Sumario: Levi y Hanji son abogados penalistas y están a cargo del divorcio de Mikasa y Eren. Tienen experiencia en ello, después de todo, así comenzó el final de su propia historia.
Capítulo 03: Lo que ellos anhelaron
Levi había enviado el correo a Erwin relativo al requerimiento de Mikasa, anexando la notificación realizada al correo personal de Eren y al poco tiempo recibió la llamada del Juez.
—Hey— dijo Levi, en señal de respuesta, mientras revisaba sus correos anteriores, casos cerrados, notificaciones de juicios, copias de acuerdos.
—No sé qué haré esta Navidad para mantener la armonía.— escuchó del otro lado la voz tensa de Erwin. —Y eso que Marie iba a darte postre.
—Uh... Creo que podré sobrevivir a ello. —replicó Levi en el mismo tono monótono. Esperaba a que Erwin soltara su frustración y que le indicara los trámites a seguir. Si todo iba bien, Mikasa estaría divorciada en tres días.
Genial. Tendrán que pasar festividades juntos. Tres Ackerman separados y una aún en recuperación.
Definitivamente la vida se las agarró con los Ackerman. Quizá estén purgando crímenes de vidas pasadas.
Tch.
Con Kenny y lo que ha hecho en esta vida tienen para purgar por trescientas reencarnaciones más.
—Sé que te llegó la notificación— indicó Levi, sabiendo que al mal paso había que darle prisa Y Erwin definitivamente iba a hacerle pasar un mal trago.
—Sí, la recibí.— respondió al otro lado el rubio. —Como sabes, si Eren no tiene un abogado, tenemos la obligación de asignarle uno. No puede quedar indefenso, menos aún si tiene que llevar el proceso con un abogado tenaz como tú.
Levi soltó un bufido. No iba a ser agresivo con Armin, solo llevar las cosas en paz y tramitar una separación. Después de todo, todos son adultos.
Entonces Levi notó que su buzón de correo tenía un mensaje nuevo de hace aproximadamente quince minutos, imaginó que era Erwin contestando la demanda, citando todo para tres días y así terminaría el proceso.
—Así que, considerando las nuevas políticas dentro de mi juzgado...— continuó hablando Erwin, lo cual llamó la atención de Levi.
—¿Políticas? ¿De qué hablas, cejón?
—Presentaste la demanda como unilateral. Así que, MI juzgado, MIS reglas— siguió diciendo Erwin. —Te llegó el correo con las instrucciones. A ti y a la abogada que patrocina a Eren.
¿La abogada?
—Entonces no lo patrocinará Arlert.— notó Levi, empezando a revisar el correo nuevo. No se había dado cuenta que Eren había respondido, a través de otra cuenta, una corporativa, notando que tenía un correo del bufete Zacharius, lo cual le dio una clara idea de quién patrocinaría a Eren.
Y no es que Levi estuviera pendiente de los movimientos de su ex esposa, solo que en su ambiente era inevitable no enterarse de los abogados, firmas y casos que llevan, en especial cuando los dos se habían especializado para ser abogados penalistas. Curiosamente nunca les había tocado enfrentarse en un caso.
Ante la demanda planteada contra Yēgā Eren, mi cliente me autoriza para su representación para la cual se acoge a lo determinado en la legislación japonesa y requiere una mediación para cambiar la demanda a mutuo acuerdo, delegándome para todo trámite correspondiente a partir de la presente notificación.
Y ahora se vuelven a encontrar para un divorcio.
Levi soltó una grosería entre dientes.
—Ah... Ya te enteraste quién va a patrocinar a Eren. —observó Erwin. Se notaba una sombra de diversión incluso a través del teléfono. Y para que no existieran dudas que él se estaba burlando, agregó con un tono demasiado alegre. —Anexo encontrarás el reglamento de mi juzgado, el cual... ¡Qué sorpresa! Cumple exactamente dos años desde que lo implementé. Y me encanta jactarme que ha sido un modelo exitoso.
—¿Cómo que exitoso?— preguntó Levi, la tensión era palpable en su voz.
Pero Erwin jamás le ha temido y no empezará ahora.
—Simple. Si quieren el divorcio antes de tres días los involucrados deben reunirse en mi despacho. Mínimo tres veces. O las que sean necesarias. Si no llegan a un acuerdo mutuo y no pueden desearse el bien, pueden ir a pedirle el divorcio a cualquier juzgado.
Lo cual haría el trámite más largo y complicado, considerando que la eficiente Smith Marie ya debió ingresar en el sistema la solicitud de demanda de divorcio. Los otros jueces lo verán y hasta que revisen el proceso se dilataría más de los tres días que le había prometido a Mikasa.
Maldito Erwin.
.
.
.
.
.
.
Maldito Erwin.
Muchas veces Hanji se había preguntado si Erwin tenía un corazón que latía, porque podía llegar a ser bastante cruel en situaciones críticas.
Lo demostró cuando, hace tres años atrás, los obligó a que estuvieran frente a frente, firmando el divorcio, sabiendo lo mucho que los afectaba.
Hanji respiró profundamente, intentando mantener la mente fría. Ya se había hecho a la idea de mediar con Levi el divorcio de Eren, dispuesta a ser completamente profesional y llegar a un común acuerdo en beneficio de ambos.
Pero hacer pasar por la mediación a Eren, con lo emocionalmente destrozado que él estaba, era inhumano.
Hanji volvió a maldecir entre dientes.
Sus apuntes para el caso de Eren no fueron muchos, solo el único punto que Eren pedía y no estaba dispuesto a ceder.
Hanji sabía que, tratándose de la salud de Mikasa, Levi se pondría de parte de Eren y no tendrán problemas con ello. Todo es por el bienestar de la única persona que es su familia sanguínea.
.
.
.
.
.
.
Mikasa no se tomó tan bien tener que hacer una conciliación con Eren.
—No puedo verlo. Se suponía que era lo que ibas a evitarme.—reprochó ella. Poco le faltaba que hiciera pucheros como una niña caprichosa, pero ella parecía más entretenida con el helado de chocolate con el cual se estaba atragantando.
Levi creía que si no salía el divorcio, Mikasa planeaba dejar viudo a Eren. Pidiendo a alguna divinidad paciencia, Levi le quitó el helado a Mikasa.
—Te enfermerás del estómago si sigues así— le reprochó, como un padre a su hija consentida.
Mikasa aún saboreó el helado que había quedado en la cuchara y extrañamente eso pareció calmarla.
—Está bien. Iré a la conciliación. —dijo, con la cuchara en la boca, demostrando una inusual bipolaridad.
Levi prefirió no decirle que no tenía opción pero con el carácter voluble con el que se carga Mikasa, era mejor estar en paz y dejarla creer que fue su decisión.
—Al menos convencí a Erwin que haga las conciliaciones tres días seguidos.— indicó Levi. Si Erwin no iba a tener piedad, él tampoco la tendría. Esperaba que Hanji pudiera soportarlo. Levi trató de demostrar indiferencia ante sus siguientes palabras, para que Mikasa no sintiera presión alguna. —Erwin insiste en que, mientras sean mínimo tres conciliaciones, estará dentro de sus reglas.
Mikasa asintió, sin poder evitar las lágrimas. Su mente tenía claramente asumido el divorcio, pero su corazón se quejaba.
¿Y si estaba cometiendo un error?
Entonces volvía a sus recuerdos la imagen de Annie frente a Eren y aquello la descomponía, no queriendo saber nada de nada.
.
.
.
.
.
.
Hanji se dio una larga ducha con la que esperaba se fuera su tensión.
Eren le había contado lo que sucedió en horas anteriores, aunque no comprende cómo es que Mikasa llegó a la conclusión que él le ocultaba algo.
Es un instinto de mujer. Pensó Hanji en ese caso dándole silenciosamente la razón a Mikasa, pues él sí le estaba ocultando lo de la posible enfermedad y se sobre exigió laboralmente para tener el suficiente dinero y hacer que se atienda.
No hay ciencia que lo explique pero una sabe cuando tu pareja te oculta algo.
Hanji miró su vientre desnudo, empapado del agua caliente de la regadera
Y una también sabe cuando una ha perdido a su pareja, aunque la mayoría prefiere engañarse. Hanji no quería así a Levi, a medias, con secretos y sin amor.
Durante esos tres años ella no dejaba de preguntarse si acaso alguna vez tuvo el amor de Levi, así como ella había creído que tenía...
Cerró la ducha y se envolvió en su bata de baño. Tenía que olvidarse de sus propios asuntos y ser profesional con Eren.
Resumió todos los temas que Mikasa pudiera estar pidiendo en la disolución. Sin hijos ni bienes en común adquiridos en la sociedad conyugal, el trámite se hacía mucho más sencillo.
Pero eso no quita que le queme el alma. Ella recordó a Eren, tan resignado a haberle fallado a su esposa y aún así decidido a salvarle la vida, a pesar de todas las cosas o lo que ella creyera.
Con el cabello húmedo y suelto, dejando que mojara la bata, Hanji se sentó en su cama y revisó sus correos.
Encontró que Erwin citaba a Eren para una conciliación el día de mañana. Hanji llamó por su celular a Eren y le preguntó si estaba dispuesto a ir y él, en su apagado estado de ánimo dijo que no habría problemas y que iría.
Empezó a escribir en la tablet la aceptación de la solicitud y a coordinar que se encontrarían en el juzgado, Erwin tenía su sala de sesiones en el octavo piso y le pasó la dirección a Eren.
El agua de su cabello cayó en la tablet mientras se despedía de Eren. Aquello le recordó a Hanji cuando Levi la regañaba por no secar su cabello y él mismo tomaba la secadora, usando media hora en despeinarla adecuadamente y secando cada mechón. Alguna vez Hanji le bromeó sobre cortar su cabello para que sea más manejable y él no se lo permitió.
Observándose en el espejo, Hanji notó que en todos estos años no había tenido tiempo de ir a una estética, atando en el día a día su cabello en una trenza para que no le estorbara en su rutina diaria.
.
.
.
.
.
.
Si algo caracterizaba a Ackerman Levi en su ámbito laboral era su perfecta puntualidad, por lo cual estuvo en el piso ocho del Juzgado Smith quince minutos antes de la hora que fue citado.
Marie se encontraba archivando expedientes y le dijo que puede ir avanzando a la sala tres. Mikasa, maquillada un poco más de lo habitual para esconder la palidez de su rostro, lo miró, esperando instrucciones.
Levi dijo que iba a la sala tres a verificar si Erwin estaba ahí.
Al abrir la puerta no hizo ruido alguno, por lo cual notó la espalda vestida formalmente de Hanji, su cabello trenzado le llegaba más allá de la cintura.
Se arrimó al borde de la puerta, viéndola trabajar muy concentrada. La notaba más delgada, aunque su figura siempre fue esbelta, apuntando en un documento aparte lo que parecían notas o comentarios, Levi no sabía si era de este caso u otro pendiente.
No supo cuánto tiempo estuvo observándola en silencio, pero no veía a Eren por ningún lado. Así que se volvió hacia la recepción para preguntarle a Marie por Erwin, para saber si Hanji sabía que Eren debía venir.
Pero Levi no tuvo que preguntar más, pues Eren estaba sentado, escribiendo desde su celular. Por lo que Levi dedujo parecía estarle informando a Hanji de su presencia puesto que recibió una pronta respuesta y se levantó hacia la sala tres.
—Levi-san— dijo Eren, pasando junto a él y haciendo una leve reverencia en señal de saludo.
Levi fue hacia Mikasa, notando su expresión desolada.
—¿Pasó algo?— preguntó cautelosamente Levi.
Mikasa negó con la cabeza.
—Dijo buenos días y respondí el saludo. De ahí no sucedió nada.— ella trató de controlar su voz para no echarse a llorar. Odiaba sentirse tan hormonal.
Erwin salió de otro salón y saludó a Levi y Mikasa, su mano extendiéndose automáticamente hacia Marie quien le pasaba un folder delgado y azul que tenía la etiqueta Yēgā en la portada y un código de expediente.
—Justo a tiempo.— indicó Erwin guiándolos hacia la sala tres. —Hanji ya se encuentra en la sala y me informó que Eren acabó de llegar.
Levi no dijo nada al respecto.
Al entrar notó que Hanji se había cambiado de puesto de frente hacia la puerta mientras Eren permanecía mirando documentos frente a él sin estarlos realmente leyendo.
—Damas y caballeros... Saludos a todos. —Erwin dijo mientras guió a Mikasa y Levi en asientos frente a Eren y Hanji respectivamente. —Pueden sentarse y... Digamos... conversar para saber qué es lo que los trae a este humilde juzgado y en qué podemos servirle.
Levi fue el último en sentarse y cruzó su mirada azul gris con la castaña de Hanji, notando que ella parecía analizarlo.
Eren tomó unos papeles, como si los estuviera revisando, pero su mirada no se apartaba de las primeras líneas. No se atrevía a mirar a Mikasa.
La noche de desvelo y sueño inestable estaba empezando a pasarle factura a todos los presentes, a excepción de Erwin, quien era el único en la sala que se veía radiante y resplandeciente.
Levi abrió su carpeta con sus propios apuntes, debiendo ser el primero en comenzar las peticiones.
—Ackerman Levi, abogado independiente, en representación de Yēgā Mikasa, solicitando la demanda de divorcio.— Mikasa se pasó disimuladamente la mano por los ojos. —Las causales se basan en el incumplimiento a la verdad y fidelidad a la relación.— finalizó Levi su pequeño dircurso.
Hanji saboreó nuevamente el amargo recuerdo de haber usado los mismos argumentos hace tres años atrás. Y Levi en aquella ocasión no lo negó.
—Zoë Hanji, abogada de Zacharius Asociados, en representación de Yēgā Eren, atendiendo a la demanda de divorcio.— Hanji se pasó la lengua por los labios. Eren aprisionó más los papeles, tratando de no temblar. —Se acoge al petitorio de conciliación, y de llegarse exitosamente a la misma, la solicitud de divorcio se plantearía como mutuo acuerdo.
Erwin hizo algunas anotaciones en una hoja. Su expresión impasible ante la primera impresión de una aceptación de realizar el divorcio.
—Anotada las peticiones legales— indicó Erwin. —Solo tengo una pregunta a cada una de las partes, espero la respuesta y contra respuesta. Yēgā...
—¿Sí?— contestó de manera automática Mikasa.
Eren soltó las hojas y puso las manos debajo de la mesa, aprisionando la tela de sus pantalones. No miraba hacia el frente, sus ojos se mantenían en el texto frente a él que era incapaz de leer.
—¿Puedes indicarme a qué te refieres con incumplimiento a la verdad y fidelidad?
Mikasa miró hacia Levi, diciendo silenciosamente que no podrá volver a vivirlo.
—Mi cliente se acoge al derecho al silencio.
—No se la está acusando de nada— objetó Hanji, su lado como abogada saltando de manera inevitable. —Es más... Mi cliente necesita saber por qué. Es parte de su proceso.
Levi sonrió de manera irónica.
—Sí— aceptó él. —Necesitamos saber... si estamos preparados para la verdad.
Hanji parpadeó, tratando de evitar afectarse por las palabras de él.
—Es preferible la verdad, por muy dolorosa que sea, a estar con la eterna duda. —replicó ella.
Fue el turno de Levi de sentir que debía retroceder. Se volvió hacia Mikasa.
—¿Puedes hablar?— le preguntó.
Mikasa tuvo el impulso de negarse. Ella ya creía saber la verdad. Y no se sentía con las fuerzas de volver a revivir aquello. Miró brevemente a Eren y parecía que él está dispuesto a aceptar lo que viniera. La pierna de Mikasa empezó a temblar por debajo de la mesa.
—Es...Estabas trabajando... O eso es lo que me decías— dijo ella, suavemente, modulando sus palabras. —Volviste a faltar... volviste a dejarme esperando... volviste a desaparecer y no sabía de ti... — Intentó calmarse. Mikasa sentía que un desgarrador grito quemaba su garganta. —Y la última vez... Te pregunté directamente si estabas con otra... Lo negaste. Pero no podía creerte... —Mikasa se llevó una mano al pecho. —Lo siento aquí. Me ocultabas algo... —Eren se mantenía en silencio, aquello le dolía más a Mikasa, porque en su cabeza pensaba que él aceptaría todo y se iría con Annie. Quería vomitar, otra vez. —Y es verdad que te boté del departamento. Entonces fuiste a encontrarte con Annie.
Por más que trató, Mikasa no pudo evitar decir el nombre de ella con desprecio. Se sentía tan dolida y traicionada. No sabía desde cuándo había comenzado aquella aventura.
—¿Algo más que decir?— preguntó Erwin.
Mikasa sacudió la cabeza.
—Me niego a detallar cómo los encontré.— dijo con cierta dificultad, sintiendo que las ganas de vomitar aumentaban más y más. Dios, por favor, no es el momento. —Necesito ir al baño. —Suplicó con la voz más débil.
Erwin activó el intercomunicador.
—Marie, por favor. Guía a la señora Yēgā al baño de clientes.
Eren se pasó las manos por el rostro al ver a Mikasa partir. Contrario a lo que se pudiera pensar, no estuvo menos tenso ante su ausencia. Miró nerviosamente su reloj, rogando silenciosamente por tener tiempo para que ella esté a salvo.
De ahí, no le pediría nada más a la vida, incluso si eso significa perderla.
.
.
.
.
.
.
Afuera del baño Marie escuchaba con cierta pena cómo Mikasa parecía vomitar absolutamente nada. Ella más que nadie conocía de esos terribles momentos, así que aprovechó y sacó de unos estantes un paquete de frutos secos y otro de galletas. Por Mikasa no podía más que hacer hasta que le pasaran las arcadas.
Mientras le enviaba un mensaje a Erwin. Levi había indicado en la demanda que no existía bienes en común o hijos, y Hanji lo había reafirmado en la respuesta. Parece ser que existía un error ante ello y eso cambiaba todo.
—Si en este caso Yēgā, Hanji y Levi cometieron ese desliz, quizá puedan dejar pasar por alto el mío— reflexionó ella en voz alta, revisando la agenda laboral de Erwin.
El día de mañana podrían tener la audiencia a la misma hora, pero en la definitiva, donde en teoría firmarían el divorcio, no pueden hacerla a la misma hora, por lo cual podrían asignarlo en la tarde, si Erwin aceptaba trabajar una hora extra adicional. Va a tener que consultárselo.
.
.
.
.
.
.
—Estoy aún firme en mi decisión— dijo en voz baja Eren.
—Lo tengo presente— le respondió Hanji, empezando a entender las razones de su cliente. Mikasa no se veía muy bien y, por cómo analizó la expresión preocupada de Levi, ella aún no es consciente de su probable enfermedad, por ende Levi tampoco lo sabe.
Erwin miró su celular y, extrañamente para los abogados, sonrió. Eren no le dio importancia a lo que sea que le sucediera al Juez. Sus ojos no se despegaron de la puerta hasta que regresó Mikasa acompañada de Marie, quien le sirvió frutos secos y galletas.
—Te ayudará— dijo Marie, dándole unas amistosas palmadas en la espalda a Mikasa y volviendo a su puesto en la recepción.
Erwin esperó unos instantes para que Mikasa comiera algunas galletas porque no pareció tolerar el aroma de los frutos secos alejando los paquetes de ella. Una vez que notó que las náuseas se calmaron en ella, Erwin se dirigó hacia Eren.
—¿Algo que decir a lo expresado por su esposa?— preguntó Erwin.
Eren respiró profundamente.
—Antes que nada... Quiero decir que... acepto... todas las decisiones que tome Mikasa y las respeto. — Eren aprisionó la tela de sus pantalones. —Pero necesito dejar algo en claro y que no queden dudas algunas. Estuve trabajando todo el tiempo y es la verdad. — dijo con firmeza. Una vez que aquellas palabras salieron de su boca, las ideas en Eren fluyeron con más naturalidad y pudo expresarse con firmeza. —Nos casamos hace dos años y quince días. Y sí, falté a la cena de aniversario. También no llegué a tiempo a nuestras últimas doce citas y nunca llegué a seis más. Pero siempre estuve trabajando. No tengo más pruebas que mi palabra. Ahora, sobre lo de ayer... También fue cierto que no llegué al lugar acordado con Mikasa. Me presioné para terminar un proyecto laboral, a fin de ser quien lidere el mismo y poder escalar, porque...— Eren no sabía cómo tocar el tema de la salud de Mikasa, principalmente porque Hanji le había indicado que Mikasa puede no estar consciente de lo que le sucede y porque no está confirmada dicha enfermedad.—... necesitaba el dinero para adquirir nuestro propia casa. Mikasa siempre supo de lo que me estaba absorbiendo en el trabajo. Es el proyecto de repotenciación del centro de datos de la agencia principal. Lo entregué ayer, seis días antes de lo previsto. Y llegué agotado mentalmente. Cuando Mikasa me preguntó por una amante, lo negué, porque no existe. Y cuando me reclamó por mentirle, me dijo que me fuera. Y eso hice. Mikasa sabe que tengo un hermano mayor dueño de una clínica que me apareció repentinamente cuando estábamos a nada de casarnos, sin embargo no lo considero como familia. Así que me fui al departamento de Armin. Él ha sido como un hermano pues su abuelo fue quien terminó de criarme cuando mi madre murió.— Eren respiró, notando que estaba desviándose del tema principal. —Armin es como un hermano para mí. Estuve ahí cuando admitió que se había enamorado de Annie, sé cuánto le costó acercarse a ella y cómo jamás quiere fallarle. Así que Annie no es mi amante. Nunca lo ha sido, no solo porque jamás te he sido infiel, Mikasa. Tampoco sería algo que le hiciera a Armin.
Mikasa parecía querer levantarse y marcharse. Su mente rememoraba claramente a Annie prácticamente desnuda y Eren ante ella. Aquella imagen la enfermaba y le refutaba las palabras que Eren decía.
—Confianza. Palabra fácil de decir pero complicada de demostrar.— observó Erwin, haciendo más anotaciones en las hojas para que Marie las transcribiera después y las anexe al proceso legal. —Ahora tengo que hacerte una pregunta, Eren. Si eres inocente de infidelidad. ¿Por qué aceptaste la demanda de divorcio?
¡No la acepto!, pensó responder Eren.
—Porque seguramente soy egoísta— respondió en su lugar. —Quiero a Mikasa más que a mi vida. Confiada en mí, entregada a nuestra relación. No puedo aspirar a tener nada menos que eso. Si ella no quiere estar conmigo... Entonces... — dudó en decir las palabras, porque iban en contra de sus propios deseos, de lo que siempre quiso en la vida. —No pelearé contra ella.
Erwin siguió haciendo anotaciones.
—Hemos terminado la primera conciliación— indicó el rubio, en su papel de Juez —Solo deben actualizar los documentos porque hay un error en la parte demandante y otro en la aceptación de la parte demandada.
—¡Imposible!— exclamaron al mismo tiempo Levi y Hanji. Volvieron a mirarse, incómodos por la situación.
—No lo es, porque declararon y aceptaron que sus representados no tenían bienes o hijos de por medio— refutó Erwin. —En la demanda tendrán que establecer quién asumirá gastos prenatales, parto y postparto. Y Eren tiene derecho a visitas.
Levi notó cómo su prima posó las manos en su vientre y la pierna volvió a temblar en ese irritante tic.
—Mikasa no está embarazada— respondió Eren, tratando de ocultar el dolor por aquello. Él veía imposible formar la familia que siempre deseó con ella.
—¿No lo está?— preguntó Erwin, viendo hacia ella, quien se mantuvo muda.
—No, es que ella...— reafirmó Eren, pensando cómo tocar el tema de la enfermedad de Mikasa.
—Dejemos que ella responda— refutó Erwin.
Mikasa sintió las miradas de todos en ella. Ante su mutismo Hanji iba a pedir a Erwin que le ordenara una prueba de embarazo, pues judicialmente sí era posible, pero las palabras de Levi se adelantaron.
—Esto no me lo dijiste, Mikasa— dijo en claro tono de enojo. El silencio de ella no confirmaba ni negaba nada así que se tragó sus palabras de reproche y buscó ser más concilador. —Tienes que responder con la verdad. Uno siempre quiere saber cuando tu pareja... uno debe saberlo.
Aquellas palabras afectaron más a Hanji.
Mikasa no pudo mirar a Levi, sintiéndose como una niña regañada. Así que optó por decir la verdad y sus ojos se volvieron hacia Eren. Notó que él la observaba ansiosamente.
—Iba a decirtelo ayer... Te cité en nuestro restaurante de siempre. Quería que todo fuera especial. — dijo Mikasa sin despegar su mirada de Eren. Definitivamente ella no hubiera deseado que él se enterara de esta manera ni delante de tantas personas. —Estoy embarazada.
Continuará...
Notas: Cositas por aquí, detalles por acá, algunas pistas se van soltando por ahí. ¿Qué sucederá ahora? ¿Habrá divorcio? ¿Habrá reconciliación? No te lo pierdas enn el siguiente capítulo.
