Meira regresó a casa después de que la trajera Zeus, el había insistido en venir a su hogar pero ella le dijo necesitaba descansar y prometiéndole que luego vendría.
—Hola estoy en casa—
Cuando entró vio a Artemisa como siempre afilando sus cuchillos suspiró, esta muchacha como siempre. La diosa morada la saludó alegremente.
—¡Hola Meira! ¿¡terminaste con el trabajo!?—
Meira sonrió aunque parecía poco más que una mueca.
—Si...por ahora—
Si ese maldito viejo se queda tranquilo en su celda los próximos diez siglos. Pensaba amargamente.
—¿Y donde está Perséfone?—preguntó mirando a su alrededor y queriendo acabar con el tema—¿Ya está en la universidad?—
—Ah eso...—Artemisa hizo un gesto de desagrado—está yendo al inframundo para la entrevista de pasante en el Underworld CORP—
En ese momento Meira escupió el café que estaba bebiendo ¿como? Si Démeter se enteraba de eso no tardaría en pasarse por allí para llevarse a su hija ante la sola sugerencia y sabía cómo asfixiaba a la pobre chica con su sobreprotección.
Nunca estuvo de acuerdo con su amiga con la forma en que criaba a Perséfone pero Démeter se mostraba terca y se cerraba en banda sobre este asunto, tenía la sensación de que si seguía así la pobre chica podría explotar.
—Vaya no me lo esperaba ¿como es eso?—
Artemisa suspiro como si ella misma también lo estuviera procesando aún y tratara de entenderlo.
—Al parecer Hera fue quien firmo y decidió el destino de donde haría la pasantía—
Meira enarco una ceja, ¿que está tramando mi querida cuñada? Su amiga de vez en cuando siempre hacía alguna de las suyas con intenciones ocultas al igual que Afrodita.
—Bien me voy a duchar y saldré—se despidió de Artemisa y salió del salón.
Tengo que hacerle una visita a Hera además.
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Hera estaba sentada en el sofá sonriendo mientras por dentro intentaba calmarse ante la mirada escrutadora y de acusación de Meira.
Después de venir a la mansión y saludar alegremente a Hebe (la pequeña diosa estaba feliz de ver a su tía) y a quien no veía desde hacía tiempo, ambas jugaron y después fue a hablar con su cuñada y por la cara que debía llevar la reina no le hizo falta que se lo explicara.
—¿Se puede saber porque has puesto de pasante a Perséfone y trabaje para Hades?—
—Bueno...verás—Hera vaciló podía ser la reina de los dioses pero su cuñada y amiga era demasiado perspicaz y a veces intimidante y no sabía cómo se lo tomaría—Decidí poner a prueba a Hades para demostrar su valía y si merecía estar con Perséfone—
Meira se paso la mano por la cara con cansancio y luego se preguntaban porque vivía fuera del Olimpo.
—Hera, es una niña—
—Lo sé pero puedo ver que a ella le gusta y Hades a estado solo demasiado tiempo y a él también le gusta—
La diosa de la justicia bajó los ojos, también había estado preocupada por su hermano, siempre solo con su dolor y trauma poniendo una máscara fuerte cuando en realidad era lo contrario.
Y había visto la interacción entre la diosa de la primavera y Aidoneus no necesitaba ser una diosa del amor para saber cómo se sentían ambos, suspiró derrotada.
—De acuerdo Hera, espero que esto funcione pero no quiero ninguno de ellos salga lastimado por esto—
Hera asintió solemne—Tienes mi palabra haré todo lo posible—
