Meira observaba en silencio a Apolo disfrazada de sátiro, el dios morado había entrado en la tienda de artículos musicales de Caliope y sonrió sabiendo que fue a reparar la lira que Perséfone destruyó.

Continuó siguiéndolo, debía recabar pruebas para poder judgar a Apolo sin eso no tenía nada. A diferencia de Artemisa nunca le gustó su gemelo había algo en él que la puso alerta, descaradamente engañoso. Por supuesto la mayoría no tenía la misma opinión, tenía muchos seguidores y fans pero el dios era increíblemente egocéntrico, orgulloso y vano incluso más que Zeus.

Por eso primero debía cerciorarse.

Furiosa vio el intercambio de Apolo con Hera disfrazada de Perséfone, no era la única intentando cerciorarse de la verdad y esto sólo lo confirmaba.

Hola Apolo cuanto tiempo querido—dijo esto último como si tuviera comida podrida en la boca y quisiera escupirla cuanto antes, así se sentía Meira por este dios.

Apolo palideció horriblemente y parecía que su espíritu saldría por su boca en cualquier momento, si había un dios a quien el presumido y vano Olímpico detestaba y temía más que a nadie era ella.

Meira siempre lo había tratado con frialdad y desprecio, a diferencia de la mayoría de los dioses ella al instante lo odiaba y lo miraba como...como si fuera basura algo que para el orgulloso dios era imposible y le ofendía pero esa diosa estaba contra él desde el principio.

De echo cuando Artemisa y Apolo ingresaron en el Olimpo y se convirtieron en atletas olímpicos ella fue la única que se opuso fuertemente a que el ingresara. A su gemela le dio la bienvenida con los brazos abiertos y le enseñó a manejarse en el reino.

Pero con él discutió con su hermano de que no quería, a esa basura allí, fue tan humillante.

Quiso hacerle pagar pero no era estúpido ella era parte de los traidores he hija de Cronos y Rhea, hermana de los tres reyes y muy poderosa.

Además de que ella le dio una lección en el pasado que aún hoy en día al dios del sol todavía tiene pesadillas.

—Veo que no has aprendido nada con los años ¿acaso esa lección que te dí fue demasiado suave? Supongo, pero Zeus se interpuso de que fuera a más—

En el pasado a Apolo le había gustado una hermosa mortal pero en lugar de elegirlo a él escogió a un mortal cosa que hirió el orgullo del dios de la lira. Su venganza fue una masacre, sin decir palabra envenenó a todo su pueblo matándolos, luego mandando plagas y luego intentó violar a esa pobre mortal pero Meira interfirió a tiempo.

La mortal estaba en las últimas debido al envenenamiento y el dolor mental y le rogó que castigara a Apolo a lo que la diosa cumplió.

Meira torturó a Apolo durante diez dias y diez noches seguidas hasta el punto de que el dios lloraba suplicando piedad cosa que terminó en oídos sordos. La diosa de la justicia si algo había heredado de su aborrecible padre era su retorcido método de ingeniar castigos y torturas que ella aplicaba a culpables.

Zeus interfirió horrorizado por lo que hizo su hermana a un Olímpico y que se tomara esas libertades pero Meira estaba ofendida Apolo hizo cosas horribles y nadie estaba por encima de la ley.

Zeus decidió despojarla de su autoridad de castigar dioses y Meira furiosa le dijo que era como Kronos si hacía estas cosas después de aquello dejó el Olimpo.

—Sabes...que no puedes hacerme nada...tu no puedes juzgarnos—Apolo intentaba sonar confiado y valiente pero esa condenada diosa le aterraba.

—Eso no impide que de algún modo pagues por lo que hiciste pequeño, yo que tu no continuaría así o las cosas podrían ir muyyyyy mal para ti es un aviso—después desapareció.