Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad exclusiva de Rumiko Takahashi, pero teniendo en cuenta que no voy a sacar ningún bien económico con esto solo lo hago pura diversión.
El especial de Navidad del Mundo Fanfics Inuyaha y Ranma.
Y
Ranma Fanfics Por Siempre, diciembre sin fin.
Un nuevo comienzo.
Después de haber abandonado hace unos minutos el centro de la ciudad, caracterizado por el caos de las compras navideñas más descontroladas, Ranma se encuentraba caminando por las calles que alberga el restaurante Okonomiyaki de su amiga más querida.
Ranma tragó saliva estaba decidido a seguir adelante, comenzó a sentirse más nervioso con cada paso que daba y se detiene frente a la entrada del pequeño local, se queda mirando demasiado tiempo ese cartel que muchas veces me ha visto entrar impaciente, como el mejor cliente que un profesional culinario podría desear, y lo único que se me ocurre ahora es que desearía estar en cualquier sitio menos aquí. Normalmente cuando habrá esta puerta es para disfrutar de una de las especialidades de la casa pero hoy, pensando en la situación a la que pronto me enfrentaré, la comida es realmente lo último en lo que pienso.
Una parte de él quería echarse atrás y no tener que lidiar con ello y se avergonzaba de ello. De hecho puedo decir que tengo el estómago apretado por la tensión.
Claro que si estoy tan agitado con Ukyo que es mi amiga de la infancia.
Me da más pavor simplemente sólo pensar cuando tenga que enfrentarme a la amazona china... ¡quizás el mayor obstáculo! Bueno, tal vez ese sea el problema. Quería evitar esto, pero tenía que hablar con Ukyo en algún momento.
Ukyo siempre ha sido una buena amiga, la conozco desde que éramos niños y aunque yo estaba convencido de que era un niño y nos perdimos de vista durante mucho tiempo, guardo buenos recuerdos de nuestra amistad de la infancia. A pesar de que en repetidas ocasiones nos causó problemas a Akane y a mí "por no hablar de las innumerables veces que fui responsable, junto con los demás, de la destrucción del Dojo o de la casa Tendo y de mí boda" sigo considerándola como tal, así que si siento esta sensación de pavor creo que es normal, no quiero perder su amistad.
Pero es absolutamente necesario que lo consiga, porque más que nada no quiero cometer los mismos errores que en el pasado hacia Akane, y si no me decido a arreglar esta desordenada situación que mi falta de firmeza ha provocado, realmente corro el riesgo de perderla para siempre.
Decidido y animado por un nuevo coraje porque Ranma Saotome no era un cobarde y tengo que hacerle saber a Ukyo en términos claros dónde estaban las cosas, él se armó de valor y mantuvo a Akane en su mente todo momento, él deslizo la puerta del restaurante con una determinación que sólo, en las peleas más duras me he reservado. Pero iba a hacer llorar a Ukyo, y nada de lo que pudiera decir cambiaría eso.
Ranma suspiró, mientras saludaba nerviosamente Ukyo.
"Hola, Ucchan".
"¡Oh, Ran-chan! ¡Eres tú! ¡Qué bien! La verdad es que no esperaba que vinieras hoy al restaurant". -ella estaba feliz con la llegada de su prometido, sin importarle un comino los demás clientes.
"Eh... Sí, verás, yo".
"¡Maldita sea! Así no es como quería empezar". -Ranma había negado con la cabeza, sintiéndose más que un poco castigo por su falta de valor.
"¡Vamos, siéntate! ¿Qué haces ahí de pie? ¿Está... todo bien, Ran-chan?". -de repente se puso más seria, mirándola atentamente sin dejar de juguetear con las pequeñas espátulas sobre la placa de hierro candente.
"¿Eh? Sí, sí". -como un idiota y con una mano en la nuca, sonrío falsamente, decidiendo caminar hacia el mostrador donde luego se sienta en uno de las banquitos libres.
"¿Y? ¿Te pasa algo? ¿No me digas que te has vuelto a pelear con Akane de nuevo?".
"Si... no!... digo, tal vez... yo, en realidad".
"Ohhh que demonios, debí haber seguido el consejo de ese cerdo de Ryoga y empezar primero con Shampoo o tal vez con Kodachi primero y pensar más y mejor las palabras a usar con mi mejor amiga. Tal vez me equivoqué de nuevo... debería haber sabido que no sería fácil con ella... ¡y me convencí de lo contrario! Bueno, ahora estoy aquí y desde luego no puedo volver sin decirle lo que tengo que decirle". -tomándose un tiempo para buscar las palabras adecuadas y formular su primera frase con sentido desde que entro aquí, no se da cuenta de que Ukyo ha vuelto a hablar a ráfagas, ignorando su poca atención.
"Oh bueno, no pienses en eso... sé qué te molesta puede llegar a ser tener que aguantarla todo el tiempo, todos los días... ahh, pero no te preocupes, estaba pensando que para esta Navidad podríamos... ya sabes... pasarla los dos juntos... solos... tú y yo, como dos novios de verdad... ¿qué te parece?". -un poco avergonzada, pero al mismo tiempo decidida.
Ranma se quedó mirando a su amiga de la infancia mientras, ella pone delante no sólo el Okonomiyaki especial, su favorito y para él normalmente habría tragado sin tantas formalidades, sino también la invitación a pasar la Navidad juntos, según ella, una solución a mis problemas que en realidad sabe a propuesta real.
Hubo un silencio absoluto en el restaurant.
La veo parpadear confundida y esperando una respuesta mía, aún ella sosteniendo el plato en sus manos, mientras sigo mirándola y luego pongo una expresión fruncida. Ella ha vuelto a pasar de nuevo... ¡escuchar sus palabras y, sobre todo, el término 'novios' asociado a mí y a otra chica que no sea Akane no me sienta nada bien!
Me trago el nudo que tengo en la garganta desde hace rato. Las cosas nunca se arreglarían para ninguno de ellos hasta que él lo hiciera primero, pero eso no lo hacía más fácil pará él y tras un largo suspiro que parece interminable pará él, empiezo a hablar... y esta vez sin tartamudear y sin titubear… él tenía que hacerle saber a su amiga en términos claros dónde estaban las cosas entre ellos.
"No, Ukyo... ¡No pasaré la Navidad solo contigo! Podrás venir a la fiesta que se celebrará en el dojo Tendo como todos los años, no puedo impedírtelo y para serte sincero no quiero impedírtelo, al contrario deseo sinceramente que estés allí como el resto de nuestros amigos... porque así es como te considero, una amiga mía, la amiga más querida que tengo, con la que compartí mi infancia, pero nada más". -aliviado, sí, sí me siento aliviado ahora que he empezado a hablar con ella con la cabeza despejada y el corazón en la mano, pero no puedo decir lo mismo de la persona que tengo delante a juzgar por sus ojos ya empañados por las primeras lágrimas.
"Ra... Ran-chan... que quieres decir... no entiendo". -su voz tiembla y si no termino mi discurso rápidamente, dejando todo claro, no sé si podré continuar.
"Verás, si he venido hoy es precisamente por eso... tenía que hablar contigo, necesitaba aclarar algunas cosas que vengo arrastrando desde hace ya demasiado tiempo. Decidí que lo aclararía contigo por tú bien y también por el mío... ya sabes, por fin me di cuenta de que había llegado el momento de ser sincero, primero conmigo mismo y luego con todos los demás. Sólo ha habido un compromiso para mí... y no eres ni tú ni Shampoo ni Kodachi. Me di cuenta después de que casi la pierdo en China, pero en realidad siempre supe por dentro que sólo sentía algo tan fuerte por ella... Akane. Nunca he querido admitirlo por orgullo, para no mostrarme débil o un cobarde puesto que ya soy medio hombre por culpa de esos malditos manantiales y si nunca lo he dejado ver y nunca he hecho nada para alejarlos no ha sido porque nunca la haya amado o haya sentido algo así por alguno de ustedes, simplemente no soy bueno manejando este tipo de situaciones. He decidido, sin embargo, que este año le daré una Navidad de verdad, que pase en alegría y tranquilidad sin peleas, persecuciones y gimnasios destrozados... porque es mi prometida y es con ella con quien quiero pasarla". -intento sonreírle dulcemente para que entienda que, sí le he arruinado los planes, pero que más allá de todo ella es importante para mí y que ha perdido al que creía su novio pero no a su amigo.
Él espero su reacción, pero lo único que obtengo es silencio, al menos al principio.
Ha permanecido inmóvil todo el tiempo mientras hablaba, ni un movimiento, ni una palabra que mostrara su angustiado estado de ánimo. Incluso ahora está así, excepto por la cabeza gacha, las manos temblorosas, todavía agarrando ese plato ahora frío y pequeñas gotas saladas que chisporrotean al contacto con el plato caliente. Me da mucha pena verla así.
"¿Por qué?". -un susurro apenas en su voz casi rota por las lágrimas.
Él había creído que lo tenía claro entré ellos.
Nunca había tenido la intención herir a su amiga de la infancia.
Toda esta situación fue culpa suya por dejar que las cosas continuaran durante tanto tiempo. En el fondo de su ser… había sabido que la culpa de que su vida fuese una locura total no era sólo la estupidez de su padre también fue la de él, por no tomar una decisión a tiempo y dejar que todas las chicas pensaran que tenían una oportunidad con él.
Él tenía la esperanza que se hubiera dado cuenta de los sentimientos con la menor de las Tendo… hace mucho tiempo… ya la había elegido. Incluso antes de que ella llegara a la ciudad de Nerima, y buscará el amor en otro lugar... tenía la esperanza que las cosas hubieran salido mejor entre ellos.
Con el pasó del tiempo él tenía la esperanza que su amiga, se hubiera enamorado de alguien más, tal vez de Konatsu su fiel empleado o tal vez de Ryoga "cuando pensó que su amiga y Ryoga estaban juntos de la cueva encantada de la amor perdido" pero no fue así.
Nunca fue bueno intentando arreglar sus desastres y ciertamente le gustaba más enfrentarse un contrincante dispuesta a todo que a una chica frágil llorar. No es que nunca hubiera visto a Ucchan de esa manera, pero su indecisión había hecho algo más que lastimar a Akane, también le había dado ilusiones a la chica frente a él, sólo porque no sabía de qué otra manera hacerlo. Estaba acostumbrado a que las chicas simplemente cayeran a sus pies, así que no sabía cómo enfrentarla y muy apenas podía admitir su amor por Akane en aquel entonces, cuando él notó su mirada, y el pensamiento se fumó, cuando lo escuchó hablar de nuevo.
"¡¿POR QUÉ?!". -volvió a repetir esta vez fue un grito desesperado que hace que todo el mundo dentro del local se gire hacia nosotros.
Maldita sea, y ahora no creía que pueda encontrar palabras tan convincentes. Creyó que luego de su encuentro hace un momento. Había sido suficiente para dejar en claro su posición y cerrar de una vez por todas su historia, no pretendía decir ninguna palabra que la hiciera sentir mejor a costa de sus propios sentimientos, pero tampoco quería lastimarla más a su querida amiga.
Pero las tres chicas, sólo me ven como algo que puedo ganar o poseer. Algo que es suyo por derecho, la única qué era menos insistentes sobre el compromiso era Akane. En cualquier caso, él mismo sabía, lo más profundo nunca las había enfrentado con la verdad ninguna de ellas qué dicen llamar sus prometidas "para él, su única compromiso válido siempre fue Akane por el simple hecho de que estaba pillado hasta los tuétanos por ella. Por mucho que tratara de negarlo, sólo un ciego podría pasar por alto las miradas que la dedicaba" por unos segundos recupero su aire estupefacto sin saber qué decirle.
"¡¿Por qué ella y no yo?! Yo soy la prometida "bonita" yo soy con la que te tienes que casar porque tu padre me robó el carrito de Okonomiyaki… yo soy la que sabe cocinar y cuidar de ti, yo... yo soy tú prometida... yo... yo… no ella". -golpeando violentamente el plato que aún sostenía en sus manos, su último y desesperado intento por hacerme cambiar de opinión se resuelve con un Okonomiyaki esparcido por todo el mostrador.
Ranma sacudió la cabeza decepcionado, más hacia sí mismo que hacia ella. Toda esta situación fue culpa suya por dejar que las cosas continuaran durante tanto tiempo. Por no tomar una decisión y dejar que todas las chicas pensaran que tenían una oportunidad con él. Ya era hora de que fuera honesto y dijera lo que necesitaba.
"¿Por qué, dices? Akane hizo cosas que ninguna de ustedes hizo por mí ¡ella nunca haría un discurso así! O Tal vez porque ella, más allá de la promesa hecha entre dos perfectos idiotas como nuestros padres, nunca la utilizaría como pretexto para vengarse de los demás... y, sobre todo, ¡porque nunca se ha comportado de forma impropia ni ha ideado ningún tipo de maquinación para conseguir lo que quería sin importarle los sentimientos de los demás! Arrojando bombas en mí boda ¡en ése lugar estuvo mí madre en la boda! ¡Podría haberse lastimado! ¡Kasumi, Nabiki y nuestros amigos de la escuela podrían haberse lastimado! realmente bombardeaste el lugar! ¡Bombas!". -escupió con rabia.
Ukyo no estaba dispuesta a aceptar sus críticas hacia ella, pero sabía que lo estaba perdiendo ella retrocedió con miedo mientras observaba su aura de batalla estallar y comenzar a oscurecerse. Sus manos estaban cerradas en puños y su mirada furiosa nunca abandonó la de ella y continuó hablando y dijo.
"Ella es la única que se preocupa por mí siempre tratando de ayudarme sin chantajes ni bodas. A pesar de todo las groserías que había dicho y echo… es la única a respetado mis decisiones, ninguna de ustedes lo hizo a pesar qué siempre la he menospreciado por su aspecto, diciéndole que no sabe coser, ni cocinar y nadar, y no es nada bonita y que tiene los brazos de un gorila, es para no demostrar a los demás y, sobre todo, a ella, ¡cuán cierto era, en realidad, lo contrario para mí! Es amable, cariñosa, compasiva, hermosa, terca, se niega a depender de mí, linda, no me ve simplemente como un premio que ganar, y puedo nombrar docenas de razones más y lo de la cocina, bueno eso es harina de otro costal... olvidémoslo... de todas formas no creo que sea un factor en el que basar los sentimientos! Incluso sí no lo hiciera, la obligación familiar exigiría que me case con ella, soy el prometido de Akane antes de nacer y cuando me refiero a tí siempre té había dicho que eras como una amiga pará mí". -enfadado y decepcionado con un arrebato ruidoso hasta decir basta, me levanto del banco en el que estaba sentado para apresurarme hacia la salida del local, pero las palabras de Ukyo me lo impiden.
"Ya veo... está bien, quiero decir... ¡nada bien! Aunque no puedo hacer nada al respecto, ¿verdad? Nunca podré hacerte cambiar de opinión, ¿verdad? En el fondo me lo esperaba, tarde o temprano... en el fondo siempre supe que al final la elegirías a ella, sólo que no quería creerlo y me aferraba a la falsa esperanza de que algún día, ¡tú también te fijarías en mí! ¡Qué tonta fui! Siempre miré para otro lado cuando siempre te preocupabas por ella, en las situaciones peligrosas en las que a menudo se encontraba, pensando que lo tuyo era sólo un gesto de honor hacia la familia que te había acogido durante tanto tiempo... y mientras tanto pensaba la heredera de un dojo de artes marciales, siempre dispuesta a hacerte volar por los cielos de Nerima pero cuando la situación lo requiere, ni siquiera es capaz de defenderse... mientras tanto, sin embargo, se ganó tus cuidados y no por responsabilidad, al parecer".
"Ukyo... yo... ¡lo siento!". -recuperando ese poco de calma perdida, vuelvo a sentarme en el banquillo frente a ella
"¡No! No digas eso... me haría sentir aún peor. No quiero que me compadezcan... es lo último que quiero y además... ¡yo también tengo una dignidad que te crees!". -sonríe sinceramente aunque tiene los ojos hinchados y llenos de lágrimas, así que para aliviar la tensión acumulada le hago una petición inusual no para mí, sino para la situación.
"Hey Ucchan... ¿puedo comer ahora uno de tus deliciosos Okonomiyaki especiales?". -estoy tan aliviado de haberme librado del peso de la conversación con mi amiga que tengo hambre y aún a riesgo de parecer insensible, no quiero irme así y dejarla en este lamentable estado al que la he llevado.
"¡Eres en tonto! Mmmm... solo si luego me ayudas a llevar unas cajas que tengo atrás por aquí!". -ahí está mi Ucchan, aunque todavía temblorosa y con los ojos hinchados, me alegro de que, al menos, no me haya mandado al infierno todavía.
Continuará.
