No sé cómo sentirme al respecto sobre el ascenso de Noelle luego de escuchar las palabras de Jean, pero trato de ser feliz cuando la miro y siente que por fin valió la pena cada esfuerzo.

Sea como sea, esta parte ya está hecha, mi trabajo terminó y ahora puedo planear mis días sin otras cosas pendientes.

Nadie sabía las decisiones que tomaban el grupo de jueces encargados de la prueba, solo yo.

¿Por qué Jean cambió de opinión al final?, eso definitivamente no ayuda y me está dando la razón.

Me costaba no ponerme confundido, mientras los nuevos reclutas tenían una fiesta de bienvenida, donde iban varios amigos especialmente porque Noelle iba a estar.

Aunque la llegada de Noelle parece haber sido una alegría para toda Mondstadt, no solo los caballeros, la gente estaba muy feliz cuando la noticia se hizo pública en la mañana.

– Paimon está notando que tú no evitas a los demás por cualquier cansancio o asuntos pendientes, ¿tiene algo que ver la reunión de los resultados? –.

– Las cosas eran muy diferentes ayer en esa reunión, créeme, no puedo evitar no estar muy contento por cómo terminó. Me peleé con varios amigos de por medio, pero porque sentía injusto el trato que tomó Jean...con respecto a Noelle –. Necesitaba ir a la sede ahora que los caballeros salieron a "celebrar", no pude estar tranquilo todo el día.

No sé cómo me sentiré si encuentro a Jean, pero al menos quiero ver a Albedo y retractarme de lo que dije respecto a Klee.

Me moví muy silencioso al entrar en la Sede, en ese momento tuve la necesidad de ponerme de cuclillas y tratar de escuchar algo detrás la puerta de Jean.

– Paimon no oye nada –. Ella imitó lo mismo que hice.

Seguimos buscando, esta vez en la biblioteca. Saludamos a Lisa y pasamos un rato ondeando el lugar en busca del alquimista maestro.

– Cariño, ¿estas buscando a Albedo?, fue a tomar un refrigerio en la ciudad. Te noto muy diferente después de salir de la reunion de anoche–. Lisa me sorprendió en la planta baja de la biblioteca, analizándome sin poder ocultar mi sentimiento antes de que me viera.

– Bueno...no me he encontrado mucha gente hoy, por suerte eres la segunda persona que me lo ha dicho. Trato de que no se note–. Le puse una sonrisa para que no se molestara.

– No te fuerces si no te sientes bien, debes resolver el problema con Jean. Tú no eres el único que se encuentra afectado, además debes ser honesto con nosotros...no queremos que ocultes nada después del accidente en el reino de los lobos; ¿no lo olvidaste verdad? –.

Me oculte el rostro por un largo momento, Lisa tenía toda la razón y por un momento olvido uno de mis principales cambios en el viaje por Teyvat.

– Lo haré, perdón...por cierto, Lisa. ¿Como supiste lo de la discusión?–.

– No tuve que preguntarle a nadie, lo que pasó entre ustedes ayer lo pude escuchar sin poner esfuerzos en conocer el chisme–.

Si, supongo que me había alterado hasta el punto de que las paredes y la puerta no detuvieron mis gritos. Estaba tan molesto que debió ser extraño para el resto verme tan enfadado.

– Hablando de Jean, ¿sabes cómo está ella? –. Paimon tocó el tema directamente, cómo si fuera la única que estaba pensando eso.

– Ella no ha hablado mucho cuando vino a la sede, los demás si fueron a reunirse para condecorar a los nuevos caballeros y unirse a la fiesta. Pero Jean dijo que quiere estar a solas para pensar, la noté igual que a ti, cariño –.

– Si...pero quisiera también pensar un poco, ya tendré oportunidad de hablar las cosas cara a cara –. Sabía que nos encontraríamos en su casa, ayer llegué antes y me encerré entre muchas emociones encendidas.

Incluso, puedo estar seguro que tendré antes una conversación con Barbara al respecto, siendo su hermana y la que más puede conocer lo que debe pasar en la cabeza de Jean. En la mañana no me buscaron porque estaba metido en la habitacion, y porque estoy durmiendo en mi habitacion de la Relajatetera.

– Lisa, por favor no le digas nada de esto a Jean, quiero que seamos solo nosotros los que resolvamos este problema que nos involucra como adultos–. Lo dije muy suplicante, esperando que se mantuviera al margen siendo amiga de la misma Jean.

– ¿Tú eres un adulto?–. Preguntó con un tono divertido.

– Aunque no lo creas, yo puedo lidiar perfectamente con esa clase de situaciones...así que si, lo soy–. Fuí bastante serio, poniendo las manos en mis caderas para acentuar mis palabras.

– Seguro que si, jaja–. Ella no me tomo en serio a pesar de todo, me miró de forma burlona y me revolvió el cabello como a un niño al pasar a mi lado.

Se fue a su puesto, mientras me devolvía a la salida para irme al centro de la ciudad.

Justo como me describió, encontré al mismísimo alquimista a lo lejos y rápidamente le indique a Paimon para movernos.

Albedo estaba en una mesa del segundo piso de un restaurante al lado del Buen Cazador, terminamos acompañándolo y poder hablar con él.

– Viajero, es raro que me encuentres tan temprano lejos de Espinadragón. ¿A que se debe tu presencia en este momento?–.

Conociéndolo, debe tener una idea de porque vine a pesar de verse sereno.

– Albedo, vine a pedirte disculpas. Seguro lo sabes, lo que dije de Klee no estuvo nada correcto y me arrepiento de haberla involucrado en el asunto de los Caballeros elegidos. No quise pagar mi frustración con ella, estallé y de seguro que no te hizo gracia –. Lo miré con mucha culpa, cargaba mis manos juntas y apretadas sin detenerme lo más disimuladamente posible.

– Está bien, Aether...no le dí importancia, pero aprecio que hayas venido tan temprano a disculparte. Mucha gente lo ha mencionado antes dentro de los Caballeros y los aspirantes, pero sé cómo lidiar con ese asunto, hasta enseñarle a Klee no prestar atención cuando escuche esa clase de comentarios intentando confundirla –.

Me encontraba sorprendido de escuchar ese detalle, ¿Klee ya ha tenido que escuchar a gente menospreciando su puesto en los Caballeros?, bueno, si hubo gente que despreció a Noelle en las pruebas ayer...supongo que hasta ha habido alguna voz cuestionando mi puesto como Caballero Honorario.

– No le des muchas vueltas, a todos nos han cuestionado de frente o a espaldas, siempre sucede por alguna cosa u otra. Pero solo trata de seguir trabajando y perderán fuerza. A pesar de todo, la gente en Mondstadt valora el trabajo de todos los Caballeros –.

– Pero...¿no es más hiriente que te lo diga yo, tu amigo? –.

– No, tranquilo. Tu estabas defendiendo las fortalezas de alguien, todos vimos la prueba pero fuiste el único que salió a poner en valor el trabajo de la chica, nosotros no vamos nunca en contra de las ordenes de la Maestra Intendente pero sabíamos cuanto destaco la criada. Te enfrentaste a Jean, solo cuestionaste sus decisiones, no a las personas involucradas–.

Escuche cada palabra de Albedo sin levantar la cabeza, no se mostro molesto, pero acepto para evitar que insistiera en mis disculpas.

– Supongo que lo más complicado será volver a hablar con Jean–.

– Ahí no puedo ayudarte, debes hablarlo con ella y resolver sus diferencias si en serio quieren llevarse como amigos. Aunque podrían continuar llevándose bien, entendiendo como piensa y trabaja cada uno. A pesar de estar día a día, no conocemos detalladamente la manera de pensar de Jean y sus opiniones al respecto –.

– Entiendo–. Albedo me dió un punto para cavar, apenas comenzamos a vernos diariamente, nuestra amistad no estaba muy avanzada para entonces. Veíamos a Jean una vez que visitábamos Mondstadt por algún evento especial, como el pasado festival de las flores de viento, su cumpleaños, toda la aventura al comienzo para resolver el problema de Stormterror...

Nos falta más complicidad, cercanía y honestidad para poder compartir nuestros pensamientos, eso podemos conseguirlo si salimos o nos vemos seguido. Apenas estábamos en el comienzo, pero también me detuve por entrenar con Noelle, conocer a Sacarosa, vivir encerrado por las noches en la Relajatetera.

Pero algo que si conseguimos nada más empezar fue que pensara más en su salud, ahora teníamos una cena acompañados de Barbara y que concilie un poco de sueño en casa.

Total, Albedo se fue y yo medité un rato tirado en mi silla, mirando la tranquilidad embriagadora de la ciudad en celebración.

"Acabo de recordar que no puedo hacer las expediciones en el Gremio al estar de baja. Habría mandado antes a Bennett o a Fischl para que me consigan algo de mora, mierda".

"Siempre tienes la opción de vender cualquier cosa, siendo el héroe de Mondstadt seguro cualquiera accedería y tener alguna de tus reliquias en la Relajatetera. Así podrás alimentar decentemente a Paimon".

"Tienes razón, debería venderte...¿cuánto crees que saque por ti en una subasta, Paimon?". La miré posando mi mano en la barbilla, tentado de probar su idea probándola.

"¡ARGH!...¡Tú!...veamos quién ríe cuando tengas que vender la Relajatetera para sobrevivir. Tú única opción es Jean y te peleaste con ella, Paimon quiere ver qué harás para resolver las cosas".

Mi compañera otra vez me demuestra que parece más un peso muerto que un apoyo, ¿existirá alguien tan desafortunado como para ser líder de un equipo de inútiles?, nadie puede superarme en eso.

Espero arreglar las cosas con Jean, porque aún quiero seguir manteniendo las cosas y mejorarlas, así pueda trabajar mejor por Mondstadt; también porque necesito saber qué pasó con la solicitud del Pájaro al Vapor.

La fiesta de los caballeros sería hasta tarde, por lo que me desplacé a casa de Barbara y Jean. Hice limpieza y orden mientras las esperaba, no hago esto porque sea hoy precisamente, si no para devolver un poco la amabilidad de que me quede aquí.

La primera en aparecer fue Barbara, me miró sorprendida cuando percibió el pulido del suelo y las paredes.

– Aether, ¿realmente estabas limpiando?, ¡eso es muy amable de tu parte! –. Sonrío con un rostro brillante, eso no es necesario limpiar y siempre está feliz.

– No tenía nada que hacer, los caballeros están teniendo una celebración por los nuevos recién llegados, no hay nada nuevo en la ciudad...sin mencionar que dejé Invocación de los Sabios por la ansiedad que me da

Hablando de Invocación de los Sabios, puedo sacar dinero si vendo mi caja. Si contacto con Cyno podría colar, eso ya no me sirve y lo tengo haciendo espacio en el inventario.

– ¿De verdad limpiaste por desinterés? –. Ella tenía una ceja levantada, sabía exactamente porque estaba dudando.

– Si. No lo hago para quedar bien delante de ti después de la discusión...pero tienes que admitir que es algo complicado –.

– Yo no tengo idea de lo difícil que es liderar la nación y los Caballeros de Favonius. Entiendo que te expresaras y contradigas la decisión de Jean, tienes razones si sentiste que se trataba de algo injusto, pero es la Maestra interina...ella aún está aprendiendo y cometerá errores, eso es algo que quiero aprender de mi hermana, aprender de los errores rápido. No estoy defendiéndola porque seamos familia, sino que debes entender su posición; sabes que no se trata de algo sencillo al asumir el puesto de mando en un momento complicado –. No dije nada y solo estuve mirando atentamente a Barbara, quien no me reprendió pero si tenía una ligera sensación de preocupación.

Lo que menos quiero es arruinar Mondstadt si desmoralizo a la Maestra Intendente, ahí es donde se dirigía Barbara con este asunto.

– Arreglaré el problema sin volverle a gritar a Jean, no cometeré el mismo error de ser tan insensible –. Le hice una promesa a Barbara y a mi mismo como castigo.

Pensándolo en frío, Jean no mereció en ningún momento que le gritara de una forma despreciable, bastaba con simplemente decirle cómo ví el trato que estaba tomando.

– Si es necesario, quiero aplazar nuestra salida para que te dediques a pasar más tiempo con Jean y la conozcas mejor; después de todo no puedes salir de Mondstadt por un buen tiempo, así que hay prisa –. Barbara realmente estaba segura, si no es por su suave y linda voz pensaría que me lo estaba ordenando.

Todos quieren que volvamos a estar en paz, me preocupa que todavía no he visto a Jean después de decirle todo eso.

Aether y Barbara prepararon la cena, el rubio estuvo muy distraído, pensando lo que le dirá a Jean, si ella lo escuchará, no podía concentrarse sin tener todo tipo de escenarios pasándole por la cabeza.

Paimon también apareció como costumbre, en busca del olor cocinándose en la cocina. Solo faltaba Jean, Paimon también se dió cuenta que Aether ahora se encontraba lleno de nervios.

El viajero no sabía ni como iba a comenzar cuando la tuviera delante, lamentándose por dejar que Paimon hablara por él durante todo este tiempo y no socializar directamente cómo alguien normal.

Tampoco es que tuviera problemas, pero no estaba acostumbrado a estas situaciones de molestarse con sus propios amigos.

"Antes como solo me juntaba con Paimon y no pasaba mucho tiempo en las naciones me guardaba todo, pero esto puede ser algo bueno...cada vez me acerco más a la gente de Teyvat, si quiero ser lo más honesto con todos debo mostrar que estoy agradecido de ser querido como un amigo y decir lo que pienso de las cosas".

Jean ya había llegado justo cuando la cena terminó de hacerse, el viajero y Barbara se repartieron los platos para poner la mesa. El de ojos dorados se encontró con los grises apagados de aquella mujer, separándose después de mirarse por un breve momento.

– Hola Jean, ¿cómo estuvo hoy el día? –.

– Buenas tardes Barbara. Estuve revisando deseos y algunas ideas de unas propuestas para expandir la industria vinícola del Viñedo en colaboraciones con Fontaine, además había trabajo extra mientras los caballeros estaban celebrando –.

La conversación entre las hermanas se llevaba de relativa normalidad, sin contar la expresión de Jean, la extraña iniciativa de Barbara que sonreía más ampliamente; nada hizo darle valor a Aether de dar el paso de decir algo, estaba pasando inadvertido en la mesa mientras su compañera devoraba su plato sin discreción.

Jean evitó hacer contacto visual con Aether, cabizbajo con la cara enterrada mirando el plato y comiendo muy lento.

Barbara y Paimon compartieron una expresión de "no está funcionando porque ninguno de los dos se atreve".

Pasaron unos cortos minutos y Barbara se levantó con un suspiro exhausto.

¡Uff!...la comida me ha dejado llena, pero aún deje migas. No sé si alguno de ustedes–.

– YO –. Paimon levantó la mano con la sonrisa de un cachorro moviendo la cola de felicidad.

Barbara le pasó su plato, sonriendo cómplice con ella al entender su marcha.

– Los dejaré para irme al baño, espero sigan disfrutando de la cena...y traten de no dejar en silencio la casa, gracias –.

Barbara los abandonó por una buena causa, yéndose a la segunda planta para esconderse en el baño y no molestar, dejándoles todo el tiempo necesario a Aether y Jean.

"¡Maldición, maldición, maldición!. ¡me han dejado vendido y estoy siendo obligado a sacar mi voz para disculparme con mis palabras!". Aether tenía la frente llena de sudor, porque una parte de él quería tener a Barbara como apoyo en caso de meter la pata.

– ... –. Jean estaba en completo silencio, con menos motivación de intentar mover los labios.

El viajero quería comenzar la conversación, pero le estaba asustando la mirada perdida de Jean sobre la sopa. No tenía mueca en los labios y sus ojos se volvieron de un gris opaco deprimente.

Paimon quien también se encontraba presente físicamente, se puso a mirar de reojo a Aether llena de confusión y miedo.

"Aether, vamos dile algo, ¿no ves que parece una marioneta sin vida?; Paimon jamás había visto así a Jean, ¡ni siquiera en sus peores días trabajando!".

Cómo si le hubiera empujado metafóricamente, Aether se lanzó a hablar improvisado.

– ¡Ah Jean!, yo... –.

– Tómate tú tiempo, Aether...si es que me permites llamarte por tu nombre, ¿o prefieres simplemente viajero?, espero no te moleste si tengo aún el derecho de llamarte así –. No sonaba molesta cuando le interrumpió, no había emoción, parecía no querer mirarle a la cara hasta que se lo diga.

– Jean...por favor perdóname por la manera de expresarme ayer. No quería faltarte al respeto así, pero mi corazón tomó el volante de mi reacción y estaba siendo demasiado evidente lo que presenciaba...mírame a la cara, no estoy molesto contigo incluso si piensas lo contrario –. Aether no estaba viendo resultados en su explicación, intentó tomar sus manos entre las suyas y acercarse para que alzara los ojos.

– No merezco hacerlo...has hecho más por Mondstadt que yo, su líder–. Él notó un ligero temblor en sus labios, pero Jean seguía mostrándose firmemente apagada cuando susurró aquello.

– ¡No digas tonterías!, sin ti no habría conseguido vencer a Stormterror solo. Estás protegiendo a Mondstadt de los Fatui, del Abismo y de cualquier peligro que los amenace. Olvidé que tienes un peso encima y debes proteger a todos, también entiendo que pienses diferente a como hacía las cosas Varka, pero no es tan horrible como lo hice sonar. Tienes tus cosas buenas y malas, como todo líder...¿de verdad piensas que eres la única que comete errores en el mundo? –. Aether sabía de sobra que es la nación mejor gobernada de las vistas en Teyvat, aún siendo una recién elegida Maestra Intendente y con grandes posibilidades de mejorar.

– Aether no trates de encontrarme cualidades, tenías razón, en todo. Estoy cometiendo varios errores, siendo así no debería ser la Maestra Intendente e interina de Mondstadt y los Caballeros...con Varka las cosas no serían en absoluto como ahora, todo debe ser perfecto y no es así. Mi razonamiento no es el correcto para liderar una nación, y eso lo pagan muchas veces los caballeros elegidos por mi culpa –. Después de sus palabras que lo miraron hasta lo más profundo del alma, el entorno de la mujer se volvió más sombrío que los agujeros del abismo, con un silencio umbral.

"Ay no, Aether...ahora sí se rompió por completo". Paimon tenía los ojos aguados mientras se conmocionaba por el estado emocional de Jean.

"Es que no me arrepiento de lo que dije ayer, pero tal vez debí decirlo en otro tono. No quería deprimir a Jean de esta manera, exploté bastante fuerte al criticar varias de sus decisiones". El corazón de Aether se encogió, frente a sus ojos yacía el resultado y como estaba tan centrado en Noelle que olvidó lo hiriente que había sido su defensa.

– Ya no los molestaré más, si están incómodos de quedarse pueden irse...no soy nadie para detenerlos. Incluso si eso te hace querer irte de la nación, solo pide a donde quieres llegar para que un grupo de caballeros competentes te escolten –. Ella retiró las manos, bajando las cabezas asumiendo todo el error y el regaño.

– Jean, no voy a irme a ningún lado. Mondstadt es la ciudad que más cómodo me hace sentir, y ahí estuviste tú desde el comienzo de mi viaje. Esto no se trata de ti –.

Ella alzó los ojos levemente con un poco de luz, viendo una sonrisa honesta en la cara del rubio.

– ¡Si!, ¡nadie sabe hacer mejores pizzas que tú! –. Paimon también se acercó con una sonrisa emocionada, haciendo lo mejor para servir como apoyo.

Algo dentro de la mujer se calentaba, Aether siempre le encontraba la manera de mirar el lado bueno a las cosas; fue gracias a él que cambió un poco, es honesto a pesar de lo duro que puede ser cuando está molesto.

– Pero yo...¿por qué insistes en dejarlo pasar?, si te intento decir que te elegí como Caballero Honorario porque eras el único capaz de descubrir lo que estaba pasando con Stormterror no sonaría convincente, tampoco puedo desmentir que Klee esté donde está por un poco de influencias de su madre y su potencial tan joven...con respecto a Noelle, me dí cuenta que estaba llevando mal las cosas con ella porque tú me dijiste todo eso ayer. Yo creía en mis decisiones, sin embargo no miré todos los ángulos –. La mujer de cabello rubio se sentía muy decepcionada consigo misma, no se sentía merecedora de una segunda oportunidad.

La mujer trataba de tirar la toalla, no valoró lo importante que fue tener la amistad del viajero hasta conocer su faceta alterada y más honesta, golpeándole de argumentos con bastantes razones.

Aether debía encontrar algo, estaba claro que continuar la conversación resultaba un recuerdo para Jean de sus malas decisiones.

– Bueno...te preocupaste por el tema de mi hermana, si realmente no me usaste para tu beneficio, no habrías ordenado pegar los carteles por la ciudad –. Él mencionó con la mejor intención, tratando de valorar ese detalle pequeño en ese entonces.

Cómo si tuviera una piedra por el camino, Jean exhaló.

– Aether, debo ser honesta contigo. Por mucho que colocáramos los carteles sobre tu hermana, no ha habido ningún avance. Esto también es mi culpa, la gente tampoco mostró interés entonces y apenas unos cuantos caballeros se preocupaban por colocar los carteles, asegurarse de que no los quiten o se pierdan en las paredes; al final la única en beneficiarse en esto fuí yo, quien te pidió tu ayuda y todavía no te he dado nada –.

– ... –. Aether quedó en una expresión de shock, la respuesta de Jean era algo que no conocía y le dejaba en mal lugar para seguir defendiéndola.

Aether bajó la mirada, no estaba molesto por eso...él ya lo esperaba, pero sigue siendo una sorpresa que no quería escuchar en un momento así.

"¡Perfecto!, ¡ahora los dos no se quieren ni mirar!". Paimon estuvo en medio de ambos, cada uno metido en su propio mundo sin querer dar más pasos a volver a estar en buenos términos.

– ¡¿Cuál es el problema?!, ¡pasó exactamente lo mismo en Liyue y salvamos el puerto dos veces!, en Inazuma nos intentaron matar y no conseguimos respuesta...lo cuál no habla muy bien de la mayoría de ustedes...¡El punto importante aquí es, que en primer lugar ustedes nos han dado su hospitalidad y siempre nos recibieron con las puertas abiertas!; no sospecharon y confiaron en nosostros, no trataron de matarnos y fue fácil comunicarse con la gente –. Paimon intervinó, los dos cabizbajos la escucharon atentamente mientras el viajero asentía a cada paso con más convicción.

– Tienes razón, ustedes son los que se mostraron más interesados en el tema de mi hermana, tienen un punto con respecto a otras naciones. Además como dice Paimon, no ha sido necesario pelear o huir contra nadie en Mondstadt porque nos viste como los buenos, pudiste haber desconfiado de mí cuando nos conocimos y tenerme en vigilancia...preferiste confiarme la responsabilidad de resolver el problema del dragón, ustedes me invitaron a venir al festival y siempre me saludan cuando aparezco, todo eso no sería así si no fuera por tu confianza a mi desde el primer día. Quiero devolverte eso, confío en ti y tus intenciones, Jean. La próxima vez, deberías expresar tu punto de vista y no guardártelo para ti sola –. Aether unió sus propias manos, esperando que pudiera mirarlo y pasar ambos la página de esto.

– Quieres decir...¿qué entre nosotros seguirá todo como ha sido? –. Rápidamente la de ojos azules parpadeó unas veces, con un rostro algo emocionado.

– Así quiero, pero pasemos más tiempo para conocernos y saber cómo piensa el otro, ahora que Mondstadt no tiene nada importante en estos días. ¿Podrías perdonarme tú a mí? –. Aether asentía con la cabeza bastante feliz, alzando las manos ligeramente esperando su respuesta definitiva.

– No lo sé...lo que me dijiste me llegó, quiero pensar más detenidamente cada decisión por Mondstadt, eso puede servirme de inspiración para que las cosas sean aún mejores –. La cara de la Maestra Intendente se volvió más reflexiva, pensando con una mano en la barbilla.

– P-Pero no tendré mi conciencia limpia hasta que me digas que si, ¿podrías decir si? –.

– Lo pensaré detenidamente... –.

– ¡Oye espera!, ¡si vas a pensar mejor las cosas, que sea en el trabajo, no es así?!...solo dime si realmente estás molesta conmigo –.

Jean soltó una carcajada al darse cuenta de la impaciencia desesperada de Aether quien no la dejaba ir, aún esperando que pudiera perdonarlo cómo si fuera un niño pequeño.

– Aether, es complicado para mí. Porque siento que te fallé, no estoy para nada molesta por tus palabras y es difícil poder seguir hablándote...tú me ayudas a mejorar cada día, en el trabajo por Mondstadt y aún muestro que me falta mucho para llegar a ser la líder que la nación necesita; también demuestra que no he podido conocer al resto, poder confiarles plenamente mis decisiones y acercarme, contigo no he podido hacerlo –. La mujer se pasó la mano en el cabello, queriendo irse a su habitación y terminar el tema con el viajero.

– Jean, no importa lo que pase, quiero seguir ayudándote a ser mejor líder y mejor amigo, para cualquier cosa quiero estar ahí. Solo debes mostrar tus lados más secretos, sé honesta conmigo y poder compartir nuestros pensamientos e ideas...confía en mí, pero necesito tu perdón –. Aether se sentía también responsable, de alguna manera su falta de compañía con sus amigos le ha causado problemas, quiere hacer las cosas bien por todos los amigos que tiene.

– Estás perdonado, pero no te pongas un límite y dejes de ser honesto con tus pensamientos importantes. Gracias por seguir creyendo en mí –. Jean mostró una gran sonrisa y el de ojos dorados estuvo mirándola fijamente en silencio.

Aether pocas veces podía visualizar la faceta femenina de Jean, pero creía que resultaba embriagador cuando salía a la palestra.

– Ten buenas noches, Jean –.

– Igualmente, Aether –.

La mujer subió a la segunda planta y Aether estuvo mirándola hasta que se fue de su campo.

– ¡Menos mal!, ¡Paimon pensó que serías capaz de gritarle otra vez! –. La pequeña flotante negó moviendo su cabeza y suspirando con una expresión de alivio.

– No Paimon, no soy así...por lo menos no una persona impulsiva, lo que pasó ayer fue simplemente un enfado en caliente. Aunque han pasado muchas cosas en el viaje, lo he soportado y ahora que puedo ser más abierto con los demás, no quiero insultar, gritar o atacar a mis amigos. Quiero que me apoyen cuando les cuente todo...antes dependía mucho de ti –.

– Por eso todo el mora gastado es un precio justo por los servicios de Paimon como tu voz, guía, psicóloga, amiga, almohada, entrenadora, compañera de viaje, carnada, abogada... –.

– ¿La de pelear no te la sabes? –.

– ¿Y la de conseguir una novia te la saltaste?, tú mismo dices que no quieres a Paimon hablando por ti todo el tiempo... –. Su compañera se burló mientras le señalaba el dedo negando.

El rubio de ojos dorados se cruzó de brazos y dió la espalda a Paimon bastante picado.

– ¡Hmm!...cómo si alguien realmente estuviera enamorado de mi, no soy un Romeo para andar por ahí coqueteando –.

– ¿No será por qué estuviste tan centrado en la búsqueda de tu hermana que no notaste TODAS las miradas y indirectas en cada nación por hacerte el fuerte?, Paimon a veces piensa que eres muy distraído o estúpido...jiji... –.

– Lo dices solo para hacerme sentir bien –. Chasqueó los dientes mirando a Paimon por un momento y se fue a la habitación.

Aunque él mismo desea una clase de fase de popularidad entre las chicas, estaba la parte que consideraba ilógico dentro de su conciencia.

– Ay, a este muchacho todavía le falta mucho para ser lo que realmente quiere con sus amigos. Podría ser porque ha estado muy desmotivado por los últimos descubrimientos de su hermana y parece tener un lado negativo, eso lo está afectando pero no lo quiere aceptar –. Paimon lo miró preocupada mientras se iba a su habitación.

Aether se metió con la mano en el mentón, lleno de indecisiones.

"Ahora esto es algo complicado, ¿por quién debería empezar a salir?...tengo una salida pendiente con Barbara, algo especial con Sacarosa, también quiero sacar a Jean de la sede para entendernos mejor; sé que puedo conocer más de ella y me abra más sobre mis pensamientos".

Agarró su Relajatetera, mirando su reflejo sobre color dorado del objeto.

"Debo decirle a Jean la verdad, espero que sí la invito a pasar pueda entender porque me escondí en su casa...además sigo sin conseguir dinero, debo pedirle las novedades del Pájaro al Vapor para encontrar un trabajo de alguna manera".

La única razón de que siga sobreviviendo es gracias a Jean y a su inventario, que tiene bastante amplio con respecto a provisiones en casos de emergencia como este.

El viajero estuvo esperando ya dentro de la Relajatetera a sus invitadas. Noelle lucía liberada cuando llegó, tantos exámenes sin éxito debieron ser realmente una tortura, convirtiéndose en una losa para su progresión de hacer realidad el sueño de ser considerada una caballera oficialmente.

Aunque no haya resultado como él quería, ya debía haber dejado el puesto de criada hace muchísimo tiempo.

A pesar de sentirse en conflicto, si realmente Noelle consiguió el puesto por su propio esfuerzo y las ayudas que le brindó, o por haber dejado expuesta a Jean.

– ¿Cómo estuvo la bienvenida? –. Le preguntó, viéndola acompañada junto a Sacarosa.

– ¡Estuvieron todos!, Kaeya, Amber, Eula, Albedo me saludaron; incluso la Maestra Jean estuvo en la tarde y estuvimos hablando un rato. Intentó disculparse por haber sido muy dura, pero no lo entendí muy bien, sé que si fue severa no fue porque no me quería. Cada decisión que tuvo conmigo debía tener una razón para ella, no sé cómo piensan los demás caballeros...pero espero aprender como se sienten cada uno con el tiempo, es cuestión de ir sin prisa –. El viajero escuchó atentamente a Noelle, su explicación es similar a como él ve las cosas ahora con respecto a Jean.

"Ella incluso entendió antes que yo, siendo alguien de muchos puestos por Teyvat...no sabía cómo piensan los demás, ni siquiera conocía a mis propios amigos. Realmente Noelle tiene más paciencia y resistencia de lo que hubiera creído, supongo que yo subestimé su deseo por ser una caballera...además tampoco lo esperaba". El rubio posó una sonrisa orgullosa, mientras tomaba nota de aprender más sobre toda la gente que le rodea y mostrarles más sobre si mismo.

– Deben estar cansadas al estar afuera todo el día, no seguiré preguntando y mañana me pueden contar todo lo que hicieron –. Aether se puso a un lado, rascándose la nuca algo incómodo.

Noelle y Sacarosa entraron en la mansión ante su reacción. Habían estado hablando desde que se convirtieron en invitadas del viajero en su Relajatetera y ya se puede decir que compartían cierta complicidad de contarse las cosas.

– Deberías hacerlo, parece algo decaído y seguro puedes animarlo. Aprovecha que mañana es día libre –.

– ¿En serio?, puede ser repentino y necesito probar mejor si lo que me regalaron pueda usarlo –.

– Así podrás acercarte más a él, sorpréndelo...el vestido seguro que le encantará cuando lo tengas puesto –.

Aether se aseguró de cerrar la puerta, escuchando murmullos a lo lejos de sus compañeras sin poder entender qué estaban diciendo. Todavía le queda un largo camino para que todos puedan entenderlo y ser más honesto con sus amigos, estaba tranquilizando sus pensamientos de aventura y viaje a nuevas exploraciones.

Esta sería etapa nueva para el viaje, confiando que le traiga más experiencia para cuando regrese y decida partir a la siguiente nación.

– Bueno, paso a paso...pasando el tiempo con mis amigos podré conseguir no ser tan distante a ellos, a pesar de ser un viajero natural, esta vez me veo obligado a cambiar mi mentalidad –. El rubio apagó las luces de la mansión cuando Noelle y Sacarosa entraron a sus cuartos, razonaba consigo mismo, terminando una nueva experiencia por Teyvat, esperando más novedades diferentes para el futuro de mañana.


Hace poco comencé de nuevo las clases, eso me quitará tiempo y puede que las actualizaciones de las historias tomen más tiempo...o directamente desaparezcan, pero trataré de que no pase y me quede inactivo.

Y pensándolo bien...Mondstadt va a ser la ciudad con menos waifus para el viajero, después de todo solo incluiré las que me gustan y así con las demás naciones; espero les haya gustado este capítulo.

¡Nos vemos en el siguiente!