Meira era la hija mayor de Cronos y Rhea, recordaba a su madre era hermosa de color magenta con una corona como el sol, amable cariñosa y la llevaba en su mano o en el hombro y desde allí le enseñaba cosas del paisaje, ella la amaba mucho y ella a su querida madre.

Pero Cronos era otra historia Rhea la alejaba de él todo lo que podía y las pocas veces que lo veía le parecía aterrador.

Excusa tras excusa Rhea intentaba desesperadamente salvar a su hija de Cronos pero sabía que no duraría mucho.

Y un día nació su querido hermano Aidoneus ella ayudaba a su madre a cuidarlo, era precioso de color azul y pelo blanco además de una aptitud tan seria para su edad. Ambos hermanos jugaban juntos y Aidoneus quería mucho a su madre y hermana, la veía como una segunda madre.

Pero la paciencia de Cronos terminó por agotarse y fue a por su hija mayor.

En ese momento la pequeña diosa dormía junto a su hermano cuando el suelo retumbó, somnolienta pensó que sería su madre pero al ver la figura oscura de Cronos se asustó y escondió a su hermano.

—Meira ¿qué ocurre?—

—Cállate y escóndete y no hagas ningún ruido—

Con prisa escondió a su hermano en un hueco bajo la roca y lo tapó con hojas y ramitas luego paseó como si nada por el prado alejándose de donde estaba Aidoneus para alejarlo de Cronos.

Cronos buscaba a los niños más concretamente a la niña, el chico aún era muy joven tenía cinco años pero su otra hija ya tenía siete y daba muestras de gran poder e inteligencia y eso lo inquietaba.

Tenía que ocuparse de ella y esta vez Rhea no se lo impediría.

Sabía que su esposa jamás se lo perdonaría pero si no lo hacía sería el fin de ellos.

Busco hasta que la vio en un claro su pelo oscuro y la piel de color lila claro, y los mismos ojos que su madre y hermano además se parecía mucho a Rhea.

Por un instante dudó pero aplastó esa duda de forma implacable y agarró a la niña mientras gritaba aterrada sus ojos llorosos se encontraron con los del titán mientras abría la boca para devorarla.

En ese mismo momento Rhea apareció, no encontraba a Cronos por ningún sitio y con un mal presentimiento fue adonde estaban sus amados hijos.

Sus dulces hijos unos que ella amaba por encima de todo.

Por favor, por favor, Pero sus plegarias no fueron escuchadas pues para su horror vio como Cronos estaba a punto de devorar a su hija que gritaba por su ayuda.

—¡CRONOS NOOOOOO!—

La titánide destrozada corrió hacía ellos intentando impedirlo pero fue tarde.

Meira cayo a la boca y luego solo fue oscuridad.