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En el capitulo anterior.

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Su imaginación voló, al ver a Natsuki. Una lágrima silenciosa sale de sus ojos al observar como Natsuki se aleja en compañía de Mashiro de aquel consultorio. De nueva cuenta todo se quedaba en su mente, el querer acercarse a Natsuki, el hablarle, el explicarle las cosas, nada de eso importa ya, porque de nueva cuenta sigue dejando pasar la oportunidad. Youko la observa. El cambio en su semblante, sabe que es por Natsuki. Internamente la ojirubi se reprende, por tan solo imaginar el acercarse a ella. No se siente digna, no lo es, a sus ojos. Si está embarazada, no sabe que hará, pero no quiere que Natsuki regrese con ella solo por el pequeño ser que pueda estar formándose en su interior. Shizuru piensa que es una manera de proteger a Natsuki, de ella, de su familia. Ambas salen a la sala de espera, pues hay más pacientes.

Pasan alrededor de 30 minutos y la amiga de Youko las invita a su consultorio, ya tiene los resultados. Ambas entran al pequeño espacio y la química comienza a leer los análisis, se los pasa a Youko para que los vea. Shizuru quiere escuchar el resultado y al mismo tiempo quiere que no suceda.

-Shizuru, tienes un mes de embarazo. –La química le dice, Shizuru no dice nada, solo comienza a llorar. Youko la abraza y su amiga sale para darles algo de privacidad.

-Youko… ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer?

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Natsuki y Mashiro salieron para encontrarse con Saeko, quien aprovecho para realizar unos pagos. Las tres se dirigen al hogar Kuga, ya que los resultados estarán hasta más tarde. Mashiro las lleva en su auto, al llegar Saeko la invito a pasar.

-Pasa hija, almorcemos juntas.

-Gracias Señora. No quiero molestarlas.

-No es molestia. Pasa.

-Si Mashiro, no es molestia. –Natsuki segunda a su madre.

Las tres estaban comiendo cuando una llamad allego al celular de Natsuki, quien se disculpo con su madre y su invitada y salió a la sala a contestar. Al cabo de unos minutos regreso, su cara reflejaba felicidad.

-¿Que sucede, hija?

-Mamá, me aceptaron en la cervecera Suntory. Quieren que me presente el lunes.

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Capitulo 23

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Youko le dio las gracias a su amiga y salió junto con Shizuru del laboratorio. Youko no se atrevía a decir nada, pues Shizuru no había dejado de sollozar, desde que confirmo sus sospechas. La condujo a su auto, donde la dejo para ir a comprarle algo de alimento, ahora que saben de su situación debe alimentarse mejor. Unos minutos después regreso con jugo y fruta para ambas.

-Debes comer, ahora no solo eres tú. También es ese pequeño o pequeña que se está formando en ti. Shizuru…

-Llévame al departamento de mi padre, por favor.

-Está bien. Pero primero come. -Ambas comenzaron a comer en silencio, solo se escuchaba el bullicio de la ciudad.

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-Ya veo… Nina. Solo te pediré una cosa, cuídala mucho.

-Señora Alison…

-Últimamente la veo muy distante… solo concentrada en el trabajo. –Nina sonríe.

-De hecho hemos estado saliendo casi todos los días.

-¿De verdad? –Alison se sorprende, no pensó que Shizuru fuera en serio con Nina. Se alegra, al comprender que su hija tiene un apoyo en ella.

-Me alegro por ustedes, hija. Mi… sobrina merece algo de felicidad, y estoy segura que a tu lado la tendrá.

-Gracias señora Alison. –Nina se sonroja y desvía la mirada.

-No te incomodo más y te quito el tiempo. Si ves a Shizuru por favor dile que su abuelo la espera en su oficina.

-Claro. –Nina se pone de pie, imitando a Alison, quien le regala una sonrisa y sale del lugar. En cuanto la puerta se cierra, Nina se deja caer en su silla. Suspira. Saca su celular y vuelve a llamar a Shizuru, el teléfono sigue sin dar señal. Nina se siente angustiada, no sabe donde esta Shizuru y eso la inquieta.

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-Gracias Youko, me quedare aquí.

-No te dejare sola. –La doctora baja del vehículo, no dejara a Shizuru sola, está muy vulnerable.

-No es necesario, solo, quiero, descansar…

-Me quedare a tu lado, Shizuru… -Sin embargo Youko guarda silencio. Shizuru gira para ver a la persona que ha dejado a Youko sin palabras. Nina camina a donde ambas se encuentran.

-Nina.

-Shizuru ¿Qué sucede?

-Yo… -La ojirubi no es capaz de decir nada, las lagrimas han inundado sus ojos y silenciado su boca. Nina se aproxima a ella y le abraza. Ve a Youko, quien no dice nada, solo las observa. Al cabo de un minuto, Shizuru se tranquiliza un poco, Youko al ver que no estará sola, decide dejarla con Nina. Se acerca a Shizuru y la abraza.

-Volveré mas tarde. –Baja más la voz. Para que Nina no escuche. -Come, trata de descansar. Tienes mi apoyo.

-Gracias Youko…- Shizuru le corresponde el abrazo. Ambas se despiden de Youko. Nina toma de la cintura a la ojirubi y emprenden el camino al departamento de Shizuru. La doctora las observa, de verdad de sea que Nina ayude a Shizuru y la quiera para aceptar lo que se viene. Entra a su vehículo pues tiene que volver al trabajo.

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-¿Estás segura? –Saeko cuestiona a su retoño, sobre el irse al otro lado del país.

-Es una muy buena oportunidad…

-Natsuki… no pregunte eso, sé que es una excelente oportunidad para tu desarrollo profesional, solo quiero que lo hagas por la razón correcta. Solo eso hija.

-Gracias Mamá. Y es lo mejor, es una gran empresa para comenzar a trabajar. Estoy segura.

-Si es tu decisión, la apoyare. Me duele el alma que te apartes de mi lado pero sé que es necesario para que crezcas por ti, y para ti…

Saeko se levanto de donde estaba para abrazar a su hija, todo bajo la atenta mirada de Mashiro, quien se siente un poco fuera de lugar, ya que ella no recuerda la última vez que hablo así con su propia madre y al saber que Natsuki se irá tan lejos la entristece, y más porque siente que menos oportunidad tendrá con la ojiverde.

-Mashiro… Mashiro…

-Perdón… -Mashiro estaba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta que Saeko había ido a la cocina, y ahora solo estaban ellas dos en la mesa. –Lo siento Natsuki, me fui por un momento. Felicidades, es una buena oportunidad.

-Lo sé, gracias. ¿Quieres ir al parque?

-¿Ahora?

-Solo ayudo a mi madre con los platos y vamos ¿te parece?

-Sí, te ayudo. –Mashiro se puso de pie y trato de tomar su plato solo para encontrarse con las manos de Natsuki sobre las suyas, quien también se aproximo a tomar dicho utensilio. Natsuki rápidamente retiro su mano, desvió su mirada y su rostro, pues había tomado un tono rosa. Mashiro por su parte también estaba un poco avergonzada y sonrió por las reacciones de Natsuki. Tal vez no tenía todo perdido con ella.

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-Sabes que estoy para ti. Puedes confiar en mi plenamente Shizuru. No me gusta verte así ¿Me dirás que pasa? –Nina tenía una mirada de suplica, quería conocer a Shizuru en su totalidad, con sus ratos buenos y no tan buenos. Por su parte Shizuru se sentía mal por no ser totalmente sincera con Nina, esa mujer que siempre ha estado para ella. Solo que tiene miedo de su reacción, necesita decirle la verdad, siente que se está ahogando.

-Nina, quiero confiar en ti, no sé como lo… -La ojirubi cambio sus palabras. -No mereces que te oculte cosas, pero debes prometer que me escucharas y que no le dirás nada a nadie. Comprenderé si después de lo que te diga no quieres volver a saber de mí, lo entenderé.

-Shizuru…

-Promételo por favor.

-Sí, lo prometo. –Shizuru se sentó, Nina permaneció de pie.

-Nina, yo… yo… yo estuve saliendo con alguien, antes de comenzar a salir contigo.

-Natsuki…

-Sí, con ella, pero después paso algo… con alguien más. –Shizuru se arrepintió de contarle sobre la condición de Natsuki, después de todo no era algo que le correspondía andar divulgando. Sentía que no merecía siquiera mencionar su nombre o pensar en ella, menos divulgar sus asuntos personales.

-Fue antes de aceptar salir contigo, fue en esa transición… yo estuve… íntimamente con alguien y yo… estoy embarazada. –Shizuru se echo a llorar de nueva cuenta. Llevándose sus manos al rostro para cubrirlo con ellas.

Nina se dejo caer en el sillón. Solo atinaba a mirar el piso y a Shizuru, y de nueva cuenta al piso y a Shizuru. No decía nada, tenía la boca abierta pero palabra alguna no salía de ella. Para Shizuru fue un silencio por demás incomodo. Nina no decía nada, y ella no se atrevía a decir nada más.

-¿Quién… es?

-Nina…

-¿De quién es?

-Eso no importa… -Shizuru seguía llorando.

-Tú… ¿De quién es? –Nina se puso de pie, estaba enojada. – ¿Es de Takeda?

–Cielos, no. ¿Cómo se te ocurre pensar eso? –Shizuru le respondió.

-¿El tipo del bar te hizo algo? Fue el. Lo voy a matar… -Nina comenzó a caminar de un lado para otro.

-Es mío, solo mío… solo mío –Nina giro para verla, estaba tan vulnerable y ella con sus conjeturas.

-Shizuru. –Nina comprendió su error, sus celos, siempre sus celos la cegaban. Le dolía la noticia, claro que sí, pero tenía dos opciones, seguir con la ojirubi y con él o la bebe o dejarla por lo sano. No sabía cual le dolía mas, de solo pensarlo, ahora cuando tome la decisión. De nueva cuenta se dejo caer sobre el sofá, frente a Shizuru.

-¿El… el padre lo sabe?

-No.

-¿Lo vas a tener?

-Qué clase de pregunta es esa, claro que sí, es mi bebe.

-Cásate conmigo, yo te amo Shizuru, esto me duele en el alma, pero ese bebe no tiene la culpa de nada. –Con cada palabra Shizuru se sentía más miserable, de cierta forma estaba usando a Nina para amortiguar su propio dolor, la estaba usando como escudo para lo que se avecina con su familia. La quiere, pero no la ama.

-Nina, piénsalo, no quiero atarte a mi lado, no así, no quiero que estés conmigo por lastima o pensando lo peor.

-No hay nada que pensar, por lo menos de mi parte no. Yo tengo las cosas en claro. Yo quiero estar contigo, ser una madre para ese bebe, si tú me lo permites. Shizuru ¿quieres casarte conmigo?

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Natsuki y Mashiro están caminando por el parque, el sol del medio día es reconfortante, llegan a una banca bajo la sombra de un árbol, Natsuki se sienta, sin embargo Mashiro sigue caminando. La ojiverde la ve y la sigue. Mashiro ha llegado a la sombra de un árbol, el pasto está bien cuidado y se sienta para después acostarse, a los pocos segundos Natsuki se sienta.

-Esa nube tiene forma de tortuga… -Natsuki voltea al cielo. Se recuesta para ver mejor las nubes. –Para mi tiene forma de auto. –Su comentario logra que Mashiro se ría con ganas. Contagiando a Natsuki. Después de unos segundo ambas se quedan en un silencio cómodo, solo ven las nubes, él como el viento las mueve y cambian de forma.

-Natsuki… siento que si no lo hago ahora, después será muy tarde. –Mashiro gira para quedar de costado, Natsuki está demasiado cerca, no quiere cometer algún error. Por su parte Natsuki solo gira un poco su cabeza para ver a Mashiro.

-Tú me gustas mucho, cada día, me gustas más, y con esto no te pido que me correspondas, solo quiero que tengas en cuenta que alguien te quiere y que te esperara hasta que te decidas a volver o estés con alguien más.

-Mashiro –Natsuki se incorporo para quedar sentada. Se acerco al árbol para recostarse en su tronco. Mashiro a los pocos segundos la imito, se sentó a su lado, sin invadir su espacio personal.

-Quiero ser sincera contigo, no quiero utilizarte para sacar a… esa otra persona, no quiero eso para ti. Es algo reciente, que aun me duele.

-No te estoy pidiendo matrimonio o algo así Natsuki, solo quiero que comprendas y sepas que te esperare cuento sea necesario, a que regreses o a que estés con alguien más.

Mashiro se fue acercando a Natsuki, la ojiverde miraba los ojos de la muchacha, sus labios, no lo podía negar le gustaba pero sentía que no era lo correcto por que Shizuru aun rondaba sus pensamientos. Mashiro se acerco a pocos centímetros de los labios de Natsuki, de igual forma miraba los ojos y los labios de Natsuki alternadamente. Mashiro no quiso ser la que diera el paso definitivo, dejo que Natsuki decidiera, si rechazarla o aceptarla. Para Natsuki fue un debate mental intenso, su razón le decía que lo dejara así, aunque una parte de ella le decía que lo intentara, que no todas las personas van con segundas intenciones. Y lentamente termino con la distancia que separaban sus labios de los de Mashiro.

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Buenas noches. Espero se encuentren bien, perdón por dejarlos por tanto tiempo, lamentablemente enferme y estuve delicada de salud, pero aquí estamos de vuelta. Espero ustedes y sus familiares estén bien. Por favor, vacúnense, es muy importante para volver a la normalidad y esta enfermedad no nos pegue tan fuerte. Muchas gracias por sus comentarios, son los que me dan ánimos para continuar y me alegraron durante este tiempo, aunque también me sentía mal por no poder escribir esta continuación y las de las demás historias, pero me pondré al corriente. Ojala les guste este capítulo. Cuídense mucho por favor. Gracias por sus buenos deseos.