirmación. — Entonces, déjame reírme más fuerte, ja, ja, ja. — Se toca el estómago por reírse furiosamente. Llamando así la atención de los pueblerinos que pasan cerca y despertando a los Pokémon que están en la almohada.
— ¡Satoshi! —
— Alexa… por favor. — Sintiendo como la rubia lo agarra de su hombro. Pues, no se calmaba la castaña.
Unos segundos después se calma. — Bien, perdón. Perdón. Es qué si hubiera un Centro Pokémon, ya estaríamos allí. Debo estar al día de las noticias y mira, me voy un día de la Capital y ahora hubo una destrucción. — Se quita las lágrimas de sus ojos. — Como sea. No hay un Centro. —
— "Eso no es bueno." — Ash se palmea la cara.
— Entonces ¿A dónde dormiremos? — Dice Astrid un poco asustada por preguntar.
— ¿Has escuchado la palabra "al aire libre"? —
.
/25/
— Increíble… sumamente increíble. —
Astrid pisaba el pasto con intensidad. No soportando la idea de dormir en el bosque. Es la primera vez que duerme al aire libre.
— Esto es tu culpa. Argh. — Se muerde las uñas y camina en círculos. — No me puse mi mascarilla, mis cremas y no podré tener mi sueño de belleza. Argh —
— ¿Trajiste ropa para dormir? ¿O una bolsa para dormir? — Pregunta Ash tendiendo su bolsa y ya teniendo su ropa de noche. Pikachu dormía plácidamente arriba de un tronco.
— Si y no. No pensé que dormiríamos así. Esto es una basura. — Hay una pequeña fogata en que los alumbra. Fueron dejados por Alexa pues ella tenía su equipo y personal. Mañana en la mañana se irían del pueblo y no querían retrasos. Además, que Astrid prefirió irse caminando a pedir ayuda a la periodista. El orgullo que tiene es brutal.
— Bueno, puedes tomar mi bolsa. Pero, cuando lleguemos a la ciudad tenemos que comprarte uno. Serán así la mayoría de las veces. — Ahora se pregunta si van a sobrevivir. Ash no tiene idea de su amiga sepa cocinar.
— Si ese el precio de viajar. Ni modo. — Suspira resignada. Aunque no se queja mucho. Mira al cielo estrellado y se tranquiliza. — Vete… —
— ¿Cómo? —
— No me voy a cambiar delante de un chico. ¿Recuerdas? Soy una chica. Idiota. —
— Puedes ir a otro lado. ¿Por qué debería irme? —
— ¿Harás que una dama vaya al bosque oscuro? ¿No tienes valor suficiente? —
— … Solo se rápida. —
— Ni te atrevas a mirar… o solo tendrás un gran ojo morado y un par de noches en la cárcel. —
.
Robando un corazón.
.
Ash ya estaba desesperado habían pasado segundos y no creía que se tardara mucho. Esta pegado en un árbol en la posición contraria de la fogata. Mirando a los arbustos que lo rodea.
— ¿Ya? — No recibe respuesta. — Astrid. Tengo sueño. — Bosteza un poco. — Como si cambiarse fuese un asunto importante… — Se despega del árbol y va de camino a la fogata.
.
No es un punto, soy una coma…
Tratando de decir "shhh" sabio como el Dalai Lama…
Pero, cada vez que me hablas,
Mi mente se pierde en su propia geografía
La culpa es del TDAH.
Viendo los pensamientos caer de mi cerebro.
.
…
El cuerpo humano es asombrosamente complejo. Los cuerpos de las mujeres están constantemente sujetos al escrutinio, examen y juicio de los ojos de los demás.
La confianza y el respeto se fortalecen e inspiran en la belleza femenina. Este dicho se aplica a cualquier mujer; Ser atractivo no es un requisito previo.
Aunque subjetiva, la belleza es universalmente admirada.
Las mujeres quieren ser bellas y por eso deben serlo. Han amado y pintado sus cuerpos desde que nacieron, únicamente con fines estéticos.
Somos capaces de reconocer momentos de epifanía tanto en las personas como en las cosas por su belleza.
…
.
Sabes que te amo,
Sabes que te necesito,
Entonces, ¿Por qué te alejas?,
¿Me diste una poción?,
Porque siento una conmoción,
Que me golpea como olas en un día de verano.
.
Ash se queda en shock al ver a Astrid cambiándose. Se esconde detrás del árbol nuevamente.
— ¡Te juro que no vi nada! — Sin embargo, la chica no lo escuchó. Esto fue bueno para Ash, aunque tampoco se apartó. Como si tuviera la obligación de mirar lo que tiene adelante.
…
.
Sabes que tengo cosas sucias.
Sabes que tengo cosas sucias.
.
Astrid tenía su ropa escolar en suelo, solamente estaba en ropa interior de su color favorito. La fogata resaltaba el cuerpo de la chica.
Esto le recuerda a Ash cuando estuvo en Kanto los tres días. Pero, esto… era demasiado diferente.
La rubia busca en su mochila la ropa de dormir. Deja ver su trasero a la vista al tomar sus cosas. Las piernas, muslos y caderas eran más que perfectas.
El tono de piel, solo Dios trabajó personalmente en el cuerpo de Astrid. Es malditamente belleza. Sin nada que perjudique su piel, ninguna rasgadura, ninguna zona que contraste su color, ninguna parte bronceada.
.
Estamos lanzando palabras como estrellas ninja aquí,
Y nos está destrozando,
Perdóname, Amor, no veo claro,
Porque vi rojo desde el principio…
.
Su piel de porcelana refleja la luz de la fogata.
La zona de Ash poco a poco se levanta. — "Otra vez… Tú." — Se golpea en su entrepierna. Causándose a sí mismo dolor. — "Mala idea." — Vuelve a mirarla.
Astrid hace un movimiento provocador sin saberlo. Ella se golpea un poco el trasero y jala su braga de color violetas. Levanta una pierna para empezar a cambiarse de short. Mete una… luego la otra… con ambas manos sube su short hasta la cadera. Sus piernas desnudas dejaban todo para imaginar.
Luego procede con su playera. Ella está en presencia de un chico. Duda un poco si no debe dormirse con su brasier. Pero, al final decide que no quiere su brasier, ya había dicho el chico que le dejará su saco de dormir. Además, que no le gusta dormir con el top.
Se la quita con maestría. Baja lentamente de un brazo y la otra se la quita casi inmediatamente.
…
.
Du-er-me y des-pi-er-ta
al día siguiente,
Pe-ro antes de que te va-yas.
.
Los pechos de Astrid eran notorios a la vista. Pero, no lo suficiente para admirar. Era necesario y obligatorio acercarse y reclamarlos. Esos pechos pedían a gritos que se les castigaran por estar libres excitando a las personas… Y Ash que tenía todo el privilegio de ser la primera persona en ver esos pechos.
Da un pequeño brinco y sus pechos se mueven de arriba abajo.
La presión que tiene Ash en su parte intima. Era abismal. No había sentido esto cuando…
Cuando…
Cuando…
— "Dawn y May" —
Cuando viajaba con sus demás compañeras. Había pasado demasiado tiempo. ¿Dos años? No se acuerda exactamente. Pero, estaba seguro. Esto le recordaba Dawn por su retaguardia. Esa falda corta no le ayudaba mucho ocultar sus exquisitos muslos. También era una delincuente andante por semejante vestimenta.
.
Sabes que te amo,
Sabes que te necesito,
Entonces, ¿Por qué te alejas?, …
¿Me diste una poción?,
Porque siento una conmoción,
Que me golpea como olas en un día de verano.
.
Astrid se toca los pechos. En verdad que ella le gusta sus pechos perfectos.
May cuando la vio de nuevo, notó que su parte de los bustos en su suéter. Habían crecido un poco más. Siempre se quejaba en sus viajes que no le gustaba correr porque le dolía la parte de enfrente. Ash en esos momentos no le entendía que significaba eso.
El torso de la rubia. Era más probable sacar la lotería nacional que poder darle un beso inocente. Simplemente magnifico.
— Ja. Ese niño no sabe quién tiene enfrente. —
— "Misty e Iris" —
.
Cosas sucias, sucias, sucias, sucias.
Sucias, sucias, sucias, sucias.
.
La personalidad de ellas es como si estuvieran compartidas y se juntaran con otro par. Cuatros personas en una.
Belleza, personalidad y valor. Astrid es una chica perfecta.
Su conocimiento, sus pechos, su trasero y el orgullo. Eso le hizo recordar en la mañana cuando peleó con la chica patinadora.
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Sabes que tengo la suciedad
Sabes que tengo la suciedad
Para ti tengo la suciedad
Me siento caliente…
Viendo los pensamientos caer fuera de mi cerebro. *
.
Astrid se coloca despacio su playera. Gracias humanidad por descubrir el fuego. Eso diría Ash si supiera ser un poco más pervertido. Él había mirado a pesar de la distancia ese bello cuerpo. No mentía que era extremadamente hermosa.
Quizás, hasta el momento sería la más bella de sus amigas. Dejando en segundo lugar a Cynthia. Pero, eso es otra historia. Él ahora lo está llamando a la realidad.
— Satoshi… Satoshi… ¡Satoshi! ¡Ya me cambié! —
.
.
.
— Buenas noches. —
— … Si, buenas noches. —
Ash esta acostado cerca de Pikachu. Astrid está en el saco mirando al cielo y bostezando un poco.
.
El entrenador se había escondido a tiempo. Reaccionó al último momento. No quería que arriesgarse… lo suficiente.
— ¿Satoshi? No me juegues una broma. — Ella se acerca al árbol por donde miró por última vez a Ash irse. — ¿Están bien? —
Ash estaba escondido en el árbol ocultado su zona. Sería bastante incomodo que ella la vea así. Incluso con las advertencias que se le dio principalmente. Suda a mares y con un sonrojo en su rostro mostraba. Su corazón se agitaba por la presión y nerviosismo. Siente su presencia acercarse. Mira al cielo y pide un milagro.
— ¿Hola? — Astrid va detrás del árbol. No encuentra a nadie. Ash suspira de alivio. Él se encontraba en otro árbol. Estos estaban tapados por arbustos.
— ¿Astrid? Estoy ocupado… Estoy… haciendo mis necesidades. — Se escucha como una regadera.
— Que asco… — Escucha del otro lado. — Lo dejaré pasar por esta vez. Para la otra dime que vas a orinar. — Se va nuevamente a la fogata. Aunque un pensamiento le llego a la cabeza. ¿Realmente estuvo en el árbol donde lo vio?
— Si, perdón… —
.
— Gracias Satoshi. — Astrid mira a la luna.
— ¿Por qué? — Aun sonrojado. Este chico aun no conoce que significa el auto placer.
— Siempre había querido explorar… No me he sentido tan liberada. — No quería decir de más.
— Ya veo… ¿Qué hacías antes? — Quitándose de un momento esos pensamientos lujuriosos.
— … — Estaba en duda si quería revelarle su pasado o no. — … — No quiere que mal piense de ella. — … — De verdad piensa que la luna es muy hermosa hoy.
— No te preocupes… No hace falta que me digas. — Comprendiendo que ella no quería recordar su pasado.
— … — Una lagrima baja por su ojo derecho. — Yo soy mala… nunca he tenido amigos… abandoné a mi padre cuando más me necesitaba… cuando yo más lo necesitaba… no me imaginé que lastimaría a tantas personas… y ahora que lo recuerdo… — Toma un poco de aire. — Solo llegue a la conclusión que merezco lo peor. — Su otro ojo también expulsa otra lagrima.
— … — Ash no dice nada. Ahora sentía pena por la chica. No puede decirle que no se preocupe o no piense en ello. Solo la lastimaría un poco más. — … —
— … — La chica recuerda que no ha sacado a su Absol. Hasta su Pokémon estaría enojada con ella por romper el trato. Pero, ella no se sentía muy bien al ver los ojos de rencor de su Pokémon. — Hasta mi Pokémon me odia. — Igual se acuerda del amigo de Ash. — Y también tu Pikachu. — Nadie le agradaba a la chica y ella ya sabía.
— … — El entrenador al escuchar un gemido. Se levanta de inmediatamente. Tendría que estar lo suficientemente sordo para no escucharlo… Él escuchó algo que no debía oír… — "El llanto de una dama." —
La chica pudo salvarse físicamente. Pero, lo que más le molestaba desde que despertó sus sentimientos. La mente de Astrid se encuentra afectada. Como si su personalidad fuese cambiada cada instante sin querer.
Ser clasista cuando quiera. Ser empática cuando quiera… Ser una idiota cuando menos quiere.
Ver a Ash hablar con otras chicas debería darle igual, sin embargo, siente que su único amigo real la abandonase cuando se entere de su pasado.
/ — Por favor… no. — /
/ — Anhelo tu sufrimiento. — /
/ — No eres bonita ni de lejos. — /
Astrid llora al recordar de como pateó a una niña inocente, se acuerda el rencor de los ojos de Amelia, las palabras grabadas que la ha perseguido en sus pesadillas.
Se había emocionado desde la mañana, olvidándose de sus problemas por un tiempo. Esta tarde corrió como nunca, se sentía poderosa al gritarle a un oficial, del cómo no se dejaba por la periodista. Y esta noche, Ash ha sido caballeroso al respetar su privacidad en cambiarse de ropa. Cualquiera tomaría el riesgo de mirarla desnuda.
Ahora al mirar a la luna. Es su bendición y maldición al tenerla como un recuerdo constante. Fue cuando su padre le había pegado por faltarle el respeto a su fallecida madre y a la vez cuando fue rescatada por Satoshi.
¿Será así todos los días? ¿Será su penitencia tener esas pesadillas a partir de ahora? ¿Es justo para ella?
— … — Astrid cierra sus ojos. Ya no había nada más que decir. Solo lo que necesitaba soltar.
Es nuestra cicatriz.
— … — Astrid abre sus ojos. Siente algo húmedo en su cachete. Ve que Ash está cerca de ella.
Satoshi le dio un beso.
— Mi mamá… siempre me daba besos cuando lloraba… — Los ojos acaramelados de Ash está en perfecto contraste a la luna que observa Astrid. — Como te dije en la Torre… Comienza de nuevo… Tu pasado es bueno tenerlo en el presente para que tu futuro ya no sea el mismo. — Se sonroja la chica. Nunca y nadie la había besado. — No te rindas hasta el final. Astrid. —
.
_ Ayer en la noche en la habitación de Astrid. _
— Es bueno tenerte como amiga Clarissa. — Ve como su amiga sonríe. — Pero, ya no podré estar contigo. — Ahora cambia su rostro a un asombro. — Abandonaré el colegio mañana… — Clarissa se entristece, que piensa hacer su amiga al siguiente día. — Tranquila, no me siento mal. Hasta me pienso que es liberador. Por fin, saldré de estas cadenas. — Quitándose el escudo de su colegio. Clarissa comprende a que se refiere. — Algún día regresaré y vamos a comer un helado. Yo invito, querida. — La castaña se alegra mucho y derrama algunas lágrimas.
— Señorita Astrid. ¿Y sabe a dónde irá? —
.
_ De regreso en bosque. _
— "Lo sé ya." — Esto es nuevo para ella. — ¿Quién te crees al darme un beso? —
Ash podría estar espantado por la reacción de ella. Quizás hasta ella debería golpearle y dejarle un ojo morado. Pero, no siente ningún temor y no sabe por qué. Piensa lo que hizo fue correcto. Ella deja de llorar y está sonriendo.
Ambos están calmados. Nuestro protagonista le quita las lágrimas y Astrid no se molesta porque la toque. Ni ella sabe por qué.
— Somos amigos ¿No? —
_ Actualidad. Torre Prisma. Kalos. _
— Los pisos 1 y 2. Están limpios, Señorita Drácena. — Un asistente le informa a la Alto Mando.
— Perfecto. El joven Clemont llegará pronto. Hay que tener todo limpio. — Sonríe a su personal.
— ¡Si! — Le tienen demasiado respeto a la señora.
— Así una pareja enamorada… ¿eh? — Mira al cielo despejado. No puede observar mucho las estrellas por la contaminación iluminaria, pero las siente que están ahí. — Vaya, vaya. Es lo romántico. — Refiriéndose al momento donde el chico salto para alcanzar a la chica. Escucha como el profesor estaba en la zona. Es hora de trabajar dice ella.
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/26/
_ En la mañana siguiente. _
— Despierta dormilón. —
Un bostezo se oye en el bosque. — Unos cincos minutos más, mamá. —
— Oh claro. ¿Qué más vas a querer? ¿Un chocolate caliente? ¿Un desayuno? — Se escucha una voz femenina con demasiado sarcasmo. — ¡Levántate ya! —
— ¡Ah! — Por supuesto que es nuestro amigable. Ash Ketchum. — ¡¿Qué te pasa?! —
Se quita las lagañas de sus ojos. Se levanta de pasto con dificultad, pues durmió sin nada de apoyo y al querer levantarse, sus huesos se escuchan tronarse.
— Vamos a comprar esa bolsa para ti. — No quiere dormir de nuevo así.
— Si, sí. — La que responde es la hermosa Astrid. Ella recogió todo lo que deberían llevarse. Solo faltaba que su amigo se levantara. De hecho, le dejó dormirse por un rato más. Se quedó hipnotizada del como respiraba tranquilamente. — ¿Nos podemos ir o nos quedaremos otro día? — Ash lo piensa un momento. — Espero que no sea la segunda… — Se truena los dedos.
— Es una broma… Ja, ja, ja. — Le asiente felizmente. — Es hora de irnos. —
Toman sus cosas y salen del bosque. Astrid mira por última vez la fogata. Se toca el cachete y recuerda el beso de anoche.
/ — Ojalá no te vuelva a ver… Si te pones guapo… tal vez. — /
— "Es un chiste…" — Se sonroja levemente. La princesa de fuego tendrá su final contado.
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_ Torre Prisma. Kalos. _
— Ya se reparó en su totalidad, señorita Drácena. — Comenta un asistente dándole un saludo en la frente.
— Vaya, vaya. Que rápidos. — Se toca su mejilla y otorgándole una sonrisa. Este era su recompensa piensa su asistente. — Me avisan si llega el joven Clemont. —
— Con su permiso. —
Ella se encuentra en una cafetería cercana en la Plaza Central. Hasta que escucha la televisión. Ella pide que se suba el volumen.
— ¿Y usted que piensa de esta tragedia? —
— Pienso que la belleza de Lumiose, se manchó. — El tono de la voz es gruesa. — La persona que dañó nuestro patrimonio debe castigarse. No descansaré día tras día en buscar al culpable. Incluso si quedo en bancarrota al proporcionar ayuda a la Inteligencia e Investigación de Crímenes de nuestra región. Debe ser atrapado. — Golpea su mano a la silla que está sentado.
— "Vaya, esto ya se elevó a grandes escalas… y por unos niños…" — La señora está preocupada. Por lo que escucho ayer por parte del Profesor, él se había sincerado con ella. Dándole información de quien estuvo implicado en el laboratorio y en la torre. — "Maestro Lysson ¿Qué pretende hacer? " —
Ella entendió y comprendió todo. El chico llamado Ash salvó a las asistentes, los Pokémon del laboratorio, incluso derrotado a algunos Pokémon, su personal se hubiese tardado unas cuantas horas más para derrotar a los Pokémon, y un chico fue capaz de entrar solo con un Pokémon, ella quería escuchar la versión del muchacho, le emocionó cuando escuchó que él había saltado sin pensar en las consecuencias y todo por una chica.
Ella juró guardar silencio.
— "Ojalá ese entrenador…" — Ella oye la televisión y a la vez imagina una situación. — "Si tan solo… un chico como él… pudiera reparar su corazón. "— Hace tiempo que no escuchaba una risa por parte de una niña. — "Dame Blanche…"— El apodo de una niña. — "Diantha" — El nombre de una mujer.
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_ Fuente Nácar. Kalos. _
— Nada de combates. — Dice Astrid acercándose a la fuente. Habían recorrido por un par de horas del Pueblo Odisea.
— ¡Son emocionantes! — Ash desde que llego ha ganado la mayoría de las batallas. Pikachu está extasiado también.
— Para mí no. — Mentía. La verdad se contagiaba de la felicidad de su amigo.
— ¡Recuerda Ash! ¡Ven en unos días, te apartaré un lugar para te montes en un Rhyhorn! —
Es la oficial Jenny. Se la toparon al final de camino. Ella se despedía dejando una cortina de humo producido por el camino de tierra con su moto.
— Estoy a punto de ir a la delegación más cercana. — Decir que estaba ofendida era demasiado corto. El chico es afortunado con tenerla a ella. ¿Por qué se meten con su único amigo? Ni que fuera lo bastante atractivo para llamar la atención.
— ¡Ash! —
— "Y yo seré la detenida." — La rubia observa cómo se acerca la periodista de ayer.
— ¿¡Alexa!? — Se sorprende mucho. — ¿Qué no deberías estar en la ciudad ya? — Ayer ella le había dicho de irse en la mañana temprano.
— Cambio de planes. —
— ¿…? —
— … — No dice nada la periodista.
— (…) — Se rasca la cabeza.
— ¡…! — La colegiala entendió al instante.
— ¿Y? — Ash pensó que diría algo más.
— Y ya. — Inclina su cabeza inocentemente. — ¿Te puedo acompañar a la Ciudad Santalune? —
— No, no y no. — Niega con un dedo índice y su cabeza. — No iré contigo con mi viaje. — No quería molestias Astrid.
— Muy bien, porque no te pregunté a ti, niña. — Decía Alexa mientras se acercaba a Ash. — Como en Unova, ¿No? — Le toma del brazo izquierdo.
— Este… — Se pregunta si realmente es esta la Alexa que conoció.
— Además, no olvides lo que hicimos en Kanto, Ash. Tienes que hacerte responsable. — Ash se sonroja un poco al recordar días atrás.
— Yo… Fue un accidente. —
— ¡! — Astrid se impacta de lo que dijo Alexa.
— Entonces ¿Nos vamos, Ash? — Jalándolo a la ruta continua a la Ciudad Santalune.
— ¡Guau! — Ash es jalado de su otra extremidad.
— No es propio de un hombre dejar a una dama plantada, Satoshi. ¿No aprendiste modales en la escuela? — Ahora ella lo toma del brazo derecho. — Tranquilo, yo te enseñaré. — Le sonríe, sin saber que lo está tocando.
— … — El entrenador se sonroja brutamente, la imagen semi desnuda de Astrid aún está viva.
— Que no te vaya a desinformar… Las influencers son malísimas en dar información. — Se cruza de brazos.
Astrid aun abrazando a Ash de su brazo. — Querida, mejor ni sigamos. No quieras quedar como una ignorante al pelear conmigo. — Le responde con suma confianza.
— "Arceus… ¿En qué me he metido?" — Levanta su vista al cielo despejado. Implorando que es lo que estaba ocurriendo.
Ambas chicas tomaban de los brazos al azabache. Quien no se molesta por la cercanía en absoluto.
— (¿Heliop?) —
— (No tengo idea…) — Pikachu y Helioptile ven a sus compañeros como cambian juntos. — (¿Todo bien?) — El roedor amarillo le pregunta a la Pokémon.
— (… Liop) — La Pokémon avanza dejando atrás a Pikachu.
— (¿Qué?) — Su cuerpo queda en piedra.
¿Qué le habrá dicho?
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_ Ciudad Santalune. Kalos. _
— ¡Maestra Viola, ya volvió! —
— … —
Una señorita de cabellos rubios y ojos verdes. Con el pelo recogido con un broche en su nuca, dejando solo dos mechones en su frente.
Lleva una playera blanca sin mangas que le llega hasta el ombligo y un pantalón de color azul verdoso con grandes bolsillos en los costados.
Su calzado es de unas botas negras amarrados con cordones del mismo color del pantalón.
Ella está tomando fotos a un Pokémon tipo bicho.
— ¡Estuvimos esperándola! Nos preocupamos mucho. ¿Supo lo que le ocurrió a la Capital? — Es una niña de primaria. En la parte de su pecho lleva grabado un nombre. "Marta". La maestra se queda callada unos segundos antes de continuar con su pasatiempo. — La Señorita Alexa estuvo preguntando por usted. — Lo dice muy sonriente. Pero, en respuesta, lo único que recibe es…
— No me interesa. —
Ella toma otra foto.
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Arco comenzado.
Desastre: Antipatía.
El siguiente paso: Preparación.
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* A medida que la Pokédex se actualice. La historia tendrá mejoras. Será más notable en Wattpad.
* Es Ketchum, no Kétchum. Los capítulos anteriores ya se corrigieron.
* Es ruta 4, no ruta 6. Los capítulos anteriores ya se corrigieron.
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La historia quedará en receso por un tiempo. (Estaré de vacaciones.)
Se borrará este aviso cuando ya esté listo el siguiente capitulo.
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* Lone Wild. (2022). The Dirties [Canción]. En Space Between. Ashkan Karimi.
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Ataques usados en combate.
Pikachu de Ash (Tipo eléctrico): Atactrueno. — Cola de Hierro. — Ataque Rápido. — Electrobola.
Froakie de Ash (Tipo agua): Burbujas. — Golpe. — Doble equipo. — Pulso de agua.
Fletchling de la Patinadora Sofia (Tipo Normal/Volador): Tacleada. — Grito. — Ataque rápido. — Picotazo.
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Se reescribió. Lamento las molestias.
