Disclaimer: Bleach y sus personajes no me pertenecen son propiedad de Tite Kubo, pero la historia es completamente mía.

Ya hemos llegado al cap 20, no me digan que no me he reivindicado un poco la tardanza que había tenido uwu al final he terminado por reescribir varias escenas y por Zeus de verdad tenía varios errores en ortografía y redacción, así que espero la lectura ahora sea más amena y placentera :33

"El corazón tiene razones que la razón ignora."

–Blaise Pascal

CAPITULO XX – "Dualidad"

Pov Grimmjow

Los siguió en un taxi por varias calles de la ciudad, desde aquella acomodada casa hasta una escuela bastante exuberante, una fachada que gritaba al mundo su gran opulencia e "importancia". Todo en aquel vecindario se veía, olía y se escuchaba como la riqueza andante, acompañada con un feo vestido de superioridad y desprecio. Sentía como el estómago se le revolvía de solo pensar en la gente que llevaba a su hijos a un lugar así, ese tipo de humanos petulantes, recordaba como ese tipo de personas lo habían tratado antes a él y a su padre.

En cuanto el pequeño mocoso se perdió por sus puertas de eso colegio, vio a Rukia alejarse de aquella escuela. Su primer instinto fue acercarse aún más a la pelinegra, sin embargo al ver que el estúpido de su esposo hablaba con ella lo hizo retroceder mientras apretaba los puños con molestia, se escondió detrás de un árbol esperando impaciente. Ese maldito… ese desgraciado era quien había alejado a Rukia de él. Sin embargo fue mucho su asombro cuando apenas intercambiaron un par de palabras y la chica se alejó del lugar solitariamente.

Ahora viendo la oportunidad frente a él, no perdió tiempo y siguió a la chica. Aun no se decidía como hablar con ella, ¿Qué decir? ¿Qué no decir? Tardo tanto en pensar, que apenas fue consiente como sus pies los llevaron a seguir a la chica hasta una clínica en particular. Estaba por alcanzarla cuando Rukia entro en el lugar y lo hizo retroceder de nueva cuenta. ¿Acaso la pulga por fin había ido al médico? Exhalo más relajado al ver que la chica estaba empezando a cuidar más de su salud, desde su separación ese era uno de los puntos que le mantenía con pendiente, recordar cuando la encontró semiinconsciente en su departamento, había logrado que un gran miedo se instaurara en él. Todo parecía un mal juego del tira y el afloja. Pasaron los minutos y de nuevo ella salió del lugar, ya era tarde y no pensaba perder más el tiempo.

La vio dirigirse a un parque y sentarse en una banca. Por varios instantes la contemplo tranquilamente en aquel lugar y entonces él mismo sintió calma. Se acercó lentamente y tras escucharla hablar al viento, él le respondió como si nada. Al final no se contuvo, no podía observar por más tiempo y la abrazo con anhelo.

–Por fin te encontré pulga…

Sintió a la chica estremecerse entre sus brazos y apretó su agarre. A pesar de querer permanecer así con ella, sabía que tenía que soltarla. Debían hablar… con lentitud la soltó, se alejó un paso y se mantuvo a su espalda, esperando que la chica le mirara. Vivió varios segundos de ansiedad antes de que la pelinegra se levantara de aquella banca y volteara dándole la cara.

Sus miradas chocaron como intentando hablar entre ellas, aunque sin lograr hacerlo en verdad. Ante el silencio presente solo el sonido de su corazón le hacia estar consciente de que aquello no se trata de un sueño.

Pov Rukia

Parecía ser una verdadera alucinación, primero su voz, luego el abrazo y después verlo frente a ella, realmente... se encontraba ahí. Todo en él era igual a como lo recordaba aunque… parecía que el muchacho se veía quizá… un poco más delgado.

No sabía cómo reaccionar, así que soltó aquello que pensaba –Grimmjow como es que… –No pudo terminar con la frase cuando el muchacho la detuvo con un movimiento de sus manos.

Se acercó a ella y le miró fijamente. –No creo que deba ser yo el que dé explicaciones pulga. ¿No crees…? jodiendome un poco, que aquí entre tú y yo. ¡Por prioridad hay alguien que merece un maldito esclarecimiento antes y no eres tú!

Grimmjow había jadeado aquellas últimas palabras con ira y quizá… ¿dolor? –Yo… Grimmjow. –Bajó la cabeza. ¿Qué podía decir? ¿Cómo empezar? Se sentía avergonzada. Suavizó el tono de su voz mientras intentaba continuar. –No sé cómo... puedo…

El muchacho bufó, para después interrumpirla con un gruñido –No seas tonta, ni cobarde. Si lo deseas, yo puedo ayudarte con mis pobres y refinadas palabras. Veamos… puedes empezar con un puto "lo siento" o quizá con un fastidioso "perdón" o quizá… un desgraciado "lo lamento" no estarían jodidamente mal. ¡¿No lo crees traidora mezquina?!

Su actitud surgió entre el fuego ante aquel desplante del peliceleste, no importaba que había pasado entre ellos. Grimmjow no podía dirigirse a ella de esa manera, por lo que lo encaró con llamas en su mirada, retándolo a continuar con sus insultos. Se acercó a él mientras no dejaba de perder contacto con su mirada. Ambos estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro. –¡Cállate Grimmjow! ¡Deja de decir estupideces, no tienes por qué ser tan imbécil! ¡Maldito perro rabioso! ¡No debes hablarme así!, ¡¿quién diablos te crees?! ¡Yo solo…!

El muchacho le sonrió zancarrón y antes de darse cuenta, él había unido sus labios con los de ella en un rápido movimiento, callándola en un instante. Un beso profundo y cargado de tantas cosas. No sabía cómo sucedió, ni por qué, pero fue cuestión de un instante antes de que ella empezara a corresponderle con la misma intensidad. El muchacho puso sus manos en sus caderas mientras ellas se sostenían a su pecho. ¿Estaba bien? ¿Estaba mal? Tal vez era el hecho que durante los últimos años su cuerpo no había tenido un poco de "liberación" de… cariño, realmente no lo sabía.

Pero así como inicio tan precípitadamente aquel contacto, todo acabo por la falta de aire de ambos. Se separaron lentamente, no así sus cuerpos que se mantenían unidos por sus brazos, mirándose a los ojos sin hablar. Ahora tenía menos idea de cómo proceder… las palabras del muchacho, sus acciones y ahora esto…

Lo sintió apretarla y besarla de nuevo rápidamente, esta vez fue rápido y superficial. Terminado aquello en un instante, solo para después mirarla con una fuerte intensidad. –Al fin volviste pulga

Después de aquella frase, miró con duda al muchacho, mientras una pequeña vena saltaba en su mente. ¿Qué estaba sucediendo? Intentó soltarse de su agarre, pero él no se lo permitió –¡¿Qué sucede contigo maldito?!

El muchacho sonrió de nuevo y lo vio soltar una carcajada antes de contestarle. – Perdona si fui muy brusco pulga, pero yo no quería hablar con la maldita mujer sumisa y victimizada que conocí hace más de medio año, debía borrar ese mirada martirizada de tu rostro, esa mirada que tanto odio, lo lamento pero esto fue lo único que se me ocurrió para hacer que regresaras de alguna manera, de hacerte reaccionar. Por qué sabes… yo solo quiero hablar con la mujer de grandes agallas que trabajaba a mi lado, que curaba mis heridas, que cocinaba para mí evitando que quemara mi departamento, que cuidaba de Saito poniendo su vida en riesgo frente a los drogadictos, que me hizo sentir vulnerable e invencible al mismo tiempo, esa es la mujer con la que quiero tratar.

Su molestia disminuyó al escucharlo. Ahora lo entendía. –Grimmjow…

El joven por fin la soltó y se alejó un poco, aun sin dejar de mirarla. –Por favor déjame terminar. Yo quería hablar con ella y preguntarle... ¿Por qué se fue? ¿Por qué maldita sea nos dejó a Saito y a mí, sin una explicación? ¿Por qué mierda no pidió mi ayuda? ¿Por qué me domestico cual gato, con cadenas más fuertes que el acero? Ella me dejó sin garras, sin colmillos… y luego me abandono ¿Por qué lo hizo?

Pov Grimmjow

Esas palabras eran la sincera verdad, cuando ella desapareció lo hizo sentir tan desprotegido y débil, por el contrario si Rukia estaba a su lado se sentía intocable, invencible… Su discurso pareció calar hondo en la chica, dado que había mantenido el silencio entre ellos por ya bastante tiempo, sin embargo a comparación de instantes antes, esta vez ella se veía firme y fuerte. Y para él, solo por eso, valía la pena la espera.

La pelinegra respondió lentamente –Sinceramente no sé qué decir Grimmjow, en este momento ni yo me entiendo, comprenderás que no esperaba verte aquí. Sé que mereces una explicación y te la daré, lo que hice no fue justo para ti ni para Saito, no me siento orgullosa de ello.

Desvió su vista y se volvió a dirigir a la chica. –Solo dime una cosa... ¿Querías irte?

Esta vez la repuesta llegó en un instante. –¡NO! Para nada, solo es que en ese momento yo.

La interrumpió con su propia voz. –Es suficiente para mí. Te conozco Rukia y sé que si hubiera sido tu decisión, no nos hubieras dejado de esa manera, no después de verte tan feliz. Las demás explicaciones sobraran para después.

La chica suspiró con pesadez. –Gracias por esperar, y sé que sonara egoísta de mi parte pedirte esto, pero hay algo que necesito saber. –La vio tratar grueso –¿Cómo esta Saito?

Volvió a sonreír ante la pregunta y reafirmó que la pelinegra no los había abandonado por voluntad propia. –Él está bien, pero si te soy sincero el mocoso suele estar triste, aunque intente ocultarlo, te extraña.

Rukia por primera vez mostró una mirada melancólica. –Ya veo, debe sentirse muy solo. –Algo hizo reaccionar a la chica que se le abalanzo bruscamente encima sosteniéndolo de las solapas de su ropa. –¡¿Quién se quedó con él?!

La hizo soltar sus ropas lentamente y tomó sus manos. –Tranquila pulga. Ulquiorra y su esposa me han ayudado. He tenido que salir varias veces y ellos me han apoyado bastante.

La peligra se alejó de manera tranquila –No hay nadie mejor para cuidarlo, espero que también se encuentren bien.

–Lo están. Han preguntado mucho por ti, están preocupados.

Pov Rukia

Al escuchar a Grimmjow, se calmó un poco, aunque aún seguía inquieta. Extrañaba a Saito y quería verlo, sin embargo en esas condiciones. Se llevó una mano a los ojos y después miró el cielo. ¿En qué momento había oscurecido?

Era tarde y debía regresar antes de que empezaran a buscarla –Debo irme.

El muchacho mostró una mueca de desagrado y frunció el ceño, ella estaba por despedirse y alejarse del lugar pero él la tomó de un brazo deteniéndola en el instante. –No se te ocurra huir. Rukia, entiendo tu maldita situación, pero quiero que sepas que ahora yo estoy aquí y no me iré tan fácilmente, por favor no me dejes a un lado. Quiero ayudarte.

Ella sabía que él merecía una aclaración de aquello y también quería contarle sobre ello, sobre su salud, sobre el divorcio, sobre la situación con Ichigo y Kei. –Lo sé, pero creo que ahora es muy tarde para ello, debo volver. ¿Podemos vernos mañana y hablar más sosegadamente?

El chico asintió –Me parece bien. Los barrios altos no son lo mío. Pero conozco un café tranquilo en los alrededores colindantes. Se llama el Marine, no está lejos, debes conocerlo.

Claro que lo conocía. Solía ir a leer ahí. –Lo conozco, ¿te parece bien mañana a las 3:00 pm?

Después de acordar aquello. Se despidieron con un adiós apenas audible. Pero al alejarse del lugar, a cada paso se sentía extrañamente perdida y un dolor en su estómago empezó a instaurarse, no había comido nada en todo el día, tal vez eso explicaba el hecho de que percibía como sus fuerzas iban en decremento rápidamente.

Pov Grimmjow

Con lo que odiaba mantenerse quieto, conocía su lugar y el instante en el que se encontraba, a pesar de repetírselo en la cabeza, diciendo que por el momento esa era mejor manera de actuar, no dejaba de sentirse frustrado y enojado al saber que Rukia se dirigiría de nuevo hacia las garras del desgraciado de su marido. Y claro que él no quería dejarla ir, apretó sus manos con fuerza y una mueca de desagrado se hizo presente en su rostro, gruño fuertemente. Si de él dependiera todo, tomaría a la pulga y ambos partirían en el primer vuelo hacia Nueva York para reunirse con Saito. Pero… ¡JODER! ¿Por qué la vida no era así de fácil? Caminó en dirección hacia su departamento, mientras se volvía a sentir intranquilo. Maldita sea había esperado mucho tiempo, se supone esperar unas cuantas horas más no debía de ser problema, entonces... ¿Por qué su corazón se sentía adolorido?


Pov Ichigo

La cena estaba lista mientras la servidumbre esperaba su orden, las rosas estaban puestas en su posición, las velas solo esperaban ser prendidas, el vino se mantenía fresco en unas cubetas con hielo. Pero de su exesposa señales no había. Empezaba a preocuparse, después de todo él pensó que ella estaría desde temprano en el lugar, pero para su sorpresa al regresar a casa se encontró con que la misma estaba vacía. Tal vez Rukia había salido a pasear, pero ya eran las 8:00 pm en su reloj de pulsera y para él eso era demasiado. Estaba por dirigirse a su auto a buscarla, cuando la puerta principal fue abierta y por la misma entro la pelinegra. Dio una señal a su personal y hecho todo a andar. De inmediato se acercó a ella sorprendiéndola en el acto, al parecer estaba nerviosa, aunque realmente lo que llamo su atención fue la bolsa con medicamentos que sostenía en uno de sus brazos.

Intentó tomar la bolsa, pero Rukia de inmediato la alejo. –¿Qué es eso? ¿Por eso llegaste tan tarde? ¿Acaso te sientes mal Rukia?

La chica negó rápidamente –Claro que no tonto, es solo que tenía que comprar algunas cosas de higiene personal que me hacían falta.

Claro, ¿Qué más podría ser? –Bien, entonces por la hora, creo que estamos en un tiempo perfecto para la cena de gala.

Rukia gesticuló con duda. –¿Cena de gala? Creí decirte esta tarde, que prefería quedarme en casa esta noche.

Sonrió y tomó con delicadeza una de sus manos –Y yo no he olvidado eso enana, así que me encargue de nuestra comida. De hecho, hacerlo me hizo recordar la noche en que te pedí matrimonio y pues, tenía tiempo y la idea vino a mí. Una cena entre los dos en el jardín. Como en los viejos tiempos.

Jaló delicadamente a la joven sin esperar su respuesta y al mismo tiempo esperando que la misma no rompiera el contacto entre sus manos. En el trayecto la vio dejar la bolsa de medicamento en un mueble cercano mientras él la encaminaba al jardín ya preparado. Ninguno pronunció palabra alguna antes de llegar al lugar. Él le acomodó la silla mientras se sentaba y prendía las velas con su encendedor. Hizo una seña con las manos y un hombre se acercó sirviendo la comida, en platos finos.

Rukia cogió la cuchara con duda –Esto es… ¿Curry con arroz?

Recargó sus codos en la mesa y pusó su barbilla en sus manos mientras las entrelazaba pensante –Mi primer idea fue traer algo costoso y gourmet, pero recordé lo mucho que odiabas ese tipo de cosas. Así que también recordé el hecho de que amabas el curry que mi madre preparaba, al igual que yo. Entonces la llame y le pedí un poco de ayuda con el platillo. ¿Espero te guste?

La chica soltó la cuchara y observó por largo tiempo el plato antes de verlo a la cara directamente. –¿A que estas jugado Ichigo?

Levantó una ceja extrañado, pero al mismo tiempo consiente de las palabras de la chica. –No jugaría contigo enana. En verdad quiero verte feliz, quiero que sepas que me importas.

–¿En verdad piensas que…?

La interrumpió suavemente, poniendo una de sus manos en su brazo. –Me he equivocado, pero no pasare mi vida como un avestruz con la cabeza metida en la tierra, afrontare las consecuencias de frente. En verdad significas mucho para mí desde que éramos niños y no pienso perderte así de fácil, tal vez legalmente ya no seamos esposos, pero solo eso significa que podremos tener una futura boda más hermosa que nunca.

La vio dudar antes de responderle. –No podemos hacer eso, no nos conocemos ahora ¿entiendes?

Su mirada cambio a una más decisiva mientras la observaba fijamente. –Podrás decir eso Rukia, pero en el fondo sabes que no es cierto, te conozco muy bien. Sé que amas el curry de mi madre, que tu perfume favorito es el jazmín, que te gusta dormir hasta tarde, que te abracen por la noche que prefieres que el agua de la ducha sea cálida, aunque realmente prefieres el frió en estaciones, que amas el otoño pero sobre todo el invierno, adoras la nieve y la lectura, en cuanto a frutas prefieres las fresas y de dulces el chocolate.

Rukia se mantuvo callada y sin embargo en su rostro mostraba una mirada de asombro. –Eso no significa nada.

Sonrió y tomó con cuidado una mano de la pelinegra mientras sacaba una caja de su bolsillo. –No mientas, eso significa mucho, porque es una muestra inequívoca que nos conocemos más que cualquiera. También sé que amas ver las estrellas y la luna.

Soltó a la pelinegra, abrió la caja y sacó un collar de plata con la figura de una luna en menguante, se levantó y se posó detrás de ella mientras extendía el collar entre el cuello de la mujer. La sintió estremecerse mientras sus manos pasaron por su cuello, poniéndole el collar. Su piel era tan cálida y suave, tal cual la recordaba, intento hacer lo más lento posible el contacto, quería hacer aquello lo más prolongado posible. Cuanto la deseaba.

Terminó de ajustar aquel collar y volvió a tomar asiento, mientras cogía su copa de vino y analizaba a la chica enfrente de él. La vio tomar el cadena de brillantes entre sus manos. –Ichigo no debiste hacer esto. Creí que habíamos dejado claro nuestra situación con el divorcio.

Escuchar las palabras del divorcio le hizo sentir un tirón en el corazón. Sorbió de su vino y estaba por tomar un cigarrillo, pero decidió abstenerse. –Es cierto que ya no eres mi esposa, pero eso no significa que no pueda hacer esto. Te amo y quiero demostrártelo, no quiero que olvides que eres junto a Kei lo más importante en mi vida, no importa lo que suceda sé que recuperare tu corazón.

La vio removerse incomoda ante sus palabras – ¿No crees que es muy pretencioso de tu parte suponer o afirmar eso ¿Cómo puedes estar tan seguro de ello? Las cosas no son tan sencillas.

Miró al cielo y después a ella. –Sé que no será sencillo, pero por más que te esfuerces en alejarte de mí, en este poco tiempo en el que hemos vuelto a estar juntos debes ser consiente al igual que yo, que aun sientes algo por mí al responder a mis gestos y acciones, la complicidad aún existe entre ambos. Tus ojos, tu forma de reír, de responder y los pocos momentos en lo que hablamos juntos sin que levantes ese muro entre nosotros, son la prueba inequívoca que aun dentro de ti, por más que lo niegues. Aun sientes algo.

La chica enmudeció pero no dejo de verlo enigmáticamente. Se armó de valor y llevo una mano a la barbilla de la mujer que le había robado el sueño durante años, la levanto gentilmente y acerco sus rostros sin perder el contacto visual entre ambos, le sostuvo la mirada por largo tiempo, esos instantes solo le pertenecían a ambos. Después de contemplar su belleza, empapándose de la misma, termino de acortar la distancia entre ambos y se permitió hacer aquello que tanto deseaba, la beso.


Pov ¿?

Las cosas se acomodan más fáciles de lo que pensaba. Pronto terminaría de poner a cada quien en su lugar. Por fin tendría justicia. No perdonaría el hecho de que alguien inocente pagara por aquello que no debía, jamás perdonaría que le abandonaran, le traicionaran y le clavaran un cuchillo por la espalda. Lo juraba por la tumba que siempre visitaba, que por fin habría justicia. La sangre que debía correrse, por fin seria derramada.


Mis bellos fieles lectores :33 y los troleadores fantasmones que están por ahí (yo sé que existen, no huyan xD), les dejo un capitulo dulce y cálido, será como yo le llamo, un chocolate caliente en invierno, espero lo disfrutaran mucho porque… las piezas se han movido ya. Muchas gracias por sus fav, folow y review. Y claro no olviden escribir algo del capítulo, me encantaría saber su opinión a partir de sus bellos review (mi droga :v) cada uno me impulsa a continuar. Ahora después de esta tanda de capítulos me tomare una pequeña pausa de unos dos o tres días, no desesperéis :BB Bueno sin más por ahora, me despido, mucho amors y nos leemos pronto. Vinsmoke fuera.