Disclaimer: Bleach y sus personajes no me pertenecen son propiedad de Tite Kubo, pero la historia es completamente mía.
Uno a uno, cada capítulo nos acerca más a nuestra esperada continuación. c:
"Lo importante en mi opinión no es echar la culpa de un error de alguien, sino averiguar qué causó el error."
–Akio Morita
CAPITULO IX – "Confrontación"
Pov Ichigo
Si los meses anteriores a la desaparición de Rukia habían sido una tortura, después de obtener la información de Urahara, hacían que esperar otros 2 meses más para verla, fueran una lenta y horrible agonía. Se repetía así mismo que no la extrañaba, que no necesitaba de ella, que el gran vacío permanente que se había instalado en su pecho era producto del cansancio y estrés, sin embargo las pesadillas constantes donde se encontraba con una Rukia niña, quien le reclamaba por lastimarle y herirle, de verdad le desconcertaban, siempre que quería atrapar a la pequeña con intención de hablar con ella, está la evitaba y si la llegaba a atrapar no podía evitar sentirse como un bastardo al ver la mirada de terror de la chiquilla, eso era en el mejor de los casos… otra veces lo sueños eran completamente subjetivos, donde él mismo se encontraba con su hermano y al ver que alguien se le acercaba, sin medir sus acciones atacaba al desconocido con una daga en el pecho, para revelarse después la imagen de su esposa toda ensangrentada entre sus brazos. Esos sueños de verdad merecían llamarse pesadillas… eran el mismísimo infierno.
Otras veces su mente se veía invadida por los recuerdos de su infancia, cuando Kaien, Rukia y él jugaban juntos, rememoraba las travesuras que hacían y la complicidad que compartían. En el tiempo de ausencia de su esposa, más de una vez tomó los viejos álbumes fotográficos que su madre le había regalado e insistido que guardara. Pasaba hoja tras hoja, miraba con detalles las imágenes de niños sonriendo en el enorme jardín de los Kurosaki, después varios cumpleaños, fiestas familiares y algunos campamentos, aunque rápidamente esas fotografías fueron desapareciendo dando lugar a las proyecciones de varios jóvenes. Muchas de esas fotos habían sido tomadas cuando estaban en el instituto, cuando participaban en festivales escolares o en alguna obra de teatro, como una fotografía en particular en la que su atención se había fijado. Se trataba de un retrato de Rukia durante una obra de teatro, claro que lo recordaba, en esa ocasión al grupo de la chica y de su hermano les había tocado representar "El rapto de Perséfone" y justo a la pequeña chica le había el papel de Perséfone, mientras que a Kaien el papel de Orfeo. Rukia se veía tan hermosa vistiendo aquellas ropas griegas, el quitón* que usaba estaba hecho de un lino muy fino que Hisana se había encargado de conseguir con esmero para la ocasión, el maquillaje que usaba era sencillo pero hacia relucir con elegancia las líneas de su rostro, toda ella… parecía una mismísima diosa, incluso la mismísima Afrodita estaría celosa de su belleza. Recordaba con una sonrisa en su rostro como estuvo celoso de Kaien, cuando tomando el papel de Orfeo tenía la libertad de besar a Rukia en varias ocasiones durante la representación teatral, aunque su hermano siempre le decía que no se exaltara que todo aquello era parte de la obra, pero para él los arrumacos de Kaien eran demasiado realistas, pronto su sonrisa se borró y frunció el ceño al recordar la ausencia de su esposa junto con el asesinato de su hermano.
Nunca logró entender como terminaron las cosas así. No tenía idea del motivo que había orillado a Rukia a acabar con la vida de Kaien, ellos eran tan unidos y simplemente se le hacía imposible mentalizar que ella podría haber cometido semejante crimen, pero al ver las evidencias dadas en aquel juicio donde se sentenció a su esposa, no tuvo más motivo que aceptar lo inevitable, todo lo apuntaba, él se había enamorado de una asesina y una arpía convenenciera.
Salió de sus pensamientos, se levantó de la silla de su despacho, saco del bolsillo de su pantalón una caja de cigarrillos y un encendedor, tomo uno de ellos, lo prendió con cuidado, lo llevo a su boca mientras aspiraba con fuerza y le daba caladas profundas. Hoy era el día, el vuelo a New York estaba programado para dentro de 4 horas, agarró una pequeña maleta que tenía previamente preparada en su despacho y salió de la habitación. En su chaqueta descansaba la dirección del hospital que Urahara le había proporcionado y el boleto de avión.
Al salir la voz de su pequeño hijo le distrajo –¡Papá! ¡¿Hoy es día que iras por mamá, cierto?! ¿Cuándo volverán? ¿Seguro que no puedo ir contigo?
Extrañamente el pequeño se veía muy animado y una gran sonrisa surcaba su rostro, que inconscientemente también a él le hizo sonreír.
–Así es, ire por tu madre. Ella quiere que la vaya a buscar de sus vacaciones, en cuanto nos reunamos te aseguro que vendremos directo a casa, después de eso ya veremos. Debes ir a la escuela, sabes que no es bueno que faltes. Se lo bien que te estas llevando con Riruka los últimos meses, ella me ha contado que te sentirás muy triste de dejarla, así que estoy analizando la posibilidad de que ella viva permanentemente con nosotros.
La cara de asombro de su hijo era inevitable, probablemente estaba muy feliz de la noticia que le acababa de dar.
–Pero… papá yo no quiero que…. –Kei se vio entrecortado por la abrupta llegada de Riruka y el gran abrazo que le propino.
–¡Ichigo! ¡Mucha suerte en tu viaje! Tú no te preocupes, yo cuidare de nuestro angelito.
Riruka de verdad era un ángel del cielo en cuanto se trataba de cuidar y atender a su hijo. Toda ella le era de gran ayuda, incluso lamentaba que sus sentimientos así ella no fueran igual de fuertes.
–Bien, entonces yo me retiro. Cuida mucho a Kei en mi ausencia, hijo pórtate bien y obedece en todo lo que te pida Riruka, por cierto no olvides alimentar a Kon, sé que te encantó tu nueva mascota, pero un labrador necesita muchas atenciones y como su dueño es tu responsabilidad acerté cargo de él.
Su hijo no propinó ninguna palabra más y con un abrazo se despidió de él, mientras a Riruka le dio un corto beso en los labios.
New York. 8:00 pm
Al bajar del avión y salir del aeropuerto, lo primero que hizo fue dejar que su mirada se extendiera por todo el amplio paisaje. New York parecería un laberinto lleno de edificios y construcciones extravagantes, esa bella ciudad era conocida mundialmente como la ciudad que "nunca dormía" y su título era muy bien ganado, la metrópoli más grande de Estados Unidos, con la mayor cantidad de población, esas características asían que encontrar a una persona en particular en al aquel lugar fuera una tarea casi imposible. Una aguja en un pajar…
–La cita de su esposa es mañana a medio día, si la señorita Rukia asiste, lo mejor será localizarla mientras toma su consulta médica con total calma. Nuestro objetivo será que nos lleve al lugar donde está viviendo actualmente, localizándolo puedo usar mis contactos para mantenerla vigilada sin que tengamos riesgos de que vuelva a escapar.
El rubio detrás de él tenía una amplia reputación como investigador y ahora que realmente lo veía con atención haciendo su trabajo, se daba cuenta del porqué de dicha reputación.
–Está bien, ¿qué propones que hagamos por ahora Urahara?
El rubio le sonrió enigmáticamente –Deberíamos buscar un hotel donde pasar la noche. Fuera de eso puede hacer lo que quiera, yo me encargare de empezar a buscar a mis contactos, hay muchos amigos que me deben favores en New York.
¿Qué caso tenia cuestionarle al rubio sus acciones? Probablemente él sabía lo que hacía y mientras cubriera con el trato de localizar a su esposa, para él todas sus demás acciones le daban lo mismo. Así ambos empezaron a caminar hacia la zona hotelera.
–Bien, entonces muévete. Quiero que mañana estés en las mejores condiciones para atrapar a la arpía de Rukia, esa mujer escurridiza y embustera ya no podrá huir más.
Urahara le observaba intrigantemente. –¿Está seguro de lo que dice? Sabe… le dije que encontré mucho sobre el expediente de su esposa cuando fue acusada del asesinato de su hermano, ¿recuerda? Hay muchas cosas que me parecieron interesantes y….
–¡Deja de decir idioteces Urahara! – A él que putos le importaba el expediente de Rukia, todo ya había sido aclarado años atrás en los juicios de su esposa. No tenía derecho a entrometerse y de abrir las heridas.
–Ichigo, te lo diré como un amigo y no como un empleado a su jefe. Lo que encontré es de gran relevancia y puede cambiar el estatus criminal de tu esposa. Sé que de verdad te interesa e importa, al investigar encontré la mayoría de las cosas sin gran problema, solo fue necesario que aplicara algunos viejos trucos, yo se acerca de todo lo que hiciste para que ella fuera liberada y no dudo que tu…
No lo soporto más, tomó al rubio por la solapa de la ropa y lo estampo contra la pared cercana de un edificio. No le importo que la gente que caminaba al alrededor les mirará con temor y empezará a alejarse de ellos.
Su voz se hizo gruesa y amenazante –¡Escucha bien Urahara, no te metas en asuntos que no te conciernen en lo más mínimo! ¡Mi vida con esa ramera no debe de ser de tu más mínimo interés! –Soltó al rubio con un gran impulso y lo tiró al suelo de manera agresiva. –Si te vuelvo a escuchar hablar del asunto no lo tolerare.
Vio como el rubio se levantaba lentamente y se sacudía sin mucho problema mientras soltaba un largo suspiro. –Supongo que no puedo hacer nada más Kurosaki. Entonces… ¿Buscamos nuestro hotel?
Desvió la mirada de la del rubio y empezó a caminar en búsqueda de un lugar donde pasar la noche. Dormiría un poco para recuperar fuerzas y por la mañana buscaría a Rukia.
Pov Urahara
El errar de un hombre es parte de su naturaleza y es una característica de los humanos, como también lo es la empatía. Después de todo lo que había encontrado en su investigación estaba más que seguro que haría muy feliz a Ichigo se pondría y de cierta manera ayudaría a que una joven pareja pudiera desenredar sus malentendidos, su buena acción del año sin embargo... el chico parecía muy reticente a escuchar y después de dar sus dos mejores intentos para hacerlo entender, decidió dejarlo por la paz, si en algún momento el muchacho quería la información, él se la daría con gusto, pero ya no insistiría.
Ichigo tenía razón en un punto, era cierto que el asunto no le concernía en lo más mínimo, pero también no podía simplemente quedarse callado después de todo lo que había descubierto. Durante años su trabajo siempre lo llevaba a localizar a muchas personas diferentes, sus clientes eran de todo tipo de clases sociales y sus objetivos eran variados entre muchos, algunos buscaban a un familiar perdido, un padre, una madre, una hija, un hijo… pero otros… otros solo buscaban desaparecer permanentemente a otras personas y para eso… primero necesitaban localizarlas. El peso de tantas vidas en su conciencia, que indirectamente él había apagado y marchitado. Tantas familias y amigos que perdieron a un ser querido, todo en parte por su culpa.
Sonrió con tristeza mientras caminaba por las transitadas calles nocturnas de New York. Su mente volvió a viajar al problema que suponía Ichigo y Rukia. Se repetía a si mismo que no era su asunto, pero después de destruir tantas vidas de diversas familias por tanto tiempo, todo como parte de su "trabajo", él se propuso dos cosas: 1. No trabajaría para quien buscara asesinar a su objetivo y 2. Si estaba en sus manos ayudar a sus clientes, haría todo lo posible por hacerlo. Aunque claro con un muchacho tan arrógate y terco como Kurosaki, no tenía las cosas fáciles.
Su camino se extendió entre las diversas tiendas a su alrededor observando con cuidado como las familias y amigos convivían. El distrito de Brooklyn no era el más turístico para los extranjeros, pero en su caso la mayor atracción del lugar eran las personas. Con facilidad se podían encontrar asiáticos, norteamericanos, africanos, europeos y latinos, aunque cada uno de ellos predominaba en ciertos distritos. Para él Carroll Gardens era el barrio perfecto para encontrar lo que buscaba. Su mirada se posó en una tienda en particular, una panadería con dos grandes cristales en la entrada y una pequeña puerta de cristal grabado con diversas figuras en forma de panes. La fachada estaba pintada en un azul claro, con grandes letras rojas, a través de los cristales se podían observar estantes con pasteles y distintas variedades de pan. El lugar atraía a cualquiera y no lo pensó dos veces antes de entrar, por dentro miró varias mesas bien dispuestas con unas pocas parejas ocupándolas y una pequeña barra cerca del mostrador principal que exhibía más pastelillos. Había cosas que no cambiaban.
Se sentó en la barra mientras esperaba ser atendido, no tardo mucho antes de que alguien llegara a responder su llamado.
–Buenas tardes. ¿Desea algo en particular?
Sonrió y señalo con uno de sus dedos cierto pastel en particular. –Quiero una rebanada de ese pastel de chocolate con nueces, una taza de café y que vuelvas a trabajar para mi Starrk.
Observó como el nombrado reniego ante sus palabras, le dio la espalda para posteriormente regresar con una rebanada del pastel y una taza humeante de café. –Escucha, el pastel y el café son gratis si te largas de este lugar ahora mismo Kisuke. No tengo nada que tratar contigo.
Esto sería un poco difícil, pero claro que no se iba a rendir tan fácil. Tomó un sorbo del café y lo depositó suavemente en la barra. –Vamos Starrk es un último trabajo, por todas aquellas veces que te ayude.
El castaño se rasco la barbilla ante su intensa mirada, para después bostezar. –Sé que te debo mucho Kisuke, pero ya no puedo hacer nada por ti, ahora tengo una familia y estoy demasiado viejo para estar arriesgando mi vida. Ahora hay personas que dependen de mí.
Desvió su mirada y tomó con la cuchara un poco de pastel. –¡Es cierto! La pequeña Lilynette ya debe de ser toda una señorita, la última vez que la vi apenas era una niña. Deben de ser muy felices ambos viviendo en paz, aunque… no me imagino si tu hija sabrá de todas las cosas que hiciste de joven o del peligro que pasaste.
Observó a Starrk fruncir el ceño y apretar sus puños –Vete de mi tienda Kisuke, ya no quiero saber de ti, no eres bienvenido.
No se movió ni un milímetro. Uso un tono cantarín y bajó la voz mientras le hablaba –¡Vamos! ¿Qué ha pasado con el famoso pistolero Coyote Starrk y su renombre entre los barrios bajos? Por favor amigo ayúdame y te prometo que quedaremos en deuda. No te estoy pidiendo que mates a alguien, eso tenlo por seguro. Si me ayudas, ya no te molestaré, te dejaré en paz a ti y a tu familia. Lo prometo.
El castaño le miró retadoramente y gruño –Sabes… eres más molesto que una espina en el culo, pero si dices que no haya que matar a nadie. ¿Qué quieres que haga?
Starrk siempre era fácil de convencer cuando se tocaba el tema de su familia. –No es mucho.
El castaño asintió con la cabeza y señalo el café con el pastel –Bien, entonces ahora solo me debes quince dólares.
Le dio un sorbo más a su taza y comió un poco del pastel. Aquello sabía tan bien y lo disfrutaría hasta el último segundo, porque en ese momento no tenía ni un centavo para pagarlo.
Japón. 7 am.
Pov Hisana
Dio una vuelta más en la cama, ya por séptima vez. Había estado intranquila últimamente, a pesar de que Rukia le hablaba constantemente no podía mantener la mente completamente serena. Le molestaba demasiado que Rukia estuviera evadiendo sus problemas, si bien por una parte entendía el hecho de que ella quisiera estar sola por un tiempo para aclarar sus ideas, no podía simplemente evitar la situación, ya habían pasado más de seis meses, tarde que temprano tendría que encontrarse con el chico Kurosaki y hablar del divorcio, no tenía caso que se continuara con semejante tortura. Su pequeña hija le marcaba sin falta al menos 4 veces a la semana preguntando por el estado de Kei y muy a su pesar, siempre terminaba contándole lo mismo, "el pequeño Kei cada día se ve más grande y está bastante feliz" y claro que no mentía, cada vez que visitaba la mansión Kurosaki para ver a su nieto lo miraba bastante feliz mientras convivía con su padre y esa mujer llamada Riruka. Le hacía feliz ver a su nieto tan contento en sus visitas, pero muy en el fondo le pagaba fuertemente a sus sentimientos, ellos eran felices pero… su hija no lo era.
El cumpleaños de su nieto había pasado hace poco, aunque el pequeño no realizó ninguna fiesta, eso no impidió que recibiera regalos al por mayor de los Kuchiki y de los Kursaki, si bien ahora la convivencia entre ambas familias era tensa, el pequeño siempre hacia que olvidaran el pasado la mayoría del tiempo.
–¿Qué sucede Hisana? ¿No puedes dormir?
Volteó su rostro encontrándose con la profunda mirada de su marido. –Byakuya… no es eso. Solo estoy un poco inquieta. Hace mucho que no vemos a Rukia.
– Mmmm… No tienes de que preocuparte. Kurosaki dijo que estaba de vacaciones.
–Pero Byakuya, ya paso bastante tiempo. ¿Acaso no estas preocupado? ¡No es normal el tiempo de ausencia!
El pelinegro la abrazó contra su cuerpo y soltó un largo suspiro. –Duerme Hisana y no te preocupes.
Se sostuvó con fuerza al cuerpo de Byakuya, ese abrazo era muy cálido y le transmitía seguridad, pero aun así ni eso lograba que su alama estuviera completamente tranquila y más aún cuando su esposo no mostraba ni una pisca de preocupación por su hija.
New York. 9:00 am.
Pov Ichigo
Llegaron al pequeño hospital una hora antes de la cita de Rukia, el lugar se encontraba en el distrito de Queens, por recomendación de Urahara decidieron esperar afuera del edificio en un auto muy bien dispuesto para la ocasión, un tal sujeto llamado Starrk conducía el vehículo, era de cabellera casta y de aspecto intimidante, al parecer era amigo de Urahara. Aunque realmente no le presto demasiada atención, su vista estaba posada y concentrada únicamente en la puerta principal del hospital, por la que entraban y salían varias personas en una velocidad impresionante, entre médicos, enfermeras y civiles era muy difícil poder distinguir rostros, se sentía demasiado ansioso y nervioso. ¿Cuándo aparecería Rukia?
Nadie emitió ningún sonido en el auto mientras esperaban y eso de verdad lo agradecía, ya se había fumado más de 10 cigarrillos en ese tiempo, no estaba de humor ni siquiera para pronunciar una palabra, los segundos conforme pasaba el tiempo y se acercaba la cita de esposa se le hicieron eternos, cuando pasaron 10 minutos después de la cita empezó a desesperarse, ¿Por qué tardaba tanto en llegar? Fue más lento el tiempo en que se preguntó por qué Rukia aún no había aparecido, cuando de repente la pudo observar caminar rápidamente hacia la entrada del lugar, llevaba un vestido bastante sencillo de color azul claro, al parecer no llevaba maquillaje y cargaba un pequeño bolso. Tanto tiempo sin verla, no pudo evitar pensar que se veía simplemente igual de hermosa o incluso más, su rostro sonrosado contrastaba claramente con el pálido semblante que ella había estado portando los últimos días que la vio en Japón. Sus instintos actuaron más rápido que cualquier otra cosa y se dispuso a salir del auto e ir tras ella, sin embargo fue detenido abruptamente por el brazo de Urahara y una negativa del mismo.
–Espera Kurosaki, aun no es momento. Debemos averiguar donde vive, por ahora solo dejemos que tenga su cita con normalidad.
Gruño con fuerza y se deshizo del agarre del rubio. Y ahí empezó el nuevo tormento. Quizá solo pasaron 2 horas antes de que Rukia saliera del lugar, pero él sintió que fue una eternidad. Cuando la chica salió del hospital se apresuraron a seguirla, al ver que tomaba el metro de New York, dejaron del coche y empezaron a seguirla discretamente a pie, él fue inconsciente del lugar a donde se dirigían o movían, no prestaba atención a nada que no fuera el caminar de Rukia, de un momento a otro llegaron a una zona de varios edificios de condominios, observó como la chica entraba en una de las construcciones más viejas y peor aspecto.
–Ya veo… con que su esposa se ocultaba aquí en Brooklyn. No estaba tan lejos del hotel donde estamos hospedados.
Las palabras de Urahara lo trajeron de nuevo a la realidad. –¿Dónde estamos exactamente Urahara?
El rubio le sonrió –Oh… ya veo, me sorprende que no lo notara señor Kurosaki. Después de todos los letreros que pasamos…
–No juegues conmigo Urahara. Dime donde diablos estamos.
El investigador suspiro y señalo el edificio en el que había entrado su esposa –Estamos en el distrito de Brooklyn, para ser más específicos nos encontramos en el barrio de Cypress Hills, un barrio "pobre" lleno de inmigrantes y pandilleros. Por eso el ambiente tan deprimente, aunque créame que he visto lugares peores. Ahora, su esposa entro en ese lugar, por lo que ahora solo hay que averiguar en qué apartamento se encuentra y…
No le permitió continuar, se dirigió al edificio entrado fácilmente por la puerta principal, al parecer no había ningún vigilante que resguardara.
Pov Urahara
Ichigo no lo escucho en ningún momento, pero no se sintió frustrado en lo absoluto, él sabía que tenía que esperar una reacción así del muchacho. Ahora tendría que esperar para ver como tendría que proceder, el escenario podría complicarse más y volverse aún más interesante.
–Starrk, aquí empieza tu trabajo.
El mencionado lo observó directamente y asintió con la cabeza –Este será mi último trabajo.
–Lo prometo viejo amigo.
Starrk caminó hacia la construcción. Mientras que él miró como el castaño se dirigía a la puerta del edificio por la cual Ichigo anteriormente había desparecido.
Pov Ichigo
Su paso era rápido y constante, aunque también era bastante silencioso. Seguía a Rukia de lejos hasta que llegaron a la última planta del lugar. La chica estaba intentando abrir la puerta, cuando él se acercó y vio como tiraba sus llaves. Llego a su lado y las levanto con rapidez para así poder volver a observar su mirada.
–Tanto tiempo sin vernos Rukia. –Las palabras salieron más rápido de lo que pensó.
La chica le mirada de manera consternada –Ichigo…
La cara de incredulidad de Rukia era todo un poema para su mirada, después de no verse en más de medio año no le sorprendía que ella tuviera esa expresión, lo más probable es que pensara que por fin se había librado de él, pero ella estaba muy equivocada. No la dejaría ir tan fácil.
–Me encantaría decir que me es grato volver a verte, pero la realidad es que estaría diciendo la más grande de las mentiras. Te odio Rukia.
Miró como la pelinegra apretaba sus puños con fuerza. Por alguna extraña razón la chica lucia con más fuerzas que la última vez que habían estado juntos. En su mirada violeta se podía distinguir una fuerte decisión y una chispa de imponencia, hace tantos años que no observaba la mirada tan decidida de su esposa… esa mirada…
–¡¿Qué crees que haces estúpido?! Como puedes aparecer para reclamarme en este punto. Si tanto me odias ¡¿Por qué viniste a buscarme?!
Pov Rukia
Decir que estaba sorprendida era poco, por un instante sintió una vergüenza y terror horrible recórrele todo el cuerpo, sin embargo la voz gruesa de Ichigo y sus palabras hirientes le hicieron volver a la realidad. ¿Él estaba enojado? ¡Después de todo lo que le había hecho!
–¡¿Qué diablos quieres Ichigo?!
El pelinaranja le miró seriamente. –No es obvio, vine a buscar a mi esposa desaparecida desde hace más de medio año, tuve que mentirles a todos y decirles que estabas de vacaciones para que no se molestaran. Por si se te olvida Rukia, tú y yo estamos casados y tenemos un hijo llamado Kei. Tú tienes un hogar al cual estas faltando el respeto por tu caprichito de querer escaparte y la verdad no es que me importes, pero no puedo permitir que mi imagen se vea afectada por tu culpa más de lo que ya está, tú eres mi carga y mi lastre. Solo quiero asegurarme de que no hagas más idioteces que puedan perjudicarme.
Ichigo era de verdad un cínico –No puedes hablar enserio.
Observó como el muchacho saco un cigarrillo de su chaqueta, lo prendió rápidamente y le dio una calada. –Hablo más que enserio Rukia, recoge tus cosas y nos vamos ahora mismo de aquí. Ya tuve suficiente de tus juegos.
El pelinaranja intentó tomarla por el brazo, pero ella rápidamente se alejó de su contacto. –No voy a regresar contigo Ichigo, ni hoy ni nunca.
El chico le gruño y puso el cigarrillo en su boca mientras cruzaba los brazos. –Ja, debí imaginarlo no solo eres una mala mujer y esposa Rukia, sino que también eres una mala madre. ¿Abandonaras a tu único hijo? Eres una escoria, ni las perras abandonan a sus cachorros.
Con un fuerte impulso golpeó el rostro de Ichigo con su palma. Lo había abofeteado tirándole el cigarrillo de la boca. – ¡Como puedes decirme eso, si el que me engaño primero fuiste tú! Dime Ichigo desde cuando te has estado acostando con otras mujeres a mi espalda y peor aún, haz hecho cómplice a mi hijo de tu sucio juego. Al menos debiste tenerle respeto a él, ¿Qué clase de ejemplo le estas dando?
Ichigo la observó con arrogancia. –¿Qué yo fui el primero?... No Rukia, en primer lugar si lleve a Kei con Riruka es porque el necesitaba una buena imagen maternal, no a una sucia asesina como tú, y en segundo lugar, aquí quien fue el mentiroso bastardo desde el inicio fuiste tú. Te acostaste con mi hermano varias ocasiones y para rematarlo lo acecinaste, destruiste nuestras vidas y te aprovechaste de nosotros. Te das cuenta de todo el daño que me hiciste a mí y no solo eso, aunque el viejo y mi madre no quieran aceptarlo, ¿sabes cuánto daño le hiciste a mi familia? No entiendes cuanto dolor se instala en mi pecho cuando veo a Kei y en mi nace la duda de saber si en verdad es mi hijo, porque no importa cuántas pruebas de paternidad* le haga, los resultados siempre serán los mismos, 99.999% de posibilidades de que pueda ser mi hijo o el de Kaien, por que técnicamente nuestro ADN coincide de la misma manera.
–¡Ya te lo dije Ichigo, yo nunca, escucha bien, NUNCA me acosté con Kaien! ¿Cuando tu bruto cerebro se dará cuenta de que fue engañado?! ¡Kei es nuestro hijo!
Ichigo había empezado a exaltarse y sin esfuerzo alguno la acorralo fuertemente contra la pared del departamento –Por primera vez dices una verdad Rukia, es cierto… yo fui engañado, engañado por una zorra embustera de ojos violetas.
Su mente simplemente no pudo procesarlo con suficiente tiempo, cuando sintió los labios de su esposo sobre los suyos de una manera bastante salvaje y necesitada. Tal vez era la adrenalina del momento o el hecho de que no se habían tocado de ninguna manera durante mucho tiempo, pero el hecho fue que le regreso el beso con la misma intensidad, aquello se sentía como el cielo y así como el contacto inicio fue terminado abruptamente por la falta de aire de ambos. Eso se había sentido bien de cierta manera, pero la sensación que dejó no fue la mejor… como un vaso de agua en el desierto que al acabarse te dejaba aun con más sed de la que sentías al inicio.
Aun aturdida se alejó de Ichigo lo más posible, aunque este en ningún momento la soltó de su agarre. –Cómo puedes hacer todo esto. Creí que confiabas en mí después de que ayudaste a que me sacaran de prisión aquella vez, creí que me creías y me tenías confianza.
El chico suavizo su mirada y agarre, el silencio reino par varios segundos antes de que Ichigo le contestara con voz más tranquila. –Rukia...
–¡¿Qué demonios esta pasado aquí?! –Tanto Ichigo como ella voltearon al escuchar una voz fuerte hablarles.
El peliceleste se estaba afuera del departamento con Saito a su espalda. Se veía que el muchacho se encontraba de muy mal humor. Su voz era bastante grave. –¿Qué sucede Rukia?¿ Acaso este bastardo te esta molestado?
–Grimmjow…
El pequeño niño no perdió oportunidad alguna antes de correr directo hacia ella y abrazarla fuertemente por la cintura, acción que hizo que Ichigo se alejara rápidamente. Grimmjow aprovechó el momento, la puso a ella y a Saito detrás de él mientras miraba a Ichigo amenazadoramente.
–¡Mamá! Estaba asustado, te escuche discutir y desperté a papá!
La voz del niño sonaba asustada, por lo que no pudo evitar abrazarlo para intentar tranquilizarlo. –Tranquilo, todo estará bien. Entra y ve a tu habitación, en un momento te alcanzaremos.
El niño a regañadientes la soltó y siguió sus órdenes, mientras ella se ponía delante de Grimmjow de nuevo.
–No es necesario que estés aquí Grimmjow, yo me hare cargo de esto.
El muchacho gruño fuertemente –Tsk… deja de decir estupideces Rukia, no te dejare sola con este imbécil.
–No te preocupes Ichigo ya se iba.
El pelinaranja que se mantenía expectante de la situación los observaba tanto a ella como a Grimmjow y sus ojos reflejaban una combinación de ira, miedo y sorpresa.
La voz de Ichigo parecía llegar a un nuevo nivel de agresividad –No podía esperar menos de una mujer como tu Rukia. Pero yo volveré, ya lo veraz. Esto no se quedara así.
–Vete Ichigo y si nos volvemos a ver pronto, será en el juicio del divorcio.
El chico se le acerco rápidamente y la encaro con un semblante de sorpresa. –No sé qué mierda dices, pero tu… tu eres… ¡eres una ZORRA!
Fueron apenas pequeños instantes en los que miró directamente a Ichigo a los ojos antes de que Grimmjow lanzara un fuerte puñetazo hacia el rostro del pelinaranja lanzándolo al suelo de un único golpe.
Notas:
Quitón: Es una prenda de vestir de la antigua Grecia. Es semejante a una túnica llevada tanto por los hombres como por las mujeres.
Prueba de paternidad: Las pruebas de ADN para determinar la paternidad se realizan comparando la secuencia de ADN del padre, del niño/niña y de la madre. La combinación de las secuencias de ADN del padre y de la madre debe dar como resultado la secuencia del niño/niña; sólo de esta manera se tendrá una seguridad, generalmente de más del 99%, sobre la paternidad del menor de edad. En el caso de los gemelos, resulta ser muy difícil distinguir diferencia comparable entre las secuencias, ya que el parecido es muy alto.
Guest: Lo deje ahí porque me gusta el drama y hacerlos sufrir a aquellos que no han leído la historia xD El niño tampoco la ha tenido fácil, el mal ejemplo de Ichigo le ha afectado de mala manera, pero al final extraña a su madre :'v ye veraz que asa más adelante xD y como tal no he tardado mucho :33
Yuki05: Para serte sincera durante un tiempo no pensé mucho en la historia, por el tiempo que me robaba la universidad y el trabajo, pero que quede claro que siempre pensé en terminarla y quizá no la recuerdes así por que cambie toda la historia :BB (broma) no cierto, quizá por el tiempo u-u Me sentiré mal si lees los capítulos por la noche/madrugada xD pensare que tu insomnio es mi culpa :'v jajajaja. Una abrazo y nos leemos pronto.
RhapSome: Un capitulo a su servicio xD Disfrutadlo!
Y estamos en el capítulo 9, mientras me estoy comiendo un taquito al pastor xD Regresando a la historia, no olviden dejar un bonito review con su opinión, que cada palabra saben que me alienta un montón a continuar :33
