Disclaimer: Bleach y sus personajes no me pertenecen son propiedad de Tite Kubo, pero la historia es completamente mía.
A veces me pregunto por qué el mundo está entrando en caos, ¿será la sociedad, el dinero o el poder? Preguntas filosóficas a la 1:00 am de la mañana xD les dejo con el nuevo cap, ya nos leemos más abajo.
"La razón por la que duele tanto separarnos, es porque nuestras almas están conectadas."
–Nicholas Sparks.
CAPITULO XIX – "Contundente"
New York
Pov Saito
A plena noche, las gotas de agua caían sobra la ventana, una tras otra formaban un mosaico cristalino de muchos colores donde se reflejaban las luces de la ciudad, destellando un paisaje increíble, tal como su mamá lo describía en sus cuentos. Sin embargo no importaba lo bello que se viera aquello, sin la compañía de sus padres, la lluvia solo le hacía recordar sus días en la calle. La sensación de frío, soledad, tristeza y la decepción, el vacio de ver impotentemente como le robaban la poca comida que conseguía, de sentirse completamente inútil.
Sostenía con fuerza sus muñecos entre sus manos, el conejo que su madre la había regalado y la pequeña pantera de plástico con la que solía jugar.
Su mamá y la señorita Orihime siempre le repetían que era un buen niño, que solo debía preocuparse por aprender, que tenía que esperar a ser más grande para entender algunas cosas, pero… ¡claro que las entendía!, aunque no lo quisiera a pesar de su corta edad había visto demasiadas cosas y vivido más que cualquier chico de su edad o incluso había presenciado más escenarios que muchos adultos. Sabía lo difícil que era conseguir dinero para comprar un poco de comida, para obtener un techo en donde cobijarse. Al dejar la calle, su mayor temor había sido que de un momento a otro tanto Rukia como Grimmjow empezaran a verlo como una carga, a cansarse de él y después lo botaran.
Aquel horror creció exponencialmente al sentir que su mamá había desaparecido de repente, al principio imagino que ella solo había salido sin avisarle a alguien por que quería pasear sola, pero que su padre admitiera que esa no era la realidad, había fragmentado su pequeño corazón, el cual termino de romperse cuando escucho a su Grimmjow decir que no quería ser su padre.
Era muy fácil construir un castillo en las nubes, justo como comentaban los chicos en la calle, construir un castillo era la mejor manera de proteger sus sueños y sus sentimientos, una historia donde ellos eran los protagonistas felices, sin embargo esos chicos lo hacían a partir del consumo de cosas extrañas, aunque algunas veces se vio tentado a intentarlo jamás los hizo por el miedo de terminar como aquellos locos que vivían bajo los puentes balbuceando incoherencias, hombres y mujeres que se habían perdido en el "viaje".
Fue difícil vivir todo ese infierno, pero el incidente en el lago de Central Park, lo había marcado demasiado profundo, para alguien como él que no estaba acostumbrado a que otra persona mostrara el mínimo interés o sentimiento por su persona, sentir como su papá lo protegió contra su pecho intentando hacerlo entrar en calor, sus palabras reconfortantes mientras corría en busca de ayuda, ver a Grimmjow tan preocupado apenas despertó arropado en su cama, lo hizo llorar sin remedio y no se contuvo cuando su papá lo abrazo prometiéndole no volver a dejarlo solo.
No paraba de llover y sin entender cómo, se dio cuenta que sus mejillas estaban llenas de lágrimas, intento rápidamente limpiar con la manga de su sweater el rastro cristalino en su rostro, no debía llorar, le había prometido a su papá que se mantendría fuerte aunque estuviera solito, hasta que regresara él y su madre, tenía que ser valiente y esperarlos sin dudar.
Se mantuvo viendo aquella ventana hasta que escucho como la señorita Orihime le llamaba. Dejó por un instante aquella melancolía y se apresuró a sonreír mientras se dirigía a cenar junto con la alegre mujer. Debía ser buen niño hasta que sus padres volvieran, no debía desobedecer tanto a aquella mujer como al señor Ulquiorra. Después de todo, ahora no estaba solo y las llamadas por teléfono que tenía con su papá se lo repetían constantemente.
Japón
Pov Ichigo
La ansiedad se lo comía, mientras movía de un lado a otro los papeles que tenía en sus manos, aquellos documentos que le habían quitado el sueño durante la noche, el acta del divorcio… No quería aceptarlo y cada momento se convencía de que aquello era una mala idea, pero las palabras de su padre y el recuerdo de todo el daño que le causado a su esposa le ataban de manos, ¿cómo podía negarle su "libertad" cuando le provoco tanto dolor? Pensó en mil maneras de poder detener aquello, pero ninguna le resulto lo bastante factible, no pudo continuar con su introspección cuando escucho como su celular timbraba y sin demora se apresuró a contestarlo al ver el nombre de la llamada entrante.
–¿Qué sucede Urahara, encontraste algo interesante?
–Ichigo, tengo buenas noticias, después de un rastreo exhaustivo por fin encontró el paradero de Mayuri y de Ichimaru, al parecer como sospechaba trabajan juntos, pero eso no es lao más interesante…
Gruño y apretó sus manos al escuchar a Urahara. Esos infelices serían los primeros en pagar todo el daño que habían causado a su familia. –Te escucho, habla ya.
Se escuchó el movimiento de papeles del otro lado de la línea y poco después un corto silencio antes de que le rubio le contestara. –Ambos trabajan para una persona en particular, aunque por ahora no sé quién es exactamente, puedo intuir que es alguien bastante poderoso e influyente y algo más interesante, encontré que existe una relación de dicha persona con alguien en particular… tengo pruebas de varios pagos a cuentas diversas a nombre de una tal Miyako A.
Se quedó pasmado al escuchar ese nombre… ¿la ex de su hermano? ¿Esa no sería una mala… muy mala…? –¿No puedes estar bromeando, verdad?... dime que solo es una muy horrible coincidencia de nombres.
Urahara no tardó en contestarle. –No preguntes como lo he hecho pero he conseguido fotografías de dicha mujer al recoger y depositar en estos bancos, sin lugar dudas, ella es la antigua novia de tu hermano.
¿Qué significaba todo eso? –No entiendo… ¿porque ella estaría implicada con esos hombres…?
Un largo silencio en la línea se hizo presente, hasta que el rubio volvió a hablar –Tengo mis sospechas… pero justo ahora, considero que es muy preliminar el poder concluir algo. Según tengo entendido después de la muerte de tu hermano, esa mujer no volvió a acercarse a los Shiba.
Gruñó al imaginarse las dimensiones del problema. –Quiero culpables Urahara, ¡Quiero a los responsables de este infierno!
Lo escuchó suspirar. –Lo se Ichigo, pero esto es algo complicado. En cuanto descubra algo más sólido para lanzarnos a atacar en un jurado no dudes en que te lo hare saber. Si no tenemos armas, fácilmente nos terminaran echando abajo y les daremos tiempo a que puedan protegerse. También sabes lo bueno que resultaría que yo pueda escuchar el testimonio de Rukia.
–Aun no converso con Rukia acerca de eso, debes entender mejor que nadie que en este momento la situación está muy delicada con ella y no quiero que de ninguna manera se sienta presionada de mi aparte. Así que mejor encuentra a los culpables que busco con el material que tienes, recuerda que el precio no es obstáculo. Pide algo y lo tendrás.
–Lo sé, pero hay cosas que los billetes no consiguen. Nos vemos.
Se mantuvo callado mientras escuchaba como el investigador se despedía de él. De verdad necesitaba aclarar todo el asunto del asesinato de Kaien, quería poder hablarlo con el viejo y con su madre, quería que todos supieran la verdad y limpiar todo ese basurero de mentiras y conspiraciones.
Hecho la cabeza hacia atrás tan solo unos instantes antes de que escuchara como tocaban su puerta, rápidamente entro su bella esposa. Rukia lucía un conjunto sencillo, pero aun así, lucia de maravilla, usaba una camisa elegante color crema con un cuello en "v" y unos pantalones ajustados que le acentuaban las curvas de sus tonificadas piernas. Realmente la imagen frente a él le estaban poniendo nervioso, su cuerpo no tardó en reaccionar, se sentía como un crio con las hormonas alborotadas.
Rukia entró y se sentó frente a él, mientras lo miraba fijamente. –Supongo que con las influencias que tienes, no abras tenido ninguna dificultad en conseguir el acta para el divorcio.
Toda aquella calentura bajó rápidamente al escuchar hablar a Rukia. Su corazón ahora dolía. –Yo… yo pedí que los trajeran temprano. –Tomó los papeles de su escritorio y los estiró hacia la pelinegra. –Sin embargo… quiero que lo reconsideres Rukia, me he equivocado y lo admito, no sabes cuánto daría por regresar el tiempo y detener cada una de mis acciones, pero… lastimosamente no puedo hacerlo. No quiero que me odies, aunque me lo merezco.
Rukia cogió los papeles y él rápidamente apretó sus puños con fuerza desviando su mirada. –Ichigo… –La chica lo llamó e instintivamente volteó a verla –A pesar de todo lo que me hiciste todos estos años, no creo que en algún momento pensara en odiarte como tal, simplemente… creo que fue el dolor el que me consumió, el rechazo, el remordimiento y la culpa de intentar aceptar algo que no me correspondía, todo me hundió como un fuerte lastre en un mar sin fondo. Recordar lo que le había pasado a Kaien… sentir que era mi responsabilidad, yo me sentí abandonada por todos, me sentí olvidada por ti. Pero quizá la única verdad, es que también la culpa recae en mí, yo permití que todo esto sucediera y me aplastara... debí ser más fuerte y enfrentarlo.
Negó rápidamente y tomó las manos de la chica aun con el temor de que esta lo rechazara. –¡NO!… No te permitiré asumir la culpa que es enteramente mía… si yo hubiera confiado… si yo hubiera contratado al abogado adecuado, si te hubiera escuchado, sino me hubiera dejado engañar, si yo…
La pelinegra apretó el agarre que tenían entre sus manos. –Creo que es muy tarde para el "hubiera", me trae cierta paz el hecho de que te disculpes y quieras enmendar tu error, pero no creo que esta sea la mejor manera, zanahoria testaruda…
Un nudo en su garganta se estaba formado, ¿desde cuándo Rukia no le llamaba zanahoria? –No entiendo enana… ¿Por qué?
–Yo sé que Kei es muy feliz contigo y también lo es con aquella mujer que trajiste a la casa el anterior día, hablo de Riruka y… quiero que sepas que yo no pienso ser el muro que me ponga entre ambos, no puedo ocupar un lugar que no me corresponde.
Estaba perplejo de todo lo que escuchaba. –¡No digas estupideces Rukia, eso no te lo permitiré! El hecho de que Riruka haya estado aquí no es lo que tú crees… yo… es… es complicado… –y de verdad que en su mente era un verdaderos caos, ¿Cómo explicarlo? Deshizo su agarre y movió sus manos intentando encontrar las palabras.
Por primera vez durante su conversación vio a su aun mujer levantar la voz abruptamente. –¡Por dios Ichigo, no soy imbécil!, no solo hablo de ella, incluso desde antes de que yo me fuera, sabía que te acostabas con muchas mujeres, no estoy ciega, pero… me negué a replicar dado que no me sentía con el derecho de hacerlo después de todo el dolor que le cause a tu familia y a mi familia… sin embargo, cuando te escuche hablar del amor a Riruka el día que me fui de aquí, lo puede entender…
Por fin un poco de luz entro en su confundida mente al escuchar la razón por la cual el vaso de paciencia de Rukia se había derramado, haciendo que su mujer se fuera sin mirar atrás –Lo que escuchaste no tiene valor Rukia… son palabras vacías sin sentido… no era… ¡no era yo!
Los ojos fríos de la chica le siguieron la mirada y por un instante cayo presa de la imponente mirada de los Kuchiki –Y esa es la misma razón por la cual debemos divorciarnos Ichigo, Kei necesita todo el amor posible de sus padres y un ambiente lleno de cariño, no necesita a un par de desconocidos. Nosotros ya no nos conocemos y no creo que le podamos proporcionar un buen ambiente de pareja cuando en un punto profundo de nuestras mentes sabemos que ninguno de los dos es el mismo que solíamos conocer hace más de siete años atrás. Solo somos un par desconocidos.
Bajó la mirada triste. ¿Desconocidos?... volvió a mirar a su esposa y recordó las palabras de su padre, si él quería recuperar a Rukia debería esforzarse por completo en volver a reconquistarla desde cero. Con decisión cogió un bolígrafo de su escrito y con gentileza le quito los papeles a Rukia, para posteriormente firmar rápidamente los mismos –Creo que en cuanto firmes esto estará hecho. Pero no olvides que no me importa que suceda, si ese papel existe o no, si puedo llamarte mí esposa o si no… yo te juro que aun te amo Rukia, te amo y te prometo que nunca he dejado de hacerlo. Por eso te pido que tampoco olvides tu promesa de seguir viviendo aquí por un tiempo más, al menos hasta que tengas algo estable.
Pov Rukia
Ichigo de nuevo le extendió los documentos firmados, los miró por largo tiempo. Las palabras del pelinaranja sonaban tan cálidas y acogedoras que por un momento pensó en la posibilidad de intentarlo de nuevo, sin embargo fue cuestión de solo un segundo que su mente tomara el control por sobre su corazón y le advirtiera que dicha idea no era la más prudente.
Es cierto que el muchacho se estaba comportando de una manera muy diferente y ahora no solo la trataba bien, sino que intentaba por todos los medios tener tiempo para pasarlo con ella y con Kei… pero… estaba casi segura que hacia todo aquello por mera lastima a su persona y por el remordimiento que le causaba haberse equivocado con ella y haberla tratado tan mal, Ichigo simplemente sentía una gran culpa, tenía el "orgullo de hombre correcto" muy herido… en realidad él no la amaba, la presencia de Riruka se lo decía fuertemente.
Tomó los papeles y el bolígrafo del pelinaranja, los firmó lentamente como queriendo delinear cada trazo, asegurando que aquello fuera real. Al finalizar dejo los papeles en el escritorio del Kurosaki.
No supo por qué pero en ese momento la nostalgia le invadió por completo y los recuerdos junto a Ichigo aparecieron como vistazos por una ventana de su mente y no pudo evitar que las palabras escaparan de su boca –Sabes Ichigo, el hecho de lo que paso entre nosotros fue un infortunio de gran magnitud, pero créeme que apreciare con todo mi corazón los buenos tiempos que tuvimos juntos… dado que del amor que tal vez alguna vez existió, me dio el gran regalo de ser la madre de Kei. Pero también… no sé si podré olvidar todo aquello que no fue un lecho de rosas. –El muchacho no dejo de mirarla con un melancólico en su semblante –Ichigo, hay algo que también quiero hacer, quiero que me des la oportunidad de escucharme, lo que paso, mi versión de lo que sucedió con Kaien aquel día, pero… te pido a cambio que favor no cometas los mismos errores que hiciste conmigo, lastimando y dudando de las personas que amas y que quieres, por eso, te lo pido, yo sé que no eres un mal hombre así que espero trates mucho mejor a Riruka que a mí. Que la cuides como debe de ser.
El chico desvió la mirada y lo escucho gruñir –¡Me niego! Rukia… yo no amo a esa mujer y te aseguro que lo nuestro no fue…
Sin embargo su notable charla fue interrumpida cuando un toque en la puerta del despacho de Ichigo anunció que tenían un visitante. Kei abrió la puerta lentamente y los miro a ambos.
El niño entró notablemente nervioso –Mamá… papá… Escuche gritos cuando me desperté y… pensé que… que… ¿Qué sucede?
Detuvo toda intención de continuar discutiendo con Ichigo, para ella lo que se tenía que decir ya se había dicho. Se concentró por completo en el pequeño. Se acercó a él y lo abrazo para después alejarse y tomarlo por la mano delicadamente –No pasa nada, solo… teníamos algunas cosas que hablar y sin querer alzamos la voz…
Sintió como Ichigo se acercaba rápidamente y poco después señalo el reloj del cuarto. –Tranquilo hijo, solo son cosas sin importancia. Deberías prepararte para el colegio, ya es tarde y debes desayunar antes de irte, recuerda que hoy tus abuelos pasaran por ti para que te quedes con ellos el fin de semana.
Kei parecía dudar pero asintió, poco después notó como apretaba su mano. –Puedo… ¿puedo desayunar hot cakes?
Su rostro se petrifico por varios instantes y una sensibilidad nació en su pecho, aquello dolía… fue inverosímil no recordar su ultimo día con Saito y Grimmjow. Su mente últimamente no le dejaba mucho tiempo sin recordarles.
Sintió un tirón en su mano y de inmediato volteó a ver a su hijo –Claro que sí, ¿quieres que te prepare algo más para el almuerzo o prefieres que compremos otra cosa?
Kei no solo gustoso desayuno sus hot cakes junto con ella e Ichigo. Al final ella había terminado cocinando para los tres, evitando a toda costa tener que establecer una conversación muy profunda con el pelinaranja que a ratos buscaba su mirada o hacerle recordar olvidadas anécdotas, sin embargo a pesar de su indiferencia, él por momentos lograba hacerla hablar amenamente. En un punto, Ichigo simplemente derribo sus murallas y terminaron con una plática bastante agradable de su familia.
El pequeño Kei tomó felizmente su almuerzo y se dirigió al auto de Ichigo, lo abordó rápidamente poniéndose el cinturón, mientras ella lo seguía de cerca. Ese día aprovecharía ir a dejar a Kei al colegio para después regresar a la consulta con su médico de cabecera, Unohana. Cuando todos estuvieron a bordo el pelinaranja arrancó y se dirigió a su destino.
Sin contratiempos llegaron a la academia y vio al pequeño entrar al recinto un poco dudoso. Solo entonces escucho a Ichigo hablarle. –Estaba pensando, que sería buena idea cenar esta noche en algún restaurante. Desde la salida a casa de mis padres no hemos salido en familia. Los tres juntos… tal vez… sea bueno ir a un restaurante clásico… alguno de comida italiana puede ser buena opción…
Otro golpe o quizá fuera un remordimiento… dos veces en un día, esas pocas palabras tenían un efecto profundo, New York vino a su corazón y todo lo que implicaba. Una situación así debía de ser un chiste, los dioses de arriba de seguro se burlaban de ella. –Creo que por hoy preferiría quedarme en casa, además si no mal recuerdo tu padre pasara por Kei para pasar el fin de semana con ellos.
Ichigo contestó bastante apresurado –Ya veo es cierto, lo había olvidado… entonces será después… más adelante… Si quieres puedo llevarte a casa, no me importa llegar un poco tarde a la oficina, mi secretaria puede arreglárselas sola… podemos pasar a un café, tal vez al parque o al centro comercial y…
Negó con la cabeza –Gracias, pero creo que prefiero caminar sola. Bueno… te veo después.
Pov Ichigo
Miró como Rukia caminaba mientras poco a poco su espalda se perdía a lo lejos. Ni siquiera se dio cuanto tiempo estuvo parado observando en su dirección. ¿De verdad lo que le había hecho a su esposa no tenía solución? Suspiró y se dirigió a su auto. –Al parecer si llegare tarde al trabajo Rukia.
Subió al auto y miró al horizonte. Vio una pareja de jóvenes con el uniforme del instituto besándose a lo lejos y en un instante imagino a Rukia y él ocupando su lugar hace varios años…no… ese amor no podía desaparecer de la nada. –No… estoy seguro que Rukia no puede removerme así de fácil de su corazón, de otro modo no respondería a mis tratos o gestos, ella aun me quiere, estoy seguro de ello –Su mirada cambio a una más decidida, cogió su teléfono para proceder con una llamada, espero a que el tono del timbre terminara –Hola soy Kurosaki Ichigo y necesito 15 docenas de rosas, tres botella de 2005 Chateau Petrus y lo mejor de su reserva e inventario en carnes.
Después de asegurarse que su pedido hubiera sido bien atendido, colgó el teléfono con una sonrisa en el rostro. Pasaría a la oficina a dejar todo en orden.
Pov Grimmjow
Su viejo departamento estaba exactamente igual a como lo había dejado. Se dio una ducha para después rasurarse su ahora prominente barba… se había descuidado bastante, aunque realmente no era algo que le importara mucho, sus prioridades eran otras. Prendió su computadora y envió algunos mensajes a China y a New York, tenía que asegurarse del estado de Nibelungo y de que Saito estuviera bien. Cabeceo derrotado cuando tecleo enviar y los escritos fueron enviados. Era muy temprano, las 5:00 am marcaba su reloj y con lo que él odiaba levantarse a primera hora, ahora lo hacía bastante seguido desde que Rukia se fuera, no por que quisiera, simplemente no podía conciliar el sueño por más de unas cuantas horas.
¿Cómo debía proceder ahora? Gruño fuertemente y apretó los puños. Rukia ahora estaba en el territorio de su esposo y por lo mismo, él estaba en el territorio de su enemigo, si aquel hombre tenía el poder suficiente para encontrar a Rukia al otro lado del mundo, no se imaginaba el tipo de influencia que podría tener ahí. ¡Joder! Entendía que ese estúpido era un empresario reconocido, pero eso no le intimidaba. ¡Él era el gran Grimmjow Jaegerjaquez! Se había enfrentado a grandes felinos desde que era un mocoso. ¡Jamás retrocedería! Mucho menos por una rata prestigiosa, si era necesario él lo casaría y le cortaría la cola. Rukia debía de estar atrapada en aquella trampa de rata y él la liberaría, porque ella era alguien importante para Saito… porque ella era alguien importante para él… era la mujer que había estado buscando inconscientemente, era aquella persona con la que quería compartir el resto su vida. Sin pesarlo mucho más salió del departamento con una chaqueta en una mano y una decisión en su mente.
La zona residencial donde se encontraba la casa de Rukia era de lo menos agradable a su gusto. Él no era rico, pero era más que obvio el trato que daba esa gente que vivía en grandes casas, sobre todo a las personas que vivían como él, en la sencillez absoluta. Él y su padre habían sido humillados muchas veces cuando intentaba obtener fondos para la campaña de protección de los felinos. Incontables ocasiones uno tenía que terminar besando los pies de esas personas para conseguir un poco de dinero, eso es lo único que odiaba de su trabajo, la manera en la que la mayoría de los fondos debían de ser conseguidos, suplicando cual mendigos.
Se mantuvo largo tiempo fuera de la mansión que le interesaba y a una distancia prudente, desde de unos árboles vigilaba esperando algún movimiento. Entonces descubrió como salía de la puerta principal una figura, arrugó el ceño y bufó molesto, se trataba del estúpido que de inmediato reconoció como el esposo de Rukia, ese imbécil , rata mezquina de nombre Ichigo Kurosaki detrás del mismo observo un pequeño niño de cabellera negra y de gran parecido con aquel hombre, hecho que incluso a la distancia era evidente, aunque tampoco podía negar que el mocoso le recordaba de cierta manera a Rukia, con lo que era fácil concluir que ese niño era Kei, la cría biológica de Rukia. Sus ojos no dejaron de verlo hasta que al final pudo distinguir a la chica detrás de ellos y solo entonces percibió como su corazón latía con mayor ahínco, incluso sintió como si su energía perdida hubiera regresado por completo a su cuerpo, por fin la había encontrado. Quiso encararla de inmediato, pero sabía que tenía que ser paciente o podría complicar más aun las cosas. Gruñó satisfecho y los siguió, mientras una sonrisa gatuna adornaba su rostro mostrando sus blancos colmillos. Por fin había llegado la hora y nadie, ni nada lo detendrían…
Pov Kei
Entró al colegio sosteniendo con fuerza su almuerzo y su mochila, no pasaron ni unos cuantos segundos cuando se encontró con su amiga Yuki entrando a su salón. Sin perder tiempo la alcanzo y saludo con un gesto de su mano.
–¡Hola Yuki! ¡No podrás adivinar que tengo el día de hoy!
La niña le miró dulcemente y se llevó una mano a su barbilla de manera pensativa –Mmm… ¡¿acaso serán los nuevos dulces sabor habanero?!
Aguanto la risa lo más que pudo, pero al final soltó una gran carcajada al escuchar a la niña, no le importo que ella lo viera amenazadoramente. Su pequeña amiga tenía un gusto peculiar por el picante. El negó rápidamente con sus manos. –Disculpa por reírme Yuki, pero esta vez te quedaste muy lejos, hoy traje un almuerzo de mi mamá.
–Esa era mi segunda opción, me alegro que estés más sonriente desde que ella volvió, antes estabas muy triste y ya ni jugar querías.
Sonrió y asintió con la cabeza. Las clases pasaron rápidamente y por fin en el tan esperado almuerzo salió junto con su amiga al patio. Se sentaron frente a su cerezo preferido y al abrir su deliciosa comida pudo distinguir los muñequitos que su mamá le preparo para ese día, esta vez eran salchichas con forma de pulpo y ensalada con huevos, estos tenían formas de conejo. Iba a llevarse el primer bocado a la boca cuando sin advertencia un chico rubio le quito su almuerzo y lo aventó fuertemente al suelo.
El chico estaba junto con otro niño con el cabello castaño –Pero si es el tonto de Kei, el hijo de asesinos. Dime tonto, ¿Qué me trajiste de almuerzo?
Se levantó rápidamente e intento recuperar su comida –¡Dame eso! ¡es mío!
Intento arrebatarle su almuerzo, pero solo recibió un golpe del otro niño de pelo castaño, lo cual que le hizo caer. –No nos toques niño, mis padres dicen que no debo mezclarme de ninguna manera contigo. Oí que mi papá dijo que tu mamá la asesina volvió, no se hablan más que cosas malas de tu familia. Ojala se mueran todos.
Ahora en verdad se sentía enfadado, se levantó de nuevo e intento golpear a ambos niños, pero Yuki le detuvo sosteniéndole de un brazo. –¡No lo hagas Kei!, te puedes meter en problemas, mejor compartamos mi almuerzo.
–¡Suéltame Yuki! Esto no tiene que ver con la comida… –Estaba por soltarse de su agarre cuando vio el rostro de su amiga, lleno en lágrimas y solo entonces detuvo su movimiento.
Ambos niños lo volvieron a aventar aprovechando su descuido –Quédate en el piso gusano, ese es el lugar para un hijo de asesinos. Nosotros nos comeremos esto. –Señalaron su almuerzo y después se marcharon.
Oprimió los puños y aguanto las enormes ganas de llorar que tenía, Yuki a diferencia de él ya se encontraba llorando por lo que la abrazo y agachó la mirada avergonzado. Aquello había sido su culpa, si su amiga no estuviera con él, a ella no la molestarían. También si siempre intentaba a acusar a aquellos que le molestaban, lo único que recibía era ser reprimido por parte de los maestros y una mirada de desprecio. Pero a él por mucho que le doliera, ya no le importaba, sabía que su mamá y su papá no eran asesinos. Hablaría con ellos al llegar a casa.
Pov Rukia
Su consulta con Unohana fue rápida, el médico le examino y la reprimió por desaparecer de la nada y más aún por no seguir sus indicaciones. Después de varias pruebas y oscultaciones termino sentada en una silla del consultorio esperando su diagnóstico.
La mujer examinó su expediente y después a ella –Rukia, quiero ser sincera contigo, tus exámenes cambiaron desde la última vez que estuviste aquí. Sigues presentando un cuadro grave de anemia, pero esta vez el dolor en tu estómago y el cansancio me hacen pensar que puedes tener otro padecimiento.
La miró con duda y preguntó. –¿Qué es lo que tengo?
–Por el momento te trataremos para algo común, esperemos que sea eso y no requieras mayor intervención. Te mandare algunos medicamentos para la gastritis, es indispensable que comas a tus horas y sea lo adecuado. Una dieta balanceada es importante, sin grasas o irritantes. Después de una semana con el tratamiento quiero que vuelvas, el hecho de que te hayas estado alimentando bien es muy importante para que el medicamento funcione. Aun así mandare un poco de tu sangre para analizar a un laboratorio, más vale estar seguros.
Asintió y permitió que la mujer tomara una muestra de su sangre de la vena de su brazo izquierdo. Después de recibir indicaciones y comprar los medicamentos prescritos en su receta se dispuso a regresar en calma a casa, después de todo Kei pasaría ese día con sus abuelos y no tenía prisa en regresar. Caminó por la calle y se detuvo en un parque infantil viendo a los niños jugar en unos columpios, se adentró lentamente en el lugar y se sentó en un banca desocupada, cerró los ojos mientras el viento jugaba con su cabello.
Observó de nuevo aquel lugar, cuando en su pensamiento dos personas aparecieron en específico y sin quererlo habló en voz alta –Es curioso que para Saito y para Kei su juego favorito sean los columpios.
–En realidad diría que a Saito le gustan más los toboganes, por ser lugares muy altos.
Una grave voz se escuchó en su espalda, por un segundo creyó reconocerla y se petrificó, no pudo siquiera remover un musculo aunque se sentada, apenas sintió cuando unos grandes brazos la rodearon por la espalda en un cálido y fuerte abrazo. Aquel olor, presencia y voz inundaron sus sentidos haciéndola estremecer.
–Por fin te encontré pulga…
RhapSome: Pues avanzaremos mucho ahora que estamos de vacaciones xD gracias por el apoyo.
Hola a todos los que llegaron hasta aquí, a mis fieles lectores y a los lindos fantasmas (comenten por favor :'v) bueno , bueno, Grimm y Rukia :') ahí está nuestro tan esperado reencuentro y ahora como buen autor malvado, me veo en la necesidad de dejarlo en la mejor parte xD (no me maten :p) pero ténganme paciencia. Ahora en el capítulo podemos ver que por fin se consumó el divorcio, Ichigo ya tiene en mente como proceder con Rukia y a botado por darle sus libertad, aun con grandes dudas :v también vimos un poco del punto de vista de ambos niños, un contraste al notar el tipo de problemas y miedos que les aquejan. ¿Qué opinan de Grimmjow y de Rukia? ¿Cómo creen que reaccionen en el siguiente capítulo? En otro punto, gracias por sus review, fav y follow, saben que son la energía que me alimenta a seguir escribiendo, por lo que los invito a no olvidar dejarme un bonito review. Bueno sin más les mando un abrazo virtual y muchos buenos deseos :33 Vinsmoke fuera.
