En el mundo mortal Meira estaba frente a la mansión familiar de psique, tal como le dijo a Eros debían ser castigadas por sus actos.
Con un brillo se transformó en un sirviente mortal y entró en el palacio, hace poco descubrió que Psique vivía con nada más y nada menos que con Afrodita, disfrazada de ninfa. Esa diosa a veces la exasperaba, ocultando a una mortal en el Olimpo para poner a prueba a su hijo.
Lo supo nada más ver a esa ninfa que acompañaba a Afrodita, lo primero que hizo fue investigar a la diosa con la esperanza de encontrar a la joven y en cuanto la vio pudo ver su alma. Una mujer buena, cariñosa y humilde pero que había sufrido mucho por culpa de su belleza y a manos de su familia y otros.
Flashback
Afrodita retrocedía aterrada mientras las paredes y el suelo se llenaban de escarcha y unas sombras emergían de las esquinas amenazando con estrangularla mientras una colérica diosa de la justicia con los ojos como galaxias avanzaba hasta ella.
—¡Meira mi señora! ¡puedo explicarlo!—
—Explícate antes de que haga trizas tu cerebro con imágenes y dolor de las víctimas inocentes de tu egoísmo y deseos mezquinos ¡habla!—exigió con voz potente y fría que perforó los tímpanos de la diosa del amor.
Afrodita se tensó e intentó lo mejor que pudo ocultar su miedo pero sabía que no podía con ella, Meira era alguien que ni siquiera ella se atrevía a provocar. Le relató toda la historia a la diosa mayor cuando acabó había varias emociones en Meira, ira, realización y decisión.
—Bien te permitiré continuar con tu prueba—dijo—Pero te lo advierto Afrodita como te pases de la raya o salgan perjudicados o planees otra cosa el Tártaro te parecerá un paraíso cuando acabe contigo—dijo con helada frialdad.
Afrodita asintió sabiendo que esa amenaza no era un farol.
Meira miro disgustada a Afrodita—Nunca me has caído bien Afrodita, eres muy vana y egocéntrica una prueba de eso es Psique. Ibas a maldecirla solo porque los mortales decían que era más hermosa que tú, ella no pidió nada de esto para ella su belleza a sido una tortura—
La diosa del amor no solía sentir vergüenza por sus acciones pero ahora sí.
—Ella es mortal no estaría hay para siempre, deberías haber investigado antes que hacer nada y no creas que no sé que ordenaste a Eros llevar a Perséfone al coche de Hades solo porque él dijo que ella era más bella que tú ¡nunca aprendes! Debería castigarte ahora—
La miró furiosa y con desprecio, como su sobrino Ares la amaba era un misterio para ella.
Psique que había visto todo este intercambio se interpuso entre ambas diosas para proteger a Afrodita, con el tiempo se habían hecho amigas y se preocupaba por ella.
—¡Por favor mi señora tenga piedad! Afrodita me ha tratado con amabilidad es mi amiga de no ser por ella nunca habría enviado a su hijo ni lo habría conocido o me habría rescatado de ese horrible matrimonio—
La diosa vio la nobleza y valentía de esa mortal como veía en pocos y suspiró derrotada sabiendo que ella tenía razón.
—Supongo que por la petición de esta mortal y porque sé que eso molestaría a Ares y Eros pasaré—y de no ser por ella no se habrían conocido Hades y Perséfone, nunca sabía como lo hacía esta mujer—Bien por ahora te libras—
Afrodita suspiro aliviada pero se tensó de nuevo cuando Meira se acercó a su oído le habló en voz baja:
—En cuanto a su madre y hermanas me ocuparé yo deben pagar por sus acciones y lo haré dándoles lo que más desean—
Sin decir más se fue y Afrodita casi sintió pena por esas mortales casi si había algo en lo que se parecían el rey del inframundo y la diosa de la justicia era en sus creativos métodos para castigar a culpables.
Fin del flashback
Paseándose entre los comensales vio a la familia de psique el padre se veía decaído, con grandes ojeras y pálido Meira vio que sentía una gran preocupación por su hija psique y la amaba.
El padre era inocente pero la madre y las hermanas...
Las observó profundamente y al cabo de un rato apartó la vista disgustada, las hermanas era una niñatas celosas y envidiosas ciegas al sufrimiento de su hermana y además le sugirieron que matara a Eros no por su seguridad y preocupación sino para destruir la felicidad de psique al ponerse más celosas de ella.
Y la madre era la peor de todas, amargada, odiosa y mezquina. Envidiaba la belleza de su hija y sentía celos por ella hasta el punto de odiarla y casarla con un hombre mucho mayor y que era abusivo para amargarle la vida. Estaba furiosa de que escapara pero al menos se la había llevado un monstruo.
Furiosa siguió a las tres mujeres a la habitación de una y estuvieron hablando mal de psique y riéndose de ella.
—¿Y se creyó eso?—preguntó la madre.
—¡Si! Que tonta es cuando vimos como vivía entre esos lujos solo debía ser un dios el que se la llevó—la joven se puso furiosa y celosa—Ya era bastante malo que atrayera toda esa atención comparándola con una diosa ¿pero de pareja con un dios? No podíamos permitirlo—
La madre contrajo su rostro en una fea mueca.
—Hiciste bien hija es hora de que a la hermosa y perfecta Psique le den su merecido, por una vez sufra—
Mientras se reían de la desgracia de la pobre. Meire que escuchaba todo apenas se contuvo de ir a matarlas, no eso era un acto de ira y sería demasiado rápido ellas debían probar lo que de verdad sufrió Psique y se lo iba a mostrar a esas tres indeseables.
Tan celosas estaban de ella por su belleza ahora lo tendrán, serán tan hermosas como Psique. Sonrió sabiendo que el castigo se avecinaba.
