La diosa malva claro aterrizó en el hogar de su hermano, al parecer había tenido una pesadilla relacionada con ese fatídico día (un amigo perruno se lo chivó)
Cerbero agitó la cola débilmente ella lo abrazó y miró hacía las escaleras donde estaba su hermano, se acercó a la cocina y preparó una bebida a base de miel, amapola y otras hierbas. Era una receta invento de su madre, se los daba cuando estaban tensos y asustados.
Una vez preparado fue a la habitación de su hermano y lo vio allí haciendo trabajo extra, cuando tenía una pesadilla o un mal trago se refugiaba en su trabajo, plantó la taza en el montón de papeles delante del rey del inframundo.
Cualquiera se habría asustado de hacer eso y Hades mismo no habría actuado bien con esa brusca interrupción, pero como se trataba de la bebida (especial) preparada por su hermana se le calentó el corazón.
—¿No te han dicho que tienes la cabeza como un diamante de tanto trabajar a pesar de que tienes que descansar?—Meira sonrió con burla.
—Sí y muchas veces pero es lo único que me ayuda—dijo Hades
—Pues encuentra otra cosa que no te agote ni estrese solo empeorarás—
Hades tomó la taza y cerró los ojos recordando los buenos momentos cuando el, Meira y su madre pasaban tiempo juntos o tomaban una taza, también le vino cierta chica rosa con la que hablo casi toda la noche por teléfono.
—Veo por esa mirada embobada que ya lo has encontrado o más bien quién—
Hades balbuceó, desesperado, unas excusas haciendo reír a su hermana. Sabía muy bien que de ella nunca podría ocultarle nada.
Al contrario de ella a él o a su familia.
Sacudió unos recuerdos desagradables de su mente mientras estaba con Hades y lo convencía de ver a Perséfone, además debía volver a descansar después de su movida mortal.
Sonrió con frialdad esas mujeres se lo merecían puede que Psique no estuviera de acuerdo ya que aún las amaba pero ellas no podían escapar después de todo lo que hicieron.
Tarde o temprano todos deben pagar ante la justicia incluida ella.
Un estremecimiento la recorrió pero lo ignoró y fue a su casa provisional.
Perséfone estaba en su computadora y la saludó mientras Artemisa revisaba sus cuchillos.
—¡Hola Meira no te había visto hace tiempo!—
Desde que fue a ocuparse de su padre.
—Si trabajo—
Artemisa enarcó una ceja hacia ella sonriendo.
—Si sobre todo con tu intervención en esa horrible reina y sus hijas—ya sabiendo que se trataba sobre lo que oyó de la historia de Eros sobre Psique no era ninguna casualidad que misteriosamente las culpables les pasara eso como un castigo divino.
—Si bueno se lo merecían, no había en ellas nada más que una cabeza vacía con solo pensamientos mezquinos, venenosos y crueles—
—Además eso no es todo ese viejo horrible que estaba prometido a Psique le han entregado a la ex reina por su hija Psique y las otras dos hijas como sirvientas para aplacar la ira de la diosa de la justicia—dijo sonriente Artemisa.
Perséfone estaba asombrada, todos en el Olimpo habían oído lo sucedido en ese reino sobre todo por que generó conflictos a gran escala Ares había estado emocionado por lo que organizó su tía favorita.
—No es por ofender ¿pero eso no es un acto de ira o algo así?—sabía que en parte la diosa fue llevada por la indignación de lo que le paso y el descaro de cómo actuaron la reina y las hermanas—
Pero esa no era toda la historia después de unos días la reina y las dos hijas apuñalaron al viejo y luego fueron ejecutadas y enviadas al castigo del tártaro sabía que eso era todo obra de Meira. Ahora veía porqué era tan temida la diosa no tenía piedad por nadie que cometiera un crimen.
—No fue un acto de ira, además si lo hablas con Zeus de antemano y si es parte de tus funciones como en mi caso la justicia—
Eso era cierto y como además Zeus no le podía decir que no a su hermana, consintió.Un acto de ira en si es cuando un dios desata toda su furia sobre los mortales sin control y ella no lo había echo sobre unos pocos seleccionados y como trabajo.
Perséfone estaba fascinada con lo que oyó luego arrastró a la diosa mayor a ver sus planes de estudios Meira sonrió pero cuando su mano hizo contacto con la de la diosa de la primavera sus ojos se llenaron de imagenes.
Dolor, impotencia, miedo, ira.
Tuvio que contener las ganas de ir a por cierto dios pues lo que había visto era un crimen muy grave pero este era un olímpico y por desgracia para su gran insatisfacción muchas veces los culpables se libraban por sus conexiones o ser altos dioses, por eso detestaba el Olimpo.
No sabía como pero Apolo pagaría por lo que hizo.
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Meira observava a su cuñada escupirle a su hermano en la cara después de una discusión en el salón de retratos de los Olímpicos. No pudo contener una risilla, Zeus se lo merecía, sintió decepción con lo que escuchó.
¿Una diosa de tercera o segunda categoria desconocida del reino mortal? Sacudió la cabeza, todos los dioses ya fueran olímpicos o no eran importantes, mantenían el equilibrio en el mundo y Zeus era el rey debía velar por eso y el cumplimiento de las leyes y proteger a los mortales y demás dioses.
Pero en lugar de eso torcía las leyes en su mayoría para beneficio suyo y dejaba pasar por alto actos horribles como estos una violación no era algo de pasada y todos debían ser castigados sin excepción. Pero a él sólo le importaba la imagen pública del Olimpo en lugar de proteger a su gente y castigar a culpables.
