"Al parecer... yo seré el primero".

En alguna parte en el calabozo.

-¿Está todo listo?-Preguntó una mujer de cabello rojo con una mirada amenazadora.

-Sí, todo está listo para atacar la refinería de piedras mágicas, Valleta-Contestó la mujer hacia su compañera.

-Entonces... es hora de iniciar el plan, Revis... libera al minotauro-Contestó la pelirrosada, sonriendo de manera atemorizante.

A la distancia, fuertes pasos eran escuchados mientras el suelo retumbaba.

Un bramido finalizó el acto, haciendo temblar a todos los monstruos cercanos dentro del calabozo.

-¡MUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!-

Minutos antes.

-¡Nos vemos niños! ¡Volveré en unas horas!-Avisó Bell, saliendo del orfanato, No sin antes despedirse de los jóvenes.

-¡Adiós Bell! ¡Cuidado en el calabozo!-Respondieron al unísono todos los huérfanos en el lugar, al igual que la hermana María.

-¡Lo tendré!-Contestó el peliblanco, comenzando a correr en dirección al calabozo.

Y así su aventura comenzaba.

"Mi segundo día en el calabozo, mi segundo día siendo un aventurero en todo el sentido de la palabra, me siento muy emocionado" pensó el joven con una sonrisa en su rostro mientras avanzaba paso a paso y salía de la calle dédalo.

Su trayecto fue ininterrumpido hasta que... un sonido llamó su atención.

*¡BUUUUUUUUUUUUUUUM!*

Bell frenó en seco al escuchar la explosión que había hecho retumbar el suelo y temblar los edificios.

-¿Q-Qué fue eso...?-Se preguntó, volteando a ver en dirección al cielo, donde pudo observar una gran cantidad de humo esparciéndose en el aire, al parecer algo se estaba quemando.

Antes de siquiera pensar en dirigirse a aquel lugar, sus oídos captaron un mensaje que provenía de los altavoces de Orario.

-¡Ataque de Evilus a la refinería de piedras mágicas! ¡Aventureros de nivel 5 o superior ayuden a enfrentarlos!-Dió aviso una persona mediante ese medio, alertando de lo que estaba sucediendo en aquel lugar.

-Tengo que ir, pero... nivel 5... soy fuerte, de eso no hay duda, aunque no quiero tentar a la suerte...-Dudó Bell, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

-¡UN MINOTAURO ESTÁ ATACANDO EN BABEL! ¡SE SOLICITA AYUDA! ¡ES AL MENOS NIVEL 3!-Informó de nueva manera el encargado de dar los avisos.

"Civiles en peligro... Babel es un lugar muy visitado... ¡Esto sí lo puedo hacer!" Pensó el peliblanco, comenzando a correr en dirección hacia allá.

-¡No permitiré que nadie salga herido!-Gritó lleno de decisión, apresurándose a llegar.

Mientras tanto en Babel.

Toda la situación era un caos, mucha destrucción estaba siendo provocada por un minotauro de gran tamaño, con ojos inyectados en sangre y una fuerza increíble para el promedio normal de los monstruos de su tipo.

-¡MUUUUUUUUUUUUUUUU!-

Otro bramido/mugido fue hecho por la gran bestia, atacando a todos los aventureros que intentaban detenerlo.

-¡Esto no tiene sentido! ¡Solo somos nivel 1! ¡No podemos hacer nada!-Gritaron muchos de los aventureros que trataban de frenar su avance y que protegían del peligro a los civiles.

-¡No importa! ¡No podemos dejar que siga avanzando!-Respondió uno de ellos, mientras una larga espada creaba un mar de llamas entre ellos y el minotauro.

-E-Es una espada Crozzo...-Susurró uno de ellos, sorprendido al ver una de las espadas mágicas Crozzo, que se creían extintas.

-No esperen que les haga una, solo por ser una situación extraordinaria la uso, así que dejen de concentrarse en eso ¡Y protegemos nuestro hogar!-Gritó cierto joven pelirrojo, lanzando varias cargas de la espada, chamuscando el cuerpo del minotauro.

-¡Vamos!-Contestaron al unísono en resto de acompañantes, lanzándose con armas hacia el minotauro.

Y así al batalla siguió su curso, empujando cada vez más al minotauro para que saliera de dentro de la Torre de Babel, no había refuerzos, todos los aventureros fuertes de las familias más importantes de Orario estaban atendiendo la situación en la refinería de piedras mágicas, aunque no había que ser un genio para saber que la bestia que ataban enfrentando en ese top momento era parte del plan de Evilus.

-¡No retrocede! ¡Es realmente fuerte!-Gritó una chica de cabello negro, tratando de cortar al monstruo pero le era imposible, la piel del minotauro era realmente gruesa y resistente.

-¡Usa tu magia Mikoto!-Grito un hombre de gran tamaño.

-¡Estamos en un lugar cerrado Ouka!-Respondió la chica, frunciendo el ceño al verse limitada.

-¡Estamos en una muy mala situación! ¡Cada vez se acerca más!-Alertó Ouka, usando un gran escudo en un pobre intento de frenar su paso.

*¡PUUUUUUUUM!*

Un impacto retumbó en el sitio, se trataba de un fuerte puñetazo que fue dirigido al escudo del hombre, lanzándolo a volar por la gran fuerza del minotauro.

-¡OUKA!-Gritó una chica delgada con cabello que cubría gran parte de su rostro.

-¡MUUUUUUUUUUUUUUUU!-

Aquel bramido fue vuelto a usar por el gran monstruo, al parecer su ira iba en aumento entre más tiempo pasaba.

-¡Esto es malo!-Gritaron todos, viendo como cruzaba el mar de llamas que era lo único que los separaba de un contacto directo.

De un momento a otro, aquel minotauro se lanzó con los cuernos por delante hacia el pequeño grupo de aventureros que le impedían avanzar.

-¡CUIDADO!-Gritaron todos, tratando de quitarse del camino pero era imposible, la velocidad y fuerza ejercida en esa cornada era realmente alta, tanta que, cualquiera que fuera contactado... Moriría.

Los aventureros cerraron sus ojos, esperando lo peor, esperando que la muerte tocara a su puerta.

Pero...

Antes de que el impacto fuera dado hacia alguno de los presentes, algo sucedió.

-¡NO LO HARÁS!-Gritó una presencia que no se encontraba antes.

Con una carga al costado del minotauro, este fue lanzado a un lado, destruyendo una de las paredes y saliendo de la Torre.

El minotauro se arrastró por todo el suelo tras el impacto recibido por aquel joven que frenó su ataque.

Al recomponerse y ponerse de pie.

Alguien se posó frente a él.

Se trataba de un joven de cabello blanco, el cual lo miraba sin miedo ni titubeo, como si supiera a lo que se enfrentaba y aún así no tuviera duda en su cuerpo y corazón.

-¡Monstruo!-Gritó el muchacho, sacando su espada.

-¡Yo seré tu rival ahora!-Agregó, apuntando en su dirección, sus ojos eran los de alguien que estaba preparado para luchar, infundían miedo.

En el campo de batalla, lleno de escombros y polvo, pasó una brisa que movió el cabello de Bell.

El minotauro se enfureció de sobremanera al ver la arrogancia del humano.

-¿Qué hace ese niño? ¡Lo van a matar!-Opinó Ouka, poniéndose de pie de poco en poco.

-Debemos ayudarlo pero... estoy cerca de caer en Mind cero-Comentó Welf, sosteniéndose con su espada a manera de bastón.

-¡Mikoto! ¡Ayúdalo!-Gritaron ambos hombres.

-¡NO SE MUEVAN DE AHÍ!-Gritó el peliblanco, frenando esa idea tan pronto como fue expresada.

-Él es mi presa... y esta es mi aventura...-Agregó, caminando hacia el minotauro a un trote lento.

-Está loco...-Dijeron al mismo tiempo, con el ceño fruncido.

Y de esa manera... la batalla comenzó.

-¡MUUUUUUUUUUUUUUUU!-

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHH!-

El minotauro se lanzó a toda velocidad para acabar con el joven pero... Bell lo esquivó sin ningún problema.

*PUUUM*

En respuesta a la carga hecha por el monstruo, el peliblanco le lanzó un tajo veloz con el filo de su espada en el torso de la bestia.

Pero, sin que Bell se diera cuenta, un fuerte puñetazo fue contactado en su rostro.

-¡PUAHHHHH!-Logró salir ese sonido de su boca antes de verse disparado a un costado.

"Demonios... me confié por haber esquivado... no volverá a pasar" pensó, levantándose rápidamente.

Y así el intercambio de ataques comenzaba nuevamente, pesados golpes eran provocado con los fuertes y grandes brazos del minotauro, los cuales eran esquivados por Bell lo más rápido que le era posible y los que no lograba esquivar, los amortiguaba con su espada.

*Clang*

*Clang*

*Clang*

*Clang*

Metal y piel tan fuerte como este último estaban chocando a una velocidad abrumadora.

Los brazos de Bell comenzaban a temblar por el impacto que representaba el sostener su espada para frenar la fuerza de los golpes.

Para sorpresa de Minotauro, quien se sentía con ventaja, en una fracción de segundo, uno de sus ojos fue cortado.

*Slash*

Un tajo ascendente con la espada fue dado en su punto ciego, poco después de haber esquivado.

El monstruo quiso repetir lo que hizo al inicio de la pelea pero Bell no caería nuevamente en ello.

Antes de que el puñetazo fuera contactado a su costado, posó su brazo libre para absorber el impacto.

"Bueno curación mía, es hora de ver que tan impresionante eres" pensó, cerrando los ojos y esperando a que el golpe fuera dado.

*Crack*

Un crujido resonó en el lugar y dentro del cuerpo del peliblanco.

-¡Su brazo!-Gritó Mikoto, quien estaba estática y sin habla desde que comenzó a observar la batalla entre ambos, humano vs Bestia.

-¡Se rompió! ¡Debemos ayudarlo o morirá!-Opinó el pelirrojo, reuniendo las fuerzas que tenía para comenzar a acercarse.

-¡Que se alejen!-Dijo una voz a la distancia.

Se trataba de Bell, quien aún yacía de pie y con su brazo en la posición que empleó para bloquear el golpe.

Ahí fue donde pudieron verlo... el brazo de aquel joven estaba roto, el hueso salía de su posición normal, desgarrando al músculo y asomándose en una herida abierta que no dejaba de tirar sangre.

Pero algo pasó... la herida comenzó a cerrar y el hueso se volvía a unir.

El minotauro, quien tenía una sonrisa en su hocico tras asestar ese ataque, fue el primero en reaccionar, su enojo se hizo mayúsculo, volviendo a atacar al chico.

Cuando estaba lo suficientemente cerca, notó que Bell no se movía para nada y lo observaba con una mirada retadora.

Cuando supo lo que sucedía, era muy tarde.

El brazo que había sido impulsado para golpearlo, fue rebanado en un rápido movimiento.

*Slash*

Y antes de que el monstruo pudiera dar un grito de dolor ante ello, en su cara, un pesado puño lo golpeó, lanzándolo a unos cuantos metros de distancia.

Cuando ambos tomaron distancia nuevamente, Bell habló.

-Hay dos formas de llevar a cabo una batalla...-

-La primera es concentrarte en contrarrestar la estrategia de tu adversario-

Comentó, mientras estiraba su brazo antes roto, para comprobar que estaba bien.

Las miradas atónitas de las personas que veían tal escena eran sólo superadas por el semblante de terror que había en el minotauro.

-La segunda es imponer tu propia estrategia y... sinceramente-Continuó el peliblanco, mientras caminaba hacia la bestia.

-¡Yo no dependeré de lo que mi rival haga! ¡Así que ven por mi!-Finalizó, tomando el mango de su arma con ambas manos, apretándolo con gram fuerza, tanta así que la superficie porosa del mismo provocaba pequeñas cortadas en sus palmas.

Esto pareció enojar aún más al minotauro.

*¡MMMMMUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!*

Bramido de guerra.

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!-

Grito de hombre.

El gran combate estaba por entrar a otra etapa.

Una mirada fue necesaria para saber que estaban listos.

La lucha volvió a iniciar, esta vez los ataques eran bilaterales, ninguno se contenía, ninguno guardaba nada, ambos sabían que este round era el definitivo, sólo habría un ganador y un perdedor, quien tuviera la mala fortuna de ser este último, pagaría con su vida.

Al tener un costado completo por el cual atacar, ya que el minotauro perdió su brazo, aprovechó la situación y en ese pequeño instante arremetió rápidamente contra el monstruo y comenzó a cortar todo el cuerpo, sus cortes cada vez se hacían más profundos, hasta el punto de poder vislumbrar el hueso unido al músculo del minotauro, pero Bell no estaba en mejor estado, su cuerpo pesaba cada más, su respiración se sentía pesada y el aire al llegar a sus pulmones hacía que estos mismos dolieran, lo peor era que, al inflar su pecho, sentía que sus costillas se movían del lugar en el que debían estar, sus manos estaban llenas de sangre, la fuerza ejercida en la empuñadura comenzó a pasar factura en manera de callos así como de quemaduras y cortes en las manos.

Los repetidos impactos hacían que su cuerpo se fuera quebrando poco a poco, no importaba la fuerza con la que él contara, su cuerpo aún seguía recibiendo daños.

Su curación comenzaba a tardar más en hacerse presente y en cerrar las heridas. Su mente empezaba a disminuir y el cansancio pasaba factura.

"Así que... la curación consume mente... tiene sentido..." pensó Bell, al recordar el motivo por el cual se sintió ligeramente fatigado después de su travesía en el calabozo por primera vez.

La sangre se escurría por su cabeza hasta llegar a su frente y después manchar parte de sus párpados con un líquido de tono carmesí.

El minotauro, como se dijo, no estaba mejor, un brazo menos, ojo destrozado, músculos desgarrados, sin contar que, contrario a Bell, él no tenía un factor de curación que cerrara sus heridas y le permitirá pelear un poco más sin que le importara su salud.

Incluso esa bestia sin raciocinio lo sabía, si esa batalla se alargaba, inevitablemente perdería.

En un rápido movimiento se impulsó con las pesuñas de sus patas hacia adelante.

-¿Q-Qué demonios...?-Susurró el chico al ver como todo el gran tamaño plox minotauro lo cubría.

-¡DIABLOS!-Gritó, tratando de cortar el brazo libre pero... su espada se quebró.

Antes de siquiera poder lamentarse de ello, tuvo que unir ambos brazos para bloquear la carga que iba hacia él.

*PUUUUUUUM*

El minotauro comenzó a arrastrarlo, lo había tomando con su brazo libre y estaba paseándolo como un trapo por todo el suelo, quebrándolo y chocando con todos los escombros que se encontraban ahí desde antes de que Bell llegara.

Bell sentía como sus huesos eran astillados, quebrados, su cráneo recibía impacto tras impacto, sentía como se desvanecía por la cantidad de daño recibido, su curación ya no se hacía presente.

Antes de desmayarse, otro impacto fue dado, retumbando en todo Orario.

*PUUUUUUUUUUUUUUUUUM*

Saltando en el aire, el minotauro, aún sosteniendo el maltratado cuerpo de Bell, lo estrelló con su brazo libre al suelo.

*¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!*

Un fuerte grito provino de las pocas energías que le quedaban a Bell.

Después de eso... todo fue silencio.

Sin respirar, con el cuerpo hecho añicos, yacía nuestro héroe tirado en el suelo.

El minotauro vió su objetivo cumplido y comenzó a alejarse, yendo hacia su objetivo principal... la Torre de Babel para así matar al mayor porcentaje de aventureros que fueran posibles.

Desde la distancia, el grupo de Mikoto, a Ouka y Welf veían con terror el cadáver de quien fuera su salvado hace unos segundos.

-N-No puede ser...-Susurraban con terror, con la voz entre cortada y tratando de no caer en la locura.

La mirada de aquella bestia parecía suavizarse al ver el miedo en sus adversarios, tanto así que parecía haber una sonrisa en su rostro.

Y de esa manera, comenzó a acercarse a ellos.

"Al parecer... yo seré el primero".

Una voz resonó desde la dirección de Bell, una voz que parecía tener una gran cantidad de eco seguido de las palabras.

Los ojos de Bell se abrieron de repente.

Comenzó a sentir un brillo verde nacer de todo su cuerpo, una alerta en su mente dijo lo siguiente:

Héroe: Argonauta.

Prueba: Minotauro.

Alma: Alma Verde(Vida y felicidad).

Habilidad desbloqueada: Argonauta(Realiza una carga que potencia tu cuerpo el tiempo que lo cargues. Aumenta velocidad, fuerza y reflejos).

Nota del autor: Si, hice más fuerte la habilidad argonauta.

-¿Argonauta...? ¿Una nueva habilidad?-Se preguntó, mientras la imagen del héroe de aquel cuento pasaba por su mente.

El tenue brillo esmeralda, de un momento a otro, se transformó en una gran resplandor blanco, que deslumbraba a todos los que osaran verlo directamente, mientras grandes campanadas resonaban en los corazones de aventureros y civiles.

*CLANG*

*CLANG*

*CLANG*

*CLANG*

Poniéndose de pie, con su brazo y su cuerpo comenzó a aumentar el Aura blanca de su cuerpo.

-¿Qué es eso...?-Susurraron todos los presentes en la escena, viendo a... un destello blanco que brillaba como el mismo sol.

-Aún puedo continuar... y esta vez no perderé-Dijo Bell para sí mismo, sintiendo renovadas sus energías.

A cercanías de Babel.

-Maldita Aria... por ella y las otras chicas de la familia Loki no pudimos completar el plan-Dijo Revis con disgusto, mientras corrían para no ser alcanzadas.

-La familia Freya y Ganesha igual fueron un factor importante... pero al menos nuestro As bajo la manga debió cumplir su objetivo-Contestó Valletta, aún con esa desagradable sonrisa de persona desquiciada en su rostro.

Antes de siquiera poder burlarse, un gran resplandor blanco les lastimó los ojos cuando miraban hacia adelante, justamente donde estaba Babel.

Ambas se miraron con sorpresa, no comprendían lo que sucedía.

-¿Qué es eso...?-Se preguntaron mientras se acercaban más para ver de qué se trataba.

*CLANG*

*CLANG*

*CLANG*

-¿Campanas? ¿D-De dónde vienen?-Susurró Valletta.

Detrás de ellas, las seguían la princesa de la espada y el valiente, quienes tuvieron el mismo cuestionamiento al ver ese resplandor.

De vuelta a la batalla.

El minotauro se percató de ello, al darse la vuelta, fue sorprendido por algo que no se esperaba en lo absoluto.

En una pequeña fracción de segundo, Bell ya estaba frente a él, sin un arma, sin una espada, con los puños cerrados e infundiendo fuerza en sus brazos.

*PUUUUUUUUUUUM*

Un fuerte puñetazo fue dirigido al hocico de al bestia, separándolo de quienes iban a ser sus próximas víctimas.

Al mismo nivel de rapidez con el que lanzo ese ataque, le siguieron una gran cantidad de golpes con igual o mayor fuerza que el anterior.

*PUM*

*PUM*

*PUM*

*PUM*

*PUM*

*PUM*

El minotauro no lograba ver de dónde venían los golpes, no percibía ni con sus ágiles y agudos sentidos la posición en la que ese "resplandor" lo atacaba.

Cada uno de los aventureros en el sitio únicamente lograban observar a una gran mancha blanca moviéndose a una monstruosa velocidad, la cual era casi imperceptible a sus ojos.

Todo el cuerpo de minotauro comenzaba a caerse a pedazos por la continua serie de ataques, la sangre brotaba, los huesos se rompían, simple y sencillamente... no tenía nada que hacer...

Moribundo y roto, el minotauro sintió como los ataques frenaron, al abrir su único ojo, vió de frente y de pie a aquel "monstruo".

Corriendo a gran rapidez, todo parecía ir en cámara lenta para la bestia, quien por fin podía observar de dónde venía el ataque de su adversario, sin embargo, ya no había manera de que su cuerpo pudiera reaccionar, así que únicamente se limitó a esperar... el golpe final...

Aunque... de nueva manera, perdió de vista al peliblanco.

¿O tal vez no?

Al bajar sus ojos lo pudo ver... la figura de aquel joven que sellaría su destino, quien peleó contra él con valentía y fiereza a pesar de sus limitaciones.

En sus manos había una espada rota, la misma espada que usó durante todo el combate antes de que la destrozara en su aparentemente último ataque.

Con el costado de filo, la espada comenzó a abrirse paso de abajo hacia arriba, rebanando su cuerpo de arriba hacia abajo en una corte sagital.

Sentía la carne siendo rebanada con el pasar de arma, la sangre brotaba a grandes cantidades, tanto de la herida abierta como del hocico del Minotauro.

Más pronto que tarde, la espada tocó un objeto sólido... la piedra mágica.

-¡NO DEJARÉ QUE NADIE SALGA HERIDO SI ESTOY AHÍ PARA EVITARLO!-Grito Bell, intentando abrirse paso.

-¡ASÍ TENGA QUE ROMPER TODO MI CUERPO!-

-¡SIN IMPORTAR EL RIVAL Y SU FUERZA, YO PROTEGERÉ A LOS QUE ESTÉN A MI ALCANCE!-Finalizó con gran determinación, infundiendo más fuerza en su ataque, hasta que...

*¡CRASH!*

La piedra mágica fue rota desde dentro del cuerpo.

Un gran humo fue lo único que quedó de lo que una vez fue un monstruo, dejando de pie solamente al vencedor.

-L-Lo Logré... pude ganar...-Susurró, mientras todo su cuerpo tenso comenzaba a caer hacia adelante tras resentir el cansancio.

Antes de que su cuerpo tocara el suelo, fue detenido.

-¡HEY! ¡OYE! ¡REACCIONA!-Decía Welf, tomándolo en sus brazos.

Bell levantó la mirada y solo lanzó una pregunta con una sonrisa tranquila.

-¿Están todos bien?-

-¡Eso no importa ahora!-Respondió el pelirrojo, tratando de ponerlo de pie.

Aunque tras aquella pregunta, se desvaneció, cerrando sus ojos.

El pelirrojo se preocupó pero notó que aún tenía pulso.

-¡HAY QUE LLEVARLO A LA SEDE DE LA FAMILIA DIAN CECHT!-Gritó Welf, corriendo con Bell en brazos, mientras el resto de aventureros lo seguían.

Susurros de los civiles se escuchaban mientras veían como se llevaban a su salvador, habían opiniones divididas pero la mayoría usó el mismo título para aquella valerosa escena.

-El nacimiento de un héroe...-

Alejado del bullicio, un Dios observaba con brillos en sus ojos y gran emoción en su ser.

-El último héroe está aquí, ciudad de Orario-Dijo Hermes, habiendo presenciado la proeza de ese joven don nadie.

Con Revis y Valletta.

Ambas estaban estupefactas ante tal demostración de poder bruto.

-¿Q-Qué demonios acaba de suceder? ¿Quién carajo es ese niño?-Preguntó la pelirrosada, sin dar crédito a lo que vió.

Aquel minotauro... fue derrotado.

No hubo ningún aventurero muerto.

Bell... fue un héroe...

Él salvo a todos.

-Tenemos que irnos e informarle esto a Enyo y Thanatos-Dijo Revis, llevándose a su compañera y perdiéndose en la sombras.

Con Aiz y Finn.

De igual manera que Revis y Valletta, ninguno de los dos podía creer lo que observaron, si alguien les dijera que un chico sin falna derrotó a un minotauro, ciertamente se reirían y tomarían por loca a esa persona pero... lo acababan de presenciar.

-¿Q-Qué eres en realidad Bell Cranel...?-Se preguntó el hobbit mientras temblaba.

-¿C-Cómo es tan fuerte sin un falna?-Se cuestionó Aiz, con ligero temblor en el agarre de su estoque.

En alguna parte de Orario.

-Así que... el héroe artificial que creó Zeus ya está aquí ... es impresionante...-Dijo una voz grave e imponente.

-Así es... Urano-Sama-Contestó una persona delgada con túnica negra.

Mente de Bell.

-Al fin despiertas-Dijo un joven de cabello blanco hacia Bell.

Poco a poco, comenzó a abrir sus ojos y pudo verlo.

-Argonauta...-Susurró.

-¡Sí! ¡Ese soy yo!-Contestó mientras posaba con sus armas de manera épica.

-Y creo que me corresponde iniciar con esta explicación-Agregó, sonriéndole.

-¿Explicación?-Pregunto Bell, sin comprender a qué se refería.

-Sobre tu fuerza y de dónde proviene, obviamente-Contestó el argonauta.

-De donde proviene...-Balbuceó Bell, expectante a lo que tenía que decir aquel gran héroe de antaño.

El argonauta solo asintió y le guiñó el ojo.

-Prepárate para la historia más increíble que oirás...-Usó esas palabras a manera de introducción.