Mientras tanto en otro lugar: Mar de la sangre.
En el agua escarlata se encontraba flotando sobre una tabla el cuerpo aparentemente sin vida de Kung Lao quien había sido arrojado anteriormente por Shao Kahn.
-Kung Lao – llamo una voz.
El susodicho despertó.
-Ay mi cabeza – se quejó el agarrándose la frente, el shaolin contemplo a su alrededor y que estaba flotando en el mar, lo único que pudo recordar fue en cómo fue arrojado allí por el Kahn – Oh genial.
Con la fuerza que recupero fue nadando hasta donde había desembarcado el barco de Shao Kahn. Al llegar a la orilla se sentó en el suelo dejando su sombrero de lado para posteriormente mirar hacia la nada.
-Maldita sea, ahora si que estamos jodidos – dijo el monje que solo podía divagar y no dejar de pensar de que habían perdido, fue todo tan espontaneo que parecía que no se podían creer, lo único que podía hacer era agarrar su cabello largo esperando que solo sucediera un milagro.
- ¿Acaso has perdido la esperanza, Kung Lao? – pregunto aquella voz que lo había llamado.
El joven se puso alerta al escuchar esa aguda voz masculina, cuando alzo la mirada vio un destello de color naranja flotando delante de él.
-Saludos joven Kung Lao – saludo el ente.
- ¿Quién eres tú? – pregunto el monje exaltado y a la vez se ponía de pie - ¿Eres otro de los lacayos de Kronika?
-Oh perdona mi descortesía, soy Damashi, un ente de hace miles de años – se presentó el brillo parlante.
- ¿Un ente dices? – pregunto no muy convencido Lao.
-Así es muchacho, he venido para ayudar – informo el fulgor con su suave voz.
- ¿Por qué me vendrías a ayudar? – cuestiono ahora el artista marcial.
-Bueno por lo que acababa de acontecer no puedo quedarme de brazos cruzados, con el triunfo de Shang Tsung, solo nos depara la perdición – explico Damashi – Y si lo sé no brazos.
Lao solo dio una pequeña risa ante aquel comentario.
-Bueno iré al grano, veo en ti un gran potencial como – añadió ahora el ente.
-No me digas eso, si siempre acabo siendo el segundón de esto – comento elusivo el joven.
-Mmmm… quizás tuve que haber elegido al otro – dijo Damashi llamando la atención de Lao.
- ¿Cuál otro?
-No importa, ya te elegí a ti – respondió el fulgor flotando alrededor del monje – Si queremos ponerle fin al tirando de Shang Tsung, necesitamos los 6 kamidogus de los reinos.
- ¿Kamidogus?
-Así es, cada reino contiene el suyo propio, hace mucho cuando los dioses antiguos desterraron a Shinnok al infierno, dividieron su esencia en 6 partes y los convirtieron en estos objetos llamados kamidogu – explico Damashi y a la vez proyectaba aquellos míticos objetos – Las 2 bolas azul y verde son de la Tierra, la media estrella con cuernos es del Infierno, el 6 al revés es del Reino del Caos, el circulo con una estrella dentro es del Mundo Exterior, el cuadrado zafiro es del Reino del Orden y el ying yang es el de Edenia.
-Increíble – dijo anonadado Lao mirando las imágenes – Pero, ¿Dónde los encuentro?
-He ahí el dilema, la única pista es que están en su respectivo reino – respondió indiferente el resplandor – Si quieres saber mas de ellos, puedes consultarlo en la biblioteca del Mundo Exterior, eso podría ser de ayuda.
-Carajo esto llevara toda una vida – dijo Kung Lao volviendo a ponerse su sombrero.
-Entonces ¿aceptas la búsqueda? – cuestiono satisfecho Damashi.
-Para recuperar la confianza de los Shaolin y restaurar el honor de mi antepasado, lo hare – acepto finalmente el monje.
-Excelente, no será la ultima vez que nos veremos Kung Lao, también hablare con algunos de los sobrevivientes – añadió Damashi ahora flotando hacia el barco – Como ahora, siento 2 presencias en esta nave.
Kung Lao volvió al barco mirando su alrededor.
- ¿Dónde?
-En la parte de abajo.
Kung Lao fue hacia las bodegas, llevándose una ingrata sorpresa, Kitana y Jade estaban encadenadas en la pared.
-Al menos están en una pieza – comento aliviado el monje para posteriormente liberarlas y llevarlas a la superficie.
-Excelente trabajo Kung Lao, estaba en lo correcto de elegirte a ti – felicito el resplandor parlanchín.
-Gracias, ahora…puedes hacer que se despierten – pidió amablemente el shaolin.
-Con gusto – dijo y antes de desaparecer hizo que las féminas se despertaran.
- ¡Estoy viva! – dijeron al unisonó las amigas – Pero a que costo.
Las 2 edenianas aún no se habían percatado de la presencia del peleador ensombrerado quien había descubierto el cadáver de su amigo Liu Kang en suelo.
-Kung Lao – llamo Kitana para posteriormente ver el cadáver de su enamorado – Dios no…
- ¿Qué paso? Estábamos bien y de la nada todo se fue patas abajo – intento buscar una explicación la morena.
-Ahora debemos seguir adelante – dijo Kung Lao tomando el cuerpo de su amigo queriendo darle un entierro digno – Reagrúpense con los que quedan, yo tengo una tarea que cumplir.
-Si hablas de cambiar esto, estas cometiendo un grave error – dijo Jade deteniéndolo.
-No aun – dijo el simplemente pasando de largo - ¿Alguna de ustedes puede enviarme a la Tierra?
-Yo hare eso Kung Lao – dijo Damashi para posteriormente llevarse al trio a su respectivo reino.
En algún lugar del Mundo Exterior.
Skarlet estaba muy intranquila, pensando en lo que pasaría ahora con el triunfo de Shang Tsung, por una parte, se libro de la tutela de Shao Kahn, aun no estaba preparada para eso.
Recordó que Sindel y su hija la menospreciaban, la pelirroja se arrepentía de no haber acabado con su vida y cuando tuvo la oportunidad, Julián se lo impidió, por mas que no lo quisiera admitir, el pelimarron ha sido de los pocos que la han tratado como una igual esa fue una de las razones para no querer matarlo cuando Shao Kahn se lo pidió si sospechaba de él.
-Es arriesgado ir allí – se quejo ahora una Frost quien caminaba con Erron un poco alejada de la pelirroja.
La joven ojirroja sacudió sus pensamientos, ahora mismo se encontraban atravesando el bosque viviente. De repente un frio viento agito sus respectivos cabellos y en el caso de Erron fue su sombrero.
-Descansemos aquí – pidió el forajido.
Los 3 armaron una especie de fogata y algunas tiendas para después dormir.
Pasaron las horas y los 3 se sentían bastante inquietos, como si alguien los estuviera asechando.
-Voy a cortarle la garganta a esa lagartija – aseguro la maga, creando una daga con su sangre para después adentrarse en el bosque.
- ¡Skarlet espera! – pidió el vaquero siguiéndola.
-Van a hacer que la maten – dijo Frost indiferente, pero igual fue tras la pareja.
Los 3 corrieron a los alrededores sin encontrar nada.
-Seguramente nos tendió una broma – dijo el vaquero guardando sus armas – Volvamos.
Pese al llamado, Skarlet se quedo mirando alguien tendido en el suelo, no estaba segura pero claramente se le hacía familiar.
- ¿Qué nubla tu cerebro Skarlet? – pregunto burlona la peliceleste.
-Eso – señalo ella simplemente – Es quien creo que es…
Erron se acercaría a la persona dándole la vuelta, llevándose la sorpresa de quien era.
-Julián Solo – llamo el simplemente.
Continuara…
