Ya después de salir del Reino del Caos. Unos días después.
- ¿A dónde vamos ahora? – pregunto Julián al vaquero.
-Nos dirigimos a una aldea, creo que algo está pasando – respondió el hombre.
- ¿Cómo qué? – indago Frost.
-Tal parece que ha habido reportes sobre desaparecidos – informo el forajido – No creo que sea Shang Tsung y sus secuaces.
- ¿Cómo te enteraste? – pregunto Skarlet.
-El cantinero de aquel lugar me mando un mensaje por escrito.
-En eso despilfarras todo tu dinero – comento el ojirrojo.
-Un hombre trabajador se debe dar ciertos lujos – respondió el pistolero.
Los 4 fueron en dirección a aquel poblado del que el mercenario hablaba, era bastante tétrico recorrer los llanos del Mundo Exterior en este tiempo.
Ya luego de un tiempo ya se encontraban en aquel pueblo, pese al terror que invadía el reino muchos nativos se encontraban haciendo sus actividades. Ignorando a los habitantes Erron entro en la cantina del lugar la cual se encontraba vacía.
- ¿Qué hacemos aquí Black? – pregunto Frost
-Por un trago – respondió pícaro el vaquero – y quizás por algunas respuestas.
Los 4 se dirigieron a la barra donde un hombre enseguida saludo al pistolero.
- ¡Oh Erron! Que gusto tenerte por aquí – exclamo el cantinero ahora enfocándose en sus acompañantes - ¡Oh! Me traes más clientela que bien.
-Pero por supuesto – declaro el hombre sacando una bolsa de monedas de oro dejándolas al frente del barman – Sírvase usted también.
Después de entregarle el efectivo, el tabernero le sirvió un trago a cada uno para que se relajaran salvo por uno quien obviamente era nuestro abstemio Julián.
-Mmmm… - murmuro incomodo el pelimarron apartando el vaso - ¿No tiene otra cosa que no sea alcohol?
-Oh lo siento – dijo el vinatero antes de mirar más detalladamente al joven – Disculpe ¿Es usted, Julián Solo?
-Eh… si… - respondió un tanto incomodo el susodicho antes que el cantinero le estrechara sorpresivamente la mano.
-Cielos que honor tenerlo en mi taberna – dijo emocionado el hombre – Soy un gran admirador suyo. Me llamo Minato. Lo creí muerto, pero está vivo.
-Gracias Minato supongo…
-Sírvase lo que quiera.
-El famoso Julián Solo no puede entrar en algún lugar sin armar revuelo – comento irritado la cryomancer.
El anterior mencionado ignoro a la cyborg solamente.
-Entonces, ¿Qué esta pasando aquí? – pregunto Julián al dueño del local.
-Como dije, estas desapariciones han estado asustando a la clientela, esto es un desastre, ya han desaparecido 7 habitantes – informo el tabernero.
Antes de seguir platicando, una figura encapuchada entró en el bar, esto llamo la atención de todos, este se acerco a la barra y se sentó entre medio de Julián y Erron para proceder a beberse el trago que el pelimarron ignoro, Frost y Skarlet se miraron extrañadas.
-El vino de siempre por favor – pidió el encapuchado con una voz femenina.
-Por supuesto señorita – acepto el barban sacando una botella.
-Vaya, si no quieres llamar la atención en verdad estas haciendo un mal trabajo – acuso indiferente el vaquero.
Aquella chica misteriosa solo se limitó a mirarlo.
- ¿No tienes modales? – delato el hombre – Por favor mujer deja los misterios, tus ojos jamás los olvidaría.
- ¿Cómo puedo estar segura que eres tú? – cuestiono insegura la dama.
-Bueno, quizás cierta cicatriz en aquella parte tal vez te refresque la memoria – respondió pícaro Black.
-…Entonces si eres tú.
- ¿Qué? ¿Ni siquiera un abrazo? – protesto el vaquero.
- ¡¿Qué rayos haces aquí!? – cuestiono un tanto molesta la chica, ahora mirando a sus acompañantes – y con ellas y… el.
-Oye eres la menos indicada para reclamarme algo – se excusó el hombre – Son solo negocios, pero enserio… ¿Qué haces aquí? Y además así.
-No es un buen lugar para hablar, vayamos a otro – pidió la mujer un tanto temerosa – Iremos al piso de arriba, avísanos por cualquier cosa rara. ¿De acuerdo?
-A la orden señorita – acepto el barban.
Los 4 ahora con esa chica extraña unida a ellos subieron y se encerraron en una de las muchas habitaciones, ahí esta revelo su identidad, vestia un chaleco y pantalones rojos junto a una venda en la cabeza del mismo color, su cabello atado, pero lo que mas destacaba de ella, eran esas alas en su espalda y esos afilados colmillos.
¿Nitara? – dijeron al unisonó menos Erron.
Después de que Damashi le pidiera ayuda a Jin, este ultimo fue a buscar a Takeda para que lo asistiera, luego de unos días buscando el paradero del resto de su equipo, ahora estaban en una colina visualizando su próximo destino.
-Por lo que veo es una fortaleza – comento Takeda.
-Por lo que me han dicho, en el día es bastante férrea – agrego el arquero – Pero en las noches, hay pocos, cuando llegue el momento, entraremos.
Ya a la noche, los 2 bajaron la colina por la cual observaban el puesto, con bastante sigilo usando la hierba crecida para no ser visto hasta detenerse al escuchar la voz de 2 guardias, sin querer Takeda piso una rama que genero lo suficiente de ruido para llamar la atención.
- ¡Creo que oí algo! – advirtió uno de ellos, caminando hacia donde estaba el dúo, pero ellos lograron ocultarse detrás de una roca – lo que haya sido se fue.
No queriendo complicarse la vida, Jin de un flechazo acabo con el guardia el cual cayo en la hierba crecida, para su mala suerte el compañero vio esto e intento tocar la alarma, pero fue silenciado por Takeda que con su látigo agarro su cuello quebrándoselo en el acto.
-Despejado – dijo el.
Los 2 siguieron recorriendo la fortaleza hasta notar como en una parte de esta, tenia unas escaleras que daban hacia un subterráneo, sin embargo, este se encontraba custodiado por otros 2 gendarmes.
- ¿Los matamos? – propuso el shaolin.
-Déjamelo a mi – afirmo el shirai ryu caminando confiado hacia los verdugos.
-Noooo… - murmuro Jin, pero yendo con su amigo.
- ¡Alto! – ordeno uno de ellos - ¡Muéstrenos sus identificaciones!
-…No necesita nuestras identificaciones – negó triunfante Takeda usando un truco mental.
-…No necesitamos sus identificaciones – afirmo el guardia con un tono poseído.
-Ahora se apartarán de nuestro camino.
-Nos vamos a apartar de su camino – dijeron los guardias al unisonó siendo manipulados.
-Y se irán a casa y cambiarán su vida.
-Y nos iremos a casa y cambiaremos nuestras vidas – dijeron los 2 yéndose del lugar.
- ¡Y soltaran las llaves!
-Y soltaremos las llaves.
-Fue fácil – comento Takeda triunfante recogiendo el objeto.
-Después te felicitare, ahora andando.
Y los 2 bajaron las escaleras hacia la prisión.
Mientras que en esta prisión estaban cautivos Johnny, Sonya y Jax del pasado, junto a Cassie y Jacqui los cuales se encontraban muy andrajosos, por los días que llevan ahí, pero mas la rubia menor que últimamente ha estado teniendo náuseas, fatiga y entre otros malestares.
-Ya deja de intentar buscar una salida Jacqui – pidió la chica con un tono severo – llevamos 2 semanas y nada.
-Se que saldremos de aquí – dijo con esperanzas la afroamericana.
- ¿Qué estarán esperando? – se preguntó Sonya - ¿Nos mataran?
-Ya lo habrían hecho, creo yo – respondió Johnny limpiando sus gafas.
-Yo creo que le interesamos a Shang Tsung para tenernos aquí – Agrego Jax.
-Aun sigo pensando de que, si no hubiera sido por mi ego, estaríamos en casa ahora – recordó arrepentida la rubia tomándose su frente mientras le brotaban unas leves lagrimas al acordarse de su amado – Julián murió por mi culpa.
-No te deprimas Cassie, estoy seguro que el aún sigue vivo – intento subirle el ánimo el actor.
-Me gustaría creer que si – dijo ella secándose las lágrimas.
La habitación se oscurecía, exhausta como los demás, con las tripas pidiéndole la hamburguesa mas grande de todo un McDonald's se durmió.
Soñó que él venia al rescate como todo un príncipe azul, lograban derrotar a Shang Tsung y todo volviendo a la normalidad y quien sabe si ya empezar a formar una familia. Luego llegaban los guardias haciendo sonar los barrotes de la celda.
- ¡Paren! - Murmuro Cassie, sintiendo el golpeteo de su cabeza que le volvieron a dar mareos - ¡Estoy durmiendo idiotas!
Abrió los ojos, primero viendo a su amiga que seguía durmiendo en el suelo. Y alguien, con los ojos muy abiertos, la miraba junto a otro que estaba al lado de él.
- ¡Jin, Takeda! – exclamo la soldado, levantándose hasta los barrotes – Amigos, ¿Cómo han logrado…?
-Las preguntas para después – pidió el shirai ryu ahora – ¿Son solo ustedes 2?
- En la celda del frente están mis padres y el tío Jax – señalo la rubia.
- ¿Dónde está Julián? – pregunto Kung Jin mientras revisaba otras celdas.
-El… él no está aquí – contesto con tristeza – creo que está muerto.
-Con un demonio – dijo ahora Takeda, ya harto de la situación.
Y así lograron liberar a los 5 encerrados volviendo a la Tierra para poder reorganizarse.
Continuara…
