Se alza el telón
El salón que aguardaba a la pareja recién casada tenía un aspecto de la época victoriana, en su entrada principal poseía una gran puerta de grueso espesor y que había sido tallada a mano, luego seguía una amplia escalera, gruesas columnas con decoraciones que sostenían el balcón que rodeaba el salón principal, poseía grandes ventanas con largas cortinas rojas y el cielo raso se encontraba cubierto de una pintura que era una asombrosa réplica de una noche estrellada. La cerámica del suelo era parte de su encanto, eran grandes baldosas de color crudo con decoraciones en negro en las esquinas. Sus demás ambientaciones estaban a la misma altura que el salón principal, la cocina estaba equipada con la tecnología más avanzada y refinadas decoraciones en naranja y beige, tienen a los mejores chefs que conocen a la perfección la gastronomía internacional. Los sanitarios son también un lujo, en donde las decoraciones en blanco y detalles en amarillo te estimulan a la relajación. Es un lugar que vale su precio y es por todos los pequeños detalles, un buen servicio, la mejor atención, las sublimes decoraciones que se adaptan adecuadamente a la ocasión y el manejo general de todas otras cosas más y a lo largo de la noche te otorga un sentimiento de satisfacción absoluta. La noche te cuesta miles de dólares pero para la familia Hyuuga no hay precio que los perturbe financieramente y la madre de Hinata quería que su celebración se diera en las mejores comodidades que el dinero te puede ofrecer.
Su nombre se acopla perfectamente a su magnificencia, Full of stars es un elegante salón de gala en donde se realizan las fiestas "memorables" del año, en donde festejan reconocidas celebridades sus cumpleaños, aniversarios, etcétera. Es un lugar que sería siempre tu primera opción, el espacio perfecto para comenzar tu nueva vida junto a tus familiares, amigos cercanos, esposo. En donde terminarías tu noche con una sonrisa en el rostro que jamás volverá a repetirse. Todos estos aspectos cálidos y felices son de los cuales sus padres los privaron y arrebataron. Sasuke solo podía sentir asco y enojo, Hinata sentía que era una pieza de ajedrez, que cada movimiento no provenía de ella, sino de la meticulosa mente de su padre.
Se puede escuchar el aturdido sonido de cientos de aplausos, seguido del crujido de la puerta al cerrarse y ellos pudieron sentir como las miradas ajenas las atravesaban como cuchillas filosas. Los jóvenes actores comenzaron su espectáculo, Hinata se escondió en el disfraz de una mujer feliz de haber conocido al amor de su vida y lo demuestra sonriendo a más no poder, sin poder retener sus lágrimas, empieza a llorar; Sasuke aferra su delicada mano más cerca de su pecho y mantiene su rostro apacible, ellos empiezan a descender por las escaleras mientras muchos admiraban la belleza de Hinata y otros daban agudos gritos de festejo. Ni siquiera habían podido hablar con sus padres cuando en el lugar resuena la típica música de baile, indicando que debían bailar juntos. Sasuke quería un Martini y Hinata quería ir a un cuarto oscuro a llorar pero no se podía, ellos debían seguir fingiendo por un tiempo ilimitado.
Sasuke la sostiene por la cintura a Hinata y ella coloca sus temblorosas manos en los hombros del Uchiha, sin intercambiar miradas comienzan a mover sus pies coordinadamente, sin que ellos se den cuenta las cámaras comienzan a grabar. Sin poder tener un punto fijo en donde mirar, ellos observaban partes de su acompañante, su cuello, su cabello, su pelo, su mejilla, sus manos, cualquier parte menos sus ojos.
- Nos están observando Hyuuga, puedes hacerlo mejor que esto.
Hinata se sorprendió al tenerlo tan cerca de su rostro y podía sentir su aliento rozar su oreja, por un simple roce ella se estremeció y sin querer pisó el pie del azabache, él casi la tira por la furia que le emergió por su torpeza, cuando le está pidiendo que sea más ágil.
- Lo siento, lo siento, fue mi culpa.
Sasuke la miró y ella lo estaba mirando, sus miradas se intercambiaron en medio del anochecer y volvieron a la nada, pero esta vez Sasuke estaba preparado.
- Hyuuga, ellos se darán cuenta si te comportas de este modo, no pido que aparentes que estas enamorada pero sonríe más con tus ojos que con tus labios, pareces un payaso triste.
Aquella referencia la hizo sonreír y soltar una pequeña carcajada, a Sasuke le agradó verla así y él también sonrió. Mientras la música seguía sonando, la multitud se volvía romántica y se escuchaba suspiros de las mujeres y señales de aceptación por parte de los hombres.
En medio de la multitud empezó un grito exigiendo atención y lo logró, todos empezaron a acompañarlo en su petición y lo único que resonaba en las paredes de aquel "palacio" fueron las que dejaron perplejos a los jóvenes desafortunados.
- ¡Beso! ¡Beso! ¡Bésala Sasuke! ¡Beso!
Sasuke no tenía problemas besando mujeres pero fue la primera vez que no quería besar a una, no quería besar a Hinata, no a una Hyuuga. El beso que pasó en la iglesia lo había empezado ella y él lo terminó. Él sabía que si no lo hacía iba a presentar la realidad y nadie quería eso más que él pero no acosta de la infelicidad de sus padres y es por eso que volvió a olvidarse de su orgullo y accedió, otra vez contra su voluntad a besarla. Se puede decir que aunque él quiera creer que no quiere sino que debe hacerlo, en el fondo de aquello se esconde el hormigueo que siente cada vez que está cerca de Hinata Hyuuga, aquel hormigueo que solo se lo provoca ella.
Hinata se desvanecía en el unísono grito de un beso, no era nuevo para ella ya que lo había besado en la ceremonia pero ella seguía siendo novata en temas de besos porque Sasuke fue el primer hombre al que había besado y el segundo beso al parecer también le pertenecería a él ¿Cuántos le pertenecerá por encubrir aquella mentira? era una pregunta que le estaba consumiendo. Pero no importa cuántas veces deba besarlo porque aunque no quiera admitirlo, el beso que le entregó a él, la hizo sentir de una extraña manera que era inexplicable.
El azabache posó sus manos a los costados de las ruborizadas mejillas de la joven de ojos perla, ella no sabía cómo mirarlo, solo bajó sus manos a los costados de su inerte cuerpo, no se podía mover ni tampoco pensar, pero por reflejo sus ojos se abrían cada vez más que él se acercaba a su rostro, cuando la distancia entre sus labios se tornó mínima que hasta sus narices chocaron, ella cerró los ojos de golpe y su inocencia quitó una sonrisa de los labios del Uchiha y la besó.
Cómo todos dicen hay que dar lo que la multitud pide.
Los labios del azabache apretaron los labios de la asustada Hinata, ella cerró sus manos, formando puños y arrugó su entrecejo al tacto del Uchiha. Él mantuvo los ojos abiertos para observar su reacción, al verla no sabía si reír o enojarse, parecía que estaba besando un estatua de una niña enojada, él no la quería besar pero tampoco creía que ella merecía perderse uno de sus mejores besos, con aquel pensamiento rondando su cabeza, le muerde su labio inferior a lo que ella abre su tímida boca para quejarse y él aprovecha para introducir su vivaz lengua en su interior. Otra vez con su lengua pensó Hinata, a ella le incomodaba aquellos "besos indecorosos", era como los había apodado, para ella tales besos carecían de amor. Ella dio un paso para atrás, quería apartarse de él pero Sasuke aferra uno de sus brazos al costado de la cintura de Hinata y la acerca más que antes, ella sin saber que hacer apretó con fiereza las solapas del saco que vestía el Uchiha. La otra mano que reposaba en la mejilla de Hinata se esconde en la nuca con la cabellera azulada de la joven blanquecina. Ellos no se querían besar pero no irradiaban tal imagen, de hecho los presentes después de aplaudir y estar complacidos por el inicio del beso, se habían quedados atónitos al apasionante beso en que se había convertido.
- Wooooo, Sasuke eres el mejor. Campeón ya entendimos, ella es tuya.
La misma persona que había comenzado con el pedido del beso es quien lo detuvo al gritar varias veces unas palabras de apoyo hacía el azabache y logró su cometido, porque al poco tiempo de los gritos, él suelta lentamente los labios de Hinata y se mantiene cerca, apoyando su frente en la de ella, los dos estaban agitados pero Hinata era la única con los labios rojos e hinchados. Él se perdió por unos segundos en su atrapante mirada y volvió a tener control sobre la situación: se giró con la vista al público y con un satisfecho rostro les ofrece un consejo.
- Damas y caballero así es cómo se debe besar a una mujer. Es solo una demostración de cuan lunático me tiene mi encantadora esposa.
Y Hinata se mantuvo en su lugar con múltiples sentimientos y reproches: él dice que ella es una gran mentirosa y él es uno de los mejores mentirosos que conoció en su vida, dice que no siente nada por ella para después besarla de esa manera tan voraz ¿Quién se creía él para besarla de tal manera? Si, él era su esposo pero bajo ninguna circunstancia se aclaró que debían hacer tales indecencias y ¿por qué lo hacía de aquel modo? Y cuando su mente seguí originando más y más preguntas acerca de su nuevo esposo y su rara manía de besar, una vieja pregunta acechó su memoria: ¿Por qué lo haces si no quieres hermana? Y de pronto recuerda el rostro de disgusto de su hermana menor. En aquel momento solo le importó explicarle las cosas a Hanabi Hyuuga, Hinata quería que su hermana supiera todo lo que estaba pasando, ella quería que alguien estuviera de su lado y ella confiaba en el juicio neutral de su hermana.
Hinata se suelta del agarre proveniente del azabache y se va a la búsqueda de su hermana. Había cientos de personas que no conocía y de personas que iba a conocer, de todos los presentes que le ofrecían sus felicitaciones y deseos, su reacción solo era un ademán de agradecimiento para luego seguir con su misión: encontrar la mirada perlada, aquellos ojos que caracterizaba a la familia Hyuuga, tales ojos eran incomparables con los del resto. A punto de resignarse, de no poder hallarla, logró divisar un largo cabello oscuro y por última vez quiso asegurase de que no se trataba de su pequeña hermana.
- Hanabi ¿Eres tú? – la joven muchacha resultó no ser la buscada. Agotada y sin resultados positivos de la búsqueda, se sintió tan sola y desamparada que sus lagrimales empezaron con el mismo llanto de nuevo, para que nadie la viera empezó a buscar un oscuro lugar en donde sus lagrimas se perderían igual que su dolor. De nuevo sin tener éxito en su búsqueda no pudo evitar sentirse una inútil y sus lágrimas empezaron para no detenerse. Una joven recepcionista la ve y pensando que ella estaba emocionada le indica un lugar en donde podía estar más tranquila, a Hinata se le escapó una sonrisa más en toda la noche y le agradeció para luego dirigirse al lugar indicado. Un hermoso jardín aguardaba a su espera, todo era verde, a donde quiera que mirara, el jardín estaba repleto de flores conocidas y hermosas como exóticas, además en el medio de todo aquello había una hermosa fuente, en donde el centro de atención era una bellísima ángel con una pequeña niña abrazándola, la observó quedamente y recordó el rostro sonriente de Hanabi, su pecho le empezó a doler, una angustia le perforaba su cálido corazón. En su deprimente resignación, una voz la devolvió a la vida.
- ¿Por qué me buscas hermana? – Hinata escuchó una voz detrás de ella y al voltearse pudo observar a Hanabi Hyuuga. No trató de evitar sus emociones y la abrazó de una manera tosca, cómo si la hubiera estado buscando por una eternidad.
- Hanabi- chan, no sabes cuánto te extrañé. Sin ti el mundo parece más gris, más desolado.
- Hermana no respondiste mi pregunta y suéltame – la frialdad con la que se expresaba con Hinata le provocaba un dolor indescriptible, ella sabía que tenía que contarle todo a su pequeña Hanabi, por lo cual la soltó lentamente.
- Está bien, lo siento. Si Hanabi, te estaba buscando para decirte la verdad y para que no me odies por mi cobardía. Padre me obligó hacerlo – mientras Hinata confirmaba la duda de Hanabi, ella empezó a limpiar sus mejillas con la palma de sus manos como si de una niña tratara.
- Padre ya me contó. Sé que trataras de mentirme cómo siempre lo haces, padre dice que me envidias por mi agilidad de aprender eficazmente todo lo que él trata de enseñarte a ti. Sé que él tiene razón y tú no, así que no desgastes tus palabras hacia mí porque por mis oídos no pasaran. Eres una mentirosa hermana, cómo puedes querer decime que padre te obligó a casarte con un hombre a quien no amas, nadie puede obligarte hacer eso porque tu podías oponerte y hacer respetar tu decisión. Y si por casualidad lo que tu boca mentirosa escupe fuera cierto, qué cambia que me lo digas a mí hermana. Yo no puedo ayudarte y tampoco quiero, qué clase de mujer no quiere casarse con un hombre con quien ha mantenido una relación de dos años. Es entendible la reacción de padre al querer verlos casados tal cómo debería ser. No le eches la culpa a padre cuando él solo quiere mantener tu reputación intachable.
- ¿Qué? Pero qué estás diciendo Hanabi, qué te contó padre. Yo no mantuve ninguna relación con nadie, ni siquiera lo conozco hermanita. No quiero estar con él, no lo amo pero accedí a casarme porque padre me dijo que el casamiento beneficiaría a la compañía de bancos, qué tendríamos un amplio panorama económico. Mejores inversores, más ingresos y todas aquellas estupideces que le importa a padre no a mí, no a nosotras Hanabi. Recuerdas cuando nos pasábamos la noche en vela hablando de cómo seriamos de felices en una isla tú y yo solas, sin mama y sin papa, solo nosotras y la isla. ¿Lo recuerdas? Hanabi yo sé que en el fondo de tu corazón sabes que yo no podría mentirte y mucho menos haberte ocultado que tenía una relación con cualquiera. Sabes que no soy buena ocultando emociones, sabes que no soy la mejor mintiendo. Por favor Hanabi créeme, necesito que alguien me crea y que me comprenda, necesito a alguien en quien refugiarme cuando sienta que me desmorono. Te necesito hermanita.
- Te equivocas hermana, siempre fuiste buena mintiendo. Recuerdas que me encubrías cuando hacía travesuras, como convencías a mamá de tus mentiras, hasta padre te creía. Sé que padre puede a llegar ser un poco hostil e inhóspito de sentimientos pero él no sería capaz de entregar a su hija a un completo extraño por mejores ingresos y si así fuera, no tienes más opción que acatar la orden de padre y ejecutarla, todo sea por el bienestar de la familia. Y si lo recuerdo hermana, aquellos ilusos e infantiles sueños que compartíamos se quedó en el pasado, las dos crecimos y las dos cambiamos. Puedes ser que estés diciendo la verdad o no, pero yo elijo no creerte hermana, elijo a la familia, elijo a padre.
Las fuertes palabras que salieron de la boca que antes decían que querían ser cómo ella, solo podían decir que padre era mejor y que ella era un fraude. El padre de Hinata había puesto en su contra a su hermana menor, ella no podía creer de lo que él era capaz. Sus lágrimas empezaron a fluir por sus mejillas y un par de ellas se asomaron a sus labios y no sintió lo saladas que eran sino lo amargo y doloroso que era perder a una hermana menor por culpa de su padre y madre, porque ella tampoco intentó nada para salvar a su hija mayor de un desalentador final. Sin poder evitarlo empezó a temblar y vio como su Hanabi le dedicaba una mirada de decepción para luego marcharse a la dirección de sus padres, ella pudo imaginarse como ellos le acariciaban su inocente cabeza y le susurraban cosas en el oído, cosas que la seguirían alejando de ella con sus mentiras y que nunca más su hermanita le dedicaría una sonrisa ni tampoco dejarían que se acercara a ella y que muy pronto se encontraría desamparada cayendo por un acantilado sin fondo. Su mente se desmoronó igual que su cuerpo, no podía mover ni un musculo. Ella se encontraba arrodillada en un admirable lugar lleno de vida como a ella le gusta pero en aquel momento todo se veía en tonalidades de grises, nada vivo la rodeaba.
Hinata se hallaba perdida en su miserable y desolado mundo sin amor, sin calidez, ella sabía que nadie volvería a dedicarle una sonrisa verdadera y la realidad, su realidad la iba absorber completamente hasta hacer de ella un despojo más de la vida. Sin que ella se diera cuenta, un hombre la estaba observando, se compadecía de ella y con sigilosos pasos se fue acercando hacia ella. Cómo una escena de una película romántica en aquél lugar y en ese preciso momento un par de brazos cálido y fuertes la resguardaron. A tal acción Hinata hubiera reaccionada espantada y furiosa, exigiendo una explicación de tal acción, pero en ciertas circunstancias Hinata pierde conciencia de todo y en la situación por la que estaba pasando, ella necesitaba ser consolada y ya no importaba de quien proviniera tal cálido abrazo, ella lo aceptó y más, ya que también lo correspondió. Otra vez Hinata volvía a entablar una relación con un completo extraño, primero fue Sasuke Uchiha y ahora era el turno de un hombre de aspecto joven, cabellera dorada y con unos encantadores ojos azules igual que el cielo, en donde te esconderías en tus peores momentos pero aunque Hinata no podía dejar de llorar y aferrarse a él, le llamó la atención aquellas raras marcas que estaban a lo ancho de sus mejillas.
La vida de Hinata estará conformada por extraños, que la harán sentir centenares de sentimientos que no quisiera albergar en su corazón. Uchiha Sasuke es uno de ellos y al parecer el nuevo sujeto también.
Hola de nuevo! ;P bueno ahora voy a volver a tardar en actualizar esta historia y como este capítulo lo tenía por la mitad me impuse a terminarlo, tengo que concentrarme en las otras ehhm ah y claro también en álgebra :P jajaja gracias por todo, los quiero. Sabrán de mi en un tiempo.
masashi kishimoto: personajes
yo: historia.
