Un día después del accidente de Aether
Liyue
El día amaneció extrañamente silencioso, todos se metían en sus trabajos y rutinas diarias en el puerto de la ciudad. El ambiente se crispó cuando varias noticias aparecieron en el periódico en esa mañana y se había disparado hasta toda la ciudad.
Una mujer de cabello blanco estaba acompañando a un medio Adeptus con cuernos en la cabeza.
Ambas irían a por una ración de flores chingyun, sin dejarse llevar por el ánimo de los demás.
– Oye, Ganyu...¿estás segura de que no sabes algo con respecto a la situación de hoy? –.
– No, la gente ha quedado muda y nadie se atreve a hablar de lo que ha podido pasar. Ni siquiera el equilibrio celestial o el terrenal quisieron dar detalles, solo me advirtieron de no creer en los rumores circulando en la ciudad ahora –.
Habían subido los escalones y se encontraban delante de la farmacia Bubu, ahí estuvieron ordenando a Baizhu las flores.
– Aquí tienen, si necesitan raciones extra para pasar el estrés y cualquier ansiedad en este momento pueden pedírmelo, no les cobraré ya que somos amigos –. El hombre de lentes y cabello verde estaba sonriendo algo triste.
– Baizhu, ¿tienes idea de lo que puede tener a la gente tan deprimida? –.
– ¿Nadie les ha dicho?, no me gustaría ser yo quien les diga ya que es algo que tiene que ver con alguien de ustedes –.
A pesar de que negaron su pregunta, no estaba preparado para decirles sobre la noticia a dos personas que conocen muy bien a ese chico.
– Baizhu, por favor...dinos lo que sabes -. La mujer de cabello azul con cuernos usó un amable tono, después de todo no podía ser tan grave.
El hombre se tomó un respiro apenado, acomodándose los lentes y mirando a las dos discípulas de preservadora de nubes.
– Esta mañana ha rodado una noticia del periódico, donde hablan de un accidente que involucra directamente al viajero mientras estaba en Mondstadt...lo más grave es su estado desalentador; no hay algo exacto aún, pero solo se habla de que no pudo salvarse o se encuentre en una situación crítica –. Con mucho pésame, el encargado de la farmacia les contó la situación muy serio.
– ¡¿Qué?!, ¡Aether está...NO!, nonono, es imposible. Él no podría morir, ¿cómo pudo pasar eso? -. Ganyu había entrado en shock sin darse cuenta, apretando las flores sobre su pecho con temblor en cada palabra pensando que se trataba de una pesadilla por no dormir.
Los recuerdos agradables que tuvo hasta ahora cada vez que lo venía a visitar, escuchándolo decirle sobre tomar un descanso, ayudándola a encontrarse en el mundo, la gran amistad bonita que consiguió con él y unas sensaciones extrañas rodeándola últimamente cuando pensaba en Aether.
Ella pudo haber pasado el último rito con él, pero el trabajo con el concierto no le dió ni un solo segundo de poder acompañarlo...ahora mismo estaba sintiendo lágrimas descender de sus ojos, porque puede ser la última vez que haya visto al viajero y no pudo decirle nada.
– Está vivo...debe estarlo, él tiene que recuperar a su hermana. Me prometió que se quedaría, que mientras estuviera aquí vendría a verme, si no regresa...voy a encontrar a quien lo lastimó –. Shenhe no podía controlar su ira, el hilo de preservadora sostenía su control pero la rabia de que Aether haya muerto o esté luchando por su vida en este momento le dejaron sin pensar con claridad.
Shenhe le debe mucho a Aether, desde que lo conoció y entendió por completo todo lo que tuvo que pasar, hacerse su amigo fue el mayor regalo en toda su vida...por eso amaba al rubio de trenzas doradas.
Ganyu alzó la mirada para verla, apretando los dientes mientras aguantaba las lágrimas.
– Ugh...me gustaría ir ahora mismo a Mondstadt y saber si todo está bien, pero si la Maestra Intendente no ha salido a desmentirlo es porque algo ha tenido que pasar, ¿por qué el Equilibrio Celestial y el Equilibrio Terrenal me dijeron que no crea en los rumores?, yo ya no sé en qué creer -. Ganyu sentía que su camino se volvió totalmente vacío y oscuro, en pánico por el miedo de perder al chico más brillante que ha visto en toda su vida.
– Pero...recemos por él, Shenhe, confíemos en Aether. No tenemos otra opción, hay que calmarnos y esperar en los siguientes días si hay señales de lo que está pasando –. Ganyu tomó sus manos frías, a pesar de que lloraba aterrada de la idea de perder al viajero, trató de sonreír para encender una vela y encontrar de nuevo en la oscuridad a Aether, acompañada de Shenhe.
La peliblanca solo suspiró con pesadez, apretando sus manos esperando que ella tenga razón y controlarse hasta verlo de nuevo.
••
El restaurante Wanmin no tenía mucha gente hoy, Xiangling se encargaba del lugar en compañía de una directora de ojos saltones con forma de flores.
Solo estaba su amiga y una mujer de cabello corto con traje, guantes y máscara sentados en las mesas, el resto del lugar estaba vacío.
– Estoy planeando mi receta más especial y secreta, una que lleva el nombre de "la delicia antes del viaje"...pero solo es exclusiva para una persona y tengo pensando hacer que la pruebe cuando aparezca de nuevo –. La de ojos marrones claro miraba su nota entusiasmada, sentándose en la mesa de su amiga.
– Ehh, no entiendo el porque le pones ese nombre. ¿Estás tratando de innovar con los nombres así como haces con los platos? –.
– Bueno, quiero perfeccionarla a los gustos que tiene Aether, es un plato hecho con sus comidas y ingredientes favoritos mezclados en uno, por eso le puse ese nombre. Cuando esté lista, quiero que él la pruebe y me haría completamente feliz saber que le guste. Después vendrá una segunda fase para que sea de orden público –.
– Bueno, querida Xiangling, solo espero que cuando vayas a hacer la prueba no termines matando al viajero en el proceso...fufufu –.
La azabache no seguiría su broma, cuando la voz de la otra cliente se atragantó soltando una pequeña risa más fuerte.
Hu Tao salió con la mirada a restregarle lo bueno que fue ese chiste, pero la mujer no paró de reír y las dos ya no lo vieron divertido.
– Ah...fu, lo siento. Es gracioso que hablen del viajero muerto tan a la ligera, se nota que la Funeraria El Camino tiene un buen sentido del humor sin miedo a las críticas –. La mujer se bajó la máscara para pasarse la mano por los ojos, estaba llorando de risa y después volvió a recomponer su forma.
– No lo decía literalmente, ¿qué entendiste de mis palabras? –.
– Que fuiste muy acertiva con ese chiste. Se reportó en el periódico que el viajero murió ayer en un incidente mientras estaba caminando por las zonas de Mondstadt; si me disculpan, debo volver a mi trabajo en el banco del norte...aquí está el dinero –. La mujer Fatui se fue dejando varias moras en la mesa, dejando caer tranquilamente una revelación que dejó en silencio al par de amigas.
Hu Tao fue la primera en reaccionar después de un rato asimilando la noticia sin palabras, revisando el periódico que la Fatui dejó de forma intencional donde estuvo sentada.
La primera página cubría las palabras de la mujer, no se trataba de una broma. Dejando el restaurante en un ambiente sofocante sin aire ni un sonido de por medio.
– Oye...H-Hu Tao...¿eso es mentira, verdad?, después de todo es un Fatui y ellos son los únicos que desean lo peor –. La cocinera tenía un dolor aterrador en su estómago, tan ácido que le haría vomitar toda su propia comida en cualquier momento si ella no le prestaba atención o respondía.
Cuando bajó la impresa de la cara, el brillo de Hu Tao se apagó por completo mirando intensamente al suelo.
Puso la página en la mesa, dejándosela delicadamente a Xiangling mientras seguía consternada sin salir del golpe luego de comprobar y bajar las manos a las rodillas.
– Esto es... –. La respiración de Xiangling se cortó mientras la chica de sombrero se levantaba en silencio, sin decir nada.
– Supongo que iré preparando su funeral... –. Sus pasos se arrastraban sobre el suelo mientras el sombrero ocultaba la expresión de Hu Tao, dejándola sola en el restaurante.
– ¡¿QUÉ?! –.
La chica de cabello azabache la jaló del brazo para que entrara y después le atinó un golpe en la cabeza, sacándola del aturdimiento, le hizo un dolor que resonó hasta en su pecho.
– ¡Oye Xiangling!, espero que eso haya sido una broma de las tuyas...no toleraré tus golpes a la ligera –. La peli marrón se agarró la cabeza mirándola con confrontación. Los ojos de la cocinera brillaban más de lo normal mientras apretaba los labios.
– ¡Aether no está muerto!, ¡no ha llegado tan lejos para que él muera por nada!, ¡¿por qué ya lo das por perdido así?!...¡ni siquiera has visto su cadáver o escuchado que lo dieran por confirmado! –. Ella la tomó por los hombros y por su tono, le costaba decirle muerto a una persona que tanto adora, llorando cada vez más con cada palabra mientras se aferraba con cualquier cosa, haciendo arder más fuerte el dolor del pecho de Hu Tao.
– ¡No!, por supuesto que no creo que esté muerto...pero si es cierto su estado de gravedad, debo estar preparada para cualquier escenario, no sabía sobre...oye, ¡¿adónde vas?! –.
Esta vez iba a ser Xiangling la que estaba preparándose para salir de forma decidida del restaurante, para que no cometa algo impulsivo, ella la detuvo parándose en medio de la entrada y sosteniéndola de los hombros.
– ¡Voy a Mondstadt ahora mismo!, ¡quiero ver con mis propios ojos lo que está pasando con Aether!...¡déjame ir!, ¡yo sé cómo llegar!, ¡yo sé que está vivo!, ¡tú también lo sabes Hu Tao! –. La cara de Xiangling se estaba volviendo más horrible por sus lágrimas, el llanto estalló en un grito fuerte que llamaría la atención de toda la ciudad.
Es la primera vez que Xiangling resultaba tan afectada por una noticia, asustando más a la preocupada directora.
– Solo nos toca esperar que sea verdad, Xiangling...no te vayas, a mí también me asusta la idea de que se vaya de nuestras vidas sin haber hecho nada por él –.
– Aether, él no...*solloza* –.
Xiangling fue sostenida por su amiga en un abrazo, para que llore en el hombro tomándola con fuerza, Hu Tao la consolaba en silencio palmeando su espalda pegada a su cara.
La directora sintió varios temblores repentinos en los labios con mucha sensibilidad, como si tuviera las mejillas adormecidas con sedante, y las lágrimas enfriando su rostro lleno de dolor conteniendo el llanto por contagiarse de la agonía de su amiga.
••
El dolor no solo se vive en el puerto, ya que una joven salió a la naturaleza para tomar un momento de reflexión...que ya llevaba muchas horas de más, la noticia del viajero fue lo que la despertó con un aspecto zombie.
No sabía a dónde ir, que puede hacer, como llevar el dolor de una revelación tan dolorosa para su corazón cuando se trataba del viajero. Siempre tenía que ser el viajero aquel que atrae más atención que cualquier obra suya con cada decisión elegida por él.
Un chico que no la consideró una actriz de ópera, una celebridad,
Para Aether ella es simplemente Yun Jin, una chica que también tiene una vida detrás de los escenarios.
Pero en este momento cualquier atisbo de inspiración, motivación, amor y pasión por su trabajo estaba cancelado; fue Aether la persona que había potenciado su vida normal, gracias a él conoció nuevos amigos y también, le hizo darse cuenta de la llama del enamoramiento que le dió.
Los pasos de sus pies la llevaban por si sola, quería seguir caminando hasta el fin del mundo y saber porque la vida podía ser tan guionizada, como una ópera o una historia típica de un cuentacuentos.
Detrás de su espalda, la sombra de varios hilichurs estaba acechando la joven de cabello largo.
"¡SLINK!", Con el sonido de una lanza eliminando el peligro tan cerca de lastimar a la chica, lentamente se giró para encontrarse de cara en un árbol la atenta mirada de un chico de máscara.
– ¡Oye!, ¡¿qué estás haciendo afuera de la ciudad?!, ¡los monstruos no van a saludarte si te ven paseando por Liyue! –.
El cabello oscuro y largo de Yun Jin se balanceaba junto al viento, que se llevaba las palabras del Yashka no porque esté ignorándolo, sino porque no tenía sentido estar en la ciudad y seguramente no le entendería si le dijera la razón por la que prefiere estar aquí.
Estaba mal por causarle una inconveniencia al Adeptus que trata de proteger a la gente, pero ella salió porque hubo una vez cuando él la salvó, justamente la persona que estaba pensando en ese entonces.
– Pensé que si me escapaba de nuevo por un tiempo...él vendría y me rescataría de nuevo, porque fue aquí cuando mis sentimientos tuvieron sus inicios. Es horrible, como poco a poco me estaba enamorando y cuando ya quería aceptarlo en mi vida, pasa esto... –.
Aquel Adeptus de aspecto joven debajo de la máscara arqueó una ceja, sintiendo algo extraño por la angustia agonizante de la chica. La conocía a diferencia de ella, es la más popular de la ópera de Liyue por palabras de Zhongli.
La expresión de la chica no parecía estar actuando, sino que realmente se encontraba sufriendo una pérdida.
Sea como sea, para el guardián de los demonios no es escusa para salir y exponerse.
– Por qué...¿por qué tenía que pasar así para darme cuenta de mis sentimientos por ti, Aether? –. Ella tropezó mientras sus palabras tartamudeaban, raspando las palmas de sus manos con el suelo y echando más sal a la herida.
– ¿Por qué...no pudiste decir que necesitabas ayuda? –.
Yun Jin sollozaba silenciosamente, tratando de arrancar el suelo con sus manos por una acumulación de ira contenida y llorar hasta que sus ojos se sequen.
– ¿Qué pasó con el viajero? –.
La chica abrió los ojos brillantes de lágrimas, mirando de cerca al Adeptus alterado por escucharla tan abatida cuando lo mencionó.
Ni siquiera sintió o escuchó cuando se bajó del árbol.
– Aether...él –. Los sollozos interrumpieron las últimas palabras que estaban trabadas, pero solo dejaron más impaciente y intranquilo al Adeptus.
– ¡Sí, el viajero!, ¡¿qué pasó con Aether?!, ¡dilo! –. La estaba presionando no de forma amenazante, sino lleno de angustia ya que no había recibido ninguna noticia mala de Aether y lo último que recuerda es el rito cuando estuvo varias veces con él, incluyendo una cena junto a Morax y el Arconte Anemo.
Tampoco llegó a escuchar su nombre por parte de él, a menos que se haya olvidado en un momento donde estuviera en peligro de verdad.
– ¡Aether...é-él está...BUAAAAAHH!!! –. Yun Jin se cayó al suelo desconsoladamente mientras sus lágrimas gruesas caían como frías gotas de lluvia sobre el pasto.
El Adeptus estuvo callado y sin moverse, incrédulo a la vez de alarmado. Escucharla llorando tan desgarrador no es una buena señal y ya no se trataba de un amor no correspondido, sabiendo de todos los amigos que tiene el amable Aether.
Yun Jin se agarró el pecho, apretando su ropa, sin importar que estuviera estropeando el maquillaje de la cara.
Ella no estaba bien, su corazón se quería morir ya que no podía imaginar un mundo donde no estuviera Aether.
Él fue el único que lo vió como una persona real y no alguien relacionado a la ópera.
El Yashka ya había desaparecido en busca de respuestas, comprobando un momento que la zona estuviera despejada, para dejarla desahogarse y sin problemas que la puedan molestar.
– Yo te quería invitar a ser mi compañero en una obra, para relatar tu historia...Aether, después solo hubiese querido una cita –. Yun Jin habló como si él estuviera en el viento detrás suyo, tenía el corazón roto luego de leer la noticia y perdió cualquier razón de hacer su rutina en el día de hoy.
Lo único que estaba trayendo algo de ruido en la inmensidad de Liyue, son los llantos sin consuelo y la tristeza de la pérdida del viajero.
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Inazuma
Una sacerdotisa Kitsune abría la puerta de la mansión de Tenshukaku, sujetando en el brazo una bolsa de dangos tricolor, leche de dango y varios libros coloridos con historias.
– Ahí estás, meditando y dándome la espalda...pero en el fondo me esperaste porque ahora eres como una niña, Ei –. La risa de Yae hizo eco en el lugar, mientras la Arconte seguía flotando en su meditación.
– Yuju, ya puedes salir del plano de la Eutimia, no hay nadie además de mi –.
Yae Miko se detuvo y durante todo el tiempo acercándose a su amiga no sintió una amenaza que venga de sus emociones, hasta ahora.
– Dime qué significa esto...AHORA –. La Arconte tenía los ojos brillando cuando se dió la vuelta con una voz abrupta, sacando un periódico de la mano con varias lágrimas que arrugaron el papel.
La Kitsune lo tomó mientras ignoraba la ira de la Shogun, no hubo reacción cuando se puso a leer lo que le había pedido.
– Oh, ciertamente esta noticia me acaba de sorprender. No estaba enterada de esto, Ei... –.
- Miko...¿por qué todos los que yo amo se tienen que ir?, ¿por qué ahora tenia que ser el viajero?, ¿cómo pasó de repente sin darnos cuenta? –.
– ... –. Es difícil para Yae consolarla ante la desesperación de Ei, especialmente cuando no está segura de si creer del todo en lo que dice el periódico.
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El estado de la Arconte trajo un día cargado de nubes con mucha agua, truenos y rayos en toda Inazuma.
Un uniformado ingreso a la finca Kamisato con mucha prisa, resbalando por el charco de lodo cayendo de sus zapatos, sin ocasionar un ruido o momento vistoso, fue hacia donde se paraba un chico de chaqueta roja y cabello anaranjado.
No tuvo ni la necesidad de presentarse, solo se acerco al oido para hablarle de algo que nadie podía declarar en este momento y explicaría la lluvia que azota Inazuma.
– ¿De dónde sale esa información? –. Thoma recibió un periodico luego de estar incrédulo, llendo rapidamente a la pagina que le estaba llamando la atención.
No tardó ni un minuto en leer todo cuando la lluvia resonaba con fuerza golpeando la madera encima suyo. Rápidamente se dirigió a la caseta del clan mientras una peliblanca estaba mirando toda la ciudad desde la valla con un paraguas cubriéndola.
Adentro meditaba un hombre de cabello azul, al ser interrumpido por el silencio de Thoma quien entró sin hacer ni un solo ruido, atrajo la atención del lider del clan.
La lluvia no paraba en los siguientes minutos, después que la reunion de urgencia entre el asistente y lider del clan Kamisato debatieran la situación.
– Thoma, ni una palabra de esto... –.
– Pero señor...¿eso no sería peor si lo descubre de otras voces? –.
– No podemos estar seguros de que sea cierto, actuaremos sin saber nada hasta que salgan más noticias de lo que ha pasado con él. Solo con ese rumor, pueden traer varios problemas para la pequeña estabilidad que estaba teniendo Inazuma gracias al viajero, esto solo alterara las cosas –.
– De acuerdo... –.
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Al Santuario Sangonomiya no llegó la lluvia, pero los rayos eran constantes y retumbantes sin dejar que otro sonido se escuchara, se estaba volviendo en un terremoto.
– ¿Qué le habrá picado a la Shogun?; su Excelencia, lamento que esto haya interrumpido su descanso...pero tampoco hemos podido evitar el escándalo de los rayos y nuestros hombres están mas pendientes de cubrir sus oídos. Esto es un poco confuso –. El general Gorou se presento en la habitacion de Kokomi, mientras daba un pequeño reporte para detallar los sucesos de las últimas horas.
Kokomi estaba revisando algunas medusas como si se trataran de algún tipo de mecanismo vigilante en toda la isla Watatsumi y otras partes de Inazuma, parecía un guardia revisando a cada segundo cada lugar que reflejaban las medusas sin encontrar exito y solo más angustia.
– No siento la presencia de Aether, ¿por qué no puedo localizarlo?, ¿qué está pasando? –. Kokomi comenzó la revisión cuando los rayos empezaron a repetirse hace una hora, apretando el puño sobre sus labios con una tensión que le helaba la piel.
– ¿Su Excelencia?... –.
••
– Itto...¿en serio te parece buena idea buscar escaradiablos en medio de la lluvia?, estoy por dejarte solo y que te resfries –. El paraguas de la compañera del jefe de la banda no tenía suficiente espacio para los dos, provocando que el agua cayera sobre su espalda en vano para cubrirlo.
Pero el oni no le prestó atención, mirando el suelo y el tronco arriba de ambos, con la ilusión de que saliera un nuevo escaradiablo para futuros torneos.
Kuki lo agarraba de la manga, golpeaba su cabeza y no se inmutaba.
No tenía las ganas de ser impactada por un rayo que son más fuertes, deslumbrantes y cerca.
– ¡Hey!, ¡no se pueden quedar aquí!, ¡hay toque de queda! –. Una feroz plegaria mientras se iluminaba el cielo de nuevo, mostró a una mujer de cabello azabache con una máscara detrás de la oreja.
Itto reconoció rápidamente la voz y saltó detrás de su compañera más baja.
– ¡Es la tengu!, ¡rápido Shinobu distráela con tu habilidad para persuadirla y así huimos! –.
– ... –.
– ... –.
Solo un trueno fue capaz de levantar el silencio gracias a las palabras del oni de cabello blanco.
Kujou Sara no estaba para comenzar una persecución con la banda Arataki y reclamarle a Shinobu, estaba de prisa mientras usaba un brazo para cubrirse el rostro.
– No deberían estar aquí. Habrá una gran nube cubriendo Inazuma por tiempo indefinido, es peligroso que incluso los vandalos se pongan a pasear como si fuera un día cualquiera, no sabemos cuánto puede durar pero vamos a tratar de aligerar la intensidad –.
Varios soldados del Shogunato iban detrás de la mujer, con ganas de llegar a Tenshukaku y dejar de mojarse en medio de la ciudad a pesar de sus armaduras de Samurai.
– ¿La Shogun está molesta o enferma y por eso te llamaron? –.
– ¡No!...es solo que... –. Sara trató de buscar una ayuda por parte de sus soldados, pero todos estaban en posición recta como subordinados y tuvo que revelar la situación, suspirando con cabeza abajo siendo tema complicado de tratar con amigos del viajero como ella.
– Esta mañana llegó un barco de Mondstadt, y nos informaron que el viajero habría muerto por un ataque de acechadores. Nos mostraron el periódico y no estamos seguros que estén mintiendo realmente, se lo hemos tenido que contar a varias personas para pedirles meterse en sus casas o zonas de resguardo...lo mejor es esperar a que la tormenta pase y nosotros hablaremos con la Arconte –.
– ¡ESPERA!, ¡¿Qué el viajero qué?! –.
– Discúlpenos, pero tenemos que ir a ver a la Shogun y tratar de calmarla, ¡rápido! –. Los soldados de la comisión Tenryou se marcharon rápidamente con los zapatos cayendo en cada charco y casi resbalando con el piso resbaloso.
Itto estaba balbuceando de incredulidad con las manos en la cabeza, los ojos abatidos de la tengu no eran mentirosos y la forma tan vacilante como les contó para irse un segundo después
– ¡¿Cómo puede el viajero estar muerto?!, ¡si la última vez que lo ví estuvimos en un torneo de escaradiablos con la Onicalavanda y les regalé cupones para comida gratis! –.
Kuki Shinobu quién acompañaba a Arataki Itto, se quitó el paraguas que estaba usando para cubrirlos. No había escuchado algo tan descabellado desde aquel día donde el mismo viajero le pidió unirse a la banda, y después como el grupo estaba disculpándose por los anuncios colocados en toda Inazuma, actuando de manera responsable y disciplinada.
Solo porque no querían que se fuera, y porque el viajero también es tan amable como para ayudarlos a hacerlos feliz a ella y al grupo entero.
La lluvia es tan fría que le helaba más los sentimientos tan confusos dentro de su cabeza, lo más resonante dentro de los pensamientos en la chica es...
– Imposible –.
– Ay mi pobre Shinobu, no trates de ser fuerte y llora por tu hombre...¡yo también extrañaré mucho a Aether!...*llora exageradamente* –. El oni la abrazó casi aplastándola y sacándola de concentración, apretando más el sentimiento de angustia.
– ¡No seas idiota!...por supuesto que me afecta y mucho, pero hay varios cabos sueltos para declararlo muerto ahora, la noticia de Kujou Sara de hecho no lo hace; solo pone en duda su verdadero estado, puede que las descripciones de la gente sean preocupantes pero no van a dejarlo morir, es coherencia -. Shinobu se sacó a Itto de un empujón, mientras se paraba de brazos cruzados con relativa calma mientras la idea de que sea real también creía posible.
Ella rozó su barbilla con un dedo pensativo, no le quedaba más que esperar al propio Aether aparecer y salir de dudas. Es incomprensible ponerse triste sin conocer toda la verdad.
"Si le hubiera dicho que si podría unirse a la banda, aunque sea un día para estar juntos...¿lo aceptaría?, si tengo la oportunidad, debo hablar con él, solo espero que estés bien".
••
– Esta lluvia es ideal para camuflarse y encontrar un lugar perfecto para descansar...*bosteza*...que bueno que la miko no supo dónde me metí con tanta lluvia cayendo en el bosque –. Luego de estar rodando por un rato, la pequeña ninja encontró varias cajas vacías en la casa Nahagonara.
Se aseguró de que estuvieran vacías y resguardadas para evitar que el agua entrara. El calor adentro la envolvió mientras la lluvia torrencial le entraba más sueño del que tiene usualmente.
"Hoy debo pegar un estirón, buena lluvia y una siesta cómoda...despertaré cuando la lluvia termine, ojalá esto vaya para largo". Con ese pensamiento cerró los ojos y en un segundo ya estaba roncando.
La lluvia golpeando y los ronquidos de la propia Sayu realmente es lo único que se podía escuchar en la entrada de la ciudad. Dentro de la casa de la familia famosa por la pirotecnia, sentado en un sillón mientras leía una noticia del periódico de esta mañana había un señor mayor.
"¿Será real?, mi Yoimiya la ví realmente diferente cuando volvió por la lluvia, ¿acaso se habrá enterado y no quiso preocuparme?".
La habitación de la chica estaba cerrada, dentro estaba escondida con la cabeza sobre las piernas mientras se ocultaba con una manta encima.
– A-Aether...¿por qué?...¿por qué este mundo es tan injusto contigo y no pude hacer nada para hacerte feliz?, ¿por qué fuiste tan bueno conmigo pero no me dejaste hacer algo por ti? –. La chica de cabello rubio recogido estaba desconsolada sin armar escándalo, llevaba un rato largo con la garganta seca sin parar de llorar.
Kujou Sara le dió las malas noticias para que entrara obligatoriamente a casa, no tenía otra opción, sin querer le había destrozado el corazón en mil pedazos con la noticia y mostrarle el periódico, por si tenía alguna duda.
Forzó una sonrisa y tono normal cuando se encontró con su padre, pudiendo llegar a la habitación y encerrarse a sufrir en silencio.
A ella le hubiera gustado aprovechar de una forma diferente los días en los que Aether estuvo en Inazuma, conociéndolo hasta ser su amigo y lo que había sentido cuando la acompañó en los fuegos artificiales, si supiera que él no estaría más.
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Sumeru
– El Gran Bazar se ha vuelto en una zona tan concurrida de la ciudad. Si no fuera por el viajero, diría que a día de hoy nada de esto seguiría en pie, muchos tendríamos que cambiarnos de lugar y habríamos perdido la pasión por nuestra vida, trabajo y sentido conseguido por la hermosa comunidad que construimos gracias al arte, a nuestra danza por la Reina Menor Kusanali –.
Varias copas se levantaron al unísono luego de las palabras de una pelirroja con atuendo de bailarina, haciendo una pequeña reunión arriba de la tarima del espectáculo donde se realizan las danzas de la estrella del lugar.
– Yo más que nadie quería ver al viajero con nosotros, pero está en Mondstadt y preferí no molestarlo. Después buscaré la manera de darle un agradecimiento bien hecho, por su enorme corazón amable y bondadoso que ha tenido con el Gran Bazar y defenderlo hasta recuperar sus derechos –. Nilou estaba con la mirada en alto, feliz de haber conocido al viajero y con alivio de seguir haciendo lo que más le gusta después de tanto sufrimiento desde el día que fue aceptada para ser una bailarina.
– Disculpa, Dehya...¿Habías dicho que Cyno partió a Mondstadt hace unos días? –.
– Si, fue con Tighnari y otra persona para el festival que hay allá en esta época. Si me lo hubieras pedido, le habría dicho que le diera tus saludos para el viajero –.
– ¡Nono!, lo que menos me gustaría es molestarlos por eso. Nada malo puede pasar para que impida volver a ver a Aether, estoy feliz de saber que un día ocurrirá y soy paciente –. Las mejillas de Nilou se volvieron tan rojas como su cabello, por eso trató de esconderlas con ambas colas a los lados.
Las únicas que se encontraban reunidas y con un pequeño festín, eran Nilou, Dehya y Dunyazard.
– Intenté traer a Candace, pero está ocupada en la Aldea Aaru y sin Cyno por allá, nunca se le ocurriría dejar la aldea a su suerte. Agradecemos estar hoy en tu día libre, Nilou –.
– No te preocupes, Dehya, con las dos podemos pasar un buen rato...aprovechemos la comida y relajémonos hasta entonces –.
El picnic organizado por Nilou se hizo sin sobresaltos, un silencio relajante y la vista del lugar lleno ante nuevos turistas provenientes de la ciudad o una nación a parte.
Dehya bajó al observar la presencia de un vendedor de periódicos, ella no suele distraerse y mucho menos en una reunión de amigas. Pero tal vez podía encontrar algún tema para meter en el encuentro entre las tres.
Lo menos que estaba esperando, es encontrar una noticia en primera página con respecto al viajero.
No resultó ser una noticia buena como siempre lo tenía acostumbrado cada vez que lo mencionaban.
– ¡¿Pero qué... –. Dehya casi se levanta del sobresalto con los ojos casi fuera de sus cuencas, trayendo un silbido de sus dientes apretados sin explicarse lo que acaba de ver.
– ¿Pasa algo? –.
Nilou y Dunyazard se preocuparon inmediatamente por como se movió para meterse en el papel, Dehya no cayó en la presencia de las demás.
La noticia la tomó con guardia baja pero no se veía capaz de mostrárselas a sus amigas y como se lo tomarían. Los ojos de la chica de cabello marrón siguió bajando, encontrando otros detalles y relatos de la supuesta muerte del viajero en Mondstadt.
Rapidamente estaba en la tarea de contarles o no, porque podrían quitarle el periodico entre las dos y sería incognita lo que venga despues.
– ¡No es nada!, solo un viejo compañero de trabajo que está desaparecido y me sorprende no haberlo sabido hasta este momento. Cada vez estoy perdiendo más aliados mercenarios, no es algo bueno pero tampoco te preocupes demasiado, señorita Dunyazard –. Bajo el papel apretándolo sobre su regazo sin que la vieran.
La morena le costó poder convencerlas, nadie podría pensar que se trataba del viajero y no iba a mostrarles eso sin estar confirmado.
– El desierto se está poniendo más peligroso, Dehya. No puedo mantener encerrada a la leona, pero ten mucho cuidado cuando regreses –.
– Si, todo estará bien –. Dehya tragaba con mucha tensión, mantuvo la mirada leyendo otras cosas pero algo le revolvió el cuerpo para hacerla temblar y ver toda la noticia.
La frente de la morena estaba como si estuviera en el sol del desierto y el pecho lo sentía súper inquieto, una sensación asfixiante de preocupación le agarró sin poder evitarlo.
"No me jodas así, Aether...será mejor que digas algo rápido o mucha gente va a sufrir por esto".
