Capitulo 26
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-Mamá… -Natsuki está feliz de ver a su madre y a Yamada, durante este mes no ha podido regresar a Tokio.
-Si mi niña no va a mí, yo iré a ella. Pero ¿estás bien? Te ves… diferente.
-Mamá. –Palabras que logran sonrojar a la ojiverde. Natsuki observa a Mai y a Nao. Para desviar la atención de su madre, los presenta.
-Les presento a mi mamá y a Yamada, que ha sido como mi papá. –Yamada se sorprende, algunas lagrimillas amenazan con salir y el que Natsuki lo abrace no ayuda. –Ellas son Mai y Nao.
-Mucho gusto chicas, Natsuki me ha hablado de ustedes.
-El gusto es nuestro, señora Saeko. Señor Yamada.
-Díganme Saeko.
-Con Yamada es suficiente, nada de señor.
-¿Iban a salir? –Saeko las observa.
-Sí, podemos ir los seis a comer. –Por la escalinata ha bajado Mikoto, quien se les une.
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-El numero que usted marco, no se encuentra disponible o esta fue… -Shizuru seguía insistiendo en contactar a Natsuki, sin embargo al igual que las ultimas veinte veces, su número mandaba a buzón.
Al confesarle a su madre su nueva realidad, se sintió un poco más tranquila, entendió que no está completamente sola. Piensa en lo que pasara cuando su abuelo se entere pondrá el grito en el cielo. Las palabras de Naomi lograron que, aun con miedo, tratara de contactar a Natsuki, quien no contesta. Shizuru teme que haya bloqueado su número y decide ir a su casa. Necesitaba confesarle su realidad.
Shizuru ha ido a la casa de Natsuki, toca el timbre varias veces pero no hay respuesta. Por varios minutos está ahí, frente a la casa, tocando el timbre, hablando. No hay respuesta. Regresa a su auto, donde espera durante un par de horas, sin embargo no ve actividad dentro del hogar Kuga, nadie sale o entra. Con la esperanza de ver a la ojiverde, emprende el camino a la cafetería donde trabaja Sara para preguntarle sobre Natsuki. Al llegar le informan que es su día libre, intenta convencer a los trabajadores le darle su dirección, pero ellos no acceden. Frustrada por su suerte, regresa a su departamento donde sigue marcando el número de Natsuki, sin obtener respuesta. Sigue insistiendo estaba decidida a hablar con ella a como dé lugar.
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-¿En qué piensas?
-Nada en particular…
Nina y Miya están abrazadas sobre la cama, después de su encuentro íntimo. Miya esta acostada de lado, sobre el brazo derecho de Nina, quien la abraza dejando leves carisias en su espalda. Nina observa el techo, por primera vez en mucho tiempo no piensa en nada, solo disfruta la sensación, la está procesando. Ya que íntimamente es la primera vez que esta con alguien de esta forma. Por su parte Miya observa a Nina, siempre le ha gustado la ojimiel. Comprende que tal vez no la ama, pero aprovechara el tiempo, sea mucho o poco que tenga para estar con ella. Nina regresa la vista a Miya, le sonríe y la besa, reanudando las caricias que van aumentando la temperatura de ambas y la profundidad de sus besos.
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En la mansión Anderson, Mashiro ha bajado para cenar con su abuelo, para sorpresa de nadie su padre no está en casa. Por su parte su madre ha ido a Francia por algunos negocios que debe atender. Todos ocupados, como siempre.
-Hija, ¿Ya me dirás como te fue en Madrid?
-Sí, falta bastante organización en varias de las plantas, demasiadas normas que no son…
-Mashiro… no me refiero a las empresas que visitaste, eso lo puedo leer en un informe, que se tendré en unos días sobre el escritorio. Quiero saber cómo te fue a ti, ¿Qué lugares visitaste? ¿Conociste personas? ¿Qué comiste? ¿Qué tal el clima?
-Oh, eso. Me llevaron a varios museos, hay uno muy diferente al resto, es dedicado al melón.
-¿A la fruta?
-Sí, también hay objetos que se usaban en la labranza y muchas fotografías de la gente que cultiva melón. -Su abuelo la observo y sonrió, sabe que no puede hacer mucho, solo escucharla para que sobrelleve el distanciamiento de sus padres.
-Me alegro que te gustara la ciudad.
-Me encanto, de hecho le hable a Natsuki sobre ello y no me creía, también le propuse el ir.
-Natsuki ¿es la chica que trabaja en el corporativo Fujino?
-Sí, pero ella no trabaja más en el corporativo, le ofrecieron trabajo en Osaka.
-oh. ¿Tú y ella?
-Somos amigas. Ella me regalo a Duran, de cierta forma.
-Ya veo, ¿y cómo esta ella?
Mashiro continuo hablando de la ojiverde, su abuelo solo la ve y escucha, sonríe al verla tan feliz. Intuye que a su nieta le gusta esa chica, por la forma en que se expresa al hablar de ella. Sin embargo no le dice nada, se guarda sus pensamientos para sí. William ama a su nieta, sabe de su gusto por el sexo femenino y espera que esa chica le corresponda y no le parta el corazón. Él ha decidido no cometer el mismo error que cometió con su padre, al obligarlo a casarse con alguien que no amaba, solo por el bien de la familia. Sabe que la vida de Mashiro no ha sido fácil por eso mismo, al tener que crecer viendo que entre ellos nunca hubo amor, solo obligación.
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Mai se encuentra observando algunos puestos de comida y juegos, hay un pequeño festival en el barrio donde viven. A unos cuantos metros se encuentra Natsuki en compañía de su madre y de Yamada. Nao se le acerca, ya que se quedaron algo atrás porque Mikoto quería comprar una golosina.
-¿Qué sucede?
-Nada, todo está bien.
-¿Le dirás a Natsuki que te gusta?
-¿Qué? No me gusta… me cae bien, solo es eso. Es buena persona…
Mai sonrió. Nao la miro pero no le dijo nada pues Mikoto llego a su lado, entrelazo su mano a la de Mai y les ofreció de su golosina. Ambas agradecieron. Nao no acepto y camino para encontrarse con Natsuki, su madre y Yamada. Por su parte Mai acepto probar lo que Mikoto le ofrecía. A los pocos segundos ambas se acercaron para ir a buscar que cenar todos.
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Shizuru se encontraba en su departamento, seguía insistiendo en llamar a Natsuki. Se disponía a comer algo, cuando el timbre sonó. Ella no esperaba a nadie, inmediatamente pensó en Nina, quien en toda la tarde no le ha buscado o hablado.
-Hija soy yo. –Naomi era quien estaba den otro lado de la puerta. Shizuru le abrió, ambas se abrazaron. Shizuru invito a su madre a pasar. Naomi dejo una bolsa con algunos platos con comida para ambas.
-Tienes que alimentarte y no acepto un "ya cene".
-Gracias. –Shizuru comenzó a llorar, no esperaba que su madre estuviera ahí, con ella. Naomi comprendió que era por las hormonas y por lo extraño de la situación. Mucho tiempo perdido lejos la una de la otra. La abrazo para consolarla y decirle con ese pequeño gesto que no está sola.
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-Regresaremos el domingo en la tarde. –Saeko le informaba a su retoño y a sus amigas.
-En ese caso mañana podemos seguir visitando la ciudad. Hay unos lugares que conocimos hace algunos días.
-Eso nos encantaría. Sara te mando saludar.
-Al igual que los chicos del taller, te mandan saludos. Miyu ha tratado de localizarte. –Yamada le comenta.
-Sí, han sido muchas cosas en estas semanas, perdí el celular y tengo otra línea. No pude recuperar la antigua.
-Pero hemos hablado…
-Me sé de memoria algunos números. –Natsuki miro a la mesa, al recordar claramente el número de Shizuru. Fueron solo unos segundos, Natsuki sonrió con melancolía y alzo su verde mirar.
-¿Y qué tal todo por Tokio?
-Bien, extrañándote, Miyu está entrenando a un grupo de niños de la primaria del distrito, es muy buena profesora.
-Sara está perfeccionando sus recetas, me dijo que cuando regreses quiere sorprenderte.
-Son muy buenas amigas, cuando vayamos a Tokio, las conocerán. –Natsuki les dijo a las chicas. Saeko sintió un poco de alivio al ver tan cambiada a su hija, no solo en su físico, sino en su ánimo, se miraba que de cierta manera el alejarse de Tokio le ayudo a encontrarse consigo misma. Sabía que seguía luchando con sus sentimientos pero le daba gusto verla tan bien, recuperándose.
-Y a todo esto ¿Qué le paso al celular?
-Fue el día que llego Mai, me toco darle un tour por la planta, mostrarle las bodegas y en una tuvimos un pequeño percance y el celular cayo por una rendija que da al desagüe. No intente recuperarlo.
-¿Qué fue lo que sucedió?
-No traía el calzado adecuado, resbale, Natsuki me detuvo de caer y soltó su celular en el proceso.
-Mamá, por favor dígale el nuevo número a Sara, a Erstin y a Miyu.
-¿A Mashiro, no?
-Ella ya lo tiene. -Todos los ojos giraron a verla.
-¿Quién es Mashiro? –Nao pregunto, pues se percato de la incomodidad de Natsuki.
-Es una amiga.
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De regreso a la casa que comparten, decidieron preparar te, para seguir platicando pues Saeko quería conocer a las personas responsables del cambio tan positivo de su hija. Las chicas les ofrecieron quedarse en la casa, aun tiene un cuarto disponible. Estuvieron hablando hasta entrada la madrugada, Mikoto y Nao llevaron a Saeko y a Yamada al cuarto, Natsuki les pidió que llevaran a su mamá a su habitación. Uno a uno se fue despidiendo quedando solo Mai y Natsuki, quienes argumentaron que les tocaba limpiar.
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-Perdón por el desorden. –Natsuki entro a su cuarto, donde su mamá estaba ya acostada.
-¿Bromeas? Es la primera vez que veo tu cuarto ordenado.
-Saeko… -Ambas sonrieron. Natsuki se acostó al lado de su madre.
-Pensé que dormirías con Yamada.
-Natsuki, con eso no se juega.
-Es en serio. ¿Cómo van las cosas entre ustedes dos?
-Desde que te viniste para acá, nos hemos acercado más, pero aun no somos algo más, solo amigos. ¿Y tú, hija? ¿Qué me dices? Así que Mashiro es la única que tiene tu nuevo número.
-No es nada raro, Mashiro tiene a Duran, lo cuida y es buena amiga.
-Claro, claro, así les dicen ahora. –Ambas seguían riendo, hablando de todo y nada, no era lo mismo hablar por teléfono a verse en persona.
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El domingo los seis salieron a pasear por la ciudad. Mientras tanto en Tokio Shizuru paso el día con su mamá y Youko, quienes la llevaron a ver varias tiendas de ropa para bebe, ropa para ella. Fue un día de compras y de compartir con dos de las personas más importantes. Lo que Shizuru no imagino es que Smith las estuviera siguiendo por órdenes de su abuelo. Por la tarde Saeko y Yamada partieron rumbo a Tokio. Al ver donde vive Natsuki, con quienes comparte su tiempo se fueron más tranquilos.
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El lunes llego para todos, reanudando con ello sus labores. Por su parte Smith seguía los pasos de Naomi, era como su sombra, pero no lograba encontrar nada que la delatara. Y mientras no tuviera algo que presentarle al patriarca Fujino no descansaría. En el corporativo Shizuru seguía al lado de Alisa, trabajando en conjunto con Takeda y su padre, para poder terminar los proyectos que tenían. Mientras no tuvieran algo solido, no los dejaría, de cierta forma era para poder continuar con algo de Natsuki, pues al repasar los anteproyectos, podía ver la huella de la ojiverde en ellos.
-¿Qué tal tu día? –Youko se acerco a Shizuru, quien había salido a comer un poco antes.
-Hola, estoy bien. ¿Tu como estas?
-Bien. Esto es para ti. –Youko le entrego una caja que Shizuru abrió en el acto, eran unos frascos con algunos medicamentos y vitaminas. La ojirubi sonrió y le agradeció.
-Mi sobrina o sobrino tiene que formarse con lo mejor. –La doctora le dijo haciendo sonreír más a Shizuru. No hubo tiempo para decir algo más, ya que los demás comenzaron a llegar.
Nina no se apareció en todo el día, solo le mando mensajes a Shizuru disculpándose por no pasar tiempo con ella. Mientras tanto Mashiro le solicito algunos días libres a su abuelo, quería ver a Natsuki, pues no se han visto desde que se despidieron en la estación, solo hablan y se mandan mensajes. En cuanto su abuelo le dijo que si, ella inmediatamente emprendió el camino a Osaka. Decidió llevar a Duran con ella, para no ser tan obvia. Al abordar el tren iba decidida a ver a la ojiverde, sin embargo al pasar los minutos comenzó a ponerse nerviosa. Pero al ver al pequeño Duran se tranquilizo y sonrió. Por su parte Natsuki y sus amigas estaban en sus actividades laborales, salieron a comer en inmediatamente comenzaron a llegarle mensajes a Natsuki de Mashiro.
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Al terminar su jornada laboral las chicas salieron rumbo al estacionamiento, donde está el transporte que las lleva a la ciudad. La ultima en salir fue Natsuki, quien divisa a sus amigas, sin embargo también observa como un pequeño cachorrito llega a su encuentro. Inmediatamente se agacha para acariciarlo.
-¿Duran? –Natsuki alza la vista para ver como Mashiro llega a su encuentro.
-Hola, te vez bien. –Mashiro no puede ocultar su alegría e inmediatamente abraza a Natsuki. L ojiverde reacciona al segundo y corresponde la muestra de cariño. Todo bajo la atenta mirada de sus amigas. Duran comienza a dar pequeños ladridos, pues no tiene la atención. Las chicas sonríen y se separan, Natsuki toma en brazos a Duran.
-Tenía muchas ganas de verte, y Duran también. –Natsuki se sonroja. Nao, Mai y Mikoto se acercan a ellas.
-Les presento a Mashiro, ellas son Mai, Mikoto y Nao.
-Mucho gusto chicas. –Una a una se presenta con la recién llegada. Mashiro les ofrece llevarlas, ya que rento un vehículo. Las chicas emprenden el camino a la casa que comparten. Al llegar le ofrecen pasar a cenar, Mashiro acepta. Las cinco comienzan a preparar los ingredientes para la cena. Mai sonríe al ver la interacción de Natsuki con su invitada, nota que hay cierta tensión en el ambiente. Por su parte Nao no ha dejado de decirle cosas a Natsuki para provocarle incomodidad, pues sus reacciones son muy tiernas. Contra todo pronóstico Mashiro está disfrutando la compañía de las amigas de Natsuki, quien también le dice cosas a Nao para molestarla.
Preparan la cena y las cinco la disfrutan, al terminar y después de charlar un rato, las chicas suben a su habitación y en la cocina solo se quedan Mashiro y Natsuki. La ojiverde decide lavar los trastes, Mashiro le ayuda.
-No es necesario que me ayudes.
-Quiero hacerlo. Es mi forma de darles las gracias por la hospitalidad. Natsuki…
-No tienes que hacerlo, gracias.
-Nat
-¿Sucede algo?
-Yo… ¿tú qué piensas de mi? –Ambas estaban lavando los enceres que usaron. Natsuki lavaba y enjuagaba, mientras que Mashiro secaba y guardaba.
-… -Natsuki no contesto inmediatamente. Mashiro comenzó a ponerse más nerviosa de lo que ya estaba. Y ese nerviosismo se convirtió en tristeza al no recibir respuesta. Ya habían terminado de lavar los utensilios. Mashiro se lavo las manos, se las seco e inmediatamente quiso salir de la casa, sin embargo Natsuki se lo impidió, le agarro suavemente del antebrazo, antes de que escapara. Para la ojiverde no es un secreto que Mashiro siente algo por ella, es consciente que siempre está al pendiente de lo que necesita, de lo que ocupa desde que se conocieron. Mashiro no ha sido sutil.
-Eres una gran persona, me has ayudado mucho y no solo por eso te digo que eres buena persona, siempre estas al pendiente de lo que necesito, te quiero pero no puedo corresponderte de la forma que tu esperas. Eres muy guapa, pero yo… -Natsuki soltó su agarre y Mashiro aprovecho para acariciar sus mejillas.
-¿Qué te impide aceptar mis sentimientos?
-... Mashiro… hace poco termine una relación y aun estoy en proceso de sanar, no quiero arrastrarte a eso, a ti ni a nadie.
-Lo siento Natsuki, esto, perdóname, lo siento…
-Mashiro, por favor, no, yo lo siento, no quiero lastimarte o usarte…
-¿Y si quiero que me uses? – la peli morado se fue acercando a Natsuki, quien se quedo inmóvil en su lugar, incapaz de procesar lo dicho por Mashiro. Ambas se estaban mirando a los ojos, sin embargo Mashiro solo se acerco, pero sin ser ella la que diera el primer paso. Ambas se estaban mirando a los ojos.
Hola ¿Qué tal? Espero estén bien. Bastante tiempo que no actualizo. Tarde pero seguro, como decimos en por estos rumbos. Deseo de todo corazón su navidad fuera feliz en compañía de sus seres queridos y que su año sea de lo mejor. Ojala me sigan acompañando en estas aventuras. Hasta pronto.
De ustedes, la Señorita Brócoli.
