Disclaimer: Bleach y sus personajes no me pertenecen son propiedad de Tite Kubo, pero la historia es completamente mía.
Me niego a dejar que el fandom muera, IchiRuki, GrimmRuki o multishipers xD que juro que terminare mi historia y seguiré publicando lo que pueda, me gusta demasiado para abandonar algo tan precioso como lo fue el IchiRuki. Que bellos momentos nos dio Bleach y nos permitió imaginar tantas cosas, pero he de reconocer que a psar del pésimo final de la serie, Tite Kubo dio al Shonen un gran icono como lo es Kuchiki Rukia, una protagonista femenina de 100% de valor y calidad, por esa razón tiene mi respeto y gratitud.
"Existe algo tan inevitable como la muerte: la vida."
– Charles Chaplin
CAPITULO XIV – "Ausencia"
Pov Byakuya
Revisó por quinta vez los papeles en su escritorio, por suerte la administración de recursos estaba en perfectas condiciones e igualmente las declaraciones de impuestos, no podía dejar de pensar que en el último mes no había tenido ningún problema en la empresa y eso inconscientemente lo alegro. Una preocupación menos. Se levantó de su cómodo asiento, mientras dejaba los documentos en su mesa, se dispuso a acercarse al pequeño librero que tenía en su despacho, tomó un libro en específico y reviso con cuidado su contenido. Suspiró mientras sacaba un bolígrafo de su chaqueta para proceder a agregar varias notas. Al terminar dejo el libro en su lugar y salió de su despacho. Se dirigió hacia la sala principal, encontrando a su esposa frente a la chimenea principal, ella estaba sentada en el sofá, con curiosidad se acercó lentamente para no molestarla, solo para darse cuenta que entre las manos de la mujer que amaba se encontraba un viejo álbum de fotografías. Se mantuvo imperturbable, pero aun así algo dentro de él se movió con furia.
Su voz fría, de alguna manera se suavizaba al dirigirse a aquella mujer –¿Qué haces Hisana?
La vio dar un pequeño brinco al verse sorprendida y al voltear a verlo se encontró con la bella sonrisa de su esposa. Algo que siempre calentaba su alma.
–Solo estaba recordando algunas cosas. No pude evitarlo. Ayer fui a ver a Kei en la casa de los Kurosaki y…
La interrumpió con delicadeza mientras ponía una de sus manos en el hombro de su esposa –Lo sé. Te vi salir y estaba esperando a que me contaras sobre ello, sabes que no tengo problema en que los visites, pero debiste haberme avisado, le pude decir a Kiyone o a Sentaro que te acompañaran.
Su mujer dejo de verlo para posar su mirada en las fotografías. Le imito y se quedó viendo la fotografía del centro de aquella página. En ella se veía a una Rukia recién nacida, estaba entre sus brazos, él tenía una sonrisa sutilmente perceptible y su hija apenas tenía los ojos abiertos mostrando su hermoso color violeta, observándolo tranquilamente, mientras su esposa se encontraba recostada en la cama del hospital, ella los miraba con una gran sonrisa en el rostro.
¿Cuánto tiempo ya había pasado desde dicha fotografía? Tanta nostalgia le recordó las sensaciones que experimento ese día. La dicha de ser padre… el tener a esa pequeña persona que tenía la mitad de él y la mitad de la persona que más quería. La sensación innata de querer protegerla de todo y de todos, de siempre vela sonreír. Tan metido estaba en su dialogo interno que apenas fue cociente de su entorno cuando su esposa volvió a hablar.
–Con las fotografías no puedo evitar recordar cuando Rukia era niña, ¿lo recuerdas Byakuya? Ella era tan traviesa. Esa vez que trepo al gran árbol de cerezo del jardín y las sirvientas casi enloquecen intentando bajarla. –Su mujer rio por lo bajo – Fue una escena bastante peculiar, hasta que llegaste y le pediste que bajara. Ella siempre te ha respetado y te quiere mucho Byakuya.
Su voz era firme y cansada al dirigirse a su mujer –Hisana…
–A pasado tanto tiempo y aun así, para mi Rukia nunca dejara de ser mi bebe, mi niña. La extraño Byakuya, ella no está bien. –La voz de su esposa se escuchaba triste.
Suspiró lentamente. –Hisana… por favor. Ella está bien, no nos debemos meternos en su vida. Debe hacerse responsable de sus actos.
– Exactamente… ¿qué significa ser responsable de sus actos Byakuya? Siento que la estamos dejando a un lado. No podemos solo olvidarnos de nuestra niña, debemos de protegerla y ver por ella, es nuestra hija. ¡Nuestra única pequeña!
Se acercó al sillón y abrazó a su esposa mientras le quitaba el álbum de entre sus manos. Le susurró al odio. –Hisana… ya es tarde, deberías recostarte. –Deshizo el abrazo mientras se levantaba lentamente, con el libro fotográfico en sus manos –Iré a mi despacho a trabajar un poco más, no me esperes.
Pov Hisana
Amaba con toda su alma a su esposo. Desde que se conocieron hasta el momento actual de sus vidas, para ella, él era un gran pilar en su vida y una gran persona, pero… había un tema que siempre los distanciaba, algo que parecía lastimar a ambos cada vez que lo hablaban. Ese tema… ese tema era el de Rukia. No hubo ningún problema con su pequeña hija durante toda su vida, desde su niñez, pasando por la crisis del fraude de la empresa, la ayuda de los Kurosaki, su desarrollo en el instituto y la finalización de su carrera, ella brillaba como una estrella, en cada situación mostraba fuerza y valor. Relucía con creses el gran porte del apellido Kuchiki y la más franca muestra de una educación correcta. Rukia Kuchiki era su más grande orgullo y amor, sin embargo todo cambio cuando se enteraron un día como cualquier otro que ella estaba siendo acusada de asesinato y para ponerlo peor, se le acusaba de haber acabado con la vida del mismísimo Kaien Kurosaki, uno de los hijos de la familia con la que mejor amistad tenían, aquella que les había brindado tanto apoyo y ayuda durante el mal momento que pasaron. Masaki e Isshin eran grandes amigos de Byakuya y de ella, tenían una larga historia de por medio.
Al principio fue la negación de ambos, no podían creer que Rukia pudiera cometer semejante acto. Ella no podría lastimar a Kaien, después de todo se criaron juntos desde niños y se querían cual hermanos. Su esposo busco por todos los medios los mejores investigadores y detectives para que esclarecieran el caso que involucraba a su hija, pero conforme avanzaba el tiempo, con los juicios y las pruebas presentadas, todo apuntaba a que Rukia había sido culpable. Simplemente un día Byakuya dejo de comentarle de sus indagaciones para probar la inocencia de su hija, por lo que supuso, él debió dejar de realizarlas.
Pasó así lo inevitable para todos, su hija fue condenada a prisión a pesar de sus esfuerzos para evitarlo. Tanto ella como Byakuya se deprimieron, aunque claro él siempre lo ocultaba muy bien ante los trabajadores de la empresa, siempre ocultándose bajo la máscara de la indiferencia y orgullo que siempre mostraba, no volvió a hablar de Rukia y siempre evitaba el tema, ese día… sintió como su esposo había enterrado a su pequeña, eso de verdad le dolió y a pesar de enfrentarlo y buscar explicaciones, de alguna manera él lograba evadirlas.
Ella fue otro caso, lloró varias noches al sentir que le habían arrancado una parte de su cuerpo, no podía imaginar a su hija en prisión… en un lugar del que estaba segura no se merecía ni pertenecía. Todo parecía tan obscuro hasta que días después recibió la noticia de que sería liberada. De alguna manera Kurosaki Ichigo había logrado abogar por ella. Cuando por fin pudo escuchar de la propia voz de Rukia, su versión y acontecimientos al pie de la letra, a pesar de que todo apuntaba lo contrario, ella decidió creer en su hija y jamás se arrepentiría de ello, intento realizar una nueva investigación pero siempre se encontraba con retención de datos por partes de las autoridades, trabas burocráticas y callejones sin salida. Tantas cosas pasaron desde entonces, aunque Rukia quiso hablar con su padre y explicarle lo mismo que a ella, el jamás cedió a escucharla en ningún momento. Su corazón se estrujaba con dolor al pensar que su esposo repudiaba abiertamente a su única hija.
Pov Rukia
La calle estaba completamente vacía y a pesar de tener un pequeño abrigo cubriéndola, sentía como el frio calaba hasta sus huesos, en sus manos tenía un pequeño bolso donde cargaba sus documentos personales, mientras lo apretaba con fuerza al ver aquel carro negro acercándose, eso era algo que la llenaba de incertidumbre y temor. Pronto dicho transporte no tardó en llegar a su ubicación, la puerta del piloto se abrió rápidamente y del mismo vio salir a un hombre de melena marrón y barba corta, de apariencia despreocupada y de semblante cansado. Temió por un segundo de que no se tratara de Ichigo, sin embargo se distrajo cuando el castaño le dirigió la palabra.
–¿Estas lista? Ya es hora de irnos, debemos ser puntuales.
Las dudas le llenaban al ver que aquel hombre venia solo en ese auto, por lo que no se pudo contener y se atrevió a preguntar –¿Quién eres?
Miró como el muchacho bostezó mientras se tapaba con una mano la boca para después dirigirle la palabra. – Coyote Starck, ahora entra al auto.
¿Starck? Nunca había oído hablar a Ichigo de un tipo con ese nombre, sin embargo al ser consciente de la hora y del elegante auto, supo que ese sujeto solo podía haber sido contratado por el Kurosaki. Vio como Starck le abría la puerta del copiloto invitándola silenciosamente a entrar al coche. En el fondo de su ser, quería preguntar ¿porque Ichigo no estaba ahí? Pero se contuvo, probablemente el muchacho no quería perder el tiempo con ella ahora que se había asegurado que no iba a huir después de sus amenazas. Tal vez, era lo mejor que no estuviera ahí. Sin pensarlo mucho más entro en el auto y dejo que Starck cerrara la puerta, miraba por la ventana el edificio en donde había estado viviendo los últimos meses, apretó con más fuerza su bolsa de mano y desvió la mirada de la ventana, era bastante doloroso aquello. Grimmjow, Saito… demasiados recuerdos se presentaban.
El hombre entro rápidamente y se acomodó en el asiento del piloto. El carro arrancó y entonces lo supo… ya no había marcha atrás. ¿Ralamente estaba haciendo lo correcto? Su lugar estaba al lado de su hijo, eso era claro, Kei la necesitaba y no solo eso, no podía dejar que por su egoísmo las amenazas de Ichigo se hicieran realidad y lastimaran a las personas completamente inocentes de aquel lugar, ella debía de partir, así de claro eran las cartas, entonces si eso era lo correcto, si eso es lo que tenía que hacer, porque sentía una opresión tan dolorosa en el pecho.
–Esto no me incumbe pero creo que deberías saberlo.
La voz repentina y grave de Starck la sacó de sus pensamientos. –¿Qué sucede?
El castaño suspiró y la miró de reojo mientras se detenía en una señal de alto. –Escucha Kuchiki, no soy una niñera, no soy un santo, no he sido un buen hombre en mi vida, he incluso, aunque prometí jurando en nombre de mi familia que no volvería a hacer algo que lastimara a otros, pero aquí estoy conduciéndote a lo que por tu semblante, pareciera ser tu funeral.
¿Cómo diablos sabia aquel hombre cuál era su apellido de soltera? ¿Acaso Ichigo se lo habría dicho? Y más aún ¿de verdad se veía tan mal? –¿Cómo es que tu…?
–Fácil, tu apellido me lo podría haber dicho Kurosaki y de tu estado, el semblante de tu rostro es sencillo de descifrar, tengo una esposa y cuando se siente mal suele poner un expresión muy parecida al tuyo. Pero esa no es la razón por la cual se tanto de ti. La realidad es que se todo de ti, porque te he estado vigilando a fondo.
Por varios segundos su respiración se detuvo y quedo estupefacta ante lo que acababa de escuchar… ¿Cómo no pensó eso antes? Era más que claro que Ichigo la mantendría vigilada, pero… ¿Por qué diablos ese hombre se lo estaba diciendo a viva voz?
–¿Qué ganas con esto? ¿Por qué me lo estas contando? ¿Acaso es otra burla de parte de Ichigo?
Starck mantenía su mirada en la carretera mientras le respondía con voz cansada –No quiero ser parte de este juego, lo estoy haciendo por proteger a mi familia y por ayudar a un amigo, pero la verdad el asunto me tiene arto, estoy demasiado viejo para esto. El hecho de que haya sido un delincuente y un mafioso de renombre en el pasado no quiere decir que tenga que cargar con esa sombra toda mi vida. La soledad de mi vida pasada estuvo a punto de consumirme, no tenía un motivo por el cual vivir, solo dañar a otros, si no hubiera sido por la ayuda Urahara, estoy seguro que me hubiera vuelto loco.
A pesar de tener bastante lógica lo que el castaño le estaba contando, aun no entendía por qué le estaba explicando aquello, ¿Qué tenía que ver ella en eso?, cuando el silencio volvió a reinar por varios segundos, su duda aumentaba exponencialmente. ¿Por qué ese sujeto le contaba su pasado? ¿Acaso?
–Entiendo que debió ser difícil, realmente nunca he estado en una situación similar de lastimar a alguien a propósito, pero… sé que la soledad y el rechazo suelen ser muy dolorosas, te pueden conducir fácilmente a la desesperación –Claro que entendía en cierta parte lo que sentía el hombre, después de todo, ella misma experimento esa gran soledad y rechazo durante su matrimonio. Muchas veces creyó que se quebraría como una ramita.
El castaño detuvo lentamente la velocidad del automóvil y se estaciono con cuidado en un paraje a un costado de la carretera. Aun con la mirada al frente y sosteniendo el volante le contesto con voz suave. – Cuando conocí a mi esposa y forme una familia, me di cuenta de todo lo que estaba perdiendo al negarme formar lazos con las personas y sin darme cuenta la soledad desapareció. Mi familia se volvió mi mundo. Al vigilarte durante este corto tiempo vi en tus ojos la misma entrega que yo tengo con mi esposa y con mi hija. Simplemente me fue imposible no identificarme y es por eso que yo… ya no puedo ser el desgraciado desalmado que era antes. Esa es la razón. –El hombre se mantenía estático –No pienso moverme Kuchiki, así que escucha bien, en la guantera del auto están los reportes de todos los días que te estuve vigilando, hay fotografías y unos cuantos archivos de tu trabajo y el hospital que frecuentabas, también hay un recuento de las personas con las que has estado conviviendo y los lugares que acostumbrabas.
Al escuchar aquello la incertidumbre le invadió, con manos temblorosas abrió la guatera del auto y encontró en dicho compartimiento todo lo que el castaño le había descrito. Efectivamente había fotos, una lista de personas y reportes de su trabajo y el hospital. No tenía caso preguntar cómo había conseguido dicha información, Ichigo tenía los medios y el dinero, mientras Starck tenía la experiencia.
Tragó lentamente y pensó en todo lo que su marido podría hacer con dicha información. –¿Qué piensa hacer Ichigo con esto? ¿Amenazarme aún más? –No pudo contenerse a preguntar aquello que en su boca le estaba quemando, más aun después de ver dentro de los papeles una fotografía de Grimmjow, Saito y ella en el parque. Sus manos sudaban.
Starck puso en marcha de nuevo el auto –No lo sé. Pero creo que tanto tú como yo lo podemos imaginar claramente. Sabes Kuchiki, aún no he tenido la oportunidad de entregar esos reportes, así que tómalos y has con ellos lo que quieras. Mi deber era asegurarme de que no huyeras y he cumplido mi palabra, les entregare un reporte falso.
¿Le estaba diciendo la verdad? ¿Le ayudaría a esconder su vida en New York? Si en verdad lo estaba haciendo solo podía… –Si me estas siendo sincero, gracias Starrk –Apretó con fuerza por varios segundos los papeles contra su pecho y los metió rápidamente en su bolso. –¿No tendrás problemas por esto?
– No. Les daré un archivo muy similar, solo con tus pendientes del trabajo. Todo lo demás solo te compete a ti y por mí no lo sabrán, estate tranquila ellos no verán nada más. Tenemos 10 minutos antes llegar al aeropuerto.
Entre todo el dolor que estaba rodeada el día que inicio aquel viaje a los Estados Unidos, su corta estadía en New York, el volver a trabajar por su cuenta, la dicha de conocer a Saito y el vivir con Grimmjow, todo eso, le habían devuelto las fuerzas a su alma marchita y ahora se daba cuenta de que si bien no podía controlar las circunstancias, siempre habría gente dispuesta ayudar, como Starck o… como aquella vez en el aeropuerto, cuando conoció a Grimmjow.
Pov Ichigo
Urahara se había encargado de todo lo necesario en cuanto a arreglar los papeles del vuelo. No tendrían ningún problema en salir con destino a Tokio durante la noche, sin embargo ese era la más mínima de sus preocupaciones. Esperaba de manera nerviosa en la sala privada del aeropuerto, sentía como la ansiedad le carcomía entero, ya era tarde y el maldito sujeto que había contratado Urahara aún no llegaba con su esposa. ¡MALDITA SEA! Debía haber sido él mismo el que fuera a recogerla, pero para su suerte por órdenes del detective, Starck había salido a buscar a Rukia minutos antes de que él empezara a leer los archivos que Urahara había investigado. El rubio le había insistido fervientemente que esperar a Starck sería lo más rápido, mucho más que salir corriendo hacia Rukia, sin embargo aunque tuviera razón… ¡ÉL SIMPLEMENTE NO PODÍA ESPERAR! No soportaba estar quieto, esperando a que ella llegara como si nada.
El dolor que había causado a la Kuchiki jamás lo podría cambiar, a esas alturas mirarse al espejo era algo que no podía hacer sin sentirse una completa basura. Era un verdadero bastardo y se había convertido en el tipo de persona que el mismo odiaba… estaba seguro que si sus padres se enteraran de lo que había hecho probablemente no solo se sentirían enojados, sino que también muy decepcionados… ellos le pidieron todo este tiempo que confiara en su esposa y aun así, él siguió dudando, lastimándola, culpándola, tachándola y humillándola ¿Qué clase de esposo era? ¿Qué clase de padre? ¿Qué clase de persona?
¿Qué pensaría Kaien de él? El pecho aun le dolía y tragar se le dificultaba.
Le había hecho cosas horribles a Rukia, lo que le había hecho no se podía olvidar así de fácil, él mismo no podría perdonarse, después de todo, se comportó como un monstruo, una bestia sin conciencia… intentar explicarse sería una odisea, pero intentar recuperar a su esposa sería una verdadera travesía, aunque a estas alturas nada importaba ahora, daría todo de sí mismo para recuperar la confianza y el amor que estaba seguro aun vivían dentro de Rukia, porque él la quería, aunque sonara egoísta, se aprovecharía del cálido corazón de Rukia, de la compasión latente que la pelinegra tenía desde que la conoció, aquellos cálidos recuerdos que ambos habían compartido y que ahora se volvían el lazo en el que se apoyaría para cumplir su misión. Reconquistar a su esposa.
Apretó fuertemente los puños –¡Me he hartado! Ya han tardado bastante, iré a buscarlos. –Estaba a punto de emprender su búsqueda cuando las puertas de la sala se abrieron bruscamente y entonces la vio…
–Perdonen la tardanza la ciudad por la noche no debería ser tan complicada, pero ya saben… New York nunca duerme –El castaño intentaba justificar su impuntualidad, pero él simplemente no le prestaba atención alguna. Estaba 100% concentrado en la pelinegra. No sabía cómo proceder exactamente.
Pov Rukia
En cuanto entro en aquella sala detrás de Starck pudo observar al Kurosaki, se veía tan pulcramente vestido y con la típica imponencia que su presencia ejercía, sin embargo esta vez pudo notar algo un poco distinto en su marido. Su inconfundible mirada de odio y rencor, la cual solía regalarle cada mañana desde el incidente de Kaien, parecía haber desaparecido. Negó rápidamente con la cabeza y miró al suelo, estaba equivocada, ya tenía más de siete años de experiencia con Ichigo, debía de quedarle más que claro que él la odiaba.
Creyó que estaría lista para volver a ver a Ichigo, que tendría el valor para enfrentarlo sin ningún problema y a pesar de sentirse con una confianza presente, también una reducida parte dentro de ella tenía una inseguridad latente. Él hombre frente a ella no solo había sido el amor de su vida, sino que también había sido la razón de vivir una de las etapas más dolorosas y obscuras de su existencia.
Miró como Starck se acercaba rápidamente al tipo de cabello rubio que acompañaba a Ichigo y como le entregaba un sobre, con lo que supuso sería el reporte falso de su persona. Rápidamente ambos hombres salieron de la habitación, dejándole sola con su marido.
Tan ensimismada estaba con dicha acción que no sintió a Ichigo acercársele. –Rukia… que gusto verte.
¿Acaso se estaba burlando de ella? ¿Qué pretendía? Quizá… ¿quería volver a humillarla y pisar sobre ella? ¡Eso sí que no! Ya no permitiría que Ichigo la tratara como basura, había recuperado la confianza y se encargaría de mantenerse firme, sobre todo por su hijo. Si ella quería cuidar del bienestar Kei, tenía que ser fuerte y protegerlo de los malos ejemplos de Ichigo, no dejaría que su hijo se convirtiera en un adefesio como su padre.
Su mirada cálida cambio y le fue imposible no mirar a Ichigo con rencor –¿Debes estar bromeando verdad? Déjame aclarar algo Kurosaki, ya no soy la misma persona que antes y no voy a permitir que me vuelvas a humillar. Volveré contigo porque voy a proteger a mi hijo de todo peligro y eso te incluye a ti.
Pov Ichigo
Las palabras de la chica lo lastimaron, pero sabía que se merecía cada una de ellas. De entre todos los escenarios posibles, nunca se imaginó ver a Rukia tan a la defensiva, la chica realmente destilaba fuerza y poder, incluso el mismo se sintió abrumado por varios segundos, pero no tenía tiempo para eso, si quería recuperar a su esposa debía empezar por explicarse y llevarla a casa, su garganta quemaba por hablar, sin embargo tal vez ese no era el mejor momento, su vuelo estaba por salir y su mujer se encontraba muy alterada.
Se mantuvo callado analizando la situación y su ceño se frunció inconscientemente. –Por favor Rukia… –Su voz antes grave parecía perder fuerza con cada palabra pronunciada –Debemos irnos.
Estiró su mano intentando tomar la bolsa de la Kuchiki, sin embargo está en un acto reflejo rápidamente dio un paso hacia atrás, alejándose de su alcance, huyendo de su contacto. Dicha acción le dolió, aunque no tanto como la mirada que la pelinegra le lanzaba. Una mirada llena de desconfianza, miedo y desafío. Su corazón se estrujaba al verla temerle.
–Por favor Rukia solo quiero ayudarte con tu bolsa, no pienso acerté daño. –La chica sin embargo se mantenía alejada. Desviándole la mirada.
–Rocket… – La pelinegra casi susurro aquellas palabras.
Aquello solo le confundió –¿Rocket? ¿De qué demonios hablas Rukia?
–No me sorprende que lo hayas olvidado Ichigo. Fue hace tres años, ¿lo recuerdas? Fueron varias empresas las que se acercaron a la compañía Kurosaki, con la intención de hacer negocios. La compañía Rocket fue una de ellas, nos invitó a una fiesta con otros empresarios… ¿Ahora lo rememoras Ichigo?
Como un rayo el recuerdo llego a su mente…
Flash back
Su elegante traje se había manchado después de beber del costoso vino que tenía en su cava, cosecha del 83 decía la etiqueta, pero ¿Qué más podía hacer? Paseaba en su mano una copa llena de aquel líquido. Rukia llevaba más de 1 hora en su habitación arreglándose para la fiesta y simplemente ya estaba desesperado. Beber obviamente era la mejor opción para relajarse un poco. Como detestaba a esa mujer, lo tenía completamente atado a ella, la odiaba, pero también la amaba profundamente. No tenía idea como emociones tan contrarias podían vivir en su corazón solo por una sola persona. Fueron otras 4 copas de vino las que tomo antes de que su esposa saliera de su habitación y lo encontrara en la sala bebiendo tranquilamente. Vestía un elegante vestido rojo sin mangas, estaba tan ceñido a su cuerpo que acentuaba con perfección cada una de sus finas curvas. Tenía un bolso discreto con una correa atravesando la fina silueta de su cuello, se relamió los labios, ese maldito objeto le hacía desearla con mayor intensidad, tanto así que le desconcentraba constantemente. Una cadena sencilla de oro adornaba su cuello, haciéndole compañía a un par de largos pendientes dorados. Su esposa se veía tan hermosa y al mismo tiempo tan sexy… brillaba como una estrella en la noche, estaba seguro que cualquier hombre no dudaría en intentar acercarse a Rukia con intención de poder estar con ella, pero claro, él jamás permitiría algo así. ¡Primero muerto!
Gruño bajo, debía controlarse. Se negaba profundamente a estar con una persona como Rukia, ella misma se había ganado su desprecio, ese… ese era parte de su castigo. – Hoy es un día importante Rukia, no podemos dejar esperando a los inversionistas y accionistas de Rocket. Esta fiesta es trascendental para el futuro de la empresa Kurosaki. ¿Por qué diablos tardaste tanto? ¿Acaso estabas zurciendo ese feo vestido? Porque si fue por otro motivo, te aseguro que perdiste nuestro tiempo. Tanto tiempo desperdiciado "arreglándote", porque te diré que todo ha sido un fracaso, ese maquillaje te queda horrible.
La chica lo mira con ¿tristeza?, y su corazón se tambaleo, dolía verla así, sin embargo si en verdad ella, sentía algún sentimiento parecido, prefirió ignorarlo. Se repetía que no le importaba en absoluto lo que pensara.
–Por favor no te enfades Ichigo. En realidad estaba asegurándome de que Kei estuviera dormido, le estaba escribiendo unos consejos a la niñera por si llegaba a despertar, sabes que me da un poco de miedo dejarlo solo. En cuanto al vestido me lo regaló mi madre en mi cumpleaños pasado, es sencillo pero bonito, lo compramos juntas en el centro comercial. La vendedora nos aseguró que se me veía muy bien y... –La pelinegra solo miraba el suelo.
Alzó una ceja pensativo –¿Acaso no lo sabes Rukia?, los vendedores dirán cualquier cosa para que adquieras sus productos, se trata de ser empresario. No es extraño que mientan con respecto al aspecto de las personas. –Estiró su mano y la extendió en claro indicio –Dame tu bolso, no lo necesitaras, esto solo te hace lucir peor, es más no vuelvas a usarlos. Si lo vuelvo a ver, te asegurare que te lo quitare y lo tirare. Créeme, esta vez te estoy haciendo un favor. –De hecho contrario a lo que había mencionado, dicho bolso le queda a la perfección a Rukia, demasiado bien, sin embargo su tonta escusa fue lo único que se lo ocurrió para hacer que la pequeña mujer dejara dicho objeto. No podía observar como la correa del bolso de mano pasaba por el cuello de su esposa, como tentándolo a quitarla, a que jugara con el cuello de ella, a besarla…
La chica apretó con fuerza su pequeña bolsa roja, la cual era el conjunto de su vestido. –Supongo que tienes razón… creí que me quedaba bien.
Miró a la chica con indiferencia, su voz salió con odio y sus palabras con un doble sentido. –Estoy seguro que matarías porque así fuera Rukia. –No perdió tiempo, le quito la bolsa y la tiró al suelo con rudeza.
La chica le volvió a dirigir rápidamente la mirada –¡Ichigo por favor escúchame, te aseguro que yo no mate a Kaien, debes creerme! Si tan solo…
Dejó de mirarla y le dio la espalda interrumpiéndola. – ¡Cállate! ¡No me importa lo que tengas que decirme Rukia, ya larguémonos de una buena vez! –Se dirigió hacia su automóvil sin mirar atrás, sabía que ella le seguiría, siempre lo hacía.
Fin del flash back
Tembló ante el recuerdo que llego a su mente. Fue un estacazo tan duro que sintió como si alguien le hubiera golpeado en el estómago sacándole el aire. De verdad se había comportado como un desgraciado y no tendría manera de cambiarlo, pero aun… aun podía cambiar el futuro de ambos. Quería creer en ello. Estaba seguro. Se repetía constantemente que no solo esos recuerdos estaban en Rukia, sino también todos los buenos que compartieron y se aferró a esa pequeña esperanza. Aun no era tarde para ellos.
Pov Rukia
¿Cómo Ichigo pretendía que le diera su bolso?, cuando en el mismo se encontraban los papeles de su vida, aquellos que le pertenecían y por los cuales Starck le había investigado y no solo eso, el recuerdo de lo que había pasado con su última bolsa cuando Ichigo y ella salieron hacia la fiesta de la empresa Rocket aún estaba presente. Era demasiado doloroso. La humillación, el dolor, la tristeza que sintió ese día fueron una verdadera tortura. En aquel instante, su verdadera personalidad fuerte y decidida se mantenía sumida bajo el yugo que sentía de ser responsable de la muerte de Kaien, por lo que se negaba a responder a Ichigo o ir en su contra, tanto tiempo sintió aquello que empezó a creer que en verdad se merecía ese trato, pero ahora todo era completamente diferente, después de hablarlo con Grimmjow se dio cuenta de que en verdad no había sido responsable de dicha muerte y por lo tanto, dicho yugo había desaparecido por completo de sus hombros, se sentía libre de enfrentar al Kurosaki, de igual a igual, frente a frente, sin remordimientos, sin deudas, sin dudas, sin ataduras… su ser había resurgido de las cenizas.
Pov Riruka
El sexo caliente por la mañana siempre le había gustado. Dio un respiro largo y volvió a acurrucarse en el gran pecho de su amante. Ahora que el mocoso de Ichigo no estaba, podía disfrutar con tranquilidad el poder coger en cualquier parte de la mansión Kurosaki y que mejor lugar que la cama principal de aquel lugar. Sintió de repente como una gran mano la tomaba por la cintura y la acercaba aún más al cuerpo de su compañero. Al parecer Ginjou había despertado por fin y no solo él, sino también su "amiguito", tal parecería que significaba otra ronda matutina.
Los labios de Ginjou empezaron a recorrer su cuello y se estremeció ante la sensación –Buenos días preciosura, siento que has estado demasiado caliente los últimos días. ¿Acaso te excitó el hecho de que sea tuyo las 24 horas?
Sonrió socarronamente y lo imitó besándolo. –¡Cállate tonto! Sabes que si no fueras tan buen amante en la cama hace mucho que te hubiera dejado.
Dejo de besarla y la observó a los ojos –¿Estas segura de ello? Creí que estabas enamorada de mí y de mis fieles sentimientos hacia ti.
Río con fuerza –Deja de bromear Ginjou, tu y yo sabemos que tú no tienes sentimientos, solo tienes una cosa entre las piernas que sabe muy bien cómo hacer su trabajo.
El chico le sonrió –Déjame fingir siquiera que tengo sentimientos mujer, que si bien me acuesto por interés, no negare que eres de las mejores mujeres con las que me he acostado, no por nada has logrado que me haya quedado prendado a tu cuerpo, las demás se quedan cortas, están ya demasiado usadas para mí. Pero tú… eras la mismísima afrodita, no puedo cansarme de tu cuerpo de muerte y estoy seguro que ningún hombre podría resistirse a ti y tus sensuales curvas.
Lo jaló de nuevo hacia ella para unir sus labios en un beso furioso –Cariño creo que eso quedo claro cuando logre meterme en los pantalones del estúpido de Kurosaki, un hombre tan necesitado de una mujer no puede resistirse a mis encantos. Es tan patético.
Volvieron a unir sus bocas, mientras las manos de Ginjou empezaron a recorrer todo su cuerpo. Ella sentía la gloria en ese instante, todo hubiese sido una sesión magnifica de sexo matutino, sino fuera por el horrible y molesto sonido de su teléfono celular sonado en la cómoda. Pensó en ignorarlo y continuar con su actividad matinal, sin embargo el sonido insistente del móvil término por desquiciarla, tomó dicho aparato y lo miró rápidamente aun con Ginjou besándola en el cuello y la clavícula. Era una llamada de Ichigo, no podía ignorarla así que con los nervios de acero que la caracterizaban desbloqueo el aparato y escuchó la voz del otro lado de la línea.
–¿Hola? ¿Estás ahí Riruka?
¡Maldición! Puto Ginjou y su magnífica lengua que le hacían creer que en cualquier momento se le escaparía un gemido en cuanto abriera su boca.
–¡Ichigo! Pero que sorpresa, no esperaba que llamaras tan pronto. ¿Ha sucedido algo? ¿Por fin encontraste a la perra de tu esposa?
El silencio en el otro lado de la línea la tenso un poco, más aun cuando tuvo que morderse el labio para no chillar cuando su amante se introdujo en ella, empezando con un lento vaivén.
Escuchó un resoplido de Ichigo y como la voz del mismo cambio a una más grave y agresiva, casi salida de ultratumba – No la vuelvas a llamar así Riruka, han pasado muchas cosas y tengo que hablar contigo en persona, pero por ahora solo quería avisarte que llegare en aproximadamente 7 horas. ¿Cómo esta Kei?
¿Cómo diablos iba a saber eso? –Está súper bien, no para de jugar con su perro. Ese niño y ese gracioso animal parecieran ser los mejores amigos.
Gimió fuerte al sentir como Ginjou aumentaba las embestidas. –¿Qué fue ese sonido?
¡Maldito desgraciado! El muchacho le veía con burla, disfrutaba ponerla en esa situación y eso estaba segura que lo excitaba, ¿Cómo lo sabía? Porque ella también lo sentía. ¿Ahora cómo se explicaba? –Perdón Ichigo me levante temprano a cocinar algo para el desayuno y me tropecé con una silla, me golpee un dedo.
–Ya veo… ¿Crees que pueda hablar con Kei?
Genial el tonto se había creído su escusa, pero ahora… ¿de dónde sacaba al mocoso? –Lo siento Ichigo pero Kei aún está dormido, creo que lo mejor será esperar a que llegues, de seguro se emocionara muchísimo.
Aun con Ginjou entre las piernas y con la discusión por teléfono con Ichigo, no iba a negar que estaba teniendo un buen sexo. –Supongo que no se puede hacer mucho. Te veo en 7 horas.
Escuchó como Ichigo colgó el teléfono y lo maldijo. Ahora tendría que ir a buscar al mocoso. Aunque primero que nada terminara aquella candente sesión.
Pov Urahara
Sabía que después de que Ichigo leyera toda su investigación su actitud hacia su esposa cambiaría radicalmente, aunque nunca se esperó que el vuelo de regreso a Japón fuera tan tenso, entre dicha pareja se podía sentir la tensión cortar como espada el ambiente. Contrario a lo que había pensado, sería bastante difícil que el Kurosaki recuperara a su esposa, el dolor que había detrás de la actitud de la Kuchiki era demasiado grande como para poder ser olvidado fácilmente. Por su parte no podía dejar de observar a ambos mientras tomaba tranquilamente su tasa de café, por un lado los dos habían sido víctimas de un gran malentendido, por el otro, Ichigo se dejó engañar por los celos y cegar por el dolor, lastimando en el proceso a la persona que amaba, y para rematar estaba seguro que existía alguien externo que quería causar daño tanto a la familia Kurosaki como a la Kuchiki. Abrió el archivo de espionaje que Starck había armado sobre Rukia, la mayoría de los datos proporcionados eran irrelevantes para la investigación, al parecer Rukia según lo escrito por su camarada, solo se había dedicado a trabajar en la contaduría de un pequeño negocio de abarrotes en New York, cosas que simplemente no le importaban en lo absoluto. Se masajeó la cien un poco frustrado, hace años que trabajaba en la investigación de personas y era muy capaz de reconocer los archivos manipulados, Starck había sido un matón, pero jamás contó con un escrutinio lo suficientemente alto para manipular datos, nunca creyó que su viejo amigo fuera capaz de mentirle, debía de averiguar por qué lo había hecho. De verdad todo era un caos, incluso el tiempo que estuvo trabajando para la mafia parecía ser el paraíso comparado con el enredo con el que se había encontrado con Kurosaki, era una mezcla de curiosidad y un extraño impulso el que lo obligaban con todo su ser a intentar esclarecer aquel escenario.
Miró los asientos del avión, hasta el fondo, en la parte de atrás se encontraba Ichigo con la mirada baja, entre sus manos estaba su celular y por momentos veía por la ventana. En la parte de adelante lo más alejado posible del Kurosaki, se encontraba Rukia, la chica igualmente veía por la ventana. Él estaba en medio, del lado contrario, por lo cual y tenía un perfecto panorama de ambos. La mirada de aquellos jóvenes estaba cargada de dolor y arrepentimiento, está llena de ausencia de vida.
Se levantó de su lugar y se dispuso a averiguar por su cuenta todo aquello que Starck le había negado. Llegó al asiento de la chica y se sentó a su lado sin ninguna delicadeza haciendo que la misma le prestara atención inmediatamente.
–¿No crees que los vuelos son demasiado cansados y aburridos? Sobre todo con lo largo que es el trayecto a Japón, las películas son repetitivas y ni hablar de lo incomodo de los asientos.
La chica le miraba con desconfianza –Al grano, ¿Qué es lo que quiere?
Sonrió burlonamente, sería más difícil de lo que había pensado. –Veo que es demasiado intuitiva señorita Kurosaki, justo lo que me podría esperar de la descendencia de Byakuya y Hisana. Toda usted destila el típico porte del apellido Kuchiki.
Rukia abrió los ojos desmesuradamente. Al parecer la había sorprendido. –¿Cómo es que usted…?
Resopló demostrando confianza y su sonrisa creció más –Soy un investigador experimentado si no supiera quienes son mis clientes, entonces eso me dejaría muy mal parado, mi reputación se iría por los suelos y justo en un negocio en donde vendes tu reputación por encontrar un buen contrato para que adquieran tus servicios, no puedo darme el lujo de parecer un imbécil más de lo necesario. Solo quiero conocer más de usted.
Pov Rukia
Ese sujeto, de apariencia tan misteriosa irradiaba desconfianza a su alrededor. Si era el investigador personal de Ichigo, aquel tipo que la había encontrado y por el cual había sido amenazada, entonces no podía ser una buena persona. Si lo que Ichigo buscaba con ese detective era encontrar más cosas con las cuales mantenerla amenazada o lastimarla aún más, no se lo permitiría, no le daría las armas con las cuales acabar con ella.
–No sé quién diablos seas, pero estoy segura que de ti no puede venir nada bueno si tienes algo que ver con Ichigo.
El extendió sus manos y los brazos hacia arriba en señal de paz. –Por favor no me juzgues así. Está bien, tal vez debí encontrar una mejor excusa para hablar contigo, pero no miento cuando digo que es muy aburrido estar en un vuelo y…
Lo interrumpió abruptamente, no le gustaba su juego. –Por favor vete, no pienso decirte nada y mucho menos hablar contigo amistosamente. –Estaba bastante cansada y no quería platicar con nadie, aun en su mente la ilusión de ver un Saito triste de no verla y un Grimmjow sorprendido por su ausencia rondaban sus pensamientos, se sentía como una escoria por abandonarlos de semejante manera.
El rubio la miró seriamente y se levantó de su lugar dándole la espalda. –Como gustes Kuchiki, pero si necesitas en algún momento hablar, no dudes en buscarme. Por cierto… Urahara Kisuke, ese es mi nombre –Así como había llegado, se fue dejándola de nuevo sola.
Sus palabras desconcertantes solo la hicieron sentirse más agobiada aun, necesitaba desahogarse, pero claramente no con ese sujeto. Por otro lado agradecía internamente que Ichigo se sentara lejos de ella en cuanto abordaran el avión, incluso agradecía aún más que no le dirigiera la más mínima palabra en lo que llevaban de trayecto. Al menos en ese espacio, ese silencio la hacía sentir un poco más tranquila.
Pov ¿?
Mientras que uno mira como las flores crecen, es inevitable sentir un poco de dolor al verlas marchitar. Lo mismo sucede con las personas, no hay nada más doloroso que ver como una persona crece y de pronto su vida se extingue.
Depositó con cuidado un ramo de claveles rosados en aquella tumba de mármol y adoquín. Dos grandes lobos de cantera estaban a los lados de la lápida y le miraban duramente. No solo era los guardianes que cuidaban ese mausoleo, sino que también estaba seguro que juzgaban a todos aquellos que se acercaban a la misma. Se sentó al lado de tan magnificas estatuas y sacó de la pequeña bolsa de papel que cargaba una gran botella de vino junto con dos copas de cristal grabado. Sirvió los dos cálices, uno lo puso con cuidado sobre la tumba y el otro lo balanceo entre sus manos mientras le daba un gran sorbo.
–Ha pasado mucho tiempo sin que viniera a verte y te pido disculpas, decir que me ha faltado tiempo es una mentira, solo… no tenía el valor suficiente.
Miró hacia su alrededor y se dio cuenta que los arboles del cementerio habían perdido todas las hojas, claro indicio de que el otoño se estaba acabando y pronto entraría el invierno. El tiempo avanzaba sin esperar a nadie... dio otro sorbo a su copa.
–Las heladas llegaran en cualquier momento y este lugar lleno de nieve debe ser aún más frío que de lo que de por sí ya es. No te preocupes, mandare a alguien para que remueva la nieve contantemente y limpie el lugar.
Tomó entre sus manos un puñado de tierra del lugar. Estaba tan seca y removida que jamás crecería algo en ese lugar. Su mirada regreso a la tumba y una cuantas lágrimas se le escaparon. Rápidamente la limpio.
– Debes de sentirte muy solo en este sitio.
Terminó su copa de vino y de la bolsa saco unos cuantos caramelos, los depositó igualmente sobre la lápida. –Son tus favoritos, ¿no es cierto? Los conseguí para ti.
Las horas pasaron, mientras platicaba amenamente. Pronto solo existió el silencio y a pesar de ello no se retiró del lugar, se mantuvo cuidando expectante. El sol dio paso a la luna y solo entonces se levantó, se inclinó ante la tumba a manera de despedida.
– Te diría que volveré pronto, pero no quiero mentirte.
Pasó su mano por la escritura del epitafio y por el nombre del dueño de aquella tumba. Delineando con cuidado cada letra, cada recuerdo.
– No sabes cuánto daría por que hubiera sido yo el que estuviera en ese lugar.
KassfromVenus: Al contrario gracias a ustedes por tenerme la paciencia en las actualizaciones uwu sin ustedes no habría historia.
Yuki05: Ya sabes que avanzamos un poco lento u-u pero un día de estos me doy un arranque y público hasta tres capítulos xD, la realidad es que si estuvo un poco corto el capítulo anterior, pero espero este lo compense un poco :33 Rukia tiene algo especial deparado, ya lo verán xD a todos los que quedan por la historia y por el fandom, yo seguiré alzando mi espada y escudo, no estamos solos uwu Muchos saludos, abrazos y emociones positivas. Nos leemos pronto c:
Noctelocusta650: Lo siento u-u no era mi intensión dejarlos tanto tiempo sin la historia, pero por inconvenientes la tuve en primer lugar que dejar en pausa y cuando me puse a escribir nuevos capítulos me di cuenta que los anteriores tenían muchos errores T-T incluso creo que aún puede que tengan, así que decidí releer bien e intentar corregir lo mayora posible, agregándole unas cuantas cositas :33 espero que estés disfrutando de nuevo la lectura y no te preocupes, que se terminara por que la terminare xD Gracias por el apoyo y por seguir por aquí 3
Uff, chicos espero que disfrutaran el capítulo, cada vez estamos más cerca de terminar la reedición y seguir con capítulos nuevos uwu así que esperen con ansias y no olviden dejarme su precioso y esperado review (fantasmones anímense) :'v háganme saber que no estoy sola xD Saludos, muchos abrazos y nos leemos pronto. Vinsmoke fuera.
