Capitulo 24

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-Gracias Youko, me quedare aquí. –La ojiverde le agradecía a su amiga, Youko por su parte no quería dejarla sola, ahora que es cuando su amiga mas la necesita.

-No te dejare sola. –La doctora baja del vehículo, no dejara a Shizuru sola, está muy vulnerable.

-No es necesario, solo quiero, descansar…

-Me quedare a tu lado, Shizuru… -Sin embargo Youko guarda silencio, pues observa que Nina se acerca. Shizuru gira para ver a la persona que ha dejado a Youko sin palabras.

-Nina. –En un susurro Shizuru pronuncia su nombre.

-Shizuru ¿Qué sucede?

-Yo… -La ojirubi no es capaz de decir nada, las lagrimas han inundado sus ojos y silenciado su boca. Nina se aproxima a ella y le abraza. Ve a Youko, quien no dice nada, solo las observa. Al cabo de unos segundos, Shizuru se tranquiliza un poco, Youko al ver que no estará sola, decide dejarla con Nina. Se acerca a Shizuru y la abraza.

-Volveré mas tarde. –Baja más la voz. Para que Nina no escuche. -Come, trata de descansar. Tienes mi apoyo.

-Gracias Youko…- Shizuru le corresponde el abrazo. Ambas se despiden de Youko. Nina toma de la cintura a la ojirubi y emprenden el camino al departamento de Shizuru. La doctora las observa, de verdad de sea que Nina ayude a Shizuru y la quiera para aceptar lo que se viene. Entra a su vehículo pues tiene que volver al trabajo.

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Después de que Natsuki les dijera las nuevas noticias a su madre y Mashiro se formo un silencio algo incomodo, que la peli morada no se atrevía a romper.

-¿Estás segura? –Saeko cuestiona a su retoño, sobre el irse al otro lado del país.

-Es una muy buena oportunidad…

-Natsuki… no pregunte eso, sé que es una excelente oportunidad para tu desarrollo profesional, solo quiero que lo hagas por la razón correcta. Solo eso hija.

-Gracias Mamá. Y es lo mejor, es una gran empresa para comenzar a trabajar. Estoy segura.

-Si es tu decisión, la apoyare. Me duele el alma que te apartes de mi lado pero sé que es necesario para que crezcas por ti, y para ti…

Saeko se levanto de donde estaba para abrazar a su hija, todo bajo la atenta mirada de Mashiro, quien se siente un poco fuera de lugar, ya que ella no recuerda la última vez que hablo así con su propia madre y al saber que Natsuki se irá tan lejos la entristece, y más porque siente que menos oportunidad tendrá con la ojiverde.

-Mashiro… Mashiro…

-Perdón… -Mashiro estaba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta que Saeko había ido a la cocina, y ahora solo estaban ellas dos en la mesa. –Lo siento Natsuki, me fui por un momento. Felicidades, es una buena oportunidad.

-Lo sé, gracias. ¿Quieres ir al parque?

-¿Ahora?

-Solo ayudo a mi madre con los platos y vamos ¿te parece?

-Sí, te ayudo. –Mashiro se puso de pie y trato de tomar su plato solo para encontrarse con las manos de Natsuki sobre las suyas, quien también se aproximo a tomar dicho utensilio. Natsuki rápidamente retiro su mano, desvió su mirada y su rostro, pues había tomado un tono rosa. Mashiro por su parte también estaba un poco avergonzada y sonrió por las reacciones de Natsuki. Tal vez no tenía todo perdido con ella.

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-Sabes que estoy para ti. Puedes confiar en mi plenamente Shizuru. No me gusta verte así ¿Me dirás que pasa? –Nina tenía una mirada de suplica, quería conocer a Shizuru en su totalidad, con sus ratos buenos y no tan buenos. Por su parte Shizuru se sentía mal por no ser totalmente sincera con Nina, esa mujer que siempre ha estado para ella. Solo que tiene miedo de su reacción, necesita decirle la verdad, siente que se está ahogando.

-Nina, quiero confiar en ti, no sé como lo… -La ojirubi cambio sus palabras. -No mereces que te oculte cosas, pero debes prometer que me escucharas y que no le dirás nada a nadie. Comprenderé si después de lo que te diga no quieres volver a saber de mí, lo entenderé.

-Shizuru…

-Promételo por favor.

-Sí, lo prometo. –Shizuru se sentó, Nina permaneció de pie.

-Nina, yo… yo… yo estuve saliendo con alguien, antes de comenzar a salir contigo.

-Natsuki…

-Sí, con ella, pero después paso algo… con alguien más. –Shizuru se arrepintió de contarle sobre la condición de Natsuki, después de todo no era algo que le correspondía andar divulgando. Sentía que no merecía siquiera mencionar su nombre o pensar en ella, menos divulgar sus asuntos personales.

-Fue antes de aceptar salir contigo, fue en esa transición… yo estuve… íntimamente con alguien y yo… estoy embarazada. –Shizuru se echo a llorar de nueva cuenta. Llevándose sus manos al rostro para cubrirlo con ellas.

Nina se dejo caer en el sillón. Solo atinaba a mirar el piso y a Shizuru, y de nueva cuenta al piso y a Shizuru. No decía nada, tenía la boca abierta pero palabra alguna no salía de ella. Para Shizuru fue un silencio por demás incomodo. Nina no decía nada, y ella no se atrevía a decir nada más.

-¿Quién… es?

-Nina…

-¿De quién es?

-Eso no importa… -Shizuru seguía llorando.

-Tú… ¿De quién es? –Nina se puso de pie, estaba enojada. – ¿Es de Takeda?

–Cielos, no. ¿Cómo se te ocurre pensar eso? –Shizuru le respondió.

-¿El tipo del bar te hizo algo? Fue él. Lo voy a matar… -Nina comenzó a caminar de un lado para otro.

-Es mío, solo mío… solo mío –Nina giro para verla, Shizuru estaba tan vulnerable y ella con sus conjeturas egoístas.

-Shizuru. –Nina comprendió su error, sus celos, siempre sus celos la cegaban. Le dolía la noticia, claro que sí, pero tenía dos opciones, seguir con la ojirubi y con él o la bebe o dejarla por lo sano. No sabía cual le dolía más de solo pensarlo, ahora cuando tome la decisión. De nueva cuenta se dejo caer sobre el sofá, frente a Shizuru.

-¿El… el padre lo sabe?

-No.

-¿Lo vas a tener?

-Qué clase de pregunta es esa, claro que sí, es mi bebe.

-Perdóname, por preguntar tan siquiera eso… Shizuru, cásate conmigo…

-…

-…yo te amo Shizuru, no niego que me duele en el alma, pero ese bebe no tiene la culpa de nada y tu tampoco. –Con cada palabra Shizuru se sentía más miserable, de cierta forma estaba usando a Nina para amortiguar su propio dolor, la estaba usando como escudo para lo que se avecina con su familia. La quiere, pero no la ama.

-Nina, piénsalo, no quiero atarte a mi lado, no así, no quiero que estés conmigo por lastima o pensando lo peor, no lo mereces.

-Por mi parte no hay nada que pensar, tengo las cosas claras. Quiero estar contigo, ser una madre para ese bebe, claro, si tú me lo permites. –Nina se arrodillo frente a la ojirubi, le toma las manos. -Shizuru Fujino ¿quieres casarte conmigo?

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Natsuki y Mashiro están caminando por el parque, el sol del medio día es reconfortante, llegan a una banca bajo la sombra de un árbol, Natsuki se sienta, sin embargo Mashiro sigue caminando. La ojiverde la ve, se pone de pie y la sigue. Mashiro ha llegado a la sombra de un árbol, el pasto está bien cuidado y se sienta para después acostarse, a los pocos segundos Natsuki se sienta.

-Esa nube tiene forma de tortuga… -Natsuki voltea al cielo. Se recuesta para ver mejor las nubes. –Para mi tiene forma de auto. –Su comentario logra que Mashiro se ría con ganas. Contagiando a Natsuki. Después de unos segundo ambas se quedan en un silencio cómodo, solo ven las nubes, él como el viento las mueve y cambian de forma.

-Natsuki… siento que si no lo hago ahora, después será muy tarde. –Mashiro gira para quedar de costado, Natsuki está demasiado cerca, no quiere cometer algún error. Por su parte Natsuki solo gira un poco su cabeza para ver a Mashiro.

-Tú me gustas mucho, cada día, me gustas más, y con esto no te pido que me correspondas, solo quiero que tengas en cuenta que alguien te quiere y que te esperara hasta que te decidas a volver o estés con alguien más.

-Mashiro –Natsuki se incorporo para quedar sentada. Se acerco al árbol para recostarse en su tronco. Mashiro a los pocos segundos la imito, se sentó a su lado, sin invadir su espacio personal.

-Quiero ser sincera contigo, no quiero utilizarte para sacar a… esa otra persona, no quiero eso para ti. Es algo reciente, que aun duele.

-No te estoy pidiendo matrimonio o algo así Natsuki, solo quiero que comprendas y sepas que te esperare cuento sea necesario, a que regreses o a que estés con alguien más.

Mashiro se fue acercando a Natsuki, la ojiverde miraba los ojos de la muchacha, sus labios, no lo podía negar le gustaba pero sentía que no era lo correcto por que Shizuru aun rondaba sus pensamientos. Mashiro se acerco a pocos centímetros de los labios de Natsuki, de igual forma miraba los ojos y los labios de Natsuki alternadamente. Mashiro no quiso ser la que diera el paso definitivo, dejo que Natsuki decidiera, si rechazarla o aceptarla. Para Natsuki fue un debate mental intenso, su razón le decía que lo dejara así, aunque una parte de ella le decía que lo intentara, que no todas las personas van con segundas intenciones. Y lentamente termino con la distancia que separaban sus labios de los de Mashiro.

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Natsuki se acerco a Mashiro, sin embargo no le dio un beso en los labios, a último instante se desvió a la mejilla. Plantando un suave eso en ella. Mashiro, quien tenía los ojos cerrados los abrió por el suave contacto de Natsuki. L ojiverde se alejo un poco, para verla a los ojos. Tomo una de sus manos entre las suyas.

-No me mal interpretes, me agradas mucho, me gustas, pero no mereces que ahora en mi estado me aproveche de tus sentimientos, no es correcto, no está bien.

-Nat…

-No pensemos en cosas que tal vez pasen o tal vez no. No quiero darte o quitarte las esperanzas, no sé si me entiendas, yo, no quiero pedirte que me esperes pero tampoco quiero que dejes ir a la persona que pueda hacerte feliz, sé que es confuso.

-Lo entiendo, tranquila. –Mashiro poso su mano libre en la mejilla de Natsuki. –Gracias por tus palabras.

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-Nina…

-No, aun no me des una respuesta. Sé que es precipitado, no me respondas ahora. Si. –Nina se puso de pie. -¿Qué quieres comer? Y es algo tarde y ahora más que nunca necesitas alimentarte.

-Gracias. Podemos pedir algo, no he hecho la despensa.

-Podemos ir ahora, y preparamos algo. ¿Qué dices? –Nina le sonrió a la ojirubi y le extendió la mano, Shizuru la observo e imito su gesto, tomando la mano que se le ofrecía.

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Youko iba conduciendo hacia la empresa, pensando en la situación de Shizuru y como ayudarla cuando una llamada la regreso al presente. Se había ausentado, no pensó que el dueño se fuera a enterar, pues la pantalla de su móvil mostraba el nombre de Kotaro Fujino. Respiro hondo y contesto la llamada.

-Mi querida Youko, ¿Cómo se encuentra?

-Fujino-Sama, bien. ¿Usted como esta? ¿A qué debo el honor de su llamada?

-Me encuentro u poco consternado, mi médico no se encuentra en su lugar de trabajo ¿sucede algo?

-No, tuve que salir, una emergencia.

-Dicha emergencia implica a mi nieta. –No fue una pregunta fue una afirmación.

-Fujino-Sama.

-En cuanto llegue se reporta a mi oficina.

-Si, Fujino-sama. -Y sin más Kotaro colgó. Youko maldijo por la bajo preguntándose cómo se entero Kotaro.

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Nina y Shizuru fueron a un supermercado a hacer la despensa. A pesar de la situación Shizuru se encontraba más tranquila. Estaban visitando los diferentes pasillos para comprar lo necesario. Nina llevaba el carrito, cuando noto que la ojirubi no estaba a su lado, se detuvo y giro hacia atrás, la mira, Shizuru se encontraba observando a una mujer que en el carrito llevaba a un pequeño niño. Nina dedujo que esto es lo que llamo la atención de Shizuru, que se estaba imaginando a ella y su pequeño o pequeña. Segundos después una mujer se acerco a ellos, con varias cajas de galletas y demás comestibles. El niño al verla sonrió y estiro sus manitas para que lo abrazara. La pareja tenía una péquela discusión pues la otra mujer estaba reprendiéndola porque eran demasiados dulces.

Por la mente de Shizuru paso la imagen de ella y Natsuki, pasando por estas situaciones al hacer la despensa. Una sonrisa esperanzadora se formo en su rostro, sin embargo no duro mucho pues recordó la situación en la cual están por su culpa. Una lagrima traicionera salió de uno de sus ojos y bajo por su mejilla. Cerro sus ojos para calmar su mente y su corazón, disimuladamente limpio la lagrima y volvió la vista para encontrarse con Nina, quien la observaba.

-Shizuru.

-¿Quieres pescado? Yo sí. –La ojirubi le regalo una sonrisa a Nina, quien no se atrevió a decir algo más.

-Sí, vamos.

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-¿Qué haces aquí? –Yamada le decía a Natsuki, quien traía su uniforme mecánico.

-Vine a trabajar ¿Ya no quieres que te ayude? –Se acerco al vehículo que Yamada estaba revisando, para ver en que ele podía ayudar.

-No es eso, Saeko me comento que estas algo mal de salud. –Yamada dejo de ver a Natsuki y regreso su atención al motor del auto.

-Ya estoy mejor, no es nada para preocuparse.

-Natsuki. –Yamada volvió sus ojos a la ojiverde.

-Yamada. –Natsuki respondió.

-Necesito que cuides a mi mamá cuando me vaya.

-¿Qué? –Pregunto con incredulidad el moreno.

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Kotaro observaba atentamente a Youko, quien no se inmuto frente al patriarca Fujino. Alison estaba presente, ella fue la culpable indirecta de que su padre se enterara de que ambas salieron de la empresa. Un guardia fue quien le informo, pues ella les dio la indicación de que cualquier movimiento de Shizuru le fuera reportado. Kotaro escucho e inmediatamente le marco a Youko.

-¿Qué le sucede a Shizuru?

-Está bien, solo se sintió un poco mal. Ah estado bajo mucho estrés. –Youko contesto con toda la calma del mundo.

-¿Dónde está? –Kotaro pregunto.

-La deje en su departamento, junto con Nina. –Al escuchar el nombre de Nina, Kotaro sonrió. Tal parece que van en serio.

-¿Algo mas, Fujino-Sama?

-No, solo me preocupe, no es normal este tipo de situaciones. Es todo Youko, solo le pido de la manera más atenta que me mantenga al tanto de la salud de mi nieta, no quiero que nada le pase.

-Claro. Con permiso. Youko se puso de pie e hizo una reverencia hacia ambos y salió de la oficina. Al cabo de unos segundos Alison pregunto.

-Padre.

-Llama a John Smith.

-¿Para qué?

-…

-Enseguida.

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-¿No lo pensaras un poco?

-No tengo nada que pensar, es una muy buena oportunidad.

Natsuki y Yamada conversaban, mientras revisaban el auto. Trabajaban de una manera muy coordinada. Prácticamente sabían lo que el otro necesitaba, prácticamente Natsuki le pasaba las herramientas, sin que él se las solicitara.

-Muchas veces pensamos que es lo mejor cuando solo queremos huir de nuestra realidad.

-Se que parece que estoy huyendo, y no te lo negare, una pequeña parte de mi me lo dice a cada instante. Pero es una manera de probarme a mi misma que puedo estar bien sola, no quiero que mi madre me vea tan vulnerable, se que para ella es difícil y no quiero ser una carga.

-No lo eres, nunca pienses eso.

-Se que no, pero no es justo para ella verme así. Es una forma de protegerla, se que ella al verme tan animada se siente mejor.

-Las madres siempre saben cuando algo mas sucede con uno, no la vas a engañar.

-No la estoy engañando, es algo que estaba esperando desde hace tiempo y simplemente llego justo ahora.

-Quiero que me hables y le hables a tu madre todos los días, por lo menos para saber que estas bien, sino iré a buscarte. ¿Entendiste?

-Lo hare Yamada. –El moreno se acerco a Natsuki y le abrazo, eran como padre e hija, aun sin compartir la misma sangre. Ambos comenzaron a llorar, abrazados.

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Alison entro a la oficia de su padre, quien estaba inmerso viendo unos papeles y hablando con uno de sus abogados. Permaneció en silencio hasta que su padre colgó el teléfono.

-¿Cuándo vendrá?

-Ya está aquí.

-Excelente, hazlo pasar y tú también entra.

-Como ordene.

Alison salió a recibir a John Smith, un hombre de cabello rubio, lentes redondos, estatura promedio. Vestía un traje que parecía costoso. Cualquiera que lo viera pensaría que es algún inversionista, algún cliente potencial de la empresa, sin embargo es un detective secreto, muy amigo de Kotaro.

-Fujino-Sama, que gusto volver a verlo.

-John Smith, hace años que no sabía de ti, veo que has mejorado.

-Gracias Fujino-Sama. –John hizo una reverencia.

-Toma haciendo, Alison por favor. –John acerco la silla para que Alison se sentara y procedió a tomar asiento en la silla contigua.

-¿En qué puedo ayudarlo?

-Directo, como siempre. Necesito que investigues a Naomi, necesito que averigües todos sus movimientos.

-Así será.

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Es sábado por la mañana, Shizuru abre sus ojos, la luz del sol se filtra un poco a través de la cortina de su cuarto, por instinto busca a Natsuki, voltea a su lado en la cama pero cae en cuenta de que no está con ella. Suspira triste, tratando de controlar las lágrimas que amenazan con salir. Pasa algunos minutos en los cuales logra serenarse y sale de su habitación. Ve a Nina que esta acostada en un sillón de la sala, paso la noche con ella. Con tristeza regresa a su cuarto y cierra por dentro, dejándose caer lentamente al piso, se abraza y comienza a llorar en silencio.

Por su parte Natsuki ha comenzado a hacer sus maletas, ya que esa tarde partirá rumbo a Osaka. Saeko la observa con emoción y a la vez con tristeza, pues nunca ha estado lejos de su hija.

-Déjame ayudarte. –Saeko se acerca a su hija, comienza a doblar la ropa y a acomodarla en la maleta.

-¿Llevaras esto?

-Es mi playera de la suerte.

-Natsuki.

-Mamá. –La ojiverde sonríe.

-Si no te agrada, aquí tienes tu casa para que regreses cuando quieras. ¿Entiendes?

-Claro que si mamá. –Natsuki abrazo a su madre quien dejo la ropa para corresponder el gesto a su hija.

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Unos golpecitos en la puerta la alertaron, hace minutos dejo de llorar y de sollozar, se levanto. Se limpio un poco la cara y abrió la puerta, Nina se encontraba delante de ella.

-Buenos días Shizuru, ¿Cómo amaneciste?

-Buenos días, Nina. Bien ¿Y tú?

-Bien, gracias. Ven, vamos a desayunar.

-Primero me aseare. Deberías hacer lo mismo, te presto algo de ropa. –La ojirubi le dice a su acompañante.

-Sí, gracias.

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En la mansión de los Anderson, Mashiro se encontraba haciendo algo de ejercicio en compañía de su fiel amigo Duran, quien alegre corría con su dueña. De pronto entro una llamada a su móvil, inmediatamente contesto. Era Sara, quien le comunico que le había organizado una especie de desayuno despedía a Natsuki. Al colgar, Mashiro se sentó en el pasto, junto a Duran, lo tomo en brazos y lo abrazo, sin hacerle daño. Se sentía triste, pero tenía que ser fuerte por ella y por Natsuki.

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Shizuru estaba en la sala de su departamento, viendo la televisión, cuando tocaron el timbre. Se levanto para abrir la puerta, no eran otros que Youko, Reito y Haruka, quienes venían a verla, para ver como estaba. Estaban saludándose cuando Nina salió a la sala, para sorpresa de los tres invitados.

-Pasen. –Shizuru los invito a pasar.

-Buenos días, Nina-san. –Todos la saludaron.

-Buenos días. –Los cinco se sentaron a desayunar. Para su sorpresa, no fue para nada incomodo. La ojirubi miraba la interacción de sus amigos y de Nina. Logrando por unas horas olvidar sus problemas, con sus ocurrencias, bromas de mal gusto y uno que otro chiste malo.

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A la casa de las Kuga fueron llegando uno a uno todos los invitados: Sara, Miyu, Mashiro, Erstin y Yamada. Compartieron un desayuno hecho por Sara Y Erstin, por su parte Mashiro llevo un flan, mientras que Miyu llevo algunos dulces y un pastel. Natsuki no se esperaba algo así, cuando los vio llegar unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos. Sin embargo sonrió, pues sabía que la estimaban. Mashiro llevo a Duran, que en cuanto vio a Natsuki corrió a su encuentro, ella lo abrazo y comenzó a jugar con él. La mañana se hizo medio día entre historias de todos con Natsuki, sonrisas, regaños por parte de Saeko. Al terminar de comer, Miyu saco unas velas y las puso en el pastel.

-No es mi cumpleaños.

-No importa, estamos festejando tu lindo no cumpleaños. –Miyu prendió cada una de las velitas y a Natsuki no le quedo otra más que pedir un deseo y apagarlas. Después le paso un cuchillo para que partiera el pastel, el cual degustaron. Y así llego la hora de partir. Todos decidieron acompañar a Natsuki a la estación, para tomar el tren bala que la llevaría a Osaka. Uno a uno la abrazó, le desearon la mejor de las suertes.

-Cuídate mucho, hija. – Yamada le dijo mientras la abrazaba.

-Claro que si, cuida a mi mamá, por favor.

-Lo hare, no te preocupes. –Ambos sonrieron al separarse del abrazo.

-Hija. -Saeko le abrazo con todas sus fuerzas, Natsuki correspondió, ambas comenzaron a llorar. –Nunca olvides que tienes una casa a la cual regresar, si no te gusta, vuelve, aquí te esperare.

-Lo sé mamá, gracias, cuídate mucho.

Mashiro era la única que no se había despedido de Natsuki, la ojiverde fue quien se acerco.

-Cuida mucho a Duran. –El perrito estaba en brazos de Mashiro, Natsuki se acerco a él y le dijo en voz baja que cuidara a Mashiro. El pequeño can lambio la mejilla de Natsuki, tal vez en respuesta a su petición.

-¿Quieres que te acompañe?

-Mashiro.

-No yo, Duran. –Mashiro se puso nerviosa, Natsuki se dio cuenta y sonrió.

-No te burles de mí.

-Me rio contigo que es diferente. Mejor que se quede contigo, yo vendré a visitarlos.

-Natsuki. –Mashiro no pudo contenerse más y con su mano libre abrazo a Natsuki, quien le correspondió. Estuvieron así algunos minutos, cuando por los altavoces anunciaron que estaba próximo a salir el tren rumbo a Osaka. Mashiro lentamente soltó a Natsuki, quien le dio un abrazo a cada uno de los presentes y tomando su maleta y mochila comenzó a caminar rumbo al vagón, antes de subir giro para verlos y con su mano libre les dijo adiós. Y regresando su vista al frente subió al vagón. Busco su asiento, acomodo sus cosas y se sentó. Observo a través de la ventana, sus amigos y su madre seguían esperando a que el tren emprendiera la marcha. Una lágrima salió de sus ojos, le dolía separarse de su madre pero sentía que era algo necesario, como se lo había dicho a Yamada, era una prueba para ella misma, el poder enfrentarse al mundo, sola. Estaba nerviosa, pero a la expectativa por una nueva vida.

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Hola ¿Qué tal? Espero se encuentren bien, en los últimos meses mi salud no ha sido la mejor, por eso me he desaparecido por tanto tiempo. De todo corazón espero que ustedes y sus familias se encuentre bien. Tratare de subir cada semana las actualizaciones de este y los demás escritos, ahora que puedo. Gracias infinitas por sus buenos deseos, por su paciencia y sus comentarios, son los que nos motivan a seguir adelante. Cuídense mucho, no bajen la guardia. De ustedes, la señorita Brócoli, no les dice adiós sino hasta pronto.